Partida Rol por web

Los soldados heridos no presentan heridas de gravedad, algunos mordiscos y muchos arañazos, si las heridas no se infectan no pasará nada aunque con este frío y los uniformes estropeados lo van a pasar mal. Menos mal que casi todos lleváis ropas de reserva entre vuestros bartulos.

Los conductores de los camiones revisan el camión A, habrá que parar a solucionar el problema pero la decisión es hacerlo ahora mismo o forzar el vehículo para hacerlo más lejos corriendo más riesgos. Por fortuna esa decisión nos les pertenece a ellos.

El comandante kopolev escurre el bulto con elegancia.

- El camión les pertenece a ustedes, al ejercito rojo, la decisión por tanto será suya. ¿Seguimos o lo arreglamos ahora antes de que empeoré más?

Petr tomó la iniciativa de manera directa y dijo simplemente y en tono firme -Que un mecánico se ponga ya mismo con el camión, y que los soldados que no están heridos formen una línea erimetral de defensa mientras el resto termina de atender a los heridos y el recuento de víveres y municiones... VAMOS... EN MARCHA!-

A mi personalmente me daba igual, si bien hubiese preferido usar el motor hasta el final, también era cierto que quizás lo necesitaríamos a la vuelta, así que no me opuse a la decisión de Petrovich de tratar de arreglarlo ahora.

- Yo sé un poco de mecánica, le echaré un vistazo al motor por si puedo ayudar – Dije sin perder más tiempo y mientras los militares se orzanizaban, y lo vería difícil me dedicaría a labores defensivas

Asiento ante las palabras expuestas. Amenazas y malos augurios. ¡Paparruchas!

No creía que los famelicos habitantes del Koljos fueran a abandonar la seguridad de sus casas para perseguir al grupo de soldados. Tendrían que estar locos y muy desesperados.

Por si acaso, se acercó a Blochistev y su pelotón

¿Cómo va esa ametralladora? Puede que vayamos a necesitarla una vez más. Estad atentos. Esta vez no quiero fallos -añadí con una medio sonrisa. Entre los hombres, esa actitud me generaba una buena posición y sin embargo, a ninguno de ellos se le escapaba el tono autoritario, casi amenazante de mis palabras. Así funciona el ejercito rojo...

Desinfecto las heridas de mordiscos y arañazos, no quiero que por esas minucias de heridas me encuentre con soldados infectados. En tanto que pienso en lo que ha dicho Petr Petrovich, pufff, algo asi me había imaginado, el hambre puede volver loco a un hombre y si se siente acompañado, son muy complicados de amedrentar. Cuando termino espero que solucionen el desbarajuste del camión y podamos marchar a nuestro objetivo, pues ahora mismo mis habilidades no implican la mecánica.

Las reparaciones en el vehículo llevarán un tiempo, es algo inevitable en esta época y con estos caminos de cabras en los que hay pocas zonas alquitranadas. Los soldados son obedientes y disciplinados aunque hay que estarlos vigilando, por fortuna los dos sargentos saben hacerse escuchar e impartir disciplina. Pronto se coloca un puesto de vigilancia a unos 600 metros de la posición de los vehículos que os permite controlar los alrededores por si os siguen los campesinos.
La ametralladora vuelve a estar en funcionamiento tras arreglar el problema al estilo clásico, desmontarla y volverla a montar.

Los pocos heridos presentan magulladuras y algún mordisco pero ninguna herida de gravedad. Por fortuna parece que no ha habido bajas que lamentar en el primer enfrentamiento serio con el que os habéis cruzado.
Sin embargo no todo son buenas noticias, el sol empieza a bajar y no os queda mucho tiempo de luz. Es hora de decidir si queréis viajar de noche por este camino de tierra y baches o hacer noche acampando para poder llegar mañana por la mañana a vuestro destino.

Por mi parte, viajamos de noche. Los caminos en los inviernos que nos otorga la madre patria son casi igual de visibles de noche que de día. Sólo tendremos que circular con más cuidado.

Mientras yo me puse a echar una mano con el motor se estableció un perímetro de seguridad y comenzaron a montar la ametralladora.

Se estaba haciendo de noche y tocaba decidir. No me hacía ninguna gracia seguir cerca del poblado con toda aquella gente que había perdido el juicio.

- Creo que podríamos seguir, despacio para no tener un accidente, eso si. Y si alguno de los conductores necesita un descanso podríamos hacer relevos al volante.

-Es buena idea. Ya bastante mala es esta zona como para tener que dormir al raso.- dijo Petr    -Es mejor que continuemos despacio y no sólo por el camino en si, sino para no forzar los motores.-

Yo creo que es mejor descansar... Pero no creo que decir eso en voz alta me ayude demasiado.

-Si, es mejor continuar. Cuanto antes lleguemos al destino antes podremos terminar el trabajo y volver a la comodidad del... hogar.

O lo que estos entienden por hogar.

Viendo que la mayoría ha hablado de marchar, intento informar de mi opinion aunque seguramente terminemos marchando de todos modos:- Como médico preferiría tener a los hombres descansados y totalmente recuperados que volver a los camiones, pero si es vuestro parecer...- No iba a hablar de los temores que me han asaltado al saber de las anteriores compañías sobretodo de la última tan reciente y de la que no se sabe nada.

Ahora que el peligro ha pasado, que el grupo se ha rehecho y que todo parece volver a la normalidad por fin podéis relajaros. Decidís avanzar y aunque os queda poco tiempo de luz y los vehículos no suenan demasiado bien os ponéis de nuevo en marcha con la misma disposición que antes.

Tras algo más de una hora de viaje podéis visualizar la posición de otro koljós más adelante, se trata de las ruinas carbonizadas de Degamtorsk. Este koljós fue destruido por el propio Ejército Rojo durante el verano pasado, debido a la actividades de saboteadores por las inmediaciones, algunos de los soldados que os acompañan tomaron parte en esa acción. Se pueden apreciar restos de cadalsos en las lindes de la ruinas, no muy lejos del camino.

El primer vehículo se para cerca del koljós, no se aprecia movimiento en el lugar. Es más, no se oye ningún ruido alguno por la zona como si fuera un autentico cementerio.
Un humo sale del primer camión, el que esta más dañado, habrá que volver a parar para refrigerarlo de nuevo y revisarlo aunque aún podrías forzarlo algo más para cruzar el koljós y evitar parar aquí.

Llegabamos a otra zona donde podía haber peligro, un antiguo koljos destruido hacía un año ya.

Deberían haber arrasado la zona. El invierno se hubiese encargado de hacer desaparecer cualquier indicio de la existencia de ese lugar... pero claro. Dejaría de ser un ejemplo para los traidores al régimen.

Sumido en esos pensamientos, intento olvidar los hechos recientes donde casi somos apaleados por una turba hambrienta.

De pronto el motor carraspea y tose y con una sacudida el vehículo se detiene. Parece ser que hay que refrigerar una vez más el dichoso motor.

Seguro que no es de manufactura local... -rumio para mi mismo.

Observo a los hombres, atento a darles ánimos o a mantener la disciplina. Nunca se sabe. Algunos ya han estado aquí antes. Otros parecen cadetes imberbes.

Camarada Petrovich -llamo la atención del comisario -Quizá podríamos intentar llegar a uno de los edificios o almacenes. Allí podríamos hacer las reparaciones y refugiarnos del frio y la oscuridad -le susurro para evitar que todos los hombres escuchen mi sugerencia. Es inevitable que algunos lo oigan pero bueno... tampoco es malo querer pasar la noche caliente ¿no?

-No es mala idea, pero antes deberíamos enviar una avanzadilla de tropas para asegurar la zona.- respondió el zampolit evaluando sufrir la menor cantidad de pérdidas en caso de accidente, trampa o emboscada.

Conseguimos alejarnos más de la locura del otro poblado. Pero llegamos a otro lugar no mucho más tranquilizador. Al menos parecía seguro.

- Sería conveniente que un par de “voluntarios” reconozcan la zona para asegurarnos de que no hay peligro – Dije en voz alta. No tenía claro que pudiese dar esa orden directamente sobre los soldados del ejército regular, así que simplemente lo dejé caer.

Por lo demás, bajé del camión para estirar las piernas.

Observo con preocupación como el camión en el que voy va de mal en peor. Aunque parece que por lo menos esta vez resiste. Ahora observo la nueva localización que deprime más que la anterior, un Koljós que fue convertido en nada para dar ejemplo al resto. Aunque me pregunto si estará tan deshabitado como el silencioso ambiente quiere demostrar. Por lo que cuando tanto Petr en privado como Alexander propone lo de enviar una patrulla para echar un vistazo, solo puedo darles mi visto bueno:- Siempre es mejor estar prevenidos, además las reparaciones parecen ser necesarias.-

El sargento Kovalevskii escucha vuestras conversaciones con la cabeza agachada y cuando Triepinov sugiere inspeccionar el terreno se adelanta alzando la voz.

- Camarada Fyodorov, ¡Solicito permiso para inspeccionar el lugar con mis hombres!

Me baje del camión a toda prisa y me desperece una vez en el suelo. Ante el toque de atención de mi compañero para encontrar alguien que reconociese todo me lleve las manos a la cabeza algo nervioso. Siempre me toca eso.

-Em... Yo me ofrezco para quedarme junto a los camiones por si otros quieren ir a reconocer el lugar... Siempre hace falta alguien en casa ¿no? 

Deje escapar una risilla nerviosa mientras esperaba que nadie se diese cuenta del pequeño acto de escaqueo.