Partida Rol por web

Era una situación violenta para Clover: el ratón la había ignorado por completo y su mano seguía suspendida en el aire, a la espera de un apretón o un galante beso en el reverso. Sin embargo continuó con sus indagaciones y soliloquios hasta que permanecer en el bar no era más que una pérdida de tiempo.

La chica salió de su ensimismamiento y se alisó la falda, por fin seca. Recogió la llave y le hizo una señal a Asher, al que también habían ignorado. Si aquél raton era humano o no, no parecía interesado en dar esa información. El perro le infundaba mucho respeto, sobre todo su gran hocico y sus afilados dientes, pero el detective lo trataba con total familiaridad.

-Bueno, no tenemos nada que perder-dijo resignada y se montó en el animal.

Me rasco la cabeza por detrás, la situación estaba bastante rara, pero supongo que así podré conocer la ciudad de pasó. Me sorprende que un perro obedezca a un raton, aunque me gusta la idea de montarlo, así que no corto ni perezoso me subo con los demás al lomo del camino transporte.

-Ok, iremos contigo- digo simplemente mientras lo hago -Pero al menos nos podrías decir hacia donde vamos? le pregunto al ratón más delgado quien era quien nos había invitado a unirnosles

Le hago un gesto a Asher de "Y qué más da" ¿Prefieres golpearte con la barrera de nuevo?

Una vez que todos se hubieran subido a aquel perro que hacía de montura; el aguerrido ratón ordenó al mastín emprender la marcha, a toda velocidad, hacia el lugar que él había averiguado y que al parecer no le parecía del todo correcto revelar a ese grupo de desconocidos... aunque sí llevarlos consigo a una aventura.

-Nuestra misión es rescatar a una ratoncita secuestrada por el mayor genio del crimen que Londes jamás ha pisado. ¡Y sé exactamente dónde debemos de buscar para encontrarlo!.

Me agarro a Asher fijando de nuevo mi sexy y fibroso culo de ratoncita al pelo del perro. ¡UY! Vaya aceleración.

Se agarró con fuerza al pelaje del canino, sintiendo el viento agitar sus pequeñas orejas. Viajar a lomos de un perro no era cómodo en absoluto: en cada trote su cuerpecito se elevaba y quedaba a merced de la gravedad. Solo de pensar que podía salir disparada la aterrorizaba y con más fuerza se asía a Toby. Cuando procesó las palabras del detective, quien no había dado nombre alguno, sus orejas se tensaron y lo buscó en la maraña de pelo del animal.

-¿Genio del crimen? ¿Se refiere al asesino en serie Jack el Destripador?- gritó para hacerse oir. La idea de ir en su busca no le entusiasmaba, pero aquel ratón de Scotland Yard era su única salida. No obstante, recordó por un momento haberle oído pronunciar un nombre extraño, la mar de excéntrico, y no se parecía en nada a "Jack". Suspiró aliviada.

-¡Olvídelo!-volvió a chillar entre sonidos de chapoteo y el ulular del viento.

-Espero que falte poco... o voy a vomitar-dijo para sí.

El Perro finalmente llegó a su destino; una pequeña tienda de juguetes. Basil fue el primero en ecaramarse al escaparate e investigar; dándose de cuenta de un pequeño orificio que había en uno de los cristales; usando como herramienta el dedo de su gordo acompañante, este mete el dedo en el orificio haciendo que un mucho más grande agujero visible para todos.

-Elemental. Pero ahora necesito sigilo. Los que no se crean capaces de seguirme, quédense aquí.

Con estas palabras, dichas; el ratón entró al interior de la tienda de juguetes, esperando que alguien entrara con el.

Me quedo fuera.

Se levantó unos centímetros de su larga falda y echó un vistazo a sus zapatos. Tenían algo de tacón y la suela era de madera maciza. Cada vez que andaba el suelo repiqueteaba al ritmo de sus pasos. Definitivamente no se trataba del calzado más conveniente para el sigilo y no quería ser una molestia para el detective, que parecía muy curtido en las artes de la incursión y el escapismo.

-Me temo, caballero, que no visto los mejores ropajes para la ocasión. Le sería más de ayuda en la distancia- declaró Clover observando a los dos ratones maniobrar con sus dedos sobre el cristal.

El viaje fue algo movido, habia volado en naves espaciales, pero era la primera vez que monto a un perro. Al llegar, el ratón hablador nos habla sobre "nuestra" misión. Rescatar a una ratona. Nunca pensé que terminara rescatando a un roedor en lugar de aplastarlo con un palo, pero supongo que ahora que soy uno eso no me gustaría nada. 

Estamos frente a una jugetería, que según parece es la guarida de quien sea que el villano de esta peculiar "aventura". El ratón delgado entra al lugar diciendo que es necesario el sigilo. -¿Sigilo para un ratón? ¿eso no venia ya con el pequeño cuerpo y la cola?- Veo a las dos ratonas a mi lado. No creo que vayan a entrar. -En ese casi, nadie te va a seguir- digo divertido -Pero bueno, ya que....- me encojo de hombros mientras me meto dentro de la jugueteria, sin tener ningún tipo de cuidado. Ademas de un gato ¿que es lo que podría pasar?

Dividiéndose así los grupos, Asher entra junto con Basil y el otro ratón regordete dentro de la juguetería, dejando fuera a ambas ratoncillas así como a aquel perro que los había traído allí. Mientras el pequeño agujero se iba cerrando, Basil os lanza una última advertencia u orden, depende de cómo lo quieran ver.

-Cuidad bien de mi inseparable compañero. Él ya es demasiado mayor como para defenderse sólo. No creo que Ratingan tenga fuerzas de ese tamaño salvo eso y no creo que se separe de él... pero aún así, tened cuidado.

El tiempo pasaba y estos tres ratones aún no habían salido de aquella tienda de juguetes; por otro lado, el perro se encontraba tumbado bajo el alfeizar del escaparate, durmiendo y resoplando, ajeno a todo y a todos. La noche se había alzado y la luna se encontraba en su cenit. Mientras las otras dos ratoncillas seguían esperando por noticias de aquellos tres desconocidos.

Clover echaba miradas aprensivas al escaparate de la juguetería. Estaban tardando mucho y desde fuera no podía adivinarse lo que sucedía dentro. Deseó que ninguno estuviera en peligro.

-¿No crees que deberíamos entrar?...-preguntó dubitativa, pues no era la más discreta y sigilosa del mundo, pero el detective parecía muy preocupado por su criminal y Asher había entrado con dos desconocidos, en un... planeta desconocido para él.

Clover palpó los bordes del agujero del escaparate, imaginando la mejor forma de pasar sin rasgar su falda.

-¿Vienes conmigo?-le sonrió a Asrai- También puedes permanecer aquí si no quieres, no te preocupes.

Vas a hacer ruido, sólo vas a conseguir que les descubran, aunque por otra parte, no puedo quedarme sola aquí sin hacer nada, puede ser divertido, vamos.

El perro comenzó a gruñir, interrumpiendo a ambas mujeres en su charla; ambas ratoncillas pudieron observar que en la dirección hacia donde estaba mirando aquella montura, ahora habían aparecido tres criaturas rabiosas de color morado con una apariencia similar a un can gordinflón, pero sin lugar a dudas, no lo eran... al verlas os produce la misma sensación que aquellas criaturas que habíais visto con anterioridad.

Antes siquiera de poder hacer algo, notáis que vuestros cuerpos van cambiando nuevamente hasta obtener el tamaño "normal" sin necesidad alguna de desenganchar los amuletos de aquellas espadas mal diseñadas o llaves excesivamente grandes.

Te hago las dos y tu me dices:

Iniciativa e iniciativa-estocada.

Entonces Iniciativa (Estocada) Solamente tu puedes ver la tirada así que espero tu respuesta.

Me lanzo al ataque contra el primero que se acerque. (Estocada)