Partida Rol por web

Como todos sus compañeros ya han salido del escondite, incluso Erika, y aunque no está de ninguna forma acostumbrado a tal situación, Aki también sale y dispara contra los jimmers.

Todo había comenzado con un día muy tranquilo de tomar paseos por la montaña y estudiar en los momentos de respiro un poco de Matemática… así había comenzado, pero de pronto… mentalmente, no podía trazar el camino que le había llevado a esta situación imposible. Pero el hecho innegable era que se encontraba en ella. Había que actuar conforme con ella...

Claro, para qué vamos a tener paciencia y emboscarlos en cuanto asomen. Mucho mejor salir corriendo y disparando, sí, mucho más lógico. Pienso cuando se adelanta antes de que reaccione, conectando un disparo en una de esas cosas. Dado que no le ha explotado la mano, levanto el arma y disparo un poco torpemente contra el mismo al que Wynonna ha golpeado.

- ¡Por dios, déjanos planear las cosas, señorita Misión Imposible! -le suelto mientras trato de lograr una cierta cobertura por el momento, aunque es probable que en seguida prefiera tratar de lidiar con esa cosa a patadas.

— deja de gimotear y pasa, te cubro  —  espeta a Hans que le ha reclamado por haberse adelantado, pero ya estaban pasando al otro lado del pasillo y ellos se estaban encargando de alguno de los robots que los estaban persiguiendo — pasen, ¡pasen ahora!  — le dice a sus compañeros que también se habían armado de valor para disparar y ella disparó al jimmers que estuviera mas cerca de ellos —yo los cubro —, más les valía acabar con ellos antes de que llegaran hasta ellos sino, estarían en problemas.

Saliendo al pasillo principal todos empezais a disparar los blasters de forma concecutiva. 4 ráfagas enérgeticas salen disparadas hacia los dos Jimmers. Erika no acierta su disparo, pero el resto acaba con los dos jimmers en el suelo destrozados enseñando las partes mecánicas de sus pechos. Dominique se mantenía por detrás de ellos viendo la escena.

Aki corrió rápidamente al lado del robot destrozado y se agachó. No sabía muy bien lo que buscaba, tal vez alguna identificación, o incluso un mensaje… algo que podría explicarle qué significaba exactamente el afrontamiento que acababan de presenciar, y en el que tuvieron parte. “Supongo que los robots fueron un vestigio del sistema de auto-defensa de la base que se activó de nuevo al entrar los jimmers de nuevo, tras todos los años del primer ataque contra la base...”

Dominique vigila la sala, por si hay mas Lechugas alrededor.

"Goro ¿Crees que podrás restaurar al Señor Robot? Se me antoja tan simpatico y taaaaan lindo..."

Erika casi ni vio a donde disparo, pero parecía que ella no había acertado, cosa que si habían hecho sus compañeros que habían terminado con esos seres. Por la misma tensión que soportaba cayo sentada al suelo aun con el arma agarrada mientras suspiraba. Escucha lo que sus compañeros hablan y dice:

Esto… no creo que sea buena idea quedarnos mucho en un sitio… como son robots seguro que los demás ya saben que estamos aquí y vienen

- Ya, gracias por resumirlo... -respondo sin saber si tomarme en serio el comentario de Goro.

A fin de cuentas, yo había mencionado desde el principio que podía ser un sistema de defensa, y después habíamos visto la escena en la que atacaba a los jimmers. Blanco y en botella.

- ...pero ahora mismo estoy con Erika, deberíamos salir por patas de aquí. Ya hemos probado los juguetes, ahora toca volver al mundo real y estamparle un hummer de dos toneladas en el lomo al jefe de estas cosas para sacar a su padre de allí antes de que la cosa empeore, ¿estáis conmigo? -les pregunto, dado que el robot taaaaan simpático y taaaaan lindo sirve de taaaaan poco ahora mismo.

Solo esperando un breve instante por confirmación, sigo lo que decía el mapa para ir en rumbo a la zona de los vehículos, pero andando con más cuidado y preparado para disparar a cualquiera de esas cosas.

Sus improvisados compañeros no estaban completamente desvalidos, sus disparos habían sido certeros y se habían encargado de esos dos robots, pero como dijo Erika, sabrían donde estaban y vendrían más, así que no había lugar a dudas, había que seguir, por eso se le hizo hasta inconsecuente pretender recuperar el sistema de seguridad de la base, la misma de que haberlos visto, seguramente los hubiera atacado. Wynn suspiró.

— vamos, no perdamos el tiempo, hay que salir de aquí cuanto antes — les indica  y comienza a avanzar hacia la salida, no era muy dada a los consensos, en momentos de peligro, no se daba lugar a las decisiones democráticas y el más capacitado en cada momento debía tomar la decisión y seguir, pues una sola duda y todos podrían estar en peligro —  no deberíamos estar lejos — ahora ella iba adelante, el grupo estaba demostrando poder valerse por sí mismo lo que le daba mucho más margen de acción a Wynn, aunque su meta inmediata era sacarlos con vida de esa base y poder buscar a su padre.

Aki estaba por contestar a la pregunta de Dominique, inclinándose con mucho interés sobre las tripas eléctricas del robot, cuando la advertencia primero de Erika y luego de Hans le devolvió la razón. “Sí, es cierto. Hay que salir de aquí, en cuanto antes, mejor. Vamos!”

Como Wynn levantó el arma y tomó con los demás el camino hacia los vehículos que indicaba el mapa.

La zona de los laboratorios está tranquila y llegáis hasta la puerta de salida.  A través de ella cruzais un pasadizo largo y rocoso hasta dar a otra. Según el mapa, al otro lado ya debía estar el hangar. Sin abrirla se podían escuchar voces y ruido. Podéis apreciar la voz del que era el ĺider y estaba mandando sobre sus secuaces:

Venga, espavilad jimmers. Debéis encontrar la forma de acceder al interior del vehículo. Seguramente puedan estar allí los brazaletes.

Se escuchaban golpes metálicos por muchos rincones. Pasos arriba y abajo que deambulaban por el interior del hangar.

Erika seguía con sus compañeros detrás, realmente el tener que haber disparado contra aquellos robots no le gustaba, pensaba que podrían haber pasado desapercibidos y haber evitado un combate, que, aunque habían ganado, seguramente habría alertado a aquellos tipos, por lo que no tardarían en encontrarse con más enemigos y de hecho sus temores se confirmaron poco después.

Una mezcla de sentimientos recorrían su cuerpo al ver a aquellos seres, por un lado el odio de ver a los seres que habían acabado con sus padres, un odio que nunca había sentido realmente por nadie, ni siquiera por aquellas chicas que la llevaron a tratar de acabar con su vida y por otro lado miedo, miedo a que les hicieran algo.

Al escuchar aquellas palabras mira hacia su muñeca, buscaban los brazaletes, sin duda eran los que tenían puestos, los que les habían dado esos trajes, mira a sus compañeros y dice seria:

Buscan esto… todo ha sido por estos brazaletes…

Era cierto, llevaba puesto el brazalete que buscaban aquellos tipos que habían matado a sus padres, todo por esos brazaletes y esos trajes, y ella y sus compañeros los llevaban puestos, mira hacia delante, estaba el vehículo que les podría salir de allí, mira a sus compañeros sabedora que Wyn no dudaría en atacarles y que les arrastraría a una pelea para la que la menos ella no estaba preparada, así que simplemente se mantuvo a la espera.

Detrás de esa puerta estaba el causante de todo lo que había pasado, de esas muertes y de la destrucción. Pudo reconocerlo y se le pusieron los pelos de punta, ya estaban dentro del complejo pero por sus palabras, los robots que habían atacado no habían informado sobre ellos ni mucho menos que tuvieran los brazaletes, Wynn sonrió de medio lado, sin embargo no se atrevía a lanzar un ataque frontal contra esos seres, no sabía cuantos jimmers habían y conocían el poder del líder de esos extraterrestres. 

— ¿hay otra ruta de escape? — pregunta apoyada contra la pared, estando atenta a si se acercaban a esa puerta, era cuestión de tiempo que lo hicieran. Estaba sudando, ella iría al combate, pero esta vez si era mucho más peligroso, — incluso retroceder cuenta... — ya sus compañeros debían saber que si había que atacar, ella los cubriría, era parte de su personalidad. 

Al escuchar esa desagradable voz al otro lado de la puerta, arrugo toda la cara como si estuviese oliendo algo muy desagradable.

- No saben que estamos aquí. Deberíamos entrar y acribillarlos. -digo con cierta simpleza, dado que el precario mapa que hemos visto no da para hacer un plan mucho mejor.

Sí, la cosa esa tira rayos, pero probablemente con el factor sorpresa podamos tumbarlo antes de que reaccionen. Niego con la cabeza muy levemente, en el fondo sé que esto es de locos y que más me valdría salir corriendo que hacerme el héroe.

Para darme algo de convicción, decido centrarme en otra cosa de momento, así que le doy unos toques en el hombro al azul, Erika, y le pregunto:

- ¿Estás bien? -aunque a pesar de todo era más una frase de ánimo que otra cosa, uno de estos "¿estás bien?" que dan ganas de responderlo con un "list@ para comerme el mundo", pero aunque no esté para tanto, si al menos asiente le devuelvo un cabeceo convencido.

No pienso dejar que esos desgraciados tengan a su padre por mucho rato.

“Hay que aprovecharse del efecto de sorpresa”, concurrió Aki con la propuesta de Hans, aunque le rehusó utilizar los términos bélicos que este empleaba. “Sobre todo debemos salir de aquí cuanto antes. Más tiempo nos quedemos, más peligros corramos. No sabemos de otra ruta de escape, y podría costarnos mucho tiempo intentar encontrarla.”

Aki levantó el laser, listo para entrar con los demás en el hangar.

No había nada de valentía en su acción. Simplemente le parecía la opción más razonable, y la razón siempre tenía que ganar.

Dominique prepara su pistola tambien

"Dicen que tienen vehiculos, y que buscan las pulseras"
"Nosotros NECESITAMOS esos vehiculos, y si ven las pulseras, nos matarán para conseguirlas. Así que... BLANCO y EN BOTELLA"

Tras revisar que el arma está lista, que parece ser funcional y que puede ser usada en combate, simplemente dice una frase de un anime MUY antiguo. Una que siempre la motiva

"YATTE-YARUZE!"

Decididos a luchar para buscar una vía de escape, abris la puerta y accedeis al hangar. Podeis ver un inmenso hangar con dos inmensos vehículos en el. Una especie vehiculo acuático con una apariencia que recordaba al delfín mientras a su lado estaba lo que era un león amarillo de tamaño enorme, de algo mas de 30 m de longitud, ambos armados fuertemente. Una gran compuerta cerraba el hangar ubicando la salida de los dos vehiculos.

Los dos vehiculos estaban siendo asaltados por varios jimmers que buscaban la forma de acceder a su interior.

Una gran plataforma de metal cruzaba el hangar y permitía acceder a los dos vehiculos así como al otro lado de este donde habia una puerta. Dos escaleras ubicadas en los laterales bajaban hasta el suelo. En mitad de él estaba el doctor Obler junto al monstruo cerdo observando trabajar a sus esbirros. Al escuchar como se abre la puerta y vuestros pasos se gira, para quedar atónito ante la imagen que ve:

Los liveman! Quienes soys vosotros! Como habeis obtenido los trajes?

Black Rhino se cruza de brazos y se rie un poco

"Jajajaja!!!! ¿En serio quieres saber como?"

"A veces soy una animadora en un evento multitudinario"
"A veces soy una leyenda del cine"
"Y a veces soy el modelo que todos admiran"
"Pero en verdad soy....."

"BLACK BISON! ¡FLASH!"

Dicho esto, coge el arma y le dispara al que ha hablado, que parece el lider, y el campeón nacional de tios feos.
Aunque en su mente, está sonando el tema de M. Bison...

Había que haber esperado el revuelto en el hangar, aún así, y pese a que estaba decidido a enfrentarse a lo que había que enfrentar, Aki estaba unos dos segundos como atontado al ver otra vez el jefe de aspecto terrible de los jimmers. Su personalidad corrupta, podrida, emanaba de todo su ser, incluso de su fealdad.

Pero solo dos segundos, nada más. Porque un sentimiento más fuerte se apoderó de Aki, y se volvió determinante: la atracción que sentía hacia el vehículo del león amarillo. León amarillp: como su traje. Sabía, instintivamente, que el vehículo le pertenecía, o al menos le pertenecía ahora por vestir el traje. El traje que, más que sólo vestir el cuerpo, parecía otorgarle nueva determinación, más fuerza, más coraje: o más que sólo parecer que hacerlo, Aki sabía, de alguna forma, que el traje lo hacía definitivamente.

Como si el traje y el vehículo eran vinculados a través del espacio de los metros que los separaban, Aki sentía la atracción del vehículo tirar de él: como dos amorosos anhelando el encuentro. Más, Aki, a través de su traje, sintió el temor que el vehículo podría dañarse por los intentos destructivos de los jimmers.

No se lo pensó dos veces: marchó con grandes zancadas sobre la plataforma en dirección del león amarillo, para unirse con él, para instalarse en él y activarlo, al mismo tiempo que disparaba casi furiosamente con el laser contra los jimmers que lo atacaban.