Partida Rol por web

Os vais acercando hasta lo que notais son paneles de control y por el tacto empezais a tocar botones al tun tun sin saber que es lo que vais a activar. Las luces se encienden de repente dejando ver un centro de control lleno de ordenadores enormes, tipicos de los años 80. Varias pantallas se encienden y dejan ver diseños sobre lo que era un proyecto secreto: en una pantalla podeis ver el diseño 3D de 5 trajes de colores con cascos con diseño de animales. Se distinguian un bufalo, un rinoceronte, un águila, un delfín y un león. En letras debajo se leía PROYECTO LIVEMAN. Los modelos arcaicos de la época iban rotando en 360º.

En en lateral derecho había un mueble similar a un armario. Este se voltea por el centro y aparecen 5 pistolas que bien podían salir de una pelicula de ciencia ficción. Por su forma bien podían disparar láser y no balas. En el centro había una mesa enorme como las típicas donde se discuten estrategias. Era de color blanco mate. La zona central se abre y una pequeña plataforma emerge. Se deja ver dos pares de piezas que iban conjuntadas. Eran una especie de brazaletes extraños donde uno llevaba la insignia del animal, y el otro el logotipo del proyecto. En otra pantalla aparecía se veía como una simulación de un muñeco explicaba su activación. Para ello se debían poner cada uno en una muñeca y golpear el icono del animal con el otro superponiendolos uno con el otro.

Por lo menos Goro había entrado en razón, no había querido ser tan autoritaria, no tanto por lo menos, pero si intentaba salir, o cualquier otro, se hubiera planteado seriamente darle con una varita del olvido, desmayarlos y amarrarlos para que no se pusieran en peligro innecesariamente. No quería hacerlo, pero lo habría hecho, sin embargo se llevó una sorpresa con Goro, no sabía que fuera tan valiente, ¿donde había ocultado toda esa vehemencia el señorito cubitos?. Sí, le llamó mucho la atención, pero debió enfocarse en encontrar algo que les sirviera. 

y vaya que lo encontrarían. 

Cuanto todo se encendió y reveló las armas, los trajes y esos brazaletes, Wynn alucinó y se quedó pegada a la pantalla donde estaban aquellos trajes extraños que parecían ser de un especie de motorista de espectáculos, pero no debía serlo, estaban en una base militar y ahí no hay juegos. La chica se deslizó hacia donde estaban las armas, y sin dudarlo tomó una a pesar de que eso alertaría a sus compañeros, pero ella lo hizo de todas formas. Era liviana, más que la pistola que tenía en su cinto, esta era demasiado extraña, y su cañón era distinto. ¿eran de ondas sonicas?.

— no, son de laser — dice en voz alta, auto respondiéndose, recordó las marcas que había encontrado en el cuerpo de Jones, esas quemaduras que no eran sangre, lo que la hubiera matado, había cauterizado sus heridas y de seguro los cuerpos que habían encontrado en el camino, habrían sufrido lo mismo, pues a pesar de haber sangre en las paredes, no era la carnicería que debió ser. Se giró hacia sus compañeros para hablarles — esto deben estar buscando esas cosas — bingo, pensó, estaban en el lugar más peligrosos de todos.

— pero no entiendo porqué abandonaron esto... — se mordió el labio inferior, y mantuvo el arma en su mano, y se acercó a su compañero, era el cerebrito de la operación o por lo menos así lo consideraba ademas debía ser una especie de geek raro que le gustaban los computadores antiguos y las consolas de 16 bits — Goro ¿puedes encontrar algo de información sobre este proyecto Liverman?.... estas... eh... vejestorios deberían guardar algo de información o eso creo — le puso su mano en el ante brazo antes de ir a ver los brazaletes, no estaba pensando en que todo aquello fuera un terrible error, es decir, el sacar las cosas y jugar con ellas, pensaba en que si funcionaban podrían ayudarlos a salir de ese sitio, así que se puso delante de la plataforma donde estaban los brazalete y tomó un par, observándolo de cerca, los ojos le brillaban, y no era para menos, era como un libro de ciencia ficción, pero por desgracia era la realidad y estaban en peligro si realmente esas cosas estaban buscando esos artilugios u otras cosas, pues ¿qué más se podría ocultar en una base militar secreta y cerrada a cal y canto cuanto la atacaron?. Quizás habían extraterrestres ahí...

rayos, pensó, y sus ojos se cruzaron con los de Erika, como si con eso existiera una comunicación telepática entre ellas,... y si... ¿y si esos terroristas eran extraterrestres?. No, ya era mucho, pero de por sí las cosas estaban demasiado extrañas, sin embargo eso explicaría muchas cosas. Tragó saliva y se quedó con esas ideas oscuras rondándole, sin atreverse a compartirlas con sus compañeros, tanto por miedo a que la consideraran loca (no eran amigos y de hecho a uno ni lo conocía, así que de seguro pensaban que era extraña de por sí), sino que los podría alterar demasiado, pues si eran terroristas era algo de este planeta, alto que podrían combatir los policías, la guardia civil, los militares, pero ¿si era una maldita invasión de extraterrestres?. Mierda... Apretó los dientes y como seguía manipulando los brazaletes, revisándolos e inconscientemente dándose cuenta que  encajaban uno con el otro, así que, sin darse cuenta, y no siendo tan lista,  juntó ambos brazaletes...

El sonido que acompaño a la activacion hizo que Erika se sobresaltara, ante ellos empezaron a aparecer cosas, cossas que desconocian, unos modelos 3d bastante arcaicos de unos trajes algo extraños, unas armas aun mas extrañas y unos brazaletes. Estos fueron lo que mas le llamaron la atencion, se quedo mirandolos mientras Wyn hablaba, quizas aquellos eran alguna clase de aparato que les oermitian identificarse dentro de la base, casi para si misma decia:

A lo mejor... son como las tarjetas de identificacion de ahora... a lo mejor... con ellas podemos... pasar por los sitios que hay con puertas como las de antes

Observa como Wyn coge una de esas armas, realente no parecian armas de verdad, mas bien le recordaban a las pistolas de esa antigua maquina de videojuegos que su padre tenia en casa y que habia en aquel salon de juegos retro al que fueron una vez. Se queda observando a la chica y cuando dice lo de laser le mira extrañada, pero su atencion seguia con los brazaletes, coge dos de ellos y los mira mas detenidamente cuando Wyn se coloca al lado cogiendo tambien dos de ellos, mira a sus compañeros y dice:

A lo mejor... con estos podemos pasar por todas las puertas... ¿no creeis? A lo mejor son como las tarjetas de ahora, ¿no creeis?

Decia mientras se probaba uno de ellos, aparentemente le iban bien y eran curiosos, ella tambien se da cuenta que ambos podrian encajar, pero no hace ningun movimiento para intentar que encajen, se queda mirando a Wyn, de todas formas quizas estaban estropeados por el tiempo, o quizas si eso era lo que querian les sirviese para darselos a cambio que no les hicieran nada.

Sin embargo, muy en su interior una pequeña muy pequeña voz le decia que ojala eso le sirviera para hacerselo pagar a aquellos tipos.

De verdad acaban de activar algo… y Aki espera que no sea una diablura que les sale de las manos.

“Tened cuidado”, les advierte Aki a Wynonna y Erika que ya han tomado los brazaletes. “Aún no sabemos de qué tecnología se trata. Y Wynonna yo que tú con esta arma no disparará antes de saber qué dispara.”

Siguiendo la sugerencia de la última, se pone a manejar los ordenadores para aprender algo más sobre el proyecto Liveman que ven mostrado en la pantalla, y concretamente sobre el funcionamiento de los brazaletes y la índole de las armas.

Levantó la vista hacia sus compañeros, tenía el arma delante de ella, la había dejado sobre el mesón donde estaban los brazaletes, y le sonrió ampliamente a Goro, lo que a cualquiera no le daría buena espina.

— ay, por favor, que aburrido eres, Goro-san —  le guiñó un ojo —  creo que vi unas latas por ahí, podríamos empezar tus clases de tiro —  le movió las cejas de arriba hacia abajo, pero le haría caso, no dispararía aún, a menos que sea necesario y realmente confiaba más en esas pistolas vintage que en las pistolas que tenía en su cinto. 

“Ya estoy ansioso por comenzar las lecciones esas de tiro”, murmura Aki los dientes apretados por la concentración al intentar tomar acceso de los bases de datos. Sus dedos vuelan con cierta frenesí sobre el teclado. “Y en un minuto nada más te diré qué pasará con las latas una vez que tiremos con estas preciosidades sobre ellas...”

Se muerde los labios, descifrando códigos, interpretando mecanismos de control… Le dan bien las máquinas y planos informáticos. Se puede hundir en ellos como un pez en el agua.

Con el arma y con los brazales en las manos, se acerca a donde está Goro y se inclina sobre su escritorio, el chico movía los dedos con una rapidez endemoniada y no pudo sino admirar su habilidad, ella no tenía más allá de conocimientos básicos en computadoras, es decir, word, Facebook y navegar por la red, ya saben, habilidades básicas de sobrevivivencia, pero este chico parecía ver todo lo que pasaba en esa pantalla mientras movía sus dedos.

— nunca te había visto en acción, eres realmente bueno — en realidad sería bueno si supiera lo que estaba haciendo, pero con la seguridad con la que se movía, asumió que tenía pleno control sobre lo que hacía. — ¿alguna vez pensaste en entrar en el sistema militar?... a menos que seas un hacker buscado por el FBI... ohhh ¿Es así? ¿dame tu autógrafo? — puso sus manos en sus hombros, riendo, nuevamente, este chico era realmente curioso.

— vale, me quedaré callada... es sólo que me aburro — se sentó en el borde del escritorio, aún manipulando los brazaletes — de todas formas creo que lanza rayos láser... Jones tenía marcas negras y no era sangre como parecía, eran de quemaduras, como si algo caliente la hubiera atravesado — su voz se colocó más seria, había dejado a un costado de ella su arma — esa cosa, el tipo del disfraz... eh... creo que lo llamaron... ummmm Piggy-zuno, también lanzó un rayo cuando nos atacó, realmente creo que lo que buscan es esto... el proyecto Liverman, de hecho, creo que les puede pertenecer — se mordió el labio inferior y buscó la mirada de su compañero. 

— claro que tendrás las clases express de tiro — le da una palmada en el hombro y se cruza de brazos, suspirando con un aire preocupada. 

Goro se pone delante de un ordenador y coge el teclado. Sus conocimientos le permiten ver que usa un sistema operativo similar al Linux, pero mas arcaico. Era una consola de texto donde se debía introducir los comandos manualmente. Observa que los comandos básicos seguían funcionando en esos años. Parece que buscar información sobre el proyecto Liveman le iba a costar algo de trabajo.

Por el pasillo se escuchan pasos que cruzan corriendo.

Al escuchar los pasos, se pone en alerta y deja las payasadas, tomando la pistola que habían sacado del almacén y haciendo pasar el percutor, avanzando hacia la puerta en donde se apostó a un costado, con el arma apuntando hacia abajo e intentando mirar por el pasillo. También había tomado el arma misteriosa, la que estaba segura que lanzaba rayos, pero esa la había dejado en su espalda, obedecería a Goro de uno usarla hasta saber qué hacia. 

Le hizo un gesto a todos para que guardaran silencio, aunque La Luz que proveía de ese cuarto anunciaría que estaban ahí, era evidente que pronto tendrían compañía, así que ahora todo estaba en manos de su compañero, si es que encontraba alguna ventaja que pudieran sacar de todo aquello.

“Mh… pero ¿qué dices? ¿Entrar en la FBI? … De hecho, nunca en mi vida he hecho algo que infrinja las normas. Además, en realidad, en comparación con otros del dominio, mis conocimientos sólo son básicos”, reduce Aki su talento a sus proporciones justas si se tiene en cuenta lo que otros pueden lograr. Pero, pese a su humildad o realismo, puede fácilmente mantener una conversación mientras que sigue en su estado ensimismado buscándose su camino por los comandos y códigos.

“Mh… que han venido aquí para buscar el proyecto Liveman...”, da eco a la teoría de Wynonna. “Pero si es cierto, no pueden haber sido ellos que fueron los primeros en atacar la base. Porque en este caso, ya lo habrían encontrado desde hace mucho tiempo.”

Se alerta por los pasos corriendo por el pasillo y redobla su concentración, enfocándose por completo en la tarea de obtener rápido las informaciones esenciales sobre el proyecto.

Erika había tomado un par de esas pulseras y se las guarda, estaba segura que tenían que servir para abrir puertas o algo asi. Se gira y ve como Goro esta con el ordenador mientras que Wyn parece alerta por unos pasos que se escuchan, ella se acerca a donde esta Goro y se coloca a su lado, parece que el chico no consigue hacer mucho con el ordenador, ella se le mira y dice tímidamente:

Esto… ¿puedo intentarlo yo? no se me dan mal los ordenadores… a lo mejor tengo un poco de suerte

Si Goro se lo permite se coloca delante de la pantalla y el teclado y empieza a teclear, al principio se queda unos segundos pensando y después empieza a teclear a gran velocidad, mira la pantalla y teclea a una gran velocidad e introduciendo algunos comandos.

Aki se apartó de la pantalla, enjugándose la frente. Por alguna razón sobre la que no podía meter el dedo, no avanzaba entre los códigos. A lo mejor Erika sí podría obtener las informaciones del sistema que se ocultaban a él.

Vaya mi grandilocuencia. Primero la puerta, luego el ordenador… al fin y al cabo, no soy útil para mucho.

Goro solo habia logrado sacar mucha información pero nada claro. Pantallas y pantallas de informacion pasaban rapido por la pantalla, pero nada más. Erika con algunas indicaciones de su compañero supo manejar el tema mas tranquilamente. Pudo ver que mucha parte de la información estaba corrompida, en un intento de ser borrada, pero aun quedaban restos de datos. Con dificultad pudo obtener unas pocas lineas, pero claves para enteder algo más. Mas parecido a una memoria en un archivo escondido:

Proyecto Liveman

Me llamo Yusuke Amamiya, soy uno de los pocos supervivientes del grupo Liveman. He podido escapar con parte del proyecto Liveman ante el sacrificio de mis compañeros. Derrotamos al profesor Bias, pero se pagó con muchas vidas. Me he fugado a los EEUU para esconderme y mantenerlo en secreto. El servicio de inteligencia descubrieron el proyecto, y me aseguraron de crear un base secreta para esconderlo. Lo vieron como un producto militar y empezaron a buscar nuevos reclutas. Yo quedé relegado a solo un cientifico y a ayudar en su progreso.

Si lees esto Erika Ibochi, quiere decir que la base ha sido atacada por fuerzas del mal. El profesor Bias pertenecía a una sociedad alienígena conocida como el Claustro Oscuro. Si estás aqui, haz desaparecer todo sobre el proyecto: brazaletes, armas, y autodestruye los tres vehículos que hay en el hangar. No sé si podré hacerlo yo.

Saludos

Yosuke Amamiya

Este archivo tenía una orden de envio, dado que estaba en una cola. Por alguna razón no se llegó a enviar a un correo concreto: EIbochi@uniBoston.net

Erika se queda mirando la pantalla, tras teclear algunos comando consigue acceder a un documento que en general es bastante inquietante, realmente no termina de creerse lo que está leyendo, mientras lo lee dice a sus compañeros:

Chi... Chicos, mirad esto... No puede ser ¿verdad?... Una sociedad alienígena... ¿qué está pasando

Realmente aquello no tenía una explicación lógica, pero según iba leyendo iba pareciendo todo más lógico, aquellos tipos extraños, los robots que les habían atacado y que parecía que estaban buscando algo, no podía ser verdad, pero la evidencia era demasiado grande todo parecía demasiado cierto, de hecho tras leerlo una vez y volver a leerlo todo le parecía incluso lógico, miro los brazaletes que había cogido y dice:

Destruirlo todo... Estos brazaletes... Esa pistola... Parece que esos tipos verdes han... Esto es lo que buscan... Buscaban algo... Seguro que es esto...

Decía con cierta preocupación, si lo que ese documento decía era cierto sus padres habían muerto por culpa de eso, ella lo mira sin saber muy bien que hacer, mira a sus compañeros con una mirada como diciendo "¿qué hago?, decidme que hago"

“Me sobrepasas, Erika. Me quito el sombrero”, dije metafóricamente al no llevar ninguno. Luego leí el mensaje con la misma inquietud que también se pintaba en el rostro de mi compañera. Me aparté para que los demás también pudieran ver lo que decía que habíamos descubierto.

“Una raza alienígena…”, murmuré por lo bajo. En realidad no me lo podía creer, tal vez el científico, habiéndose encontrado acorralado por fuerzas de intereses gigantescas, había mal percibido los hechos – si el Estado, el Ejército o una Multinacional se ponía en tú contra, fácilmente te podía parecer la avalancha de fuerza contraria como una invasión alienígena.

Sin embargo, algo tuve claro, casi instintivamente: el tales constelaciones, el científico solía ser el inocente, y los del Poder (de que forma que fuera) eran de temer y de temer mucho por el mal que podían desencadenar.

Reflexioné un instante, pero un instante nada más. Cogí también un brazalete y uno de los armas. “No deben acabar en manos equivocadas”, expliqué el gesto. Y puse mis ojos de nuevo en Erika: “Erika-kun, ¿crees que puedes hacernos ver un mapa de la base que puede indicarnos un camino para salir de aquí? Yo también lo intento, pero mucha confianza no tengo...”

Sin embargo, me hundí de nuevo en las líneas de códigos, los dientes apretados. Habiendo seguido muy atentamente los manejos de Erika, tal vez ahora me resultaría ponerme en control del mar de código.

Desde la muralla donde se había parapetado, miró de reojo a sus compañeros, su sospecha de que estaban lidiando con algo superior a una cádula terrorista se estaba confirmando aunque aún parecía una historia sacada de algunos cuento de terror. Wynn chasqueó la lengua, aún intentaba ver por esa puerta, pero no lograba divisar nada  importante, ni ruidos, ni robots ni nada por el estilo y su atención estaba en eso hasta que Erika exclama de que debían destruir todo, tras haber resuelto de mejor manera el tema de los computadores, ambos chicos eran unos cerebritos, pero Erika parecía ser la verdadera hacker del grupo. 

—  no sé porqué no me extraña — dice entre dientes— digo, sí, deben estar buscando esto, todo esto — exclama sin apartarse de la puerta, aquella carta póstuma solicita destruir todo, todo aquello que le pertenecía en realidad al gobierno pero estos lo habían abandonado ahí, junto con todos los cuerpos de los soldados, debía haber otra razón para eso, debía más allá de que era un proyecto secreto. Aunque pensándolo mejor, quizás era por eso mismo. 

—  Chicos, ¿creen que podríamos utilizar esas cosas antes de destruirlos? —  era una maniobra arriesgada, impensada de hecho — esas criaturas nos esperan afuera y no podremos con ellas sólo con armas viejas y palos y más si nos encontramos con los otros dos, creo que si lo tomaron los militares debe ser porque son armas y podemos usarlas para salir de aquí —  sacó los brazaletes que había guardo en su bolsillo, sí, le daba miedo, sin embargo si era una salida.

Erika sonríe apurada al cumplido de Goro, no estaba acostumbrada a escucharlos de gente de su edad, inclina levemente la cabeza mientras dice:

Mu...muchas gracias… solo he tenido algo más de suerte que tú

Entonces presta atención a lo que los demas decian, tenian razón, aquello era realmente peligroso, pero no sabia muy bien que hacer, fue entonces cuando cayó en la cuenta de algo:

Esto… en el mensaje se habla de unos vehículos o algo asi en un garaje y si… y si podemos usarlos para escapar

Mira a Goro que le había pedido que buscara un mapa de las instalaciones y añade:

A lo mejor… si encontramos un hangar como dice… y usamos esos vehículos

Decia mientras se ponía a tratar de encontrar algo buscando en esos ordenadores antiguos.