Partida Rol por web

Angus fue inteligente y cambió con mucha habilidad de posición hacia otro edificio cercano y sin enemigos a mano, para poder así agazaparse y esperar durante el tiempo necesario a las tropas enemigas. Las cosas se habian complicado ligeramente, pero al fin y al cabo, ningun plan sobrevive al choque con el enemigo... Era hora de improvisar como él sabia. Tenia munición suficiente para cada alemán de esta zona, y paciencia para esperar una guerra entera en hacer un disparo, asi que solo era cuestión de tiempo.

Trago saliva tras la mesa y apunto hacía la pared que se encuentra hacía la izquierda la zona donde la pared y la puerta tienen menor espacio y realizo una rafaga horizontal esperando que quiza al ser las paredes poco gruesas las balas alcanzasen alguno de esos cerdos tenia que acabar con ellos como fuese y reunirme con mis hombres, al menos mis disparos les servirian para que yo llamase la atención de los nazis y darle suna opotunidad para que no les jodieran a ellps tambien, solo habían dos opciones salvar al mayor numero posible y si no lo era volver con los pies por delante luchando hasta la ultima gota

Mientras me pongo en bandolera mi Sten, por si hay que barrer de sopeton a nuestros germanicos vecinos, en voz baja pero lo suficientemente alto para mis compañeros me oigan digo:

Muchachos, alguien deberia ir abajo a buscar a nuestros objetivos, Pepe y yo nos encargamos de cubrir la entrada de este lugar, pero hay que sacar a nuestros amigos rapidamente, a demas en cuanto matemos algunos boches, podran armarse y participar en el jaleo si hace falta, pero en las celdas no hace nada... Deberia ir alguien a sacarlos. ¿Que os parece chicos? ¿Pajitas cortas?

Miller apunta a la pared y dispara una ráfaga de ametralladora. Las balas agujerean la pared atravesándola pero sin alcanzar a los alemanes. Uno de los soldados abre de una patada la puerta de la habitación adyacente y entra. Entonces Miller oye gritar a alguien en inglés.

-¡Aquí, estoy aquí! -se escucha la voz. Parece provenir de alguna habitación del primer piso.

En la planta de abajo, Larkin se pone a vociferar a voz en grito algo sobre matar boches y buscar prisioneros en sótanos inexistentes. Pepe le mira alarmado cuando se pone a gritar de esa forma y los alemanes que están fuera, que le escuchan, se asoman por la ventana y acribillan la habitación con sus subfusiles. Las balas hacen trizas la pared, el mobiliario, la ventana y alcanzan a Larkin. El soldado cae al suelo herido cuando le alcanzan varios impactos. Pepe a su lado logra echarse al suelo a tiempo.

Unos instantes antes de que los alemanes asomen sus subfusiles por la ventana, Márquez se tira al suelo. Hecho un ovillo se protege como puede mientras las balas se incrustan a su alrededor, en paredes y puertas, haciendo un ruido de mil demonios.

¡Joder, nos están breando vivos! hay que subir al piso de arriba y reagruparnos con el teniente.

Cuando el estruendo de los disparos cesa, el ex-republicano español se da cuenta de que su compañero Larkin está herido. Malamente se arrastra hasta él e intenta ponerlo a cubierto en un lugar seguro. Luego observa las heridas  de su colega esperando que sean algo leve y pueda recuperarse con rapidez.

- Animo camarada, esos cerdos nazis no podrán con nosotros. De peores hemos salido.- le dice para darle ánimos.

No me lo podia creer, esos putos nazis... nos las pagarian. Con la sorpresa en los ojos, miro a mi compañero, y asentimos a la vez, sacamos una granada cada uno, y quitamos las espoletas (no vaya a ser que estos super nazis nos las devuelvan), contamos hasta tres, y las lanzamos fuera de la habitación, (que ni es un lanzamiento en verdad, simplemente es "echarlas" con un poco de impulso fuera).

Toma esas... esos si que es "sugerir que se aparten", ¿que no tio?, jejejejeje.

Interrumpo las risas cuando los pinchazos acuden a mi, y con un trago de mi cantimplora, ingiero un par de tabletas analgesicas.

La importancia de un buen francotirador era mantenerse en movimiento, así que abandonas tu puesto en la azotea del edificio para desplazarte a la que estaba más a la izquierda. Tenías el presentimiento de que los alemanes intentarían regresar al puesto de carretera desplazándose por la parte de atrás de los edificios y no te equivocaste. De la esquina, viste surgir a uno de los alemanes, agachado y asomando únicamente la cabeza. Del cuartel general seguían llegando disparos y explosiones. Tus compañeros seguían en la brecha.

Podía escuchar las voces de mis hombres y los disparos negue con la cabeza y solte un fuerte suspiro y entre susurros dije

-Esto se esta llendo a la mierda...no es tan dificil seguir unas putas ordenes coño...pero no siempre tiene que haber heroes

Aguante con fuerza mi ametralladora escuchando ahora una voz cerca de mi parecia en la habitación de al lado "Son ellos seguro, estabn ahí nuestro objetivo es salvarlos tengo que encargarme de esos cabrones nazis y sacarles de aqui" obsserve de reojo mientras no le quitaba la vista a la puerta de la que sabía que esos cabrones estaban acechandome a un lado y otro y cuantos menos supiesen donde me situaba era mejor trague saliva podía sentir el palpitar de mi corazón en la carotida y la sien fuerte y continua intentaba apciguar el ritmo de mi respiración, tan solo esperaba escuchar caminar a uno de esos cabrones para dejarlo como un colador

Carrick se echa al suelo.

-Joder... ¿qué coño...?

Parece desconcertado y confuso. Lo que parecía una situación controlada, ahora parece que se hunde muy poco a poco.

-Aquí no hago una mierda...- se dice a si mismo.

Rápidamente intenta romper el cristal de la ventana que tiene cerca. Si los nazis siguen su pista pensarán que ha entrado en la casa, por lo que si quiere despistarlos tendrá que ser rápido.

Su movimientos son algo más torpes que de costumbre, pero aún así intenta mantener el tipo. Examina la habitación. Una silla, un escritorio, y una jodida bombilla es lo único que hay. Tiene toda la pinta de ser una sala de interrogatorio. Carrick se pega a la puerta para ver si escucha ruidos en el pasillo interior.

Pepe se tira al suelo junto a Larkin cuando los germanos empiezan a repartir plomo. Intenta sonreir y darle ánimos a su compañero pero en su fuero interno está preocupado: las heridas parecen serias. Haciendo un gesto de comprensión silencioso, ambos desenganchan sus granadas y las lanzan al unísono hacia el exterior. Los dos proyectiles estallan a la vez haciendo saltar por los aires los cuerpos de los alemanes. El trio que lleva a Carparso a rastras también cae al suelo por la onda expansiva junto con su prisionero. Uno de los boches saca su Luger y le apunta a la cara de Caparso mientras grita en un torpe inglés:

-¿Cuántos sois, hijo de perrra?

Carrick se cuela en el edificio y llega hasta la puerta de la habitación cuando oye el estruendo. Sonríe pensando en sus locos compañeros. En el piso de arriba, Miller maldice al oir las explosiones porque le impiden escuchar lo que pasa fuera, en el pasillo. Y es por eso que uno de sus enemigos logra deslizarse por la cornisa y aparecer en la ventana tras el capitán aliado. La ráfaga de metrallera alcanza a Miller en la espalda arrojándole sobre la mesa. La mochila amortigua los balazos pero siente el cálido contacto de la sangre en su piel.

Bueno si me lanzo con el cuchillo y le ataco tambien caeria pues el tiene menos punto de apoyo que yo ¿no?