Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

I - Un acaudalado enemigo

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14/07/2014, 18:51
Director
 

Amn, un poco de historia

“Pídele a un amniano que te cuente la historia de su país, y te encontrarás con una mirada digna de tener la mente tan en blanco como la de un zombi. En su implacable persecución de todo lo monetario, los amnianos han olvidado su pasado para vivir por el presente. La única historia que murmuran son los anales de la familia contándote como cada casa mercante llego a donde está ahora. En lugar de honrar a sus héroes de guerra o grandes magos del pasado, Amn se congratula de los negociadores, contables y aquellos que cuentan con los favores de Waukin. Apiádate de ellos”

- Rey Haedrak III de Tezhyr

 

Amn es conocida en los Reinos como el "Dominio de los Comerciantes". Esta región es una de las naciones más jóvenes del sur de la costa de la Espada. Si el dicho "sigue el dinero y hallarás respuestas a muchos misterios" fuese verdad, muchos investigadores y aventureros terminarían en Amn de seguro, puesto que el dinero fluye allí como en ningún otro país; los sembianos podrían sentirse ofendidos por esto, pero es verdad. Casi todos los comerciantes o bien hacen negocios con Amn o bien pasan por ella durante el curso de los tratos de negocios de un año. La localización de Amn beneficia su naturaleza mercantil, pues es el trampolín para los productos calishitas y tezhyrianos que se dirigen al norte hacia las Tierras Centrales. Los recursos naturales del país y la maña de sus gentes para los negocios pronto llevaron a Amn a elevar su estatus principal a uno de los más importantes centros de comercio en los Reinos. Amn es tan importante como Sembia y Aguas Profundas incluso en sus propios mercados geográficos, y los tres países tienen arraigadas rivalidades.

El futuro de Amn es cuanto menos incierto, con momentos oscuros y momentos brillantes. Sus comerciantes y sacerdotes han descubierto hace unos años un nuevo país en el oeste, Maztica, el cual Amn está colonizando y explotando, produciendo problemas en su hogar y en el extranjero. Tezhyr, el vecino del sur de Amn, se ha estabilizado como un prometedor rico compañero de negocios. Sin embargo, y aunque pueda parecer que todo va viento en popa, algunas ciudades amnianas están al borde de la rebelión, intentando unirse a Tezhyr por motivos puramente económicos, pero claro, ¿por qué otra cosa podía ser si no? 

Últimamente, se están oyendo a menudo rumores de ejércitos de monstruos, magos locos y conspiraciones para derrocar al Consejo así como el siempre persistente rumor de una posible guerra contra cualquier región adyacente. No es nada nuevo bajo el sol y no hay porqué asustarse, algunos pueden ser verdad y otros no, aunque después de lo que sucedió hace menos un año, en el que el un mago descontrolado llamado Jon Irénicus casi acaba con todos los magos encapuchados de la zona, la gente tiende a pararse a escuchar con más atención cualquier rumor. Por suerte un grupo de aventureros consiguió derrotarlo y devolver la tranquilidad a la zona. Pero eso es otra historia...

Desde el exterior los extranjeros ven Amn como un nido de conspiración y caos. Sin embargo, para los nativos, importa poco quien esté en el poder con tal de que los negocios sigan marchando sin interrupción como hasta el momento sucede.

 

Athkatla, la Ciudad de la Moneda, es la capital del país, la ciudad más antigua y el centro social y mercantil de Amn. Como la séptima ciudad portuaria más atareada de los Reinos, los negocios son su esencia de vida y cualquier cosa o cualquiera puede ser comprado o vendido aquí. La ley suele quedar cegada por el destello del oro aunque eso no quiere decir que no haya que responder ante alguien.

La ciudad es gobernada, así como la región entera por un consejo conocido como El Consejo de los Seis. ¿Quienes son estos individuos? No se sabe en absoluto. Sólo se los conoce por el nombre de su cargo y cualquier persona se cuida mucho de andar con averiguaciones sobre quienes son en realidad. La mayoría de las veces, por no decir todas, los curiosos acaban desapareciendo sin dejar rastro o muriendo de las formas más disparatadas. Parece que una suerte sobrenatural les ha bendecido para que no se los identifique. Así han gobernado durante muchos años...y los que aún les queda.

Una guarnición de unos 4.000 hombres se encarga de velar por la seguridad a pie de calle, cerca del siempre vulnerable ciudadano. No suelen andarse con contemplaciones en lo que se refiere a disputas o reyertas y muchas veces los implicados, tanto agresor como agredido prefieren desaparecer antes de que la guardia se personifique en el lugar. Siempre habrá tiempo más adelante para arreglar cuentas mediante algún rico mercader que abogue por alguna de las partes, y si eso no es posible, existen otro medios de solucionarlo que no incluyen la palabra.

Athkatla es una urbe gigantesca, donde su población puede oscilar desde los 120.000 habitantes en invierno hasta los 400.000 en verano y primavera, cuando los desplazamientos a través del territorio hacen que muchos mercaderes pernocten o traigan sus mercancías hasta aquí, ya sea por tierra o por mar. ¿El motivo? Sencillamente su gran mercado, el Paseo de Waukin, una estructura con cuatro niveles que deja pequeña al mercado más grande de Aguasprofundas. Vender aquí así como comprar es un signo de prestigio y la gente se deja ver en él ya sea mediante grandes comitivas de esclavos que flanquean a su señor o con elegantes trajes de colores chillones que permiten distinguir a una persona desde Luskan, allá en el lejano norte. Cualquier mercancía medianamente corriente puede ser encontrada en cualquiera de las muchas tiendas que salpican la superestructura. No quiere decir esto que otros artículos menos corrientes no estén disponibles, sólo que hay que conocer a la persona indicada para conseguirlos.

Podríamos seguir hablando de la ciudad durante días y nunca acabaríamos de describir exactamente como es la vida en cada uno de los rincones de esta maravillosa ciudad. ¿Por qué no echamos un vistazo más de cerca? Hay siete jinetes que se acercan en estos momentos a sus imponentes puertas. Vamos a echarles un vistazo....

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15/07/2014, 07:45
Director

Athkatla, primer día de Mazho. 1370 CV. Año de la Jarra.

El viaje hasta Athkatla había durado los dos días exactos que Davros había previsto cuando el grupo se reunió a la entrada del pequeño pueblo de Cherrybroof. Habían pasado las frías noches durmiendo en las posadas que el antiguo guardián de caravanas recomendaba. Lo bueno que tenía esta ruta era la gran cantidad de posadas, tabernas y casas de postas que salpicaban las orillas de la carretera, con lo que era improbable quedar a merced de los elementos o de otros peligros propios de las zonas salvajes. El tráfico rodado, a lomos de monturas o incluso a pie también se había visto incrementado a medida que la compañía se acercaba hacia la Ciudad de la Moneda. Además, hoy, al ser primer día del año, seguramente las puertas estarían atestadas de nuevos mercaderes registrándose como residentes para los meses de invierno que se avecinaban.

Las nieves no tardarían en llegar como Losse había indicado señalando las inmóviles nubes blancas que cubrían el cielo azul como un espeso manto blanco. Los primeros copos pronto caería sobre tejados, calles y árboles, había anunciado enigmático. De ahí a que los pasos de montaña se viesen cortados por el hielo y la espesa nieve no pasaría más de una dekhana lo que haría que las caravanas mercantiles redujesen sus viajes a uno o dos al mes si las circunstancias lo permitían.

Las primeras gaviotas surcaban los cielos por encima de las cabezas de la compañía de aventureros anunciando con sus graznidos que el gran mar de la costa de la Espada estaba cerca. Además de ello, el inconfundible olor a salitre era perceptible incluso antes de divisar las gigantescas murallas de la ciudad repletas de pendones ondeantes al viento que contenían entre ellas otro mar de tejados rojos, marrones y blancos.

Una larga y serpenteante cola de cerca de una milla formada por carretas, jinetes y grupos de personas aguardaba su turno para entrar en la populosa ciudad. El grupo se colocó tras un ruidoso grupo de leñadores de los valles que esperaban vender su cargamento de madera antes de que cayesen las primeras nieves.

 

 

 

 

Notas de juego

Os aproximáis a Athkatla por la Puerta Sur, que da al Distrito del Cementerio. (Grave District)

Os dejo para que roleéis vuestros próximos movimientos mientras aguardáis en la cola vuestro turno. 

 

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15/07/2014, 10:09
Allen Shesar

Allen estaba impaciente por entrar en la ciudad. Al ver la cola y las impresionantes murallas de la gran urbe se dio cuenta de que la búsqueda de su hermano no sería fácil, aunque sabía que Losse y Ogna serían de gran ayuda, quizás más esta última, a la hora de recabar información, por lo que mantenía sus esperanzas intactas.

El paladín había hecho buenas migas con el explorador elfo, y se interesó por su historia durante el camino hacia Athkatla, al igual que Ogna, a quien le dio ánimos para que aumentase su autoestima, pues veía en ella su parte de bribón pero también sabía que existía algo de bondad. - Serás una parte más que importante en este grupo, ya lo verás. - terminó sonriendo a la escuálida humana.

El paladín observó atentamente el trasiego de personas que pasaban a su alrededor buscando alguna pista sobre el paradero de Walven, no sabía bien lo que buscaba pero sabía que Tyr, en su infinita sabiduría, guiaría a su humilde siervo hacia el paradero de su querido hermano.

El viaje había unido más al grupo, el pequeño incidente del colgante enervó a Allen en aquel momento y, aunque no iba a permitir que ogna fuese dañada por Kormack, sabía que aquel enano tenía algo de razón en sus sospechas, no así en su manera de plantearlo. Tendría los ojos bien abiertos.

Notas de juego

 

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15/07/2014, 11:12
Morwing

A pesar de tratarse de un viaje de dos días, a Morwing le parecieron 2 meses. La dura batalla que habían sufrido días antes unido a los continuos e irritantes comentarios del enano, hicieron que el viaje no fuese precisamente placentero para alguien que le gusta disfrutar del sonido de la naturaleza y meditar con ello.

Cuando el grupo ya estaba unificado, se incorporó a una extensa cola a las puertas de la gran ciudad. – ¡Y encima esto!, pensó el hechicero para sí mismo. Un obstáculo más que no podrían evitar ni con la pericia mostrada por Ogna en ocasiones pasadas.

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15/07/2014, 14:51
Davros Zokk

- Pfff - resopló Davros cuando vió la infinita cola de caravanas a las puertas de la ciudad. Ya había estado allí alguna vez, haciendo de niñera a algunos comerciantes, pero sólo había pasado allí una noche  cada vez, tiempo insuficiente para conocer la ciudad más que él camino desde ęsta puerta hasta El festín de los mares, donde solía descansar entre viaje y viaje. También recordaba la situación aproximada de dos o tres tabernas, pero cuando las visitaba el alcohol ya hacía su efecto, nublando su orientación dentro del gentío y alboroto de la gran ciudad.

El camino hacia Athkatla fue casi una tortura, las mañanas de resaca las pasaba tirado sobre el caballo, escuchando las conversaciones de los demás, contestando cuando le hablaban de la forma más breve que podía, tras el almuerzo su actitud cambiaba y estaba más dispuesto a mantener una charla con cualquiera. Cada vez que hablaba con Ogna  la recordaba unos días atrás, cuando daba saltos de alegría e imitaba el salto y el movimiento de la espada que tumbó al enorme ogro con su ridícula espadita, cuando no pudo evitar sonreir como un tonto mientras se rascaba la cabeza y sonrojarse cuando se abalanzó sobre él para besarle la mejilla. Davros sólo estaba acostumbrado a otro tipo de mujeres, ninguna de ellas tan inocente como ésta.

Con Zanc, a pesar de que no confìaba demasiado en él debido a sus pasadas experiencias con alegres gnomos charlatanes, procuró llevar las conversaciones hacia sus habilidades y trucos, ya que siempre le habían llamado la atención.

A Kormack prefirió evitarlo todo lo que pudo, pero siempre intentó que sus palabras no alterasen al siempre temible carácter enano.

A Morwing también le preguntó sobre sus habilidades, pero siempre susurrando casi imperceptiblemente, debido a la mala imagen que tiene la magia por estos lugares. No desperdició la oportunidad de halagar al elfo - Tus acciones en el combate fueron la clave de nuestra supervivencia, no pierdas tu toque en la venideras- le dijo con una sonrisa mientras le guiñaba el ojo.

No pudo evitar pedirle al hábil explorador elfo consejos sobre el disparo con arco, recordándo la velocidad y certeza de sus flechas. - Si se me diese tan bien como a él, yo tampoco me bajaría del árbol -. Ahora, con algo más de confianza, le pareció oportuno preguntarle sobre el tatuaje del dorso de la mano.

Allen le parecía algo incordio, demasiado remilgado para él, tan limpio, tan educado, tan recto... pero aún así compartía su visión hacia los esclavos, ambos rechazaban con fuerza la idea de que hubiese un grupo organizado de delincuentes oprimiendo inocentes, y así se lo hizo saber, de una forma algo tosca, en contraste de la calma y el lenguaje refinado del paladín. -Encontraremos a tu hermano, y lo celebraremos como se merece.-

Con respecto a su pasado, Davros no mintió, pero prefirió omitir la parte de los bárbaros y la granja, ya que había comenzado a pensar, días atrás que pudo haber sido parte, sin saberlo, de los ataques y secuestros, del maldito ogro y Holmar, y empezaba a revolverle por dentro, haciendo que sus ganas de encontrar a ese "jodío" humano.

Mientra esperaban a entrar, se tumbó sobre el caballo, y esperó con un ojo abierto.

Notas de juego

Con casinos, y furcias!!!

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15/07/2014, 16:20
Kormack Quebrantahuesos

Kormack se pasó todo el viaje ignorando a sus compañeros. Lo pasó cantando canciones que sólo el conocía, así no podían destrozarlas. Canciones cantadas en su antigua lengua natal. A menudo cerraba los ojos mientras fumaba y se dejaba llevar. El camino se le hizo cortísimo, casi parecía que había doblado una hoja de un libro y ya empezaba la siguiente, otra aventura.
A menudos se le veía al enano de buen humor, mirando los bosques, imitando los sonidos de los pajaritos, alucinando con los nuevos parajes. Parecía un crío que nunca había salido de su casa y así era... De sus compañeros al único que estimaba era a Zanc, aunque a menudo tenía la mala sensación de que le intentaba engatusar. Aunque no sabía nada de eso y sólo tenía la sensación, ninguna prueba. Porque de ser así...*. 
(*2) Losse... podía escribir un libro sobre aquel esmirriado elfo. Aunque antes tendría que aprender a escribir con fluidez. Sin duda era un cobarde que a la mínima te dejaba sólo en el combate y te ridiculizaba. Lo peor no era eso, si no que todos estimaban más esas habilidades que las del enano.
Davros, aunque le parecía un ser extraño. No le hacía mucho caso y parecía ser recíproco. Había hecho toda una proeza con aquel ogro, pero cuando empezaba a hacer el idiota con Ogna. Le...le...LE METÍA UN... ARGH! . Además a menudo escuchaba su lengua raspar el culo del elfo. Algo muy pernicioso para la salud, como bien decía padre, que Moradin le acoja en su gloria.
Mornwing o enclenque le despertaba curiosidad, aunque parecía que se fuese a morir de una tos. El tipo parecía ser más curioso que el otro elfo. Igual por su juventud, el otro era un viejo amargado (*3)
Allen, era un finolis del que no podía parar de burlarse, cada cosa que decía le parecía tan ridícula que el enano respondía con una sonora carcajada. No sabía si aquel tipo era real o no. Siempre hablando de una forma tan rara y con una pose tan fantástica. Nunca había conocido un tipo tan extraño y con una forma de pensar tan estrambótica. "Se debería erradicar la esclavitud!" JUA JA JA JA JA! reía de vez en cuando el enano al pensar en esas palabras. Ay ay ay ja ... ja ja continuaba después. Tengo que secuestrarlo y llevarlo a mi pueblo... Planeaba el enano.
Y nadie más... porque a la porta-antorchas(*4) no la tomaba en serio. Le parecía una niña que les seguía a todas partes. Imitando a los verdaderos guerreros, con la lengua demasiado larga. Una inútil en toda regla. A veces le daba sencillas tareas para que se sintiera útil. Porta-antorchas...¿en qué estarían pensando? Y tras el incidente del amuleto no le quitaba el ojo de encima. Aquella niña del demonio se las había ingeniado para calar en el grupo, pero mejor para él... No necesitaba a nadie. Ni que le valorasen, él sabía lo grande y poderoso que era. No necesita su reconocimiento. Y a la hora de la verdad le llorarían por auxilio o eso es al menos con lo que fantaseaba el enano.
 

Notas de juego

*XD
(*2) yo también os voy a poner a caldo. Maricones! xD
(*3) por eso del pelo blanco
(4*) Uys vaya torta! xD

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15/07/2014, 16:59
Ogna

La victoria contra el enorme ogro había animado a la joven y más sabiendo que podría ir a Cherrybroof a presentar sus condolencias a la familia de Spujnur. No haberlo enterrado adecuadamente era una espinita que tenía clavada en la garganta. Más feliz caminaba aún todavía sabiendo quienes serían sus compañeros de viaje. Separarse del enano iba a ser reparador pues necesitaba un descanso de el ruido que siempre lo acompañaba.

No le gustaba el aire libre como a Losse. Dormía mal cuando no lo hacía en una cama cómoda y eso acentuaba sus ojeras y su carácter algo oscuro. Cuanto más pasaba alejada de la civilización más callada iba, más apesadumbrada parecía y más tétricas eran sus composiciones. Cuando tenía un rato las plasmaba sobre pergamino, para poder recitarlas en cualquier momento. Sin embargo la buena compañía dulcificaba su carácter.

Ya en Cherrybroof, con la familia de Spujnur logró quitarse esa espinita. Sólo Losse sabía que ella había sido la que le había quitado el amuleto del explorador a Kormack. ¿Eso era robar? No lo creía la porta-antorchas. El amuleto permanecía a Spujnur. ¿Se había preocupado el enano por hablar con el semielfo y conocer sus últimas voluntades? El amuleto no devolvería a Spujnur a su familia pero podría servir para aliviar su angustia y para suplir, en su medida, una tumba donde poder llorar su dolor.

El reencuentro con el grupo y el viaje hasta Athkatla fue un verdadero suplicio que sumió a Ogna en una espiral de pensamientos oscuros y angustia. Al menos veía la luz al fondo del túnel, una luz que con cada paso que daba se hacía más grande. Esa ciudad era muy grande y allí sabría buscarse la vida mucho mejor que en el campo.

Agradecía el apoyo que le mostraban sus compañeros a los cual respondía con una tímida sonrisa. Le hacía gracia Davros, tan macho él pero tan inseguro con ella delante. No le importó seguirle el juego si lo que le gustaba era el papel de muchacha inocente. Los hombres eran algo muy básico y era fácil hacerles felices.

Allen tenía toda la razón. Ya había aguantado a sus hermanos demasiado tiempo y había tomado cartas en el asunto. Con Kormack haría lo mismo que con su familia. Él la trataba como si fuera una inútil, como sus padres, mandándole tareas insignificantes como si fuera su criada. ¡Iba listo! Por supuesto Ogna hacía las que le apetecían y, cuando llevaba a cabo las otras, era con un espurio objetivo. Había aprendido en casa que la venganza era un plato dulce y que se servía frío. Cuando sus hermanos le hacían lo mismo ella aceptaba sus peticiones sumisa. 

- Tráeme agua.- Y Ogna se la llevaba pero habiendo escupido en su interior primero. Removía con un dedo y se interesaba por si estaba todo bien.- ¿Está fresquita?

- Límpiame las botas.- Y ella iba solícita a ello, dejándolas por fuera impolutas pero en su interior metía pequeñas piedrecitas puntiagudas para que le hicieran ampollas en los pies. Son un par de ejemplos pero dejaré que la imaginación de cada uno haga el resto del trabajo o nos tiraríamos aquí días enteros pues la de Ogna era bastante grande.

Pero por fin llegaron a la enorme ciudad y la muchacha se quedó ojiplática. Inmediatamente se le fueron todos los males y tiraba del grupo para llevar cuanto antes. 

- ¡Wuala!- No obstante no se olvidaba de la misión que les traía a la ciudad, pero un poco de diversión no les vendría mal tampoco, con el permiso del paladín.- Vamos, vamos.

Notas de juego

Santa Ogna. Creo que me merezco extra xp por la buena acción, y el riesgo que conllevaba, visto lo visto. 

 

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15/07/2014, 18:05
Director

La cola avanzaba a un ritmo endiabladamente lento esa mañana. No sólo era esa puerta desde luego; desde allí podía verse cómo la puerta de la costa que daba paso al distrito del cetro seguía igual de congestionada por el tráfico que venía desde Muran y Brost. Por fin cuando el mediodía estaba próximo y los estómagos de los compañeros empezaban a rugir como recordatorio llegó su turno ante los guardias. 

 

La puerta de la ciudad era una gigantesca edificación construida en piedra. Poseía dos enormes rastrillos de metal que se cerraban durante la noche, saeteras para los arqueros y grandes almenas desde las que los soldados hacían guardia y vigilaban a los que iban acercándose. Ante ellos apareció una sucesión de barricadas de madera colocadas de tal manera para que nadie pudiese correr hacia el interior sin tener que esquivarlas primero. Un guardia alto y con armadura impoluta examinaba al grupo a medida que se acercaba. A su lado un hombre silencioso ataviado con una túnica marrón y una capucha que le cubría la cara aguardó hasta que el grupo se detuviese para extraer del cinto una varita de entre la media docena que poseía. Morwing supo automáticamente que se trataba de un representante de la temida organización de los magos encapuchados, que velaba por el control de la magia en la nación. Tras ellos dos, media docena de soldados permanecían ergiudos como estatuas esperando órdenes.

POR LA GLORIA DE AMN! - Gritó el soldados al mando de forma enérgica pese a haberlo hecho más de mil veces durante ese día.

Nombre, profesión y propósito ciudadanos.  ¿Venís todos juntos? ¿Alguna mercancía que declarar? Mi compañero os lanzará un par de hechizos para comprobar vuestras respuestas. - Dijo mientras rodeaba con paso lento a los siete compañeros y examinaba sin reparo el contenido e las alforjas de las mulas.

¿Son un grupo de aventureros? - Preguntó para confirmar sus sospechas.

 

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15/07/2014, 18:35
Losse

Empieza el baile - La tranquilidad del campo abierto, caminos y bosques daban paso a la gran urbe. Losse no desdeñaba estas ciudades, aunque sin duda prefería estar al aire libre.

¡QUE AMN NOS ACOJA EN SU GLORIA! - Respondió casi de la misma manera enérgica que les había recibido el soldado. - Buenos días. Losse, cazador, explorador, fabricante de arcos. Nuestros motivos no van más allá que buscar a un conocido extraviado y, de paso, realizar algunas compras en la ciudad y quien sabe si a, como usted bien ha imaginado, encontrar alguna aventura. Me acompañan un paladín llamado Allen;  una virtuosa del laúd, Ogna; dos hombres versados en el combate, Kormack y Davros;  nuestro experto en comercio, Zanc; y, como bien hace falta para los negocios, alguien más diplomático y con un gran uso de la palabra, Morwing.  - Y así fue señalando uno por uno a todos sus compañeros.

En nuestros animales nos acompañan únicamente nuestras pertenencias personales, que, como usted comprenderá, con siete personas en una compañía, no serán pocas. Por supuesto, no venimos a causar ningún problema y esperemos disfrutar de la mejor manera posible de esta ciudad si su señoría nos lo permite. - Y fue abriendo las alformas para que comprobara sus palabras. El elfo lunar no pudo evitar también darles una caricia a cada uno de los animales a la vez que se acercaba a cada uno de ellos para mostrar todo el equipo que trabajosamente habían traído hasta aquí.

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15/07/2014, 18:59
Soldado de Amn

Está bien, ya veo. - Comentaba satisfecho mientras el elfo le mostraba todas y cada una de las alforjas. Así que un grupo de aventureros. Dijo confirmando las palabras de Losse. Siempre he sido partidario de las compañías de aventureros, me parece que hacen más bien que mal para estas tierras. Aguardad un segundo a que mi compañero lance los hechizos sobre vosotros y podréis pasar. - Indicó al grupo mientras con un gesto de cabeza indicaba al mago que iniciase el procedimiento rutinario.

El mago encapuchado levantó la varita y la apuntó hacia el grupo mientras susurraba algo en el idioma que tan sólo los versados en magia conocían. Unos chisporroteos luminosos rodearon a cada uno de los integrantes de la compañía y por un momento toda la magia que poseían fue anulada. Ogna pudo notar como las pertenencias que portaba se hacían más pesadas y Zanc notó que el calor y brillo propios de su espada habían desaparecido. Tras ello el mago aguardó unos segundos y volvió a lanzar otro hechizo desde otra de sus varitas, sólo que esta vez parecía como si nada hubiese sucedido. Aguardó silencioso durante unos momentos que parecieron horas y por fin se giró y volvió a su puesto. El soldado que los había detenido sonrió satisfecho e indicó con el brazo extendido que podían pasar a la ciudad. Estaban dentro.

Tras pasar bajo los arcos de la imponente construcción ante ellos se abrieron las atestadas calles de Athkatla. El barrio, hay que decirlo, no era de los más concurrido ya que como el nombre indicaba en este sector de la ciudad se encontraba el cementerio, un lugar no muy frecuentado por gentes de bien a excepción del día en que se honraba a todos los muertos. Las edificaciones que se apiñaban unas contra otras era una mezcla de casas construidas en piedra y ladrillo junto a las que habían adosadas otras más pequeñas de madera. Las gentes sin recursos aprovechaban cualquier espacio para construir sus casas y eso hacía que una calle recta muchas veces se convirtiera en un caótico laberinto. Los olores a flores, sudor, comida y del mar se sucedían a cada paso que daba el grupo y las conversaciones en multitud de idiomas avanzaban junto a ellos. Estaban rodeados por una turba de gente que avanzaba como zombis hacia el interior de la ciudad, donde habría más espacio y en donde estaban las tabernas y posadas en las cuales calentar el cuerpo con el fuego y con la bebida. A medida que caminaban unos pequeños puntos blancos comenzaron a caer desde el cielo sobre sus cabezas y hombros.

La temporada de nieves quedaba así oficialmente inaugurada.

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15/07/2014, 19:55
Allen Shesar

-Muy diplomático,buen trabajo- dijo Allen satisfecho al elfo.

Una vez dentro, y tras contemplar lo que le rodeaba, el paladín comentó al grupo, -Debemos vender la mercancia cuanto antes, pues es una carga para movernos con rapidez por las calles de la cuidad. Luego, dejaremos los caballos a buen recaudo en algún establo y podremos ponernos en marcha.-. Allen sabía que el tiempo era precioso, puede que el barco a donde supuestamente llevaban a los prisioneros estuviese a punto de zarpar, por ello insistió,-vamos, no hay tiempo que perder.-.
 

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15/07/2014, 20:24
Kormack Quebrantahuesos

Nos vemos en la taberna que haya en el distrito del puente.

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15/07/2014, 20:24
Kormack Quebrantahuesos

El enano escuchaba al pelo-nieve hacerse el amigable. Dejó la conversación, parecía ir todo bien. Una vez entraron, Kormack se acercó al gnomo le dijo unas palabras, se tocó la frente y dijo Adiós... no mencionó una palabra más. Se fue por unos callejones y desapareció.

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15/07/2014, 20:25
Kormack Quebrantahuesos
Sólo para el director

Notas de juego

Kormack se va al Paseo de Waukin

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15/07/2014, 20:48
Director

Una vez los compañeros entraron en las calle de la cebada, la vía que salía del distrito del cementerio y recorría de norte a sur la parte meridional de la ciudad, la sensación de aprisionamiento y agobio desapareció. Se trataba de una calle amplia, bien pavimentada y lo suficientemente limpia para encontrarse en la parte menos favorecida de la ciudad. Fue aquí cuando Kormack aprovechó para separarse del grupo con un simple y llano adios. El enano no tardó en ser engullido por la muchedumbre que, pese a estar más repartida en esta parte de la ciudad, aún seguía siendo numerosa.

 

Notas de juego

Post para todos. A partir de aquí vuestros caminos se separan. No incluyáis a Kormack en vuestros post.

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15/07/2014, 21:04
Davros Zokk

-¡Estaremos en El festín de los mares! - gritó al enano sin poder evitar arrepentirse nada más acabar la frase.

 

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15/07/2014, 21:05
Davros Zokk

Acto seguido comentó al resto: - Parece que si seguimos queriendo la amable compañía del enano, no nos queda otra que ir allí, y eso suponiendo que él desee aparecer. La posada es un cuchitril, pero por esta noche valdrá para descansar y es la única que tengo bien localizada, tampoco es especialmente barata, pero eso es debido a que la clientela es muy variada y se aprovechan de la situación. No parece un mal lugar para empezar a husmear, pero si alguien tiene una mejor idea... -

- Creo recordar que hay otra más al oeste, más céntrica con respecto a los puertos de este lado del agua, pero no recuerdo nada más de ella - dijo mientras reía, recordando su paso serpenteante, mientras sujetaba una jarra de cerveza con una mano y la otra rodeaba a una puta que casi le arrastraba, por la puerta de lo que ni siquiera sabía si era una taberna o una posada.

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15/07/2014, 21:10
Allen Shesar

-No creo que nadie eche de menos la compañía de Kormack, o al menos yo no lo haré.-. Allen pensó que si Davros había estado antes allí la posada sería, al menos, habitable, aunque es lo que menos le preocupaba. - Dirijámonos a la posada de la que habla Davros, en cuanto deje a buen recuado mi caballo y deje alguna cosa en la habitación partiré hacia los muelles.-, dijo para informar al grupo de su intención.

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15/07/2014, 21:19
Pulgar - Dueño del Festín de los Mares

Tras la despedida del enano el grupo siguió a Davros hasta un sitio que conocía bien, El Festín de los Mares; no era una posada de lo más selecto como había indicado, pero cumpliría las necesidades del grupo a la perfección. Los seis aventureros recorrieron las populosas y ruidosas calles fascinados por el ambiente que se respiraba allí. Poco a poco el pavimento iba vistiéndose de blanco al igual que los tejados dando a la ciudad un aspecto de limpieza del que realmente carecía si se removía la fina capa de nieve. Las mujeres en los balcones recogían a toda prisa las ropas y sábanas tendidas en los improvisados tendederos bajo sus ventanas. Los transeúntes con los que el grupo se cruzaba iban desde prostitutas y juglares a mercaderes y clérigos, todos ellos compartían las calles pero no así su forma de vivir en ellas. 

Tras un largo rato andando y tirando de los animales por fin el grupo llegó a la posada. Marineros y fulanas coqueteaban en la fachada de piedra de la mancebía. Un letrero de madera que mostraba una bandeja llena de mariscos y pescado indicaba a los recién llegados que aquello debía ser una taberna donde se podría comer bien y disfrutar de los productos del mar. Cómo podía engañar un cartel!!

El variopinto grupo entró en el abarrotado local y se abrió paso hasta la barra del salón principal. Tras ella, un hombre mayor, tan gordo que hacía preguntarse cómo era posible que hubiese entrado por la puerta principal, y que tenían por mano un garfio de metal sonrió al ver llegar al bárbaro. 

Pero qué ven mis ojos!! Aún sigues vivo ehhh... De...Da... ¿Davros? Creí que habrías muerto después de cómo saliste de aquí la última vez. HA HA HA HA - Rió ruidoso el posadero. ¿Has cambiado de compañías no? - Preguntó inquisitivo acerca de los acompañantes que venían con el guardián de caravanas.

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15/07/2014, 21:30
Director

Las calles de Athkatla se negaban a deshacerse de la fina capa de nieve que las cubría. Por lo que Kormack podía escuchar, la gente estaba segura de que seguiría nevando a lo largo del día, y probablemente por la noche cayese una gran nevada. El paisaje desde luego era muy distinto del que el enano estaba acostumbrado a ver su región natal, no por la nieve que para él no era ningún estorbo, sino por la gente hablando tantos idiomas distintos. No había puestos itinerantes de mercaderes chillones si no que, por lo visto, la mayoría de comerciantes se reunía en lo que se conocía como el Paseo de Waukeen, una gran espacio de forma ovalada con diferentes niveles que le daba un aspecto de circo gigantesco. Cuando Kormack llegó hasta allí se quedó asombrado y sobrecogido por la multitud que allí se congregaba. Gente de multitud de razas humanas y de toda condición social peregrinaban de puesto en puesto admirando las mercancías y buscando las mejores ofertas. Miles de colores, gritos y olores se combinaban allí para dar un aspecto inolvidable al lugar. Como bien decían todos, se enorgullecían de poseer un mercado mucho mayor que el de la todopoderosa AguasProfundas, y ahora Kormack supo el porqué.