Partida Rol por web

Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

VII - Un encuentro con el pasado

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22/07/2015, 06:13
Xceeztuc

La densa sábana de duras y pegajosas fibras blancas que con tanta maestría sabía conjurar Morwing cayó sobre el quasit antes de que éste tuviese tiempo a levantar el vuelo. ¡¿Pero qué…?!  ¡Bastardo traidor! – Escuchó maldecir al pequeño diablillo en un tono apagado debido a que era incapaz de abrir la boca por haber quedado ésta atrapada por los hilos de la telaraña. ¡Sácame de aquí! ¡Se lo diré al primer enviado y te sacará las tripas y…y…te ahorcará con ellas! – Mediante un continuo forcejeo el quasit trataba de extender las alas o, al menos, liberar una de sus afiladas garras. Fue inútil, la telaraña se había adherido tan fuertemente a sus extremidades que ni siquiera era capaz de despegarse del barril sobre el cual se había posado instantes antes.

Aunque la voz del demonio no se elevaba por más allá que el maullido de una gata en celo, Morwing, era consciente que en el momento en que la calles quedasen en silencio sería altamente probable que transeúnte casual que caminase por allí lo escuchase. Athkatla estaría bajo asedio pero los borrachos y los curiosos no conocían el miedo cuando el vino o los gritos llamaban a sus bocas u oídos respectivamente. Xceeztuc, que podía ser un bocazas pero no era tonto, pareció llegar a aquella conclusión tan rápido como el hechicero. ¡Auxilio! ¡Ayuda! - Gritó con renovado empeño tratando de imitar una voz femenina que recordara al de una niña.

- Tiradas (1)

Notas de juego

TS de reflejos contra telaraña: fallo.

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22/07/2015, 07:34
Morwing

Morwing sonrió divertido ante los insultos del quasit cuando éste luchaba inútilmente contra la tela de araña. Consciente que aquellos gritos lo único que podía suponer era ponerle en un aprieto, el hechicero optó relajarle un poco los ánimos usando su varita de proyectiles.

- Shhhhhh, shhhhhhhh, no alces tanto la voz… ¿de verdad pensabas que actuaría a favor de los intereses de tu sucia raza?, ordenó callar detonando una primera carga de su varita sobre él, - ¿no querrás que esto acabe rápido, no? Claro que no…, contestó él mismo al ver que el quasit ya se encontraba con dificultades para respirar.

– Para creerte tan inteligente, te la he colado bien, ¿no crees?, decía chascando los dedos para que el quasit le prestara atención

Tras una nueva serie de insultos por parte del quasit, Morwing tomó nuevamente la palabra. – Bien, creo que vas siendo consciente de la situación…y te diré algo con sinceridad… no vas a salir de esta... De ti depende que sea rápido o… muuuuuuuy lento, dijo de forma pausada con la daga en su otra mano. – Quizá comience por un ojo, creo que las ratas de esta ciudad se comen de todo… Dejarte mi firma en una de esas debiluchas alas podría ser lo siguiente… y quizá luego pase a quitarte cada uña de tus garras una a una, seguro que le puedo sacar un buen precio en una ciudad como esta… haré que desees estar muerto, te lo aseguro…, sentenció con un rostro maquiavélico.

- Tú decides… Cuéntame todo lo que sepas sobre el portal y cuando van a abrirlo… cuéntamelo todo, consigue que me sienta satisfecho... y esto habrá acabado por fin para ti…, concluyó.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Antes de hacer efectivo este post quisiera resolver una duda. Los quasit al morir mueren sin más o pasan de nuevo a su plano de origen... lo digo más que nada pensando en mostrarle mi verdadera identidad... 

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22/07/2015, 14:56
Xceeztuc

Un largo siseo de rabia contenida surgió de la boca del quasit. ¡Te veré en los infiernos de nuevo rata asquerosaaa! - Gritó revolviéndose y contorsionándose para intentar lanzarse hacia el mago. Su aguijón venenoso se movió entre los translúcidos filamentos pero, para su desgracia, fue incapaz de liberarlo al quedar éste pegado por el agujón. ¡Te encontrarán y te sacarán la piel a tiras! - Continuó despotricando tanto en idioma común como en su propio idioma. La serie de golpes recibidos por los proyectiles mágicos hicieron que el demonio se contrajese de dolor y se viese obligado a entrecerrar los ojos para no perder la imagen de un recién revelado Morwing. El portal ya está casi abierto...pero nunca te diré donde está...porque ni yo mismo lo sé. - Respondió enfatizando cada palabra debido al odio que sentía.

- Tiradas (1)

Notas de juego

El quasit puede sufrir como cualquier ser vivo en este plano pero en el mismo momento que "muera", queda exiliado de éste plano por cien años. Volvería a su plano de origen del cual no podría regresar a no ser que un gran poder mágico volviese a convocar.

 

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22/07/2015, 19:38
Director

 

De poco sirvió al demonio la sarta de insultos y maldiciones que dedicó al anciano. Su estridente voz quedó ahogada en el mismo momento en que Morwing hundía su daga a través del hueco dejado por las telaraña; justo sobre el pequeño punto rojizo que era su ojo. Xceeztuc quedaba así relegado al silencio, al menos en el plano material pues, como bien sabía el hechicero, tan pronto volviese a su plano de origen iría en busca de Belial o de cualquiera de sus hijos; más le valía mentir mejor si quería evitar que el señor de los demonios lo destrozase como a un ratón por haber revelado sus planes. Con una sonrisa de satisfacción Morwing recorrió las calles casi desiertas de la ciudad perdiéndose por los oscuros callejones. Un nuevo plan había arraigado en su cabeza y, por seguridad y precaución, iba a necesitar una nueva piel. Al menos, el lugar a donde debería dirigirse ya lo conocía y, no sólo eso, lo conocía muy bien pues durante mucho tiempo caminó por él sirviendo a su dueño: Lord Eradack Filguien. Era hora de ver a su viejo patrón.

La residencia Filguien se encontraba en la parte oriental del distrito de la ola, justo en el límite que separaba a éste del distrito del templo. Se trataba de una zona donde las principales familias mercantiles tenían sus propiedades aunque, como era el caso de los Filguien, cuanto más alejado del centro del barrio menos importancia tenía la familia en las decisiones que afectaban al comercio; no obstante, algo le decía a Morwing que Lord Eradack tenía intención de cambiar aquello mediante otros métodos. Pese a no ser una de las familias más importantes, la mansión era sin duda imponente: de piedra blanca pulida y limpia hasta el extremo, el hechicero sabía que eran numerosos los miembros del servicio que se encargaban de hacer lucir la casa de forma radiante, ya fuese pintándola, cuidando sus tupidos setos o incluso eliminando los nidos que las golondrinas se obstinaban en construir debajo de los balcones. 

Lord Eradack vivía en una mansión de cuatro plantas junto a su mujer, Lady Glemna, y sus dos hijas y tres hijos, a los que Morwing no conocía personalmente pues, normalmente, Eradack los mantenía alejados del personal que no se dedicase exclusivamente a su cuidado. Además de ellos y su numeroso personal, una fuerza de guardias privados velaba por la seguridad de un recinto que ya era seguro de por si. El Consejo de los Seis dedicaba numerosas patrullas a vigilar las calles del ambos distritos; principalmente porque los miembros que lo componían, aunque secretos, era sabido por todos que venían de las familias más acomodadas de la ciudad.

Morwing se aproximó a la propiedad de los Filguien desde el extremo sur y allí, desde las sombras que le otorgaba un farolillo apagado, observó el recinto.

Notas de juego

Px por misión: 1000px (Yo los apunto)

Comienza la subida al nivel 8.

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22/07/2015, 22:47
Morwing

Tras aniquilar a Xceeztuc y contemplar cómo se esfumaba a su plano natal, Morwing comenzó a caminar dejando tras de sí el gran montículo de telarañas y con dos ideas firmes en la mente. Por una parte, se dirigiría hacia la mansión de Lord Eradack Filguien, algo que ya comenzaba a antojarse necesario para Morwing, pues sus sospechas sobre él eran cada vez más evidentes. Y por otra una nueva identidad. No había que olvidar que en esos momentos poseía el rostro del  antiguo tesorero de Nashkel, persona que podía ser conocida en el caso de moverse entre nobles y empresarios, y que, por otra parte, ya era hora de abandonar para continuar despistando a cualquiera que supiese que estaba haciendo uso de ella… como sus antiguos compañeros o el mismo quasit al que acababa de ejecutar pero que su lengua podría terminar delatándole si la información y el receptor eran acertados. – No hay que correr riesgos, y menos viajando sólo…

Con esta misión como prioritaria, Morwing fue dando un largo rodeo mientras se dirigía al hogar de Filguien. Conocía bien el camino, pero su motivación iba más empujada a localizar una víctima en alguna de las oscuras y solitarias calles de Athkatla. Su idea era encontrar cualquier despojo de la sociedad que, al arrebatarle la vida, no le dejase peor sabor de boca que el que podría ocasionarle tener a Kormack o Losse cerca… Vagabundos, Borrachos acabados o malhechores que asesinarlos no supusiera ningún riesgo…

Tras un largo paseo consiguió divisar a un vagabundo tumbado entre unos barriles en el fondo de un callejón. Era complicado adivinar la edad que tenía debida a su castigada salud, igual podría ser más joven que la identidad que portaba en esos momentos el hechicero. De raza humana, este desgraciado era bajo, encorvado y totalmente calvo, pero sin duda el detalle que más llamó la atención a Morwing fue la barba larga, canosa y desaliñada que portaba… - Algo más acicalada podía hacer pasar a ese personaje por un erudito, papel que vistiendo las túnicas que llevaba podría interpretar a la perfección, pensaba mientras descansaba frente al pobre infeliz meditando como acabar con él.

Pudo percatarse que pequeños espasmos se adueñaban de él mientras permanecía en sueño profundo. Sin duda estaba enfermo y sentenciado, pero ese detalle no rebajaría el acto que estaba a punto de cometer. – …para caminar por el infierno es necesario ser un poco demonio…, se animó a sí mismo con aquellas palabras antes de inclinarse y atravesar el cuello de su víctima.

La ejecución fue rápida e indolora, el pobre infeliz no se había enterado de nada, y tan pronto su vida se fue apagando el anillo mágico de Morwing comenzó a iluminarse con una luz rojiza que fue absorbiendo aquella nueva identidad.

Tras ocultar el cadáver y con una de las tarea concluida, tocaba visitar la mansión del viejo Filguien. No sin antes hacer uso de su nueva identidad bautizándolo como Bolatis mientras se tocaba cara y barba.

Al llegar a las proximidades de la mansión, las calles permanecían desiertas como no podía ser de otra manera dadas las altas horas de la noche. Morwing permanecería allí, oculto en las sombras, a la espera de ver algo fuera de común mientras meditaba cómo actuar ante el reeencuentro con su antiguo señor.

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24/07/2015, 05:53
Director

Las horas pasaban lentamente sin que nada ni nadie importunase al hechicero ni le diese pie a iniciar una conversación o establecer un punto de partida para una improvisación a la hora de abordar una forma de acceder al recinto. Sólo el canto de los grillos y, puntualmente, algunas patrullas de soldados que pasaban cerca de su punto de observación aportaban algo en lo que concentrarse a fin de no caer en las garras del desfallecimiento. Había sido un largo viaje desde Crímmor y aquello se dejaba notar en sus huesos. Sin embargo, al final, acabaría llegando a la conclusión de que aquellos cuatro días habían sido los más tranquilos en lo que llevaba de mes. Aquella conclusión provocó que el principal culpable de que él se hubiese embarcado en esa misión, Aranar Brusta, apareciese en su mente. El maldito mediano probablemente habría informado bien a Lord Eradack acerca de cómo le obligó a viajar con los aventureros. Por otra parte, si las noticias de sus acciones en el Atolón de la Sirena Muerta o en Nashkel habían llegado al mediano, o al mismo Eradack, aquello podría jugar en su contra en la posible conversación que tuviese con el cabeza de familia. Por otra parte estaba el tema de Ethegax o aquel tal Kessenis el cual sabía que tendría que abordar tarde o temprano. 

Un tenue resplandor cerca de las verjas de entrada al jardín delantero llamaron la atención del elfo. Aguardó unos instantes para cerciorarse de que no había sido una ilusión debido al cansancio el. En efecto, no lo era. Aquel tenue resplandor rojizo volvió a aparecer. Una pipa. Alguien estaba fumando tras a la puerta delantera de la residencia. Probablemente se tratase de un guardia a sueldo de la familia...si no más.

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25/07/2015, 14:37
Morwing

Morwing, con Bagul reposando en uno de sus hombros, vieron pasar las horas sin que nadie ni nada perturbarse su estancia allí. En las primeras horas conversaron en un tono bajo, tanto que podría considerare como telepatía.

BAUL: Amo, aquí sólo vamos a perder el tiempo…vayamos a descansar ya, ¡Croac!, tengo frío…, comentaba el sapo casi a la altura del oído del hechicero.

MORWING: Quizá tengas razón, pero aguardaremos un poco más… mantente vigilando…, contestaba tratando de animarle a aguantar.

Continuaron pasando las horas en las que Morwing cerró durante un rato los ojos para meditar y, aunque no estuviese reconfortándose con horas de sueño, sí podría descansar la mente durante un periodo de tiempo mientras Bagul se mantenía vigilante.

BAGUL: ¡Croac! ¡Croac!, Amo…amo…una luz, alertó rompiendo el descanso del hechicero.

Morwing tardó en enfocar su visión y caer en la cuenta de que su familiar estaba en lo cierto. Alguien parecía fumar plácidamente en la entrada a la mansión, lo que provocó que la retorcida mente del hechicero comenzase a funcionar… - Debe ser uno de los guardias…

MORWING: Bien hecho, amigo…ahora, adentro…, ordenó para que se ocultase en su pequeño rincón, del que tan poco le gustaba salir y que, por supuesto acató al instante…

Morwing se incorporó tratando de avistar si se trataba de un único individuo o varios mientras meditaba como sacar provecho a aquella situación. Con alguna idea en la cabeza, el hechicero comenzó a prepararse. En primer lugar intercambió el medallón que portaba por uno más acorde a la situación por si algo salía mal…después fue ordenando sus pergaminos, dejando muy a mano aquellos de los que probablemente tendría que hacer uso. Comprobó por última vez la situación del guardia y, tras ver que continuaba en el mismo sitio, comenzó a conjurar mediante susurros. –Hloni Fairë…

Mediante un sonido gradual, casi inaudible al principio, el callejón donde se encontraba comenzó a ser invadido por el llanto desconsolado, a la vez que dulce, de una mujer. Morwing comprobó si el sonido llegaba hasta el guardia, y fue aumentando el volumen del llanto hasta que consiguió captar su atención… - Vamos, amigo… acércate. Te tengo una sorpresa guardada…, pensaba con una siniestra sonrisa en el rostro.

Notas de juego

Cambio Amuleto de Poyectiles por el de ESCUDO.

Conjuro de NIVEL 0: Sonido Fantasma: Llanto de mujer (Descontado conjuro diario)

 

IDEA: Te la expongo para que detengas la acción y pueda prepararme según los acontecimientos. El guardia se acerca... voy al fondo del callejón si veo viable ocultarme en las sombras, aquí ya estaré armado con ESCUDO... si es inviable esperaré en la entrada del callejón con invisibilidad mayor para impedir que pueda huir. Una vez entre dentro...siguiendo el sonido de la mujer, le atacaré...  

PROPOSITO: Matarlo y hacerme con su identidad para infiltrarme en la mansión.... puede que al final haya matado a un pobre vagabundo para nada jejeje. Bueno ya iremos viendo como sale...

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27/07/2015, 16:32
Guardia de la Finca Filguien

Morwing fijó su atención en un grupo de cajas y barriles apilados contra una pared que pertenecían a una taberna de renombre "La Sandalia de Talquemar", la cual, famosa ella en entre la clase adinerada de la ciudad, cobraba incluso por entrar en su interior. Estas cajas, al tener los listones con los que estaban construidas separados entre sí, permitían ver a su través todo lo que sucedía en la calleja sin problema alguno. No tardó el hechicero en levantar una columna de estas cajas frente a él con lo que, sumado a la oscuridad reinante, le daría una ventaja táctica de primer orden si el guardia acababa mordiendo el anzuelo. Las voces ilusorias de la dama en peligro comenzaron a crecer en intensidad y durante unos instantes el hechicero pensó que atraería a todos los perros y gatos del barrio antes que al guardia al que pretendía suplantar, sin embargo, cuando la puerta enrejada del jardín de los Filguien resonó con su característico chirriar, Morwing supo que por ahora aquello había funcionado.

Gholmaner corrió presuroso hacia la calleja vaciando de inmediato de tabaco la cazoleta de la pipa y de humo sus pulmones. ¡No, no! ¡Aguarda! - Gritó a alguien que debía haberle preguntado algo desde el recinto ajardinado. ¿Señorita? ¿Pasa algo? ¡No tema! - Exclamó el guardia con voz ronca tan pronto estuvo cerca de la esquina de la cual provenía el llanto. El guardaespaldas se acercó con la maza en alto, interponiéndola frente a su rostro mientras la hacía bailar de un lado a otro.

Morwing, en su cobijo, fue testigo de como una forma alargada crecía en el callejón proveniente del norte. Ésta se aproximaba con paso cauto, algo que el hechicero comprendió a la perfección; los piratas fondeados en las inmediaciones del puerto aprovechaban las noches para hacer de las suyas y preparar ataques de incursión. Nunca habían llegado a internarse tanto en la ciudad pero, el soldado, vivo hasta entonces gracias a su buen criterio y a la evaluación de riesgos, prefirió ir con cautela.

- Tiradas (6)

Notas de juego

Daño asesino fantasmal: 9 pg

Iniciativa 12

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27/07/2015, 17:27
Morwing

Morwing se cobijó entre la oscuridad. Oculto tras varias cajas y barriles esperaba paciente el resultado de su argucia, y cuando por fin una sombra se acercaba, comprendió que hasta ahora había sido todo un éxito. Sin embargo una segunda voz a lo lejos recordaría al hechicero que debía ser rápido a la hora de despachar al soldado. Su ataque debería ser tan certero como letal, y con ese pensamiento contrajo los músculos de su cuerpo mientras una primera gota de sudor caía por su frente y su víctima continuaba avanzando.

Esperó hasta que le sobrepasase y le diera la espalda para comenzar a conjurar el hechizo que tenía en mente. – exspiravit…, terminó diciendo en voz baja a la vez que señalaba el foco del llanto con ambas manos.

El soldado continuó aproximándose al llanto de la mujer hasta que éste se apagó en seco. En su lugar una pequeña serpiente amarilla se arrastraba por el suelo velozmente en su dirección. Gholmaner  había tenido siempre un pavor incontrolable hacia estos reptiles, una experiencia traumática de pequeño, en la que sufrió hasta cuatro mordiscos de estas criaturas en el bosque, le habían hecho mella y ahora, con tan sólo verlas, le hacían peligrar su retención de orina.

Se paró en seco tan pronto vio al pequeño reptil acercarse a él, quería correr de allí, sin embargo la pequeña serpiente se detuvo y se encorvó amenazante hacia él. En pocos segundos comenzó a crecer hasta el punto de adoptar un tamaño casi el doble que el suyo. Sus ojos se abrieron de par en par, no podía creer lo que veía, sus piernas temblaban y las lágrimas en sus ojos aparecieron rogando que aquella monstruosidad desapareciese…pero para desgracia del soldado siguió allí... abrió su enorme boca y se abalanzó contra Gholmaner para engullirlo de un solo mordisco. – Nooo, por favor…nooo, gimió aterrorizado. Al abrir los ojos la criatura había desaparecido, - Qué…¿qué ha pasado?, preguntaba confuso aun con el corazón a un ritmo que parecía que se escaparía por la boca.

Desde el otro extremo de la calle, Morwing se lamentable por el fracaso de su acción. – Maldita sea…joder…, se quejaba incorporándose de su escondite, habría que acabar con aquello de un método más tradicional…y cuanto antes. Así pues el hechicero extendió ambos brazos, no podía andarse con nimiedades, si daba la voz de alarma no podría hacer otra cosa que huir de allí…

De cada una de sus manos surgieron dos rayos de fuego que impactaron uno tras otro en la espalda del guardia cuando aún continuaba recuperándose. Nuevamente el resultado no fue el esperado para Morwing, y Gholmaner se mantuvo en pie, malherido y buscando con la mirada a su atacante…

- Tiradas (3)

Notas de juego

Acción sorpresa: Conjuro NIVEL 4: Asesino Fantasmal (Descontado)

Acción Estandar: Conjuro NIVEL 2: Rayo Abrasador (Descontado)

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27/07/2015, 17:47
Guardia de la Finca Filguien

Gholmaner trató de recomponerse  en vano. ¿Qué diantres ha sido eso? - Se dijo pensando en la pipa que acababa de fumarse. ¿Será el tabaco? - No, no podía ser aquello puesto que había fumado lo mismo durante toda la dekhana y no le había pasado absolutamente nada. Puede que los nervios por el tema del bloqueo marítimo le estuviesen pasando factura. Se encontraba realmente mal, a punto de desfallecer debido a la impresión que le había causado la serpiente. No obstante, aquello no sería nada comparado con lo que iba a acontecerle. Un destello dorado le hizo entornar los ojos, primero por el contraste de luz e inmediatamente después por el dolor. Los rayos ígneos le golpearon en la espalda y en un costado tan fuerte que a un tris estuvieron de lanzarlo al suelo. ¿QUÉ PASA AQUÍ? - Preguntó como reacción a la imponente descarga mágica. Siguió con la vista los últimos destellos de fuego que se desvanecían en el frío aire de la noche hasta dar con el foco del hechizo: una silueta oculta entre las sombras tras una pila de cajas.

¡TE ABRIRÉ LA CABEZA, MALDITO SEAS! - Gritó preso de la furia a la vez que se abalanzaba hacia la pila de cajas y las echaba abajo con un brusco tirón. ¿Quién eres tú? - Inquirió al personaje de barbas desaliñadas que apareció frente a él. Aquella pregunta, desde luego, era simple retórica pues por su actitud poca intención tenía de esperar a que Morwing le respondiese.

Notas de juego

Movimiento: 15'

Estándar: echar abajo pila de cajas.

 

CA 18 - Toque 12 / Desprevenido 16

Estados

NOMBRE PG Efectos no permanentes
Losse 40/40 Escudo +4 CA
Guardia Finca Filguien 13/45  
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27/07/2015, 21:02
Morwing

Gholmaner se abalanzó contra Morwing tan pronto lo detectó entre las sombras. Las cajas que había utilizado con buen criterio para ocultarse no le protegerían durante mucho más tiempo. Eso fue algo de lo que se percató, tan pronto el guardia comenzó a derribar toda cajas que le impedían llegar hasta él. Ahora el hechicero debería ser más certero que nunca, un nuevo error en su siguiente acción propiciaría sufrir el daño de la maza de Gholmaner.

Concentrado en todo momento para conseguir conjurar sin bajar sus defensa y recibir con ello un impacto de su maza, Morwing trató de lanzar un conjuro apresurado. Su mano izquierda comenzó a envolverse con varios rayos eléctricos que al lanzarlos contra él pasaron muy cercanos de su cabeza. La precipitación del hechicero había provocado un nuevo fallo, y lo que debía haber sido, una ejecución fácil y sencilla se iba complicando cada vez más por momentos.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Acción: Conjuro nivel 1: Orbe menor (descontado)

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27/07/2015, 21:21
Guardia de la Finca Filguien

Decenas de tejas saltaron por los aires cuando el impacto del orbe mágico chocó contra la parte baja del tejado de la casa que tenía enfrente. ¡Bellaco traicionero! ¡Te ahorcarán por ésto! - Dijo pasando el pie por encima de una caja y colocándose frente al hechicero. El guarda desprendía un fuerte olor a quemado y de su espalda aún brotaban hilos de humo después de que el hechicero consiguiera calcinarle las ropas que tenía bajo la armadura. ¡Auxilio Torménir! - La llamada de ayuda a su compañero coincidió con un golpe bajo, lanzado con mala intención hacia las partes íntimas del elfo. Un dolor punzante a la par de intenso recorrió a Morwing desde su entrepierna hasta la nuca. Vas a dar con tus huesos en la Prisión del Hechicero bastardo... - Masculló antes de preparar el segundo golpe.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Ataque estándar: -11 pg.

Movimiento: 5' para colocarse frente a Morwing

 

CA 18 - Toque 12 / Desprevenido 16

Estados

NOMBRE PG Efectos no permanentes
Losse 29/40 Escudo +4 CA
Guardia Finca Filguien 13/45  
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27/07/2015, 22:09
Morwing

Morwing ya no estaba herido de orgullo por errar tan repetidas veces, ahora también había sido golpeado por su enemigo. Un golpe en la entrepierna, que le provocó un dolor tan agudo, que definitivamente desquició al hechicero.

-Malnacido…, te arrancaré la cara cuando acabe contigo…, respondió con mirada desafiante.

Calcando su acción anterior pero esta vez concentrando los rayos eléctricos en su palma derecha, Morwing colocó la mano frente al pecho de Gholmaner, a esa distancia ya no podría fallar… - Despídete de este mundo, bastardo…

Una secuenciación de rayos eléctricos comenzó a recorrer el torso del soldado, poco a poco el resto del cuerpo. La mirada de Gholmaner se apagó en el mismo instante en el que su corazón dejó de latir debido a la ráfaga eléctrica. Tras caer al suelo, Morwing, aun enojado con la situación, le propinó una patada en el costado mientras su anillo se iluminaba del mismo modo que cuando escasas horas antes había acabado con aquel vagabundo, - ¡Hijo de puta!, dijo mientras se agarraba sus doloridos huevos y adoptaba esa nueva identidad.

Si haber recuperado la compostura, arrastró lo más rápido que pudo el cuerpo hacia las cajas desperdigadas del callejón. Después, comenzó a despojarle de todo el equipo que llevaba encima mientras agudizaba el oído a la espera de los daños colaterales tras los acontecimientos tan desastrosos. 

- Tiradas (3)

Notas de juego

Acción Estandar: Conjuro Nivel 1, Orbe Menor de electricidad (descontado)

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27/07/2015, 22:55
Guardia de la Finca Filguien

Tan aprisa quitó Morwing botas, hebillas y protecciones al difunto que para cuando el compañero llegó hasta la zona donde se había desarrollado el combate el hechicero ya se encontraba perfectamente equipado con las pertenencias de Gholmaner. Es más, tan lenta fue la respuesta del orondo vigilante que Morwing se planteó seriamente si no hubiese sido mejor haberlos abordados en la misma residencia. Torménir era bajo y rollizo, con una cara tan redonda como un pan de hogaza y unos carrillos tan caídos como los de los sabuesos. ¿Qué ha pasado? ¿A qué cascaras viene tanto ruido? - Preguntó el guarda jadeando como si hubiese corrido desde Puerta de Baldur a Puerto Calim sin descanso. ¿Y eso? - Preguntó señalando hacia el conjunto de cajas apiladas tras el que Morwing había escondido el cuerpo. Qué peste...huele como si hubiesen estado haciendo matanza. - Comentó mirando en derredor. Sus manos, tan grandes y redondas que no desentonaban con su redonda figura, acariciaron el lugar donde debería estar su estómago. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Puntos de experiencia: 350 px (Yo los apunto)

Equipado con una cota de bandas: (6 CA +1 máximo de destreza)  *No eres competente.

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27/07/2015, 23:35
Morwing

Morwing, con su nueva identidad, trató de quitar hierro al asunto tan pronto vio aparecer al compañero de Gholmaner.

- Joder….tío, menudos hijos de puta…, comenzó diciendo tan pronto salió a su encuentro. – Esa zorra que lloraba… todo era una jodida trampa… Me asaltaron dos cabrones escondidos tras esas cajas… Me quedé con la cara de uno de ellos, ¡como los vea…!Por suerte huyeron cuando se dieron cuenta que no andaba sólo… y menos mal, porque anda que no has tardado en venir, joder… Si llego a estar en serios apuros…, comentaba recriminándole su tardanza. – Recuérdame que la próxima vez que oiga a una zorra llorar me tape lo oídos y mire hacia otro lado. Venga, necesito un trago…, concluyó invitándole a volver a la mansión.   

Ambos soldados volvieron con paso tranquilo hasta la vivienda de los Filguien. Morwing continuó detallando la pelea con el supuesto grupo de asaltantes cuando al llegar a la entrada se paró en seco…. - ¡Coño!, espera… dejé caer mi pipa. No tardo, ahora vuelvo…, dijo sin dar tiempo a responder a su compañero y salir a la carrera de nuevo al callejón.

La pesada armadura hacía que Morwing tuviese que esforzarse al máximo para poder correr con ella. Tras llegar de nuevo al callejón trató de “limpiar” un poco la escena del crimen. El cadáver de Gholmaner lo depositó en una de las cajas y, una vez dentro de ella, le arrebató su rostro. Ya no era que se lo hubiese jurado antes de morir, que también, el verdadero propósito de tan macabra acción era evitar que pudiesen identificarlo si por casualidad hallaban el cadáver. Tras cerrar la caja, trató de apilarla colocando otras encima y que fuese algo más complicado que alguien husmease en ella.

Con todo meticulosamente organizado, Morwing echó un último vistazo a la escena para comprobar si había pasado por alto algún detalle y, con pipa en mano, regresó hasta su compañero. – ¡La tengo!, exclamó sonriente alzando la pipa como un trofeo. – Uffff, por un momento pensé que ya la había perdido…, concluyó aliviado.

- Tiradas (1)
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28/07/2015, 20:15
Guardia de la Finca Filguien

El guardia se disculpó sinceramente numerosas veces por su lenta respuesta ante los problemas de su compañero. Avergonzado y cabizbajo siguió los pasos de Morwing en dirección en a la casa. Aguardó frotándose los brazos para hacerlos entrar en calor junto a las escaleras que daban paso a la puerta principal. Morwing recordaba que detrás de aquellas dobles puertas había un pequeño jardín interior, construido expresamente por orden de la señora Filguien para poder cultivar las delicadas gardenias que tanto le apasionaban y que, por el hecho de encontrarse en una región de clima tan cambiante, era necesario tenerlas bajo techo. 

Torménir lanzó un par de miradas intranquilas a su compañero una vez hubo regresado de su rápida excursión en busca de la pipa. Ghol, ¿estás bien? ¿Te han herido esos hijos de puta? A lo mejor eran piratas.... - Dijo acercándole la yesca a su compañero por si quería encenderse otra pipa ya que él iba a hacer lo propio. Aquello le había puesto nervioso y fumar era lo único que le relajaba cuando estaba de guardia. 

Odio las noches... - Se sinceró mientras daba un par de fuertes caladas para avivar el fuego que ardía en la cazoleta. 

- Tiradas (1)
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29/07/2015, 00:46
Morwing

Morwing aceptó de buen grado la yesca ofrecida por Torménir, y aunque había fumado en más de una ocasión, no era muy dado a hacerlo por el horrible sabor de boca que le dejaba después. No obstante habría que marcar las apariencias, y una relajante charla con su compañero mientras fumaban podría aportarle algo más que un aliento endemoniado.

-Estoy de acuerdo, respondió al comentario sobre el turno de noche. - ¿Cuándo nos tocará hacer algo más interesante?, preguntó frustrado, - Yo creo que estas aburridas noches son las que me han empujado a ir antes a ese callejón… ¡son interminables…!, comentaba mientras fumaba. – ¿Y mañana que nos tocaba hacer?...uffff, ¿Cuánto queda para que amanezca?, terminó preguntando mostrando síntomas de cansancio.

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29/07/2015, 06:35
Guardia de la Finca Filguien

¿Algo más interesante? – Preguntó enarcando una ceja tan forzadamente que casi tocó ésta el crecimiento del poco pelo por encima de su frente. Que por lo que a mí respecta…no me interesa hacer nada que sea más interesante Ghol. Tú, que eres más joven, puede que te atraigan aún las correrías y las emociones fuertes pero yo, en lo único que pienso ya es en retirarme. – El soldado miró en derredor. Te juro que si por mi fuese bien me iba a la villa del señor y me quedaba allí por el resto de mis días por muchos orcos que merodeen esas tierras.- Añadió con sinceridad mientras devolvía la yesca a la faltriquera.

Pues mañana lo que el señor mande, como siempre, ¿qué si no? – Tras el hilo grisáceo que desprendía la pipa el guardia veterano miró a su compañero. ¿En serio que estás bien? Por Tempus que no te veo bien. – Dijo preocupado. Hijos de puta…menos mal que no ha pasado nada, si no tú fíjate qué episodio. ¡A ver cómo le explico al señor que te han matado unos salteadores!  - El orondo guardia rió más alto de lo que le habría gustado arreando un par de palmadas en la espalda del elfo que de no haber llevado armadura con seguridad lo hubiesen lanzado hacia adelante por las escaleras. Si tu no dices nada, yo me quedo callado, lo que menos me interesan son las preguntas de Lord Bigotes. – Susurró con complicidad. 

Venga, aguanta hombre, que no se diga...yo creo que aún nos faltan dos o tres horitas hasta que nos den el relevo, tranquilo. ¿Damos otra vuelta?

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29/07/2015, 09:18
Morwing

Morwing continuó el dialogo con su compañero de guardia tratando de no hablar más de la cuenta para no levantar sospechas. El viejo Torménir parecía estar dispuesto a dejar el incidente del callejón apartado y no informar sobre ello, lo cual el hechicero aprobó al instante…

- Sí, estoy bien..., respondió a su pregunta. – Sólo algo cansado. Por suerte no ha sido nada y, como tú dices, mejor dejarlo pasar… Nunca debí acercarme a ese callejón, comentaba devolviendo el palmeo sobre su hombro, - Gracias. Venga, demos otra vuelta, a ver si me espabilo un poco… ¿Crees que pronto atacaran de nuevo?, concluyó dejando esa pregunta al aire mientras guardaba su pipa.

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30/07/2015, 05:46
Guardia de la Finca Filguien

Pues qué quieres que te diga Ghol, creo que esos malnacidos están haciendo tiempo. ¿No has escuchado eso de que han atacado Crímmor? ¿Quiénes te crees que van a ser los siguientes cuando los carreteros caigan? – Preguntó y respondió al momento sin dar tiempo a Morwing a contestar. Nosotros amigo, nosotros… - Afirmó tajante. - Esto no me gusta nada. Yo, en cuanto el señor pida escolta para salir de la ciudad, voy a hablar con Selpen y le voy a decir que por sus muertos que me meta en ella. - Torménir no dijo nada más, dando por hecho que su amigo sabía de sobra sobre lo que hablaba. El guardián tenía que tener mucha confianza con aquel a quien estaba suplantando Morwing pues sólo el mero hecho de insinuar que pretendía desertar una vez estuviese fuera de Athkatla podía ser motivo no sólo de despido, sino de castigos más crueles por parte de Lord Eradack.

El cabeza de la familia Filguien, por lo que Morwing conocía de él, era un individuo severo y hasta cierto punto cruel. El hechicero había visto durante los años que había servido para su casa más de un despido por nimiedades; y no sólo eso, sino también utilizar sus influencias para hacer la vida imposible a antiguos empleados. Nunca había tenido la oportunidad de ver infligir daño físico a nadie pero, algunas ausencias de su mujer o cuando ésta vestía un sombrero con un largo velo negro achacándolo a la molestia que le provocaba de la luz cuando sufría dolores de cabeza, le había dado qué pesar más de una vez.

En aquellas abstracciones andaba el elfo cuando llegaron de nuevo a las escaleras de la entrada. Torménir seguía hablando con su ritmo lento como cuando hablaba a los niños pequeños; debía ser algo común en él, dedujo Morwing, pues el guardia no parecía hacerlo adrede.

Durante su paseo nocturno alrededor del edificio no había divisado a más guardias en el exterior pero, por la luz que iluminaba los pasillos y que era visible desde el exterior, debía haber más guardias dentro. Siempre los había. De sus temporadas en la residencia Filguien el hechicero recordaba al menos a una decena de centinelas por turno de guardia. Al fin y al cabo era una casa con cuatro plantas con lo que había mucho suelo que patrullar.

Notas de juego

He puesto visible los sitios que recuerdas de cuando trabajabas para Eradack Filguien.

M3 y M5 eran los lugares donde los clientes del cabeza de familia aguardaban hasta ser atendidos. Tambien era donde el señor de la casa organizaba sus lujosas fiestas.

M14 es el despacho donde Lord Eradack atendía siempre a Morwing para darle sus instrucciones de espionaje, por lo que lo recuerdas perfectamente el trayecto por el pasillo hasta el despacho.

Ahora mismo estáis en M2, que es un lugar más recogido donde los guardias se cobijan por las noches durante el invierno entre ronda y ronda.

Selpen Ilmerin, que ha sido mencionado por tu compañero, es un semielfo dorado amigable y sonriente pero mortal en el cuerpo a cuerpo que según sabes es el hombre de armas de la casa además de amigo de confianza del señor. También es el instructor de manejo de espada de los hijos Eradack así como quien manda por encima de todos los soldados. Le conoces de otras visitas y más de una vez has hablado con él. Su sonrisa y aspecto inocente hace que sea fácil entablar amistad con él pero todos cuidan mucho lo que habñan delante de él por miedo a que se lo cuente a Lord Eradack.