Partida Rol por web

-“Por favor compañeros no discutamos entre nosotros-dijo Seryu metiéndose en la conversación- entiendo que estén cansados, todos lo estamos, pero si fuimos unidos en este viaje por alguna razón entonces así deberíamos continuar, por favor avancemos solo un poco mas para poder descansar en el bosque, se que todos pueden comer y caminar al mismo tiempo, solo falta un poco para llegar según el olfato de Bolg y la orientación de Nauj…”- luego miro a todos esperando que entendiesen y aceptasen su petición…

- Bueno, ya que parecen estar hambrientos -le dijo a Seryu, acercándose a él y a Syara, que le acompañaba- y que hasta nuestro amigo Bolg ha comenzado a dar buena cuenta de las provisiones, quizás nosotros deberíamos hacer lo mismo.

Nauj abrió su morral y extrajo algo de comida. Seguramente aquella clase de diferencias iban a seguir surgiendo a lo largo del camino y habría que tratar de limarlas de la mejor forma posible.

- Cuando estemos todos listos, proseguiremos nuestro camino hacia el Bosque. Es verdad que tenemos que aprovechar las horas de luz.

Dando pequeños mordiscos, caminó lentamente hacia donde Bolg trataba de camuflarse, nervioso, y se sentó a su lado. No le dijo nada y allí permaneció junto a él y el cachorro de perro acurrucado entre sus piernas, intentando descansar del fatigoso trayecto. Con la mirada perdida en los árboles lejanos, el encapuchado deseaba que llegase el momento de partir hacia su cobijo, pero no dejó entrever su inquietud por haberse detenido en medio de aquél desolado paraje.

El pequeño goblin agradeció de forma muda la compañía que su amigo Nauj le brindaba. Los ojos de Bolg buscaron un instante la mirada de su amigo encapuchado, y algo parecido a una sonrisa se dibujo en su rostro, dejando entrever la hilera de dientes afilados que adornaban su boca.

Tras aquel breve momento, el guerrero se apresuró en acabar de comer para  estar listo para retomar el viaje cuanto antes mejor.

Seryu tomo una fruta de las que ofrecía el morral de Nauj, luego le ofreció otra a Syara, para sentarse también al costado del encapuchado.
Mirando a Bolg se animo finalmente a decirle algo que venia pensando hace rato:
-“Parece que finalmente podemos llevarnos mejor, no es así?”-

Syara se sentó siguiendo la forma lineal que llevaba la agrupación, al lado de Seryu sonriendole con serenidad cuando le dió la fruta.

-Gracias -le susurró.

Quitandole la cascara, ella se dedicó a dar cuenta del pequeño almuerzo.

Las palabras de Seryu cogieron al goblin desprevenido. Durante todo el tiempo que habían compartido andanzas, apenas se habían dirigido la palabra, si no era para discutir o echarse a la cara algún que otro reproche.

El goblin miró suspicazmente al mago, como si buscara en sus palabras algún tipo de trampa o doble intención. Tras unos segundos, el semblante de Bolg se relajó, aunque no su nerviosa posición corporal.

- Zi, claro, llevarnoz bién. Zi, Bolg, quiere llevarse bien con todos, zi zi. Mostró las apretadas filas de afilados dientes de su boca en un intento por mostrar una amplia sonrisa afable.

- Bolg eztá aquí para ayudar, Bolg ayuda.

Finalmente, se retomó la marcha. La zona arbolada estaba un poco lejos, pero iban acercandose y comprobando que el suelo de Idu iba cediendo y volviendose mas verde. El viento aún persistía, pero con menor intensidad. Los arboles de hecho, eran sauces...

Una agrupación inmensa de verde llenaba la vista ahora, delante de sus narices. Alrededor de cien metros de terreno estaban totalmente ocultos por la densidad de cada rama de sauce, delicada y fina, cubierta a mas no poder por verdes hojas que colgaban mirando hacia el suelo, con cierto aire de nostalgia y tristeza. Con decisión y sin querer mas tiempo, se internaron en aquel bosque tupido y misterioso...realmente, el cortinaje de verde llegaba casi hasta el suelo, y en breve se vieron envueltos en ese laberinto de fauna y vida. Abriendose paso como mejor podían, algunos empezaban a preocuparse. Si bien el lugar estaba especificado como el bosque, realmente era bastante grande...

En aquel momento en concreto encontraron una pequeña cañada que era salvada por un puentecillo de madera.

El suave rumor del agua sonaba en el oído, mezclado con el susurro de las hojas que, con el viento, parecían augurar designios misteriosos. Realmente, el lugar era toda una maravilla de la naturaleza. Por aquel momento, el perro de Nauj, Manzana, había bajado a la orilla de la cañada a beber. Inome andaba por el barandal del puente de forma silenciosa y elegante como todo gato, y Azur e Inzar estaban charlando un poco, pero no parecían entenderse demasiado. Estaba haciendose tarde en aquel día, habían viajado por tierra durante bastantes horas despues de todo. Cada vez había menos luz, y no faltaba mucho para la noche.

Fue en ese momento que se escuchó un llanto escandaloso, unos cuantos metros mas allá del otro extremo del puente, que vieron a alguien mas. ¿Una niña? Si, una niña pequeña, humana, quizá unos diez años. Lucía un vestido rosa y negro bastante mono con detalles y algun que otro lazo. En la cabeza, traía una tiara con una pequeña coronita negra sujeta como detalle, en conjunto parecía vestida con finura. Estaba arrodillada en el suelo llorando en soledad.

-No puedo encontrarla...-musitó entre sollozos- no puedo encontrarla...no se podrá continuar...

Mientras avanzábamos me iba preocupando, temía por la seguridad de todos los presentes.
Tome la mano de Syara mientras investigaba con la vista todo el lugar, tras la charla con Bolg me sentía más a gusto con mis compañeros de viaje, salvo quizás por el vampiro y su camarada mago que no me terminaban de cerrar.
Tras un poco de marcha, escuchamos el llanto, de una niña? Decía que no la podía encontrar, se estaría refiriendo a la misma persona?
Con algo de duda me acerque a ayudarla, no podía evitarlo, incluso si era una trampa…

Syara también se acercó a ayudarle, y abrazó a la chiquilla casi de forma maternal. Le acarició levemente la cabeza, dejando que se desahogara apoyada contra si.

-¿Te perdiste pequeña?

El llanto le alarmó -¿Una niña? Solo nos separan unos metros y no le he visto hasta ahora- Miró a su alrededor, despacio. Cortinas verdes hechas por largas ramas de sauce llorón le rodeaban y le impedían la visión mas allá de unos metros. Aguzó el oído para escuchar algo mas que el murmullo del arroyo y el zumbido de los insectos. Los pasos de Syara sonaron al cruzar el puente de madera y eso hizo que su atención volviera a recaer en la niña. -Pequeña y vestida elegante. No debe de haber andado demasiado, no lo habría aguantado. Eso quiere decir que cerca hay mas gente.- Siguió los pasos de la elfa. Al llegar, se agachó, para quedar a la altura de la niña. -¿A quién no puedes encontrar? ¿A tu madre? ¿A tus mayores?-

Bolg se mantuvo a distancia prudencial de la niña y de los compañeros que la empezaban a rodear. No sabía porque, pero el goblin no acababa de fiarse de aquello.

La verdad es que últimamente había tenido buenas experiencias con los humanos, y creía que aquella casualidad no podía durar. Había sobrevivido tanto tiempo fuera del clan por ser desconfiado y precavido.

Nauj sintió sus fuerzas renovadas a medida que se adentraban en el bosque. Estaba ciertamente agotado por el duro trayecto, pero el encontrarse de nuevo entre la espesura de su tierra natal le dio nuevos ánimos. Sin embargo, aquel bosque era muy diferente al que le vio nacer, con todos aquellos cortinajes producidos por las finas ramas de los sauces y que le proferían un cierto aire mágico.

Cruzó el puente y escuchó los llantos. Syara se precipitó a consolar a aquella niña y el mago le preguntó. Nauj se quedó a unos pasos de ella, esperando su respuesta y tratando de imaginar la razón de la presencia de aquella pequeña figura en medio del bosque.

-Quienes...¿son?

La pequeña se vió algo confundida, pero no temerosa. Aún así, apoyó la cabeza en Syara y lloriqueó algo mas.

-No importa, no encuentro a esa persona...

Se puso de pie de un salto enérgico y hizo señas como si intentara hacer que su pelo se viera mas lagro.

-Se que tiene el cabello así...negro, y  ropas así...

Pasó las manos desde el cuello hasta el suelo casi, como si quisiera parodiar una túnica. Luego se señaló la frente.

-Y una marca. Pero por mas que llevo horas, solo veo arboles y arboles...y si no la encuentro, no podré encontrar a sus amigos, que se supone deben estar con ella.

-“Esta hablando de Scire-dije con resolución- nosotros también la estamos buscando, somos sus amigos, aunque dudo que ella nos tenga en esa estima. De seguro no eres una niña normal para haber llegado aquí sola, pero si te dijo que vinieras quiere decir que estas al corriente de la situación, porque no la buscamos juntos?- y tras decir esto le ofreció la mano, para camiar a su lado…

Bolg se acercó unos pasos más hacia la niña, sigiloso y escurridizo. Cuando llegó a la altura de Nauj, el pequeño goblin le lanzo una mirada interrogativa, aunque no esperaba respuesta, solo quería que su amigo supiera que no acababa de fiarse de aquella situación.

Con gestos rápidos, el guerrero intentó captar el olor de aquella niña y retenerlo en su memoria. Tal vez le fuera de alguna utilidad... o no.

No dejó de buscar el contacto con la mirada de la niña mientras esta hablaba. Con cada gesto que formaba la descripción de Scire asentía ligeramente y cuando terminó de hablar, puso cara de preocupación. -Pues vaya...- Llevó la mano izquierda al mentón para darse aires de reflexión durante unos breves instantes. Finalmente se incorporó torciendo el gesto de los labios y haciendo que no con la cabeza. -No parece fá...- Se vio interrumpido por Seryu y no pudo evitar una mirada de reojo que no deseaba nada bueno. Se apresuro en hablar antes de que volvieran a interrumpirle. -Si, podríamos buscarla juntos. ¿Porque no nos llevas hasta quien te envió? tal vez pueda decirnos algo mas. Porque... a parte de describirla ¿que te dijeron exactamente, pequeña?-

- ¿Por qué la buscas? -la voz de Nauj se oyó desde una segunda fila, una vez que los dos magos se ofrecieran a acompañar a la niña.