Partida Rol por web

Apenas me había percatado de que todo el tiempo se había detenido para nosotros, la muerte de la niña, la retirada del sujeto, el mayordomo limpiando todo incluso el cadáver de mi amada.
Me adelante a hablar con la mujer, parecida curiosamente a Scire salvo en su ropa:
-“Que es lo has hecho, quien eres y porque hiciste lo que hiciste?”- no tenia uso de razón, estaba enojado, confundido y además…destruido por dentro…

Una sacudida de dolor le recorrió por completo cuando la pared hizo que se detuviera en seco. Las piernas no reaccionaron y cayó al suelo. Quiso levantarse pero el cuerpo no le hizo caso, ni un musculo se movió. El tiempo se había parado para él y el resto de muñecos con los que jugaban los dos hermanos. Cuando pudo volver a moverse, lo hizo despacio, dolorido, pero no por el golpe. Se sentía insignificante. Se puso de pie, se arreglo la ropa y miró a quien parecía Scire. -Creo que el rango de teniente se le ha quedado algo corto.- Una media sonrisa apareció en sus labios, pero no dijo nada, tan solo observó.

Bolg se enfadó un instante al ver como se llevaban el cadáver de su enemigo caído, pero por más que lo intentó, no pudo mover ni un músculo.

Cuando por fin recuperó la movilidad de su cuerpo, se movió nerviosamente en el mismo lugar donde se encontraba. Toda era demasiado raro para el pequeño goblin, que no entendía que estaba pasando.

Esperó agazapado a que aquella extraña joven respondiera a las preguntas de sus compañeros. Con un poco de suerte podría escapar vivo de aquel lugar.

La situación había conseguido que Nauj se sintiese ridículo de impotencia. Primero fue salir despedido por el aire por no estar suficientemente alerta. Luego, tras caer cerca del personaje que presidía la instancia, trató de incorporarse para intentar aclarar las cosas con él, pero no hubo tiempo. O mejor dicho, el tiempo se detuvo dejándole a medio levantar y con las preguntas en sus pensamientos.

Cuando su vida y la de sus compañeros reanudó su marcha de nuevo, ese hombre había desaparecido y sólo quedaba aquella que parecía Scire. Mientras recuperaba la compostura, Seryu tomó la iniciativa y Nauj quedó atento a las respuestas de la chica.

-¿Jo? -había tomado la cuchara en la mano de vuelta y parecía un tanto curiosa con la actitud que le presentaban- Creo que me he vuelto un tanto tosca para las visitas que no son mi hermano o mi hermana. No, no voy a haceros daño a menos de que quieran destrozar mi casa de nuevo, ahí directamente les echaría. La mayoría de las cosas que estan aqui son regalos y recuerdos de distintos fragmentos. Veamos...

Extendió la palma con la cuchara en esta, inpropiada forma para sostenereste objeto. Pero ideal para un libro de tapas grises y símbolos extraños, nunca vistos por ningún ojo presente. Esto fue de hecho, lo que apareció en ese instante tras que la cuchara se esfumara, como si una cosa se hubiese convertido en otra.

-Veamos, Kysuta, Kysuta...-Las páginas se movieron solas- ah, si, la lluvia cae hacia abajo, el día y la noche estan bien delimitados y la mayoría de las plantas son verdes. Veamos quienes estan aqui ahora...

Levantó la otra mano, y otro objeto apareció. Extraño, parecía reflejar la luz en mil colores distintos, aquello era una especie de trozo de material desconocido, informe aunque parecía tender a tener cierta forma romboide y flotaba delicadamente sobre la palma. Cada cual tenía la impresión de verse reflejado en él de a ratos.

El libro movió de nuevo las hojas como si tuviese vida propia, parecía tener muchisimas mas páginas de lo que aparentaba.

-Ya veo -tanto el extraño objeto como el libro se desvanecieron de pronto, y en lugar de esto último ahora había una grácil varita de madera oscura mientras sonreía amable. Cada vez que terminaba de hablar sobre alguien, la varita se movía levemente, y el nombrado de pronto caía sentado con suavidad sobre una silla salida de la nada y era sentado a la mesa. Delante de si se daban, rompiendo las leyes de la lógica, la comida, bebida e incluso postre preferidos de cada cual, e incluso la vajilla parecía estar acode a los gustos de cada quien.

-Nauj, sin apellido. Amante de la naturaleza, no conoces a tu padre y tu madre dejó la existencia humana hace un tiempo. No importa donde sea, la naturaleza siempre esconde secretos agradables.

Un leve movimiento de varita siguió a la sencilla frase.

-Azur D'Thire. Sin memoria actualmente, padres asesinados por ti misma aunque no tuviste noción de ello. Triste, pero aún así te quedan cosas por hacer en ese mundo.

Otro movimiento.

-Seryu, hijo de un hada y un humano. Tu gentileza natural está siendo bastante destrozada por los hechos recientes, una pena realmente. Me pregunto que camino tomarás ahora.

Tras otro leve movimiento, siguió.

-Blog, "Cicatriz" Patasangre, que rústico. Sin lazos familiares demasiado importantes para ti. Eres un pequeño ser bastante malevolo, aunque estas desarrollando nuevas percepciones. Vaya, nunca había tenido a uno de los tuyos por aqui.

Sonrió de lado mientras también le sentaba a la mesa, junto a Nauj.

-Andrue Ikandriel, nacido vampiro, padres asesinados de muy malas formas por un paladín ejemplar. Normal con el bullicio que hacían en su tierra, fueron un poco imprudentes llevando su vida así. Tus objetivos estan tan turbios como tu mente por esa espada que llevas.

En aquel momento frenó un segundo, probó una cucharada de su postre, y volvió la vista hacia la charla.

-Shadar Fezbane, interesante historia la tuya. De ser un completo desconocido carenciado a un noble con privilegios, a base de determinación, astucia...y resentimiento -soltó una risilla- me recuerdas a mi pieza. Y hablando de eso...

Miró el cadaver que seguía en el suelo, y quitaba las ganas de probar nada.

-Scire Seimhel, de una familia completamente otrodoxa e incomprensible. Muchos problemas familiares, maldiciones a cuestas pero con una determinación que podría llegar a asustar a cualquiera, gracias a ello aprovechaste todo ese ambiente que intentaba aprisionarte y sacaste poder de la oscuridad. Me descubriste, al menos por ahora levantate y acompañanos.

En aquel momento pasó algo curioso cuando movió la varita en forma de bucle ahora. El cuerpo desapareció y volvió a aparecer, de pie, con las ropas restauradas y ningun cuchillo atravesando carne y huesos. Una persona completamente restaurada, y por lo que se veía en la mirada, sorprendida. También fue a parar en la mesa, justo a un lado de la anfitriona y con el recién sentado Shadar al otro lado.

-Y...Inome, un demonio mayor y antiguo. Te aburriste de la lánguida vida que compartías con el resto de los expulsados por el Luce que no pueden andar por el mundo mortal. Así que elegiste sacrificar tu poderío para acceder a tomar el cuerpo de un gato, que mono. Luego pactaste con el primer mortal que pudiste para que al estar ligado a su esencia vital te fuese mas fácil subsistir y encontrar un nuevo cuerpo con el tiempo. Perdona pero en tu actual estado sería grosero subirte sobre la mesa, y no creo que con ese cuerpo puedas comer lo que antes en tu forma original. Así que...

Un plato de leche y otro de pescado ahumado aparecieron delante de él.

-Y yo...hmm... -la varita volvió a cambiar, esta vez a un rollo de pergamino. Apenas cayó en la palma comenzó a desenrrollarse, y era tan largo que parecía no tener fin a pesar de su (aparente) menudéz- Tengo tantos nombres que ni yo los recuerdo todos, depende de la ocasión. Ah, este es ideal para la clase de ambientes que frecuentan.

El pergamino se desvaneció con toda su extensión, y volvió a ser una simple cuchara de plata.

- Pueden decirme Virgilia. Creo que ahora estan mas a gusto ¿no? Respondiendo a lo demas, lo que hice lo vieron con sus propios ojos, simplemente despaché a mi hermano y le dije que se llevara lo innecesario ya que a él le es agradable. Tiene gustos un tanto desagradables y colecciona entre otras cosas, cadáveres. Y finalmente, ¿porque lo hice? Pues para poner algo de orden y ver que es lo que pasa con ustedes como para que hayan llegado hasta aqui.

Desde el principio había algo que no me gustaba.

Objetó la voz sin cuerpo que pertenecía al felino.

Pero, no entiendo que es toda esta situación.

Parecía que iba a decir algo mas, pero cayó para hincarle diente al pescado.

-No es momento de ser desconfiado, gato. Realmente, no estaba segura de que volviera a hablar de nuevo. Aunque parece ser temporal. Sin embargo, me alegra saber que he acertado. Estaba segura de que llegaqr aqui reportaría una ventaja importante. Aunque el nombre que has elegido es demasiado humano para lo que sospecho que eres.

La recién reanimada mujer tomó aire profundamente, como si quisiera acostumbrarse a respirar de nuevo. Lo único que le diferenciaba de la otra eran sus ropas, y las cosas que habían aparecido para servirle. Delante de si había aparecido vajilla de cerámica, cubiertos de oro y una copa fina de cristal. Una porción de puré de papas con queso, huevos revueltos y albondigas de carne bastante apetitosas se mostraban delante, y algo mas apartada estaba una portción de tarta recubierta de crema blanca, con salsa de frutillas encima y varias frutillas partidas adornando y acompañando los laterales, además de un relleno generoso de dulce. Probó un bocado de su plato.

-Se ve muy bien todo ysabe mejor, aunque es extraña tanta hospitalidad.

Delante de Azur habían aparecido cubiertos de Platino, y vajilla de cristal. En cuanto a la comida, tenía lo que parecía ser zumo de alguna fruta en la copa y un trozo de carne tierna cubierta de queso fundido.

-Esto...no se si quiera comer luego de ver a ese...destripar a...y a ese otro hombre lamer un cadaver...-no siguió hablando, solo apartó la vista. No parecía sentirse demasiado bien, y tampoco parecía aprobar el asesinato que se había dado cerca de si. Se notaba que contenía lo mejor que podía sus emociones.

Seryu estaba fuera de si, pateando la mesa con todo lo que se formaba delante de el.
-“No quiero hospitalidad, ni una mini biografía de cada uno de nosotros, no son cosas que me importen en lo mas mínimo en este momento…solo quiero respuestas, tanto de ti- mirando directamente a Scire- como de ti- mirando a la ahora presentada Virgilia- todos queremos explicaciones pues nadie entiende nada, y perdonen mis modales, pero tras lo sucedido no tengo otra forma en la cual reaccionar…”-

Le mesa robusta tembló por el golpe, al igual que las copas de líquidos y algo de la vajilla.

El tenedor de plata se hundió en el filete que tenia en frente de él y el cuchillo fue a acompañarle bien de cerca, separando la carne y mostrando el centro del filete algo mas sonrosado. -Justo en su punto.- Unas gotas de un tinto de color cardenalicio mancharon la blanca porcelana y el mantel cuando Seryu golpeó la mesa. Por un momento revivió el instante en que la niña había acabado con dos vidas de un solo golpe. -Scire te habría hecho un favor si no se hubiera metido en medio... ya no podrás dormir por las noches y puede que una termines haciendo lo que ella ha aplazado.- Dejó los cubiertos de plata reposando sobre el plato, con el trozo de filete aun ensartado en el tenedor. Miró al hombre y después a Virgilia.

Me sorprendí gruñendo por lo bajo cuando la recién nombrada como Virgilia había comenzado a descubrir los misterios de cada uno de nosotros con una indiferencia absoluta. Me sentí horriblemente desprotegido, cuando ella comenzó a hablar sobre mí. Apreté los puños incoscientemente, incapaz de hacerla callar, aunque de buena gana le habría abierto una nueva boca en su cuello, para que dejase de hablar.

Mi cuerpo estaba tenso, y sin poderlo evitar miraba de reojo a cada uno de mis compañeros. Habían quitado de golpe el velo que cubría nuestros seres, y no era nada agradable. Podría ser una brecha para discordias en un futuro. Ya se vería

- ¿Alguien más sabe lo que se está cociendo aquí - comencé a decir - y declararlo a medias? Para añadir más intriga para los que estamos ciegos ahora mismo

Bolg olisqueó desconfiado el plato que apareció delante de él. La pata de cordero asada estaba especiada justo como lo hacían en su clan. La crujiente miel que cubría el asado, crujió cuando agarró el hueso que sobresalía. Gotas de grasa se deslizaron sobre el plato de madera en el que estaba.

El estomago del goblin rugió ante aquel suculento manjar, y empezó a devorarlo después de asegurarse que no estaba envenenado. Podéis llamarle desconfiado. 

La jarra de vino caliente que estaba frente a él, rebosaba cuantiosamente, manchando las comisuras de los labios del pequeño guerrero.

La actitud de Sery, hizo levantar la miada de su plato a Bolg, y aunque siguió atento la conversación, no paró de comer lo que tenía ante él.

La verdad es que poco o nada le habían importado los detalles que se habían revelado de sus compañeros, y mucho menos lo que se había dicho de él, pues todo era cierto, y ya no tenía nada que esconder ¿O tal vez si? Lo más importante era que había matado a Inzar, y eso, junto al banquete le hacía sentirse feliz.

Las palabras de Andrue, hicieron que algo en el interior de Bolg recordara una promesa. Una promesa que en estos instantes parecía hecha hace mucho tiempo. La mirada del goblin se posó en el rostro de Nauj. Casi había olvidado que su amigo tenía una misión que cumplir, y que él había jurado ayudarle.

Nauj meditaba desconcertado delante del cuenco que contenía una especie de potaje, muy de su agrado. Habían alcanzado su objetivo, habían atravesado las frías tierras de Idu y encontrado a Scire, la que supuestamente iba a aclarar todas sus dudas. Ella fue quién les había hablado de demonios y de purgas, de otros tiempos y de historias perdidas y desconocidas. De historias que ya habían ocurrido anteriormente y que se volvían a repetir, con algunos de ellos como protagonistas inamovibles.

Y ahora, de repente, se encontraban junto a otra Scire, la que decía llamarse Virgilia, alrededor de una mesa con viandas elegidas especialmente para cada cual, y que hablaba de Kysuta (la única tierra de la que Nauj tenía conocimiento de su existencia) como de un elemento más de una incontable colección de mundos que ella manejaba.

Y entonces pensó en su misión, aquella por la cual había abandonado su casa. Escudriñó sus sensaciones, las que constantemente le apremiaban y se encontró extrañamente vacío de ellas. Como si las fuerzas elementales no pudiesen comunicarse con él ahí donde estaba o como si éstas hubiesen abandonado todo su interés por su persona. Se sintió tristemente extraño.

La pataleta de Seryu le sacó de su ensimismamiento, así como las palabras del vampiro que le arrancaron un esbozo de sonrisa. Nauj levantó la cabeza del plato y se dirigió a Scire:

- Scire, hemos acudido a la cita, aunque creo que nadie esperaba un recibimiento así. Hemos venido buscando el final de aquella historia que comenzaste a contarnos y quizás no encontremos mejor momento que éste, alrededor de la mesa, para escucharlo.

Entonces volvió su cara hacia Virgilia.

- Aunque creo que a todos nos daría igual quién fuese la encargada de hacerlo -le dijo, al tiempo que tomaba su vaso de vino y le daba un corto trago.

-Bueno, creo que convendrían primero las explicaciones de tu parte, despues de todo fuiste quien ha metido de forma prepotente a toda esta gente aqui.

Al ver la reacción de Seryu, le miró con curiosidad, como si se tratara de un pequeño cachorro rabioso. Sin embargo no dijo nada, y prefirió seguir dando cuenta de su tazón mientras escuchaba con un aire amable, casi risueño.

Dejando de prestar demasiada atención a su plato, Scire recogió la copa sobre la mesa y dió unos sorbos, aparentemente se trataba de un vino blanco.

-Si -dijo bajando un poco la copa- ahora en calma creo que será mejor que os empieze a ubicar.

Desde su sitio, le era fácil contemplar a todos. Aquellos ojos rojizos pasaron a lo largo del borde de la mesa.

-Durante el último año he tenido ciertos deja-vu, nada extraño realmente para nadie. La sensación de haber vivido antes algunas cosas. Esto mas que nada se daba cuando leía historia antigua, parte de la cual os conté antes a medias. Bien, conforme notaba esta sensación, me interesé mas en escarbar los asuntos históricos de Kysuta, hasta que una noche tuve una charla en sueños...conmigo misma.

Sus ojos se posaron en Virgilia.

-O al menos eso creí al inicio. Fue una platica bastante extraña, pero esa persona me dijo entre otras cosas, una enumeración de hechos que se habían dado e iban a darse en orden. Estos son: Primero, la asunción del rey actual. Segundo, la caída de Shrae seguida de la rendición de Orem. Tercero, la preparación con mucha antelación y exigencia por parte de D'Thire de una magia practicamente desconocida, repartida en trozos muy menudos entre los magos mas capaces de su corte, la fragmentación era necesaria para evitar que ninguno se diera cuenta de que era realmente. Cuarto, la incapacitación o exterminio de ciertas personas que conoce con antelación que serían letales para sus intenciones, me refiero a casi todos los presentes en esta sala. Septimo, el poner en practica lo dicho en el punto tres, y con ello casi toda la población de Kysuta sería segada. También dejó caer que las cosas siempre pueden alterarse, claro, pero con ciertas iniciativas concretas de nuestra parte.

Scire movía suavemente su copa de forma circular, haciendo girar el contenido.

-Ya vamos 3 de 7, y que el cuarto no se diese era fundamental. No malinterpretéis, no es que le haya creído ciegamente a un simple sueño. Pero, cuando empezó a buscar desesperadamente gente sin rostro en el mas alto secreto con la intención de darles caza, empezé a preocuparme. No se vosotros, pero realmente yo aprecio mi vida, y no estoy demasiado dispuesta a perderla.

-Me declaro culpable -comentó alegremente- a veces suelo intervenir un poquito de esa forma, aunque no es muy usual. Usualmente dejo que mis piezas se busquen la vida, pero mi hermano hizo algo de trampa. Cuando se dieron los hechos previos al Luce se divirtió bastante cosechando, y le interesa repetirlo. A mi me es indiferente, pero no me gusta que no haya igualdad de oportunidades de vez en cuando. Pueden llamarme caprichosa.

Y a esto le siguió una risita.

-Afortunadamente -agregó- entre otras cosas me dió las identidades también a mi de vosotros. Por eso he podido atajar a tiempo a los cazadores allá en Ivere. Porque eso eran, tal cual esa mocosa hay dos mas que os estan buscando hay al menos dos mas. Mi intención era encontraros antes que ella, pero os encontró primero. En mi sueño escuché una cosa mas, y fue..."Para conservar la vida, pierdela frente al cazador". Esa niña por mas que fuese lastimada no iba a morir por medios usuales. Así que por mas que en lugar de haber usado la runa "Tiempo" tras que me acuchillaran de esa forma me hubiese unido a la batalla, a la larga habríamos perdido por cansancio. Tengo entendido que era la única con esa capacidad de relativa inmortalidad. Por fortuna, todo resultó tal cual había esperado, aquel sueño fue muy revelador realmente. La pregunta es, ¿cumpliréis Virgilia? Ahora mismo tengo mi vida de vuelta tal cual habíais prometido.