Partida Rol por web

Asintió y se hizo a un lado, dejando paso libre al vampiro. Le siguió con la mirada ya sin el gesto inicial, simplemente le observaba.

-Por supuesto -contestó tras las palabras que le fueron dirigidas, y luego añadió- sin duda hoy es una noche curiosa.

- Sí, muy curiosa...

Me deslicé fuera de la habitación, limpiandome por completo la sangre. No era cuestión de pedir habitación sin presentar... la debida apariencia. Todos esos humanos alzaban en vuelo con cualquier nimiedad. Y era aquello parte de su diversión.

Ahora, procura conseguir algo de sangre para mí...

Se escuchó un susurro cuando Andrue abandonó la habitación, leve y dificultoso por la herida del cuello. Movió la cabeza levemente y cerro los ojos, cansada.

-Estupido...y predecible, pero ni siquiera...pudo hacer bien lo único que necesitaba de él...

Se acercó a la pequeña mochila de cuero que había cogido a Blanca en la cueva. -Creo que tenía vendas por aquí…- Las encontró con facilidad, no había casi nada en esa mochila.

Rebuscó entre sus propias pertenencias y sacó un tarro pequeño que contenía un ungüento espeso. Con dos dedos sacó un poco del amarillento ungüento y lo untó en las vendas.

-Ya te he dicho que no me gusta el sufrimiento innecesario.- empezó a vendarle el cuello.

-Y quiero mantenerte en plenas facultades para hablar-

-Bueno, empieza ha aclarar cosas básicas. ¿Eres tú la del cartél? ¿Tú mataste a la familia de Lord Nird?-

Miró hacia otro lado, negandose a responder por algunos instantes. El cuidado que le aplicabas fue bastante benéfico para detener la hemorragia, y probablemente calmar el dolor. Claro que no había abierto la boca para confirmarlo en absoluto. Tras unos instantes, comentó:

-Supongo que volverás a obligarme a responder si no lo hago yo. Tío idiota... Creí que sería mas sanguinario y me mataría sin mas -tras el breve rodeo, una dura mirada se clavó en la pared mas cercana a si.

-Sí...fui yo...

-Permitidme -dijo antes de acuclillarse cerca de Blanca y de ti, dandote la impresión de que algún vocablo había brotado de los labios, no lo entendiste en absoluto, pero fue perturbadoramente tenebre la entonación. Extendió una mano, pero no llegó a tocar el cuello de la criatura, deteniendose a unos diez centímetros. Bajó hasta la base del mismo manteniendo siempre la distancia, pasando por cada lugar que estaba manchado de rojo y fue tras comenzar el movimiento donde se pudieron notar delgados hilos carmesí que nacían de cada sitio donde se situaba la sangre. Etereos e incluso vaporosos, a medida que avanzaban hacia la palma de ella iban desapareciendo los borrones de los que nacían, dejando la tela y la piel limpia.

Cerró la mano entonces con suavidad, y luego enseño un pequeño objeto, que asemejaba a una roca amorfa. Su textura parecía aspera, y tenía como era de esperar, el color de la sangre seca.

-Alguien cubierto de sangre llamaría demasiado la atención. Creo que así esta mejor- aclaró  tras ponerse en pie nuevamente- ¿Parece que no os lleváis demasiado bien con el comandante Ikandriel, verdad?

No respondió al comentario de Scire, la respuesta era obvia.

Se incorporó y observó detenidamente a Blanca, mirandola desde arriba.

-Y lo reconoces así de abiertamente…- negó con la cabeza. -O tenías muy buenos motivos para ello o tienes prisa por morir…-

Empezó a andar por la habitación. -Creo que mas de lo segundo que de lo primero- Contempló la luz de un candil pensativo, giró y despacio volvió hasta Blanca.

-Supongo que crees que si mueres podrás llevarte contigo algún secreto a la tumba. Pero tenemos… medios para arrancarle algún que otro secreto a los muertos.- Nuevamente se acuclilló en frente de ella para ponerse a su altura y la miró fijamente a los ojos. -Cuentame todo. Desde esa piedra que tienes por corazón hasta porque asesinaste a la familia del rey. Si me convences me encargaré de que sean misericordiosos contigo.

Tu decides. O hablas ahora o hablas después de muerta.-

Básicamente le gruñó por respuesta en primer lugar mientras aguantaba la mirada, y luego dijo:

-Hay que ver...como me caen gordos los chalados con magia...no se que pretendes con esa sangre...que mas da, supongo que ya estoy en el horno ¿Misericordia? ¿Para mi? No me hagas reír... No tenía ningun motivo para hacerlo. No me di cuenta de hecho hasta que ya era demasiado tarde de lo que estaba haciendo. Por donde empezar...yo...

Se quedó en silencio repentinamente durante algunos instantes. Y tan súbitamente como acalló, volvió a hablar.

-Deja que pregunte algo antes. ¿Cuanto saben del momento en el que pasó eso?

-Hm, creí que estaba siendo amable, estar cubierto de sangre tampoco es muy comodo, digo yo -respondió con tranquila calidez, como siempre. Tras escuchar aquella otra cuestión, se dedicó a pensar durante algunos instantes cruzandose de brazos con la característica suavidad de sus movimientos. No parecía tener muchos reparos en tratarle correctamente, y de hecho tampoco percibías ningún cinismo en su actitud.

-No es algo de lo que este muy lúcida, no solía enterarme de lo que pasaba en el reino en aquellos tiempos. Sin embargo a oídos de cualquiera es sabido que algo masacró a la familia entera y creo que también dejó herido a Lord Gamías. Según la historia y lo que acabáis de decir, ese algo habéis sido vos -finalizó, y en ningun momento había cambiado su tono.

Inome estaba ahora sobre el lecho, echado y atento a lo que sucedía. Como era de esperar, con Scire aqui no hablaba demasiado, aunque estaba atento a lo que iba aconteciendo. En todo caso, se dejó oír con un casual comentario irreverente dirigido claramente a la teniente.

Si era lo que me faltaba ver...¿Magia arcana? ¿Tú? A parte de ese juego de niños no has de ser muy capaz de hacer nada mas. Aunque no viene al caso, continúen con su charla.

Se agazapó algo en su sitio, cómodamente.

Escuchó de nuevo la voz de Ikandriel desde el otro lado de la puerta. Se le escuchaba bastante mas calmado, probablemente ya saciada su necesidad anterior como habían visto.

-¿Están los ánimos suficientemente calmados como para permitir mi presencia?

Se levantó al escuchar la voz de Andrue. -Eres tu quién debe responder a esa pregunta.- Se sentó en la cama. Algo le decía que esta noche iba a ser mas larga que la anterior.

-Aunque le diga que no, entrará igualmente.-

-Supongamos que no sabemos nada y así no omitimos detalles.-

-¿Otra vez? ¿Que no te llenaste, cabrón? En fin, cuando el actual "rey" llegó al castillo todo parecía normal. Un buen hermano de Serpaul, un buen tío para sus sobrinos...aunque cansado y atormentado por lo que le había caído encima, pasaba bastante tiempo en su cuarto descansando.

Finalmente empezaba a ceder un poco, aunque se notaba que a regañadientes. Se detuvo un poco tras esas breves palabras, como recordando.

Entré en la habitación, contento con la reacción de ella. Le había dolido realmente aquello, tal vez más en el orgullo que en su propio cuerpo. Suficiente con aquello, mi venganza estaba tomada.

- Parece que me he perdido algo... - dije esperando explicación

-Probablemente tengas razón, gato -contestó distraída girando la cabeza al animal. Observó como el comandante volvía a ingresar en la habitación, y luego pasó la vista hacia el tema central de interés en aquella sala, que sin lugar a dudas era la mujer de piel azulada.

Ya estaban todos. Era el momento de aclarar unas cuantas cosas, aunque dudaba de que Blanca fuera a contarles toda la verdad. -Lo que no me acabe de convencer lo aseguraré hechizandola.-

-Ya puedes empezar a narrar tu historia. Hasta el gato te escucha.-

Suspiró.

-Bueno, me sentiría mas cómoda desatada y todo eso...

Luego comenzó el monólogo que le tocaba.

-Por ese entonces yo era extremadamente fisgona y le tenía bastante estima. La noche anterior a esto recuerdo que él...es decir, Gamías, salió a los jardines del castillo en la noche. Se me dió por seguirle para ver que estaba haciendo. Lo encontré junto a una mujer, de pie a unos dos metros de él. Parece que estaban hablando, pero el punto es que nunca la había visto antes. No se vió molesto al ver que me acercaba, todo lo contrario solo me pidió que le guardara el secreto. Dijo que tenía intenciones de presentarla la proxima noche, que era una sorpresa. Ella no dijo nada, solo me miraba.

Se detuvo unos instantes, antes de continuar. Su vista estaba fija en la ventana, mas específicamente en la lluvia.

-Claro que, la noche siguiente...bueno, para empezar me sacaron de mi habitación sin decirme nada y como estaba en el quinto sueño cuando eso, no fue la gran cosa obligarme a ir. Pasamos por una farola del pasillo y pude ver que eran dos de los que habían venido con él. Y noté sangre por el piso, en ese momento no supe de que, estaba mas ocupada en intentar ir contra la corriente. Aunque cuando nos cruzamos con el primer cadaver de uno de los centinelas me quedó bastante claro, al igual que porque nadie respondía a mis gritos. Resultó que me llevaron de visita al cuarto del lord, y tuvimos una "agradable" charla, también estaban el rey, la reina, y los hijos de los mismos. Me contó que al igual que algunos aqui era un chalado de la magia, y tuvo bastantes problemas para encontrar a alguien que le sirviera de "contenedor" y que cumpliera con sus requisitos, al parecer yo los pasaba todos. Cuando le pregunté que había hecho con todos los demas del castillo, dijo que simplemente uso no se que de insonorizar ese sector del mismo. A los que estaban dentro de esa parte los mató a todos, y el resto dormía tranquilamente. ¿Inteligente el cabrón, eh? Lo que pasó despues...lo recuerdo demasiado nítidamente para mi gusto. Para entonces estaba tumbada en el suelo. Empezó a dibujarme cosas alrededor, a canturrear y pronunciar palabras que no entendía...como durante media hora, se tomaba su tiempo. Luego tomó una daga finísima de admantita...¿sabes lo que se siente que te abran desde el pecho hasta el vientre de forma lenta y estudiada? Probablemente no. No podía moverme, era extraño, a pesar de no tener ataduras ni que nadie me sujetara. Podía sentir, y podía llorar. Pero no gritar.

Se removió ligeramente.

-A partir de este punto empiezo a recordar con menos claridad, supongo que del mareo, o porque estaba cerca de la inconciencia. El abrirme fue solo el comienzo. Vinieron mas cortes, el rojo a mi alrededor...pero a pesar de todo seguía viva. De alguna forma, él me mantenía con vida, y periodicamente sentía algo de alivio momentaneo. A pesar de que me quitaba algunas cosas que asumo eran mis organos y las volvía a meter, seguía viva y consciente. Lo peor fue cuando llegó al corazón...no lo sacó creo, pero si lo cortó...le puso algo...lo vi apenas, era como una piedra. Como era un poco grande le costó que lo cubriera la carne, o eso creo yo. No creo que tenga palabras para describir aquel suplicio.

Se quedó largos instantes en silencio. En el transcurso de aquella parte del relato no se había movido. Su cuerpo estaba tenso, y su mirada aún centrada en el mismo sitio, dura y procurando ser inexpresiva, aunque viendo con atención podía verse un leve atisbo de cólera fría.

-Cuando acabó y cerró la herida, no vi mas que negro. Creí que me había muerto ya. Pero solo me había dormido. Cuando me desperté dolorida...ya podía moverme, Gamías estaba hablando con sus parientes, que estaban maniatados por ahí y vieron todo lo anterior en silencio. Entenderás que no estaba muy...contenta...no se cuanto tiempo había pasado, pero las cosas en el lugar no parecían haber cambiado mucho. Claro que eso fue hasta que me ví una mano. ¿Sabes? Yo no tenía esta piel antes. Era...normal...

Empezaba a vacilar en este punto. Al parecer, no le era nada fácil, y menos agradable.

-Desearía no haber despertado. A veces me enojo, ya, pero esa vez...no era yo...era la cólera de una bestia...de un dragón, mas específicamente. Fue cuando supe que ya no era del todo yo. Si lo hubiese sido, no habría saltado a enterrarle las garras en el cuello a él, para luego hacer lo mismo con el resto de los presentes. Solo pude reaccionar cuando había terminado, y recobré la cordura. Tenía los dedos metidos en la garganta de la reina.

De nuevo se detuvo, y cerró los ojos.

-Luego de eso solo hice dos cosas. Vomité, y huí.

- Escalofriante historia... - comenté con una pizca de interés.

Aquella historia realmente conseguiría helar la sangre de cualquiera, pero mayores desgracias y más multiduniarias se habían visto en el mundo. La diferencia, simplemente, que en Blanca había sido un propósito egoísta. En muchas ocasiones, la tiranía y la fuerza se usan para el bien común, aunque muy pocos lo vean

La había estado observando fijamente mientras relataba los hechos y su mirada se había ido volviendo mas suspicaz conforme avanzaba la historia.

-Tengo que hablar con Scire. Quiero que me confirme algunas cosas.-

-Muy bien. Pero esto solo es un fragmento de la historia.

¿De que conocías a Gamias?¿Viniste con él al castillo o ya estabas allí?

Y lo mas importante de todo… dices que clavaste tus garras en su cuello ¿a caso me estás diciendo que le mataste?-