Partida Rol por web

Dark Heresy: Capítulo Segundo.

Iocanthos: Desesperanza.

Cargando editor
10/02/2014, 18:00
Iocanthos: Esha Raine.

- "Honorable abad Skae - replica Raine con voz clara y autoritaria. - ¿Acaso no lo veis? Mirad a este hombre; es evidente que alguna fuerza desconocida lo ha desquiciado. Ha sido tocado por espíritus impuros, y susurra nombres que ni siquiera en los tiempos que corren deberían ser pronunciados. No sabe quiénes somos, ni siquiera por qué ha combatido. ¿No os dais cuenta de que aquí está pasando algo muy extraño?" -

De repente y sin previo aviso, Aristarchus se acerca al prisionero, lleva su pistola láser hasta la sien del voceador y aprieta el gatillo. Se produce un chasquido sordo y el voceador se desploma sin vida.

Cargando editor
10/02/2014, 18:05
Vidente Aristarchus.

- "¡Sacrilegio! - brama Aristarchus con la voz más áspera que le habéis oído jamás. - Esperamos que hoy se produzca aquí un milagro, mujer. Un milagro que me ha sido revelado por la gracia del Emperador, ¡y todos los que se opongan a él serán considerados herejes! ¿Osas oponerte a él?" -

La sorpresa es inmediata, y un instante después todos los jinetes Ashleen empuñan un arma en sus manos.

Cargando editor
10/02/2014, 18:08
Iocanthos: Esha Raine.

- "¡Basta! - grita Raine. - Hoy ya se ha derramado demasiada sangre. Nos marcharemos y no volveremos. Ahora veo que estaba equivocada. Veo que estáis condenado, y que el cuervo está posado en vuestro hombro y os susurra sus maldades al oído. Habéis conducido a esta pobre gente hacia su perdición. ¡Ni mi pueblo ni yo formaremos parte de esto!" -

Esha Raine alza las manos lenta y deliberadamente una vez más en gesto de rechazo antes de subir a lomos del perro de las arenas de Kos'ke, detrás del caudillo.

Los guerreros Ashleen se marchan al galope, levantando tras de sí una estela de polvo.

Cargando editor
10/02/2014, 18:12
Iocanthos: Abad Misionero y Prelado Orland Skae.

El abad parece visiblemente afectado, pero enseguida recupera la compostura y pronuncia un sermón ante la muchedumbre:

- "Un único cirio puede iluminar el vacío, aunque su luz tarde eones en verse en la lejanía. Que este sagrado edificio no sea un mero cirio, sino un astro formidable que brille en la oscuridad que nos rodea. ¡En estos tiempos aciagos hemos de tener fe!" -

Cargando editor
10/02/2014, 18:56
Sargento Vladymir Ostrogov.

Vladymir contempló la escena, sintiéndose cada vez más incómodo, a pesar de mantener una apariencia de estoica determinación. Allí hay cosas que no tienen sentido, cosas que no acaban de funcionar... Y la actitud del vidente es cada vez más extraña. Definitivamente, en todo este asunto hay algo que huele terriblemente mal. 

"¿Qué demonios ocurre con la Catedral? ¿Y con el Vidente? Hay algo que no sabemos, algo que se nos está pasando por alto o que no nos han contado..."

Sea como fuere, de momento más valía seguir la corriente. Así que, una vez hubo terminado la escena, y tras el pequeño discurso del abad, el guardia se giró hacia el vidente.

-¿Cuales son sus órdenes, señor?

Cargando editor
10/02/2014, 19:56
Renata Canaglia Garibaldi.

Renata mostraba un semblante sorprendido, la boca entreabierta en un gesto de incomprensión y repugnancia. De forma inconsciente, dio un par de pasos y se apoyó en Kurt, tomándole del brazo. Habían allí muchos personajes, muchos cruces de palabras y poca verdad.

Vio alejarse a aquella mujer de indudable poder con un resquicio de pena. En sus palabras había habido una firme acusación que aún flotaba en el aire y en la mente de Renata. Pero parecía ser la única en haberla apreciado o reconocido a la vista de la reacción de Ostrogov, quizá demasiado sujeto a la disciplina imperial, quizá incapaz de tener imaginación, quizá incapaz de rebelarse contra lo establecido por una jerarquía que bien podía estar corrompida por aquello contra lo que debían luchar.

-Hay heridos que necesitan atención -señaló desde su posición Renata, aferrada al brazo de Kurt- como la hermana Scythia o mi osito.

Cargando editor
10/02/2014, 20:56
Vidente Aristarchus.

- "Está bien, id a descansar y a atender vuestras heridas. Un clérigo os ayudará con los vendajes. Parece que la ceremonia de consagración tendrá que aplazarse hasta esta tarde. Os veré en la Clota Llorona antes de eso." -

El Vidente le hace una señal a uno de los clérigos menores del Abad para que os acompañe y os atienda.

Cargando editor
10/02/2014, 20:58
Iocanthos: Joven Ashleen.

Tras la batalla y la devastadora discusión, Desesperanza se sume en un silencio melancólico.

Conforme pasan las primeras horas tras el ataque, los incendios se han sofocado, pero el sol del mediodía aún está empañado por densas volutas de humo y el hedor de la carne chamuscada.

Cuando todas las personalidades se retiran, el Abad y parte de sus clérigos a la Catedral; el herido Hermano Lamark y el Vidente al Priorato; muchos habitantes de Desesperanza os dan las gracias por haber combatido por ellos y os ofrecen obsequios de comida y agua.

Cargando editor
10/02/2014, 21:02
HOROLOGIO.

356.810M41.

HORA LOCAL: MEDIODIA.

Cargando editor
10/02/2014, 21:56
Sargento Vladymir Ostrogov.

Vladymir rechazó todo lo educadamente que pudo los regalos cuando aquello empezó a ser excesivo. Debían intentar conseguir intimidad y hablar, y debían hacerlo rápido. Cuando considero que estaban más o menos lejos de oídos indiscretos, miró a todos los miembros del grupo.

-Debemos hablar. Lejos de oídos indiscretos, así que este no es buen lugar. Pero debemos hablar. 

Cargando editor
10/02/2014, 22:08
Renata Canaglia Garibaldi.

-Estoy de acuerdo con eso -señaló Renata ante la propuesta de Vladymir-. Y nada más íntimo que esa vasta desolación que nos rodea -dijo señalando el paraje que se extendía más allá del poblado-. Alejados de oídos indiscretos y espero que de mentes indiscretas -añadió cáusticamente-. ¿Ahora mismo?

Cargando editor
11/02/2014, 09:28
[RIP] Hermana Scythia.

Scythia asintió. Estaba de acuerdo con Ostrogov y Renata. - Mejor ahora mismo. Dentro de poco es posible que no tengamos un segundo de paz. -

Toda la situación se había sucedido demasiado rápido pero la sororita compartía los temores de sus compañeros. Peor aún... tenía la terrible sensación de que alguien o algo manipulaba las mentes del abad Skae y el vidente Aristarchus.

Las palabras de Esha Raine habían sido de lo más sensatas. Quizá no muy comedidas, pero sensatas. Tenían una buena base. Y la joven hermana no le habían parecido para nada heréticas. No comprendía muy bien la reacción explosiva de Aristarchus, ni por qué el hermano Abad se había descontrolado matando a un prisionero solitario e indefenso que bien podía haberles proporcionado información.

Todo aquello no había tenido mucho sentido. Miró a los demás y echó a andar alejándose de Desesperanza. Cuando Ostrogov o Renata lo creyeran prudente pararía y hablarían lo más en privado que iban a poder estar.

Cargando editor
11/02/2014, 09:50
Tercio Veridio.

- Vayamos - dije soltando un bostezo, bastante indiscreto, por cierto.- Acabemos con esta farsa.

Cargando editor
11/02/2014, 10:27
Kurt Brokenbone.

     Kurt se mantiene en silencio junto a Renata durante toda aquella extraña sucesión de histriónicas reacciones y absurdas peroratas. Le encantaría solucionar todo el problema acallando para siempre a según que bocas, pero se limita a cerrar la boca y alimentar su furia. Antes o después será necesario que la desencadene. Hasta entonces, lo mejor es mantenerla sujeta por las riendas, sonreír, asentir, escuchar y obedecer.

Cargando editor
11/02/2014, 20:02
Iocanthos: Cuervos de Esquisto.

- Recibís atención médica por parte de un traumatizado clérigo.

- Después os retiráis para hablar a un rincón apartado fuera de las resguardadas murallas de Desesperanza, lejos de oídos inquisitivos, aunque no de los ojos ciegos de los omnipresentes cuervos de esquisto en el exterior del asentamiento...

Cargando editor
11/02/2014, 23:12
Sargento Vladymir Ostrogov.

-Bien...-empezó Vladymir, tras echar una ojeada rápida en busca de posibles observadores-todos habéis visto lo que ha ocurrido. Y, sinceramente, empiezo a pensar que ocurre algo extremadamente raro. O bien hay algo en este lugar que afecta a las mentes de la gente, o bien Aristarchus está haciendo algo, o metido en algo que no nos cuenta. Está demasiado susceptible, demasiado extraño...

Cargando editor
12/02/2014, 09:23
Tercio Veridio.

- Extremadamente raro ¡Ja! - solté una carcajada, había tenido gracia.- Dime una sola cosa que no haya sido rara en esta misión... Empezando por el Vidente, como tú mismo has señalado. Yo creo que aquí la pregunta clave es ¿De quién te fias? ¿De Aristarchus? ¿Del abad Skae, de Lamark? ¿O quizás del Caudillo Kos'ke? - me di unos toquecitos en la nariz.- No hay que ser una lumbrera para darse cuenta de que aquí huele mal, y la mierda viene de dentro... Los ashleen me parecen personas demasiado primitivas como para inmiscuirse en una guerra abierta por una supuesta maldición. Ya habéis oído a Kos'ke, Seth la Voz tiene un jodido ejército, si quisiera cargarse el enclave ¿No habría mandado a más gente? Serán primitivos pero no son idiotas. Esto me huele a un sabotaje desde dentro: cogemos a un puñado de nuestros enemigos y les azuzamos para que todo el mundo crea que nos están atacando. Es el truco más viejo del mundo, claro que sólo te funciona si lo usas con unos palurdos, eso debe pensar quién esté detrás de esto acerca de los habitantes de Desesperanza.

Cargando editor
12/02/2014, 09:51
[RIP] Hermana Scythia.

- No podemos fiarnos de nadie. - Sentenció Scythia. -Raine ha sido la que ha pronunciado las palabras más sensatas y ni aun así me fiaría de ella. -

- Estamos aquí por algo. No porque nos hayan enviado, o porque el abad Skae y el vidente Aristarchus requieran nuestra ayuda. Estamos aquí por obra y gracia del Emperador. - Scythia negó con la cabeza. - Aristarchus no se ha comportado como alguien gobernado por la razón, y el abad Skae menos. U ocultan algo, o están siendo manipulados de forma que ni ellos mismos se dan cuenta. Hay que encontrar el origen de esto. -

La adepta sororita estaba escasa de ideas. - Como dice Tercio, Seth podía haber hecho mucho más. Podía habernos borrado de un plumazo. Dudo que esté involucrado. Skae y Aristarchus se han comportado hasta hoy de forma normal, por lo que es posible que tampoco sean conscientes de lo que ocurre ni el origen del problema. -

La hermana se frotó los brazos inconscientemente, aún dolorida. - No, creo que el causante de todo es alguien que pasa desapercibido. Y puede que incluso lo haga a simple vista. ¿Qué opinais del hermano Lamark? - Quitando al Abad Skae y al Vidente Aristarchus, era el único otro referente que tenían dentro del asentamiento. Y el único que no se había pronunciado durante la ejecución del hereje.

Cargando editor
12/02/2014, 21:34
Kurt Brokenbone.

Kurt enciende uno de sus últimos cilindros, alargándoselo después a Renata. Escupe un esputo sobre una roca, sonriendo levemente al comprobar que para determinadas cosas aún tiene algo que puede considerarse como "buena puntería".

–Yo no me fío de nadie –dice entre dientes–. Sólo de mi olfato. Puede que mi memoria al respecto de todo esto flaquee un tanto, porque no soy de los que prestan atención a las palabras... pero si no me equivoco mucho, yo diría que estamos aquí para encontrar a un jodido psíquico. Para detenerlo. Para evitar que ese cabrón interfiera en la consagración del santo edificio de allí detrás –murmura señalando a la catedral–. Y aunque acepto que ni cabeza no funciona ni la mitad de rápido que las vuestras... que me crucifiquen y me arranquen después la piel a tiras si esa Cantamuertes no parece una bruja, una psíquica, o ambas cosas.

Recupera el cilindro de manos de Renata.

–Esha Raine me huele mal –dice–. Me huele jodidamente mal.

Cargando editor
12/02/2014, 22:15
Renata Canaglia Garibaldi.

Había mantenido el humo del Ilho en la boca hasta que terminó por expulsarlo en blancas y suaves volutas, los ojos semientornados.

-Fiarse... Gran palabra. Pero con palabras no se va lejos. Estamos con mierda hasta el cuello y me sorprende que hayamos salido tan bien parados y no muertos. Mirad, osito y yo somos nuevos en todo esto. Ni idea de cómo han sido vuestras misiones hasta ahora, ni a qué os habéis enfrentado, ni si habéis tenido que hacer frente a según y qué cosas, como un jefe corrupto -se frotó levemente la frente y acabó colocándose una rebelde guedeja de cabello tras la oreja en un gesto cargado de femineidad-. Fiarse es una cosa. Confiar es otra. Fiar me fío de mí misma. Soy la única que no puede mentirse. En vosotros... confío. El resto... ¿de verdad debería pronunciarme? -sonrió ladina-. Veréis, si me limito a lo que he visto y escuchado en estos últimos días... Algo huele a podrido. Aristarchus huele a podrido. Y antes de que nadie me acuse de corrupción y herejía, limitémonos a los hechos. Se ha mostrado esquivo, reacio a nuestra compañía, buscando la soledad y la ejecución a grito de corrupción de hace un rato... Señora, señores, vamos tras los pasos de un psíquico y son especialistas en cosas tan feas como en hurgar en mentes ajenas. Nunca he sido testigo de una posesión psíquica, pero he oído hablar de ellas. Y tal vez sea una exagerada, pero me quedo con lo que dijo la mujer esa, Raine. El cuervo se ha posado en tu hombro y te susurra maldades -remedó imitando a la mujer nativa-. Nadie está libre de ser atraído por la corrupción o la herejía. Ni siquiera el mayor de los santos. A fin de cuentas, somos humanos, con nuestras fortalezas y debilidades. El vidente se ha cargado al único que podía haber arrojado algo de luz en todo esto. Muy poco inteligente o mucho. Pero ante todo, oportuno. Respecto a Lamark y Skae, creo que todo esto les ha caído encima sin esperárselo. Incluidos nosotros. No sé qué ocurre con esa catedral, y creo que es algo que deberíamos investigar. Si hay tantos intereses en ella, para que se consagre y para que no, es que algo hay ahí. O lo hubo. Pero ¿qué?

Quitó el ilho a Kurt con un guiño coqueto y le dio una nueva calada.

-Necesito munición para mi arma y desencasquillarla. Y necesito información. Y me gustaría hablar con esa Raine. Al margen de confianzas o no, creo que puede tener muchas respuestas. Y necesito sexo. Exactamente en ese orden -dijo Renata que tras una nueva calada devolvió el ilho a Kurt.