Partida Rol por web

Escucho al designado como lider, no hace falta ser un genio para darse cuenta de la poca gracia que le hace el puesto. Aun asi le pone pelotas e intenta que todos al menos le escuchen. Mira el mapa, hace calculos mentales y se da cuenta como bien dice de que de paseo no va a tener una mierda. Entonces ensambla un primera plan, o algo asi, lo que viene a ser una idea lanzada al aire que mas bien se eleva poco y se da una ostia de cmpeonato contra el suelo. Al menos el tipo se da cuenta y rectifica a tiempo, antes siquiera de que alguien le diga lo estupido que es ir hasta ese sitio de esa forma. Si hasta podria decirse que sabe usar el cerebro y todo.

- Lo del camion de suministros no es mala idea, pero no vendra hasta dentro de cinco o seis dias. Tengo gente vigilandolo, pero saber el dia exacto no es facil. - Me encojo de hombros, al fin y al cabo es la verdad. La mirada del tipo del sombrero me sorprende, realmente esta dispuesto a cargar con el manto del liderazgo. Les miro de nuevo y decido que igual puedo sacar algo mas de lo que estaba planeado. Los mios necesitan una inyeccion de moral. Asiento levemente a sus palabras, siendo el lider dudo que haga falta decir que si esta dispuesto a meterme en toda esta mierda, pienso recibir mi parte. - El problema es que tenemos que robar la droga, y se espera que los camiones salgan en dos dias de las granjas, tres a mas tardar. Cuatro camiones al menos, llenos hasta arriba. Dos son para Moxxy, uno para mi. El cuarto yo se lo daria a Moxxy, siempre esta bien llevarse bien con la zorra. - Le guiño un ojo a Isaias, a sabiendas de que no le ha pasado desapercibido el "tenemos". Hace un rato eran una panda de amtados, ahora quizas si consigan salir con vida de esta y tener a gente tan loca d emi lado, siempre es bueno... o que al menos te deban una. - Si conseguis mas, pues mejor. Os llevareis mas chapas y podreis usarlas en lo que se os ocurra.

- Puedo proporcionaros el apoyo que pides, incluso cargarme las patrullas motorizadas, si se da el caso, pero ninguno de los mios puede ser visto en las granjas. Si los chinos sobreviven, no quiero que vengan aqui con ganas de fiesta. - Me reclino en mi silla con otro trozo de carne en la mano.

Isaias por fin tomó la palabra, revelando detalles de los que no tenía ni idea después del periplo por las cloacas, lo que no dudé en preguntar mientras el que deberái llevarnos al triumfo o al desastre empezaba a dar instrucciones. Al menos parecía saber dirigirse a la concurrencia con más o menos desparpajo

¿Tormenta? Ponednos al día; ahí abajo no se disfruta demasiado del amigable tiempo de la superfície

Infiltración a lo loco, descartado. Envenenamiento del suministro de agua, sutil sin duda, pero muy lento... aunque mucho más seguro que lo primero. Parecía que optaríamos por la segunda opción y eso me gustaba ya que se ajustaba más a mi estilo; siempre tendríamos tiempo de liarnos a tiros sin ton ni son.

Así que al final vamos a ser más para el festival- digo mirando a Roland que, sin duda, a visto la ocasión de enriquecerse con aquel asunto en vez de ser un simple mirón - Me parece bien, pero añadiría algo más al plan... vestirnos como los malditos esclavistas. Y dejarnos ver, que alguno de la voz de alarma de lo que ha pasado y se líen a tiros entre ellos. Eso nos favorecerá a la larga; si la atención se desvía hacia ellos no esperarán que un tercer grupo entre en liza y, si las cosas se tuercen, siempre evitaremos represalias -dije mientras continuaba mordisqueando a bocados pequeños algo de comida

Kiabi estrechó la mano de Pratt, aguantando la respiración, ni se creía que de verdad estaba recibiendo un apretón de su amigo del alma. Ni siquiera miró a Shane cuando se despedía y marchaba... cuestión de prioridades.

Él se puso a contestar y ella a ponerse de lo más nerviosa. Empezó a subirle el atacamiento desde el estómago hasta la garganta, así qué tuvo que hacer acopio de todo su entrenamiento de años para aparentar tranquilidad, y para no sonreír como no había sonreído en lustros....

Bueno, pero un poco sí. Sonrió cuando terminó de hablar, contestando escuetamente -Que amable.- Una sonrisa de lo más misteriosa, como si estuviese riéndose de un chiste interno.

Comenzó a andar -Joder, junto a Pratt, ¡Increíble!- y a hacerle algunas preguntas, pues se estaban cruzando con gente y realmente necesitaba mucho tener respuestas.

Bueno, es que no soy del grupo, voy independiente, y todavía ni sé si voy a acompañarlos a una movida que tiene en breve -Brutalmente sincera, sin subterfugios, por tratarse de quien era-, y no sé si aquí reclutan a gente, o te apuntas o como puedes pertenecer al sitio, a lo mejor me interesa más, no sé -Sonrió ampliamente mientras se encogía de hombros- Seguro que parezco una pringada, pero es que no sabía ni que este sitio existía.

La puerta de las duchas no estaba demasiado lejos, así que cuando llegaron ya tenía Kiabi más o menos su plan esbozado, con cariño y todo eso, peor un poquito de puteo también, que la sensación infantil de que la había dejado tirada no se le había quitado en esos años, y bueno, también era su forma de expresar que lo había echado de menos.

Entornó la puerta y se asomó, comprobando que había varias personas. Volvió a cerrarla sin entrar y se giró al hombre

Ya no me saca tantos centímetros.

Gracias por ayudarme -Se refería a todo en general, puede que incluso a cuando eran pequeños y la enseñó a defenderse y a atacar de lo lindo, convirtiéndola desinteresadamente en una persona que se podía valer por sí misma. Algo que no tenía precio en la puteante Parody y que nadie hacía gratis.

Abrió la puerta de nuevo, dando un paso hacia adentro y lo miró... Y ya no pudo más, sonrió como si le acabasen de decir que se acababa la esclavitud en el planeta, que no habrían más batallas, peleas ni maltratos a ninguna persona, que la utopía era un hecho y que lo único que harían a partir de ese momento las personas sería disfrutar relajadamente de la vida.

¿Sabes? Me gusta tu pelo... le falta un tono para ser pelirrojo. -Y cerró la puerta con ella dentro de las duchas.

*** No me jodas que te vas a echar novia.... -Kiabi se reía mientras le tendía un poco de la comida que había robado. -¿Cómo te digo ya que no digas palabrotas? -Diez años de amistad y Pratt no perdía la esperanza en que su amiga hablase en condiciones, bastante mérito tenía.- Además, no es mi novia, venga ya, sólo ha sido una tontería... - Estaba rojo como un tomate, el pobre. Todavía le quedaba un pizco de inocencia, aunque con lo que le rodeaba, no le duraría mucho más.

Y una mierda, te ha tirado los trastos delante mía. Que cursilada por favor – Y otro buen par de carcajadas que soltó la muchacha de doce años, continuando con voz fingida y rimbombante: -”Oh, Pratt, a tu pelo le falta un tono para ser pelirrojo”.... que tía más pava tío, por lo menos eso reconócemelo. **

Con aspecto tranquilo y corazón hirviendo, así se duchó la joven. A la misma vez que el agua limpiaba su cuerpo mugriento, su mente se iba liberando de los duros años como esclava, aquel desagüe se llevaba no solo porquería, también bastantes miserias, sufrimientos y heridas del alma. El alivio no tardó en llegar, sus células y mente se relajaban, por fin empezaban a liberar una tensión que ya casi era crónica.

Al ver el estado de sus trapos una chavala le señaló un armario para que cogiese otra ropa nueva y Kiabi no dudó. Cogió varias capas para el torso y escogió unos pantalones grandes, para dejar el vendaje que cubría su zona inferior bien cubierto. Y por supuesto todo era negro.

En lo que más tardó fue en desenredarse el pelo, como si los problemas también se hubiesen ido enredando entre sus cabellos, lo cual provocó no sólo pérdida de tiempo, sino un agradable sufrimiento que mereció la pena al ver el resultado total. Se había quitado diez kilos de mierda e incluso diez años de su persona.

Cogió aire y abrió la puerta, preparada para que pasara lo que tuviese que pasar. Como si fuese a estrenar una nueva vida, y esperando encontrar fuera una de las pocas cosas que quería mantener de la anterior.

Te fuiste, dejaste a esos dos que no tenias claro de que iban, a su maldita suerte. Al fin y al cabo tu advertencia habia sido mas que clara, si ella no queria hacer caso pues... era problema suyo. El lugar estaba como siempre lleno de gente, no demasiada pero la justa y suficiente, yendo y viniendo de un lado a otro, como se notaba que era hora punta en el refugio.  Fuera como fuera, meterse ahi dentro era una faena que ahora mismo no debia apetecerte mucho, visto la de gente que se apiñaba por una cosa y otra. Porque si era cierto que era una paliza subir escaleras para poder dar un trago, tener que pelearte con toda esa gente de ahi para poder estar sentado a gusto, era aun peor.

Te diste la vuelta y pillaste la primera escalera, un par de pisos mas arriba, casi justo sobre la zona de la puerta estaba tu local. Tranquilo y apacible a estas horas y con un minimo de clientela. Dany estaba alli, ese anciano baboso de siempre pero lo mejor no era el sino el culito de su nieta que no paraba de ir de un sitio para otro y que ahora mismo no estaba por ninguna parte. El viejo te saluda con un movimiento de cabeza mientras lanza un escupitajo detras de la barra, profesionalidad ante todo. - Vaya vaya... ya has terminado tu reunion de negocios y vienes a que el viejo Dany te de un trago.- Se rie por lo bajo, cascada y gutural es su risa. Un viejo machacado se vea por donde se vea. Se entera de todo y habla de todo, se la sudan las convenciones sociales. Saca una botella diferente del estante. No llevas mucho por aqui, pero le diste una buena a un par de capullos por tocar a un chica y esa resultos er su nieta. Ella te adora, pero sabes bien que Dany te mata si se lo dices a la cara. Rellena un vaso y lo pone frente a ti. - ¿"El martillo" va a mandarte fuera? - Ese es el apodo que algunos usan para Roland, no es muy normal pero los mas mayores le llaman asi.

El sitio no era el más limpio, tampoco era el más elegante, y desde luego los modales del viejo estaba muy lejos de ser correctos, pero a cambio no estaba lleno de capullos tocapelotas que intentaban demostrar todo el rato lo duros que eran, bueno, algunas veces venían algunos, pero se les daba una buena paliza y se iban a otro lado, a mezclarse con los de su clase. Los pocos que veníamos aquí sabíamos que cualquiera podía matar al otro, era una cuestión más de pura suerte que de habilidad, existía un respeto consensuado, si tu no me miras, yo tampoco a ti, ya sabéis, así que todas las miradas se concentraban o en el culo de Ray, o en el fondo del vaso.

Mi atención se dividía a ratos entre ambos, la chica estaba muy bien, pero no merecía tanto la pena como para enemistarse con el viejo y perder la bebida que me proporcionaba por un precio decente. Las mujeres me gustaban, por supuesto, pero casi nunca merecían la pena por encima de la tranquilidad, claro que eso era una opinión personal, Nigel siempre decía lo contrario, pero ya sabemos lo raro que es ese tío.

No exactamente, no es a él a quien debo nada, pero sí, se supone que tenemos que ir a joder las granjas de los chinos.

No era pesadumbre lo que había en mi tono, sino más bien resignación.

Pero hay algunos del grupo que están jodidos, así que supongo que esperaremos unos días para que se repongan.

Bebí del vaso con calma, estaba bueno fuera lo que fuera, era fuerte pero sabía bien.

Algún día me tendrás que contar eso del martillo, no creo que Roland se lo tomara bien si le pregunto directamente a él.

Hoy tocaba mirar el fondo del vaso, la chica no andaba por allí.

Su sonrisa aunque leve, me descoloca, pero nunca esta de mas ver sonreir a una mujer. Hacia mucho que no veia una sonrisa asi, demasiado.  Niego levemente con la cabeza ante su contestacion. - Apenas. Simplemente creo que si yo estuviera en tu lugar, me gustaria que alguien me tratara de igual forma y no como un extraño sin mas. - Le devuelvo la sonrisa mientras caminamos. La chica tiene un aire extraño, casi creo que deberia conocerla pero eso es imposible. Simplemente son malas pasadas de mi mente.

No sabria decirte, estamos faltos de mano de obra... mas o menos casi siempre. - Me rio de mi propio chiste pero no demasiado fuerte. La verdad es esa, en esta mierda de mundo siempre hace falta mas gente, mas municion y mas de todo. Lo que sobran son cabrones y cadaveres. - Asi que un par de manos dispuestas a poner de su parte siempre son bienvenidas. - Niego con la cabeza, totalmente convencido de que pringada tienes mas bien poco. - Vamos... has sobrevivido a ese estercolero de ahi abajo... menos el olor lo has dejado todo detras. - La miro de reojo con algo mas de humor. No se porque pero su rpesencia me alegra el dia, no es que este enamorado ni esas tonterias. Solo los idiotas se enamoran en este mundo, pero algo... algo me hace querer reir. - No tienes nada de pringada y aun con el tamaño del lugar, pocos fuera de Parody o alrededores saben de este sitio. Hay rumores y esas cosas pero no demasiados, a Roland le gusta su privacidad y no se lo discuto. Este es el mejor sitio en el que he estado... - Mi voz parece decaer ligeramente con el comentario, antes de volver a mirarte sonriendo suavemente. Una sonrisa que sin duda parece mas una mascara que una realidad.

Llegamos a la puerta de las duchas, se asoma, vuelve y me agradece. No se de donde ha salido esta chica pero sin duda me gusta hablar con ella. Ni recordaba la ultima vez que un extraño era tan amable. - Ningun problema. Suerte sea lo que sea que elijas. - Me estoy dando la vuelta cuando escucho la frase, no le hago demasiado caso, hasta que segundos mas tarde mi cerebro reacciona uniendo cables, uniendo recuerdos de otra epoca mucho mas... bueno, diferente.

Me doy la vuelta pero la puerta ya se ha cerrado, mi boca esta abierta de par en par y mis ojos clavados en la puerta metalica. Son duchas mixtas, eso implica que no es problema entrar, pero... pero... es KIABI. No, no, tiene que haber sido un error. Una frase fuera de lugar nada mas. Mi mano toca mi pelo, casi como si pudiera alargarlo y mirarmelo. Esa frase, esa sonrisa, su forma de hablar. Tiene que ser... no... es imposible. Estudio cada momento desde que nos "tropezamos", esta claro que hay algo mas, que esa chica sabe algo mas pero, cada vez que veo sus ojos mi cabeza dice lo que piensa. Es ella... y esta viva. Sera hija de su... siempre jugando... la muy puñetera siempre jugando.

Me apoyo en una estaca de acero cercana, desde donde puede verse perfectamente la salida de las duchas y espero. Sera condenada, jugarmela asi. ¿Por que es ella? ¿lo es? La puerta se abre y aparece... Kiabi. Sin toda la mierda acumulada de las alcantarillas, casi, casi como si fuera directamente una version mayor de la niña con la que jugaba y reia. Mis ojos se clavan en los suyos, obviando la hermosa mujer que tengo delante para centrarme en la amiga, en sus ojos profundos que sin duda responderan mejor a las dudas de mi cabeza que cualquier palabra que ella diga. En cuanto nuestras miradas se cruzan, el reconocimiento es sincero, claro y absurdamente obvio. Avanzo hacia ella sin pensar y le doy un abrazo enorme, levantandola del suelo en el proceso.

Tu... tu... ¿Has estado jugando con tu amigo eh? - La bajo al suelo y la miro con una sonrisa de oreja a oreja que no cabe de gozo. - Sigues siendo igual de puñetera... pero... ¿Como?¿Donde has estado? - Durante unos segundos no soy capaz de pronunciar palabra, es casi como si me hubieran arrancado la capacidad del habla. Mi mano se planta en tu mandibula, mis ojos te miran feliz, contento, alegre, preocupado, ansioso y con mil emociones mas. Kiabi.

La sonrisa se expandió, al comprobar que la mirada era de reconocimiento ya no había motivo ninguno para disimular, el paso se aceleró hacia él, fundiendose en el abrazo que el hombre había provocado, y apretando todo lo que podía al joven. Sintió que toda su vida la había llevado directa a aquel abrazo. Comenzó a reirse suavemente cuando lo escuchó, siempre aguantaba sus bromas estoicamente y con una sonrisa en la cara, si es que por algo lo consideraba el mejor tipo del planeta.

¿Y qué esperabas? He sido hasta buena, teniendo en cuenta que no me has reconocido -Puso la expresión de inocencia más absoluta sin perder la picardía de los ojos, un semblante que Pratt conocía al detalle pues se lo había regalado infinitas veces - Te ha molado el homenaje a Shancha ¿eh?- Se rió sin plantearse separarse de él.

Pero... -Bajó la voz, para disfrutar de un poco de intimidad – llámame Leia, no sé si es seguro el otro nombre.

¿Como resumir más de la mitad de tu vida en unas cuantas frases, por muy estrechos que sean los lazos con la persona que te escucha?

Verás, es que me acaban de liberar, era esclava ahí abajo, me mandó el Coleccionista como castigo, soy.... -¡NO!- ERA su esclava desde hace unos quince años... - La verdad que no debería estar tan contenta y con la guardia tan baja, joder, que ni un día llevaba en libertad, pero el efecto de la presencia de su amigo era un bálsamo demasiado potente. Desde que tenía uso de razón, siempre que estaba a su lado sentía que nada malo podía pasarle -Cómo médico, Asisa hizo un trato con un tipo -no hacía falta explicarle el intercambio, lo sabía de sobra- y me enseñó medicina, de eso trabajaba, y resulta que me encanta.

Si hubiese sido de puta lo habría hecho, dicho tranquilamente y punto pelota, para ninguno de los dos era un trabajo deshonroso, simplemente quería que supiese como se ganaba la vida y lo flipada que estaba con su profesión.

Así que he intentado que crean que morí ahí abajo, para que no me busquen... - y me maten si me encuentran. Bajó aún más la voz y se pegó a él. Seria como una estaca- Nadie aquí sabe mi nombre y creen que soy del grupo que se acaba de juntar... no sé, a ver si cuela.

Y entonces se dio cuenta, llevaba en modo egocentrica un buen rato, que poca vergüenza Kiabi, así que parpadeó y negó con la cabeza -Ya vale hablar de mi, cuéntame tú donde cojones te has metido tanto tiempo a tu bola.

Podía parecer una regañina, de hecho lo era, pero la sonrisa era inconfundible.

El viejo levanta una ceja, lo cual en si ya es algo digno de mencion, sus rasgos se desvirtuan por el gesto haciendole aun mas feo de lo que es. Escupe con ganas esta vez sobre el escupidor, el gargajo que golpea con fuerza el metal deja claro el asco que le da la simple mencion de los chinos. Tanta que hasta olvida que no es Roland quien te quiere mandar fuera... - Putos amarillos, putos y jodidos amarillos, pelagatos y follaperros. - Te mira acercandose a la barra y apoyando uno de sus codos sobre ella. - Sus granjas ehhh... - Se rie, abriendo la boca mostrando los escasos dientes que le quedan. - Bien, bien. Ya era hora de que alguien les diera donde les duele a esos cabrones. Escuchame lo que te digo. No te fies de ningun puto amarillo. Son como las ratas, matas una y aparecen diez. - Asiente mas para si mismo, como si fuera un dicho que recordaba bien de otro tiempo.

¿Jodidos? Panda de nenazas que sois. Si yo te contara en mis tiempos... - Esta a punto de ponerse a hablar cuando la voz de la chica le interrumpe. - Ya es bastante, dejale beber en paz es a lo que ha venido. - Te sonrie antes de seguir limpiando las mesas. Dany regruñe por lo bajo y vuelve a escupir a su diana particular, a sabiendas de que si el escupitajo va fuera ray se liara a golpes con el.

Interrumpes su momento al decir lo del martillo. Niega lentamente. - No, no creo que le hiciera mucha gracia la verdad. Es de otro tiempo, de cuando Martillo aparecio por aqui por primera vez. Un tipo duro, no se como consiguio aguantar ahi fuera y dar con nosotros... pero lo hizo. - El viejo parece absorto en sus recuerdos, olvidandose de ti hasta que dejas el vaso sobre la mesa con la suficiente fuerza como para rescatarlo de ellos. - Si, si. Pillaron a uno de los nuestros, el que sabia como funcionaba todo esto. - Hace un gesto señalando todo lo que te rodea. Has oido hablar de un viejo ingeniero que trabaja en lo profundo del buque, asi que no es dificil imaginar a quien se refiere. - Mal asunto. Sin el moririamos. Se torturo al hombre para conseguir cualquier informacion pero el tipo aguanto, era de esos colgados con marcas de fuego e incisiones raras. Martillo cogio la herramienta y entro, parece que lo conocia de algo o sabia a quien pertenecia. Un par de horas mas tarde, sabia lo que queria. No dijo nada, pillo el cuerpo destrozado del cabron y salio junto con su herramienta. A la semana el viejo estaba de vuelta... junto con los dos Martillos, la herramienta y el hombre. - La voz del viejo que durante unos segundos ha tomado el de un cuenta cuentos, vuelve a ser la misma de siempre. - Ninguno de los dos hablo mas del tema nunca, pero el apodo se quedo ahi aunque a el no le guste.

Tose con fuerza, como si tuviera algo en el pulmon antes de volver a ponerte mas bebida. - Si vais a joder a los putos amarillos tengo algo para ti, te lo dare mas tarde. Ahora bebe y cuentame mas de los nuevos. De los de las alcantarillas, hay que tener unos huevos enormes para meterse ahi dentro. ¿Como eran esos hombres?

Apura su trago tras servirselo, lo hace sin que Ray se de cuenta, ambos sabemos que ocurre cuando la chica le ve beber antes de hora. Puede ser un viejo pero como todos, rinde cuentas a los jovenes, de una forma u otra. Aun asi el trago pasa desapercibido para la chica, el viejo sonrie mientras se relame los labios de gusto.

Por el martillo. - Su tono sin embargo parece tener cierta nostalgia, incluso cierto respeto por la bestia parda que gobierna ahora este lugar.

La descripcion del grupo le dejo un poco a cuadros, lo de los hombres vale pero la cara de gili que se le quedo cuando dijiste mujeres fue de esas que merece la pena pagar para verlas. No es que en su epoca no hubieran zorras duras pero no era la mitad del jodido grupo ni por asomo, las habia que eran como los putos escorpiones. Escasas pero cargadas de tanto veneno que podian matar una puta ciudad. Asi que cuando pasaste a describirlas tan graficamente, casi se mea de la risa. - Tu si que sabes calar a la gente ehh cabronazo. - El viejo estaba de buen humor, volvio a rellenarte el vaso e incluso se relleno el suyo de nuevo, bajo la atenta mirada, ahora si, de Ray. - Ten cuidado con las mujeres Shane, mucho cuidado... son arteras, sigilosas, no veras llegar el cuchillo. Te lo digo yo. - Te señala con el dedo. Parecia que sabia de lo que hablaba, aunque no supieras por que. - Hablas bien, me gusta como hablas pero hay mucho cutis sensible ultimamente por aqui. No entienden de chanzas y palabreria, todo se lo toman en serio. Todo es una herida a su puto orgullo. Demasiados humos, te lo digo yo. Demasiados humos. - Se bebe su vaso de un trago.

Que les jodan Danny

Alcé de nuevo el vaso, tenía tan claro como él cómo eran la mayoría de las mujeres, a veces te encontrabas con alguna buena, pero era la rara excepción, como encontrar agua potable en mitad del puto yermo.

Estoy hasta los huevos de gente que se cree la hostia de dura sólo por quedarse callados en un rincón con cara de mala leche, y de esos que lanzan amenazas como si fueran palabra de Dios estaba comenzando a beber un poco más rápido de lo habitual a esos gilipollas basta con tocarles un poquito lo que ellos creen orgullo para que salten, en realidad no se dan cuenta lo fácilmente manipulables que son reí entre dientes no me importan que me consideren un capullo si con ello logro poner mi culo a salvo, eso si que me importa de nuevo alcé el vaso, otro trago y un gesto con la mano a Danny para que no sirva más... de momento.

Seguro que ahora se esfuerzan más sólo para demostrar que el listillo de Shane se equivocaba con ellos, que en realidad son unos mercenarios de puta madre y que son capaces de trabajar en equipo era un viejo método de motivación y luego podrán restregarme lo buenos que eran jugueteé con el vaso, miré a Ray y luego de nuevo al viejo.

Espero que puedan hacerlo con una botella entre manos.

No me preocupa mi espalda, sé que todo lo que he dejado atrás me persigue para intentar acabar conmigo, así que pueden empezar a hacer cola, yo sólo tengo que correr más rápido, aunque supongo que llegará el día en que decida darme la vuelta.   

Sonreí ante la cara de mala ostia que puso Isaías cuando ratifiqué que él sería un buen jefe… Sabía que aquello lo iba a joder pero era una de las pocas cosas buenas que me podía permitir… Al menos con él. Mi idea pareció cuajar en varios de nuestros nuevos amigos cosa que acrecentó a´n más su mala leche y mi dicha interna, la cual obviamente evité mostrar abiertamente.

Escuché su plan mientras se hacía el interesante. Siempre l ehabía gustado ser el centro de atención. Era así de capullo, pero en el fondo me caía bien, aunque a veces no acababa de entender su humor oscuro y socarrón. Asentí a sus palabras. Era un plan tan bueno como cualquier otro.

Las ideas se sucedieron y el cabrón de Roland añadió algunos comentarios en los que dejaba claro que quería sacar más de lo que tenía estipulado. No me parecía mal siempre y cuando no jodiera la relación con Moxxys. Decidí dejar que los demás hablasen. Era lo normal en alguien de mis habilidades….Pasar desapercibido y disparar justo en el momento preciso en el lugar exacto.

En cuanto empiezan a parlotear sobre chinos, instalaciones, camiones… bufo aburrida, miro a Khan, y me encojo de hombros. ¿Habrá algún sitio por aquí para limpiarme? Creo que Leia fue a buscar uno.

En eso estoy pensando, cuando le hago un movimiento de cabeza a Khan, que vale, no lee mentes, pero seguro que sabe lo que busco. Del cielo baja un águila enorme, de varios metros de longitud entre ala y ala, y a mí me da tiempo justo para levantar el brazo. Joder, había olvidado lo gordo que esta esté saco de plumas. Sus garras arrancan la piel de mi brazo al sujetarse a él, y nadie podría decir que con mi cuerpo escualiducho puedo tener la suficiente fuerza como aguantar el peso del increíble animal.

* Lia, te dejo un rato sola y mira cómo estás ¿Te has revolcado por un pozo de caca?

- ¡Hola picudo!

* Anda mira, si al final ha venido el gorila.

- Joder, Poe, ya estás quejándote de todo, yo también me alegro de verte.

* ¿Has marcado muchos goles? Dime que al menos te cargaste a unos cuantos.

- ¿No ves el bate?

* ¿Qué llevas en el culo?

- No pienso contarte esa puta historia, no insistas.

Frunzo el ceño, y miro al frente mientras la charla con Poe se vuelve más violenta por momentos, se me ve enfadada, y al rato contenta, charlando con el animal como si éste pudiera responderme. Y me pierdo, por ahí, en busca de una ducha, o algo, lo que sea que pueda dejarme algo más limpia.

Evidentemente el animal no habla, es un aguilucho normal y corriente, que debe de haberse encariñado conmigo, a juzgar por la forma en la que aterriza, llevamso toda una vida juntos. Las respuestas las escucho solamente yo y mi mente perturbada.

El abrazo no era inesperado, aun asi me cogio a contra pie, la fuerza de Kiabi cuando decidia agarrarte de esa forma era considerable. Agradecie el gesto como solia podia hacerlo, apretando con fuerza su cuerpo contra el mio. El cumulo de sensaciones era demasiado fuerte para saber por donde tirar, pero ella, mi amiga de la infancia estaba ahi justamente, frente a mi y ahora mismo podia sentirla sin ninguna duda. ¿Cuantos años habia pasado? ¿Cuantas veces me hbia preguntado que habria sido de ella? Sin embargo aqui estaba, entera y hecha una mujer y mas aun, una superviviente.

Lo se, lo se... aunque eso de tu siendo buena debe ser nuevo. no tengo recuerdo alguno de que fueras buena. - Hago un gesto como pensativo antes de contestar de nuevo. - No, ni uno solo. - Cuando menciona lo de aquella chica de mi infancia no puedo mas que torcer el gesto levemente, mas pronto la sonrisa vuelve a mi rostro. Entonces se me acerca y me susurra que le llame Leia. ¿Leia? Bueno, esta vida es una mierda, asi que sus motivos tendra. Le guiño un ojo. - Leia, me gusta. Es pegadizo.

La cantidad de informacion a procesar en ese momento ya era demasiada pero cuando se pone a contarme su vida. La cosa empeora. ¿El Coleccionista?¿Las alcantarillas?¿Asisa?¿Medico? - Espera, espera, para el carro. - La hice detenerse mientras intentaba desentramar el follon mental. Respire antes de mirarla de nuevo, la suciedad ya no estaba pero si las cicatrices, mas o menos visibles pero si, estaban ahi, sobretodo en su mirada. Esclava durante quince años de ese maldito psicopata. Joder, deberia haber vuelto. Deberia haberlo hecho. - ¿Medico? - Habia incredulidad en mi tono, alegria, orgullo. Un poco de todo. - Aun recuerdo cuando se me salio el hombro que casi te da algo y ahora abres a la gente como trabajo... - Rei, rei con ganas, con libertad tras tantos años no solo volvia a verla sino que dentro de lo aceptable estaba bien y era medico.

Entonces habla de lo sucedido ahi abajo, a grandes rasgos dejando caer el motivo de su cambio de nombre. Asiento. -Supongo que quitarte toda la mierda que llevabas es parte del cambio de look. - Podria parecer una broma, pero no lo era. Los enemigos que tenias eran de los cabrones, cuanto mas cambiaras mejor para ti, si te volvian a encontrar no seria bonito, ni rapido. Me saque la palestina y te la di. habia seriedad pero tambien alegria, estabas conmigo y no permitirira que ningunod e esos cabrones te pusiera una mano encima. - Esta sucia y es vieja, pero algo mas con lo que cambiar tu look. Seguro que puedo encontrar alguna cosa mas en mi cuartucho que pueda servirte. - Le tape la mano con un dedo en cuanto dijo lo de que no estaba con ellos. - Aqui la seguridad es estricta. Ellos han entrado porque se les estaba esperando. No vayas diciendo por ahi que no estabas invitada. Roland es buen tio, se porta bien con los suyos pero en temas de seguridad es tajante y tiene motivos. Asi que estas con ellos, al menos hasta que atravieses esas puertas. - Espere a que asintieras antes de retirar el dedo.

Entonces me preguntas y mis hombros decaen ligeramente. - De aqui para alla, trabajando donde podia y consiguiendo lo que podia. No ha sido facil... tuve mis problemas sobretodo al principio. ya sabes estos principios mios casi me matan en mas de una ocasion. La verdad no se como consegui llegar vivo hasta aqui. - Sigo hablando pero de pronto por detras mio ves a una loca de pelo azul, con un bate y un aguila enorme en su brazo que parece que te esta buscando por la forma en que calva sus ojos en ti.

Sales del lugar con Poe, el aguilucho se pasea por tu brazo deando sus marcas caracteristicas. Khan te ve irte y te mira de reojo mientras señala a los demas. La idea es clara, Lhan estara loco pero quiere saber donde os meteis a diferencia de ti, por eso el siempre acaba cuidando tu culo, bueno por eso y por razones mas que obvias.

Sales del lugar y te das un paseo, no ves a nadie asi que sigues andando hasta que le preguntas al primer tio que ves por un lugar donde limpiarse un poco y quitarte el olor a mierda. El tio no es anda del otro mundo, un tirillas que te mira semiausente y de lejos por tu claro perfume. Señala en una direccion y te encaminas hacia ella. Apenas has andado medio centenar de metros cuando ves la señal que indica el lugar. Alli hay un tipo grandote, no tanto como tu Khan pero si parece saber defenderse que esta hablando con tu nueva mejor amiga, o eso crees. La ducha que se ha dado te la ahce dificild e reconocer, estas casi segura de que esos ojos son suyos pero tras quitarse las toneladas de mierda de encima, es guapa. Puñeteramente guapa. El hombre le coloca una mano sobre la boca mientras le susurra algo. Parece que esten hablando en susurros o el hombre le este ofreciendo algo... cuando los ojos de ella se quedan fijos en los tuyos.

*Justo en ese momento la reconoces y la saludas a tu manera. Brazo arriba y mano de lado a lado, sin importarte una mierda lo que piensen los de alrededor.

Kiabi arqueó una ceja, confusión en la mirada que se plasmó en palabras -¿De verdad te crees que es suficiente con esa contestación? -Para nada estaba satisfecha, le había dado muchos datos, doloroso alguno que otro, le había costado cierto esfuerzo sintetizar y comentárselos, pero lo había hecho por ser su amigo de la infancia. No pensaba conformarse con menos y eso era bastante evidente en la expresión de su cara.

Iba a continuar con la retaila cuando vio por detrás de las espaldas de su colega a su nueva amiga de aventuras, la que mejor le caía desde que había cruzado su camino con el peculiar grupo que formaban. Levantó la mano para llamar su atención y que se acercara. Dando medio paso alejándose del hombre. No entendía por que le había dado un poco de coraje, al fin y al cabo llevaba más de quince años sin tenerlo cerca.

Adios Kiabi, hola Leia.

Sonrió sinceramente a la chica -¿Qué tal va la reunión? ¿Te molesta el vendaje?- El cambio en la médico era bastante notorio. El cabello lo tenía suelto hasta la cintura, desenredado y limpio, al igual que su piel, que había cambiado el color marrón mierda y sangre reseca por su verdadero tono caramelo. Llevaba puesta ropa limpia y en buen estado: unos pantalones oscuros que eran bastante anchos y cubrían los vendajes y en la parte superior varías capas de camisetas con un chaleco en lo alto del todo, de múltiples bolsillos. A modo de pañuelo alrededor del cuello y hombros llevaba puesto un enorme palestino blanco y negro, que tenía bastante más uso que todo lo demás y estaba también algo sucio. Lo que seguía igual era la claridad y profundidad de sus ojos azules, que parecían bastante más alegres que cuando salió de la reunión.

Este es... ¿Pratt te llamas, verdad?- Sonrió al hombre con cachondeo, cayendo por primera vez que estaba bastante guapetón, seguramente porque lo miró a través de los ojos de la otra mujer – Me ha acompañado a las duchas y explicado un poco el laberinto este. Ella es Ligeia, mi compañera - Y la que me ha bautizado sin saberlo.

Deseó fervientemente poder contarle a la joven algún día toda la verdad.

Dejo a Khan enterarse de la situación con los demás, a mí me importa una mierda, pero a él le gusta enterarse de en qué clase de mierda sucida nos metemos, reo que no por él mismo, sino por salvarme el culo. Bueno, el culo me lo salvo yo sola ¿A que si Poe?

El animal me mira, y abre el pico.

* Ese animal te salva siempre ese culo escuálido que tienes y lo sabes.

- ¡Y una mierda! ¡Me lo salvo yo sola! Bateando.

* Bateando morirías en cualquiera de las misiones a las que te manda la perra de Moxxy. Menos mal que ese bruto te saca siempre de todo.

- ¿Pero tú no lo odiabas? ¡Si me dices que es un cabrón!

* Bueno, es un cabrón pero aquí está.

Yo sigo hablando con el animal, solo se escucha mi voz, el águila me mira, sin más, moviendo la cabeza a veces, en silencio. Solo yo lo escucho. Hasta que al llegar a la puerta de lo que parecen unas duchas, a juzgar por la nueva Leia, me acerco.

- ¡Oye, Leia! ¡Qué guapa eres, cabrona! Había una mujer debajo de todo eso… - sonrío, mirándola fascinada – Me voy a replantear eso de novia... – río, mirándolos a los dos.

Miro como ella lo observa, presentándomelo, y enarco una ceja.

- ¿Te ha acompañado a la ducha? Pero… ¿Te ha dado frotado donde toca? ¡Entra ahí y cumple como un hombre! Yo quiero ducharme también, pero en la de al lado – vuelvo a sonreír – Este es Poe, ella es Leia, Poe, protégela como lo haces conmigo – le acaricio un poco la cabeza al increíble animal, y levanto el brazo para que alza el vuelo y se pose por alguno de los tejados próximos.

Tu lo has dicho Shane. Que les jodan. - El viejo bebe de nuevo de su vaso, casi como si tus palabras fueran algun tipo de brindis. Sin duda no es de los que habia tenido buena suerte en la vida con las mujeres, a excepcion claro de Ray.

El viejo te escucha con interes cuando hablas del nuevo grupo y poco a poco una sonrisa ladina se muestra en su cara. - Ja. - Niega con la cabeza un momento mientras mira hacia Ray. - Las cosas han cambiado mucho y si aun hay gente asi suelta por el mundo, mala cosa Shane, mala cosa. El orgullo esta bien segun para que cosas, pero medirte la polla con un grupo de tios de los cuales depende tu vida o hacer una medicion general. De eso nunca sale nada bueno. - Le da otro trago. - Te lo digo yo. Has hecho bien en hacer que se coman el coco y por lo menos que se muevan todos a una. ¿Enemigos? Hoy en dia los tienes hasta dentro del calzoncillo y si les arreais a los chinos... vais a necesitar muchos amigos.

Escuchame bien loco yermita... me caes bien. Creo que eso ha quedado claro. Asi que si alguna vez te metes en un lio del que no puedas salir por ti solo y esos mierdas te dejan tirado. - Se encoge de hombros. - Ya sabes donde encontrarme. - La situacion podia parecer surrealista pero el viejo estaba diciendolo en serio. Habia un brillo diferente a solamente alcohol en su mirada. Se rie ante tu ultimo comentario, lo hace con tantas ganas que le da un acceso de tos y Ray viene a verle pero él con un gesto le dice que esta bien.

Echarte en cara que les has puesto en movimiento. Si ese chiste se fragua, tienes que contarmelo. - Te señala con un dedo mugriento, esperando que sin duda aceptes.

Nunca ha sido mi intención compararme con los demás, es más, soy de los que opinan, por lo menos ahora, con los años,  que conocer tus limitaciones te hace seguir vivo mucho más tiempo que pensar que eres el mejor de todos lo que pasa realmente es que a muchos les toca los huevos poder pensar que tienen limitaciones las veces que lo pensé, que no fueron pocas cuando era un gilipollas inconsciente, estuve a punto de no contarlo, y sólo los tontos no aprenden de sus errores.

Seguí la mirada que el viejo le dedicó a su nieta, había que admitir que había hecho un buen trabajo con ella. Aquí estaba a salvo, todo lo a salvo que se puede estar en este puto mundo, pero tenía un trabajo que no consistía en ir con una puta recortada bajo el brazo.

Gracias por la oferta, la tendré muy en cuenta, tú también me caes bien, no vengo sólo por la bebida y el culo de Ray... sonreí, lo había dicho sólo para fastidiarle un poco, enseguida levanté las manos a modo de disculpa, y es que no podía mantener la boca cerrada sin tocas un poco los huevos mucho rato ahora en serio, valoro lo que acabas de decir.

Sonreír más ampliamente cuando me señaló con el dedo.

Tu mejor que nadie deberías saber que hay gente para todo... asentí, se lo contaría sin duda y ahora creo que es mejor que me vaya a descansar un rato, voy a necesitar estar en forma para patear culos chinos y sobre todo, para que no me pateen el mío, que es mucho más importante si, si me quedaba más rato iba a acabar borracho como una cuba, lo cual habitualmente estaba bien, pero ahora no parecía adecuado, y mi fuerza de voluntad para evitar pedir otro vaso se había agotado. 

La mirada de Leia hablaba a las claras sobre que mi escasa explicacion, no habia sido ni remotamente suficiente, y que probablemente en breve me arrastraria hasta un tercer grado del que no escaparia, ni con ayuda del vehiculo mas rapido de este lugar. Mis ojos se ponen ligeramente en blanco al notar su mirada y ese simple gesto es una confirmacion de que se lo que me espera. Estaba esperando que emepzara cuando su mriada se desvia por encima de mi hombro y saluda a una mujer que se acerca con un bate con muy mala pinta y un vendaje en sus posaderas. Interesante elemento, mas aun si tenemos en cuenta a la bestia que lleva en el brazo. Sigo con la mirada al pajarraco cuando alza el vuelo y lo veo posarse en uno de los bares del nivel alto, uno que no es que tenga demasiada clientela pero que sirve para una cosa. Tranquilidad.

Si ya las pintas delataban a alguien excentrico, sus primeras palabras sin duda no dejan indiferente. Sin poder evitarlo, miro a una y a la otra durante un instante. - ¿Novias? - La mujer me mira enarcando una ceja y cuando pensaba que ya no pdia sorprenderme, lo hace, Si tuviera algo en la boca comestible estaria agtragantandome hasta morir y si fuera liquido volveria a duchar a Leia en este mismo instante. ¿Frotar donde toca?¿Ser un hombre? Mis ojos van hasta la puerta de la ducha y luego hasta la mujer. Mi rostro de sorpresa rapidamente se adecua a la situacion. - Yo solo estaba haciendo de guia, bateadora. Es mas si quereis tomar alguna cosa, y de paso contarme vuestras peripecias para llegar aqui a traves de las alcantarillas, sin duda me distraereis de un mas que aburrido dia. - Las miro a las dos, dejando mis ojos un poco mas sobre Leia. - Es mas si la historia es buena, os invito yo al trago. - Señalo donde esta Poe, indicando un bune lugar donde pasar el rato, si es lo que quieren.