Partida Rol por web

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:04.

Entendido. Haré lo que esté en mi mano.

AÑO: 783 D.

MES 2: METAGITNIÓN.

MENÓS PHTHINONTOS: LA DÉCADA DEL MES QUE SE ACABA.

DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:04.

Quizás de no encontrarse bajo fuego enemigo y en peligro de muerte, Laertes se habría reído ante la pregunta del emisario Urban... Pero por desgracia, precisamente se encontraba en una situación potencialmente letal, y no estaba para muchas bromas. 

-¿Para qué demonios iba a traer un arma de fragmentación a una conferencia de paz?-preguntó, mientras abría fuego contra el ser deforme. 

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:04.

El suprahumano estudió el combate con pericia para vislumbrar de qué forma podía participar él y ser capaz de derrotar a aquellos enemigos que parecían más formidables de lo que en un principio él había pensado. Quizás fuera el momento para desatar todo su poder y de esa forma comprobar hasta donde llegaban sus límites.

Con seguridad clavó su mirada en un punto fijo e inclinó su lanza para facilitar el desplazamiento. Tras eso avanzó a toda la velocidad que fue capaz y lanzó un golpe con su arma, dispuesto a cercenar la vida de todo lo que estuviera en su camino. Era ahora o nunca, gran parte del futuro de Arcadia dependía de que él y su señor salieran con vida de aquella estación espacial.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:04.

Inspiración

Expiración

Apenas un par de segundos entre una y otra y en el lapso entre ambas, Leónidas conviritió su lanza en apenas un borrón en el aire, una sombra imposible de seguir. Pese a ello, él sabía que era un mal golpe, propio de un principiante o de alguien ya cansado de pelear y con todo, la suerte le favoreció. Quizá nunca había un mal ataque sino una mala defensa. En cualquier caso, no era una disquisición que importara. Lo que sí importaba era el brazo herido del asirio, sangrando profusamente. Y lo que debía preocuparle era la transformación que estaba teniendo lugar. Iba a entrar en furia.

Inspiración

Expiración

Dos segundos nuevamente. Los brazos de Leónidas se tensaron y los músculos destacaron bajo su piel como hechos de acero. No había tiempo que perder y no lo perdió. El filo de la lanza atravesó metal, carne, huesos y vísceras empalando al asirio que se resistía a morir. Una sonrisa macabra se esbozó en el rostro del rey espartano antes de clavar a su enemigo contra la pared, viendo cómo moría, como una mosca sujeta por un alfiler a un corcho.

Miró alrededor y observó el otro cadáver. Sonrió.

-Parece que te estás haciendo viejo, Laertes. Te han herido y has necesitado la ayuda de otro para acabar con ese trozo de carne. Tsk, tsk, tsk -bastaba ver la mirada de Leónidas para comprobar que se estaba divirtiendo-. Quizá debas ser atendido por la Marquesa para curarte. Seguro que lo hace de buen grado. De muy buen grado diría yo -dijo antes de reír a grandes carcajadas, exultante por la victoria. La lanza vibró en el mamparo antes de separarse de él y del cuerpo empalado que cayó violentamente al suelo en una postura ridícula-. En cuanto a vosotros, escoria -dijo refiriéndose a los persas y asirios que habían depuesto sus armas-, ya veis la ayuda que os proporciona vuestro amado rey dios Jerjes.

Miró a Laertes y a Eteocles.

-Bueno, imagino que ese chupatintas de Caoban se encargará de ellos. Busquemos un lugar en esta estación donde se pueda beber algo y brindar por la victoria. Quizá mañana no podamos hacerlo.

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MES 2: METAGITNIÓN.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:04.

Termino mi recorrido solo para ver el espectáculo que originan Leónidas, Laertes y Eteocles. Bueno, eso no importa, no creo que la pérdida de dos hombres vaya a significar nada para otros 40.

Pues me equivocaba, ahora resulta que el que maten a tus superiores hacen que te entregues. No lo comprendo, no creo que lo comprenda nunca. Esa no es la filosofía riteana, eso desde luego. Sobre todo porque la mayoría de tropas son robots, pero incluso los humanos nunca nos rendiríamos. No con una superioridad de 13 a 1, desde luego. Independientemente de quien sea ese 1.

Suspiro y salgo ahora a la vista, manteniendo el rifle láser apuntando a los persas. Alguien debería ir a hablar con la Marquesa, supongo digo, sin apartar la vista de los enemigos, mientras el resto de dignatarios llegan. Por cierto, un espectáculo impresionante reconozco. No podría hacer otra cosa, es la pura verdad. Independientemente de lo que sienta o quiera.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

++Campeón, los Persas en retirada. Pronto alcanzarán velocidad de crucero y saldrán de alcance. Abandonamos persecución para no arriesgar la nave. Cambio.++

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Urban pudo ver como lograron terminar con aquellas abominaciones persas, una especie de mutantes derivados de la raza humana fruto de supuestos experimentos macabros por parte de los seguidores del dios Jerjes.

La vibroespada del General Óxido decapitó a los dos mutantes, para asegurarse que no se volverían a levantar. Acto seguido se giró para observar al mandatario de Atenas.

- “Lleváis una servoarmadura Rey Laertes, no me extrañaría que portarais algún dispositivo de fragmentación.” – expuso el emisario que allí observó a los presentes.

- “Hicisteis un buen trabajo, dignos guerreros.” – El tecnomuerto les dedicó una breve reverencia. Aunque al mirar a Leónidas le respondió a sus últimas palabras – “Se debería de compartir esa bebida con una seria conversación con todos los presentes, lo que ha sucedido es grave…” - finalmente miró al protector de Ritea y los representantes de Arcadia. 

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Sonrió a Ladi Meyers que, a pesar de las graves heridas, no perdía el sentido del humor.

- Las máquinas no tienen sentido del humor, por lo que hay que tener cuidado con lo que se dice, me temo.- Aconsejó al único vesperiano aún con vida en la estación. Se había tomado como un desafío personal que no muriese. 

La llegada de Melpurgis primero solicitando su ayuda y luego cuestionándola no le hizo tanta gracia, pero no lo mostró. Tan fría como siempre le contestó.

- Aún queda un poco hasta llegar a las instalaciones médica. Dejadme vendaros las heridas antes de continuar.- Se lo iban a poner todo perdido de sangre y del aquel líquido blanquecino que emanaba pro sus heridas el merc, como habían dicho los persas.

- Listo.- Estaba claro que La Marquesa sabía lo que se hacía.- Son heridas graves, pero nada que no pueda arreglar en mis instalaciones.- Trató de tranquilizarlos.

Los mensajes con información de lo que iba sucediendo llegaban y no dejaban de sorprenderla. Primero contestó a Caoban.

- Caoban, ponga a los fieles mercenarios marqueños al servicio del Rey Laertes en cuanto a los prisioneros se refiere. Que manden a los heridos a la sala médica. Acudo allí con Ladi Meyers y el Capitán Melpurgis. Avisad a Roland du Motte de que prepare las celdas del Castillo para los prisioneros.- Y quedaría espacio para los mercenarios traidores, aunque no ocuparían espacio pro mucho tiempo. 

Se giró hacia Perséfone con una sonrisa.

- Querida, parece que el mayor peligro ya ha pasado. Lo digo por si deseáis volver con vuestro señor, aunque disfruto de vuestra compañía.- Se limpió las manos con un trapo humedecido en desinfectante e indicó a Trescaras con la mirada que la siguiera hasta las instalaciones médicas.

- Caoban mantenedme informada sobre la presencia que menciona el Rey Hades, por si se me requiere allí.- ¿Otro inesperado invitado? Eso ya era demasiado.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Los engendros cayeron, y tras ellos, de manera metafórica, la abandonada resistencia persa. Que seguramente habrían podido borrarles del mapa, pero eligieron correr. Con toda probabilidad, para volver con verdadera fuerza y masacrarles a todos y cada uno de ellos. 

-Una servoarmadura es una defensa, no un arma. Por si se demostraba que la seguridad adolecía de fallos-dijo con tono serio, observando los cuerpos y los prisioneros. 

-No veo nada que celebrar. Esos bastardos van a volver, y nos van a aplastar a todos. Entre otras cosas, porque nos empeñamos en demostrar que, como Alianza, somos un mal chiste. Espero que después de esto todos los presentes quieran dejar de jugar y empezar a hablar, amigo mío-replicó al monarca espartano, con cierta exasperación. 

TRANSCURREN DIEZ MINUTOS:

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:15.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:15.

Como si nada hubiera importante hubiera acontecido, volví a abrir comunicaciones desde la pantalla y cualquier otro dispositivo que fuera capaz de recibir una comunicación en abierto.

- Enhorabuena y gracias. Ha sido una experiencia realmente productiva - comento a modo de saludo, aunque el tono monocorde podría resultar insultante en estos momentos - He obtenido información bastante interesante de la Fragata: Aura Divina. - semejante revelación también llegaría a las naves persas y seguramente la consideraran insignificante - Capitán: Expurgare Melpurgirs, llegado el momento me gustaría invitarlo a regresar con nosotros a Planeta: Ritea II.

Declaro quedando a la espera de lo que sería un montón de insultos y, quizás, cosas peores. No obstante, la fragata riteana comenzó a dar la vuelta de nuevo hacia el planeta.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:15.

-Siempre fuiste demasiado serio, Laertes. Por supuesto que hay razones por las cuales celebrar, pero tendremos que conformarnos con tragar saliva en vez de vino o cerveza -dijo Leónidas ante el pesimismo congenito de su viejo amigo-. Y también es hora de ir poniendo los puntos sobre las íes. Que los que vieron en Jerjes y sus promesas una oportunidad sean conscientes de lo ocurrido, que Hades nos diga algo y que la Marquesa cante como un pollito -en aquel punto la sonrisa de Leónidas se volvió feroz-. Aquí ya no tenemos más que hacer, salvo recoger esas armas. Propongo reunirnos con la Marquesa allí donde esté. Supongo que curando a tu hombre, Laertes.

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HORA LOCAL: 04:15.

El consejero se abandonó al buen hacer de la Marquesa cuando esta trató su herida. Apretó los dientes y contrajo la cara de sufrimiento durante el proceso. Él no tenía nada que demostrar. No era un suprahombre ni un cyborg ni ningún otro tipo de engendro o modificado que le hiciera ser superior en ningún aspecto. Y por ello no intentó aparentar ser uno. Era un humano común sin un entrenamiento para ser especialmente duro o resistente, eso es lo que era. Y por eso se permitió ser uno.

- Oh... diablos. Joder... eso duele - dijo entre dientes mientras la hábil mano de la Marquesa de Angulleme le trataba la fea herida. Poco a poco sintió el efecto de los analgésicos que, sin resolver el problema por falta de equipo adecuado, sí que lograron que los dolores aminoraran en gran medida-. Ohh... vaya. Ahora se siente mejor. Sin duda tenéis amplios conocimientos sanitarios. Y de danza. Sois una caja de sorpresas, Marquesa - dijo con mejor humor a la que asintió con la cabeza ante la pericia de quien le trataba, en reconocimiento -. Disculpe mi vocabulario de antes. Y gracias - agradeció el vesperio que no pudo evitar enarcar una ceja ante la impaciencia y exigencias del merc para ser tratado de sus graves heridas. Ante la Marquesa. En su propia Marca.

Ladi siguió a la mandataria renqueando, guiando esta a los heridos hasta las instalaciones médicas. El caminar no era agradable pero al menos el dolor que amenazaba con hacerle perder el conocimiento fue en gran medida aplacado. Mientras acompañó a la Señora de La Marca a las instalaciones sanitarias, propiamente dichas, se percató de que el combate había finalizado y supo del sacrificio de Pyrena y las naves atenienses. El consejero suspiró abatido. El almirante era un estirado que no tenía a Meyers en gran estima, pero al menos era leal y eficiente. Se le echaría de menos.

Gracias a su intercomunicador supo de la conversación de su rey y del mensaje de la batidora riteana. Negó con la cabeza mientras expiró sonoramente levemente exasperado y contrariado. Muchas cosas de las que se hablaban carecían de lógica. Se preguntó si era él quien no percibía las cosas adecuadamente de cómo habían acontecido... pero si sus sentidos no le engañaban había obviedades, actos acontecidos, que se estaban dejando de lado. Quizás fueran actos que insultaban a la lógica y el sentido común o quizás tenían un sentido más allá de la comprensión de un simple mortal.

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HORA LOCAL: 04:15.

Pues vayamos, a mí también me gustaría saber si la Marquesa está tratando la herida de Praxímedes. Al fin y al cabo, él no es una máquina, es un androide, parte máquina y parte humano, y por tanto los daños tienen que ser curados, no reparados. O no solo reparados.

Aún así, no pienso dejar de vigilar a los persas hasta que los soldados de la estación se los lleven. Los cuerpos de mercenarios marqueños desperdigados por el suelo dejan bien claro quién se llevó la peor parte en este enfrentamiento, pero eso no significa que la marquesa no tenga nada que explicar. Y todos, en mayor o menor medida.

De todos modos, supongo que tenemos que hacer una reunión para tratar los temas que estábamos tratando cuando todo esto sucedió.

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HORA LOCAL: 04:15.

Niego con la cabeza ante las palabras insistentes del riteano. 

—Creo que eso primero, debería dar su opinión tu superior directo. Gestor Omnios, ¿seríais tan amable de compartir la información? Por mi parte me gustaría contar con vuestro apoyo, si tenéis a bien, tanto como el de su majestad Hades, para comprobar las fluctuaciones en la sala donde explosionó el Embajador Darío de Persia. ¿Sería eso posible, mis señores?

Miro a Leónidas indicando que, mientras él se ocupa de la Marquesa, yo haré lo propio con la extraña presencia.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:05.

Perséfone asintió a su anfitriona mientras ésta se limpiaba las manos. Ella lo hizo inmediatamente después, y respondió a su sugerencia.

-Así es, Marquesa. Ha sido un alivio poder contar con vuestra ayuda para poder ponernos a salvo a los más vulnerables, y ayudar al mismo tiempo a aquellos que habían sido heridos. Pero ahora os dejo partir hacia la zona médica con ellos, y yo aguardaré a mi Señor. Os agradezco vuestras palabras, os aseguro que seguiros ha sido toda una aventura para mí.

Tras ello se dirigió, acompañada de Octo, de nuevo hacia donde se encontraban el resto de Dignatarios. 

HORA LOCAL: 04:15.

Su intención era averiguar algo acerca de la nueva energía que estaba apareciendo, y asegurarse de que estaría allí cuando el Rey Hades regresara, para poder rendirle cuentas de lo sucedido durante su separación.

Asistió a la reaparición de Omnios y se topó casi de bruces con los dos soberanos Laertes y Laónidas, con Helicaón, Etéocles  y con el sargento riteano, con Urban que al parecer iba en su busca, con la Polemarca de Esparta, a quien escuchó en su comentario, y con los espantosos restos de la terrible batalla. 

- Celebro verles a todos con vida, confieso que esto me sobrepasa... La Marquesa se ha dirigido a la zona médica con Trescaras, el capitán Melpurgis y Ladi Meyers. Imagino que mi Señor Hades estará pronto de regreso, pero me ha pedido que mientras no llegue les solicite que no tomen medidas hostiles hacia esa nueva forma de energía que se está acumulando en la Sala de la Cumbre, cree que no es enemiga. 

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HORA LOCAL: 04:15.

Saludo con cortesía a Perséfone, sinceramente complacida de ver que se encuentra bien.

—Por supuesto, mi señora Perséfone. Aún así, sería conveniente que tanto el Gestor Omnios como Su Majestad Hades estén presentes por seguridad. ¿Será seguro acceder a la otra sala, la de la explosión?

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:15.

La pregunta de la mentat era demasiado directa para eludirla o fingir no haberla escuchado y, aún así, podía calificarse de decepcionante.

- Por supuesto que puedo compartirla Polemarca: Athena Agelia.

Inmediatamente después el intercomunicador y la pantalla repiten el audio de las últimas palabras del embajador Serchus.

"Sechilpo, Sechalpo, vuestra misión ya no es de rescate, ahora es de muerte. Causad tanto daño como podáis. ¡Gloria a Jerjes! ¡Gloria a Persia y Asiria!"

- Ya no es de rescate - repetí de nuevo - Teniendo en cuenta que se infiltraron durante la reunión, no podían tener la orden de rescatar al Embajador: Ziro Serchus, entonces ¿a quién pretendían rescatar?

Dejo la pregunta en el aire para que entendieran que había alguien en la estación que debía estar en poder de la Marquesa, o incluso "ser" la propia Marquesa, y debía ser evacuado antes de que las fuerzas persas destruyeran la estación.

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DÍA: 29 ENÉ KAI NÉA.

HORA LOCAL: 04:15.

Urban escuchó la conversación que tenían el Rey Laertes y el Rey Leónidas, también escuchó las palabras que compartió el Sargento John Winston.

El Emisario de Gólgota no terminó de responder a las palabras de Laertes, en referencia a las armas de fragmentación y la servoarmadura. Su sorpresa fue al escuchar la voz del Gestor Omnios, en un principio Urban había tenido sus dudas, es más, habría culpado al riteano de todo lo sucedido pero estaba equivocado, el enemigo no era Omnios y tal vez sus perjuicios con tal ser hicieron que hubiera errado en su declaración de intenciones hostiles.

 EL General Óxido se reagrupó con los demás mandatarios, parecía ser que una nueva energía se formaba en la anterior sala de reunión. Urban desconocía la procedencia y esperó que alguien de los presentes pudiera esclarecer esas dudas. Sus ojos se centraron en la humana de Cripta, pero en ningún lado pudo ver la presencia de Hades en el interior de la estación.

- “Gestor Omnios.” – Llamó la atención del mandatario de Ritea – “Gracias por la información propuesta.” – Inclinó la cabeza en un gesto de agradecimiento para luego mirar a los presentes – “Supongo que podemos empezar por saber quiénes fueron los que se reunieron con los persas.” – Los ojos del tecnomuerto fueron mirando a uno por uno sin llegar a acusar a nadie – “Tal vez la estación tenga cámaras de seguridad para verificar que las informaciones expuestas son ciertas, no quiero acusar a nadie ni que mis palabras sean mal intencionadas. Pero si que pido sinceridad absoluta y si para ello hay que comprobar que lo que se dice es cierto, espero que nadie se lo tome a malas.” -