-¿vamos a desayunar? - sugiero, levantándome.
-Supongo que tendré que comer algo - Digo poniéndome en pie tras él.
salimos al pasillo y vamos a la cocina.
Belinda y Edward llegan a la cocina.
Se puede distinguir que la chica va bastante triste y tiene ojeras.
Me sirvo leche y cereales en cuenco y como desganado.
-¿qué tal todo?
Me acerco a los chicos.
-Podríamos estar mejor. ¿Vosotros cómo estáis?
-bastante bien, dormí bastante... - engullo una gran cantidad de cereales de golpe y toso para dejar de estar atragantado.
Me encojo de hombros.
-Como bien has dicho, podría haber sido mejor.
-Chicos... puede que no sea el tipo más social de aquí, pero si me necesitáis para cualquier cosa, solo tenéis que pedirlo.
-Gracias, espero contar con todos vosotros y podéis contar conmigo para lo que sea.
-Tu no vuelvas a darnos esos sustos y ya está - Digo de un extraño buen humor.
Yves se cruza con Edward y Belinda en la puerta del comedor, antes de dirigirse a practicar. Se queda mirando a Belinda unos segundos, inconscientemente. Le preocupa su aspecto cansado; seguramente sea por Frey. Tiene que ser duro perder a alguien que ha estado cuidando de ti tantos años. Busca algo que decirle, pero prefiere dejarlo en un saludo estándar.
- Hola chicos; si me necesitáis estaré en la sala de prácticas
De camino, se da cuenta de que ha empezado a sentir un apego especial por la chica. Tal vez sea por esa extraña mezcla de personalidad que tiene; por una parte, se comporta como la adolescente que aparenta ser, pero por otra, muchas veces demuestra una madurez y unas agallas propias de alguien mucho mayor. Bueno, a fin de cuentas tiene más años que él y todos sus amigos juntos...
Y por eso precisamente no debes encariñarte demasiado con ella
Cuando ve entrar a los chicos en la sala, sale de su mal humor para dedicarles una leve sonrisa y darles los buenos días. Después, vuelve al cuenco de cereales, con la mirada ceñuda, metiéndose de vez en cuando una cucharada en la boca.