Partida Rol por web

Las dos mujeres se levantaron a trompicones y se situaron entre vosotros y la Señora del Látigo, haciendo de escudo humano con sus cuerpos desnudos y ensangrentados. Eran jovencísimas, y parecían dispuestas a dar su vida por su señora.

Turno de Ánder y Kayle, en cualquier orden. Después postearé yo con Ulfe y con Nanthleene.

La carga del joven paladín no se hizo esperar, y atravesó la habitación haciendo molinetes con su espadón.

Mierda, pone a esas pobres chiquillas en medio, ¡Miserable!

-Muchachas, ¡apartad!, sólo os está utilizando! Roazranne ¡Cobarde! ¡Escoria!- El enfado de Ánder aumentó, pero inspirando fuerte se concentró en su arma y una luz blanca muy débil emanó de ella.

De manera sorprendente al golpear a la pobre acólita no derramó apenas sangre, algún tipo de prodigio se estaba fraguando allí.

Kayle miró un instante a aquellas dos muchachas ensangrentadas con un malhumorado y a la vez apenado ceño. Aquello era cruel. Cruel y triste... porque no tenía la impresión de que el diálogo sirviese de nada en aquél maldito lugar. ¿De verdad que tenían que pasar por encima de ellas?

El intento de Ánder la conmovía, y de hecho le devolvió algo de resolución. No iba a permitir bajo ningún concepto que la hija de Nanthleene acabase así, que Tabra acabase así. Ni de broma. ¡Aunque tuviera que arrancárselas de las manos a la propia Loviatar!

—Ast menciptakan kendala... —empezó a salmodiar mientras su voz reverberaba también, cargándose de energía con cada sílaba pronunciada de nuevo en aquél extraño idioma que sonaba como el crujir de la leña en llamas—¡... tak'kelihatan keliling mayat!

Subrayó las dos últimas palabras levantando los brazos con un gesto vigoroso y al instante su cuerpo empezó a emitir un tenue fulgor dorado. El brillo la envolvió como si fuera un sudario y al instante pareció fundirse con ella, desapareciendo a la vista.

Pero el conjuro seguía bien activo.

Armadura de Mago

Ulfe encajó una flecha en el arco, avanzó pegado a la pared para buscar ángulo y disparó sobre la suma sacerdotisa. El bárbaro acertó y la saeta se le enterró en el costado, arrancando a Roazranne un gruñido sobrenatural.

La elfa solar entonó una plegaria a Corellon, señaló a la joven que no estaba herida y dijo:

—¡Huye!

La joven sacerdotisa se vio impelida a hacer lo que Nanthleene la ordenó.

Ante vuestros atónitos ojos, la flecha que Ulfe le había clavado en el costado salió del cuerpo de la Señora del Látigo como si algo la estuviera empujando desde dentro y cayó al suelo con un tintineo. La herida empezó a sanar a ojos vista y Roazranne esbozó una sonrisa carente de alegría.

Payne fue la primera sorprendida.

—Pero ¿qué? ¿Qué has hecho?

La única contestación de la Señora del Látigo fue una risita entre dientes. Roazranne evaluó la situación con rapidez, y pareció dispuesta a eliminar la amenaza que se cernía sobre Miz'ri la Negra.

—¡Loviatar, atormenta a esa desgraciada que osa atacar a tus sirvientas!

Tabin sintió que algo iba terriblemente mal, y de improviso la destrozaron. Le recorrió una oleada del dolor más atroz que jamás hubiera sentido. Su cuerpo se contorsionó sin control, colapsado, bloqueado. Su hermoso rostro y sus suaves manos se cubrieron de ampollas supurantes y sus ojos se nublaron de sangre, dejándola ciega. Se quedó tendida en el suelo. Sólo podía pensar en huir a gatas de la fuente de semejante suplicio: pero no podía, pues todos los músculos de su cuerpo se habían quedado rígidos y se negaban a obedecerla.

Tabin está indefensa durante 5 asaltos y no puede realizar ninguna acción. Cuando expire la duración del conjuro tendrá un -2 a ataques, salvaciones y pruebas durante 17 minutos.

Turno de Glimgmar. Cuando él postee yo lo haré con Payne.

—¡TAAAAAAABIIIIIIIIN! —rugió Ulfe, fuera de control.

Payne reconoció el hechizo, y por un instante fugaz su rostro expresó piedad por lo que le habían hecho a Tabin. 

Es un detalle folklórico. Si alguien quiere enterarse del cambio de actitud de Payne (porque le interese profundizar su relación con este PNJ, por ejemplo) puede hacer una tirada de Percepción o Averiguar Intenciones CD 13.

- Si alguna de ellas tiene una debilidad...un punto flaco. Serría un buen momento parra que lo compartieses con nosotrros.

 Bufó Glimgmar manteniendo cierto tono cómico, su humor no dejaba de ser ácido y no desdeñaba lo crítico de la situación. Parra el tampoco era fácil ver a la jovencita retorciendose, perro había visto cosas parrecidas, cosas peorres...y podía imaginarselas, podía imaginarse a todos fracasando y siendo torturrados hasta la muerte, privados de una lucha honorrable. Sin embargo, había una diferencia insalvable entre creencia e imaginación, Glimgmar creía en ellos tanto como lo hacía en sí mismo, y no los veía derrotados, sino victoriosos a pesar de todas las perrerrías que se le pudiesen ocurrir a aquella "Señorra" del látigo.

 Sopesó en calma las posibilidades de sus acciones, observando la situación mientras todo sucedía, mientras se lanzaban a atacar. Escuchaba la armadura de Ánder crujir, la sangre de las arrodilladas fluir sobre los poros y la suciedad de su piel, los pasos de Ulfe, como un goteo monótono que se aproximaban a su enemigo y tensaban un arco. Las palabras erran merras sombras en aquella realidad de la batalla.

 ¡Y tu no debes quedarrte parrado!

 Parpadeó y sus pupilas, perdidas en un infinito trascendental se ajustaron para percibir la cruda realidad. Sus gruesos gemelos, que sostenían todo el peso de la armadura pesada, junto a sus hombros, se dispusieron para la carga.

 - Arrgghh perro si la solución es besar a esa fulana, ¡no conteis conmigo! - Esgrimió aquellas palabras contra la señorra del látigo y también el primer plan que se le había pasado por la cabeza...combatir el dolor de Loviatar con algo similar a lo que predicaba Tabin, en nombre de vaya usted a saber quien.

 El...de todos modos, hablaría en la lengua de Morradin.

 - ¡Moma fuuka!

 Cargó con todas sus fuerzas, tomando una decisi´on. Permitiendo a Ulfe vengar lo que le hacían a Tabin con cada una de sus flechas, dejando que Ánder demostrase su valor contra tatos enemigos frente a él y corriendo a ocupar las malas artes de aquella serpiente de orejas picudas parra recordarle con la luz de su acero cual es la realidad de aquellos que se esconden del sol. Irrónico para un enano que vive en las entrañas de la tierra aquel odio...perro de todos los elfos, aquellos erran los peorres. No se contendría ni un instante.

 - ¡Esto es parra tí! ¡Tomalo, yo no lo quierro!

 Tras la carga rápida y extenuante glimgmar alzó el hacha y golpeó con todas sus fuerzas buscando la sangre de la drow.

 Apretaba los dientes hasta hacerlos chasquear, su mandíbula, tensa, era lo único que reflejaba su verdadera preocupación por Tabin, todo el resto de su cuerpo estaba dispuesto parra la batalla.

 Parra matar y sobrevivir.

 Observó de soslayo a la arrodillada que tenía más cerca, esperrando cualquier artimaña por su parte. No tenía intención de matar a aquellas muchachas a las que le habían lavado el sentido común, perro..si no tenía más remedio...

- ¡Mantened la posición! ¡Aguantad!

 trató de cohesionar, temía por Ulfe y su reacción.

 Yo os cubrro compañerros...grr

El golpe de Ánder había sido bastante débil, en su intento de no herir a la chica que tenía delante, porque era básicamente inocente. Servía al mal... pero probablemente no por propia voluntad si no obligada a base de torturas y amenazas. 

Pero entonces el monstruo, (se negaba a considerarla humana) que tenía a unos pasos, lanzó un hechizo increíblemente doloroso a la pobre Tabin.

-¡Aguanta, Tabin, yo me ocupo de la bruja!

Payne apretó los dientes y cruzó la estancia, agazapada, para ponerse justo detrás de Ánder.

—Loviatar, mi señora, cierra las heridas de este hombre que hace tu voluntad destruyendo a falsos fieles —dijo la Loviatarita.

Ánder notó el toque de la sacerdotisa en su espalda. Un torrente de energías curativas lo recorrió, revigorizándolo y cerrando sus heridas.

Ánder recupera 5 puntos de golpe.

Una de las Arrodilladas trató de huir, impelida por el conjuro de Nanthleene pero Ánder fue más rápido y la abatió con un golpe con el pomo de su mandoble. La otra chica, que estaba herida, lo atacó, pero nada podían hacer sus manos desnudas contra la armadura del paladín.

He usado la tirada del Ataque de Oportunidad que había hecho antes Puck para agilizar las cosas. Has dejado a la Arrodillada de D12 inconsciente.

Le toca a Ánder y a Kayle.

1. Tabin (24)
2. Arrodilladas (15)
3. Nanth (12), Ánder (10), Ulfe (8), Kayle (6)
4. Roazranne (5)
5. Glimgmar (2), Payne (0)

-Torturadora, secuestradora, ¡Monstruo! ¡Que la venganza de Torm caiga sobre tí!

No había acabado Ander de girar su arma para golpear con el pomo y noquear a la chiquilla que huía cuando siguió haciendo girar su espadón en un molinete, su armadura brilló con una luz blanca, sus cabellos se encresparon y unas runas rodearon su espadón...

Que se descargó con fuerza contra Roazroanne.

En su furia sagrada Ander apenas se dio cuenta de que Payne curaba sus heridas... ¿Falsa fiel la que tengo delante? Pues a mí me parece muy devota... estamos en una guerra religiosa, un cisma entre adoradoras de Loviatar. Y lo último que quiero en el mundo es saber acerca de ello. Y tendré que enterarme, para distinguir el bien del mal.

Otra vez le pasaba, se dividía en dos, su corazón en el combate mientras su mente pensaba analíticamente en los caminos y recovecos que le deparaba el destino... si seguía así acabaría muerto. Tenía que poner corazón y mente en lo que hacía.

Kayle vio algo en el fugaz gesto de Payne, algo que no le gustó... y que a su vez la hizo entender un poco mejor el motivo del mismo. Pero aquella revelación tendría que esperar.

La maga cogió aire tratando de apartar sus pensamientos de Tabin. No porque no le importase (se había puesto pálida al ver lo que le había ocurrido a la sunita) si no porque no iba a ser de mucha utilidad quedándose quieta sin hacer nada.

El misterioso fenómeno de la regeneración la intrigaba, pero sólo se le ocurrían dos formas de contrarrestarlo, la primera era a base de fuerza. Y tanto Ánder como Glimgmar parecían dispuestos a ello de modo que decidió echarles una pequeña mano para que tuvieran algo más fácil emprender acciones contra ella.

—Ast menciptakan lemak—siseó mientras corría hasta detenerse por detrás de Payne.

Hizo un pase cabalístico en el aire con la diestra y como por ensalmo,el suelo a los pies de Roazranne se cubrió de una fina película de grasa resbaladiza.

—¡Ánder, el Símbolo!

Esa era la segunda. Lo cierto es que no tenia la menor idea de si realmente esa era la fuente del fenómeno, puede incluso que no tuviese nada que ver, pero sí estaba casi segura de una cosa: Si Payne no podía acceder a todo su repertorio de conjuros por no tener su Símbolo Sagrado, Roazranne tampoco debería poder hacerlo. Y eso sí les interesaba.

El problema era precisamente ese, que eliminarla a ella era una cosa, eliminar el Símbolo, harina de otro costal. Y de momento les urgía lo primero.

Grasa

Kayle se mueve a e16

Ánder acertó de lleno, destrozando túnica, músculos y hueso a su paso causándole una herida que hubiera partido por la mitad a un hombre normal. Pero aquella mujer no tenía nada de normal. No gritó. Sólo volvió a gruñir y le devolvió una sonrisa burlona a Ánder. Mientras sus heridas se cerraban le dijo.

—¿Eso es todo lo que sabes hacer?

Antes de que el paladín pudiera contestar, la Señora del Látigo manoteó en el aire y cayó al suelo de bruces, víctima del conjuro de Kayle.

Ulfe tuvo que volver a avanzar para buscar ángulo de tiro, pero ahora que Tabin estaba bajo el influjo de las artes oscuras de la Señora del Látigo nada parecía importarle. La prudencia con la que actuaba siempre el batidor se había desvanecido ahora y sólo buscaba ensartar a Roazranne para liberar a Tabin del conjuro.ç

Pero descubrió que un oponente tumbado ofrecía un blanco más difícil de acertar y su flecha rebotó en el suelo.