Partida Rol por web

Con unos cuantos estertores, el cuerpo del Primer Oficial, adquiere la quietud de la Muerte, coincidiendo con el fin del sonido grave de la caracola, que, tras las tres fuertes notas, tambien calla, quedando en cubierta una extraña quietud que contrasta con el ajetreo que se puede oir venir de las bodegas.

La Araña, sin salir del cubículo de vigilancia, no pierde ojo de lo que pasa en la cubierta, desde su posición privilegiada. Gosper, se acerca lentamente, y entornando los ojos, comienza a murmurar en el idioma de la magia, mientras, sin remilgos, se arrodilla en mitad del charco de sangre, y con un movimiento lento, cierra los ojos del cadaver, que continuaban fijos en el infinito. Asthor, por su parte, y con la cara pálida, se acerca dando un rodeo, y en voz baja, como para no molestar, te dice, desde tu espalda, mientras tu te mantienes erguido, la mirada fija en el cadaver:

- Señor, se encuentra usted bien...?? Quiere que me encargue de la espada...??

La voragine de marineros que corren hacia la escalera hace dificil avenzar con rapidez, dado lo atestado de la misma. Cualquier intento de preguntar a un marinero es contestado con un mayor o menor medida con un empujón, y frases del tipo:

- ... nos atacan...!!!

- ... peligro...!!!

- ... piratas...!!!

- ... kraken...!!!

Cuando llegais a la base de las escaleras, veis que se acerca Kostar, sable en una mano, y cogiendo de la parte de atras del cuello la vieja casaca de arpillera que viste el goblin con la otra, y con su humor caracteristico dice, a voz en grito

- Rápido, majaderos!!! Si no se despeja la escalera de inmediato, me tendré que poner a despellejaros de uno en uno!!!, a lo que, los marineros que hay en la escalera, o bien acaban de cruzar la escotilla, o bien, directamente se quitan de ella. No os dedica ni una mirada, y tirando de goblin, sube por la recien liberada escalera. Aprovechando, subis detrás, pues la sola imagen del minotauro, hace pensarse a mas de uno el rivalizar por subir tras el Capataz.

Cuando salís a cubierta, el fino olfato del minotauro detecta un olor mas que familiar: Sangre.

Kostar ha soltado, y olvidado, al goblin, que enseguida se ha metido en la cordada en la que lo encontrasteis la primera vez, y mira, con ojos anonadados, y el sable apoyado en los maderos de cubierta, la imagen dantesca que allí se ofrece:

Verithiel, al que todo apunta como culpable del asesinato del Capitán Bornegar, yace en un charco de su propia sangre, con el cuerpo casi partido en dos, mientras Gosper, el cabron, pisando el charco de sangre que se acumula, se afana en hacer algun tipo de ritual.

Al lado, y en toda su estatura, se encuentra Sir Leviathan de Sharkenar, con su enorme espada al lado, y manchado por la sangre, al parecer, pues no se le ve ninguna herida, del semielfo, con la mirada fija en el cadaver, una mirada grave y dura, aunque nada dubitativa. Detrás de él y con una palidez marmolea, está Asthor, el Iniciado de la Corona que os acompaña.

Los marineros que han salido, y los que van saliendo, se han ido colocando, arma en mano, en un amplio circulo alrededor de la escena.

Una ligera brisa y un oleaje a ojos vista calmado, son la única muestra de sonido que hay en cubierta, mientras, al parecer, todo el mundo espera una explicación de lo que ha ocurrido.

- Tú, hijo de la gran puta!!! Que has hechoooo??!!! Te voy a destripar como un cerdoooooooo!!!!!!!!!!, vocifera, a voz en cuello, el Capataz que, en un movimiento relampagueante, levanta el sable, y salta a por el enorme Solámnico.

- Dios mio, que ha podido pasar para que dos de mis mejores amigos hayan llegado a esto??!! Levi, amigo, por qué has hecho esto...!!!???, son preguntas que se te agolpan en la cabeza, mientras intuyes, antes que nadie, el movimiento de Kostar.

- NOOOOOOOOOOOOOO! Pero qué has hecho?

Grita a leviathan mientras examina la escena. Tras no reconocer lo que hace el cabron y darse cuenta que no se puede hacer nada por el rubio, se centra en el unico que considero enemigo pues puede hacer la situacuin mas complicada si interviene mas. Casi con lagrimas en los ojos pido a mi dios que obligue al kostras a tirarse al suelo. Invoco una orden imperiosa gritando "al suelo se te obliga ir, y deberas acatar".

Como accion de movimiento me muevo encima suya mientras desenvaino. La idea es que si se quiere levantar compita conmigo a fuerza y ademas genere ataque de oportunidad. Si no se tira al suelo, saco espada y escudo y me quedo ahi.

El enajenado Marinero no puede si no rendirse ante la Orden Imperiosa del Escudero de la Corona, tal es el poder que siente, así que, mientras su brazo tendía a levantar el alfanje, su cuerpo se deja caer, y desde el suelo, lanza tajos con la espada, así como salivajos por la boca, en un galimatías de gritos ininteligibles, como un animal salvaje arrinconado.

Todo está ocurriendo tan rápido que los demas marineros no pueden mas que dar algun grito de alarma.

- No tienen que morir mas personas, todo puede hablarse! Grito a la muchedumbre con la esperanza de que el mensaje calase tras ver lo que ha pasado con Verithiel y Kostar.

Todo pasa muy rápido: cae el rubio, vomita Asthor, la Araña toca la caracola, el Cabrón se acerca de modo ceremonial, pero ante mi sorpresa, no para curarle, si no para empezar a canturrear, echándole, polvos, arena fina y otras cosas, sin importarle pisar la sangre, que empieza a espesarse... y, de pronto, como si hubieran aparecido de la nada, mientras estoy sopesando el ofrecimiento de Asthor de ocuparse de mi espada, la tripulación está allí, cuchicheando, y Kostar, como no, Kostar, fuera de sí, grita, sacando el arma y se avalanza sobre mi... Bueno, lo intenta, pues mi hermano de Orden invoca su poder, y lo obliga a tumbarse, desde donde intenta, sin éxito atacarme a los pies.

Tengo a Damocles con la punta, aún chorreando sangre, apoyada sobre la cubierta. Con un movimiento fluido, la colocó en posición de combate. Nada me complaceria más que acabar con ese malnacido maleducado, pero no así: No es honorable.

Con un paso hacia él, esquivo fácil su poco precisa maniobra para darme y, con un movimiento preciso lanzo un golpe contra su guarda, y hago saltar la espada de su mano. Sin darle tiempo a recuperarse de la sorpresa, doy una patada al alfanje, que llega hasta los pies de Pitt, que con cara de no entender nada, la pisa por el filo.

Para acabar, doy un pasito atrás, y digo, con voz grave:

- No lo compliques más, Kostar. Aún tienes mucho por lo que responder..., acabo, como explicación, paseando la mirada por la concurrencia. Ya se ocupará Zoak de acabar de reducir al desgraciado.

Iracundo como un demonio de los Nueve Infiernos, el marinero, antes de que Zoak o Anubis puedan responder, intenta levantarse arañando la cubierta con las uñas, rompiendo alguna en el proceso, pero el peso de Kiri-Jolith es férreo sobre el, y no consigue separarse un milímetro de los maderos de cubierta, donde queda respirando pesadamente...

Zoak se acercó al enano clérigo. Le parecía raro que ante aquella situación continuase con su "ritual de purificación" o lo que fuese eso.

Lo agarró del hombro y le gritó... Para, para lo que estés haciendo, lo que sea puede esperar. 

Kostar desarmado no podía ser considerado un peligro, pero aquel inestable enano nunca se sabía.

Cuando Zoak agarra al enano por el hombro, y le grita, el viejo Neidar deja de canturrear, y dice, con un tono algo molesto:

- Lo que ha de hacerse, ha de hacerse, en el momento justo... Los tres sacrificios fruto de la codicia son bien recibidos por la Señora, no así por el Señor, pero el tiempo todo lo compensa..., acaba, a modo de explicación, y entornando de nuevo los ojos, continúa con el canturreo, intentando, sin violencia, quitar la mano del minotauro de su hombro para seguir con el ritual.

 Miro al clerigo, tratando de entender lo que estaba haciendo...

 - ¿Otro ritual de purificación?. - Pregunto, confuso, antes de dirigirme al minotauro. - Déjalo que lo haga, es mejor no complicar las cosas más de lo que están ya. ¿Alguien sabe que ocurre?.

Pasados los primeros segundos de sorpresa, parece que la tripulación empieza ya a despertar del estado de estupefaccion en el que se encuentran, y a la orden del tal Gosh, el marinero gordo, cano, y de grandes patillas, con la camiseta a rallas a punto de explotar, oriundo de Sanction, varios marineros se abalanzan sobre Kostar, que ya estaba levantándose, y le paran, de cara a evitar que su cadaver acompañe al de Verithiel y Tinker, en su viaje al fondo del Mar. El gordo marinero, con la papada temblando, le dice a Kostar, cogiendo la cara del Capataz con las dos manazas, punta a punta sus narices:

- Basta, Kostar!! Se ha acabado!! Deja que se expliquen, y que lo hagan bien, o por la puta de Kalaman que los abriremos en canal, "d'arriba a abajo".

Tras eso, espada larga en mano, se gira hacia Sir Leviathan, y dice:

- Aquí y ahora, con los Dioses del Mar por testigo, explícate, Solamnico, pues a nuestros ojos, has asesinado a nuestro Primer Oficial!!!, a lo que la tripulación, un poco caótica hasta ahora, empieza a asentir a sus palabras, generando un ambiente de desconfianza en la cubierta que, sin ser muy perspicaz, es bastante tenso, pues todos ellos se han hecho con un arma, muchos de ellos de forma improvisada, y empiezan a mirar al fornido solámnico con ojos entrecerrados...

A la vista, el charco de sangre empieza a congregarse de nuevo, y ha realizar el camino inverso, hacia las heridas del Rubio, hasta que no queda ni gota en el suelo de la cubierta. Aunque la extensa herida sigue abierta, los bordes quedan como amoratados, azulados, sin rezumar nada del rojizo icor... El Cabrón, una vez acabado el ritual, sacude sus manos, y las pone a la espalda, mirando hacia Leviathan, aunque en su mirada no se vislumbra la desconfianza que tiene el resto.

Paseo la mirada por todos los allí presentes, tengo toda la atención. Así que hablo alto y claro.

- Acusé a Verinthiel del asesinato del capitán. Le dije que una vez llegado a tierra firme lo iba a denunciar, porque respeto las leyes del mar- aclaro-, le propuse que se comportara como una hombre, y si admitía los hechos seguiría dirigiendo el barco hasta que se lleguemos a tierra.

-Le di tres opciones-saco tres dedos- Admitirlo y que siguiera al mando hasta llegar. Que lo negara y fuera privado de libertad hasta llegar a tierra. Eligió atarme a mí, un Caballero de Solamnia. El resultado fue el obvio.

-El primer oficial, era un asesino, un conspirador, un practicante de magia y conocedor de venenos, todo lo que digo es cierto, así lo juro por los dioses y mi honor.- señalo al cabrón y al escudero- ellos fueron testigos de todo lo ocurrido.