Partida Rol por web

AQUÍ NO SE MUEVE NADIE HASTA QUE YO LO DIGA ¿ESTÁ CLARO?

El minotauro se creció con sus palabras. 

Cuando Verithiel termine podréis hacer vuestra puta asamblea o lo que queráis, pero ahora lo primero es salir de esta maldita tormenta. Lo que quiera que queráis hacer puede esperar a después.

Me coloco al lado de mi amigo toro. Con el ceño fruncido, así que esto era lo que tenían pensado, hacerse un motín, no me extrañaría que fuera él quien nos metió en la tormenta para tener la oportunidad de proclamarse capitán. El flacucho de Tinker no ha hecho nada, porque estaba con él en la zona de carga. Por lo menos no ha hecho nada con anterioridad.

- Kostar está tomándose libertades que sólo se toma el capitán- miro a todos- lo primero es salir de la tormenta y hasta que no se encuentre el cuerpo del capitán, cualquiera que abandone su puesto ya sabe lo que le espera- espero que lo sepan, porque yo no tengo ni idea de las leyes del mar.

Todos habeis intervenido ya en la conversación, algunos con tintes amenazantes, otros tratando de meter un poco de cordura en todo esto, y el grueso de la tripulación parece estar digiriendo los impactantes hechos, y las soluciones propuestas. Todo, claro, mientras la coca remonta las enormes olas, y la fuerza de la tormenta descarga con furia sobre sus cabezas.

La estampa de los tres, dos solamnicos y el minotauro a los pies de la escalerilla, es de veras imponente, e incluso Kostar no la tiene todas consigo, y dado que no que no parece obtener demasiado apoyo, prefiere mantenerse a la espera. Una vez se da cuenta de que su pañuelo rayado está mas que calado, se lo quita con enfado, y escurre su largo pelo negro, en un intento futil de eliminar el agua.

Pasados unos minutos, parece que quien ha logrado que su idea cale mas entre la tripulación ha sido Tarben que, sin levantar la voz, ha conseguido mas que sus compañeros o el capataz a voces:

- Sí, el chico tiene razón, Kostar, el Capitán ahora, al menos de momento, es Verithiel, así que debemos acatar sus órdenes, al menos, hasta que pase la Asamblea..., comenta el marinero de mayor edad, un solamnico, a juzgar por sus rasgos, de calva mas que evidente, con grandes patillas color plata. Su voz parece reconfortar a los de alrededor, así que Kostar se da por vencido, y con un bufido, queda en un mutismo en el que parece taladrar a Leviathan con la mirada...

Pasan los minutos de modo lento, con el "clap, clap, clap" de las gotas de agua sobre la cubierta dando el compás a los embates del bravio mar. La tormenta, a juzgar por la diferencia de tiempo entre los relampagos y sus truenos, empieza a quedar atrás, gracias la direccion fija que lleva la nave, cogiendo las olas a lo largo.

De pronto, la silueta de Verithiel se recorta contra el cielo gris. Trae en brazos el cadaver de Tinker, envuelto en una manta cargada de agua. Su cara, habitualmente jovial, está sumida en un rictus serio, con sus grises ojos como el hielo viejo. Sin mediar palabra, hace un gesto a Pitt para que se acerque, agradeciendo al minotauro y a los solamnicos su función, pero pidiendoles que permitan acercarse al gigantón, y le pasa el fardo, con reverencia.

En apenas un susurro, desde arriba de la escalera, os dice:

- Gracias por ayudar a mantener el orden, caballeros, estos primeros minutos son cruciales para que no se desaten sentimiento que luego son dificiles de controlar.

Despues, irguiendose en toda su altura, pasa su mirada por la tripulación, y con voz grave, pero estentorea,  que se hace oir por encima del ruido del mar, dice:

- Tripulación, debo informaros, con todo mi pesar, que el Capitán Bornegar ha sido asesinado... Tras unos segundos en los que parece buscar algo con la mirada entre los integrantes de la tripulación, continúa: Lo se porque lo he visto con mis propios ojos, dice, mirando a Zoak, como buscando su aprobación. Tinker me pidió subir al Castillo de popa a ayudar a nuestro Capitán que, como sabeis, se encontraba al mando del timon. Pero, una vez arriba, clavó su cuchillo entre sus costillas. Al recibir el navajazo, el "Vinagre" se soltó del timón, y acabó cayendo por la borda. No me dió tiempo a llegar antes de que cayese, dice, mirando al suelo, sacudiendo la cabeza, tras lo que levanta la vista con determinación e ira en la mirada, pero cuando abatí a su asesino, este parecía fuera de sí, como si hubiese hecho el golpe de su vida... Con la mandíbula chascando, de la fuerza con la que la cerraba, continúa: Se que el "Vinagre" no era el Capitán mas amable, y que ultimamente parecía haber perdido el juicio, enfrentandose a las tormentas como si fuesen un juego para él, pero nos guió bien... Así que, si Tinker no estaba solo, que sepais que indagaré quien estaba metido en esto, y los culpables serán juzgados..., acaba, con la amenaza flotando en el aire.

- Nuestro Capataz, Kostar, tiene razón, dice, reconociendo la idea del Lesmishita. Kostar, convoca a Asamblea a toda la tripulación dentro de media hora en el Camarote, e informa al Clerigo, para que haga los preparativos pertinentes.

- Ah, y hasta la Asamblea, si alguien desenvaina su arma, que sepa que, sin juicio de por medio, acabará siendo comida para los peces...

Tras esto, de un salto, baja la escalerilla, y mirandoos, os dice, Señores, creo que tenemos una conversación pendiente. Si me hacen el favor..., dice, señalando la puerta de acceso a los departamentos de los Oficiales. Girando la cabeza, mira a uno de los marineros rezagados: 

- Cleigg, ve a buscar al mago, a su camarote, y guiale hasta la sala de reunión, a lo que el marinero asiente, y se mueve con destreza hacia la escotilla.

Mientras le seguís, no podeis evitar un regusto amargo en el estómago. Algo en el semilefo no os acaba de convencer, auqnue no sabeis qué

Mientras la conversación con Asthor se mantiene con banalidades destinadas, supones a evitar un silencio que le pueda resultar incomodo al joven, el jaleo en el Camarote Comun se hace cada vez mas evidente, confirmando que arriba deben estar cayendo sapos y culebras. De pronto, alguien toca a vuestra puerta: - Toc, toc, toc!!

Sin esperar a que contesteis, una voz cascada dice: - Señor mago, el Capitan, Verithiel, requiere su presencia en los Aposentos de los Oficiales. Sus compañeros ya se encuentran allí, y le esperan..., tras lo que escuchas al individuo canturrar alguna tonada funebre.

No te pasa inadvertida la consideración "Capitan" que usa, quien quiera que sea el interlocutor, refieriendose al "Primer Oficial"...

Una vez dentro de la Sala de Reuniones de los Oficiales, podeis, al fin, escurrir el agua de vuestro cuerpo. Verithiel se sirve un vino, sirviendo otro a aquel de vosotros que le le acepte el gesto. Una mesa de madera, antigua, pero con madera de buena calidad, está bajo el ventanal de popa de la estancia. Varias sillas de respaldo alto se encuentran alrededor de la misma, con un sillon de respaldo mullido al fondo, en la cabecera de la mesa. Allí se sienta el semielfo, Capitán en funciones. Tras dar dos buenos tragos al vino, respira hondo, mirandoos, mientras da tiempo a que llegue Anubis.

A los dos minutos, tocan a la puerta, y el tal Cleigg viene escoltando a un anonadado Anubis, que mirandoos a todos de forma interrogante, se sienta en una silla libre, dispuesto a escuchar lo que el Semielfo tenga que deciros.

Con mirada grave, el semielfo se recuesta en su sillon, y empieza a hablar:

- Debí haber sido mas exhaustivo. Tras la conversación mantenida ayer con ustedes, hablé con Kostar y Tinker, que juran y perjuran que, de lo que hablaban era de pedir un aumento de salario al Capitán. Ambos negaron cualquier tipo de complot..., dice, tras lo que continua, con un tinte amargo en la voz: Me tengo por alguien capaz de leer las emociones de otros, y mas de mis chicos, que conozco desde hace ya mucho tiempo, pero, obviamente, me equivoqué, y pensé que quizá se debía a paranoia por su parte, dice, mirandoos. La muerte de ambos, Bornegar y Tinker, pesa ahora sobre mis hombros, dice, bajando los mismos, como si ya, fisicamente, soportara esa carga. Abatido, apura el vaso de vino, recostándose sobre el sillón, mientras espera vuestra respuesta, con los ojos bajos.

La sensacion que teniais algunos antes de entrar en la Sala de Oficiales para con el Primer Oficial parece haber desaparecido. El pesar del semielfo parece ser mas que genuino.

 Miré a los presentes, curioso. Por lo visto había sucedido algo realmente grave:

 - ¿Que a sucedido?. - Pregunté preocupado

- Todavía puedes hacer justicia con el del pañuelo a rallas, que además quería una revuelta aprovechando la confusión.

Tarben entiende que el segundo de abordo a sido negligente, pero todavía puede emnendarse.

- Anubis, el capitán ha muerto a manos de uno de los conspiradores y por suerte hemos conseguido acallar un intento de revolución.

Miro con el gesto ceñudo a Verithiel durante unos segundos. Luego me mojo los labios y suelto el aire. No me puedo creer lo que ha pasado, será posible que él... está claro que sus muertes pesan sobre sus hombros. Eso es completamente verdad. Y me temo que literalmente. No estoy de acuerdo del todo con Tarben.

Respondo a Anubis.

-Han asesinado al capitán, el asesino a su vez ha sido eliminado por  Verithiel- lo miro una vez más, no somos representantes de ningún rey, ni alguaciles, luchamos contra el mal, y esto no me está gustando nada- ¿Que quieres de nosotros? no tenemos ningún poder en la asamblea.

Mi tono es un poco cortante, no puedo evitarlo. No me gusta lo que ha pasado.

 Mientras Tarben y Leviathan explican lo que ha pasado a Anubis, Verithiel, mira el fondo de su vaso. Si tuvierais que adivinar su edad, podría tener 20 años más que cuando le encontrastéis en el muelle de Port'a'Call. Finalmente, levanta la mirada, los ojos cansados, y dice:

- Me cuesta creer que Kostar pueda estar detrás de algo así. Nunca ha querido subir en el escalafón!!, dice, tirándose del pelo.  Además, creo que, en efecto, es de Ley que se establezca una asamblea. De ahí saldrá el nuevo Capitán...

- Que qué quiero de vosotros?, dice, mirando a Leviathan con gravedad, supongo que daros una explicación, después de la charla que tuvimos ayer...  Además, como Capitán en funciones, debo velar por vuestra seguridad, y este asesinato, precisamente, os ha puesto en peligro... Tras pensar unos segundos, continúa, con voz cansada, y casi en un susurro:  … y supongo que necesitaba contarle a alguien como me siento... Pero tenéis razón, en el Mar, impera la Ley del Mar, el barco funciona como una pequeña ciudad-estado: No tenéis poder en la Asamblea... Aún así, será un honor que asistan.  Gracias por escucharme, acaba, con una sonrisa cansada.

- Podremos asistir, pero como consejo, si quiere usted quitarse todo el peso de encima....al menos parte de esa carga, debería confesar absolútamente todos los datos en la Asamblea, si todos sus compañeros le perdonan, esa carga sería mucho menor.

"...Y si no le perdonan, harán justicia con este negligente, sea como sea lo correcto ha de hacerse."

Como dijiste... hay que llevar al culpable o a los culpables ante la justicia. Nosotros somos imparciales en esto, nos da igual vuestras historias mientras no llevéis a nuestro destino, así que danos carta blanca para investigar el asesinato, ordena a que todos hablen con nosotros y nos digan la verdad.

Una persona como Verithiel no decía las cosas porque sí, o porque necesitara desahogarse. Algo quería, o algo ocultaba.

Algo en la forma de hablar de Tarben no acaba de sonar bien, y de un plumazo, parece acallarse todo sonido, hasta, incluso, el que campa afuera, a sus anchas. Pasan unos segundos, en los que la cara del semielfo pasa de una compungida y cansada, a una dura como el acero. Se incorpora levemente, apoyando ambos puños sobre la mesa mientras, poco a poco, va desgranando palabra tras palabra, arrastrando alguna de ellas:

- Y crees, Escudero, que eso ayudaría en algo a la situación...?? Lo que menos necesita la tripulación es un Capitán débil. Lo que les he dicho, se lo he dicho en calidad de privado, y así espero que continúe..., dice, acabando de levantarse, y dirigiendo una dura mirada al Crownguard. Las decisiones de los mandos no han de cuestionarse por los soldados, bien deberíais saberlos vos. El "error" cometido, si así puede catalogarse, dadas las "volatiles" pruebas que me presentaseis, lo asumiré yo, por supuesto, dado que hemos perdido a un gran marino y capitán, y a un mas que aceptable marinero, pero espero que no esté insinuando que me inmole en la Asamblea, porque no lo haré, ni permitiré que lo hagan ustedes, he hablado con claridad??, acaba con un ligero temblor en su barbilla, con ira brillando en sus ojos.

Girándose despues hacia Zoak, la ira va desapareciendo de su mirada, y sacudiendo la cabeza, le contesta:

- No puedo otorgarles poderes frente a mis hombres. En que situacion me dejaría eso tras su marcha??, dice, esbozando una sonrisa caustica, pero sí podria nombrarles para actuar de jueces imparciales en el Tribunal, para que den su opinión. Es bien sabido por todos el sentimiento de justicia que alberga el corazón de un Caballero de Solamnia..., acaba diciendo, tras lo que se sienta de nuevo, aparentemente mas relajado.

- Si pensáis que hablandome con ira, conseguís algo, estáis muy equivocado, mis palabras deberían haberle hecho reflexionar más allá de que mostrar una actitud violenta hacia nosotros, meros viajantes que sólo han querido ayudar en todo momento. Si le dije lo que le dije es porque ... Es bien sabido por todos el sentimiento de justicia que alberga el corazón de un Caballero de Solamnia...

Las palabras sonaron con eco desde el pecho del escudero. Con la cabeza gacha quizás porque sabía que lo que decía podía sentar incluso peor, pero el valor es uno de los principales principios de las ordenes de caballería y tenia que mostrarlo, aunque en su guerra interna supiese que quizás no era la mejor de las ideas.

No me refiero a que nos des poderes de mando, sino como bien has dicho de jueces. Investigaremos lo ocurrido también, para intentar descubrir si hay más de un culpable aquí. Sólo quiero que, como en capitán en funciones, ordenes a tus hombres que nos digan la verdad si les preguntamos cualquier cosa del caso. Nosotros no ordenamos ni mandamos nada, sólo seguimos tus órdenes también, y además sería una forma de hacer ver a los marineros que no estén implicados que te preocupas por aclarar la situación y te dejaría en una mejor posición antes de la Asamblea.

 - Creo que lo primero sería preguntaros que sabéis de los asesinos, ¿tenían amigos cercanos entre la tripulación?. ¿Alguien que supiera la razón de su crimen?. - Pregunté al semielfo.

Me mantengo en silencio, estamos en una situación complicada. Se acerca una asamblea, un motín por parte de los perdedores es más que posible. Entonces habrá un derramamiento de sangre innecesario y posicionarnos en uno de los bandos sin todos los datos será un error.

Lo que ha dicho con su voz potente el minotauro tiene mucha razón, sin embargo investigar nos va a confundir más todavía y que les obliguen a decir la verdad no significa que lo hagan. El contramaestre parecía muy compungido, pero hay algo que no cuadra. Y por lo que hable con Tinker, me parece casi imposible que ese chico de mente tan simple ideara matar al capitán para luego... ¿luego que?.

Sigo sentado con los brazos cruzados en la mesa, ya que esa pregunta es la que está formulando el hechicero. ¿Que ganaba Tinker matando al capitán?