Partida Rol por web

Un sonido gutural del Minotauro es todo lo que te responde, mientras se estira, y se dispone a hacer su turno de guardia. Tumbándote sobre el jergón, pones el trozo de cristal de roca que te dió Lord Fashtel bajo el saco que has tomado como almohada, y te dispones a descansar. Enseguida notas como el cansancio acumulado de todo el dia hace mella en el nerviosismo que teneis, tras el altercado de Sir Leviathan, y el vaiven del mar hace que entres en un sueño profundo...

"... Golpes de pesadas botas sobre el frio suelo de la montaña... sin duda, algun tipo de ejercito, o al menos formación... Ruidos guturales... Alguna bestia salvaje, o el lenguaje de alguna oscura criatura??...

... - Grôoth utôrrmhtnn oësss airthûmel, Grâuhmtel... - Espera!! Eso... es... algun tipo de ritual!!! Grâuhmtel?? Ese es el nombre que los goblins dan al Dios de la Muerte!! Que es ese ritual??? Por qué los Goblins??? Que tiene que ver con nosotros, y nuestra mision??, te oyes preguntar, aunque sabes que nadie te va a responder.

De pronto, un flash de imagenes se superponen, hasta que una se fija ante ti: Una especie de bandera, garra de Dragon sobre una calavera de elfo, sobre fondo negro. - Que significa??, vuelves a preguntar al vacio.

... una imagen que recuerdas vagamente: una abertura en la roca, un tunel que sale de la montaña, a una zona elevada en la montaña, cubierta por la hierba... goblins desplegandose, amparandose en las sombras, mientras levantan sus arcos... - Orrthäc ossë aunth Igkkatû... Alguien recita oscura magia olvidada a tus espaldas, mientras esperan que sus presas salgan del tunel de montaña... - Aquella que no pertenece a este Mundo..., escuchas las palabras que te dijo tu Dios, allá en tu alcoba, en Thelgaard, lo que parece hace una eternidad... "

Tras eso, el sueño te reclama, hasta que notas como alguien te mueve ritmicamente, y empiezas a despertar...

El resto de la noche transcurre sin mayor novedad, acompasada por el movimiento de la coca, a la que parecen haber puesto un rumbo fijo durante la noche. Los turnos de guardia se van sucediendo sin novedad, hasta que Asthor, el ultimo en hacer guardia, os va despertando uno a uno:

- Mi señores, creo que los marineros están preparándose ya!! Se escucha bastante ruido fuera...

De pronto un Toc, Toc, Toc!! se escucha en la puerta, seguido de una voz a traves de la puerta cerrada - Caballeros, el desayuno se servirá en media hora!!, tras lo que unos pasos se alejan, y todos podeis notar el ajetreo en el Camarote Comunal: risas y ruido que anuncian el fin del descanso nocturno, aunque por el unico ojo de buey de vuestro camarote la luz que entra habla de un amanecer reciente. Nubes bajas rodean la coca, y aunque contienen a duras penas el agua que a buen seguro guardan, hablan de lluvia a no mucho tardar...

Tarben amanece, se despereza se engancha la armadura revisa su manual y se pone a rezar sin muchas palabras. Usando en una mano su símbolo, con la piedra especial en el cuello y la espada símbolo de su dios en la otra sólo le quedaba empezar, no sin antes:

- eh, Leviathan, me toca mi rezo diário, porqué no me acompañas a rezar al patrón de los Caballeros.

Parecía que todo había transcurrido sin ninguna incidencia. A pesar de eso, había algo que no le gustaba a Zoak y como decían por ahí... más vale prevenir... así que el minotauro se puso su armadura y cogió sus armas.

Aguardó a que los caballeros terminaran con sus rezos y abrió la puerta para dirigirse a por aquel prometido desayuno.

 Miré a Asthor preocupado, mientras trato de no hablar alto:

 - ¿Distingues alguna voz, Asthor?.

- Nada en especial, dice el iniciado, bajando a su vez la voz. Improperios propios del que despiertan y quiere seguir durmiendo. Las voces de, debe ser el capataz, amenazando con poner a pulir la cubierta al que llegue tarde a su puesto... Esas cosas... Pasa algo??, pregunta, mirando al hechicero con gesto interrogante.

Me desperezo con dolor de cabeza. Como no podría ser de otra manera, sin embargo, no me ha crecido el temido chichón en la cabeza, con lo que tengo que dar gracias a Kiri-Jolith, justamente mi hermano va a hacer su rezo matutino al que me invita cordialmente.

- Os acompañaré en las mañanas, pero los del resto del día, por favor excusarme, ya que no quiero interrumpir vuestra comunión por si recibís nuevas visiones - una manera elegante de decir que no soy tan practicante como él.

Me bajo de mi camastro y me siento cerca de él para repetir los salmos de maitines. Luego saldré en busca del desayuno, mi hambre y voracidad sólo es comparable con la de Zoak. Algún día le preguntaré si es verdad le leyenda que se comió una oveja entera tras una apuesta.

El camarote comunal bulle de actividad cuando Zoak abre la puerta, quitando la barra de madera que puso Tarben al empezar su guardia, a modo de protección. La mayor parte de marineros, teniendo en cuenta el aviso del capataz, Kostar, el Khurita con el que peleó Leviathan la noche anterior, se afanan por prepararse, unos a medio vestir, tras meter la cabeza en la cuba de agua fresca, para eliminar los ultimos vestigios del sueño que pugna por quedarse, en aquella hora, poco despues del amanecer. Kostar os echa una mirada visiblemente molesta, desde su unico ojo bueno, pues el derecho está hinchado y amoratado, recuerdo de la derrota a mano del Solamnico, pero no dice nada, si no que se gira, y de un puntapie, levanta a Alfred, "La Araña", el vigia de dia, que retoza en su hamaca mas de lo debido. El negro se gira, y le dice algo en su idioma natal, a lo que el capataz amenaza con repetir la patada, pero el mero gesto hace que el chico casi se mete entero en la cuba de agua.

Otros marineros hacen cola frente a la "Capilla del Mar", donde Gosper, "El Cabron Ilustrado" les da su bendicion, susurrando concentrado, mientras les vierte algo de agua de mar desde una concha de bigaro que recoge del altar tras él. Despues, cada bendecido, deja su ofrenda en el altar: una moneda, una piedra roja, un cuchillo corto de mango de hueso, etc...

Entre las dos puertas del camarote, han montando 3 barriles sobre los que han colocado dos tablones, sobre ellos, varias ollas humean, liberando varios olores que hacen rugir los estomagos como si de una banda de felinos se trataran. Varias bandejas, con tiras de carne ahumada, completan el lote, junto a mendrugones de pan que parecen haber visto mas de una salida de sol. Pitt, el grandullon con cara de niño, reparte, en escudillas de madera, a los afortunados de las primeras posiciones. - Nubes bajas, mal presagio!! El Mar no está contento, habeis visto lo picada que está...?? Veremos si no nos toca lamentarlo... - se queja Gregg, "El Penas", desde unos puestos por delante de vosotros, sin dirigirse a nadie en particular, mientras "La Araña", ya vestido con su raido pantalon, se coloca tras vosotros:

- Buenos dias, "seres"!! Habeis podío dormir con tanto "ruenque"??, os pregunta con una amplia sonrisa de cuentas amarillentas, por la falta de higiene.

Poco a poco, los marineros van siendo servidos, y se reparten por la sala, entre animadas conversaciones sobre lo que deparará el día. Cuando os toca, Pitt os sirve segun pedís: Chocolate caliente o café de malta, gachas de avena, y un par de lonchas de carne ahumada (4 a Zoak y Leviathan, por iniciativa propia, a lo que sonrie, mientras se le cae la baba por un lado de la boca), junto a un cuscurro de pan.

Buscando por la amplia habitación, podeis ver a Tinker, con su llamativo pañuelo negro con lunares blancos en un corrillo de varios marineros, dando cuenta de unas gachas sin demasiado afán.

Gosper, una vez acabada sus oraciones por los fieles, sale, con un cubo lleno de ofrendas, camino de las escaleras de subida, y al rato, vuelve con el cubo vacio, que deja en la capilla, echando los cortinajes. Coge su desayuno, y se acerca a vosotros:

- Se puede, jovenes??, os pregunta, sonriendo desde su cara peculiar, con ese destello de locura que ya le habeis visto desde que subisteis a cubierta. Sin esperar respuesta, se sienta en una cuba baja, y empieza a comer, con sus escasos dientes, una de las tiras de cerdo: - Parece que hoy habrá temporal de Mar. "La Señora" debe estar enfadada. Esperemos que nuestras ofrendas protejan "La Crisis" de la tormenta..., comenta, como mirando al infinito, mientras echa un trago de lo que huele como... agua de mar??!!

No se ve rastro de ninguno de los Oficiales de la nave, ni el Capitan Bornegar, ni el Segundo, Verithiel. Un ulular de viento que entra por las escotillas, avisa de que la tormenta se está preparando fuera...

Parece que la situación estaba tranquila. Los temores a represalias después del encuentro del caballero con el tripulante parecían infundadas, podía ser que de vez en cuando ese tipo de divertimento después de tantos meses en alta mar vinieran bien a aquellos marineros.

Saludó con la cabeza al moreno vigía. Estos marineros de agua dulce no tan bien. Dijo mientras abría la boca y enseñaba sus grandes molares blancos en algo parecido a una sonrisa.

Después apuró el generoso cuenco que aquel grumete le había proporcionado, seguramente había apostado a favor del caballero y se había ganado unas cuantas monedas.

Fue cuando llegó el peculiar curandero del barco para sentarse con ellos.

Espero que su enfado no se dirija contra nosotros.

Mientras estoy en la cola para recoger mi desayuno, mi mirada se mueve perezosamente por toda la sala, deteniendose en Tinker y escudriñándolo, pero parece ajeno a todo, así que cojo mi cuenco con doble ración, levanto la mirada hacia Pitt y le guiño un ojo cómplice.

Con un trozo de panceta me siento en nuestro lugar de desayuno, cerca del camarote, cuando llega Gosper, el ruidoso clérigo del barco. El viento en cubierto acompaña sus palabras como subrayándolas.

-Gosper, ¿las ofrendas nos protegen a nosotros? ¿o sólo a la nave?- pregunto como no quiere la cosa, ya que una tormenta es el escenario perfecto para muchas cosas- estoy seguro que hay muchos accidentes durante las tormentas y se pierden vidas humanas.

Una vez termino los rezos, agradezco la presencia de mis compeñeros cerca mía, en especial de Leviathan, que aunque no sea tan ferviente creyente como yo no debe nunca olvidar que su patron velará por él y que por ello debe honrarlo.

- Vamos a desayunar chicos, recordad estar ojo avizor.

Una vez salimos y estamos comiendo irrumpe Gosper romiendo el ritmo. Termino de comer aprisa, pues se esperaba un día duro.

- Chicos, creo que voy a salir mejor a la cubierta, me gustaría hablar con el capitán. ¿Me acompañas Zoak?

Zoak asintió. Le gustaba que el aire salado le diera en la cara, mucho más que el olor a humano de dentro de las tripas de aquella nave.

Sí, vayamos fuera.- dijo mientras apuraba de un gran trago la escudilla.

 Manteniéndome alerta, con la mano sobre la bolsa de componentes para conjuros, murmuré:

 - Salgamos... Pero con precaución.

El comentario de Sir Leviathan provoca una hilarante risa por parte del viejo enano, aunque para todos es obvio que no era un chiste. Pero tan pronto se ríe, como para, y mudando a un rostro serio, dice: - El Mar es una bestia viva, alimentada por dos Dioses. A veces es caprichoso, de carácter cambiante, como la Señora, y a veces, templado y poderoso, como el Señor, pero siempre habéis de temerle, y mostrarle respeto, pues no se sabe cuando querrá cobrarse tributo..., acaba, con la mirada perdida, santiguandose, y echándose un poco de agua de mar por el ralo pelo, que acaba goteando por su nariz, hacia su escudilla. - Mi labor es proteger el barco, caballero, continua, centrando sus ojillos profundos en Leviathan, si queréis protección adicional, tendréis que hacer una ofrenda a ambos Dioses: hoy la Señora parece disgustada..., dice, tras lo que, mojando con el pan, apura su guiso. Cuando Tarben, Anubis y Zoak se preparan para irse, les obsequia con una de sus sonrisas, falta de dientes, y les aconseja: - Cuidado arriba, caballeros, al que no está acostumbrado al mar, puede resultarle difícil mantenerse en pie!!

Poco a poco, la tripulación va apurando sus desayunos, azuzados por las amenazas de Kostar que, en efecto, se mantiene con un humor de perros. En menos de un cuarto de hora, se va despejando el camarote, quedando solo los que han acabado su turno de noche, y se disponen a dormir, tras un buen desayuno.

Por su parte, Pitt, con sus musculatura privilegiada, desmonta la mesa de desayuno, y despeja la zona de la puerta.

Kostar, al ver acercarse al trío que se dispone a ir a cubierta, se gira hacia el minotauro, y le dice:

- Bueno, que, grumete, preparado para el trabajo duro?? Veremos que eres capaz de hacer. El Capitán está de peor humor, incluso, que el maldito mar!! Hay que montar un cabestrante, que se ha descolocado con la fuerza de las olas. Supongo que no habra que decirte como se llama cada cosa, verdad??, pregunta, dedicando a Zoak una mirada penetrante con el ojo sano.

- Alguno mas quiere jugar a hacerse el valiente??, pregunta con una medio sonrisa sardónica. - En fin, seguidme arriba!!, dice, dirigiendose a las puertas del camarote comunal, y de ahí, a las escaleras que suben a cubierta.

Siguiendo al capataz, subís las escaleras que salen a la cubierta inferior, y podeis ser conscientes de a que se refería el Clerigo del Mar: la mar está picada, con olas que, pese a no ser excesivamente altas (por ahora), sí provocan un movimiento de vaivén en la coca que, a buen seguro, dificultaría cualquier maniobra que hubiera que hacer de forma rápida o que necesitase de precisión. Una lluvia fina, unido a las lenguas de mar que levanta el viento, os moja según salís. Pese a estar en verano, la humedad y el frio viento de tormenta, podrían hacer pasar factura a aquel algo mas débil, o que no se seque al dejar de hacer actividad física.

Los marinos, ajenos a este movimiento que os resulta tan evidente a los no acostumbrados al mar, se mueven con destreza por toda la cubierta, tirando de maromas, atando una velas, soltando otras, mientras otros trepan por el entramado de cuerdas que une los distintos velamenes del barco. La "Araña", desde el puesto de vigía, otea entre las nubes bajas, a los cuatro puntos cardinales.

En la popa, al mando de la nave, está el Capitán Bornegar, con los picos de la levita golpeandole las piernas al son de la ventolera que pega.

Cuando los demás se marchan con Kostar, escaleras arriba, el "Cabrón" baja de un saltito del barril sobre el que se ha sentado, quitandose las migas que le han quedado sobre la túnica verdeazulada de arpillera, y pasandose la lengua entre los pocos dientes que le quedan, mientras te dice:

- Y bien, Caballero, rendireis honores al Mar?? Muchos son los secretos que alberga, y bello, aunque implacable en sus confines... Podría ayudaros de alguna otra forma, antes de retirarme a continuar con mis rezos??

Tras eso, espera unos segundos, mirándote con esos ojos oscuros, insondables, pero que a todas luces le otorgan una imangen algo desequilibrada...

Asiento con la cabeza al extraño sacerdote.

- Nuestros dioses, sin duda son amigos, no seré yo quien le de motivos a la Señora para que le reproche a Kiri-jolith *nunca me acuerdo como se escribe* que los solamnicos no respetamos- voy diciendo esto mientras me levanto y cojo algo del cuarto. Cuando me vuelvo a sentar en mis manos tengo una ficha del ajedrez de Kharas, la más insignificante de todas.

-Esta será nuestra ofrenda, estoy seguro que tu Señora lo entenderá y espero que nos proteja- me meso la perilla- pero por si acaso, voy a sumar estas cinco monedas de plata, una por cada uno de nosotros para el Señor- le palmeo el hombro mientras me rio- jajaja- entonces veo subir al minotauro para la cubierta con su armadura- que sean seis- digo poniendo otra en la palma del clérigo-jajaja

Ahora que estamos más en confianza, sigo hablando con él.

-¿Sabes donde está el capitán? no me parece haberlo visto en el desayuno- pregunto mientras repaso mi escudilla.

Cuando te ve venir con la pieza de Khas, ves en la mirada algo perturbada del viejo un punto de interés, como si estuviese intentando relacionarlo con algo. Varias veces abre la boca como para hablar, pero vuelve a cerrarla, hasta que que, con un Bah!!, desecha la idea con la mano, y dice:

- Sí, supongo que Ella lo entenderá... Aunque el Señor no necesita dinero, lo que cuenta es la intención de ofrecerle algo valioso, así que, estará contento, sin duda..., dice, levantándose y acercándose al Altar del Mar, al fondo del camarote, te indica con la mano que le sigas. Con una breve oración en un idioma que no entiendes, extiende una de las manos, con la que ha cogido el cubo oxidado que ya visteis antes en la mañana, y te indica que vayas echando las ofrendas. Una vez has acabado, con la otra mano, te pide que te agaches, y derrama un poco de agua salada sobre tu cabeza. Tras eso, deja el cubo y la concha de bigaro sobre el altar, y echa el cortinaje con apariencia de algas.

Volveis al sitio donde estabais en inicio, y a tu pregunta sobre el Capitán, emite una risita cascada, y dice:

- Uh!! Agradecerás que no haya bajado a desayunar, sin duda habría agriado el desayuno a mas de uno!!, a lo que te obsequia una de sus desdentada sonrisas que, sumado a su marcado prognatismo inferior, y la rala perilla, le otorgan la cara que, sin duda, fue la causa de su mote. No gusta de juntarse con la tripulación, tal es su linaje, y desayuna en el comedor de oficiales, con el Primer Oficial, preparando, supongo, las tareas del día...

Parece dudar un momento, pero finalmente dice: - No es mal capitán, pero creo que está hastiado, y está perdiendo la paciencia incluso con el Mar, y eso no augura nada bueno... No señor!!, acaba, santiguándose, y echándose otro poco de agua de mar por la coronilla despoblada.

- Puedo preguntarles a donde se dirigen, jóven?? No es nada desdeñable la flota solámnica, y en cambio, no viajais en uno de vuestros barcos..., tras lo que se echa al gañote otro trago de agua salada.