Partida Rol por web

En efecto, como dice Baigron, las piernas te pesan, y te dan ligeros calambres, probablemente por no usarlas en varios dias. Los brazos te pesan, y la sensibilidad de los dedos la tienes un poco acorchada. Quizá debieras descansar.

Baigron se afana en recoger un poco de agua de la poza, mientras canturrea algo, en apenas un susurro, y Desdemona permanece tumbada y se relaja, recuperando el tono perdido en sus musculos de brazos y piernas, entrando y saliendo de un duerme-vela. A la noche (o lo que se debe corresponder, aquí abajo) Baigron aparece con unos carnosos tuberculos que ha recogido de la sala contigua hacia la superficie. Los condimenta con unas briznas de hierba negra que guarda en el cinturon, y enseguida, ambos compañeros empiezan a ingerir su cena, sin cruzar palabra, cada uno sumido en sus pensamientos...

Estais acabando la cena, cuando de pronto, Baigron deja de masticar, y se queda tieso como una vara, mientras, sin emitir un solo sonido, sube una mano, como instando a Desdemona a parar tambien, y escuchar. Al principio, la tiefling no escucha nada, pero enseguida empieza a escuchar un leve susurro, al principio, acompañado, de modo regular, de un raspar:

- Dos personas se acercan, dice Baigron, con los labios pegados a la oreja de la Tiefling, bajo sus cuernos. Le hace un signo de silencio, mientras se dispone a ocultarse tras una afloracion rocosa, pegada a la poza, mientras hace un signo para que la Tiefling haga lo mismo. Una vez satisfecha con su ocultación, el Draconiano mira a Desdemona, viendo como esta se oculta tambien, a su vez...

Al escuchar al Draconiano, afina el odio y efectivamente tenia razón, se acercaba gente o criaturas, hizo lo propio al verle esconderse, no era muy difícil la gruta tenia muchos recovecos oscuros donde era fácil esconderse, así que no le resulto muy difícil ocultarse y esperar en silencio.

Afilando un poco mas el oido, y cuando las voces se van acercando, en efecto, podeis distinguir dos voces distintas, y se corresponden con los ruidos de botas, y cuero endurecido que las acompaña. Baigron, el Draconiano, está preparando algun tipo de componente mágico, y hace señas a Desdemona,que, facilmente distingue como: - Mio, el de la derecha... La Tiefling se concentra un poco mas, y puede discernir lo que dicen, pues conoce el idioma ancestral de los enanos, un poco antes de que entren en vuestra caverna por el acceso sur...

- Te digo que han pasado por aquí cerebro de trasgo!! Y recuerda, los queremos vivos, ok?? Si no, no cobraremos, entendido??, gruñe una de las voces, antes de que dos enanos, vestidos de negro, con la capucha calada y guantes de cuero que solo dejan a la vista las puntas de los dedos, listos para trabajar, con armaduras de cuero endurecido y armas cortas, entren en la sala, observando alrededor:

Enseguida, uno de ellos, repara en la zona central, donde Baigron ha ido preparando el fuego estos dias. Le da un codazo al otro, que anda hurgandose la nariz, a lo que este responde con un: - Aughhh!!, intentando ser en bajo. El otro señala a la zona ennegrecida de la fogata, y sonrie, con esa sonrisa que tienen los enanos cuando ven diamantes, y echa a andar hacia allí, susurrando: - Ves?? Te lo dije, han pasado por aquí!! Veamos a ver hace cuanto... El otro, saca un hacha de mano, y se acerca detras, mirando por encima del hombro, mientras el otro se agacha...

Escondido tras las rocas que elegí para ocultarme, preparo el Conjuro de Orbe Menor de Fuego, recordando bien cada gesto y silaba antes de lanzarlo. La pareja de enanos entran en la caverna por la entrada del sur, la que seguimos nosotros hace ya unos dias, y tras hablar en bajo algo que no entiendo, con la cara de cazarrecompensas que he visto tantas veces en las ciudades por la que pasé, en el exodo, con mi gente, se dirigen a la zona en la que hemos estado cocinando. Hago un gesto a la Tiefling, de que me deje el de la derecha, y cuando el enano se agacha a la zona de piedra ennegrecida, me asomo lo justo, y libero mi magia sobre él...

Justo detrás de enano, sin apenas moverse de donde estaba, aún internada en las sombras, no tuvo más que sacar su ballesta de mano y disparar al cogote del enano, gracias a la magia del Draconiano seguramente estarían mirando para ella por lo que ella podría hacer su ataque furtivo, pues no la verían y estando tan cerca, no fallaría.

Una brillante esfera flamigera partió desde las sombras, desde la posicion en la que el enigmatico Draconiano se escondia, aprovechando su atuendo que se camuflaba a las mil maravillas en el entorno, hacia el enano agachado, que en ese momento removia con sus dedos las cenizas de la cena del dia anterior. El fogonazo hizo que trastabillara hacia atras, y la luminosidad, potenciada por el agua de la poza, le cegó lo justo para que la esfera le impactara de lleno en su pecho, y se extendiese como alimentada por algun tipo de aceite que contuviese en su interior. Un sonido gutural, medio animal, salio de su boca y su barba medio chamuscada, mientras dando un pequeño salto lateral, trataba de eliminar las chiribitas que, a buen seguro, poblaban aun sus ojos, mientras echaba mano a su cinturon.

A su vez, su compañero, debido al fogonazo y consecuente deslumbramiento, y al empujon de su compañero ardiendo, trastabilló lo justo para ofrecer una parte libre del cuello que Desdemona sabía que podria utilizar para hacer daño, así que, cargó la ballesta, y liberó el virote con la destreza que solo ella podia sacar del arma, hundiendo el virote profundo en el cuello del enano, que girandose, lanzaba golpes cegados contra la zona de la que habia notado el aguijon clavarse en su cuello...

El enano agachado, lejos de quedarse sorprendido, o entrar en panico, salta hacia la zona de la que ha salido el orbe de fuego, y sacando con una velocidad inusitada una daga, la lanza contra su atacante, Baigron, el Baaz. 

Desde donde esta sin moverse un ápice, vuelve a cargar su ballesta y dispara al enano que era del que ella debía encargarse, el más cercano.

Tras recibir el virote en el cuello, el enano, milagrosamente vivo pese a la gravedad de la herida, esquiva el segundo ballestazo de la Tiefling y, con un movimiento mas rápido del que le podia atribuir a un enano con tan cortas piernas, se abalanza contra las rocas contra las que se protege Desdemona, y lanza un golpe con su hacha contra ella, que intenta aprovechar las propias rocas para protegerse, mientras intenta montar otro virote en la ballesta ligera...

Desdemona, algo sorprendida se da cuenta de que el golpe es un tanto extraño: Ha intentado golpearme con la parte plana. Claro, querian cogernos vivas!!, piensa, mientras monta el virote y se prepara para otro disparo, mientras rodea un poco un peñasco, para mantener a cierta distancia al enano, cuyo cuello sigue manando sangre de forma profusa.

Confiado en que su orbe acabaria con el enano, Baigron no puede menos que soprenderse cuando, con la barba aun humeando, el enano suelta un latigazo con su brazo derecho, lanzando una daga que se hunde en el abdomen del Draconiano. Aguantando el dolor, Baigorn se prepara para lanzar otro conjuro contra el enano, mientras este trata de trepar por las rocas que la sirven de cobertura.

Apretando los dientes, con la disciplina de alguien acostumbrado al dolor, Baigorn espera el momento, y cuando el enano salta por encima de las rocas, con idea de tirarla al suelo con el impulso, el Draconiano suelta la esfera, que esta vez explota contra la cara del enano, abrasando sus ojos, que explotan como si los hubieran pisado, y con lenguas de fuego entrando por la garganta del enano, que antes de caer al suelo, e incluso de darse cuenta, ha muerto.

Tras eso, el Dracnoniano parece tener un vahido, y cae tambien, como si fuera un muñeco de trapo...

Mientras cargas la ballesta, por el rabillo del ojo no pierdes detalle de lo que ocurre con tu compañero Draconiano. Ves el fogonazo, y hueles la carne quemada, a la par que ves caer muerto al enano, con la cabeza achicharrada. Tras eso, ves que Baigron se tambalea, y apoyandose en la pared, pierde el sentido, y se desliza hacia el suelo, con un reguero de sangre oscura cayendo por su tunica gris. El enano ha debido de herirle en algun momento.

Centrandote en tu enano, acabas de cargar la ballesta mientras aprovechas las rocas para mantenerte a distancia del hacha, pues si deja de usarlo para tratar de dejarte inconsciente, podria ser letal!!

Vio que el Draconiano, aún habiendo acabado con uno de esos enanos, tenia serios problemas para seguir adelante, tenía que acabar con el enano rápidamente y ver que podía hacer para salvar a su "compañero", como poco debía admitir que era útil.

Cargo la ballesta de nuevo y apunto al enano, ya estaba bien de tonterías, tenía cosas más importantes que hacer que seguir jugando, así que teniéndolo tan cerca disparo, sabía que era un blanco muy fácil.

La perdida de sangre del enano, junto al terrible esfuerzo que le está costando moverse por las rocas intentando seguir tu ritmo, hacen de el un blanco facil y previsible, así que, tras fintar varias veces como si estuvieses huyendo, plantas la pierna en una roca, y apuntando, sueltas el virote, que se clava facilmente a traves de su Cuero, y se aloja en su corazón. Un borboton de sangre por la boca, precede a esa mirada como ida del que nota como se le va la vida. Con un sonido sordo, cae para atras, sobre las rocas que te han servido de cobertura...

... Y se hace el silencio, ya que eres la única viva... o al menos consciente en la humeda caverna...

Una vez acabado con al amenaza, ágilmente salta las rocas y va hacia donde esta Baigron, para ver si puede hacer algo para que por la herida del enano no muera, ya que le debe una, hará toco lo posible por devolvérsela. Además el draconiano no le caía del todo mal.

Simplemente con acercarte, puedes ver que el pomo de una daga sobresale de la túnica del Draconiano Baaz, y un reguero de sangre va tiñendo la túnica con una mancha cada vez mas grande. Puedes ver que respira, pero lo hace de manera lenta e irregular: es mas que probable que muera si no recibe curacion de algun tipo!!

Saco la daga y tapono la herida con la propia túnica para que dejase al menos de sangrar, mientras miro a su alrededor, magia no poseía y no se arriesgaría a aplicar una raíz y que fuese peor, pero... los enanos, claaaro, saquear si se le daba bien y seguramente tendrían alguna poción o algo que les sirviese, no irían tras ellos sin nada de "rescate".