Partida Rol por web

''Obtendrías todo lo que quieras ... en otras circunstancias'' pensó por un momento, mordiendo sus labios inconscientemente, mientras su mirada se clavaba en la espectacular vampiresa. La entonación con que ésta pronunció la palabra 'mortal' era claramente un aviso y una advertencia que su vida aún corría peligro.

- Lamento si le he hecho perder el tiempo. Supongo que es justo que le de algo a cambio, pero también es justo que ese algo sea proporcional a la información y, para ser sinceros, todo lo que sé es el nombre de un lugar y ni siquiera qué es o dónde se encuentra.

''¿Habré ido demasiado lejos?''; tal vez, debería mitigar un poco el efecto de sus palabras.

- Claro que le estoy agradecido y si necesita algo, le puedo servir en algo ... y ese algo está a la altura de su favor ... por supuesto estoy a vuestra disposición, Condesa.

Hola, ya estoy por aqui, decirte que nacio mi hija el dia 20 pero desde entonces hemos estado en la uci por unos niveles altos en una prueba sanguinea,pero al final todo a salido bien.

Siento mi ausencia pero fue por eso, por mi finalizamos el dia y a seguir con la super aventura.

El hombre se pone en pie y se acerca a una repisa, allí toma una figura, no especialmente llamativa, era simplemente la de un cuerpo normal y corriente, se acerca a Sarah y se la da, esta puede notar el tacto de una figura hecha con alguna clase de barro o arcilla:

Esta figura ha sido hecha moldeando la arcilla, dándole forma con unas manos hábiles y cuidadosas… sin embargo, si queremos modificarla ahora sería un proceso complejo… el cuerpo humano es similar, según la biblia Dios hizo al hombre usando arcilla, y le dio forma, sin embargo, una vez le dio forma no lo modifico, le dejo con la forma… ¿Qué me diría si le dijera que la … maestra de su hija es capaz de modificar el cuerpo humano y moldearlo a su antojo

El hombre se queda unos segundos en silencio, como evaluando las reacciones de la que se ha convertido en su chiquilla y dice:

Si a ese hecho le añadimos que es uno de los seres más… antiguos que conozco y que pertenece a un clan con el sobrenombre de demonios… sin duda nos encontramos con alguien… bueno, supongo que lo comprendes mi joven chiquilla

La mujer observa a Norah, pareciera que lo que estaba viendo no era la primera vez, sino que lo había visto en más de una ocasión, sin embargo, Norah se da cuenta de algo, es una sensación extraña, escucha un sonido que ha escuchado muchas veces y por ello es capaz de distinguir, es el sonido del latir de un corazón, sus ojos se dirigen a la chica, es el corazón de la chica, sin embargo, ¿Cómo puede escucharlo? Se da cuenta que su vista ha mejorado, aquella penumbra de la habitación ya no le molesta y puede verla perfectamente, la doctora le habla:

No has soñado nada… te he matado… es un paso necesario para tu renacer… para entrar a formar parte de la nobleza de este mundo… has ascendido como mi aprendiz y pronto demostraras si eres merecedora de ese honor o fallaras como otros antes

La mujer se coloca junto a la chica y mira a Norah unos segundos:

Lo que sientes es sed… pero no de agua… estoy segura que tu bestia interior te lo esta gritando… lo deseas, deseas alimentarte, calmar la eterna sed

La mujer con un cuchillo que le pasa el mayordomo apuñala mortalmente a la chica, la sangre comienza a salir de su vientre, la herida es mortal de necesidad, sin embargo, la chica no hace nada, es como si no lo hubiera sentido. Pero algo le pasa a Norah, siente algo en su interior, aquella voz, aquella oscuridad le grita que se alimente, le dice que se abalance, que corra, que se alimente de la sangre de la chica, el olor de la sangre penetra en su nariz, un olor como no había sentido nunca, el olor del mayor manjar

Mi chiquilla… aliméntate

La contestación pareció molestar a la mujer, molesta observa a Mikael, la mujer no parecía ser alguien fácil de tratar a la primera, se pone de pie muy seria y comienza a caminar acercándose:

¿Un simple mortal me falta al respeto despues de permitirle conversar conmigo? Debes aprender cual es tu lugar

Aquello sin duda había enfadado a la mujer que caminaba a seguros y meticulosos pasos, según se acercaba Mikael podía notar aquella sensación que sintió al verla aumentando, sin embargo, parecía que la mujer no estaba por hacer nada al menos hasta que llegara más cerca de donde el estaba.

No. No lo entendía. Nunca había prestado atención a las leyendas acerca de los vampiros o las criaturas de la noche, fueran las que fueran. Había escuchado acerca de ellos, sí, pero siempre se lo había tomado como un mito, una tradición literaria entre algunas culturas, no algo real y tangible. Ni siquiera los diablos, el infierno... ya fuera cristiano o de otra religión. No era creyente, sino agnóstica, no tenía conocimientos acerca de todo ese... universo.

Pero ahora, a pesar de todo su pasado, de sus cincuenta años de vida práctica y tocando de pies en el suelo, su propio universo había dado un vuelco. Y lo que desconocía, lo que había obviado, era a hora su realidad.

-Eh... Sr. DuPui... ¿es así como puedo seguir llamándole? Entiendo que un lazo nuevo y potente se ha creado entre nosotros. Soy su... ¿chiquilla? Desde luego mi... cuerpo siente su sangre, la de usted, en mi interior. Sé que es cierto lo que me ha dicho. He muerto, lo sé. Perdone que esté tan... trastornada. Pero es muy difícil de asimilar. Intento aceptar, comprender... pero me siento como lo que posiblemente soy: una recién nacida. 

Pero no era eso lo que quería decir, o no sólo eso. Se detuvo, y se pasó una mano lánguida por el cabello, centrándose de nuevo.

-Nora... ha pasado por lo mismo que yo... pero no con alguien como usted. Su... maestra... es distinta. Un ser ancestral y poderoso, que puede modelar la apariencia humana. Un demonio. ¿Qué ocurrirá ahora entre nosotras...? ¿Cómo van a seguir nuestras vidas...?

Se quedó petrificada, procesando las palabras de la doctora. En su mente se arremolinaban sus últimos recuerdos, sus últimas sensaciones, junto con lo que sentía ahora, con lo que empezaba a percibir a su alrededor. Todo eso mezclado con aquel ruido ritmico tan conocido para ella. Supo que era el corazón de la chica, de aquella chica. De aquella chica que se parecía tanto a ella.

-No puedes haberme matado...estoy despierta, estamos hablando... no me siento bien...-susurró, intentando procesar toda la información. Se miró su pecho donde la herida ya no existía-Y si me hubieras matado... aun tendría aquella herida...-miró a la doctora, sin entender lo que quería decirle. Y su mirada se centró entonces en la muchacha, de la que partía aquel ruido, el ruido de su corazón-¿Por qué... por qué se parece... tanto a mi?

Y, en ese momento, la doctora abrió de cuajo el estómago de la muchacha. Nora no llegó siquiera a gritar, no podía. Pero sus ojos se abrieron enormemente por la sorpresa y ahogó un grito ante la visión de aquello. Un instante después, supo que algo no estaba bien en su interior. ¿Por qué deseaba acercarse a esa muchacha?¿Por qué se sentía atraida por la herida, por la sangre? La sed era ahora terrible, terrible.

Dio un paso atrás, negando algo que no entendía lo que era.

Miró horrorizada a la doctora-Los médicos no... no matamos... salvamos vidas...-le dijo, con voz pastosa y ronca.

Un destello de terror cruzó por la mente de Mikael cuando la Condesa se levantó sin previo aviso y comenzó a acercarse. Había una seriedad en su rostro rayana en la crueldad y el joven comprendió que, esta vez, había traspasado un límite del cual no sabía como liberarse.

''Es poderosa ...  y lo sabe ... solo hay algo que puede calmar a una persona así: la sumisión.'' fue una advertencia inconsciente, una idea repentina.

Casi sin pensarlo, retrocedió dos pasos ... algo inútil, lo sabía, pero tranquilizador, al tiempo que inclinaba un poco la cabeza para evitar que su mirada luciera desafiante.

- Mil disculpas, Señora. Aún desconozco mucho sobre vuestra ... ehhh ... cultura  y vuestras tradiciones. Nunca estuvo en mi ánimo ofenderla. - y jugó la última carta que, creyó, podría salvarlo; alzando levemente las manos con las palmas hacia el frente, preguntó en el tono más humilde que pudo lograr - ¿Qué necesita ... no, mejor, qué desea que haga por usted?

En cierta forma la forma de hablar y de moverse de Du Pui sonaba extraña, como la de un padre recto y severo que estaba enseñando a su hija, pero con tranquilidad y paciencia:

Así es… te has convertido en mi chiquilla, yo soy tu Sire… pero puedes llamarme por mi nombre como hasta ahora… aunque te recomendaría usar el término sire entre nuestra gente… así sabrán que posición tienes, ya que como mi chiquilla tienes ciertos privilegios que otros no poseen. Como bien has dicho has muerto… pero es un paso que necesitas dar antes de ascender… de lograr la inmortalidad

Escucha atentamente cuando habla sobre Nora, el hombre niega y dice:

No debes confundirte… yo mismo tengo cientos de años… sin embargo, La Condesa… por lo que se se transformo durante el periodo donde occidente y oriente empezaron a comerciar… por lo que dicen vio nacer la ruta de la seda… en tantos años ha visto de todo y ha podido degenerarse… es un ser poderoso… en cuanto a Nora… podrá verla sin duda… sin embargo, no será hasta su presentación ante nuestra sociedad mañana por la noche que no podrá verla ya que ambas deberán aprender ciertas… costumbres antes… cada una a la manera de su propio Sire y puedo asegurarle que esta noche será difícil para su hija… si la supera y no decepciona a la condesa… mañana la vera sin duda… aunque puede que algo cambiada

La mujer mira a Nora, esta por algún motivo sentía que lo que ella decía era cierto, era como escuchar a una madre autoritaria que le hablaba, una sensación que nunca había tenido con su autentica madre:

Has muerto… deberías saberlo simplemente tratando de tomarte el pulso… o viendo si respiras…

La mujer mira hacia arriba, parecía que estaba tratando de recordar algo o lo recordaba con cierta nostalgia

Aun recuerdo la noche en la que renací… una sensación… como describes

LA pregunta del porque se parecía tanto a ella la chica le hizo sonrieir, la mujer parecía que ahora disfrutaba:

¿No lo supones?... supongo que necesitas mas entrenamiento. Esa chica tras algunos arreglos tendrá tu rostro… para el mundo mortal has muerto y debe ser así… nadie puede saber de tu nueva condición y ella… es tu cuerpo… el que encontraran

Tras herir a la chica y que la sangre brotara de esta se queda observando y escucha las palabras de Nora, con una media sonrisa dice:

¿Medico? Esa es una profesión mortal… tu eres algo más que eso… eres una artista… puedes moldear la carne y el hueso a tu antojo… el cuerpo humano no es más que un continente en donde la vitae, nuestro sustento está guardado y que algunos tenemos la capacidad de controlar y manipular a nuestro antojo… ahora… toma la sangre de este recipiente… o la oscuridad de tu interior será la que lo haga

Mientras Mikael hablaba nota como una fuerte mano le agarra del cuello y le alza sin esfuerzo, frente a él estaba esa mujer, con su cuerpo delgado que le sostenía en el aire sin dificultad, la serpiente de la mujer se movía lentamente por el brazo de esta hacia su rostro:

Por supuesto harás lo que desee… tienes suerte del lugar en el que nos encontramos… o quizás no

La serpiente se seguía acercando con tranquilidad mientras la mujer sonríe levemente, entonces habla:

Mañana me dirás que piensan hacer las hermas por el asunto de la aprendiza asesinada… si no tengo noticias tuyas… me servirás de práctica para mi aprendiz

La serpiente se detiene en el cuello de Mikael y le muerde en un rápido movimiento en el hombro derecho, tras esto se aparta y cuando apenas le queda aire la condesa con un ligero movimiento le lanza hacia atrás, la mujer se gira y mientras se dispone a marcharse dice:

Si huyes… el veneno te matara en dos días

La violinista escuchó a su Sire con verdadero interés. Estaba aprendiendo, asimilando, y cada pieza nueva procuraba encajarla lo mejor posible en el nuevo tablero que componía ahora su vida.

Estaba asustada, desde luego. Pero, por otro lado, se sentía distinta. Poderosa. Y esa sensación crecía en ella, aunque también el frío interior que parecía esparcirse en su alma junto con su nueva sangre.

Lo que no podía, ni quería, era quedarse sin resolver sus dudas, que iban acudiendo y atropellándose en su mente esperando turno para ser expresadas.

-¿La... Condesa? Disculpe, duPui... Sire. ¿Quién es la Condesa? ¿Es la Dra. Ga? Ella fue la que ofreció a Nora un giro en su profesión, o así lo entendí yo cuando mi hija me lo comentó. ¿Superar esta noche...? Me da miedo cuando habla así... -era cierto, aunque su Sire era paternal y amistoso, muchas de las cosas que decía eran nuevas para ella, y el significado era confuso aún. - Y, dígame, ¿hay más como yo, esa decir, chiquillos suyos? ¿y de otros Sires además de usted y la Condesa? ¿qué se espera que hagamos ahora, qué se espera de mi...?

El hombre observa a Sarah y asiente mientras le responde:

Así es… esa es una de sus identidades… como intuirás el cambio e impulso a su carrera se refería a lo que esta noche sin duda ha sucedido en su hogar… esta noche sin duda La Condesa la probara… le realizara algunas pruebas para saber si es una adecuada aprendiz para ella.

El hombre se pone de pie y sirve de una botella de cristal muy decorada lo que parece vino en un par de copas, sin embargo, su olfato y la forma en la que se vierte el liquido hace que no le quepa duda, no es vino, sino sangre, Du Pui coloca una de las copas frente a Sarah y vuelve a sentarse mientras toma el contenido de su copa como si fuera el mejor de los vinos:

Claro… el señor Thomson es uno de mis chiquillos… puede decirse que son algo así como hermanos. En la ciudad claro que hay más de los nuestros con descendencia por así decirlo… mañana conocerás a la elite de la ciudad… serás presentada ante el príncipe de nuestra ciudad y nuestra sociedad como mi chiquilla y todos sabrán que una ofensa contra ti supondrá una ofensa contra mi…

Miró a la doctora sin creerla pero ahora se comenzó a fijar. Solo unos segundo fueron suficientes para sentir un miedo atroz. Su mano derecha fue a su muñeca derecha en busca de pulso y despues fue en busca de su yugular. Tras unos instantes la retiró, despacio, sin creerse lo que estaba pasando.

Su vista se posó en aquella muchacha, y volvió a sentir aquel tirón en su interior que la empujaba a acercarse a ella, a su herida.

 ...esta noche sin duda La Condesa la probara… 

Se estremeció. No le había gustado un pelo cómo habían ido las cosas cuando fue a buscar a Nora a la casa de la Dra, el encontronazo con el estirado y críptico mayordomo. Ahora estaba más claro, pero no por eso suponía un alivio, al contrario. Pero Nora no había mostrado que hubiera nada que temer, estaba tranquila, y había hablado de la entrevista como si nada.

Tampoco había sido TAN terrible su propia... ¿qué? ¿Prueba? ¿Iniciación...? Transformación, seguramente. Había muerto, así que parecía ingenuo decir que el hecho de haberse convertido en la Chiquilla de DuPui no había supuesto algo terrible. Pero a lo que su razón se refería cuando pensaba en ello era a que seguía allí, seguía pensando, controlando. 

¿O no...?

-Dígame... mi Sire. ¿He superado yo alguna prueba también? No me ha preguntado, la elección era entre usted o la muerte, nadie podría elegir la muerte. No querría. Pero, ¿Por qué yo? Y, algo más... ¿soy ahora... una especie de... qué? ¿una privilegiada o una esclava?

Era difícil atinar con las palabras. Miraba la copa de cristal tallado llena de sangre que el mecenas le había dejado delante. Así que Thompson también, era un hombre especial, se notaba a la legua. Pero temía el servilismo que comportaba aquel paso. ¿Perdía su libertad? Porque esa copa la llamaba con un poder embriagador... e implacable.

El hombre escuchaba atentamente a la mujer, parecía en general bastante complacido con lo que le preguntaba y Sarah podía sentirse en cierta forma orgullosa de ello:

Nuestra sociedad es una sociedad basada en el respeto a las tradiciones… no es la única sociedad vampírica que existe, pero otros vampiros no son más que barbaros… nosotros nos basamos en el orden social y en un estricto código que nos ha permitido sobrevivir durante milenios

El hombre se toma unos segundos de pausa para añadir:

Todos los vástagos estamos sometidos a esas tradiciones… son por así decirlo nuestras leyes, las cuales debemos respetar, poco a poco te las ire enseñando, por el momento debes saber que no debemos permitir que se conozca nuestra condición de vampiros entre los humanos, y los más antiguos se merecen un respeto.

Se queda unos momentos pensando, parecía que quería poner la explicación en términos simples:

Por hacer un símil con la sociedad mortal… nuestra sociedad en la ciudad es como si el príncipe fuera el más alto de los nobles, los que formamos la primogenitura, los más antiguos de nuestros clanes o si prefieres llamarlo casas somos el consejo de la nobleza y por debajo de nosotros están el resto de vástagos… algunos con más importancia como tú por ser mi chiquilla, otros son chiquillos de vampiros sin importancia por lo que ellos tienen aun menos importancia.

Du Pui deja unos momentos a Sarah para que en cierta forma asimile esos conceptos, entonces añade:

Pero es algo que iras aprendiendo… en cuanto a las pruebas… tu actuación del otro día fue tu prueba final y sobre elegir entre morir y renacer… bueno, no todo el mundo desea la maldición de la inmortalidad… a fin de cuentas… llevamos un monstruo dentro al que debemos alimentar con sangre si no queremos que salga al exterior

Decía en un tono algo sombrío, como tratando de “meter más miedo” a Sarah, aunque también por el tono que estaba usando parecía que no era algo que fuera incierto.

Caminó lentamente hacia las dos y se detuvo justo enfrente de la muchacha, sin poder apartar la vista de la sangre. Algo en su interior la empujaba con fuerza a tocar aquel líquido rojo, pero como nunca antes lo había hecho. Adelantó la mano hacia aquella herida, su mano temblaba. Y, asustada, se dio cuenta de que temblaba, no de miedo, sino de excitación.

-Tienes razón, pero necesito que me expliques por que no tengo pulso, por que no respiro. Biológicamente es imposible, ambas lo sabemos. Y lo único que me ayuda a explicar todo esto... es una dosis bastante alta de alucinógenos-comentó sin perder de vista aquella herida-Eso explicaría las voces, el cómo me siento...

Se agachó hasta estar a la altura de la herida y aproximó su mano hasta casi tocarla. La retiró y cerró su mano en un puño, cerró también los ojos y habló-Me dice que beba... esa voz me dice que me alimente de ella... ¿cómo? ¿por qué? ¡Dios! que me has dado... ¡¿qué me has hecho?!-sollozó. Nunca se había sentido tan asustada.