Partida Rol por web

El hombre se queda unos segundos en silencio y a continuación habla:

Me alegra mucho escuchar eso… bien, si no es mucha molestia podemos reunirnos en el local en un par de horas… sobre las 23.00 horas… en el despacho del señor Du Pui y ultimar los detalles

El hombre parecía bastante animado por las noticias, sin duda se notaba que estaba también bastante interesado en que Sarah se uniera a ellos.

La mesa tenía algunos papeles y carpetas cerrados, además de una tablet apagada o suspendida, Kraine sonríe y añade:

No… un informe es fácil de conseguir… quiero más, además los informes sin duda estarán manipulados… quiero información veraz y real… en cuanto a los otros, es sencillo, tuviste un accidente de tráfico en donde sufriste esas heridas, cuando estabas saliendo por tu propio pie, los otros ocupantes murieron en el accidente… en cuanto a los policías… bueno, no eran policías y aun así todos los días mueren policías en esta ciudad ¿no? Es sencillo

El hombre hablaba de esas personas con bastante frialdad, como si realmente fueran poco más que objetos, se notaba que estaba acostumbrado a tratar con toda clase de personas y sobretodo manipularlas.

Los dos hombres se miraron, tras decir aquellos nombres se quedaron mirándose el uno al otro, parecían preocupados, uno de ellos se queda mientras el otro da un par de pasos atrás, parece que está hablando por un pequeño auricular con alguien. Tras un par de minutos se acerca:

Que pase… pero debes entrar en el despacho que está justo a la entrar a la derecha… no subas por las escaleras

Los dos tipos se apartan dejando pasar a Mikael, el interior esta fina y lujosamente decorado, el lugar ha sido decorado sin escatimar gastos y se nota, el estilo interior parece querer imitar el interior de las grandes mansiones europeas de época o quizás esos palacios de las películas donde la aristocracia europea debía vivir. Frente a Mikael había una escalera bastante elaborada de mármol blanco cubierta con una alfombra de color burdeos que llevaba a la planta superior, a la derecha y a la izquierda del gran hall de entrada había dos puertas.

Bien,de la manera que lo cuentas parece sencillo, se me olvido comentarte que mandamos una muestra de sangre del detenido para analizar, es lo ultimo que hizo Hugo antes de morir, digo un poco afectado, me colare en la morgue, si aun no se han llevado el cuerpo claro...

— Perfecto. Allí estaré. Gracias, luego nos vemos. 

Colgó la llamada, y suspiró. Esperó estar haciendo lo correcto, pero después de que Nora hubiese subido a ese coche, estaba claro qué era lo que ella debía hacer. 

Se arregló, vestida con discreción, pero elegante como siempre. No le costaba, su porte era algo natural, y sobresalía en cualquier circunstancia. No supo a ciencia cierta por qué, pero cuando estuvo ya preparada para acudir a la reunión, cogió su violín, en su estuche. Era como un amigo, un pasaporte, un comodín. Un talismán.

Bajó al garaje y enfiló su automóvil en dirección al Red Velvet. Era curioso que el despacho del mecenas estuviera en el local, y no en un edificio de oficinas, o incluso en su propia mansión. Pero, evidentemente, aquello era una oferta de trabajo, no podía esperar otra cosa.

Cuando llegó allí sonaban las once de la noche en algún reloj lejano. Entró en el Club con paso decidido, la cabeza alta.

Miró a la doctora después de ver a aquel hombre en la habitacion contigua.

-Pensaba que operaba en el hospital y que nunca habíamos coincidido, nunca pensé que lo hiciera en su propia casa...

La duda apareció en el tono de voz de Nora. ¿Aquello era legal? ¿Operar en su propia casa? No sabía que tuviera una clínica a nivel personal, nunca nadie había comentado nada de eso. Si no tenía licencia podía meterse en un buen lio si operaba si las mínimas garantias ni en un lugar apropiado.

-¿Tiene una clínica privada? Lo mismo él ha venido hasta aqui para que lo opere usted y no yo... si se entera ¿no podrá quejarse?-le preguntó refiriendose al hombre de la camilla.

Kraine hace un gesto en cierta forma enigmático que es el de abrir los brazos como en un abrazo al aire y dice:

Muy bien… haz lo que creas necesario, pero necesito saber porque murió esa chica… y sin ninguna clase de… como decirlo… interferencias, deberás ser tu mismo con tus conocimientos en medicina el que me dará el informe de primera mano y bueno… yo no soy medico así que no se de esas cosas y aunque conozco a algún que otro médico no quiero pedírselo a ellos

El hombre examina a Kelly unos segundos y dice:

Bien… ¿necesitas algo mas antes de… ponerte manos a la obra?... ah, ten este móvil, en el está mi numero, llámame cuando tengas la información, tienes… una semana

El hombre coloca en la mesa un móvil de esos antiguos de tapa.

Cuando Sarah llega al local descubre con sorpresa como ya hay gente que quiere entrar, pero los porteros siguen examinando detenidamente a todos, al verla llegar uno de ellos dice:

Señorita Williams, por favor, el señor ha dado instrucciones de que se dirija a la cuarta planta… si me acompaña.

Aquello era extraño ya que no había visto una cuarta planta, sin embargo, el hombre parecía muy seguro y entra sirviéndole de guía. El interior como era de esperar tenía bastante gente bailando al ritmo de una de las canciones del momento.

El hombre le lleva con seguridad a la tercera planta, allí saca una tarjeta y toca una parte muy concreta de la pared, Sarah puede ver que no hay nada, sin embargo, si se fija mucho puede ver una pequeña marca, al pasar la tarjeta una pequeña puerta disimulada en la pared se abre mostrando que las escaleras continúan, el guardia dice:

Le está esperando al final de las escaleras… ¿desea algo más?

De las escaleras provenía un aroma suave como a perfume y rosas, era bastante suave y sugerente y música se podía escuchar muy bajo, aunque no terminaba de ubicar cual era ya que aun sonaba demasiado la música que había en las salas que había pasado, pero parecía música clásica

La mujer observa a Nora y responde:

Depende de las circunstancias… este cliente es un cliente especial y requiere de cierta… intimidad y discreción que no podemos conseguir en la clínica.

Después escucha las palabras y las dudas de la chica, sonríe levemente y añade:

En este mundo de humanos lo que el dinero quiere conseguir lo consigue… nuestro paciente de hoy es alguien que ha pagado por una atención personalizada y discreta, algo que solo aquí podemos dárselas…

La mujer se gira y dice a Nora:

¿Cómo crees que los deportistas de elite consiguen sanarse milagrosamente? Los milagros no existen, somos nosotros con nuestras manos los que hacemos posibles las cosas… ningún dios interviene.

Nora puede ver desde el cristal que la sala donde está el hombre es un quirófano equipado como nunca había visto, no cavia duda que había usado una gran cantidad de dinero en tener las mejores instalaciones, en ese momento la doctora se coloca una bata blanca y se lava las manos mientras se coloca unos guantes, mira a Nora y dice:

Ahí tienes todo lo necesario, yo te asistiré… si haces algo que no debes yo lo corregiré… dime, ¿vas a arrepentirte?

Volví a sucumbir al encanto de lo misterioso, de lo desconocido. He de reconocer que esa sutil atmósfera me ha atrapado siempre, y lo hizo también entonces.

El contraste de la realidad pura y dura, la gente haciendo cola, la música de la recién premiada canción del momento, la sensación de normalidad se midió con la de la extrañeza. Una pared en la que se esconde una puerta, que abre una tarjeta exclusiva, una cuarta planta invisible, unas escaleras a la incógnita... sí, era en conjunto una tentación demasiado grande. 

-No, gracias, está todo bien. Subiré yo sola.

El hombre no me siguió, yo sabía que no lo haría. Era aún más mágico, más misterioso. No estaba asustada, quizá debería haberlo estado, pero no.

La música clásica me dio la bienvenida, indefinida, pero eran de mi esfera, mi mundo. De modo inconsciente acaricié la funda de mi Stradivarius, mi instrumento también recibía aquellas notas con naturalidad, con alivio. Y con ellas, el aroma, suave y perfumado, la tenue claridad. Era como un traspaso a otra dimensión de mi realidad, la que dejaba abajo, ésta nueva me recibía cálida, plácida. O eso sentí mientras ascendía...

Finalmente, Mikael había conseguido entrar. Las instrucciones de los gorilas que custodiaban el ingreso eran claras, pero ¿eran verídicas? Por un momento, dudó si seguirlas o desobedecerlas. La escalera denotaba un estilo más clásico, de esos que se podían ver en películas de época o europeas ''¿Que habrá allá arriba? ... ¿Debo subir?''. De pronto, un viejo refrán le vino a la mente: ''La curiosidad mató al gato''.

''Mejor no tentar al destino''; con eso en mente, se dirigió a la puerta de la derecha y entró con una seguridad que distaba mucho de tener realmente.

Me encojo ante la pregunta de mi nuevo "jefe"

Bueno como necesitar...necesitaría saber como eludir a la policía cuando vean los muertos y el tiroteo,necesitaría que alguien me llevara a casa y bueno, también como salir de esas alcantarillas, si estan amable.

Apenas subió un par de escalones cuando pudo identificar y escuchar claramente que melodía que sonaba, una canción que conocía bastante bien y que la persona que la estaba tocando era realmente una virtuosa tocándola. Al llegar a lo más alto de la escalera le esperaba una entrada, un arco que daba acceso a lo que era toda una planta, sin embargo, la planta parecía ser un estudio, había restos de pintura y de algunos cuadros a medio hacer en un lado, algunos instrumentos por el otro, un par de esculturas, una de ellas representando a una mujer y la otra a una criatura bestial y en el centro un piano de cola donde Du Pui interpretaba aquella música.

El ambiente era atrayente, misterioso y un tenue aroma a lavanda lo inundaba todo, sin embargo, era lo suficientemente tenue como para no resultar pesado a la nariz, sino más bien agradable y sutil. Algo que llamo la atención de la mujer es la total ausencia de ventanas en el lugar.

La sala era una sala de color rojizo, parecía que el escarlata y el dorado eran los colores predominantes en aquel lugar, había un sillón de aspecto caro en un lateral y justo frente  a la puerta un sillón del mismo material, ocupado por aquella mujer que en la puerta habían llamado condesa. Justo tras entrar Mikael la puerta se cierra. La mujer tenía en sus hombros una gran serpiente y se movía con naturalidad y que ella parecía acariciar como si de un inofensivo perrito se tratara. Las sensaciones que emanaban de la mujer era realmente intensas, la piel de Mikael se eriza y este siente una mezcla de deseo puramente sexual como nunca había sentido por la mujer y un miedo atroz que le gritaba que se marchara de allí. Con una voz autoritaria, de esas personas que saben que tienen poder para mandar e imponer su voluntad dice:

Y bien… ¿Qué haces aquí?

La criatura observa a Kelly unos instantes para a continuación decir:

Me temo que para volver a casa tendrás que apañártelas… supongo que cualquier taxista podrá hacerlo… en cuanto a salir de aquí Mara esta fuera esperando… ah, si necesitas más ayuda de ella y sus… hermanas solo tienes que acudir al Hong Long en el barrio chino.

El hombre hace un gesto para indicar que puede marcharse, pero antes añade:

La policía… no pasa nada, tú no has estado ahí… solo has tenido mala suerte que alguien robo tu coche y lo estrello

Dice con un tono divertido

Nora miró perpleja a la doctora Ga. Nunca pensaba que la fuera a examinar directamente en una mesa de operaciones. Hacia mucho que no operaba.

Respiró hondo y sopesó todo aquello. Le preocupaba enormemente que aquello no fuera del todo legal, que se fuera a meter en un buen lio si participaba de aquello. Y, en el fondo, sabía que eran los nervios que le estaban jugando una mala pasada. Sabía lo que quería. Lo había decidido la noche anterior y, tal y como habían quedado su madre y ella, siempre se podría dar marcha atrás.

-No, no me voy a echar para atrás. Solo es que me ha sorprendido ver ese quirófano aquí, es algo que no me esperaba. Creo que es el mejor quirófano que he visto en mi vida.-dijo mirando el material que había en la habitación a través del cristal-Los mejores equipos...-se volvió hacia la doctora Ga y asintió-Vamos allá

Se lavó las manos y se puso los guantes y la mascarilla.

Estaba decidida.

Cuando cruzó la puerta, Mikael creyó comprender, tardíamente, el error que había cometido: se había metido en la boca del lobo, por propia voluntad y sin posibilidad de huir. Y si bien su personalidad lógica y analítica le gritaba que saliese rápidamente de allí, su cuerpo simplemente era incapaz de obedecerlo.

La mujer era la esencia misma del peligro, un animal de presa tan perfecto que ninguna víctima se le resistiría, sino que, muy por el contrario, avanzaría deseosa hacia ella, hacia esos labios sensuales, esos ojos hipnóticos que, literalmente, atrapaban la mirada de los pobres mortales que osaran cruzarse en su camino. ''La serpiente no es una mascota: es su reflejo'', pensó embelezado.

''Mara'' pudo apenas musitar, recordando su ocasional guardaespalda. ¿qué vínculo uniría a estas dos mujeres? Hermosas, atrapantes, mortalmente peligrosas. No podía ni quería eludir su mirada, su voz cautivante, la promesa de esa piel.

Cuando finalmente el joven se atrevió a hablar, apenas fue capaz de balbucear unas pocas palabras.

- Ehh ... yo ... Kraine ... - no pudo evitar morderse los labios - Eh... yo hoy estuve con Kraine.

''Soy un idiota'' lo supo ni bien lo dijo ... pero era imposible no comportarse así frente a una mortífera divinidad.

La mujer sonríe levemente mientras dice:

El dinero puede comprar en esta sociedad cualquier cosa… si muestras suficientes habilidades algún día te mostrare lo que es un autentico quirófano… que nunca has visto.

Ambas mujeres se introducen en el lugar, el hombre estaba claro que era deportista, a Nora le sonaba familiar, no terminaba de saber muy bien quien era hasta que cae en la cuenta, era una promesa del deporte, un chico jugador de futbol americano que tuvo una lesión que según decían los medios era incurable, la doctora Ga observa atentamente a Nora. Los movimientos de esta son correctos, se notaba que aunque Nora hacía tiempo que no operaba era una buena cirujana y medico, sin embargo, quizás la presión, la presencia inquietante y que transmitía un enorme respeto de la mujer a su lado hizo que aunque no cometiera ningún error la operación avanzaba despacio, en cierto punto Norah se dio cuenta de algo, había hecho todo lo humanamente posible, sabía que estaba bien operado, pero aquellos ligamentos estaban demasiado deteriorados, ella sabía que lo había hecho bien, quizás podría mejorar el resultado, pero no podría hacer mucho mas, la voz de la mujer a su lado se escucha:

Bien… no está nada mal… has llegado a un gran nivel… quedara una cicatriz tosca, pero has hecho todo lo humanamente posible… me complace

La mujer se coloca junto a Norah, parce examinar la herida aun abierta y los ligamentos con atención, entonces dice:

Bien ejecutado… pero algo tosco… no te preocupes, a partir de ahora finalizo yo

La mujer empieza a operar, Norah sabia que la operación no podía hacerse mejor, sin embargo, no perdía vista de lo que hacía, la mujer movía las manos y los instrumentos con una precisión que no lo lograría ni una maquina, su pulso era perfecto, parecía que el corazón no le latía porque no se desviaba ni medio milímetro, sin sudar y con tranquilidad, como si en vez de operar estuviera simplemente cortando la cena la mujer operaba. Fue cuando empezó a cerrar la herida que Norah noto algo extraño, era como si los ligamentos se reconstruyeran por si solos, algo que sabia no era posible.

Apenas unos minutos después la herida estaba cerrada, la doctora Ga dice:

Aséate y hablemos… mi mayordomo te indicara el camino.

El hombre esperaba fuera en el pasillo en silencio.