Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

1. La sutileza de la seda

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19/11/2012, 15:04
Narración

5 de noviembre de 1984 - 11:30

Aunque no era usual, aquella mañana Madame Van Doren no despertó hasta que el despertador la obligó. La noche anterior había estado trabajando y hablando con sus clientes hasta tarde y el sueño acumulado la había sumido en una profunda inconsciencia sin sueños ni pesadillas. Cuando era más joven podía salir de fiesta hasta tarde y madrugar al día siguiente sin sufrir las consecuencias, pero los años no pasan en balde. Ahora tenía que meterse debajo de la ducha para que el agua la despejara y esperar un buen rato hasta que le volvieran todas las facultades.

Bajó al piso de abajo para desayunar en compañía de sus empleados. Una de las pocas habitaciones que no se habían reformado para el negocio era la cocina, reservada para el descanso de los empleados. Había una conversación ya iniciada que se escuchaba desde fuera, y la voz cantante la llevaba Rose.

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19/11/2012, 15:04
Rose Morrison

-...mucha suerte, porque la gente como yo no consigue llegar muy lejos -decía la voz de Rose-. Nunca conocí a mis padres y, por lo que sé, mi madre bien podría ser una adicta a la heroína que me dejó tirada en la puerta de alguna monja. Por eso digo que todo es cuestión de suerte. Nadie ha cuidado de mí todo este tiempo y podría estar muerta de no ser por las casualidades de la vida. ¿No veis lo que quiero decir?

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19/11/2012, 16:31
Madame Van Doren

Van Doren permaneció un momento en la puerta, escuchando hasta que Rose terminó su discurso. Las palabras de la kinain le tocaron en lo más hondo y le dieron ganas de gritar para defenderse. Ella solo era una cría cuando dio a luz a Rose y sabía que había hecho lo correcto dándola en adopción. Dejarla con sus padres nunca había sido una opción; si no quería esa vida para ella tampoco la quería para su hija. Es cierto que podía haberla criado ella misma, pero aquella etapa de su vida fue muy tortuosa y estuvo llena de cambios y de peligros. A la Madame no le gustaba ni pensar en que podía haber resultado su hija de haber crecido en ese ambiente y con una madre tan irresponsable.

-Igual tus padres hicieron lo que creían que era lo mejor, Rose -se atrevió a decir por fin a la vez que entraba en la sala-. A veces es mejor no juzgar a alguien sin conocer toda la historia. Hay muchas personas que a pesar de tener dos padres acaban en las fauces del león.

La pooka se sentó a la mesa esperando que le volviera el apetito tras aquella sorpresa.

Notas de juego

No se mentir sin mentir. La primera frase se puede considerar mentira o solo omisión de información? xD Está insinuando claramente que ella no es su madre, pero está ahí como picajosa xD. La segunda no tiene mentira, y la tercera es un wtf T_T. Esto es difícil, ro!

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20/11/2012, 00:45
Narración

Rose enrojeció y no dijo nada. Sentía una gran admiración por la madame además de enorme gratitud, y solía recibir sus afirmaciones como certezas. El grupo de cuatro empleados que escuchaban a Rose caídos a un lado y a otro como muebles viejos se irguieron al instante. Lori, una de las empleadas más antiguas, le tendió un café a su gusto como si lo hubiera preparado en ese mismo momento.

-Café para la dómina -dijo poniéndole la taza en las manos. Luego se giró hacia sus compañeros-. ¿Es que nadie tiene nada que hacer? Tenemos la primera cita concertada a las doce. ¡A moverse!

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20/11/2012, 00:56
Rose Morrison

Todo el mundo salió de la cocina a excepción de Rose, que seguía con las orejas gachas como haría un animal al que se le ha reprendido. Estaba tan roja como su cabello.

-Siento si te ha molestado lo que he dicho, jefa -dijo la joven. Aunque desconocía su herencia, había veces que se comportaba como un cachorro de verdad. Van Doren no había averiguado aún a qué animal se parecía, pero intuía que era uno con fuerte sentido de manada.

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20/11/2012, 03:02
Madame Van Doren

Van Doren sonrió sistemáticamente y dejó la taza sobre la mesa.

-No te preocupes por nimiedades. De haberme herido, que no es el caso, mis heridas curan con mucha facilidad -la pooka removió el contenido de su taza con un ligero movimiento de muñeca y dejó la cuchara en el plato-. ¿Cómo te sientes, Rose? Esta mañana te he encontrado tan alterada que me has recordado a cuando mi madre se sentaba a limpiar los lamparones de las camisas de mi padre. Solía marmiar mientras frotaba el talco y decía cosas sobre lo diferente que habría sido su vida si tal cosa u otra cosa. Por supuesto eso era cuando yo era pequeña, después mi padre conoció el éxito y mi madre ya no le volvió a frotar las manchas de la ropa.

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20/11/2012, 03:28
Rose Morrison

-¿Qué? -preguntó Rose confusa. Parpadeó varias veces intentando entender lo que acababa de decir Van Doren-. Uh. Hum. Bueno, no es que me pase nada. Estaba hablando con mis compañeros sobre el sentido de la vida, aunque quizá es demasiado temprano para ello.

Van Doren sabía que a Rose le gustaba hablar sobre sí misma y sobre su historia, aunque solía variar los detalles como más le interesara. A veces añadía más dramatismo, otras más humor. Todo dependía del público. Pero solía omitir la parte en la que se prostituía para sobrevivir. A Rose no le gustaba ese capítulo de su historia, pero una digna hija suya tendría la habilidad para retorcerlo y convertirlo en lo que ella quisiera... y hasta creérselo.

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21/11/2012, 23:25
Madame Van Doren

-Un poco pronto, si.

Hacía tiempo que Rose estaba ahí, al alcance de su mano, pero aún así parecía haber kilómetros entre ambas. La pooka trataba con todas sus fuerzas de saber de su vida, gustos y hobbies sin buenos resultados. Tampoco quería parecer rara ni perturbarla, así que los esfuerzos que podía hacer eran limitados-.

-Estabas hablando de tus padres... ¿Entonces no sabes nada de ellos? -dijo llevándose la taza a los labios.

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21/11/2012, 23:50
Rose Morrison

-Dudo que hubiese un padre -respondió Rose con media sonrisa-. Quiero decir, si hubiese habido un padre no me habría abandonado. Aunque, ¿quién sabe? Mis padres adoptivos no dejaron de repetirme lo desagradecida que era por no comportarme como ellos querían. Cuando era pequeña me pasaba el día haciendo travesuras. Luego hice cosas más serias. Digamos que me junté con la gente equivocada... para mis padres. No aguanté más y me fui. -Rose encogió un hombro-. Tampoco es que me echen de menos. No me han buscado nada.

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22/11/2012, 00:14
Madame Van Doren

Un pinchazo en el estómago y otro en el corazón. Van Doren no podía seguir bebiendo, así que dejó la taza sobre la mesa y apoyó las manos en sus rodillas. Aquella historia era tan triste como la suya. Parecía una maldición de familia: padres que dejan que desear, fugas, malas compañías, excesos...

-Supongo que tengo suerte de haber tenido unos padres razonables y atentos. Pero no hay mal que por bien no venga, y por lo que parece has escapado del huracán. Deberías alegrarte y dejar de pensar en las sombras de tu pasado, Rose. Te queda mucha vida por vivir y muchas cartas por jugar.

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22/11/2012, 00:25
Rose Morrison

-Entendido jefa -dijo Rose guiñándole un ojo-. Ahora, por más que me guste charlar contigo, creo que tengo trabajo que hacer.

La chica fue hacia la puerta, pero se giró en el último momento.

-Gracias.

Al salir murmuró algo y volvió a entrar.

-Uh, jefa, hay un chico aquí que quiere hablar contigo... -Se tapó un lado de la cara con la mano y dijo con descaro-. ¡Es muy guapo!

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22/11/2012, 00:28
Craig Lambert

-Señora Van Doren -dijo Craig Lambert colándose por el hueco que había dejado Rose-. ¿Tiene un minuto? Quiero decir... No quiero molestarla.

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22/11/2012, 00:35
Madame Van Doren

Las palabras de Rose la hicieron sonreír, sobre todo aquel gracias. Pequeñas conversaciones como aquella le daban esperanzas, pero aún no sabía si se atrevería a desvelar su secreto; había demasiadas cosas a tener en cuenta que podían salir catastróficamente mal. La Madame alzó una ceja, carraspeó y esperó a que su joven vecino se aventurase a hablar.

-Pasa, Craig. Siéntate.

Craig era muy guapo, justo como había dicho Rose. Pero ni a ella le iban tan jóvenes ni a él las mujeres.

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22/11/2012, 00:40
Craig Lambert

Craig dudó, pero terminó cerrando la puerta. Hizo lo que la pooka le ordenaba: la consideraba una autoridad aún mayor que su propia madre. Quizá por eso había acudido a ella.

Carraspeó:

-Pues verá, yo... U-usted sabe... Hice lo que me aconsejó y me pasé por el Castro. Estuve en un sitio... Chainges. Eso fue hace unas semanas.

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22/11/2012, 00:52
Madame Van Doren

Van Doren frunció el ceño. Esperaba que Craig no le trajera malas noticias. Como alguien le hubiera hecho daño tendría que vérselas con su látigo.

-¿Y bien? ¿Probaste los daikiris?

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22/11/2012, 00:55
Craig Lambert

-¿Qué daikiris? -preguntó Craig arqueando las cejas-. Bueno, yo no fui para beber, quería... Usted lo sabe. Conocí a un chico. Él estaba nervioso, igual que yo y... -Carraspeó otra vez-. Nosotros... Hum. Todo fue bien, pero luego... Estaba viendo la tele y me di cuenta de que... -Se le llenaron los ojos de lágrimas-. Señora Van Doren, tengo miedo. Están... están diciendo cosas sobre los g-gays y el cáncer y... el sida... ¿Y si ese chico lo tenía? ¿Y si me han contagiado? ¿Qué le voy a decir a mi madre?

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22/11/2012, 01:01
Madame Van Doren

La pooka se levantó y se acercó al joven. La sola mención de la televisión le dio escalofríos; desde su cambio a gruñona cada vez que pasaba por delante de una se quedaba atontada, por eso había hecho vender todas las de la casa.

-Toma -dijo y sacó un pañuelo de seda primorosamente bordado de una de sus mangas. Era mejor que lo sostuviese hasta que necesitase usarlo a tener que limpiarse las lágrimas y la nariz con las mangas-. Y calma a los caballos. Te estás precipitando, cielo, por lo que sabemos lo máximo que puede haberte pasado ese caballero es un resfriado. Por eso se llaman resfriados comunes.

O eso deseaba. Van Doren también había estado mostrando preocupación por sus empleados, y durante las últimas semanas se había vuelto bastante estricta respecto al tema de las normas de higiene. Aquella plaga parecía estar extendiéndose con bastante rapidez y se notaba en el aire: el Castro no olía tanto a Glamour como antes, había algo malo escondido en San Francisco.

-Conozco a un médico con el que fui a la universidad. Sabe mucho del tema, así que puede ayudarnos y tu madre no tiene por qué enterarse.

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22/11/2012, 01:34
Craig Lambert

-¿De verdad? -preguntó Craig limpiándose las lágrimas-. Estoy muy asustado, señora Van Doren. Mi madre no sabe nada. El otro día me dijo que prefiere evitar ir al supermercado los sábados por si acaso... ¿Qué diría si supiera que he ido a Chainges y que he estado besándome con un desconocido?

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22/11/2012, 01:37
Madame Van Doren

-Probablemente diría algo sobre manzanas podridas y serpientes... -dijo la Madame no muy segura de si lo decía por su característica changeling o porque estaba siendo sincera-. Es normal que estés preocupado, pero el médico del que te hablo ha curado mil enfermedades raras, te lo aseguro. Además no pareces estar enfermo, ¿te han salido escamas o algo? -sonrió-. Solo procura ser más cuidadoso en el futuro, más cauto, y quizás deberías dejar de ir a Chains por el momento para no llevarte más disgustos.

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22/11/2012, 02:06
Craig Lambert

-Chainges. Si hubiese ido a un lugar llamado Chains...

El chico se sonrojó. Probablemente sería un sitio parecido a ése.

-Tendré cuidado a partir de ahora. ¿C-Cuando iremos al médico? No quiero meter prisa, pero tengo miedo.