Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

14. A la caza

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11/12/2012, 13:15
Narración

6 de noviembre de 1984 - 12:10

Habían quedado a las doce en la cafetería donde Damara y Gaia habían almorzado el día anterior ya que Purnima se ocuparía de la librería y podría ponerse pesada si viera a dos desconocidos esperando en la puerta. Damara ya tendría tiempo después para explicárselo una vez estuvieran metidos en harina. Calandra, como no podía ser de otro modo, se retrasaba.

A su alrededor había humanos de variados aspectos y ocupaciones. Las dos camareras no daban abasto para servir a todo el mundo y de la plancha provenían sonidos tan estridentes como apetitosos. Nada como unos huevos con bacon para empezar bien el día, aunque ya hubiesen desayunado hacía horas. Calandra atravesó la puerta y los divisó.

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11/12/2012, 21:07
Calandra

Calandra abrió la puerta de la cafetería mientras se quitaba unas enormes gafas de sol estilo Audrey Hepburn que no hacía día para llevar. Les buscó con la mirada y les saludó con la mano, meneando los dedos, antes de acercarse y tomar asiento.

-Buenos días, guapísimos. ¿Algún alma caritativa me invita a desayunar?

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11/12/2012, 21:08
Shyam

El sidhe apenas le había dado tiempo a saludar a Damara y a coger la carta del desayuno cuando Calandra se unió a ellos. Tenía mejor aspecto -ya no había sarpullido ni tos persistente- pero no parecía estar de mejor humor que la tarde anterior. Aun así, cuando una de las ajetreadas camareras pasó a su lado, pidió un café acompañado de huevos y bacon.

-Pide lo que quieras -le dijo al pooka amablemente.

Volvía a tener trabajo en un tiempo record, así que se podía permitir invitar a la mesa. Se cruzó de brazos y apoyó la espalda en la silla, empujándola con los pies para levantar las patas delanteras y balancearse ligeramente. Vestía de la misma forma que un héroe de aventuras, con la armadura de cuero desgastado puesta sobre la ropa y la espada pendiendo de su cintura. No eran sus mejores galas, pero sí perfectas para el trabajo que iban a desempeñar aquel día.

-¿Puedes contarnos más del simpático visitante de tu tienda? -preguntó Shyam.

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12/12/2012, 01:34
Damara

Damara sólo pidió un té. Había tomado algo antes de salir porque no le gustaba demasiado comer en sitios públicos y sólo accedía cuando Gaia la arrastraba.

-La verdad es que no hay mucho más que contar que lo que ya os dije. Se fue muy deprisa en cuanto le tiré el libro, sólo se paró para hacerme un gesto desde fuera. Todo fue... muy rápido -dijo. Y gracias al cielo. En lo poco que había durado casi se le había salido el corazón por la boca-. La primera vez que la vi estaba cerca de aquí, a lo mejor podemos empezar por ahí -propuso con tono inseguro. No tenía ni idea de cómo se procedía para cazar una quimera. Tampoco quería tener ni idea, pero ya era un poco tarde para eso.

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12/12/2012, 16:30
Calandra

-Lo que quiera, ¿hm?

Estiró la mano para coger la carta y se puso a ojearla. Le apetecía mucho algo dulce, así que pidió un sandwich de pollo y un zumo. Siguió ojeando la carta mientras Damara hablaba, y carraspeó.

-He estado preguntando por la ciudad y he dado con alguien que ya se ha enfrentado a ella. Podríamos preguntarle -sugirió, sin apartar la vista de las fotos de los batidos.

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12/12/2012, 16:33
Shyam

-Deberíamos, sí -dijo el sidhe-. ¿Quién es?

Si por enfrentamiento Calandra entendía algo más que lanzar un libro a través del mostrador, podría serles útil. Saber quién y en qué circunstancias también ayudaría. Por lo que recordaba, Damara había dicho que la primera vez que la vio estaba junto a una quimera enferma y después se presentó en su tienda con no muy buenas intenciones. Tener compañía a la hora de buscarla no iba a estar de más. 

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12/12/2012, 16:56
Calandra

Por toda respuesta, Calandra volvió a llamar a la camarera y cambió su sandwich con zumo por un donut y batido de fresa para llevar.

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12/12/2012, 21:08
Shyam

Ante el cambio de planes, Shyam también pidió que le pusieran algo para llevar disculpándose por las repentinas prisas.

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14/12/2012, 08:35
Damara

Pidiendo su té para llevar, Damara se rindió ante la triste realidad: ni siquiera iba a poder tomarse un té tranquila antes de ir a buscar al la quimera que quería matarla a domicilio.

-Esperamos un... ¿enfrentamiento directo esta mañana, entonces? -dijo tan neutralmente como le fue posible.

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14/12/2012, 14:09
Calandra

El pooka les llevó hacia el Haight sin dar explicaciones muy claras de hacia dónde se estaban dirigiendo. Cuando Damara se mostró preocupada, Calandra volvió hacia ella y se rió.

-Bueno, espero que sea directo. No nos gustaría que nos pillase por sorpresa, ¿verdad?

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14/12/2012, 22:16
Shyam

Shyam compartió la sonrisa el pooka. Sí, mejor directo que por sorpresa, de eso no le cabía duda. No hizo preguntas o pidió explicaciones al respecto; se fiaba del criterio de Calandra y confiaba en que la persona con que fuesen a hablar fuese de utilidad.

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14/12/2012, 23:00
Narración

Calandra los condujo a la Caja de Juguetes, en pleno Haight. Era uno de los feudos más Glamourosos del Ducado, con una corriente constante que emanaba tanto de la hoguera como del cofre del tesoro cerrado que había al fondo. La taberna feérica era pequeña y acogedora, con una gran barra de madera llena de dulces y sandwiches expuestos, una zona para las mesas y los taburetes (de diversos tamaños, tanto para trolls como para boggan, gruñones o infantiles) y otra para el descanso en el piso de arriba.

Charles Fizzlewig, el flamante nuevo caballero de la Baronesa Zoe, servía en la barra a un nocker con unas gruesas gafas de culo de vaso. En una de las mesas había un troll tomándose una jarra de hidromiel calladamente mientras un par de sprites, pequeñas quimeras juguetonas, intentaban sacarle una sonrisa. Al fondo se encontraba la mujer a la que habían venido a ver. Había ocupado una mesa y la había llenado de cajas y archivadores. Tenía un zumo de naranja con sombrilla y una pajita sinuosa a un lado y bebía de vez en cuando mientras leía algo en sus papeles. El cartel que colgaba de la mesa decía "Rossana, mediadora romántica".

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14/12/2012, 23:26
Rossana

Rossana tenía la complexión acostumbrada de los boggan: no llegaba al metro sesenta y era más bien rubenesca. El pelo color chocolate estaba peinado en bucles elaborados y los ojos le brillaban de un azul intenso. Llevaba un vestido verde de sencilla manufactura y jugueteaba con su lápiz distraída hasta que vio llegar al grupo de cazadores. Sonrió con calidez.

-¡Ah, Calandra! Te esperaba desde hacía tiempo, pero no me imaginaba que traerías amigos. ¿Estáis todos buscando pareja?

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14/12/2012, 23:40
Calandra

Calandra llevó a Shyam y Damara hacia la mesa de la boggan y le devolvió a Rossana. Cuando preguntó si habían ido los tres en busca de un ligue negó con la cabeza e hizo un gesto despreciativo con la mano.

-Oh, no. Sólo yo. Han venido a darme apoyo moral. -Calandra cogió de la mano a sus dos compañeros, entrelazando los dedos, y se las llevó al pecho, como abrazándolas-. He pasado una mala racha, tan triste y sola sin un hombre que me de calor, y estos dos soles me han ayudado muchísimo.

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14/12/2012, 23:48
Shyam

Shyam sonrió y procuró librarse de la mano de Calandra cuando este terminó dramático teatro para saludar a Rossana adecuadamente. Le encantaba la simpatía de los boggan, aunque esta parecía menos maniática que Bernardette.

-Soy Shyam ap Fiona, y ella es Damara. En realidad veníamos por otro asunto un poco más... peliagudo -informó, tratando de no darle demasiada importancia con un gesto amable-. Estamos tras la búsqueda de una quimera, y Calandra nos ha dicho que ya la habías visto. Razón por la que hemos venido aquí. ¿Te importa si tomamos asiento?

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15/12/2012, 02:06
Damara

Damara no hizo nada por liberar su mano, mirando a la boggan y a Calandra alternativamente con el té que le habían puesto para llevar sujeto delante del pecho como un escudo. No estaba acostumbrada a que la tocaran sin avisar, aunque tal vez por la naturaleza cálida y despreocupada de Calandra, no le resultó desagradable. Además, aquella... mediadora romántica, que era algo que a Damara le sonaba a tortura premeditada, se había enfrentado a la quimera y estaba de una pieza y no parecía enferma, lo que le daba cierta esperanza con respecto a lo que le deparaba la mañana.

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15/12/2012, 03:13
Rossana

Rossana pareció algo decepcionada cuando supo que no buscaban pareja, pero aún así consintió en que se sentaran. Dio un trago a su zumo, dejó de lado los papeles y miró a Shyam.

-Supongo que os referís a esa quimera esqueleto que anda por el Haight -dijo la boggan-. Me la encontré la semana pasada dos veces. Aunque el resto me intente hacer pasar por loca la vi, lo sé. Era más o menos tan alta como Calandra. Estaba envuelta en un sudario o algo así y por debajo era una calavera. Me señaló y eché a correr. La segunda vez no me fue tan fácil. Estaba algo más alta y se me echó encima rápidamente. Entonces abrió la boca y... Se me intentó comer. Estuvo a punto de tragarme, pero hice que tropezara y pude huir. Desde entonces no doblo las esquinas si voy sola. ¡Ni hablar!

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15/12/2012, 03:40
Calandra

Calandra soltó a Damara y se sentó en una banqueta. No le gustaban los bancos, ni las sillas, ni en general nada que tuviera respaldo alto. La buena sujección de la espalda era un sacrificio que estaba dispuesto a hacer por tener un aspecto tan magnífico.

Mientras Rossana miraba a Shyam, Calandra hizo lo posible por echar un vistazo discreto a los papeles. Sin embargo, cuando Rossana terminó su historia el primer gesto de apoyo fue el del pooka. Cogió la mano de la boggan y le dio un suave apretón.

-Oh, qué horror. Bueno, ya no tienes que preocuparte más, cariño, porque resulta que no estás loca. A Damara le estuvo persiguiendo por la calle el otro día -dijo, volviéndose hacia la sluagh con gesto preocupado.

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15/12/2012, 03:47
Damara

Damara asintió:

-Así es. Me siguió hasta casa -dijo, lo que era cierto técnicamente, porque en teoría vivía en el piso justo encima de la librería, aunque cuando no había nadie se bajaba a dormir en el rinconcito menos saludable de la librería-. Y fue exactamente igual, hizo un gesto como si quisiera tragarme, como bien ha dicho usted -apuntó educadamente, porque el hecho de que alguien te amenazara con buscarte pareja no era razón para perderle el respeto.

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15/12/2012, 11:43
Shyam

El sidhe escuchó la historia pacientemente, sentado y con las manos apoyadas sobre las rodillas. No quería perder detalle de lo que decía, pero algo de lo que escuchó borró cualquier atisbo de calma en su rostro, dejándolo pensativo. Parecía ser mucho más peligrosa de lo que había esperado, y la perspectiva de enfrentarse a ella con la ayuda de Calandra ya no le parecía muy segura.

-¿Dices que la segunda vez era más grande?

Aquella había sido la apreciación que más le preocupaba.