Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

65. El puente Goldengate

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19/02/2015, 01:40
Narración

Lunes, 3 de diciembre de 1984 - 20:05

Rob insistió en que necesitaban un coche para llegar, lo que dejó a Glenn fuera. El troll había estado muy incómodo durante todo el interrogatorio y al salir él y Eddie habían acabado ladrándose. Por muchas promesas que hubiese hecho, no podía acompañarlos. De todos modos, todo parecía que fuese a salir bien.

Empezó a llover. Rob les guió a través del tráfico hasta la mole roja que guardaban los trolls del Duque. Más allá, en la noche, las luces verdes se reflejaban en los charcos y los parabrisas.

La radio del coche de Van Doren empezó a sonar con una canción que se había estado repitiendo a menudo en los últimos meses. La pooka empezó a tamborilear sobre el volante; era una canción que le gustaba mucho. Eddie, a su lado, miró a Rob por el retrovisor. Estaba entre Shyam y Calandra, ansioso, mirando por la ventanilla sin parar. De pronto dijo, y el aire se llenó de Glamour:

-Es aquí.

Antes de que pudieran preguntar si se refería a la mitad del puente, el coche se desvió y el freno no respondió a Van Doren. Derrapando en la lluvia, atravesó tres carriles y se estampó contra el borde de metal rojo. El golpe fue suficiente para dejarlos confusos, pero cuando otros dos coches se empotraron a su espalda ya no hubo manera de controlar el tiempo y el espacio.

El sátiro apartó a Calandra de un manotazo y desapareció. La puerta se abrió y sobre el agua se marcaron sus cascos corriendo a toda velocidad. Hacia el borde. Y saltó.

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19/02/2015, 01:54
Eddie Castle

Eddie soltó un gemido lastimero y se tocó las cervicales. Ajeno al escape del sátiro, se volvió hacia Van Doren con ansiedad.

-¡Annie! ¿Estás bien? -preguntó, y le tocó el bajo vientre.

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19/02/2015, 15:02
Shyam

Su reacción no fue rápida en absoluto, no solo por la impresión del choque sino por el déjà vu de sensaciones y recuerdos que este desencadenó en su memoria. Aturdido y desorientado, el accidente le devolvió durante breves instantes varias décadas atrás. Entonces le había servido para abrirle los ojos a modo de epifanía sobre lo que estaba haciendo con su vida, y quizá, solo quizá, había vuelto a suceder por una razón.

-Mierda... -masculló al notar la ausencia de Rob a su lado. El muy cabrón se les había vuelto a escapar. Con cierta dificultad para recolocarse en la situación, logró desabrochar el cinturón-. ¿Cal? ¿Estáis bien?

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19/02/2015, 17:39
Calandra

Cal no había intentado retener a Rob de ninguna manera. Sólo se había cubierto la cara con los brazos y gritado, preveyendo un impacto letal o un chapuzón que terminaría con los cuatro ahogados. Pero no, estaban bien. Le costaba respirar por la presión del cinturón al salir disparado hacia delante y Rob le había pisoteado el regazo al escapar por encima suyo, pero estaba entero.

Escuchó a Shyam decir su nombre y se volvió hacia él, confundido. Notó inmediatamente que el sátiro no estaba y empezó a entrar en pánico mientras se soltaba en cinturón.

-¡Se ha escapado! ¡No está! -chilló mientras saltaba fuera del coche espada en mano. La había encontrado en la redecilla trasera del asiento del conductor.

Sin esperar a que le siguieran, Calandra concentró una gran cantidad de Glamour y lo hizo a estallar a su alrededor, arrastrando su semblante feérico al mundo gris. Y acto seguido saltó detrás del sátiro.

Notas de juego

Invoco la Fantasía y salto por el puente para volar por debajo.

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19/02/2015, 19:30
Narración

Calandra atravesó el puente siguiendo los chapoteos de Rob mientras los coches la esquivaban. La visión era digna de contar: un drag queen alado con una espada en la mano en mitad del puente de Goldengate. Al saltar se dejó un zapato de tacón que ningún príncipe encontraría. Desde el aire vio a Rob, de nuevo visible, corriendo a toda velocidad por una pasarela hecha de metal y regulado por mecanismos nocker. Calandra había oído hablar de aquello: eran los pasadizos que usaban algunos duendes para atravesar el puente a salvo del tráfico.

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21/02/2015, 16:39
Madame Van Doren

Van Doren cerró los ojos a medida que el dolor se hacía más intenso. La pooka se llevó las manos a la cabeza y esperó a que dejase de dolerle el costado izquierdo del cráneo. No sabía muy bien que había pasado, pero suponía que se había golpeado contra la ventanilla cuando el coche había empezado a derrapar.

-Ya está, ya está... Me he hecho una brecha, pero nada más -dijo separando las manos, que estaban limpias como una patena. Ni rastro de sangre-. Puto hijo de puta...

La pooka, tras comprobar que todo el mundo estaba bien, salió del coche para reponerse justo a tiempo de ver como Calandra salía volando.

-¿Y ahora qué?

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21/02/2015, 18:02
Shyam

Shyam salió del coche también y se aproximó a Van Doren recogiendo dos piedras, depositando una en su mano.

-Agárrala fuerte. Te voy a mandar abajo.

El sidhe se concentró centrándose en la figura de la pooka, estirando los brazos hacia ella y moviéndo los dedos de la mano igual que un mago realizando uno de sus trucos. 

-De puente a punete, y tiro porque me lleva la corriente. -Y lazó la otra piedra hacia donde había aterrizado Rob.

- Tiradas (1)
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22/02/2015, 13:19
Eddie Castle

-¡Eeeeh! -gritó Eddie cogiendo a Shyam de la solapa-. ¡Que está embarazada, capullo! ¡Ten más cuidado!

Eddie saltó después de Van Doren y sacó los machetes una vez en la pasarela.

-Esa cabra está muerta. Está muy muerta.

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22/02/2015, 14:31
Calandra

Calandra seguía a Rob por el aire, pero se estaba quedando atrás. El sátiro era infinitamente más rápido. De vez en cuando descendía hasta la barandilla, se posaba y saltaba, impulsándose en el aire y dándole un instante a sus alas para descansar antes de lanzarse de nuevo a la persecución de Rob.

En uno de los momentos en los que descendió, cuando había logrado recortar distancias con Rob, se quitó el zapato que le quedaba, le dio un beso lleno de Glamour y se lo tiró al sátiro, pero falló miserablemente. Gritó una sarta de tacos y reanudó la persecución.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No sé que dif es el catnip, pero gasto 1 de glamour para bajarla

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22/02/2015, 23:24
Madame Van Doren

Van Doren miró a su alrededor desorientada tras sentir el tirón que le había transportado unos metros más abajo. Entre ese viaje y el del coche tenía ganas de vomitar, pero se le pasaron al ver a Calandra y a Rob a lo lejos. La pooka echó a correr hacia ellos todo lo rápido que le daban las piernas, que no era mucho.

- Tiradas (1)
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26/02/2015, 16:50
Shyam

El sidhe ignoró por completo el comentario de Eddie, casi devolviéndole un empujón. Se contuvo pues ni era el momento ni la situación para andarse con estupideces. Dio varias zancadas y saltó a la planta inferior como si estuviese saltando a una piscina para darse un chapuzón.

- Tiradas (1)
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01/03/2015, 19:21
Narración

La pasarela se movía como un puente colgante bajo las zancadas arrolladoras de Eddie. El frío helador de diciembre y la lluvia no hacían la tarea mucho más sencilla. Calandra tenía que dar el doble de aleteos para moverse a través del viento, que la meneaba con unas rachas de espanto a tanta altura.

Rob se giró e hizo bocina con la mano.

-¡Lo siento! ¡Esto es lo único que puedo hacer! -A su alrededor se formó una neblina oscura que lo cubrió como un manto-. ¡Necesito seguir vivo!

Antes de que se dieran cuenta, la forma del sátiro había sido engullida por la quimera esquelética. En sus manos había aparecido la lanza que le habían robado a Lord Stevron. Silenciosa, como la conocían, la quimera se levantó el manto y de su interior surgieron cinco hombres y mujeres enfermos que corrieron enfermos, cubiertos de sudor apestoso y sarpullidos, en su dirección.

-¡Ayúdenme! -gritaban-. ¡Voy a morir!

- Tiradas (6)

Notas de juego

Calavera 16, Shyam 11, Calandra 8, Eddie y Vando 7, Quimeras enfermas 0

Nadie excepto Calandra puede atacar a la Calavera porque los enfermos tapan el camino.

Los enfermos tienen defensa 3. La Calavera 4.

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04/03/2015, 20:58
Narración

Shyam trazó una línea en el suelo y se preparó en la posición de un corredor para alnzar el cantrip y poder acabar con aquello lo más rápido posible. Sin atreverse a enfrentarse solo a la calavera, Calandra se lanzó contra la primera de las quimeras enfermas desde arriba, espada en mano.

Van Doren agitó la mano para desenredar el brazalete que se enroscaba en su antebrazo. La pooka dejó que se deslizara por su mano antes de hacer chasquear el látigo en el aire y apuntarlo a uno de los enfermos. Eddie desenvainó un machete y se lanzó contra el primer enfermo mientras gritaba como un loco. Agarró por el hombro al tipo mientras le daba tajos en la base del cuello como si pretendiera talarle la cabeza.

Las quimeras respondieron con estornudos, toses y gargajos. Eddie se llevó la peor parte; al abrir la boca para gritar su víctima aprovechó para toserle dentro. A Calandra le sujetaron por las piernas con las manos llenas de pústulas y forúnculos reventando de pus, mientras que a Shyam le alcanzó poco más que un mocardo que a Van Doren le dio en el pecho.

Shyam avanzó esprintando desde su línea de salida, acertando a dos quimeras a una velocidad sobrehumana. Ambas cayeron bajo sus rápidos ataques, deslizándose sobre su propia sangre hasta caer al mar. A punto de entrar en pánico al verse atrapado, Calandra trató de hundir la espada en la quimera que le sujetaba, pero el nerviosismo lo hizo imposible. Van Doren volvió a hacer chasquear el látigo para intentar dar algo de espacio a Calandra, a quién las quimeras parecían no querer dejar de atosigar.

Cambiando de objetivo, Eddie eligió como siguiente víctima al que acababa de ser azotado por el látigo en llamas. Su machete se hundió en el pecho de la quimera y produjo un desagradable crujido cuando lo desclavó con ayuda de la pierna. El redcap estaba cubierto de sangre de pies a cabeza a esas alturas y mirarlo daba tanto miedo como ponérsele delante.

Las quimeras respondieron con más toses, más gritos y más quejidos. El hombre al que acababa de medio matar vomitó sobre Eddie. El redcap no pudo sino responder con un grito de asco, tambaleándose por la debilidad. Shyam también empezó a sentir mella. Los síntomas de la enfermedad que tan bien conocía empezaban a reproducirse. Una fiebre cada vez más alta le hizo estremecerse. Van Doren, por su parte, sintió un fuerte dolor de vientre.

La calavera elevó una mano esquelética y señaló a Calandra. Como la última vez, el Glamour fue arrancado de su cuerpo. La fuerza que sustentaba su vuelo se debilitó y se vio precipitándose hacia el agua.

Calandra gritó y se agarró a la barandilla y gritó más mientras luchaba por trepar de nuevo al puente y su espada caía al agua. En ese momento, mientras colaba los pies entre las rejas, se alegraba de hacer perdido los tacones. Aquello se estaba poniendo muy mal, y sabiendo del estado de Van Doren no pudo más que gritarle que se marchase antes de lanzarse contra su verdadero enemigo. El sidhe sorteó a las quimeras que quedaban en pie para hacerle frente a la calavera. Maniobró con la espada usando la misma técnica que había empleado con las quimeras, pero los efectos de la enfermedad hicieron mella en su destreza, haciéndole perder la última estocada.

Van Doren se separó mareada, pero por mucho que Shyam le gritase no iba a dejaros allí solos a su suerte. Simplemente no era opción. La pooka trató de poner cierta distancia, pero no perdió la oportunidad de volver a atacar. Con su latigazo derribó a la tercera quimera enferma. Eddie, más pálido de lo habitual bajo la capa de sangre, lanzó otro tajo a la quimera enferma más cercana. Un ataque de tos le impidió hacerlo verdaderamente mortal.

-No me encuentro muy bien...

Una de las quimeras se giró para atacar a Shyam por la espalda en defensa de la calavera infernal. Mientras, la segunda logró pasar la barrera de Eddie, demasiado enfermo para defender a Van Doren. La calavera abrió la boca y absorbió más Glamour, esta vez de Shyam

Shyam notó como el poco glamour que tenía acumulado se evaporaba como el agua en el desierto. Débil y flaqueado, arremetió contra la quimera que le había atacado para apartarla de él, pero a penas podía sostener la espada en condiciones como para asestar un buen golpe. No podían hacer nada. Aquello era una muerte segura

Calandra no sabía qué más hacer, de modo que empezó a cantar y bailar. No era su mejor actuación, sin traje ni plataformas y a todo llorar, pero tendría que valer.

-D-did you think I'd crumble... Did you think I'D LAY DOWN AND DIE

Unas guirnaldas de fiesta aparecieron de la nada y se enredaron en torno a la calavera. Sin voz, la quimera se quejó mientras su sudario quedaba estrangulado en torno a ella.

Ahora era Van Doren la que gritaba que se mantuvieran apartados. No quería verles caer uno a uno mientras ella aún estaba casi como una rosa. El éxito de Calandra le había dado esperanzas, así que probó suerte de nuevo y esta vez arreó un buen latigazo a una de las quimeras restantes.

Poniéndose de pie y animado por el cambio de tornas, el redcap cargó contra la última quimera. Aunque su andanada había sido exitosa, su debilidad todavía le jugaba malas pasadas y apenas hirió a la quimera.

En un intento de liberar a su amo, la quimera restante se abalanzó sobre Calandra con sus gemidos lastimeros. Las escamas de su cara explotaron sobre el pooka mariposa.

-¡No! ¡No podéis!

La voz quedó ahogada por otra distinta que conocían.

-Shyam... Calandra... -Era una voz masculina y grave, con unas notas de dolor que conocían-. Van Doren... Tenéis que liberarme...

Era la voz de Lord Stevron.

 

Notas de juego

Jugado por Roll20

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04/03/2015, 21:33
Shyam

-Mi Lord...

Asombrado y aterrado casi a partes iguales, Shyam vaciló unos instantes antes de aferrarse a la empuñadura con ambas manos. Aquello debía acabar en aquel preciso momento. Enfermo, convaleciente, pero revitalizado al escuchar la dolorida voz de su señor, siguió el impulso primario que emergía de su naturaleza y empuñó la espada con un grito roto y feroz. Le asestó un corte prominente en el antebrazo, y aprovechando el giro con el mismo impulso remató el movimiento de forma aún más certera.

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04/03/2015, 21:39
Narración

La espada atravesó el sudario y la quimera se retorció de dolor. En sus rasgos cadavéricos apareció Rob, gritando y protestando. Hubo una explosión de burbujas. El sátiro, hecho un ovillo, apareció enfermo y febril bajo la capa. Una burbuja se había enredado en ella.

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04/03/2015, 21:41
Lord Stevron

-Shyam -dijo el Barón desde detrás de Rob-. No dejes escapar esa burbuja.

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04/03/2015, 21:44
Shyam

El sidhe obedeció de inmediato alargando la zurda para hacerse con ella, manteniendo la guardia alta por si el sátiro todavía se guardaba algún truco.

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04/03/2015, 22:00
Narración

Al tomar la pompa, Stevron desapareció.

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04/03/2015, 22:00
Eddie Castle

-¿Eso lo hemos visto todos o sólo he sido yo? -preguntó Eddie con la voz rasposa de quien tiene las amígdalas inflamadas-. Annie, estoy fatal...

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04/03/2015, 22:32
Calandra

Calandra había echado a correr hacia Lord Stevron, intentando no resbalar con los pies descalzos en la plataforma mojada, pero el sidhe desapareció antes de que pudiera acercarse. Privado de la oportunidad de despedirse, el pooka redobló sus llantos y se arrodilló junto a Rob.

-Rob. Rob -le llamó, apartándole el pelo mojado de la frente con delicadeza. Con el dorso de la otra mano se limpió los ojos de lágrimas y lluvia-. Se acabó. Dinos dónde está la hoguera.