Partida Rol por web

La visita de Pam me sorprende gratamente. Ya creía que nos había abandonado por la necesidad de no sufrir más tanto física como psicológicamente, después de todo lo que hemos visto. Y no me pareció tan mala idea el mantenernos al margen, tan solo por no terminar locos, heridos o muertos.

Eso son buenas noticias! Creeís que deberíamos llamar a Lyon para ponerle al tanto o de momento le dejamos al margen? (lo digo por mi 'para nada infundada' creencia de que Ignmar pueda estar relacionado con los malos)

En cualquier caso, tenemos que avisar a Gil, para ver si ha averiguado algo, y principalmente saber que está bien. No es justo que se patee él solo las calles, exponiéndose a que le maten...

Al despedirnos de Pam, la acompaño a la entrada de la habitación y le comento en un tono más privado:

Te he echado de menos... bueno, todos te hemos echado de menos. Se me entrecortan las palabras. Pero es verdad que me alegro mucho de que estés más segura en el laboratorio, al margen de toda esta locura.

Cuando todo esto acabe te invito a cenar, y así nos reiremos de todo esto, ok?

Está bien. Quedaremos allí a media noche, dentro de dos días. Responde tajante el interlocutor. Luego se corta la llamada.

Parece que Gilbert tiene una cita. Mientras tanto, en el hospital Pam se despide de sus amigos.

Yo creo que avisar al abogado sería pertinente. Si ocultamos pruebas es posible que la acusación pueda apañárselas para quitarles importancia o desestimarlas, que sería peor.

Termina la frase con una sonrisa.

Yo creo que si el abogado tuviera algo contra Randy no nos hubiera contratado para ayudarlo en primer lugar. Pero puedo estar equivocada*

Yo también estoy más tranquila así. Era mucho estrés. Con el niño y todo eso…*

Te dedica una cálida sonrisa.

Me encantaría salir a cenar algún día… Si todo esto acaba**

Habéis pasado dos días lamiéndoos las heridas y aunque todavía estáis maltrechos os han dado el alta. Tendréis que volver al hospital cada mañana para que os revisen los vendajes*. Por lo demás ya no hace falta que guardéis reposo absoluto **. Por supuesto, los médicos os han mandado a casa con recomendación de reposo y de no hacer esfuerzos.

Jules y Victoria salen del Hospital y se paran en la puerta donde el sol de la mañana les calienta un poco la cara. Antes de poder decir nada aparece Gil en su moto. En su gesto demuestra cierta preocupación.

Esta noche, cuando llegó a casa, encontró que alguien le había dejado un mensaje por debajo de la puerta. Se trata de un papel sucio y arrugado donde aparece garabateado un mensaje. La letra, parecida a la de un niño pequeño, es calcada a la del mensaje que recibió Jules unos días atrás.***

Cita:

Diríais que ha sido escrito por la misma mano que la otra vez.

El hecho de que hayan dejado el mensaje en la casa de Gil le tiene un poco alterado.

A parte de esta nueva revelación, os ponéis al día de los acontecimientos. Gil os cuenta por un lado sus hallazgos con las pertenencias de Gretch, así como su conversación telefónica. Jules y Victoria le dan el parte sobre los resultados de los análisis.

Vale, entonces que? Si los niveles de bilirrubina en sangre están tan alterados significa que el rango será mucho menor, no? Habrán sido los hombres-perro o tenemos que ir sacando sangre a todo el mundo?
Y hablando de hombres-perro, ya me está tocando las narices que vengan a nuestras casas a dejarnos notitas por debajo de la puerta...

Espera, niño??? Ya hablaremos de esto en otro momento, cuidando dejen de intentar matarnos.

Por cierto Gil, buen trabajo con la llamada telefónica. Recuerdame que te invite a una copa cuando termine todo esto...
Por cierto, creo que voy a dejar esta mierda.
Tiro el cigarrillo que me acabo de encender y pongo cara de asco. Aún así me guardo el paquete en la gabardina, con cara de dolor.
Entonces tenemos otra cita con los perros. Habrá que ponerse guapos.

Si, estos hombres perro no me hacen nada de gracia. Pero esta vez necesitamos su ayuda, quiero que me sigan cuando me vaya a reunir con los hombres de Gretsch y que entren a sangre y fuego cuando haga falta. Yo llevo desde párbulos escurriéndome como una anguila de las broncas y espero salir sin un rasguño. De cualquier otra forma somos hombres muertos, porque el perrito ese, Chiquitín le llamo yo, no parece muy dispuesto a dejarnos marchar sin rompernos todos los huesos...