Partida Rol por web

Antes de abandonar la zona de la fuente y del muro, hago un gesto con la mano a Resha Ven un momento. digo mientras sigo señalando letras con el dedo quizás entre los dos podamos averiguar algo de este idioma o jeroglífico.
 

Me acerco hasta el lugar que ocupa Aenalor junto a la fuente con los grifos tallados. - Tienes razón dos cabezas piensan mejor que una, sobretodo cuando se trata de un "idioma antiguo". Paso los dedos por encima de las inscripciones, intentando recordar los viejos tomos con los que aprendí mi arte.

Gurnik se sentía algo perdido investigando todo aquello, pero tenía que poner su grano de arena, al fin y al cabo se suponían un equipo. Al principio estuvo muy pendiente de que Leopold no hiciese nada raro, y de que nada malo le ocurriese. Empezaba a relajarse cuando se empezó a hablar del Caos. Ya tenía la mano en el mango de su hacha, y tras oír las palabras de la kislevita decidió empuñarla, directamente, por lo que pudiese pasar.

De esta guisa, decidió ir inspeccionando, poco a poco, las estancias del templo, buscando algún cofre, baúl, armario o cualquier otro tipo de contenerdor que estuviese abierto y al que claramente le faltase algo de su contenido (y no estuviese tirado inmediatamente a su alrrededor), y ya de paso, el rastro de algún tipo de líquido, pelo, o resto de algún ser "vivo".

El grupo dispersado en el interior, comprobó pronto que el edificio contiguo del ladro derecho no era mas que otro conjunto de habitaciones, las cuales esta vez eran usadas como cocina, comedor, alacena y estudio.

Leopold quien continuaba con ellos, se mantenía atento a todo lo que hacia, aunque hasta ahora no les había detenido en nada de lo que hicieran y no parecía muy preocupado por que tocaran cuanto quisiesen.

Mientras que Arianne y Sir Gerard abandonaban el complejo interior junto con Leopold que se mantenía en la puerta, el resto se mantenía en su búsqueda dentro del interior con la intención de explorar así todos los rincones de aquel lugar y encontrar algún dato que les permitiera poder entrelazar todo lo que hasta ahora sabían.

Durante un rato, no encontró nada destacable, algo que temía que fuera a pasar. Pero bueno, si de verdad había algo allí, seguramente los ojos de Aria lo encontrarían antes que los suyos, dado que parecía mucho más acostumbrada a ese tipo de cosas.

Al ver la extraña rama, inicialmente no la dió verdadera importancia, más había algo en su aspecto que llamó su atención e hizo que se acercara. Al hacerlo vió que no era una rama ni de lejos. No, era un báculo, como de un metro de largo, y con dibujos y marcas en él. Un báculo tallado... No era normal, desde luego, no con esos extraños símbolos. No eran palabras, pero tampoco sabía qué eran. Y, desde luego, dudaba que una persona mayor o un vagabundo usase un báculo tallado, por no hablar del hecho de que era harto improbable que nadie así se hubiera acercado al templo.

Cuando se agachó un poco para verlo mejor y, si eso, cogerlo, notó algo que le escamó. Giró la cabeza y se movió un poco alrededor del báculo para confirmar la sensación: efectivamente, los símbolos no sólo parecían brillar, sino que además... eran como... distintos, según el ángulo conque lo miraran.

Eso lo convenció de que, por ahora, era mejor no tocar el báculo.

- Madmoiselle Aria - llamó a su compañera -, he encontrado algo. Creo que es mejor avisar a madmoiselle Leva o monsieur Aenalor, pues no me parece de naturaleza... normal.

Termino de buscar dentro de las habitaciones, el destrozo dentro de ellas es considerable. Parece que cualquiera que entrase en el templo a buscar había hecho un gran esfuerzo, aunque no parecía que este hubiese tenido recompensa. Recojo unos pequeños viales de la habitación de Haldir para mostrárselos a Aenalor.  

- Aparte de estar todo revuelto y que no se exactamente que estoy buscando, no parece que hayan encontrado nada. Lo único que he encontrado intacto ha sido esto.

Una vez al lado de mi compañero elfo, me pongo a buscar en la pila y las paredes. En cuanto me concentro en las palabras inscritas, intento extrapolarlas con los conocimientos adquiridos durante mis estudios. Pero por mas que las miro no consigo descubrir su significado.

- La verdad, cuanto mas miro estos símbolos menos me suenan.

Cuando Resha me confiesa que no ha visto nunca algo parecido, asiento con la cabeza sin dejar de tocar los grabados.

Yo tampoco he visto, oído o estudiado algo acerca de este lenguaje, la verdad. Aunque algunos símbolos presentan alguna similitud con antiguas formas del lenguaje arcano élfico, en tiempos de Caledor, aunque no puedo estar seguro. Si tan solo pudiera compararlos cara a cara, quizás pudiera deducir algo más de esto. digo con un suspiro de resignación antes de alejarme de los grabados para inspeccionar las habitaciones.

Parece ser que, efectivamente, alguien estuvo buscando algo, aunque este destrozo era totalmente innecesario. Quizás fue por pura frustración al no encontrar lo que venía buscando, quien sabe.  comento entre habitación y habitación mientras entro en la de Conn

Tras unos segundos moviendo escombros ¡Vaya, mirad que he encontrado! digo alzando un pequeño cofre bellamente ornamentado que curioso cofre y este material...¿habíais visto algo parecido antes?

El menestral ser quedó observando atentamente la estructura y la disposición de los objetos en el lugar, tratando de discernir que, como y porqué podrían haber entrado ahí. El no tenía ni idea de eso que los humanos y elfos denominaban "vientos de la magia", así que trató de fijarse en cosas mas "mundanas".

Como si de un puñetazo en la cara se tratase, se dió cuenta de que alguien se había ensañado con varios de los objetos y así se lo hizo saber al grupo.

- Alguien ha estado aquí, y no ha encontrado lo que buscaba por como ha dejado esto. Sin duda estaba bastante cabreado por como ha dejado todo por aquí- señalando los destrozos y explicando a sus compañeros lo que el creía- Y por cierto, he encontrado ciertos objetos, que no se hasta que punto pueden ayudarnos en nuestra búsqueda, pero no se que es esto ¿Es comida?- señalando un montón de "alimentos" envueltos en hojas.-  También hay una flauta pequeña, tiene algún sentido hijo?- refiriendose al joven Leoplod.

Gurnik lleva rato buscando, pero nada anómalo (al menos para él) encontraba. Se estaba cansando de buscar, algo que seguramente el no conocería ni entendería. No fue por falta de empeño, pero sin duda alguna aquello se le venía grande al matador. Decidió irse a patrullar, perimetrando por la parte exterior el edificio que sus compañeros estaban batiendo en busca de indicios de sabe dios qué. Antes de irse, avisó a su compatriota.

-Grii, no he encontrado nada que a mi me llame la atención. Creo que seré más útil haciendo de vigía. Me voy a hacer perímetro alrrededor del edificio. Estoy a un grito de distancia.

Una vez fuera, con el hacha siempre en las manos, y lista para moverse de hacer falta, se dedicó a dar vueltas alrrededor del edificio, atento a cualquier cosa que se moviera en la vegetación y en el cielo, siempre en tensión, siempre listo, totalmente vigilante.

Leopold se movía sin disimulo por entre los mercenarios mientras estos desentrañaban los misterios de aquel antiguo lugar. Sus acciones mas que estar encaminadas a mantenerse vigilante a los que ellos hiciesen, parecían estar orientadas a curiosear cada una de las acciones que los mercenarios tomasen.

-Eso perteneció a Conn en el pasado- dijo Leopold a Aenalor con respecto al cofre que éste había hallado. –Haldir lo guardaba como recuerdo, puedes quedártelo, ya no será necesario-. Al mismo tiempo, mirando lo que traía Resha le respondió, -esas deben ser pociones, lastima que no haya aprendido lo suficiente al respecto; esas tres que se parecen sirven como medicina o algo así- explicaba el joven humano siendo interrumpido por Grii quien también tenia noticias.

Ante sus palabras el humano parecía sonreír divertido, -eso es pan de los elfos- respondió Leopold, -aunque la receta especial de Haldir es un tanto diferente, tiene mejor sabor. De seguro hasta a usted le encantará señor enano, puede llevarse todas las piezas que guste- clamó aun sonriendo, quizá no era tan poco conocedor de las cosas como se decía ser. –En cuanto a la flauta, era de Haldir, solía tocar con ella durante los anocheceres junto al río-.

Hasta ahora el joven humano había respondido a todo lo referente a las cosas que hubieran encontrado los mercenarios, pero en cuanto a lo referente a lo allí acontecido, parecía un tanto renuente a hablar, o mas aun, parecía aburrido del tema. Y su incomodidad se habria hecho mas notoria de no ser por que el llamado de Sir Gerard. Acercándose con cierta pausa, el joven humano presenció en un principio y a cierta distancia lo que el bretoniano había hallado. Pero cuando sus ojos se posaron plenamente sobre aquello su expresión de tardo en cambiar por completo. –El báculo!- exclamó el humano sin decir nada mas.

Comida... Siempre nos podía venir bien. Siguiendo las directrices del joven tomó la comida y la repartió entre sus compañeros.

A el ya no le hace falta y a nosotros nos puede dar la vida en un momento dado.

Tomó la pequeña flauta, la examinó y la guardó. Quería examinarla con mas detenimiento por si pudiera tener alguna otra cualidad aparte de ser un instrumento de viento. A esas alturas tenía que desconfiar hasta de las piedras, mas aún después de ver lo que había salido entre los escombros... Una vez salió de sus cavilaciones añadió:

- Yo no se mucho de pociones, creo que debierais echarles un vistazo, estando en un templo seguro que no son dañinas, pero saber para que sirven nos ayudará sin duda- dijo mientras se las tendía a los hechiceros del grupo. - Y mantened los ojos abiertos, no me gusta eso del cetro. Igual todo este desorden y precipitación se debe a que alguien andaba cerca y le hemos asustado.

La experiencia le había hecho muy desconfiado, agarró su martillo y su escudo manteniéndose alerta mientras sus compañeros escudriñaban que narices era ese báculo y que harían con el.

El bretoniano no sabía que estarían encontrando o viendo dentro sus compañeros, pero la ausencia de gritos o de avisos le hacía pensar que, por el momento, no hallaban nada tan relevante como para avisar a todo el grupo.

Sin embargo, la reacción ante el hallazgo de Gerard, por parte de Leopold, fue bastante distinta. El muchacho, al salir, observó aquél bastón para luego exclamar al reconocerlo, a juicio del caballero.

- ¿Qué es, Leopold? - le preguntó, mirándolo, aguardando a alguno de sus compañeros con habilidades mágicas para que lo examinaran, diciéndoles al verles -. No reconozco los símbolos, pero parecen brillar y cambiar según cómo mires el objeto.

¿Acaso había encontrado una pista importante? ¿O lo que habían venido a buscar los asesinos de Haldir?

Leopold se acercó mas a donde se encontraba Sir Gerard y arrodillándose en el suelo acaricio por encima aquel misterioso instrumento, tal como si intentara evocar algo en su mente; y así, tras un profundo suspiro respondió.

-Es el báculo de Haldir, creí que se había perdido en el río y que se lo había llevado la corriente- explicó el joven humano, -es curioso que esté aquí, la pasada vez que exploramos no lo encontramos, aunque quizá como todos estábamos nerviosos y en shock no nos dimos cuenta-. A lo lejos, los elfos que les custodiaban parecían muy interesados en lo que sucedía a las afueras del templo y de no ser por Ywindhel que se mantenía firme y altivo, ya todos estuvieran arremolinados en torno al bretoniano y los demás.

-Los símbolos son los mismos que aparecen en la fuente, no se lo que dicen, solo se que Haldir no los puso allí. El báculo perteneció antes a Conn y a su debido tiempo me hubiera…- el joven humano se interrumpió al hacer alusión a su ahora incierto futuro. –Es un instrumento muy antiguo y creo que es un símbolo del legado del guardián del bosque- dijo sin dar mas detalles y dejando entre ver de nuevo que había cosas que al menos sabia en cierta mayor profundidad que ellos.

-Necesito alguna manta; el báculo contiene poderes antiguos que no deben ser invocados, lo mejor será mantenerlo guardado-. Era curioso que el joven humano quien se decía conocer el instrumento, no se atreviera a tocarlo ni siquiera por accidente; el pedir algo para envolverlo por completo dejaba en claro que habían encontrado algo muy especial; arcano, rúnico, divino o histórico?, no lo sabían.

Todos habíamos encontrado cosas interesantes durante nuestro recorrido por el destrozado templo, pero eran meras baratijas comparadas con el cetro encontrado por Gerard. La reacción de Leopold y su explicación de la procedencia de este nos deja claro que es un objeto poderoso y posiblemente peligroso. Me concentro en el bastón intentando ver mas en su espectro mágico.

- Si no os importa guardaré las pociones para revisarlas mas tarde. En cuanto al cetro....¿quien se encargará de su custodia?.

Lo mas lógico sería que el chico lo guardara, pero aun así había algo en él que no me dejaba que confiase.

- ¿Nos acercamos al lugar donde murió Haldir o volvemos ya al poblado?

Bastante interesado por el hallazgo de Gerard, observo con interés el báculo de Haldir y sus escrituras.

Creo que sería una buena idea el trabajar sobre está escritura. Si me lo permitís voy a copiar algunos trazos de los que se hayan en el templo. Y junto con los que hay en el báculo quizás descubrir algo de lo que dice.

Antes de volver a entrar en el templo, doy un par de pasos hacia el báculo, antes de que Leopold lo tape

Leopold ¿no podemos tocarlo? la verdad es que te estaría muy agradecido si dejaras, aunque solo sea, pasar las manos por los grabados, acariciarlos. ¿Y por qué no quieres tocarlo tú? digo torciendo la cabeza para mirar al muchacho directamente

Cuando acabemos aquí deberíamos de intentar reproducir los hechos que hicieron que Haldir acabara en el río. ¿no habéis visto huellas de lucha ni nada por el estilo? digo arrodillado sin levantar la cabeza