Partida Rol por web

Tras dejar atrás aquel manantial donde Yena reposara en aquella estacionaria postura, el grupo guiado por Leopold y custodiado por Ywindhel y sus hombres, dirigió su avance directamente hacia el templo del bosque.

El camino transcurrió del mismo modo en que habían trascurrido sus recientes caminos a través de aquel lúgubre bosque; aunque esta vez, conforme se acercaban al mencionado Templo, era claro que muchos seres del bosque iban haciendo aparición. Y esto no era notable solo por que hasta ahora solo en el manantial vieran claramente vida en aquel bosque sino por que ahora esos seres del bosque que iban encontrando parecían seguirlos vigilarlos. Probablemente las palabras de Yena eran ciertas, el que el les dirá permiso no querría decir concretamente que el resto del bosque estuviese de acuerdo; lo mejor seria andar con cuidado.

Por fin, tras un considerable trayecto, llegaron hasta lo que parecía ser el misterioso templo del bosque. Para la mayoría, el lugar no era para nada lo que esperaban, viejo, lleno de musgo y plantas a la par de desordenado. Para nada tenia la apariencia de una gran edificación como las de Ulthuan, los reinos enanos o Bretonia. No obstante, conservaba esa aura de misterio y ancestralidad que habían percibido en todo aquel bosque desde su llegada. Incluso se podría decir que el lugar cumbre de todo aquello era justamente ese lugar.

El templo estaba compuesto por un gran edificio algo dañado por las plantas que crecían a través de él, así como por dos edificaciones menores a cada uno de los costados. En sus paredes parecían haber grabados diversos símbolos y dibujos aunque era difícil apreciarlos por las plantas, el polvo y el musgo en el lugar.

-Henos aquí- dijo Leopold mas que nada para si y con algo de nostalgia en su voz. –Este ha sido mi hogar durante los últimos años-, indicó Leopold a los demás al tiempo que tomaba la iniciativa y se adentraba en el lugar. –No he estado aquí desde que Ywindhel y otros buscaran en el lugar, no obstante en aquella ocasión nadie se atrevió a dar un paso mas allá de la pequeña y vieja cerca cubierta ahora de ramas que en algún momento delimitará el terreno entre el templo y el resto del bosque- explicó con seriedad el joven humano tal como solía no hacer.

-Pueden pasar, Yena les ha dado permiso por lo que tengo nada que decir al respecto. Solo procuren no romper nada, ni tocar nada que se vea fuera de lo común para ustedes-.

A pesar de permanecer en silencio todo el rato, no dejaba de observar y pensar en todo aquello que había dicho Yena.

Cuando por fin llegamos al templo, no puedo evitar fruncir un poco el ceño al ver cómo estaba de conservado. Bueno, quizás deba de estar así, estando en el medio del bosque no tiene mucho sentido que fuera de otra forma. La naturaleza sigue su camino, sea cual sea.

No te preocupes Leopold, si vemos algo extraño preguntaremos antes de tocar nada. Ahora bien, si pudieras enseñarnos el templo y explicarlos cada una de las estancias mientras pasamos por ellas te lo agradecería. Así como enseñarnos donde se encontró el cuerpo de Haldir.

Tras la aprobación final del hombre árbol al haber dado todo el grupo su aceptación, de forma más o menos firme cada uno de ellos (algo sumamente comprensible), se pusieron en marcha, guiados por el chico, hacia el templo de nuevo. Durante el camino se hizo muy patente que la advertencia sobre los habitantes del bosque era más que cierta, pues Gerard tenía la sensación de que eran observados, e incluso se veían a muchos animales mirándolos. Por lo tanto, era mejor tener mucho cuidado con cualquier cosa que hicieran.

Cuando finalmente llegaron, LeBlanc observó la construcción. Se veía antigua y, al mismo tiempo, no se parecía en nada a los castillos que hubiera visto en Bretonia o a las ciudades del Imperio. Leopold les indicó que tuvieran cuidado con no romper nada al entrar, encargándose Aenalor de decirle que sí, que lo tendrían.

- ¿Buscamos también por los alrededores del templo? - sugirió el caballero.

Caminaron durante cierto tiempo, y finalmente llegaron al templo. El enano quería acabar con este tema cuanto antes para así recibir la recompensa esperada: la amnistía dentro del Imperio. 

Así que se dirigió de manera exacta al muchacho, y esperó a que este respondiera.

- Leopold, antes siquiera de empezar a investigar me gustaría que nos describieras el templo, esos secretos de los que hablaba el ser gigante con forma de árbol y si ves algo que te parece extraño dentro del templo. Y lo mas importante de todo: No te separes de mi.

Ya habían tenido experiencia en "trabajos de niñera" con poco éxito, así que esta vez se mantuvo atento a lo que pudiera haber ahí dentro.

- En cuanto entremos estad todos con los ojos muy abiertos, no estamos de excursión y, probablemente, fuera quien fuera el que acabó con el guardián buscaba algo de aquí dentro. Sino, ¿porque acabar con el guardián?

Una vez dejamos el claro de Yena caminamos raudos al encuentro del Templo y de los secretos que pudiese guardar relacionados con la muerte de Haldir o al menos con las razones que hicieron que le mataran. Una comitiva de animales que hasta entonces no habíamos podido ver, nos seguían a una prudente distancia. La verdad es que una vez visto el edificio que hacía de templo no podía ser menos impresionante, fuera de las convenciones de los edificios que habíamos visto a lo largo de nuestros viajes. 

- Tanto Grii como Gerad tienen razón. Hay que buscar tanto dentro como fuera del Templo y no estamos en ningún caso de excursión....incluso los animales del bosque nos miran con aprensión. Debemos estar preparados para cualquier cosa.

Observo el templo con mi segunda visión, por si esta pudiera revelarme algo mas que lo que veo con mi sentido mas mundano. En este Templo puede que haya guardas que nosotros no veamos. 

- Igual deberíamos buscar primero en el exterior y luego pasar a buscar en el interior, quizás con ese barrido podamos encontrar mas pistas antes de seguir avanzando.

El joven humano sonrió ante las palabras del enano Grii he inmediatamente respondió, -bien será como usted diga señor enano, no me separaré de usted- extrañamente había algo de diversión en su rostro al pronunciar aquellas palabras.

-Como gusten, les daré un pequeño recorrido por el templo- indicó Leopold e inmediatamente, acercándose a Grii le tomó de la mano e intento jalar de él para guiarlo al interior. Obviamente el enano no se movió por más que el joven humano se esforzó. Por ello, sonriendo de nuevo, simplemente les dijo –síganme- y avanzó directamente a lo que parecía ser la entrada1.

Desde avanzar un poco se hizo aun más notorio que el lugar estaba muy viejo y claramente consumido por el bosque; no obstante había cierto caos producto de algún agente externo, tal como si alguien rebuscara hasta debajo de cada piedra que naturalmente tendría que estar en otra posición.

-Este es realmente el templo- dijo Leopold parado frente a la entrada entre abierta –los edificios contiguos fueron construidos para la persona que cuidara de este lugar, o al menos eso entiendo-. La gran puerta de más de 3 metros de altura parecía ser de cristal y tenía extrañas texturas como adorno en dichos cristales; a la par, en la parte superior de dicha puerta estaba gravado en la roca un símbolo que parecía representar a un Sol. Eso era curioso pues fuera del templo justo frente a la puerta en la que se encontraban había unas grandes columnas de piedra sobre las cuales había más símbolos gravados que parecían representar a algo parecido a flores que envolvían justamente a un sol.

Abriendo las puertas, el grupo se adentró en el templo. Un lugar inmensamente grande y bello arquitectónicamente hablando se postraba frente a ellos. Las paredes estaban adornadas con suaves texturas que no parecían representar símbolo alguno pero que no obstante parecían cambiar de tonalidad conforme al ángulo con el que se les viera.

En el centro del templo había una pequeña fuente con forma del cáliz de una flor con su pistilo coronado por un pequeño sol del que brotaba constantemente agua. Alrededor del cáliz y el pistilo parecían haber múltiples grabados en algún extraño lenguaje.

Al final del templo había un pequeño altar de forma cilíndrica con el símbolo aparente de un sol grabado en su parte superior, a la par, en sus paredes laterales se podían apreciar más grabados similares a los de la fuente.

Mirando hacia arriba, los mercenarios pudieron notar con mayor asombro la inmensidad de aquel lugar. El templo debería tener unos 7 metros de altura, quizá más. Su parte superior también de roca, tenía grabada una especie de pintura que no se podía apreciar realmente pues estaba cubierta de musgo y quizá incluso estaba ya deteriorada por el paso de los años.

-Y todo esto es en si el templo, no hay mucho que ver- indicó Lepold al tiempo que se dirigía hacia una de las pequeñas puertas laterales, mas precisamente a la que estaba a la izquierda.

Gurnik se puso tenso ante la visión del sitio. Cierto era que pesa al estado en el que se encontraba embuía de una sensación de majestuosidad, pero el extraño bosque por el que habían caminado, y los mas aún extraños sucesos por desvelar...no le acababan de gustar.

Poco a poco, esa sensación de cierta inseguridad se fue expandiendo al ver que el templo estaba totalmente revuelto, como una casa tras un asalto. Sin decir nada llevó la mano a su hacha.

-No me gusta este sitio, estad bien atentos.

Se puso cerca de su compañero, pues había dado su palabra de proteger al zagal, y pensaba cumplirla. Nadie lo tocaría sin pasar antes por el matador.

-Grii, te ayudo con la protección, nunca se me dio bien la investigación.

Y allí se encontraba el templo, quasi-comido por el bosque aunque se aguantaba con cierta majestuosidad. El joven menestral era muy poco impresionable, pero el hecho de que esos muros hubieran aguantado tantos años el avance del bosque significaba que era de buena construcción, cosa que admiraba de cualquier estructura.

Entraron guiados por el jovenzuelo, que parecía que tenía ganas de jugar, así que Grii le dejó las cosas claras:

- Pequeño, el motivo por el que estamos aquí es muy serio, así que centrémonos. Vamos a mirar si hay cosas que no están en su sitio, ¿ves algo o algún lugar removido, algo que no debiera estar en su sitio...? Tu mejor que nadie debería saber que falta y que no se han llevado, como una reliquia... Porque en templos tan antiguos y poco conocidos dudo que haya oro...

Y como hagas el tonto te voy a meter tal torta que van a temblar los cimientos del templo del ruido...

Dicho esto esperó a que alguno de los "eruditos de la magia", pudiera asesorarle en temas mas místicos.

La visión de la barrera mágica que deja tras de sí mi uso de la visión de mago me deja turbada unos segundos...¿Cual es el origen de este sitio?..... Pero lo que realmente me inquieta es lo que he visto después.

- ¡En el nombre del padre invierno!. Has visto la barrera Aenalor.....has visto que poder se ha desarrollado en el interior. Digo mientras señalo al templo. - Puede que lo que mató a Haldir fuera algo peor que lo que nos habíamos imaginado.....el poder que mancha el aire es algo insidioso y corrupto. ¡Estad atentos la magia del caos aquí a actuado!.

Había que entrar, teníamos una pista en el poder usado para pasar las guardas. Si podían pasar a través de esta cantidad de poder podían haber burlado cualquier tipo de vigilancia.

Una vez entramos en el edificio del templo la arquitectura en el resultaba interesante. Todo era muy simbólico como en cualquier otro templo de las diferentes religiones, quizás mas cercanas a las creencias de los elfos del bosque. Pero los símbolos grabados en la fuente y en otras paredes si que eran interesantes, podrían aclararnos que es tan importante en este lugar.

Grii parecía muy dispuesto a evitar que al chico no le pasara nada y, de paso, a no perderle de vista ni un momento. Posiblemente era el que más desconfiaba de él y no le culpaba. Al menos estaba manteniendo a raya su animadversión.

Gerard entró en el templo con los demás y, siendo completamente sinceros, se quedó sin palabras. Había estado en pocos templos en su vida, eso es cierto, y la mayoría de los santuarios de la Dama eran discretos. Pero este templo era... totalmente distinto y dentro de él uno no podía más que maravillarse de cómo era.

Eso sin contar lo impresionante de la puerta, por supuesto.

Curioso, se acercó un poco al centro, a la fuente, para mirarla con atención. En ese momento fue cuando la kislevita les advirtió de que el insidioso Caos había estado allí, lo que le hizo fruncir el ceño.

"Odio los trucos... y la magia oscura. Yo prefiero poder ver a mi enemigo y poder usar mi espada, algo en lo que creo que los enanos estarán de acuerdo." Pensó para sí. Tanto misterio y poderes oscuros no iban con el bretoniano.

Al oir a Resha, asiento en silencio mientras observo todo el templo. Mi cabeza se gira hacia todos los lados, un tanto impresionado por todo esto.

Como dice Resha, aqui han actuado fuerzas oscuras. No se qué guardará este templo o el mismo bosque para hacer que se adentren tanto las fuerzas del caos, y no solo las bestias, sino sus hechiceros.

Leopold ¿Qué significan todos estos grabados? le pregunto mientras sigo al resto hacia la sala por la que nos lleva el muchacho, sin dejar de mirar hacia atrás, como esperando que todavía quede allí algo.

-¿Yo debería saber que es lo que falta?, usted es quien debería tomar con seriedad la situación señor enano- dijo el joven Leopold sacando pecho y fingiendo tener un toque educado en su voz –¿Ha visto este lugar?, ¿ha puesto atención?, todo está revuelto, todo está en desorden. Ni siquiera conozco todas las cosas que había aquí, era el discípulo de Haldir, no el sirviente del templo- dijo el joven haciendo una pausa –aunque quizá eso no fuera tan cierto- sonrío, -quizá mas bien se pueda decir que era el jardinero-. El joven como siempre, se salía muy fácil del tema al distraerse con lo primero que le pasara por la mente. Así tras divagar un poco sobre la vegetación exterior del bosque, casi por accidente regresó a lo comentado por Grii.

-Lo cierto es que ni siquiera conozco todas las plantas que hay allí afuera, Haldir ha cuidado de todos desde hace mucho tiempo. Por ello y por que jamás tuve acceso a sus cosas personales es que no puedo tener idea en este caos que es lo que falta y que es lo que sobra. Quizá con algo de suerte pueda darme cuenta, o arreglando el lugar-.

Respecto a la pregunta de Aenalor, Leopold hizo una pequeña pausa analizando la expresión del elfo tal como si quisiera averiguar algo y después, encogiéndose simplemente de hombres, respondió, -no tengo idea, Haldir jamás me lo explicó. Me dijo que es un lenguaje muy antiguo que algún día me lo enseñaría…- Concluyó el joven humano al tiempo que se adentraba en la habitación contigua solo para ser interrumpido por Resha y su reciente descubrimiento.

Girando súbitamente en la dirección señalada por Resha para la presencia de la supuesta grieta en la supuesta barrera de energía, el joven humano habló, -ya veo, así que fue eso, jamás me hubiera dado cuenta-, y con ello parecía que podía ver o al menos entender lo que Resha había querido decir.

-Este pequeño edificio albergaba nuestras habitaciones, son solo tres, la mas pequeña del fondo es la mía, mientras que aquellas dos- dijo Leopold señalando a las habitaciones continuas que tenían enfrente, -son las de Haldir y Conn-. La habitación que Leopold había señalado como la perteneciente a Haldir estaba parcialmente abierta mientras que en el caso de la de Conn, la puerta había sido derribada y quemada en gran medida, lo cual daba pistas que algo había ocurrido allí. Al fondo, en aquella habitación, tirado y bajo una leve capa de polvo parecía haber una extraña cajita brillante.

Fuera de ello era difícil apreciar algo sin realizar una búsqueda minuciosa. Lo que si era claro es que alguien había revisado a profundidad aquel lugar y se había tomado su tiempo y esfuerzo en hacerlo. Mas aun, debido a la puerta quemada y al asunto de la barrera, era quizá probable que algo mas que una simple búsqueda hubiera ocurrido allí.

La cara de Grii no hizo ni una sola mueca al escuchar al crío, mas que una ayuda estaba resultando un incordio pero sabía que acabar con esta misión y restaurar su honor pasaba por aguantar al crío. Eso si... Cuando acabemos y estemos libres con el cuerpo de camino a casa te voy a meter tal torta que te van a salir las muelas del juicio de manera prematura.

Los humanos en sí solían ser bastante irrespetuosos, pero los cachorros en ocasiones podían resultar insoportables. Así que mantuvo su temple y se dirigió al grupo. 

- Recomendaría a todos dar una batida por el templo a ver si veis algún signo de lucha, alguna pisada, algo que nos pueda decir que hizo esto, porque y como. ¡Vamos, a trabajar! Si a alguien se le ocurre algo mas que hable, ahora es el momento.

Dicho esto, el joven enano del clan de los Melenarroja se dispuso a dar un severo repaso al templo, con la esperanza de encontrar algo que le sirviera para deducir que narices había perturbado la tranquilidad del templo.

Desde la partida del estanque había permanecido por completo dentro de mi propio mundo, disfrutando del bosque como si fuese un segundo hogar pero mucho más tranquilo. Al llegar al templo, sin embargo, la curiosidad había podido conmigo dejándome perpleja y deseosa de observarlo todo. Como en un sueño, había caminado hasta el interior, contemplativa y sin importarme un ápice nada de lo relacionado con nuestra misión. Pues, ¿qué son unas míseras vidas con respecto a todo lo que nos rodea, miles de años en conocimientos escondidos tras un pequeño velo, ahora apartable?

Es el grito llamando al trabajo de Grii el que me saca de mi sopor y quietud, y me descubro a mí misma observando unas pinturas tiempo ha perdidas. El templo está gastado. El guardián, muerto. Las historias que las paredes contaban, ignoradas y olvidadas para siempre.

-No aguanto estar aquí dentro. Voy a revisar el exterior, ocupaos del interior. -Informo al resto, hiperventilando. Demasiados conocimientos acumulados en un espacio muy pequeño, y sin que pueda acceder a ellos. Así que acomodando mi instrumento a la espalda, camino al exterior saludando a mis primos elfos con un gesto, y me pongo a investigar de una manera más calmada, investigando el terreno, buscando un punto de acceso o efectos de esa fuerza de que habla Resha. Por desgracia, sigo más agitada de lo que querría, y eso se nota en la primera inspección general que doy alrededor del templo.

Desde luego, el crío no parecía que pudiera ayudarles mucho en su trabajo pero claro, era un muchacho. Es más, Gerard empezaba a que había una posibilidad de que la muerte del guardían, así como descubrir el cadáver, pudiera haber afectado a Leopold de alguna forma.

En cualquier caso, sin saber si faltaba realmente algo, más allá de que todo el lugar estuviera revuelto (algo que podía deberse perfectamente sólo a que Haldir luchara contra su asesino o asesinos). La única prueba que tenían por el momento era lo que había detectado la kislevita, un tipo de prueba que para ojos normales no era tangible.

Por ahora, no quedaba más que buscar algo allí, esperando que encontraran alguna pista que les permitiera saber realmente que había pasado. Ese fue el motivo por el que, cuando Aria, tras el grito de Grii de que comenzaran a trabajar, dijo que saldría fuera, decidió ir también:

- Os acompaño.- total, daba igual estar fuera que dentro, ese tipo de trabajo no era su campo e iban a ver más cuatro ojos que dos. Y estaba claro que dentro iban a quedarse más de los que saldrían.

Aún estando poco acostumbrado a cosas como esa, trató de fijarse todo lo posible en cualquier cosa que pudiera estar fuiera de lugar en el exterior del templo, caminando muy despacio.

Antes de entrar en la habitación, me detuve sobre los grabados, pasando lentamente la mano sobre ellos, intentado descifrar si se trataba de un idioma antiguo o de simplemente de símbolos con significados propios.

Tras unos minutos haciendo esto, menee la cabeza como para espabilarme perdón dije antes de seguir al resto sin dejar de mirar hacia todos lados. Si habían roto la barrera mágica, quizás no dejaran un rastro físico pero algún tipo de rastro deberían de haber dejado, tan solo era cuestión de encontrarlo.

Asi, siguiendo al joven Leopold nos adentramos por las habitaciones del templo, buscando cualquier indicio que nos diera alguna pista. Y una de ellas podría ser esa puerta destrozada ¿qué la había destrozado? ¿un arma? ¿un conjuro? ¿o simplemente la fuerza bruta de alguna bestia? con esos pensamientos me detuve observándola detenidamente, así como los trozos de puerta que estaban tirados por todos lados.

El joven Leopold estaba jugando con fuego hablando así aun enano, en cualquier momento podría encontrarse con una bofetada si llegaba a agotar la paciencia de Grii. Mientras que algunos de mis compañeros optaban por salir del recinto y buscar fuera. El resto nos afanábamos en el interior intentando encontrar alguna prueba, que nos indicase que había tan importante como para romper una barrera mágica y asesinar a un guardián.

- Voy a revisar las habitaciones, quizás lo que buscaran fuera algo poco obvio.....algo que no estuviese a la vista dentro del templo.

Las palabras inscritas en los muros y la "fuente" aun llamaban mi atención pero por ahora Aenalor estaba investigando esto. No era cuestión de estar todos apiñados en un solo lugar.