Partida Rol por web

Primero trató de contestar la pregunta que le había hecho Elliot sobre la imagen de su sueño.

—No sabría decirle mucho más... Sé que el laberinto no era intrincado sino unívoco, de esos que llevan siempre a su centro, como los laberintos minoicos o los que hay en los pavimentos de las catedrales góticas... o en muchos petroglifos prehistóricos.

Si tiene ocasión... debería conocer a la señora Vandevelde. 

Luego, cuando el soñador detalló su descripción del lugar de su sueño con Mats, Khalil entornó un poco los ojos.

Del portafolios sacó una tablet robusta. Hablaba mientras la ponía en marcha y navegaba por sus archivos:

—Esas… columnas… ¿Tenían forma, como… de árbol? Mire, aquí, en la parte de abajo de este grabado.

—O espere, mejor… El sitio en el que estuvo en sueños… —. Mostró la imagen escaneada de dos fotografías antiguas— ¿Se parecía a este?

.

Que no recordara demasiados detalles del laberinto no extrañó a Elliot. Se sentía algo decepcionado de no poder saber más aunque hubiera sido extraordinario poder averiguarlo así. Estaba totalmente de acuerdo con la sugerencia del hombre y aquello era mucho mejor que obtener ahora una mera descripción: debería conocer a la señora Vandevelde. Le alegró el comentario; parecía indicar que no se trataba de alguien inaccesible.

Elliot sonrió al ver las fotografías. Afirmaba ligeramente con la cabeza y sus ojos brillaron:

-Sí... Sí... -musitó al ver el grabado y afirmó después con más enfásis cuando Khalil mostró las fotografías- No es exactamente el lugar, claro está, pero la similitud con las columnas es muy grande -levantó la vista y miró a sus compañeros-. Podría tratarse perfectamente de una versión onírica de este sitio. ¿De qué lugar se trata? -preguntó al catáfilo.
 

El detective afirmando con la cabeza, empezó a explicar:

—Las catacumbas se hicieron aprovechando una multitud de minas que horadan el subsuelo de París. Las canteras crecieron con los siglos no sólo hacia los lados sino también hacia abajo. Al sur de la ciudad, sobre todo eran a cielo abierto, al norte, en cambio, subterráneas. La ciudad está construída sobre un hueco. Enormes galerías algunas de las cuales se empezaron a explotar en ya la época romana se convirtieron en el siglo XII en el motor económico de la región y desde el XV las canteras centenarias se explotaban a dos niveles, luego a tres. De ellas se extraía piedra caliza y yeso.

La basílica de Montmartre, por ejemplo, está anclada con unos pilares que se hincan cuarenta metros bajo tierra, atravesando el blando yeso hasta encontrar la roca dura.

Comenzó a enseñar imágenes mientras hablaba.

—Esta foto está hecha hace poco por un catáfilo.

—Y este es un esquema de una de las muchas minas. También se hacían pozos para extraer el mineral que atravesaban los distintos niveles.

—Hablo de cientos de kilómetros de galerías bajo el norte de la ciudad y alrededores. Mire, sólo en la zona de Montmartre.

—Cuando empezaron los colapsos -en el 1774 un foso de 30 metros se derrumbó tragándose parte de la calle d'Enfer con edificios, personas y carros- se creó la Inspección General de las Canteras. Luego se aprovechó una parte de ese espacio para vaciar los cementerios que asfixiaban la superficie de la ciudad.

Los catáfilos han mapeado algunas de esas minas pero muchas están perdidas, inaccesibles. Muchas se han cegado para evitar accidentes.

Abrió un programa con un mapa del subsuelo muy intrincado, que fue moviendo con los dedos.

—Cerca de la zona a la que mi cliente debió llevar a los tatuadores, a unos cuarenta minutos por túneles y galerías se sabe que hay una de las canteras subterráneas grandes, de las de tres niveles. Se encontraron con ella cuando construyeron la estación de Danube y tuvieron que anclarla sobre una cimentación especial con pilares de treinta metros. No hay mapeos de esa zona. Tendremos que explorar desde el punto en el que Danilo Volpi tuvo que llevar a Paul Darkchild e Iréne Caron, hacia la estación. Creo que ese sitio que usted vio en sueños puede estar allí. Físicamente.

El intercambio de información era valioso, fue entonces cuando tras escuchar a Elliot, Daniel y monsieur Mermoz hablar sobre las catacumbas y los caminos posibles me pareció que quizás podía hacer un aporte a la conversación -Hace unos días otra soñadora fue hallada en el parque Montsouris por un equipo nuestro en el que estaba nuestro amigo Mats, la muchacha estaba en el agua dentro de una burbuja dimensional, si quiere llamarla así, que oficiaba de velo traslúcido entre nuestro mundo y el onírico. Podían verla pero ella estaba en el otro lado, no en esta realidad -expliqué. -Una soñadora que rescatamos en el hospital en el que trabajaba estaba siendo llevada a un pozo cuando sufrió el accidente de automóvil que la puso a nuestro alcance y lejos del de ellos -sostuve. -Al mismo tiempo, la muchacha que buscamos, Sophie, posee una máscara espiritual, el alterego onírico que nuestro amigo Mats y la agente Tautou han visto en la Gare Du Nord -asenté las bases de mi teoría y me predispuse para el paso siguiente de mi línea de pensamiento.

Suspiré antes de continuar -Establecimos ahora que hay posible correlato físico con esos pozos oníricos, entonces, lo que propongo es que marquemos en los mapas que llevemos las fuentes de agua cercanas a Danube y Gare du Nord, hay varios parques de camino: el Parc des Buttes-Chaumont, la Bassin de la Villette y el Parc de la Villete. Es indudable la conexión que hay entre agua y mundos liminares, prestemos atención a esos puntos en nuestro recorrido subterráneo hacia la estación.

Al final del ascenso nos espera lo que me recuerda a la entrada a un antiguo templo griego. Las dimensiones de sus columnas y muros me sorprende, así como el hecho de que todo esto se encuentre bajo tierra y no haya sido descubierto más que por estos sectarios. Sin embargo, a medida que me voy acercando, me doy cuenta de que se trata de una imitación moderna. Las altísimas puertas de madera oscura también son impresionantes, y están custodiadas por dos personas con aspecto de pocos amigos. La mujer está visiblemente armada. Si Gaëtan me ha dicho la verdad, no puedo tocar a ninguno de ellos, pero quizás eso signifique que yo también debería sentirme a salvo… Y sin embargo, ¿por qué no me reconforta?

Al cruzar el pórtico, lo primero que me llama la atención es una mujer completamente untada en betún que me recuerda al brujo que nos encontramos en «la otra clínica», en posesión del doctor Sobol. Tardo varios segundos en reconocerla: es Vendela. Lo cierto es que no puedo decir que me sorprenda verla aquí, y por algún motivo, sin saber por qué, siento que ha perdido parte de su misterio, de su peligro… Aunque no pienso cometer la insensatez de subestimarla. Junto a ella hay un hombre maduro y de porte distinguido, que me invita a sentarme, no sin antes soltar unas frases de bienvenida que me dejan un tanto descolocado. No sé qué habrá querido decir con eso, pero la verdad es que tanta teatralidad empieza a resultarme exasperante. A pesar de todo, me sorprende el hecho de que no estoy tan atemorizado como el sentido común me dice que debería. Lentamente, me siento frente al desconocido.

—Supongo que esperará que le pregunte a qué ha venido eso… —Suspiro, mis ojos escrutando su rostro, intentando adivinar cuáles son sus intenciones—. ¿A usted qué le parece? Por supuesto que no tengo intención de dejarla morir. Y ahora dígame, ¿qué es eso tan importante que tengo que saber?

Cruzo las piernas frente a mí, y mis dedos tamborilean en el suelo. Estoy a la espera.

Habló con una calma metódica.

—Una de las primeras cosas que los iatromantes aprendemos es que si nos sorprendiera la muerte en el sueño de un moribundo seríamos arrastrados al Hades con el difunto, muriendo en vida ¿Por qué es tan importante que usted sepa eso? ¡No es importante que usted sepa eso! Es importante que lo sepa ella. Sophie. En cuyo sueño usted es un actor consciente. Un mero invitado.

Y como está usted en un sueño de ella y por lo tanto Sophie me ha escuchado, sin duda entenderá que no debe condenarle a usted, su buen amigo Mats, a la muerte sólo para liberarse de sus ataduras, que de una forma u otra no pueden más que ser efímeras… temporales.

Para que nuestro rito tenga éxito ella debe querer volver y ya sea porque no aguanta el dolor de los tormentos a los que le estamos sometiendo o porque sencillamente está decidida a fastidiarnos, Sophie está tratando de acabar con su vida definitivamente.

Su mirada se posó en la de Mats con calma agresividad, como si pretendiera envenenarle con ella.

—Usted es, en pocas palabras, nuestro rehén para que ella no se deje morir y nos sirva en la función que hemos elegido para ella.

Trago saliva. Solo estas pocas palabras me han hecho cobrar consciencia súbitamente de cuál es mi verdadera situación. De modo que me encuentro en el sueño de Sophie, y estos cabrones piensan utilizarme de rehén para que ella reniegue de su deseo de morir y despierte… para salvarme a mí. Siento cómo mis entrañas se retuercen y mi mandíbula se tensa al oír al hijo de puta que tengo delante admitir que están torturando a Sophie.

—Qué hijo de puta eres… —espeto, apretando tanto los dientes que me da la sensación de que van a estallar en pedazos—. Espero que estés contento. Tú y toda tu pandilla de cerdos asesinos. Pero, ¿sabes qué? Al final cada uno tiene lo que se merece. Ojalá sientas en tu carne todo el sufrimiento que causas por nada, maldito hijo de perra. Por nada. Todo en lo que creas es pura mierda. Y óyeme bien: pase lo que pase, acabe como acabe esto, me encargaré de perseguiros a ti y a todos estos lunáticos. Y pagaréis. Te juro que pagaréis. —Mis manos están tan apretadas que casi no las siento. Jamás había sentido tanto odio como el que corre por mis venas en estos momentos. De pronto, mi expresión se tranquiliza, y dejo de prestar la más mínima atención a los sectarios que me rodean—. Sophie… Niña, ¿puedes oírme? Estoy aquí, contigo. No tengas miedo de nada, porque todo saldrá bien. Tú lo sabes, siempre lo has sabido, y es imposible que te hayan cambiado. Eres la mujer más fuerte que he conocido nunca. Ahora, solo tienes que despertar. —Mis ojos vuelven a clavarse en los del mamón de la barba—. No importa lo que te hayan hecho. Fracasarán, porque son débiles y están asustados. Juegan con cosas que ni siquiera entienden. Tienes que creerme. No pueden, ni podrán nunca, con nosotros. Están acabados. Solo es cuestión de tiempo. Sophie… —Mi voz es como una caricia. Sonrío—. Cuando abras los ojos, te estaremos esperando. Y sea lo que sea que hayan hecho… Podrás con ello, porque no estarás sola nunca.

Cuando Mats despertó en la Casa Gresta lo primero que atinó a ver fué la cara fruncida del señor Berisha. Luego notó un lagrimón caliente bajando despacio por su propia mejilla y un entumecimiento causado por una postura incómoda en su brazo izquierdo, que no pudo mover mucho porque estaba esposado por la muñeca al somier de la cama.

Era bien entrada la mañana, en la calle llovía y olía a café y pastas.

De pie, con los brazos cruzados, Anders le observaba con gravedad, sin disimular que estaba dilucidando si en realidad era él mismo o un sonámbulo.

En la habitación no había nadie más.

Luego de presentarme y ver como comenzaban las explicaciones a traves de mucha informacion que iba y venia entre mis compañeros me sentìa realmente muy desconcertada sin tener certeza de que poder aportar o estar de sobra en el lugar. 

En algun momento pude ver a Daniel al mismo tiempo que el me miró mientras forzaba una sonrisa para que no notara que me sentia como vendedora de helados en una clase de fisica cuantica.

La verdulera de la Academía!

Aun asi presté atención de todo lo que se decía porque ciertamente todos tenian razon. Según Elliot nuestra mejor proteccion era estar despiertos y ademas no creía que nos esperaban asi que teniamos la sorpresa de nuestro lado. Palpé mi arma en su funda y me sentí agradecida porque si de algo estaba segura es que un soñador no pararia una bala.... ni en sueños.

Khalil parecia haber sido un acierto y saber mucho de nuestro proximo destino. Tendria que agradecerlo a Ophelia luego, si sobreviviamos. La doctora habia mencionado el alterego de Sophie, aquel que conocí en mi sueño. Por un instante extrañé los momentos de felicidad que tuve a su lado junto a Corinne.

Lo recordaria ella tambien o sería todo una manipulacion en mi mente. 

No estaba segura pero debia ser así porque despues de todo ella me habia liberado, se habia metido en mi sueño de una u otra forma para sacarme de alli.... y ahora le devolvería el favor. Solo esperaba que no fuese tarde para ninguno de los dos. Mientras miraba las fotos estudiaba el terreno, rocoso, poca luz, lleno de escondites, piedras lisas y humedas, poco oxigeno, podia ser bueno en principio o una perdicion.

Solo esperaba que no fuesemos a encontrar alguna otra deidad o criatura sobre natural en ese lugar o todo podia irse al demonio. Entonces pense en lo peor y me di cuenta que tal vez deberiamos llevar un explosivo. Si todo salia mal solo habrìa una salida. Acabar con todos aunque estuviesemos alli.

Mire a Daniel nuevamente para saber si tendria las agallas de hacernos explotar sabiendo que sería el final y me sentí triste.

No habrá explosivos.

Los puntos caen sobre las ies con solo unas pequeñas gotas de indecisión, pero,!Que carajo!.
Comenzaba a verse en parte el entramado.
Ver medio misterio revelarse resultaba fascinante.

Las explicaciones de Catafilo de una ciudad interior a la superficie de la cotidiana, arrancan muecas de satisfacción de la comisura de mis labios. Sorprende el empeño de la humanidad, por hacer cosas que si, en el fondo pueden ser pragmáticas, pero nos las arreglamos para hacerlas con estilo.

Me complica, el gozar por completo del momento, el pensar que algunos de los miembros de mi especie, se hayan entregado a romper ese hechizo con supongo vamos a descubrir que planes.

Comprendo la implicación brillante de la idea de Clementine cuando la enuncia.
- Carajo. Controlar las fuentes y los parques puede ayudarnos no solo a encontrar a Sophie. También pueden ser una forma de salir. Tal y como comentabas salio nuestra conocida. ¿No creéis?

Observo con detalle las infografias, los mapas y las fotos que deslavazadas. Así como las presenta parecen un galimatias de primer orden. Pero que con ojo experto deben ser tan familiares como el salón de la propia casa.
- Señor Khalil, ¿Como se guían en la profundidad?
Quiero decir ¿Si no hay mapa, que creo que es lo que ha comentado que ocurre entre el punto de cita de Volpi y las minas columnarias de Duanne, como lo cartografían para poder, primero volver y después guiar a los que vengan detrás? - me encojo de hombros por la inseguridad de no saber si lo que digo tiene un sentido realista - se me ocurre que su amigo pudiera haber marcado las rutas de algún modo que podamos buscar e identificar, si nos las instruye.

Mi intriga por conocer mas sobre lo que esta mostrando el detective pugna con la necesidad de ser lo mas raudos y expeditivos posibles. Estamos inmersos en una situación con tantos niveles que a veces es difícil olvidarse de no divagar y ir al foco. Sophie y Mats.
Y un puñado de malajes, entre cinco y diez, con toda la ventaja de haber tomado el sitio ya un tiempo.
Pero no es la primera vez ¿Verdad? me digo. Solo que hoy tiene un poco mas de sentido.

- Chialin, tu eres la experta en operaciones sobre el terreno - digo al verla estudiar los datos - ¿Que piensas? Como nos debemos organizar por si hay un altercado u hostiles?
Creo que todos cavilamos que tenemos que bajar. Y que va ser un reto ya solo llegar. Pero si no lo entendido mal, segun Elliot Mats debe estar con Sophie, ¿sosteniedola? y Elliot aun tiene que llegar para cortar sus cadenas.
Yo quisiera preguntar al señor Khalil cuanto estima que un grupo como el nuestro puede tardar en llegar al punto de inicio de Volpi y que recomienda que añadamos a nuestro equipo para garantizar el descenso. Y que nos preparemos con todo ese equipo tan majo e improvisado que tenemos listo en el coche y que no perdamos un minuto mas del necesario pero tampoco escamoteemos ningún que sea realmente...Util.
Mientras cualquier idea sera bien recibida.
Incluyendo un termo, para cada uno, del mejor café bien cargado que podamos encontrar.
Después de haber descargado mi tensión y nervios con verborrea acusadamente mas falta de gramática y pronunciación ortodoxas del francés que de costumbre, ayudo a los demás a prepararnos.

Enseño a Elliot a fijarse cómodamente el chaleco antibalas ligero a la par que me embuto el mio. No es que hayamos tenido mucho tiempo de conocer nuestras habilidades o querencias así que el intercambio de palabras es mas una combinación de preguntas directas: ¿Quieres un arma?¿Que tal te manejas con ella es que la quieres? ¿Tienes algún otro entrenamiento? etc... con cuestiones mas triviales como si el café lo prefieres con o sin azúcar o personales como ¿Como te sientes?

Paso también unos minutos con Clementine y Khalil mirando la información y preparando copias del laberinto que llevar en los móviles y comprobando que llevamos alguna bateria de reserva (aunque poco creo que nos va a servir la telefonía allá abajo). Me distraigo un poco disfrutando de los viejos mapas y sus detalles. Siempre he sido un mirón de papeles mas que un sabueso de suela de zapato y supongo que va a ser evidente.

Alguna de las miradas de Leah son tan singulares que al final me acerco a ella curioso.
Me ha mirado como otras veces no me he dado cuenta que lo haya hecho. Reflexionando. Valorativa.
Me pongo frente a ella y le cojo la mano, mitad tierno mitad compadreando.
- Seguimos la ola de profesionalidad o entre nosotros nos reservamos las ultimas palabras con sentido.
¿Que eso ultimo que estabas pensando? Te vi diferente de lo que antes, nunca te había visto.¿Que pasa,um?

Abro los ojos de repente, y me siento transportado de un tirón a un lugar que durante unos segundos se me antoja extraño. Pestañeo un par de veces. Estoy en casa. ¡He vuelto! ¡Eso solo puede significar que Sophie, esté donde esté, ha despertado! Una gran sonrisa se dibuja en mi cara. Trato de levantarme, pero enseguida noto que tengo el brazo izquierdo esposado a la cama. Algo confundido, miro a mi alrededor. El señor Berisha me está mirando con una expresión taciturna y severa. Mi sonrisa flaquea; tardo unos momentos en entender lo que está pasando. Berisha no tiene manera de saber si soy realmente yo, o si he arrastrado a alguien conmigo. Lanzo un leve resoplido por la nariz.

—Anders, no pasa nada. Soy yo. Puedes quitarme esto. —Me estiro. ¿Cuánto tiempo debo de llevar dormido? Es entonces cuando reparo en que no hay nadie más en el cuarto—. Anders, ¿va todo bien? ¿Dónde están los demás? Tengo algo muy importante que decirles. ¡Sophie se ha despertado! He estado dentro de su pesadilla… ¡Pero he conseguido que se despierte! —Mi entusiasmo no podía ser más evidente—. ¿Alguna noticia de Leah y Daniel? ¿La han encontrado ya?

Se trasladaron al despacho del detective, un piso grande no muy lejos del estudio de los tatuadores, en el mismo barrio latino. Allí disponía de una biblioteca especializada en la historia de la ciudad y su subsuelo.

En el coche, de camino, se habían enterado por el señor Berisha de que Mats había despertado y se encontraba bien y también les llamó Albin que también había tenido suerte: había contactado con un veterano policía experto en las catacumbas que estaba dispuesto a servirles de guía cuando se le necesitara.

Khalil disponía de una oficina lujosa y bien equipada, con tres empleados a los que les dió el día libre en cuanto entraron. Fueron directamente a la biblioteca que hacía las veces de sala de reuniones. Además de los mapas digitalizados que manejaba la “catapolicía” habían cientos de libros pulcramente ordenados en una gran estantería que ocupaba dos paredes de suelo a techo: allí atesoraba un original del atlas impreso por la Autoridad de Minas en 1855, todos cuantos mapas de los subterráneos habían sido publicados y una colección de manuscritos de catáfilos que habían cartografiado sus recorridos.

También había multitud de libros de historia de la ciudad por barrios, monumentos, jardines, etc. Enciclopedias, memorias de ingenieros, historias de espacios singulares, crónicas y todo tipo de documentación versada sobre París y su paisaje.

En el centro de la sala había una mesa grande con dos ordenadores de grandes monitores y cinco cómodas sillas, y a un lado dos grandes sillones.

Serían las doce de la mañana cuando se les unieron Mats y Albin, que había recogido al periodista de Casa Gresta.

Daniel me habia pedido mi opinión y le respondí profesionalmente. 

- No estoy segura Daniel, habra que evaluar sobre el terreno pero lo normal es que andemos en grupos de dos y un poco separados para que no nos hagan una emboscada y no tan separados que no podamos asistir a otro si es necesario. De resto es sentido común mas que nada.

Al final luego de su analisis con el Señor Khalil se acerco a mí viendome atribulada y estuve a punto de decirle como me sentía, he incluso destruir las catacumbas, explotarlo todo pero fuí interrumpida y aprovechamos para salir de alli hacia la oficina de nuestro nuevo amigo.

Su despacho era acogedor, comodo en el buen sentido, y demostraba tener un amplio conocimiento y gran cantidad de documentacion la cual comencé a ojear pero ni lograba concentrarme ni lograba encontrar algo especifico. Definitivamente no era una academica asi que me quedé mirando los mapas para localizar posibles salidas y poder ubicarme en el laberintico infierno que estabamos por visitar.

Al mediodia, justo cuando el cuerpo me pedía algo que comer vi a Mats entrar con Albin.

- Estas con nosotros!! Estas bien!!!

Pero no hice preguntas, estaba segura que pronto nos pondria al corriente con lo que hubiese pasado durante su sueño.

A veces el azar es mas insistente que las intenciones y lo que tiene Leah en la cabeza se queda pendiente en el aire al venir a interrumpirnos la decisión de trasladarnos al despacho del detective.
Lo único que hago es recalcar a mi socia que para lo que quiera, mi mano y mi atención esta dispuesta a responderle.
Luego las noticias en el trayecto son un pequeño vendaval que sacude lo que estábamos pensando.
El señor Berisha nos alegra con la noticia de que Mats ha despertado y que su estado es bueno.
No es de extrañar que se me eleve ligeramente el animo pero la parquedad de los detalles de su despertar me hacen ser tristemente cauto.
Dejarlo esperar para cuando estemos todos reunidos parece ser mejor decisión.
Así que intercambio las preguntas internas sobre que y con quien a tratado el bravo de Mats por la mirada inquisitiva e indiscreta de lo que debe ser el santa santorum del detective Mermoz.
La dedicacion enciclopedica a su aficion es impresionante. No puedo imaginar por donde empezaria si no fuera por que tenemos un objetivo marcado de antemano.
Solo por empaparme de historia valdría la pena coger un ejemplar al azar, sentarse en una de las sillas y degustar lo escrito junto al buen café.
A lo mejor un dia de estos, si el señor Khalil me lo permite. La parte de zascandilear por las venas de la tierra no me atrae mucho, soy un chico de la Zona y me agrada mas el sol, esa parte se la cedo toda al detective y a los momentos como hoy que son imperiosamente necesarios...Pero bucear entre este conocimiento...je.
Sin embargo hoy considero comprobar la idea de Clementine como mi objetivo principal y con un poco de ayuda del detective y las preguntas pertinentes a la doctora, mas ducha que yo con la geografía ciudadana, me concentro en averiguar si entre las capas de información, confirmamos una relación entre Danube y Gare du Nord, o los varios parques: des Buttes-Chaumont, la Bassin de la Villette o el propio la Villete.
De paso, un golpe de suerte con mejor información: un plano de verdad, un modelo o lo que se le pudiera parecer, de la mina columnaria, nos vendría de perlas.
Como Leah dijo evaluar el terreno es primordial y mucho mejor con una idea, de antemano, aproximada de lo que nos vamos a encontrar.
Su idea de los grupos de dos ya concretaremos una vez nos pongamos al tajo.
Me embobo tanto con la tarea de zambullirme en la información, y mis notas y el atado de las piezas del rompecabezas de múltiples testimonios, registros y descripciones desordenadas por la personas y épocas que es cierto que es solo la efusividad de la bienvenida de Leah a Mats lo que me hace reaccionar.
Puesto en pie ni me lanzo a darle la mano, ni me quedo quieto como un pasmarote.
Querría lo primero pero me ronda la incertidumbre de no avasallarlo. Dicen que esta bien pero el hecho es que se ha pegado una temporada en la zona difusa del sueño y aun tengo presente que a Leah le supuso un penar de cinco años. ¿Que habrá sido para nuestro pelirrojo?
Al menos lo saludo con verdadero afecto.
- Es bueno verte de nuevo, Compadre.

El viaje de camino al despacho del detective Mermoz transcurre en un tenso silencio. Todo ha sido tan brusco y caótico que ni siquiera acabo de tener muy clara de qué información disponemos, si Elliot y Clémentine están bien o si Leah y Daniel han encontrado o no a Sophie. Afortunadamente, todas estas dudas se resolverán en cuanto Govier y yo lleguemos.

Lo primero que pienso al ver el lugar es que me recuerda a la biblioteca de una mansión, con montones de libros pulcramente ordenados en altísimas estanterías. Me alegra ver que todos mis compañeros están sanos y salvos, pero la alegría no puede ser completa: Sophie no está con ellos. Eso quiere decir que no han logrado encontrar su cuerpo físico, por mucho que yo haya dado con su alma. Lo que eso significa me pone los pelos de punta.

—Me alegro de ver que estáis todos bien —saludo a todo el mundo con una sonrisa. Me acerco a Elliot y le doy un efusivo abrazo—. Tío, ¡pensaba que te había perdido ahí atrás! Menudo susto me has dado. —Me vuelvo hacia los demás, y mi sonrisa se desvanece lentamente—. Debo suponer… que aún no la habéis encontrado, ¿verdad?

Me quedo en silencio durante unos segundos. A estas alturas, mi rostro ya ha pasado de la felicidad inicial a la preocupación. Mis ojos se posan sobre el inspector Mermoz. En un primer momento me pregunto si será buena idea ponerme a hablar delante de él, pero finalmente, decido suponer que ya estará al corriente de todo. Suspiro.

—Imagino que Elliot ya os habrá contado con pelos y señales todo lo de nuestro sueño compartido, al menos hasta el momento en que nos separamos. Habíamos llegado a un lugar muy oscuro. Había columnas muy altas, que en la cima se engrosaban hasta casi tocarse. Al fondo, muy lejos, se veía un pozo del que un pájaro hecho de luz intentaba escapar, pero parecía que estaba atado al fondo por una cadena. Fue entonces cuando Elliot desapareció, y me quedé solo. —Doy unos pasos por la sala, recordando—. En ese momento me abordaron dos tipos, llamados Gaëtan y Ruben. Eran dos miembros de la secta. Me obligaron a seguirlos por una pendiente con escaleras, rodeada de columnas. Estas eran rectas, y también muy altas. No sé… Treinta o cuarenta metros. —Espero que mis descripciones sirvan por si alguno de los presentes es capaz de identificar el lugar—. Me explicaron que el pájaro que veía era el alma de Sophie. Al parecer yo estaba atrapado entre la vigilia y el sueño de Sophie. Por eso me veían como si fuese un… espectro, o yo qué sé. En fin. Me llevaron a un edificio inmenso que había en la cima de aquella pendiente, una reconstrucción muy bien hecha de un antiguo templo griego rodeado de columnas, con un pórtico muy alto de madera. Dentro estaba Vendela, en trance, completamente recubierta de betún. Parecía estar en mitad de una especie de ritual. Y a su lado había un hombre mayor. El muy hijo de puta me dijo que le estaban haciendo daño a Sophie. Me lo dijo a la cara, sin ningún tipo de vergüenza. Y que por ello Sophie… se negaba a despertar. Quería… Quería morir. —Se me seca la garganta. ¿Qué podrían haberle hecho a Sophie para que llegase a ese extremo?—. Por eso, me habían atrapado en el sueño de Sophie. Para coaccionarla. Si ella hubiese muerto mientras yo estaba en su sueño, yo habría muerto también. Los cabrones querían que Sophie despertase. Supuestamente forma parte de su plan que ella despierte después de lo que sea que le hayan estado haciendo. Entonces, yo hablé directamente con ella. No la vi, pero dado que estaba en su sueño, ella me oía. Le dije que despertase, que todo estaría bien. Que pasase lo que pasase, lucharíamos contra ello y lo superaríamos. Y… Desperté.

Apoyo mis manos en el respaldo de una de las altas sillas, como si necesitase recuperar el aliento.

—Si he despertado, significa que Sophie también. Y si vosotros no la habéis encontrado… Eso quiere decir que Sophie ha despertado sola, en algún lugar que no conocemos.

El alivio que Elliot sintió al saber que Mats había despertado se reflejó en su rostro de inmediato. La idea de haberlo dejado solo a las puertas del sueño de Sophie moribunda le convertía en una especie de psicopompo siniestro, de los que te llevan frente al abismo y después no te traen de vuelta. Que estuviera allí significaba que Sophie seguía con vida, de modo que aún no era tarde. Era posible que Mats hubiera visto algo que fuera totalmente decisivo para ubicar el lugar en que la chica se encontraba.

El despacho del detective debía ser la biblioteca nacional de la catafilia. Era impresionante la cantidad de documentación que había reunido sobre el asunto y temas afines y se hacía evidente su afirmación de que a pesar del olvido al que se le había sometido respecto a la desaparición de su cliente, las catacumbas habían pasado a ser un eje importante de su vida.

Casi de inmediato Daniel comenzó a tratar de verificar la hipótesis de Clementine. Elliot también pensó que era una gran idea, pues contaban con datos cruciales como los lugares de aparición del doble onírico de Sophie. Por su parte él ojeó los títulos de los volúmenes y preguntó a Khalil para que le orientara mejor: ¿era posible que entre sus libros hubiera alguno que hiciera referencia al París prerromano?  Sabía que en muchos otros lugares de Francia habían antiguos emplazamientos sagrados de los celtas y la capital, y siendo por demás un territorio tan extenso, no podría ser menos. No pensó que fuera fácil que esa información estuviera disponible a no ser que en el lugar sagrado se hubiera ubicado alguna construcción y ésta se hubiera conservado hasta que alguien excavara. Pero no era extraño que unos lugares sagrados se construyeran sobre otros (como ocurría con la catedral de Chartres, supuestamente construida sobre un antiguo lugar de culto druídico) y tal vez bastaría con cruzar alguna información de las que manejaban con la ubicación de algún templo romano o, sino un templo, tal vez sí algún lugar subterráneo que hubiera sido  empleado para iniciaciones. Si los cultistas buscaban algo lo más seguro es que lo hicieran aprovechando un lugar de poder.

Al rato entró Mats, decidido como un vendaval. Era evidente que se encontraba físicamente bien y que tenía algo importante que contarles. Elliot se acercó para saludarle y se encontró con un abrazo fuerte y sincero que devolvió con energía; se sentía tremendamente aliviado de verle sano y salvo:

-Sí... No sabes cuánto siento haberte dejado allí. Desperté gracias a Clementine pero no fui lo suficientemente rápido como para tratar de llevarte conmigo... Bueno, excusas fuera. Me alegra mucho que hayas despertado- sentenció. Cuando Mats preguntó por Sophie, negó con la cabeza apesadumbrado: -No, todavía no, pero estamos cruzando toda la información de que disponemos. Por favor, cuéntanos qué ha sucedido; cualquier detalle que recuerdes puede ser decisivo.

Cuando Mats habló de las escaleras junto a las columnas de treinta metros, la mirada de Elliot se encontró con la de los demás: esa era la altura de los pilares que habían tenido que levantarse en la construcción de la estación de Danube.

Cuando Mats terminó su explicación dijo:

-Danube... Teníais buena corazonada... -les recordó algo crucial -El lugar que ha visto Mats no es sólo un sueño, es un lugar intermedio, allí estaban físicamente los hombres que encontró, el "espectro" en ese sitio era él, de modo que es muy probable que las columnas sean en la realidad muy parecidas o idénticas a las que él contempló. Nos vamos acercando...

Ahora que Mats habia regresado no habia mas tiempo que perder. Si bien parecian que tenian un indicio de la ubicación y no parecia un lugar ocupado por civiles o donde habria que dar explicaciones para entrar. No debía ser así, porque de ser una guarida de soñadores debia ser solitaria y estar proteguida. 

Trampas???

Podria ser. Era mejor ser cautelosa aunque no queria perder mas tiempo. Porque querian quebrar a Sophie, doblegarla para hacer que? No importaba. Ella estaba sufriendo y teniamos que ayudarla, pronto.

Me acerque a Daniel un poco dudosa, incluso nerviosa de preguntar.

- Dani.... este bueno...  ya sabes que soy un poco tesuda vale! Pero se que has tenido tu instruccion esoterica cuando estabas en los estados unidos. No es que quiera detalles, ya sabras que quieras contarme pero se que sabes hacer cosas, como con el cuchillo cuando hablamos con Fox, recuerdas????

Me recogi el cabello mientras organizaba mis ideas.

- Sera que puedes hacer algo para percibir a Sophie? Tal vez no sea útil ahora que debe haber despertado pero tal vez si lo sea si hay otros soñadores o incluso alguna entidad, espiritu o fantasma o como se llame, que nos pueda ayudar....

Mire a los lados por lo descabellado que sonaba, ni siquiera yo podia creer lo que decía excepto porque ahora si lo creía.

- No lo se, puede ser útil tal vez para ubicarnos alli en Danubé no?

Me sentí un poco impotente de no poder hacer nada especifico para ayudar.