Partida Rol por web

Khalil había mostrado algunos de los signos que los catáfilos dejaban en las paredes para marcar las rutas así como algo de la nomenclatura que la autoridad de minas utilizaba para catalogar los espacios y cuando Leah le preguntó a Daniel sobre su capacidad de contactar con alguna presencia el anfitrión intervino sin ningún tipo de reserva comentando que cerca del lugar en el que pudo haber sido secuestrado o muerto su cliente*, en una galería que a menudo se hallaba inundada, se erigía una especie de santuario construído espontáneamente y en tiempos recientes en honor a un dios enano del Antiguo Egipto al que, sin saber muy bien por qué, les había dado por venerar a muchos catáfilos. Y como no podía ser de otra forma a menudo circulaban muchos rumores de apariciones de ese ser que la mayor de las veces resultaban benéficas sirviendo de protección o guía pero a veces las había también malévolas, algo muy en sintonía con la figura en cuestión: el dios Bes.

Si Daniel era capaz de comunicarse con entidades as quizá esa sería la más oportuna pues según la mitología, alejaba los genios malignos que podían atacar a las personas durante su sueño por lo que se grababa su imagen en reposacabezas y patas de camas o cunas.

Para cuando comentaron ese tema ya habían dilucidado o sacado a la luz unas cuantas cuestiones prometedoras.

No se había hallado en París nada parecido al Pozo de Saints-Fortes, situado en la cripta subterránea de la catedral de Chartres pero no sería de extrañar que los habitantes celtas de París tuvieran algo parecido. Incluso se duda de que habitaran La Cité, postulándose Nanterre como el lugar en el que probablemente habitaba el pueblo de los Parisios, cuyo nombre está basado en la raíz gala pario- que significa caldero.

Se comentó que la misma señora Vantevelde había conocido en persona un pozo celta en París que estaba adornado como uno de los calderos de metal que se conservan en los museos, en especial le recordaba al Caldero de Gundestrup y había visto sacar con una tinaja griega agua sagrada.

El Caldero de Gundestrup representa para algunos estudiosos las propiedes de los calderos para devolver la vida. Interpretan que muestra una gran figura sobrenatural con un grupo de soldados celtas, a uno de los cuales el dios cernnnuno lo tiene sumergido en una gran tina llena de líquido.

Los Celtas veneraban los pozos y los cursos de agua, que consideraban un medio liminal de conexión con el “Otro Mundo”. Era frecuente que arrojaran objetos o hicieran sacrificios animales a los que entregaban a las aguas y se conocía al menos un caso de sacrificio humano, el de un pozo romano-británico en el condado de Licester que contenía los cuerpos de dos personas sujetos con piedras, probablemente ofrendas realizadas a las fuerzas del inframundo. También era muy frecuente asociar los pozos con la adivinación o la sabiduría. El ciclo de Fionn describe al Salmón del Conocimiento que vivía en el fondo de un pozo. Tampoco era extraño que hubieran fusiones entre mitos griegos y celtas. Recientemente se había encontrado al este del país un gran caldero celta de bronce de un metro de diámetro decorado con cabezas de un oceánide griego, junto a cerámicas también griegas con motivos dionisíacos.

En cuanto a signos de emplazamientos sagrados refundados por los romanos no encontraron nada de especial interés salvo quizá la propia Catedral de Notre Dame, en la que se halló un relieve del dios Celta Cernunnos que había sido parte de un monumento romano dedicado al emperador Tiberio. Dios que a menudo se identifica con la figura cornuda del Caldero de Gundestrup.

Aunque, en todo caso, Khalil aseguró que la Catedral estaba más que custodiada y que no se imaginaba que una secta así hubiera sido capaz de esconderse en su subsuelo sin llamar la atención de los que la vigilaban.

Profundizando en la historia de los lugares de interés llamaron la atención un montón de curiosidades históricas y geográficas.

La estación de metro Danube estaba a no llega diez minutos andando del Parque de Buttes-Chaumont y a un poco más de media hora andando de la Estación del Norte (Gare du Nord), estación, esta última, que está casi anexa al trabajo de Clementine, el Hospital de Lariboisière.

De hecho el lugar en que Edith sufrió el accidente que le llevó a su sala de cuidados intensivos estaba a diez minutos andando del Parque de Buttes-Chaumont. El automóvil en el que trasladaban a la niña se precipitó sobre el Canal de Saint Martin, a pocos minutos de la Dársena del Canal de la Villette, en donde ambos confluyen.

Por otro lado el parque de Montsouris fue construído en el lugar que ocupaban unas canteras. Allí se edificó La Catedral del Agua, el embalse más grande que abastece a la ciudad.

El Parque de Villette, a su vez, fue construído en el lugar en el que estaba el antiguo matadero, el más extenso de su época y el Parque Buttes-Chaumont también fue construído en el lugar que ocupaba una de las canteras de yeso más grandes que, tras su abandono, se había convertido en un erial infecto en que se abandonaban decenas de miles de animales enfermos y antes, durante más de cuatro siglos, había albergado el Patíbulo de Montfaucon, una nefasta estructura que dominaba el paisaje sobre una colina en la que se colgaban hasta 50 condenados simultáneamente.

La laguna del parque Buttes-Chaumont ocupaba el lugar de una mina de yeso a cielo abierto y la “isla” que hay en ella fue la entrada a una galería subterránea, ahora modificada con cemento y adornada con estalactitas falsas. La cascada caía sobre una fuente natural y en la cima se erguía una construcción bautizada como “El Templo de la Sybila”, una forma constructiva llamada tholos que en este caso estaba inspirada en el templo romano de Vesta, en Tívoli.

Cuando Mats nombró las columnas rectas y altas, Khalil insistió en que podría tratarse del viaducto que sostiene la propia estación de Danube. Explicó que aunque las minas de yeso de ese calibre tenían que estar cegados y oficialmente no se suponían ya en pie, no existían mapeos recientes y claros. Lo más que encontró de la zona fue un grabado del viaducto de la época de su construcción, que a ojos de Mats bien podría ser el paisaje que había visitado en su sueño.

En cuanto Mats lo enuncia se que el punto de cambio ha llegado. Ya no podemos prepararnos ni mejor.

Asiento, compartiendo su súbita, que no inesperada, turbación al cerciorarse de la ausencia de Sophie. Fuerzo la maquina, obligando a mis neuronas a retener la información que nos trae Mats junto a los buenos pellizcos a la molla de los misterios de los subterráneos. Cada vez me queda mas cristalino que Danube es el lugar. Que los recorridos del relato de Mats corresponden con los cambios de desnivel y el columnario a la estampa de grandes construcciones que él llego a visitar con Elliot. El chaval (mierda seguro que me equivoco y tiene mi edad, pero la primera impresión es difícil de quemar) casi esta seguro y yo también.

Si esto fuera solo una misión de encontrar a un transeúnte extraviado, no le daría mas vueltas y seleccionaríamos la entrada mas cercana, si no la mas directa y allí mandaríamos a los verdaderos expertos.

Pero...Me preocupan los 'otros' aspectos desplegados allá abajo.

Si juntamos todas la piezas que confluyen en dichos alrededores, su 'Koyaanisqatsi', la Vida Desequilibrada, y por que no la Muerte, con los que se los podría calificar se queda corta.

Al menos podemos contar cuatro antagonistas, duchos en sus habilidades esotéricas y el terreno, contra la incertidumbre de las nuestras, descontando la corajina de meternos en un agujero a hacer lo correcto.

Por un momento me pregunto a que Mundo llegaremos al regresar hacia la oscuridad. Supongo que el Tercero tocado por las aguas.

O quizás es mas cercano al Infierno, siendo nuestra herencia cultural la que es y, por que no, por que aquí reside el Diablo. No veo su casa colgada de las lustrosas colinas de Los Ángeles hedonisticamente seleccionada para contemplar la vista.

La cuestión es ¿Por que en el Plan Universal, el Adversario elijío esta ciudad como su residencia?

Me digo que estas son preguntas para otro tiempo y otro lugar. También para otra estrategia que no sea el interrogatorio directo, por que no me imagino al tipo como de los capaces de encajar según que curioseos, aun delante de una buena cerveza.

Mis movimientos se van amoldando a la necesidad de prepararse para marchar.

Todo segundo cuenta. Por que tenemos que encontrarla, ponerla a salvo y sanarla, quizás todo a una.

Solo por descartar me guardo para el trayecto el preguntarle a Mats que nos describa al desnaturalizado que martirizo a Sophie.

El abordaje de Leah me pilla unos segundos descolocado mas que nada por que lo que me pide es algo que yo había descartado básicamente por temor, tanto a fracasar como a tener éxito.

No es que las tenga todas conmigo pero, creo que lo que se me da bien es el trato, no con los espíritus (aunque tenga una duda del tamaño de un camión), si no con los difuntos: Odelia. Fox. El sabio Talayesva...

Pero es solo dudo por el intenso y breve periodo desde que, el viejo habito de la negación se consume ante la mirada demandante de Mo Geard.

Después lo pienso y me digo por que no. No es que sepa que puede o no puede funcionar. Lo del cuchillo salio bien igual que lo de Fox y sin embargo otras cosas ni siquiera se molestaron en darme una patada en el culo. No paso nada.

'Mi instrucción esotérica': Mi instrucción consta de las viejas y honestas creencias Hopi que Alce intento enseñarme para que no me burlara, de lecturas diletantes de muchas horas entre clases de los clásicos y de los cuentos folclóricos de mis familiares.

La Santa Muerte es el ajado chiste de todos los polis de la Muga. Nadie quiere tomárselo en serio pero nadie quiere no creer.

Quizás yo me excedí un poco demasiado llegandola a poner ahí en la espalda. Pero Lar fue lo suficiente potente para llegar a creer. A saber el rostro de la aniquilación y quererlo. Ella era mi Muerte.

Leah es mi Vida.

- Nunca he contactado con nadie vivo, Chialin - le explico con la determinación en el tono de que aun así lo voy a intentar. Sin embargo el detective Mermoz, al percatarse de nuestra conversación nos habla de posible protector: Bes y pienso que antes que probar algo remoto quizás es mejor acudir a lo acreditado. Aunque me pone las bolas por corbata el pensar en lo incierto del resultado...la otra vez...

- Bes...Um. Si. Puede ser. Si esta allí y por mucho tiempo, ellos no creo que hayan tenido los bemoles de deshauciarlo. Seguramente, tengan una tregua incomoda. Y si encima se han llevado por delante a uno de sus devotos subsidiarios, quizás...

No. No voy a elucubrar mas...Solo sirve para que me equivoque. Aunque esa Divinidad Egipcia tiene un algo de Coyote y eso es, a la par, curioso y acojonante - les digo a la par excitado y agitado.

Con todo lo demás, no lo había pensado. Voy a ver que se me ocurre al vuelo - y sonriendo le paso las manos por detrás de la cabeza ahora que se estaba despejando el rostro y la beso. Simple y sincero - Te quiero - la miro firme - Vamos a por Sophie. Y recuerda que no soy el único que tiene dones. Confía en tus instintos. Y en lo que perciba Clementine. O Mats o Elliot - a ellos los miro como con disculpa - bueno vosotros no se muy bien que es lo que hacéis pero estáis aquí de una pieza, lo hacéis bien.

- Vamos, Mo Cheile, prepara el arsenal y esos reflejos tuyos por que ahora vas a tener que estar al triple en vez de al doble de capacidad si voy por ahí concentrado en otras cosas.

- Bien, Dame Khalil referencias - le pido que me explique a nuestro colega - De verdad. Solo espero que no sea como Coyote. Ninguno de ellos -

Después de haberme separado de Leah y darme cuenta de lo profundo de la tarea me imbuye una seriedad estoica.

No tengo mucha base por donde agarrarme, no por que no la haya, si no por que no tengo la mínima preparación exigible pero, Sophie y los valientes que van a acudir a su rescate cuentan conmigo por lo que me esfuerzo mas allá de debería poder.

Con extra de café y un dedo de whiskie me sumerjo a la carrera en los titulares de la deidad en cuestión.

Podría haberme lanzado sin red pero si pretendo pedirle que nos ayude se merece el respeto de al menos me entere de quien es el.

Mas fondo es difícil, en parte debido a que se suele haber recibido la historia de lo que el ser en cuestión hacia pero, no de como se le veneraba.

Una aproximación sincera parece la mejor manera de actuar. Al fin al cabo una primera lectura asi lo hace pensar. A punto estoy de pedirle el teléfono de Arthur a Mats.

Consigo una impresión bastante buena de la representación que me mostró Khalil para que me sirva de foco antes de que nos pongamos en marcha y me digo que la plegaria va ser lo mejor. Un rezo que mascullo en tono bajo pero continuo.

"Señor Bes que proteges los pasillos de tu casa bajo la Ciudad. Gran defensor de todo lo que es bueno y enemigo de todo lo que es malo"

"Permite a nuestra compañera Sophie retornar al abrazo de la luz del Sol, permite a los miembros de nuestra partida ayudarte en la carga de tu labor"

"Déjanos este día, contemplar la fuerza de tu amparo y el de tu igual Beset, y lo veneraremos cada vez que esta fecha se repita, con música, danza y el 'Goce de la Vida'"

"Y si en alguna cuestión alguno de mis compañeros o yo mismo os trae agravio, os ruego que no se lo tengáis en cuenta y unicamente depositéis en mi, su emisario, vuestra ira"

"Por todo lo sagrado y lo Ordenado, humildemente os lo ruego,

Lista para la acción me dispuse a revisar el equipo que llevaban los demas para estar segura que sabian usarlo y tenian lo necesario. Agua, bengalas y municiones en primero lugar, linterna y bateria algunos otros y protecciones que no habia conseguido Albin. 

Luego con la doctora y amiga me asegure que estuviera comoda con el arma. 

- Saldremos de esta! Y le sonreí para darle animos.

Yo estaba asustada y preocupada pero ante el peligro no me acorbadaba y siempre me acordaba de las maximas de Riccard, un entrenador que habia tenido en mi pasado. Cuando no tengas quien te dé animo, anima a los demás.

Nuestra suerte ahora estaba en manos del dios Bes. Ya nada me sorprendia. 

Daniel hizo su plegaria y le mire para indicarle que estabamos listos.

La extensa biblioteca del inspector Mermoz contiene una inmensa cantidad de información. Sin embargo, yo no la examino exhaustivamente, sino que tan solo busco referencias que me indiquen la ubicación del lugar que he visto… Y en cuanto veo las imágenes del subterráneo de la estación de Danube, sé que ese es el lugar. Ya no hay nada más que pensar: tenemos que ir a liberar a Sophie.

La improvisada oratoria de Daniel nos levanta el ánimo a todos. A continuación, realiza lo que parece un rito de invocación al dios Bes para pedirle que nos dé su bendición. Tal vez ya estemos todo lo preparados que podamos estar, después de todo.

—Una cosa más —advierto a mis compañeros—. Los cuatro sectarios que os he mencionado no eran los únicos que había en mi sueño. Había al menos otros dos activos, guardando las puertas del tholos, e iban armados. Vi a una mujer con una ametralladora; el otro no sé qué llevaría, pero seguro que tenía algún arma. Aparte de eso —suspiro—, mientras subía por la ladera, vi algunos agujeros en la tierra, como madrigueras, en los que había metidas personas cubiertas en pieles de animales, como durmiendo, o en trance. Seguro que eran más de ellos. Con esto quiero decir… Mucho, mucho cuidado, ¿vale? Pero sobre todo, ánimo. Podemos lograrlo. El destino nos ha unido por algún motivo, todos lo sabemos. Ahora es el momento de hacer que ese destino se cumpla. —Tomo mi pistola, asegurándome de que esté el seguro puesto. Luego dedico una última mirada a mis compañeros—. Vamos.

Cuando Sophie despertó la llevaron al tholos y la tendieron sobre el suelo para examinar meticulosamente su piel. Allí buscaban, en dirección al ombligo las marcas que fruto de la “somatización” del camino al Pozo si el ritual hubiera tenido éxito.

A golpes entraron también a Iréne Caron, la tatuadora, que se postró en el suelo cubriéndose la nuca con las manos. Junto a ella dejaron su instrumental, más digno de un cirujano o un torturador. Ella era la encargada de introducir el hilo de cobre al rojo, inyectando tinta en la herida que iba haciendo conforme se habría paso en la dermis.

Cuando Sophie se dio cuenta del enfado de los soñadores, que tintados en betún se agolpaban a su alrededor lamentando la ausencia de las esperadas marcas, se puso a temblar y apenas fue capaz de articular un ruego para que perdonaran la vida de su madre. Estaba muy mal herida por todas las marcas que le habían estado haciendo durante los últimos días. Su cuerpo era una maraña de líneas negras sobre piel inflamada.

Engel Döbeln, el padre de Vendela le respondió -recriminándola, como si fuera por su culpa que tuvieran que matar a sus seres queridos- que en esos momentos su hermano se disponía a estrangularla. Vendela había tomado posesión de Zac, el hermano de Sophie, había apuñalado a su padre esa misma madrugada, mientras dormía y ahora movía las manos como si apretara un cuello hasta romper la tráquea de Eliza. El don de Sophie, en ese lugar liminal le permitió ver el último aliento de su madre. Murió negando con la mirada. En todo momento supo que ese que le mataba no era en verdad su hijo.

Le dijeron a Sophie que si fallaba de nuevo, la próxima en morir sería su pequeña sobrina, Jacqueline, la única de la familia que quedaba con vida.

Le hicieron dormir con un ungüento blancuzco y la llevaron de nuevo a la superficie, haciendo de nuevo el rito de sumergirla en la laguna.  

El parque de Buttes-Chaumont estaba vacío. Lo habían cerrado moviendo los contactos de la secta, alegando cuestiones de mantenimiento.

Ver a Mats bien me da un alivio inmenso, apenas lo veo me acerco y me pongo a su lado mientras le aprieto el brazo y le sonrío, quisiera abrazarlo pero de alguna manera la culpa me carcome por dentro. Quisiera explicarle que había despertado a Elliot con la seria convicción de que él también lo haría, ya que Gabriel el chamán nos había dicho que estaban juntos, pero que finalmente Elliot había despertado solamente y desde entonces me había sentido culpable al no saber si lo había condenado o no a un sueño eterno.

Los detalles que nos da son a la vez esclarecedores y aterradores, sin embargo es reconfortante hacer la puesta en común y descubrir  que no estábamos nada errados en nuestras suposiciones, ver que tenía razón en mi suposición sobre las fuentes de agua en torno a Danube también me da cierto alivio aunque la perspectiva de encontrarme con la bruja de Vendela me da a la vez coraje e incertidumbre, sería genial poder vengar a Édith finiquitando a la mujer pero acaso la mejor revancha de mi niña sea haberse librado de esos hijos de perra.

Sonrío manteniendo en mente la promesa de que pronto la llevaría a ver a su padre cuando todo esto terminara. La invocación de Daniel al dios Bes me impresiona más de lo debido y me digo internamente que no sé si es mejor bueno por conocer que malo conocido... Aunque ni modo que fuéramos a encomendarnos a Euge... sería muy cómico y contradictorio. Me permito divagar un tanto tratando de imaginarme la jerarquía que tendrían los dioses, ¿Por religión? ¿Por área de poder?

Volviendo a la realidad asiento ante la mención de la mujer con la ametralladora y tuerzo la boca un poco, ojalá que la tenga a tiro antes yo que ella a mí si se da el caso. Creo que ya no podemos estar más preparados, lo que pueda acontecer a partir de ahora ya no está en nuestras manos pero sí nos hemos provisto de buenas armas intelectuales y físicas.
-Estoy de acuerdo, vamos -respondo a Mats y al grupo con una seria determinación.

El secreto de una plegaria no reside en las palabras escogidas.
Estas importan: representan el respeto y la cortesia y sobretodo la actitud.
El talante que dispones debe ser tuyo y debe extenderse mas alla de lo que digas.
Estas confiandote a un otro y, o lo haces sincero o no lo haces.
Descrito suena como un acto premeditado pero la sutil diferencia es que no lo es.
Si lo crees, no es nada sutil.
Ya no pronuncio la oración pero sigo sintiéndola, confiriendo el reconocimiento a la presencia de un miembro mas a la partida.
Por eso las advertencias de Mats caen en mis dedos capaces de llevarlos a jugar con la pantalla del teléfono.
El portento de la tecnología al rescate de quien no ha podido mirar antes. muestra la perspectiva del islote en un día soleado. Con detalle pictórico se pueden observar los dos puentes de acceso.
El que conecta desde la sección de la orilla de la caverna y el que hace lo propio a su derecha desde Le Pavillon du Lac.

Mi raciocino me diria que deberia estar buscando una posicion ventajosa para acceder a la isla o ser capaz de pasar a la cueva al fondo sin ser vistos. Pero lo que reclama mi instinto es trazar la linea circular alrededor del agua sobre la pantalla como si tejiera un lazo sobre el terreno. Enlazando la boca consigo misma, con gesto lento, de derecha a izquierda, de la profundidad a la profundidad. Dibujando sobre el sucedaneo de terreno con una arena imaginada contornos que solo en mi mente adquieren la consistencia suficiente para ser.

Caminos de guia para el flujo de la medicina de Bes. O como el lo quiera llamar y ejercer.

Algunas de las serpientes suben por las pasarelas. Algunas se arquean sobre el agua. Todas se cierran sobre el acceso hacia la oquedad que dirige hacia Danube.

Lo experimento como una extension privada de mi rezo apenas comenzado con versos.

Oigo el Vamos de todos los demas y asiento. A Leah le señalo con otro dedo el area del restaurante. Todos los puntos de entrada a la isla estan expuestos. El Pavillon es solo el mejor para decidir rapidamente si hay que ascender o bajar hacia las profundidades.

Cuando los planes se hubieron acordado todo se puso en marcha con premura y sin dar tiempo a discursos o intimidades ambos grupos se separaron dejando en algunos una inquietante sensación de precipitación.

Daniel, Khalil, Bélanger y Anjum se reunirían con Gad -ese era el nombre de pila del ex-catapolicía colega de Albin- en la estación de metro de Danube. Ellisif decidió ir en el grupo de su primo Mats y por eso Anjum se unió al grupo que iría por el subterráneo.

Leah, Mats, Elliot, Clementine, Albin, Gabriel y Ellisif irían al parque.

El señor Berisha y Geneviève rondarían por la zona con un vehículo de apoyo y el comisario César Pillet se quedaría en la Casa Gresta. Este último había vuelto con Ada Bytnar, a la que mantenían al margen de la operación.

Ellisif acudió en su moto. El resto del grupo en el coche de Albin. Pasaron de largo las puertas principales del parque, cerradas aunque a esas horas -las seis y veinte de la tarde- el parque debería estar abierto.

Tras dejar el coche acudieron a una zona de la verja -no muy alta, fácil de saltar- en la que la maleza al otro lado era tan densa que era virtualmente imposible que fueran vistos desde lo alto de la colina del tempete.

Ayudándose unos a los otros saltaron sin dificultad y ya dentro del parque, entre la espesura, se repartieron las armas en silencio. Tenían dos radios. Una la llevaba Albin y la otra Ellisif.

Gad les reconoció en cuanto entraron en la estación y tras saludarles y asegurarse de que iban de parte de Albin les condujo al túnel por una escalera de mantenimiento. Alli entraron en un cuartucho por una puerta medio oxidada que contenía unas taquillas, unas sillas de playa y una mesa en las que el ex-catapolicía había preparado el equipo que incluía botas de pocero, las radios y armas.

De allí volvieron a salir al túnel del metro -un convoy pasó cerca de ellos causando un molesto estruendo- y por otra puerta entraron en un túnel de servicios plagado de cables y tuberías. Subieron una escalinata de hierro y entraron en  una bóveda de la que partían cinco galerías. Tras un intercambio de opiniones entre catáfilo y catapolicía acordaron tomar un túnel que les condujo a una estancia muy decorada con signos de servir de sala de fiestas.

Luego de saltar y caer tras los arboles me asegure de que Clem y Mats estuviesen a gusto y supieran quitar los seguros de armas. A mi entender eran los que menos experiencia tenian en combate y no podria estar pendiente de ellos asi que tenia que confiar en sus habilidades aunque tambien sabia dentro de mi que nos los dejaria solos.

Revise mis armas tambien y que todo estuviese en su lugar antes de continuar. Linterna, movil apagado, de momento no parecia muy util una cuerda pero ya veriamos. 

Guarde mi pistola Glock en mi cintura y me asegure la otra en la espalda.

Antes de partir respire profundo para alejar el recuerdo de Daniel y el saber que tal vez no lo volveria a ver. No podia pensar en el en este momento.

Una vez estamos situados en el punto acordado, saltamos la verja del parque por un lugar donde la frondosa vegetación dificulta que seamos vistos. Es entonces cuando el personal policial nos hace entrega de las armas que portaremos para defendernos. Yo ya tengo una pistola, la que Leah y yo encontramos en el coche de los soñadores que nos persiguieron a Ada y a mí hasta aquel risco, pero no pongo objeciones a que me confíen una segunda, solo por si perdiese una. La verdad es que todo esto me da vértigo. Nunca he disparado a otra persona, y aunque los criminales con los que vamos a lidiar bien podrían merecerlo, la mera idea de apretar el gatillo me revuelve el estómago. Espero no verme en la situación en la que sea necesario arrebatar una vida, o siquiera herir a otra persona, por loca o corrompida que esté.

Instintivamente, me pego a Elliot. Por algún motivo, el joven me inspira confianza. Me ayudó a abrirme camino por mis pesadillas, y demostró ser bien capaz de defenderse y tener sangre fría. Solo puedo esperar que las cosas no se tuerzan más de lo necesario y que podamos rescatar a Sophie sin tragedias que lamentar, pero soy muy consciente de que es muy posible que sucedan cosas muy malas. Antes de empezar a avanzar por la espesura, pienso en Arthür. La verdad es que me habría encantado poder verlo, poder hablar con él antes de esto. Seguro que él habría conseguido tranquilizarme, o al menos, me habría ayudado a afrontar esta situación con mayor estoicismo. Tomo el móvil y le escribo unas pocas líneas rápidas a modo de torpe intento de despedida antes de ponerlo en modo de solo vibración, por si hubiera alguna emergencia, y devolverlo a mi bolsillo.

Suspiro. La suerte está echada.

El teléfono de Arthür vibra al recibir un mensaje de Mats.

Hola. Vamos a rescatar a Sophie. Esto da mucho miedo. Ojalá hubiera podido verte y hablar contigo una última vez. Pase lo que pase, espero que estés bien, que siempre lo estés. Todo esto ha valido la pena solo por haberte conocido. Espero que todo salga bien. TQ.

Por tercera vez en la vida tengo la sensación de que la suerte esta echada.
Lejanos quedan el día que perdí a Alce, o el que escogí sucumbir a Lar y este Rubicon me los recuerda.
Apenas una fugaz mirada a tenido la oportunidad de transmitir la completa colección de emociones que estoy sufriendo.
Sin embargo reducirte a la tarea y enfocarse sobre ella es un viejo habito que entra mas fácilmente de lo que había imaginado.

Fijo bien la radio y le conecto un auricular y un micrófono para permitirme liberar las manos si fuera necesario.

El chaleco protector es incomodo, pero me reconforta su peso, y le añado varios cargadores y la pistolera cruzada sobre el pecho lo mas cerca de la mano. El móvil lo fijo en el bolsillo frontal programado para hacer una fotografía cada treinta segundo. Abajo no es que espere mucha cobertura pero aun a poca luz las imágenes no pueden servir como guía si nos llegamos a extraviar. Como complemento en los bolsillos de atrás he guardado mi vieja brújula de maniobras y una batería de respaldo.

Leah no estaba muy de acuerdo pero al final, me he agenciado también, una sencilla escopeta de corredera con cartuchos del 12. No servirá de mucho para atacar, a no ser que estén muy cerca, pero si como medida de defensa y también van gloriosas en otras facetas, como la de abrir puertas.

Acepto las botas del colega de Albin, el señor Gad, que aun siendo lo suficientemente anchas no dejan de tener algunos pequeños roces incómodos. Pero acoge las correas de la funda del cuchillo como un guante.

En la diestra, sobre la muñeca, he colocado la efigie reducida de Bes adherida pulcramente con esmero.
Volviendo a pedirle cordialmente su intercesión por todos nosotros, le susurro los nombres de aquellos que me importa proteger, empezando por Sophie, pasando por el extraviado amigo de Khalil y añadiendo finalmente al solicito señor Gad.

Reviso la cantimplora, la bolsa de las barritas energéticas y las pastillas potabilizadoras.
En silencio, apenas un murmullo vuelvo a pedirle al dios de las protecciones y a su contraparte Beset por Leah, repitiendo en mi corazón mi ultimo pensamiento cuando la miraba al marcharse:
"haz lo que es correcto y hazlo volviendo de una pieza"

Entonces nos encontramos con el primer tótem del subsuelo y sonrío divertido al ver que es Bob Esponja sosteniendo una luz.

Al separarnos no gaste mas energía y tiempo que necesario para mirarla y trasmitir con sinceridad el sencillo mensaje de mis ojos.
"haz lo que es correcto y hazlo volviendo de una pieza"

Todo el camino hacia el templete estoy nerviosa, siento que estamos llegado a punto sin retorno en el cual ya todos tendremos que mostrar nuestras cartas y dejar de apostar. Tengo que reconocer que mi miedo más profundo no es a los sectarios ni a lo que podría pasarnos, sino a mí misma.

Saltamos la verja sin problemas amparados por la densa vegetación, ya adentro me puse el arma que Leah me había dado antes en el cinturón de mi pantalón y tomé otra* para llevar en la mano, no tenía experiencia alguna disparando pero si tenía que contribuir a una balacera para crear distracciones u otra colaboración lo haría.

No me inquietaba el hecho de tener que disparar, esa decisión la había tomado hacía ya un tiempo, me inquietaba en realidad pensar en qué pasaje grotesco nos encontraríamos esta vez y estaba preocupada por Daniel y su equipo. Esperé a que Albin, Leah o Ellisif nos dieran órdenes.

Que el parque estuviera cerrado a aquellas horas parecía una prueba de que estaban en lo cierto al buscar a Sophie en la superficie. Era muy posible que los soñadores hubieran utilizado su influencia, fuera mundana o mágica, para vaciar el lugar y poder llevar a cabo libremente sus rituales. También parecía indicar que a pesar de que Mats había visto el lugar acudiendo a través del sueño y logrado despertar después, los sectarios no lo habían abandonado. Era posible que confiaran en que a él le costara más ubicarlo de lo que realmente le había costado al contar con Khalil y sus recuerdos devueltos por la señora Vandevelde. O tal vez era tan crucial aquello que estaban haciendo que antes preferirían resistir con todo a tener que abandonarlo precipitadamente. Elliot compartió con sus compañeros estos pensamientos antes de saltar la valla. Más allá cabía esperar cualquier cosa.

Una vez dentro tomó con decisión una de las pistolas que le ofrecieron y la sopesó con una mano mientras con la otra guardaba un par de cargadores en el bolsillo de su chaqueta. Vio a Mats junto a él, mirando su propia arma con gesto grave y creyó adivinar sus pensamientos.

Elliot tampoco había matado nunca a nadie, pero sí lo había deseado una vez con todas sus fuerzas. Y allí estaban aquellos malnacidos, secuestrando niños, torturándolos, marcando su piel, encerrándolos en pozos, sumergiéndolos bajo el agua... Y haciendo que olvidaran y que todos los olvidaran. Pensó en Sophie, pensó en Édith por quien también había que acabar con todo o tal vez nunca estaría a salvo por completo. No, no le fallaría el pulso; ojalá tampoco la suerte que tanto iban a necesitar.

Todo el mundo se veía más que decidido. Leah ocupándose de sus compañeros, Mats y Clementine tomando para sí todo el equipo que creían necesitar, concentrados. Elliot eligió también una de las cuerdas y accesorios de escalada y una linterna. Pensó que de algún modo todo lo sucedido hasta ahora en su vida le traía hasta ese momento.

Miró a lo alto y respiró profundamente dejándose impregnar por el aroma del aire. Dejó después vagar su mirada alrededor, sobre la vegetación, en la tierra. Poco a poco fue dejando que sus sentidos se abrieran al mundo liminal que allí se había erigido entre la vigilia y el sueño.