Partida Rol por web

Frunzo el ceño ligeramente ante las palabras del inspector -Lo siento por sus amigos, pero ¿Y qué garantías tengo yo de no quedar indefensa en caso de que usted, o cualquiera de los presentes, sea el poseído y trate de matarme? -pregunto cruzándome de brazos y palpando el arma en mi bolsillo trasero del pantalón. -Si soy capaz de dispararle a un inocente o no ya lo veremos cuando sea necesario... Esperemos que no lo sea -acoté seria.

El móvil me suena y leo el mensaje de Daniel algo agitada. No puedo evitar hacer un rictus con mis labios, la trama se iba poniendo densa... -Al parecer el mismo guardián que poseyó a Leah está merodeando el lugar en el que están nuestros viajeros -digo en voz alta -Ese debe ser el predador del que habló el señor Gabriel.

Me acerco a Elliot y le susurro en su oído, con la esperanza de que me escuche -Elliot, el devorador de pecados está en el laberinto con ustedes.

El trasiego de gente se acelero al entrar en danza las bebidas.
Al encuentro se unió de nuevo Opehlia que se manejo para ser creativa con los espirituosos.
Yo agradecí el retomar contacto con una de las mejores Zarzaparrillas del mercado (así de bien surtido estaba el bar de madame Vandevelde) pero no lo acabe de disfrutar del todo.
Trate de fijarme en como interactuaban las dos mujeres y también el perro, para nada un convidado de piedra, sobretodo entre ellas (una suerte de una observación antropológica sucinta e interesante de este ecosistema peculiar de personalidades sobrenaturales) pero no pare de distraerme mirando de reojo la pantalla del móvil.
Pille algún matiz que había extraviado en la segunda descripción del pozo de Ellos pero me empece a preocupar por nuestros compañeros.
Pensé en llamarles pero si podían contestar ya lo habrían hecho y si no es que estaban ocupados.
Me consolé viendo a Leah siendo asediada por el antes decoroso galgo, abandonado a sus básicos impulsos perrunos.
Me recordó a Chuckles, el pastor mestizo de nuestra adolescencia, capaz de cualquier monería por una salchicha.
Pensé en Lena, mi hermana, y en que antes de seguir le tenia que dedicar algunas palabras, básicamente para decirle que estaba bien. Bien Como el del chiste del que se esta cayendo del Empire State.
Al final es con la otra Lena, la de los dos mil años con la que quedo hablando.
Me agrada que aun no siendo promiscua en los detalles me conteste con tanta franqueza.

Cita:

Suena poeticamente hermoso, con ese doble filo doloroso de la buena poesía.
Todos somos hijos de un Misterio. Uno lo bastante grande como para engendrar todo esto - señalo alrededor con la evidente intención de no estar solo refiriéndome a la porcelana - El Rostro detrás de ese enigma, al que yo llamo Dios y otros no quieren llamar , nos alienta en la buen camino. Y a sus viajeros.
Le tiendo la mano sinceramente ignorante de si me la estrechara.
Sea o no la ultima ocasión que nos veamos Madame Vandevelde...Lena, ha sido un verdadero placer - le comento con honestidad.
Si describimos como entrar y salir de ese laberinto le prometo que vendré a contárselo. Esta vez con whiskey.
Después, mientras entramos en el coche de la Princesa de los vampiros de Paris y nos acomodamos, veo el mensaje entrante de Clementine.
Joder - suelto al tiempo que se lo muestro a Leah.

Cita:

Tenemos que volver a Casa. Hay que ver que esta pasando y ver cuanto tiempo disponemos para actuar.
Creo que piensas como yo que vamos a tener que bajar a romper ese lugar y que nos van a estar esperando.
Me encojo de hombros.
Pero es lo que hay que hacer. Veamos que nos dice ese Chaman o los demás.

Mensaje SMS.
Vamos para alla Clementine. Pronto estaremos en Gresta.
Daniel.

Daniel y Leah llamaron a la puerta de la Casa Gresta y abrió Genevève, que guió a los policías hasta la habitación en que dormían Elliot y Mats. El primer azul oscuro de la madrugada pintaba el cielo y en el piso habían pasado las horas sin novedades por parte de los soñadores, que llevaban muchas horas seguidas en el estado de sueño profundo -los monitores seguían mostrando ondas lentas, tono muscular muy reducido y movimientos oculares rápidos-  esposados al somier.

Gabriel, el chamán, no había salido de debajo de la cama  dando la sensación de haberse esfumado porque no había hecho ningún ruido.

Genevève se ofreció a preparar un desayuno y salió a la cocina. En el cuarto quedaron, además de Clementine, los policías y los tres durmientes -contando a Gabriele que se supone que dormía debajo de la cama-, Albin.

No podia decir que no sentia el cansancio mientras mi mente se embotaba por la falta de descanso pero mientras estuviese enfocada seria un perro fiel tras mi hueso.

Un buen hueso....

Encontrarnos de nuevo entre amigos era revitalizador aunque supiese ya de sobras que no habia lugar seguro. Sabia que Daniel podria ser mucho elocuente para contar todo lo expuesto por la """Lady de los Vampiros""" pero quería aportar mi parte.

Se notaba que nuestros amigos seguian durmiendo asi que podiamos ponernos al corriente con Clem mientras deducía si habia un riesgo real con Daniel. 

- Daniel, crees que de verdad puedan estar en peligro si llegan a enfrentarse a ellos? No tenemos como ayudarles!!

Mi voz era de preocupacion despues de todo lo que habiamos escuchado, pero por ahora al menos todo parecia tranquilo. 

- Clem vimos a Ofelia, mi amiga Vampiro por asi decirlo, y nos llevo con una Señora mucho mas antigua que ella, tanto como para saber cosas desde los celtas! Debía de ser muy vieja pues.... Y me encogí de hombros desechando la idea de una vida tan larga.

- La mujer que vivia en una Castillo y su nombre era Lena Vandevelde nos hablo de muchos pozos conectados con el inframundo y visitarlos podria tener muchos motivos, sin embargo despues nos hablo de un pozo especial en las catacumbas de Paris.

Omitiendo todo el toque mistico y el comportamiento extraño del perro afgano continué.

- Segun la criatura que me hizo descender hacia el pozo, ya sabes Ammyt, el que devora almas y que... bueno ya sabes cuando no pudiste salvarme...  sin remordimientos.....

Hice un esfuerzo para no recordar mi angustia mientras fantasmagoricamente miraba los esfuerzos de la doctora en salvarme. 

- Pues segun ese ser me escogio a mi para proteger el Pozo, a travez de mí, aunque no se como o porque, y tampoco es el pozo donde esta nuestra amiga, pero si es el mismo que habia encontrado la niña, por eso la encontre a ella, al parecer la Princesa tambien habia estado alli hace.... mucho tiempo.

Y me senté para organizar mis ideas.

- Lo cierto es que no sabe donde esta el pozo y ni siquiera algun detalle crucial pero al menos nos dijo que hablaria con sus contactos de su mundo, como llamarlo, sobre natural? Y nos avisaría...

Si me sentía impotente. 

Intercambio un par de miradas con Clementine con el fin de que sin palabras me ponga en antecedentes.
Si se siente tranquila o si bien alumbra también algo de desasosiego en toda la calma que nutre la habitación.
Calma no, silencio tensado.
Leah comienza a explicar la situación de lo descubierto a lo largo de la noche al tiempo que yo me siento en el borde de uno de los lechos, el que no ocupa el extraño chaman en sus bajos, tanto para escucharla como para acumular perspectiva.
Con el experto en los viajes oníricos y el guía ya enfrascados en la tarea, puede que Leah tenga algo de razón: ¿Que podemos aportar nosotros?
Me lo sacudo de la cabeza amablemente pero con firmeza.
- Siempre se tiene con que ayudar, Chialin. Lo difícil es acertar con el efecto y el tiempo adecuados.

Los miro respirar. Los oigo a través de la ciencia pulsar aun en el mundo de los vivos.
Leah continua y yo asiento su comentario sobre Vandevelde.

No se si Clementine se hace una idea de lo singularmente misteriosa que es esa mujer o hombre.
Me hace sonreír la ironía de que ese misterio debe ser una parte de la magia que la mantiene entre los...los Lucidos (no puedo emplear la distinción entre vivos y difuntos cuando, hemos conocido a una princesa consorte de un no-muerto de mas de dos mil años).
Si se rompiera, el enigma, me temo que de alguna u otra forma se precipitaría el final.
Algo así como Dorian Grey pero menos Victoriano.

Comparto con Clementine, sin necesidad de expresarlo en voz alta, que no sé que pensar de Lena Vandevelde o Ophelia.
Solo que de momento, como al final comenta Leah, que están intentando ayudarnos.
Su agenda con respecto a estos fines...Mi encogimiento de hombros es elocuente.

El tema pasa por eventos del pasado reciente en los que nos vimos entrelazados. Intercambio miradas entre Clementine y Leah cuando mi chialin menciona a Amit, o Mictlantecuhtli, o el acto de uno que llevo al otro hasta Leah.
A veces, no es fácil darse cuenta que Leah volvió hasta nosotros por una ruta difícil, salvaje, y que la recuerda.
Me alivia saber, dentro y sin palabras, pero comprensible, que si hay rencor, que ya lo dudo, ha sido superado por un cálido afecto, en ocasiones una calentura, que desborda el poso de lo malo con un sabor mejor.
Pienso, en algún momento, que la puedo mirar tranquila, con esos destellos de arranque de un frenesí sensual, que su espíritu esta a flor de piel de su cuerpo.
Que el roce casi toca mucho mas que carne y musculo enfundados en piel.
Imagino que esa es una de las razones por la que pude con ella conectar.
Tan bien. Tan rápido. Tan intensamente.
Y es uno de mis motivos, que llevan mi esfuerzo a mejorarme. Como compañero, amigo y amante.
Supondría, si me hubieran preguntado hace dos meses, que cualquier extensión hacia otros me hubiera puesto celoso.
Pero no es así.
Si Mo Cheile, se presenta con la querencia, del tipo que sea, de otros, me dí cuenta hace poco que no me importa. Solo esperaría que la hiciera feliz y que me dejara compartir.
Dios me estoy haciendo tan abigarrado como mi hermana aunque estoy seguro que ella añadirá que soy un calzonados.

Me salgo de este circulo vicioso de emociones retornando a la realidad ambigua que nos rodea y puntualizo, lo que creo, Amitt pretendía cumplir.
- Corrígeme si me equivoco, Chialin, pero tu coligado tenia la intención de cazar a todos los demás sectarios dentro del culto de Edmund J. Terry que tuvieron la desfachatez de ir a donde no se debe ir.
Apunto los ojos hacia Clementine, por que estoy seguro, que esta escuchando atentamente y que algún rincón en su interior estará disfrutando de la satisfacción intelectual de la curiosidad colmada, aun esta entremetida entre los desvelos por lo percances que están surgiendo.
- Ese lugar, reservorio o conducto que puede haber dado lugar a las leyendas de los pozos de los deseos, fuentes de la juventud, cuernos de abundancia o calderos mágicos de infinito alimento.
Me encojo de hombros.
- Quien sabe. Por lo que podemos intuir de lo descrito por Edith puede ser el pozo que riega las raíces del mundo, el rocío que hace florecer el árbol del conocimiento, o el árbol de la inmortalidad islámico.
Podría incluso ser la manifestación del génesis de todas las emanaciones canalizadas por las otras sefirot...
- Si sabemos que de forma ritual los Sectarios quieren llegar a este foco.
Extrapolandolo con una propia construcción, un reverso a su imagen, hasta que la frontera entre uno y otro sea fina para saltársela. Para ello están utilizando a Sophie.
- Y han montado un laberinto a su alrededor para que lo esta dentro, que ha podido internarse, por que ellos lo han permitido me temo, no pueda escapar.
- Sophie - entorno los ojos cansado - Amitt... - los vuelvo a abrir contemplando a nuestros compañeros pacíficamente silenciosos y quietos - Matts y Elliot. Y nuestro parco amigo Gabriele.
Me siento encarando a todos los presentes despiertos.
- Podemos encarar el problema de varias formas.
Señalo a un lado con la mano izquierda.
- Podemos aplicar nuestros poco dominados dones e intentar crear una cadena de rescate. Un símil al uso de bengalas o dar voces. Tratar de que ellos puedan guiarse hacia fuera.
Sonrío apagado - si es que sabemos hacerlo y no acabamos en el mismo punto escuchando risas diabólicas y complacidas. Pero es una opción.
- También podemos probar por el lado físico. Bajar al subsuelo y rastrear hasta el paralelo material del pozo. Todo lo que esta allí debe tener una huella acá, me apuesto... - sonrio lobuno distrayendo la mirada de las dos mujeres pero siendo capaz de frenar - no digo lo que me juego, pero igual que el estanque del parque, en la oscuridad de las catacumbas hay un recoveco donde pasar. Algo similar a lo ocurrido en la galería de arte.
- Será como buscar una aguja en un pajar bastante opaco pero no es imposible.
Incluso podríamos probar de nuevo la galería o por donde regresamos y de ahí partir al inframundo desde el otro lado.
Miro a Albin Govier para escudriñar que esta pensando y se me ocurre ver que podemos de el esperar.
- Inspector Govier. ¿No tendrá algún contacto en el cuerpo que sepa de allá abajo y tenga sospechas de donde poder empezar a buscar?¿Alguien del servicio de vigilancia subterránea? Incluso mejor. ¿No conocerá a algún agente o sección que haya estado vigilando quien entra y sale de las Cloacas?
- Por que si vamos a ir allí cuanto mas información mejor. Y también equipo. Equipo táctico.
Ya no vamos a explorar. Vamos a una zona caliente. Y esperar resistencia.
También la señora Vandevelde puede marcar con una X en lugar.
Por cierto ¿Que le rememoran esos dos nombres: Vandevelde y Ophelia?¿Alguna pista relevante?
Mi mano derecha ha estado señalando esta opción.
Dubitativo, ambas se sacuden conscientes de la ultima opción que se me presenta. No se si enunciarla pero el tiempo puede ser crucial para cambiar el tipo de riesgo.
Al final las junto delante de mis labios bastante parecido al gesto de rezar. No va demasiado desencaminado.
Ojala no me equivoque con esto.
- Bien. Bueno...Siempre...Como posibilidad...Siempre podemos acudir a Él.
Hago un gesto de mueca poco convencida porque tampoco es que yo las tenga todas conmigo pero si callo y lo dejo en la recamara ¿que pasara si luego hubiera sido crucial?.
- Es como usar una bomba atómica o una llamarada solar contra un molinillo de viento pero, también es cierto, que la forma mas directa de deshacer un laberinto es aplicar la técnica de Alejandro con el nudo gordiano.
Trazo una linea recta y firme sobre la palma de mi mano.
- Emplear un buldozer que derribe todas las paredes de la maraña hasta llegar a los que encierra - los miro a todos alternativamente - y al único con la potencia de fuego necesaria que conocemos es Él. Masaryk. Y tampoco creo que vaya falto de la voluntad.
No si lo que están buscando como posesos los Otros esta tan entrelazado con Él como creo.
- Puede bastar. Pero como ya he dicho... Fuerza Mística Masiva...Me da miedo pensar con que mas arramblara.
Y que pedirá.
Pero si todo empieza a fallar quizá sea necesario hacer de tripas corazón y tragar orgullo.
Y pedirle ayuda al Diablo.
Espero sus miradas.
Vuelvo a rogar por iluminación.

Me alegra lo indecible ver que Leah y Daniel han regresado aunque su búsqueda ha resultado parcialmente victoriosa, mientras me cuentan las novedades asiento vehementemente e intercepto todas las miradas y gestos que hace Daniel como complemento a las palabras de Leah.

Mis ojos se abren como platos y se entrecierran al escuchar el acto fallido de Leah; una sonrisa de lado se me escapa de los labios, seguramente ha querido decir "sin resentimientos" pero ha dicho "sin remordimientos" los remordimientos son propios del que comete el delito... Quizás en el fondo presume que los tengo, me pregunto qué pensaría si supiera que no.

Me aclaro la garganta -Nuestro amigo Gabriel, presente debajo de la cama, me advirtió en un primer momento que había un depredador suelto con Mats y Elliot, traté de advertirle a Elliot pero creo que no lo he logrado -hice un gesto de explicarme mejor -Desde que se durmieron han caído en sueño Delta sin escalas y su temperatura corporal bajó bruscamente, es por ello que hemos tenido que buscar métodos alternativos para mantener su descenso a raya -con un gesto les señalo hacia los tubos que habíamos instalado para hacer circular la sangre caliente -Mats me dijo que iban a ir a un bosque en el que él se sentía seguro y que conocía bien -fruncí el ceño -Creo que fue una mala idea desde el principio pero él parecía tenerlo todo figurado y decidí no intervenir -expliqué acariciándome el mentón. -El inspector Govier teme que puedan poseer a Mats y Elliot y que vuelvan aquí como sonámbulos a matarnos -dije al pasar como para mostrar en qué situación estábamos.

Hice una breve pausa -Díganme si entendí mal: ¿El pozo de París no es en el que está Sophie? ¿Hay uno solo en la ciudad? ¿en el país? -inquirí, luego me sinceré -No entendí lo que expresaste sobre la imagen y la extrapolación Daniel -torcí un poco la boca, a veces se pasaba de metafórico, pero era su forma de ser. -Tenemos que sacarlos antes de que los encuentre Ammyt -afirmé -Lo de la cadena de rescate me parece acertado, como Ariadna y Teseo en el laberinto del Minotauro -dije pensando en voz alta -Ahora, ¿qué podríamos usar como hilo?

No dije nada ante la mención de nuestro aliado Eugene... Mi mirada de sorpresa a Daniel lo dijo todo.

Retengo la duda de Clementine, me pongo en su lugar y me aclaro las ideas para que sean menos confusas.
- Hay muchos Pozos Clementine. Son inherentes al mundo y al otromundo. Pero nos interesan dos.
El que Ellos quieren encontrar, antiguo y misterioso. El que guardaba Ammit. Que tenemos relato de que se puede rastrear hasta los Pariisi. De los primeros pobladores de la ciudad.
Y el que ellos tienen en su poder. Construido o tomado, no lo se. En el que tienen a Sophie y hacen sus ritos y que creo que intentan haga de puente hasta el otro.
Ese es en el que creo que se han adentrado y les impide escapar - y según la evaluación clínica les esta drenando.
En cuanto a su mirada la comprendo. Pero exhalo un suspiro mudo. Con mas preparación y conocimiento tendría mas confianza en nuestras fuerzas. Es por la Fe que he mencionado al Adversario.
Al fin y al cabo es también un miembro de la obra del Señor.
Solo es que hay que esperar que su función en esta ocasión coincida con el blanco de nuestros objetivos.
Y lo se y lo devuelvo con la mirada, es mucho esperar. Pero...

Daniel notó que algo le rozaba el camal del pantalón.

En silencio, casi con parsimoia, Gabriel iba saliendo de debajo de la cama arrastrándose lenta, pesadamante.

Descamisado, con los ojos cerrados, tenía manchas de sangre aunque Clementine intuyó que no era suya. Abrió los ojos y levantó la cabeza, mirando a su alrededor.

-Ayudenme. ¡Tiren de mí!

Como un resorte me lanzo a agarrar al hombre, tratando de aferrarle con firmeza por debajo de los hombros con la ayuda de Leah y Clementine.
Consciente de la urgencia clavo una pierna en el suelo para poder ejercer mucho esfuerzo.
Con el máximo empeño tiro y tiro sin parar hasta tenerlo fuera del hueco.

Clementine y Leah tiraban de los brazos. Daniel empujó agarrándose a su pantalón vaquero.

Gabriel tenía un cinturón atado a su tobillo y con él tiraba de algo, atado al otro extremo, envuelto en una piel de lobo. Daniel tuvo que levantar un poco la cama para que pudieran sacar el fardo del que se asomaba una enorme garra de ave, que tenía atado el otro extremo del cinturón. La garra era dorada y verde. Parecía de bronce con escamas de oro. Las grandes uñas brillaban como cuchillos de plata.

Albin había tomado posición. Apuntaba con su pistola al fardo, que quedó a un lado de la habitación.

El chamán gritó mientras se liberaba del cinturón.

-Abridlo, rápido ¡Se muere!

Clementine por instinto comprobó que los monitores no mostraban nada raro. Mats y Elliot dormían sin cambios, a pesar del vaivén al que estaban siendo sometidos.

Las escenas surreales se sucedían, a esta altura ya debería estar acostumbrada pero no dejaba de maravillarme u horrorizarme, o lo que hiciera falta. Mis ojos siguieron al chamán como si hablara y se moviera en cámara lenta. De pronto me sentí cansada y paralizada, unos segundos en los que mi alma se desdobló y mi mente quería correr. Rendirse. Cerré los ojos un instante luego de comprobar los monitores.

De pronto quise ser yo la que estuviera encerrada en un laberinto de corazón de hielo, rodeada de un peligro mortal en el vasto silencio de un bosque helado... Casi podía sentir el viento frío y desalmado contra mi rostro, las pisadas pesadas haciendo crujir suavemente el hielo y la desolación. Una manta impoluta para hacerme dormir. El frío quemaría mis pulmones que pelearían por retener el calor, mis ojos quedarían cegados por el viento blanco. Los árboles aullarían bajo un viento inclemente. Mi cuerpo sufriría solo para alcanzar el dulce beso de la hipotermia.

Mis manos tocarían las cortezas de los árboles preguntándose por el calor que albergarían en los círculos concéntricos de su corazón. La esperanza mata el alma y la enaltece, es el beso de un amante cruel.

Mis ojos se abrieron y me acerqué hasta el bulto con paso decidido, mis dedos tocaron con reverencia la piel de lo que había sido un animal majestuoso y la aparté para tratar de desvelar su contenido, la garra presagiaba algo terrible y magnífico, quería ver qué había debajo... Si tenía suerte no me mataría.

Que aun no deje de sorprenderme y no pueda evitar experimentar el escalofrío tibio de la adrenalina no hay manera de que deje de estar confuso.

El chaman insiste en que salvemos al contenido del bulto que trasportaba con la suficiente vehemencia como para no quedar indiferente. Cuestión que a Clementine la impulsa con manos respetuosas hacia la fibra del prieto a nuestros pies. 

Su mirada no llega a cruzarse con la mía o si lo hace no lo refleja pero aun con la magnificencia de la amenaza de los gruesos y formidables filos despuntando por entre sus pliegues no hago ademan de detenerla.

Me tenso, abordando desde el otro costado la solidez de la masa, considerando que mi cuerpo proteja la trayectoria hacia el durmiente, no recuerdo si Matts o Elliot y aguardo expectante. Mi mano va a reposar sobre el agarre del arma mas bien por instinto pero no desenfunda.

Albin cubre desde otra de las puntas y cerca también esta Leah.

El aire se hace rígido y difícil de respirar o tal vez es que estoy conteniendo demasiado tiempo el aliento. Joder.

Al abrir el fardo sacaron una persona con alas coloridas en lugar de brazos y garras de ave en lugar de pies. Parecía un ser fantástico, bellísimo. El hombre -estaba desnudo y se veía su sexo- tenía la piel azul cielo y el pelo largo con un bello peinado color oro.

Desprendía un fuerte olor que recordaba al asfalto quemado.

De su boca manó un líquido negro espeso y las plumas se desintegraron en hilos finísimos, igual que el pelo y en cosa de un minuto todo lo que había de fantástico en esa criatura se había evaporado quedando un hombre desmembrado, tirado, en el suelo.

Con dos enormes puñaladas en el abdomen, y grandes llagas en los muñones, como si le hubieran desaparecido las extremidades, el instinto de Clementine le dictaba que era imposible mantenerlo con vida.

Y todo esfuerzo fue en vano. Tuvo un gran espasmo quedando en el suelo de habitación, muerto en un charco de sangre.

Mi instinto me pregunta que se suponía que debía mantener con vida al individuo yacente. Con cierto desconcierto y desilusión había pasado de estar imbuido de magnificencia a recordar a una victima de un accidente. Quien era y por que ha acabado en medio de la habitación es un soberano enigma.

Apenas me dan ganas de tocarlo. Temo estar estropeando algo. Rompiendo alguna posibilidad. Pero la circunspección del rostro de Clementine me parece confirmar que no las tiene todas consigo para salvarlo.

Al final, quien sea que ha venido a aparecer, no consigue aguantar y su ultimo suspiro viene y hace a la escena mas desconcertante y negra. En cuclillas me aproximo ligeramente hasta el, observando la piel, observando las laceraciones en su abdomen. Por unos segundos intento empaparme de lo que le ha sucedido contemplando los detalles. Del bolsillo de la chaqueta saco un par de juegos de guantes asepticos azules. Mientras se van encasquetando en mis dedos con inconsciente presteza y le pregunto a Clementine si quiere los otros dos, me giro hacia el Chaman con gesto interrogante y dubitativo.

- ¿Que ha ocurrido?¿Quien es él? - y mirando de soslayo hacia nuestros amigos inconscientes - ¿Donde estan ellos y que podemos hacer para ayudarlos?

Una vez mas teniamos que reaccionar frente a lo desconocido. Un chaman que no recordaba salio de ... la nada y lo ayudamos a salir para encontrarnos con lo que debia ser otra majestuosa, enigmática y mortal criatura. Las garras y los colores me evocaban recuerdos egipcios sin tener certeza de porque. 

No tenia importancia. No de momento. Teniamos que salvarle y aunque los tres teniamos la intencion nuestras ideas era vanas y futiles ante algo desconocido. Como arena entre los dedos la vida, la forma y el sentido de la criatura se desvanecio en un crepitar tan fugaz como una exhalacion. 

No sabia ni siquiera que decir al ver los restos en tal mal estado frente a nosotros. Podria haber sido una victima de Ammyt si ese ser fuese capaz de vomitar lo que comía.

Daniel habia hecho una perguntas que resumian mis dudas tambien asi que esperé por alguna respuesta.

Gabriel miró los ojos abiertos del cadáver, como si buscara algo en su reflejo. Luego respondió a Daniel.

—Es la araña en la tela, el que esperaba en la trampa. Tengo formas de seguir un hechizo hasta el brujo que lo ha invocado... lo encontré y traté de seguirlo hasta su guarida pero me descubrió, nos enfrentamos... y perdió. Traté de capturarle con vida... pero es difícil con esta magia.

Señaló con la cabeza a la cama.

—Ya no les puedo seguir más. Pasaron a otro sueño y ya no puedo llegar a ellos.

Daniel observó que la piel del cadáver no tenía tatuajes y que en ella quedaban restos de lo que parecía betún requemado. Entonces su móvil se puso a vibrar.

-Bueno, al menos hay uno menos en el juego - asiento concediéndole al chaman el crédito que merece con un gesto simple - Gracias.

Sabiendo que es uno de nuestros contrincantes una cierta curiosidad me pica por echarle un vistazo mas detallado al individuo. Pero el tiempo no corre a nuestro favor y tampoco parece seguro el precipitarse incluso con el cadáver de uno de nuestros adversarios. Podría esconder alguna sorpresa desagradable y Matts y Elliot son prioridad.

Y sin embargo resulta tentador el juguetear con los restos. ¿Se ha convertido el entramado de los tatuajes en ese residuo alquitranado? ¿Cual sera la razón?

Dejo de vagar entre dos lineas de pensamiento cuando el móvil me empieza a reclamar. Miro la información de la pantalla y descuelgo.

-Agente Mallutz, ¿diga?

Medio sonreí tras el comentario de Daniel pero en realidad estaba entumecida, tanto fisicamente como mentalmente. No sabia que hacer y eso para mi era realmente desesperante asi que como policia al fin me arrodille al lado del cuerpo y comence a revisarlo tratando de no tocar mucho.

De hecho entre mis dedos sostenia una pluma (boligrafo) para apartar la ceniza o pliegues que pudiese mover para buscar alguna evidencia de algun tipo.