Partida Rol por web

El eco del Diablo

Hic Sunt Dracones

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13/10/2017, 07:55
Elliot

Siguió a Clementine hasta un dormitorio. Por la disposición de las camas y los aparatos que había debía ser el lugar escogido para que pudiera vigilar el sueño de ambos. Entonces cerró la puerta y adquirió una postura que la hacía parecer sobria, prudente y responsable. Podría decirse profesional. Y profesional sonó la pregunta que le hizo a Elliot. Éste comenzó a hablar mirando la mano que ella acababa de soltar.

-He estado pensando en el sueño que contaste, en el que acompañaste a la niña -levantó la mirada hasta los ojos de su interlocutora y ya no la desvío de allí-. Pensando en que pudiste traerla de vuelta al decirle su nombre. Me impresionó mucho tu narración y lo que hiciste por ella... -hizo entonces un leve gesto con la mano, como ayudando a apartar momentáneamente de sus pensamientos a la niña para evitar hacer preguntas-. En la búsqueda  de esta noche podríamos llegar a olvidar cómo volver, y teniendo en cuenta lo que ya ha pasado, incluso olvidarnos a nosotros mismos y que todos nos olviden. Por eso quisiera pedirte una cosa: que conozcas también mi nombre y tal vez puedas, si fuera necesario, hacerme recordar, hacerme volver -pareció meditar un momento-. Deseo decírtelo... Pero has de saber que serías la única persona que lo conocería...- era consciente de lo raro que sonaba aquello y no pudo evitar sentirse azorado. Confiaba en contar con la empatía, sino podía ser con la comprensión, de alguien que había vivido cosas fuera de lo común-. Te lo diré, pero sólo si me confirmas que quieres saberlo. Y si es así, en la forma que tú elijas, pues hay dos maneras de hacerlo. La primera es decírtelo sin más y confiar que puedas recordarlo pase lo que pase. La otra opción es hacerlo de un modo en que quede oculto en tu mente, oculto para los demás. Quiero decir que sería un secreto fácil de guardar para ti, no porque no puedas decirlo, eso podrías hacerlo cuando quisieras, para ti no sería más que una información normal, como cualquier otra, sino que estaría oculto de fuerzas que pudieran entrar en tu mente contra tu voluntad- consciente de que todo sonaba cada vez más inquietante, temió asustarla-. No es más que un nombre normal, Clementine, mi nombre completo, el que me pusieron mis padres, nada más. Pero tal vez así, protegido por ti, pudieras recordarlo aunque esa magia hiciera que todos los demás me olvidaran. Yo... Sería un honor que lo guardaras por mí -la contrariedad se dibujó claramente en su rostro-. Pero sé que no me conoces. Siento pedirte algo así -deseaba sonar lo más firme posible, queriendo quitar trascendencia a su petición. Ya no quiso darle más motivos por temor a estar presionándola y sólo añadió: -No lo sientas como una obligación; espero no estar coaccionándote de ningún modo. 

Elliot se sintió egoísta por pedirle aquello a la par que inquieto por revelar algo que no había dicho a nadie en tantos años. Aún estaba a tiempo de dar marcha atrás, ¿y si conocer su nombre le traía a ella alguna implicación que ahora no podía ni imaginar? Seguramente esto no era más que una paranoia. Le inquietaba mucho más saber que incluso antes de partir en aquella búsqueda ya nadie sabía su nombre.

Miró con renovada intensidad en sus ojos y sin pretenderlo se aferró a ellos. No quería desaparecer sin dejar rastro.

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13/10/2017, 08:40
Elliot

Notas de juego

Uf, madre mía, ¡un bosque! Se huele ya la pesadilla... :-P
 

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13/10/2017, 21:02
Ophelia

-Yo no funciono con intereses ni planes… -Se rió- Mi pequeña Leah, te ayudé porque me necesitabas. Ni hubo ni hay ni habrá por mi parte más interés que tu bienestar. No tenía ni idea de en qué lío estabas metida, ni entonces, ni ahora. Pero no me cabe duda de que es un lío muy gordo. Eso sí, os digo por experiencia que los que buscan poder, como estos… ¿habéis dicho soñadores? Es porque no lo tienen.

Se acarició el mentón, sus ojos brillaban como el whisky.

-No, chicos, nuestros cuentos de miedo no tratan sobre ellos. Por aquí abundan quienes manipulan mentes, socavan voluntades y tratan de dominar a los demás a su capricho. De hecho, Leah, la tarea que me encomendó Jules fue cuidarte sin hacer eso contigo… -Sonrió- Y eso intento, pero no es tan fácil para quien le resulta tan natural hacerlo, créeme.

Suspiró antes de seguir.

-En fin, dudo que sean una secta muy antigua, al menos no de aquí, de París, si no, incluso yo que no me intereso por esas cosas habría oído hablar antes de ellos. Eso no los hace menos peligrosos… Hacer que el mundo se olvide de alguien es una magia muy poderosa y deben tener acceso a algo que seguro que les supera… y dudo que sepan manejar… entre los ocultistas siempre es así, siempre, siempre,… antes de ser un vampiro me dedicaba a buscar saberes y poderes ocultos… era una labor muy excitante y yo una joven muy imprudente… suele ser así. Las voluntades tratan de imponerse a los poderes y acaban alimentándolos como la leña al fuego. Es la historia de la humanidad.

Chasqueó un dedo que sonó musical.

-Conozco a alguien que seguro que sabe contestar vuestras preguntas. Es la persona más longeva que conozco. Mi marido la invocó hace unos años y ahora vive a un par de horas de aquí. Ella os sabrá aconsejar pero raramente sale de su castillo y debemos salir inmediatamente para que yo esté de vuelta antes del amanecer. ¿Vamos?

- Tiradas (1)
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13/10/2017, 17:43
Clementine Ouvrard

Mis ojos siguieron en la mano que le había tomado a Elliot porque los de él permanecían allí, me pregunté qué estaría pensando, por qué había elegido mantener su mirada allí porque para mí hasta los rasgos más sutiles tenían un trasfondo de intención, aunque fuera solo inconsciente. Todo el tiempo hacíamos elecciones en nuestra vida y estas cimentaban nuestro camino y nuestro futuro, como la elección de estar aquí esta noche todos juntos para tratar de salvar a una muchacha en sufrimiento.

Cuando mencionó a Édith mi mirada se alzó hacia él curiosa y nuestros destellos azules se encontraron, sus iris eran más claros que los míos, como el agua de un lago de deshielo, aquello me produjo una satisfacción cuyo origen no pude precisar pero que dejé ser. Apreté mis manos una contra la otra tratando de ocultar la ansiedad que me daban sus palabras, ideas que ya habían pasado por mi mente también: era posible que no volvieran, era posible que murieran.

No pude evitar fruncir el entrecejo cuando mencionó que sería la única en conocer su nombre, su nombre real; no sabía qué me daba más extrañeza: que nadie más lo supiera o que anduviese por la vida con un seudónimo o alias, un agente secreto de lo onírico. Sonreí con suavidad, comprensiva, era la misma sonrisa que le daba a mis pacientes para tranquilizarlos -Quiero saberlo, por supuesto -contesté y separé mis manos mostrándolas con las palmas para arriba, luego las metí en los bolsillos de mi guardapolvo médico -Todos los datos que puedas darme para ayudarte a salir del trance sirven -expliqué. Me tomé la barbilla -La niña no recordaba su nombre, justamente. No recordaba quién era y en ese momento en que su nombre me fue dado  y yo se lo entregué a ella recordó todo y volvió a este mundo -mi sonrisa tuvo una pizca de tristeza, siempre que pensaba en lo que Édith había pasado y en lo que otros niños pasarían mi corazón se encogía un poco -Nuestros nombres poseen una impronta de nosotros mismos, no solo son palabras que nuestros padres eligen... -explico mi teoría -Y esa impronta es tan fuerte que al solo mencionarla todo lo que somos vuelve a nosotros. Sí, dime tu nombre y yo lo custodiaré -prometí -Es eso lo que soy ahora además de una sanadora: una guardiana -volví a entrelazar las manos, esta vez más serena.

Sus palabras me hicieron pensar que estaba solo en este mundo, o al menos solo con su don. Sentí cierta empatía aunque traté de focalizarme en otros detalles -Dímelo de la forma que pienses que sea más seguro -sostengo, aunque algo dubitativa: tendría que confiar en él de la misma manera en que él me confiaría a mí su vida. -Para mí es un honor que me hagas portadora de este secreto -admití en retribución a sus palabras apoyando mi mano sobre mi pecho -No te disculpes, la supervivencia es un rasgo saludable del ser humano es lógico que una parte de ti se resista a un posible destino aciago -amplié mi sonrisa -Quisiera pedirte que no temas, mas se que es imposible, no nos conviene ser temerarios... Tampoco voy a pedirte que tengas valor, porque ya lo has demostrado al venir aquí hoy.

Di un paso hacia adelante -Sé fuerte -musité -Yo voy a dar mi vida por ustedes si es necesario. Rescaten a Sophie -pedí. Desvié la mirada hacia un lado durante unos minutos sopesando mis próximas palabras -Hay algo que necesito decirte: yo no creo que los soñadores como tú sean el enemigo -aclaré -Mi amiga ha tenido muchas malas experiencias -traté de disculpar a Leah, volví a mirarlo a los ojos, por un instante me pareció frágil pero fuerte al mismo tiempo -Como todo en la vida hay personas que usan los dones que les fueron dados para el bien y otras para el mal.

Suspiro y abro las manos -Cuando quieras.

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14/10/2017, 07:24
Leah Beth Tautou

Si ya ibamos en ese camino no perderiamos mas tiempo.

- Vamos pues, no perdamos mas tiempo. De camino puedo hacerte mas preguntas? 

Luego de animar a Daniel para que partieramos de una vez al Castillo me aseguré de que salieramos de una vez. 

En el camino le preguntaría sobre su amiga del Castillo, sobre Jules, sobre su marido y si el Sol realmente le hacia daño.

- Cuantos años tienes Ophelia?

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14/10/2017, 11:35
Daniel Mallutz

Me sonrío al escuchar la pregunta que los hombres nunca nos atrevemos a descargar a bocajarro a una mujer.
Sobretodo si la respuesta no va a ser dulce. Las personas, da igual el genero, tenemos esa extraña incomodidad con el recuerdo del paso del tiempo.
Yo ni siquiera se lo pregunte a Leah. Y no creo que lo haga en lo venidero.
Por que a lo que indique el registro - ¿Veintitantos años? - lo doloroso estará en ese mas cinco que carga sobre su esencia.
Puede parecer la misma, mas guapa quizás, pero la mente alimenta el gesto y se nota.
Comparo y los puedo ver, esos años, sumados como esa profundidad que la hace mas solida cuando esta seria.
Apuro la bebida, dando gracias a Dios por el ingenio, la pericia y el empeño, que la crearon.
De acuerdo. Si tiene respuestas merece la pena intentarlo - acepto consciente de experimentar los sentimientos del ajedrecista metido en mitad de la partida. Con el acicate de sentirme como una de las piezas en el tablero.
Aun así me levanto, me ajusto el abrigo y navego en sincronía con Leah hacia nuestro medio de transporte junto a nuestros acompañantes.
Varias cosas me resaltan de la conversación.
La idea de que nos esta tanteando pero también la de que ciertos detalles o hacen a Ophelia un ser muy taimado o abiertamente pasional dentro de lo que la existencia le ha otorgado.
Deduzco que es mas de lo segundo que de lo primero.
Sometida a un agujero en lo primordial del ser, para evitar la locura en la eternidad, se agarra a las grandes ideas.
Anhelos, Creencias y Objetivos. De, de los demás hechos casi suyos, si llego a entretejer correctamente el alcance de sus comentarios.
La persistencia de las mismas, no la llego a inferir pero contando sus días por décadas, cuartos de siglo y así posiblemente duraran mas que nosotros.
A dia de hoy esta siguiendo las directrices espiritales del buen samaritano. Bien.
Si sirve para que cuide de Leah, me va bien aunque vigile cualquier pista, por tonta que sea, para detectar que transcurre en una deferencia adecuada y no como mascotas. O el plato gourmet de la cena.
No en vano, la lleno de su sangre y ese detalle, me resulta sospechosamente conveniente.
Tal y como dijeron los lobos, con sus prejuicios puedo sospechar, ese acto es mas que un ofrecimiento de bálsamo. Es una marca.
Y a ratos actúa como el suministrador de un futuro yonki. Dando detalles de lo que puede su producto dar. Visión del aura. Control mental.
O libera las perlas de información para acojonarnos - lo que ya estábamos antes de llegar - o para tentarnos - lo que es, a largo plazo, bastante mas plausible de ser efectivo.
O realmente busca instantes de redención y su sinceridad es genuina.
Tengo que en algún momento tratar de compartir estos pensamientos con Leah.
Aunque dudo que sea fácil los cuatro embutidos en un coche. Por todos los medios evito que la vampiresa se siente justo a su lado.
Tenemos que probar un conjunto de señas y palabras clave. Pero hoy no sera.
Asi que observo y escucho y de vez en cuando le mando alguna privada mueca de insinuación de que sigo alerta.
Dejo que las preguntas despeguen de los labios de mi compañera sonriendo cuando la primera es sobre su edad.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Per + Cont = 4 (mas criminalista forense para completar perfil sicológico de Ophelia)

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14/10/2017, 18:53
Elliot

Una sonrisa reconfortante y una afirmación rotunda fueron la respuesta de Clementine. Era realmente comprensiva. Tras el encuentro en casa de Madame Gresta Elliot temía que persistiera el recelo hacia él, pero más que el hecho de estar allí, que el hecho de que confiaran en que quisiera realmente ayudar a buscar a Sophie y le permitieran hacerlo junto a ellos, fue esa respuesta la que disipó de un plumazo la sensación de extrañeza, de ser un intruso.

Sintió de pronto como si hubieran retirado un velo y pudiera ver a Clementine de una forma diferente, como más nítida y luminosa, de un modo que evidenciaba sus atributos de sanadora y guardián. El peso que estaba aliviando en el corazón de Elliot iba más allá de contar con un seguro para el viaje que debía emprender; retrocedía en el tiempo e iba mucho más profundo, removía como una brisa fresca el aire enrarecido de una habitación oscura clausurada durante mucho.

El chico sonrió con la broma acerca de que era lícita su voluntad de superviviencia. En este mundo tan extraño, pensó, incluso uno puede olvidar que esto es así. Con aquellas frases, o hablando de la importancia de los nombres -idea que Elliot compartía y ante la que asintió-, parecía desatender a propósito el hecho de que estaba confiando en él hasta el punto de que iba a dejarle influir en su mente.

Elliot escuchó a la mujer como quien contempla una visión y no interrumpió sus pensamientos ni sus palabras de aliento. Que daría su vida por ellos si era necesario le pareció evidente. Debía evitarlo a toda costa.

Clementine adelantó un paso hacia él, abrió sus manos y la imagen de su vulnerabilidad en aquel instante le pareció a Elliot el traje con el que se vestían una fortaleza y una voluntad férreas. Madame Gresta dijo que encontrarían dragones. Elliot pensó que ya había encontrado uno.

-Muchas gracias, Clementine. Te prometo que haré todo, posible o no, para encontrar a Sophie. Por favor... -con un gesto de la mano invitó a la chica a que se sentara en una de las camas y se sentó frente a ella en la otra después de apagar la luz principal y dejar encendida únicamente una lamparilla de mesa-. Alguien dio su vida una vez para salvar la mía -confesó de forma repentina-. Desde entonces la considero un regalo que jamás podré pagar pero que al menos trato de que sea merecido. Hacer peligrar la tuya haría que no lo fuera -sentenció-. Así que ten mucho cuidado y no seas impulsiva, te lo ruego. Bien... -continuó queriendo pasar rápido a otra cosa- Ahora ocultaremos el nombre todo lo que podamos. Sería mejor que cerraras los ojos para poder ver el lugar del que voy a hablarte. Este lugar también es un secreto...

La voz de Elliot volvió a adquirir la cadencia de una narración. Para Clementine, a medida que hablaba, el resto de sonidos excepto aquella voz, la propia respiración y su propio pulso, comenzaron a sonar lejanos hasta desaparecer por completo.

-Si nuestros ojos tuvieran dos párpados, deberías cerrar también los segundos para comenzar a ver ese lugar, pues cualquier otra luz que no sea la suya propia lo oculta. Al inicio es como un amanecer sin estrellas. La oscuridad quebrada parece manifestar un paisaje antes inexistente. Y lo primero que se distingue es el resplandor neblinoso de la aurora reflejándose en el agua. Todo lo que se puede ver es agua en quietud, hasta el horizonte. En todas direcciones. Poco a poco la luz revela que en las aguas crecen juncos y otras plantas que sobresalen de la superficie aquí y allá. Parecería por ello que el agua es somera pero sabes que no es así. No podría medirse su profundidad y nada sería capaz de asomar sobre su superficie si no fuera porque la luz de la aurora muestra que es así. No parece haber orilla a la vista en aquella marisma, pero hay pájaros que la sobrevuelan. Y por encima de las aguas hay un puente de piedra. Allí estás tú. Desde él, asomándote ora por una de sus barandas ora por la otra, puedes contemplar la marisma allí donde la niebla se retira. Algo te dice que sólo este puente podría cruzar estas aguas y por eso los pájaros anidan en sus piedras. Es ese momento de la aurora en que todo tiembla imperceptiblemente, como recién nacido.

Tras una pausa muy breve, continuó:

-En los lados del puente, junto a las barandas, hay estatuas, una multitud indefinida a un lado y a otro, en una dirección y en otra. Son grandes, con forma humana. Algunas blanden armas, una espada, una lanza... Otras portan otros objetos que no reconoces, pues apenas puedes distinguirlas entre la niebla y la luz embrionaria. Sabes que custodian todo lo que hay en el puente, cada una de ellas una inscripción grabada en la piedra a sus pies. La que hay más cerca de ti no puedes leerla, no está allí para ti. En cuanto a la estatua, sabes que es mejor no alzar la vista para contemplarla. La dejas atrás. El breve trino de un pájaro llama tu atención de pronto entre tanto silencio. Está posado junto a otra inscripción, ésta escrita en una lengua que conoces. Es un nombre: Julian Elliot Gwilym.

Tras otro instante de silencio Clementine notó que Elliot había vuelto a encender la luz de la habitación.

-Está hecho- sonrió.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Dire, la tirada de este hechizo es la que queda descrita (Presencia + Psyché) y la dificultad básica 11 (aumentaría si hubieran más interlocutores). Para el sistema de juego, lo que queda dicho pasa a estar oculto en la mente de quien escucha con tantos éxitos ante incursiones como éxitos ha tenido la tirada. Dicho así queda muy frío/cuantitativo, pero vaya, lo que a ti te parezca mejor para esta versión del juego que para eso eres el jefe.

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14/10/2017, 18:36
Leah Beth Tautou

Mientras espero por salir y las respuesta de Ophelia cruzo miradas con Daniel. Estoy segura que me quiere decir algo pero aun no leo la mente y eso desespera. Confiar en Ophelia no es mi fuerte porque vamos! No confío en nadie pero le debo la vida, aunque sus razones no me sean del todo convincente.

Tengo tiempo de discernir en la pose vigilante de Anjum.... Habra bebido sangre ella tambien?

De seguro que si. Para ser una lacaya tan enfocada y profesional de seguro tenia habilidades que desconocía y esperaba no tener que hacer.  

- Ophelia, tengo algunas preguntas si no interfiere con el tiempo dado a la llegada del nuevo dia. Veras, estabas casada? Porque eres Princesa? Y... el Padre Jules es vampiro tambien? 

No lo creía posible pero debia preguntar y por lo pronto era la fuente de información mas cercana que tenía.

Ella habia dicho que no funcionaba con planes y elocubraciones.

Vaya! entonces conozco una Vampiro altruista que quiere ser mi amiga.

Aunque en mi mente sonaba mas bien sarcastica, estaba realmente sorprendida, quien era yo? Porque esa deferencia? 

Nosotros tampoco sabiamos el lío en el que nos metían.

Seguir haciendo preguntas sería fraternizar con ella y tal vez no era adecuado pero despues de todo una idea nueva habia venido a mi. Yo no tenia amigos humanos normales, no realmente, seria entonces adecuado tenerlos del otro mundo o como se llame. Muchos habian intercedido por mi de una u otra forma. Fox, Fermi, Ammit, Ophelia, Sophie e incluso las dos mujeres muertas al principio....

Recorde entonces aquel caso que me asigno el Comisario cuando era una simple novata. Siempre habia estado rodeada de cosas extrañas... algo no estaba bien en mi, eso era seguro. 

Suspiré al mirar a Daniel, tal vez tampoco yo fuese segura para él. Podría perderle de nuevo? Perderle realmente, cuantas veces puede morir una persona.

Reenfocando no me agradaba que Ophelia no supiera de los soñadores. Esperaba tener mejor suerte en el Castillo. 

- Como haces para invocar a alguien? Esa persona es un fastasma o algo asi?

Notas de juego

Daniel disculpa si he sonado muy apurada o intespestiva en los post cortos. Solo queria dejar claro mis intenciones para cuando no tengo tiempo o posibilidades de postear para no atrasar tus acciones y de ninguna manera quise cortar tus ideas o indicarte que debias avanzar. 

Si quieres hablar con Ophelia podemos quedarnos aqui. Solo quise indicar que estaba dispuesta a salir cuando fuese necesario, ya sabes que mi personaje es impulsiva y algo loca.  =X

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14/10/2017, 21:28
Ophelia

En cuestión de pocos minutos se organizó un convoy de tres coches, una furgoneta que parecía no tener ventanas y dos motocicletas de gran cilindrada. Ellos iban en la furgoneta, cuyo interior imitaba los jets de gran lujo sentándose Daniel y Leah frente a Ophelia.

La voz de Anjum sonó por un altavoz indicando que se ponían en marcha y que tardarían unas dos horas en llegar.

Ophelia se había puesto sobre su vestido de corte oriental un abrigo que le daba aire de princesa rusa y sonreía contestando cada pregunta animosa, como un niño que sale de excursión.

-Tengo -esto es un secreto- casi ciento dieciocho años. Mis tiempos son mucho más osados que estos entonces nació toda esta locura… Bueno, la verdad es que casi todos los vampiros que he conocido nacidos después de la edad media dicen que el presente fue algo gestado en sus tiempos...¡Leah! ¡Me haces sentir vieja!

Luego habló de su marido.

-Y tanto que estoy casada, me llaman princesa porque a mi marido se le considera algo así como un príncipe. Chicos, lo tenéis que conocer. Es guapo, fuerte, amable y cercano. Sincero, noble, seguro, leal, justo y abierto. Tiene más de tres mil años y ríe y ama como un muchacho. Realmente no ha vivido tanto ya que gran parte de ese tiempo estuvo en sopor. A menudo los vampiros tenemos que alejarnos del mundo y descansar. A mí todavía no me ha pasado. A Amador -ese es el nombre de mi marido- lo descubrí en mil novecientos treinta.

Puso música y ofreció algo de beber. Podían ver el paisaje por el que pasaban mediante una pantalla que tenían sobre los asientos y adosadas al lateral tenían algo parecido a unas tabletas. Respondió sobre el padre Jules.

-No, el padre Jules no es para nada un vampiro. Él es una persona normal con un corazón de oro. Es de esas personas virtuosas que luchan contra el mal y vencen con el bien... Yo misma, sin quererlo, formé parte de esa legión de seres sobrenaturales que le rondan tentándolo. Y ganó. Vaya que si ganó. Me ha hecho mucho bien ese hombre. Y os lo hará a vosotros si recurrís a él. Ya veréis.

Al rato Ophelia se hizo con una de las tablets y la utilizó para subir las persianas. Ahora podian ver a través de las ventanas. Los neones de algunos prostíbulos brillaban entre los polígonos industriales. Ya habían salido de París ciudad.

-Yo no utilizo técnicas para invocar, al menos no conscientemente… es un poder que viene con mi condición, con la sangre que heredé en el abrazo. Hay muchas teorías… yo creo que tengo un vínculo con mi propia imagen que me permite aparecer en los sueños o presentarme en la mente de alguien que me ha visto, para decirle algo, o llamarle… Podría aparecerme en cualquiera que me haya visto, aunque sea en una fotografía y presentarme en sus pensamientos siendo prácticamente seguro que vendría corriendo a mi encuentro... físico. Tal vez algunos no, como el padre Jules, que me podría pegar una buena reprimenda por abusar de mi poder. Y tirarme de la oreja.

Y tras alguna risa, ella también hizo preguntas.

-Cuándo todo esto pase ¿Os casaréis? ¿Me invitaríais?

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15/10/2017, 10:58
Casa Gresta

Clementine y Elliot, así como Albin, Gabriel y Geneviève se reunieron con Mats y todos fueron al cuarto que estaba preparado para que durmieran.

Era evidente que Albin se ocuparía de vigilar la casa y la defenderla si era atacada desde la vigilia.

Notas de juego

1/3

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15/10/2017, 11:00
Gabriel Cailletet

Gabriel les contó que el perro que les había acompañado en el ensueño la noche anterior era suyo y que aunque desde la vigilia no podía hacerse con la información de sus sentidos sí podía tener una intuición si algo iba muy mal. Esa información sería complementaria a la de la doctora y aunque no sabía buscar cosas o gente en los sueños sí podía entrar en los de otros, interactuar con los espíritus que allí hubieran y ayudar en cualquier percance.

Notas de juego

2/3

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15/10/2017, 11:03
Geneviève Gibran

Geneviève había ido al apartamento para reencontrarse con Édith y había insistitdo en quedarse para ayudar a Mats con su condicionamiento. Esos días le había hecho dictarle las palabras exactas del brindis con que Vendela había sembrado algo en él y estaba preparándole para algún tipo de hipnosis terapéutica que no habían tenido ocasión de practicar.

Revisaba el instrumental y preguntó si las camas estaban bien dispuestas. Las había juntado para que les cubriera la misma sábana, pensando que eso ayudaría a que ambos compartieran el sueño.

Notas de juego

3/3 Ya podéis postear.
 

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15/10/2017, 16:18
Daniel Mallutz

Me divierte la ironía de que puede que la vampiresa pueda leer nuestros pensamientos cuando nosotros nos esforzamos tanto por comprendernos en silencio.
Percibo que Leah me intenta responder y también entender y que igualmente lo tiene difícil.
Me aferro a lo sencillo entonces.

Una ligera inclinación positiva de los labios. Un ligero golpecillo de confianza de mi palma abierta con la suya.

Los dos estamos de acuerdo en que no queremos que nos pillen con la guardia bajada. Quizás solo sea por instinto o prejuicio.
Aunque no desconfío de mi propia intuición, en este caso, me dejo guiar mas por los sentidos arácnidos de mi compañera.
Lo que yo puedo imaginar ella puede haberlo sentido realmente.
En este caso creo que suyo es el mejor instinto.

Por un instante me siento turbado con la idea de que esa mujer, a través del alimento de su propia sangre haya profundizado mas en la mujer que amo, que yo sujetadora en mis brazos y bebiendo sus besos y fundiendo su cuerpo con el mio.
Es como una esquirla de envidia que pugna por hacerme una herida.
Pero me doy cuenta que su forma de llegar a la matriz del espíritu de Leah es hacer trampa.

Podrá ser mas directo. Podrá parecer real. Pero no es verdadero.
Lo verdadero tiene el riesgo del fracaso. Yo topo con ese temor cada vez que no llego a entenderla o se me escapa algo o la duda me corroe. Pero sigo luchando. Ella lo hace continuamente. ¿Quien soy yo de experto en el amor? Un treintaañero vapuleado por una mala experiencia que aun así sigue creyendo.

Puestos en el convoy me impresionan las medidas de seguridad o lo que sutilmente parecía una escolta.
¿Es de esperar alguna amenaza?¿El estatus de Ophelia o de su marido conlleva algunos riesgos? Supongo que si.
Lo archivo como una nota mental mientras nos acomodamos en el vehículo.
Confort para cualquier ocasión que alguien deseara viajar por carretera.
No se si Ophelia lo usa de medio para impresionarnos o si es solo lo que le gusta la comodidad.

Como mantiene su afabilidad y su espontaneidad y al empezar a responder las preguntas que le ha hecho Leah no la interrumpo aun. Las preguntas y las dudas esperan un poco mas al momento adecuado.

Su desparpajo al confesar su edad y la de su marido me asombra pero creo que de verdad no le importa.
Su apunte de como piensan de los tiempos modernos me resulta muy humana, como cuando hablaba con mi abuelo por teléfono.
También me fascina la conexión que se nota tiene o quiere tener con Leah.

Su forma de describir a su media naranja casi me pone la carne de gallina por que si fuera yo el interrogado sobre Leah casi repetiría la misma pasión y entusiasmo. Me fijo en el brillo de sus ojos en la inflexión de las palabras, observando si a su manera son como el reflejo de mi deje romántico.

La velada se esta convirtiendo en un tete a tete mas informal de lo recomendable pero es que sus maneras son simples y así las encuentro mas cercanas.
A ratos tengo que serenar el animo para recordar que la camaradería puede estar bien pero que la persona enfrente es un ser del que no conozco la medida.
Se que cuando era Leah la que tenia el mismo papel no me importaba. Lo sabia pero para mi era Leah.
Ophelia es alguien o algo bastante distinto.

Como a Elliot le estoy dando el beneficio de la duda pero no olvidando el alcance de su naturaleza.

Me cautiva mucho el relato sobre el padre Jules. Si no lo he entendido mal, empiezo a intuirlo como el pilar de la voluntad del señor en este lugar. Pugnando por la propia virtud entre seres que son justo lo contrario, o su mayor enemigo.

Queda patente que si podemos, debemos acudir a hacerle una visita cuando antes.
¿Si sabe de gente como Ophelia o de entes como Masaryk ¿Puede saber algo mas sobre los soñadores?¿Puede proporcionarnos alguna guía para protegernos? Si al menos nos ayuda con su bendición creo que nos bastaría.

Un pequeño brote de agitación me reconcome internamente. Aunque sepa que había que tomar aquellas decisiones que he tomado no me engaño que sean buenas. El mal es mal. No hay medias tintas y cuando conduje aquella furgoneta...

Suspiro mientras escucho la disertación sobre las mecánicas de los poderes intentando extrapolar con lo que hacen la Oposición.
Lo que cuenta es muy interesante. Estoy apunto de intentar satisfacer mi curiosidad cuando me conmueve con su pregunta.

Cita:

-Cuándo todo esto pase ¿Os casaréis? ¿Me invitaríais?

Abro y cierro la boca sin llegar a decir nada y alzo una ceja.
Miro a Leah algo azorado pero seguro de mi respuesta.

- Yo si quiero. Ya se lo dije cuando me lo pidió. Pero es una decisión de los dos ¿Verdad? - digo resguardando las palabras por que si mi Chialin no quiere desnudar mas detalles. No creo que necesite oírme otra vez que la quiero. Me da igual si lo remachamos en la vicaria o ante un juez.
Le dedico una sonrisa tenue y calidad.
-¿Invitaciones?. No habíamos hablado mucho de ello - en mi cabeza solo me hacia falta tenerla a ella a mi lado sonriendo de felicidad.

Me fijo en las emociones de la pizpireta princesa vampiro.

Me siento como si estuviera ante la presencia de una de las hadas madrinas de los cuentos expectante a las respuestas de sus futuros ahijados, para conceder sus favores o sus maldiciones.
Aun tenemos que ver como se dan las cosas - comento intentando posponer la respuesta de la forma mas diplomática.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Per + Empatia = 4 - observar las emociones de Ophelia.
Per + Empatia = 4 - observar las emociones de Leah.

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16/10/2017, 01:23
Leah Beth Tautou

Casarnos?

- Casarnos?

Mire a Daniel algo nerviosa. No es que no quisiera, es que simplemente la idea nunca se me habia pasado por la cabeza. Para extrañeza mia nunca habia soñado con ser una princesa y ser rescatada por un cabellero andante, tampoco en casarme y tener muchos hijos, una casa y un perro con valla de maderas blancas y un hermoso jardin.

Esa no era yo.

Amaba a Daniel?

Suponía que si. Que es el amor? Saber que quiero estar con alguien? Que me complementa? Que si no respira yo tampoco? Si era asi entonces lo amaba pero casarme? Tal vez si, cuando terminase todo esto y pudiesemos estar tranquilos, si es que era posible.

Volvía a mirar a Daniel algo nerviosa y totalmente desobicada, la pregunta me habia sacado de mi base y dejado completamente .... sorprendida.

- ejem... si claro, supongo algun día no?   ... je je, las parejas se casan no? 

Ya no queria mirar a Daniel, sentía que podia interpretar algo que no era verdad, yo queria estar con el, estar casada no era una limitante sino tal vez ... una consecuencia, habria tiempo para ello, despues.

- claro, claro, si hay fiesta te invitaremos, je je, despues de todo no podiamos dejar de invitar a la Princesa no?  

Mire hacia afuera pero no habia ventanas. De pronto me sentí sofocada.

... oh por dios! ....

- Je je, bueno este, 118 años, que bien te conservas, ya me diras tu secreto.

Traté de cambiar el tema.

- Claro no es ningun secreto, a que sabe la sangre? 

Oh dios deja de hacer preguntas estúpidas...

Pero no podia callarme la boca asi que,nerviosa, me crucé de brazos y piernas esperando que la tierra me tragara para que Daniel no pensara que no lo queria como para casarme. 

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16/10/2017, 12:50
Ophelia

Tras preguntar el sabor de la sangre a Leah le vino su recuerdo. Ella había comido personas vivas mientras la observaban estupefactos paralizados por el terror.

Ophelia se anticipó a cualquier silencio incómodo.

-Yo pasé como cuarenta años de convivencia antes de casarme con Amador. Simplemente no me veía con toda esa parafernalia ¡Y soy muy moderna, bueno, o lo era!… pero… en fin, hay un tiempo para cada cosa y no hay que apurarse. Perdonad si mi pregunta ha sido incómoda. No le déis importancia, por favor.

Y cambió rápido de conversación.

-Ya nos queda poco para llegar. Lena es una persona extraña para nosotros… ya estaba aquí antes de que llegaran los romanos, así que tendrá respuestas, pero su forma de comunicarse no es la de ahora… tenéis que estar abiertos a sus excentricidades.

Mirad. Abrió del todo las persianas del vehículo. Al otro lado de un río caudaloso se veía uno de los preciosos castillos del Loria, apenas iluminado.

-Ahí está, el Castillo de Chambord. Lena tiene derecho a ocupar la mitad de los castillos del país… ahora se aloja en un ala de éste en que no hay visitas turísticas, y por la noche lo tiene todo a su disposición. Es aficionada a la caza y a los perros. ¡Ni se os ocurra disgustar a uno de sus perros! Os sorprenderá lo bien educados que están.

Notas de juego

1/2

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16/10/2017, 13:05
Castillo de Chambord

Diez minutos después la caravana de coches entró en el recinto del castillo, famoso por su bella arquitectura y su tamaño, tenía ocho torres enormes, 440 habitaciones, 365 chimeneas, y 84 escaleras.

Un mayordomo y varias personas del servicio acudieron a recibirles. Subieron por una escalera abierta de doble hélice

y atravesaron una sala de esbeltas columnas renacentistas

hasta entrar en una sala cubierta de tapices y alfombras muy coloridas con asientos de madera tallada

en la que sólo había un pastor afgano color canela, sentado, que se les quedó mirando con una expresión altiva.

Les pidieron que esperaran en esa sala y les dejaron a los tres a sólas con el perro.

Notas de juego

2/2 Ya podéis postear

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16/10/2017, 13:14
Daniel Mallutz

Aunque no es que me sea claro el por que me es evidente el azoro de Leah.
Es difícil obviar su lenguaje corporal y por eso yo relajo el mio.
Con sencillez le transmito, con una mirada sosegada, que no tengo ansia por que llegue a resolverse el tema. Lo cierto es que en vez de sentirme decepcionado, me siento, y se debe reflejar en mi rostro, animado. Me infunde satisfacción saber y conocer y que ella me entienda y me descifre.
Es esto lo que al final son las relaciones ¿No? Un toma y daca y masters de diplomacia.
Y treguas con sexo. Bueno, en aquel entonces pasado que ya quedo atrás...
Esta bien la pasión. El amor necesita su lumbre. Pero hay que poner mas ingredientes en el puchero. Combinaciones de lo que es cada uno reveladas para no solo estar solo calentando el agua. Hasta que bulla y se esfume en nubes de vapor, dejando un recipiente requemado.
Todo mi gesto es testimonio de calma para Leah, expresado con suavidad.
Ya veremos que guiso resulta ser el nuestro. Sobre todo por que en la lides del cariño no hay recetas.
Lo que tengo ahora me basta y creo, aunque sepa lo duro que es en la lucha el romántico en mi, que podría seguir así por siempre.
Una vez ya el deseo convirtió lo que tenia en un bocado amargo. Hoy no tengo prisa.
Leah me quiere loo suficiente para preocuparse de mis sentimientos ante su respuesta.
Y yo para estar atento a las nubes de zozobra que a veces asaltan por sorpresa tras una palabra o recuerdo.
Sin precaución por lo que este transmitiendo de mis sentimientos le cojo la mano. Me apoyo codo con codo.
Estoy aquí. Agárrate a un pensamiento mas amable.
No ha sido ninguna molestia, madame Ophelia - comento para arrastrar la conversación hacia lugares mas luminosos - Cuarenta años,¿Eh? - me meso la barba con gesto convencido - Si son garantía de perseverancia de la felicidad, estoy dispuesto a probarlo. Tu que crees, Chialin. ¿Me veras aun un buen partido a los setenta y tantos? Mira que no se como de firme tendré la mano para darte fuego de cobertura. - me encojo de hombros - igual entonces es mejor que te agencies un buen pipiolo de la academia - le digo templando la broma entre el desparpajo y las cavilaciones.
Lo que sea para que estés bien.
Mis palabras coinciden con los consejos de Ophelia sobre su conocida.
Considerando nuestra entrada casi parece que estemos de ronda nocturna de futura pareja en nupcias buscando lugar de celebración con su organizadora.
Pero focalizando a lo que nos atañe y leyendo en las visibles entrelineas me doy cuenta de que los entes con los que nos movemos manejan bien los contactos y los recursos del terreno mundano.
Y que quizas hayamos recorrido bastantes casillas hasta avanzar a las respuestas.
Ante la advertencia sobre los perros me sincero.
Creo que tenemos algo de experiencia en tratar con animales...um... especialmente sociables - comento pensando en los lobos de hace un par de días.
Aun con las advertencias el paso por las dependencias hasta la sala de, supongo, visitas bastan para disponerme en un animo solemne.
Sonara pueblerino pero para mi una reunion relajada, es un concurso de rondas en un pub. Dardos inclusive.
El derroche de parafernalia, para que engañarnos aun siendo franchute a mi me resulta muy ingles. Pretencioso e hipócrita. Ingles.
Pero de donde quieras haz lo que vieras.
Me cuadro con las manos cruzadas, colgando al frente y contemplo alrededor.
Madame Ophelia, ¿va usted a asistir a la conversación? - pregunto dudoso de cuales pudieran ser las reglas - Por que si se va ausentar me gustaría hacerle antes una pregunta - espero que no resulte obvia la muda coletilla, de ahora que aun puedo.
¿Conocía a Noémie Porthos o a Odelia Terry? ¿Sabría decirnos, con honestidad, si alguien les tenia alguna inquina o las implico en algo turbio? El caso empezó con ellas y...bueno...aunque creo tener claro quien fue su asesino existen cabos sueltos...y no me gustan los cabos sueltos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Per + Emp = 4 para seguir atento a las emociones de Leah.

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18/10/2017, 16:47
Clementine Ouvrard

Di un repaso a la habitación a la espera de que los implicados se metieran en la cama o ultimaran detalles antes de comenzar. Pregunté a Albin cuál era su estrategia en caso de que corriéramos peligro y mientras tanto observé a Geneviève recorrer la habitación asegurándose de que todo estuviera en orden.

Pedí al señor Cailletet que se quedara cerca para poder darnos feedback mientras todo sucedía y luego miré a Mats y a Elliot esperando a que entraran en la cama. -En cuanto estén recostados les pondré los electrodos para seguir sus signos vitales y sus ondas cerebrales -les dije a modo de introducción y luego me los quedé mirando esperando a que procedieran.

La verdad es que me sentía ansiosa e inquieta, quería que todo saliera a la perfección pero bien en el fondo de mi ser sabía que la perfección no era algo común en este mundo y que estaba sujeta a la subjetividad, por lo tanto lo que para unos es perfección para otros puede resultar un verdadero desastre.

Temía muchas cosas: que todo se saliera de control, que mis habilidades no fueran suficientes para rescatar a Mats y a Elliot de ser necesario, temía que murieran por mi inexperticia, como sucedió con Leah aquella noche... Debía apartar esos pensamientos de mi mente, debía ser fuerte como pedí a Elliot que lo fuera, como Mats de seguro lo sería, como lo harían todos los presentes. Muy en lo hondo de mí presentía que esta noche no sería como ninguna de las otras, y no solo por esta memorable introducción.

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19/10/2017, 14:07
Mats Bergstrøm

Cuando todos entran en la habitación, yo ya estoy somnoliento. Mi respiración es profunda y pausada, y los párpados me pesan. Intentando no romper este estado de extrema relajación, descruzo las piernas lentamente y me tiendo en el colchón, sin hacer ningún movimiento brusco. Me tumbo de lado, colocando mi brazo bajo la almohada para levantar un poco la cabeza, y observo a Elliot mientras toma posición. A decir verdad, en un primer momento se me hace un poco extraño dormir con otra persona, y más aún dadas las circunstancias y toda esta situación de sueño ritualizado, pero trato de permanecer tranquilo. Inspiro profundamente, mirando al joven soñador a los ojos, y empiezo a hablar lentamente, con una voz grave que apenas es un murmullo:

El bosque Østmarka. Ese es el lugar. Está muy cerca de Oslo, al este. —Voy respirando pausadamente entre frase y frase—. Es un sitio precioso, tranquilo, silencioso. Todo pinos y abedules, de un verde fresco, ligeramente azulado. Aunque ahora… —Una sonrisa se dibuja en mi amodorrada cara—. Ahora estará todo de colores dorados y rojos. Será una maravilla. La luz… La luz es muy blanca y limpia, pero no deslumbra. El cielo se ve de un azul grisáceo, ligeramente rosado al atardecer, que es muy largo… Puede estar dos horas poniéndose el sol… Es un espectáculo. —Hago una pausa—. El aire es frío y seco, y siempre hay un poco de brisa. Huele a polvo y a pino. Los árboles se mueven con el viento, y las hojas hacen un sonido muy relajante… —Soplo muy suavemente, imitando el sonido de la brisa entre los árboles—. El lago Nøklevann está en medio del bosque. No es el único ni el más grande, pero siempre voy allí. El agua es de un turquesa muy intenso… Pero cuando está nublado parece plata, o mercurio. Y el aire forma ondas muy… iguales en su superficie. La luz forma destellos al reflejarse. Como miles de estrellas que aparecen y desaparecen. A veces me baño en el lago. Bañarse rodeado de pinos y abedules es… —Sonrío, sin terminar la frase—. Y canto. Canto y me olvido de todo. Solo existe el bosque, y el agua, y la luz…

Con la boca cerrada, empiezo a entonar una melodía muy suave. Mis ojos ya están cerrados, y una sonrisa tranquila permanece en mi cara, negándose a irse. Poco a poco, mi respiración se va volviendo más pausada, y siento que me hundo…

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19/10/2017, 16:36
Elliot

Ver a todo el mundo en la habitación hizo que Elliot se retrajera un poco aunque trató de parecer profesional y que no se notara mucho. Era cierto lo que le había dicho a Mats acerca de que entrar en sueños de otros era algo que no hacía nunca salvo que fuera necesario y aunque no fue consciente de ello, la reserva que sintió al verse observado por tantos ojos le ayudó a sobreponerse, casi sin darse cuenta, a la duda y el rechazo que siempre le producía el ritual en sí. Tras este primer instante de extrañeza se esforzó en ocupar su imaginación con la imagen mental que se había hecho de Sophie Taylor borrando de un plumazo, antes siquiera de que apareciera, la imagen de aquel lugar nefasto en que había aprendido este don. Podía rememorar las palabras con que Mats la había descrito, sobre todo el sentimiento de familiaridad y cariño que había sembrado en él, y había estado grabando la imagen de la muchacha en su espíritu toda aquella larga tarde. Se tumbó junto a Mats tras descalzarse y miró una última vez a Clementine con una leve sonrisa y asentimiento de cabeza, tratando, seguramente sin conseguirlo, de que no pareciera una despedida junto a un "ha sido un placer conocerte".

No era difícil leer en la expresividad de Mats que también se sentía algo confuso en aquella situación, sin embargo se centró ejemplarmente y describió para Elliot el lugar que habían acordado: un bosque.

Tuvo que tirar de disciplina mental para no dejar vagar los pensamientos por pseudo bromas que no había tiempo ni oportunidad de comentar como, "en el manual de primer grado de la onironáutica se recomienda evitar los bosques...", pero antes de que Mats dijera "Oslo" ya había vuelto a concentrarse. Conforme su compañero hablaba fue dejando que el paisaje cobrara vida. Centró la mirada en aquellos ojos de un gris ártico, oscuro como el cielo septentrional sin sol y se dejó tomar por su tonada de voz. Algo le decía que habría sido más "natural" escucharle cantar en lugar de hablar, como si fuera una especie de bardo hiperbóreo. Había algo antiguo en los rasgos de aquel hombre, algo robusto y arcaico.

La descripción del bosque de Østmarka y sobre todo de aquel lago, de las luces del cielo, del prolongado atardecer,  impresionaron a Elliot. Estuvo a punto de volar lejos de Noruega y cruzar medio mundo y una vida para contemplar el lugar donde nació. Pero no podía permitirlo. Entonces escuchó a su compañero cantar bajito y se dejó arrebatar por la melodía para salir a su encuentro y partir juntos en busca de Sophie.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Dire, la dificultad básica de la incursión al sueño de otro es 11, pero podrías tener en cuenta, en este caso, la preparación que ha habido, además de la aceptación por parte de Mats, la cercanía física, etc. (por fa, por fa...)