Partida Rol por web

Volver a besarle me hizo sentir viva por un momento paralizando el tiempo y alejando todos mi miedos. Era divino sentirse asi. Amada y segura de nuevo. Con ternura lo abraze para hundirme en un profundo beso.

- Gracias por estar conmigo...

Y me prepare para irme y tomar el Jaguar. Estaba vez iba a manejar rapido. Guarde el numero de Cesar y me despedi de Daniel sin quererme ir.

- Te llamo en rato, ve y salva a nuestra niña! 

Y sali de la oficina. Teniamos trabajo que hacer, pero estar separada de Daniel me daba cierto temor. 

Estaremos bien.

Mientras bajaba hacia el auto llame al Comisario Cesar.

- Buenas noches comisario.... 

Con mi voz lo mas neutra posible me identifique como la agente Renee Seydoux y le inste a que nos encontraramos dentro de pocos minutos. No le di mas detalles indicandole que era un asunto del CSB. 

(Si no me atiende le escribo un mensaje y me voy a donde de Govier para revisar lo que paso. Ya me diras)

Mientras me iba aun recordaba el reciente beso que nos habiamos dado y su recuerdo me hacia sentir que no estaba sola.

César no tardó en contestar. Su voz sonaba cansada pero muy centrada y tranquila. Entre frase y frase Leah podía imaginar la mirada de su antiguo jefe enfocada en el infinito, como si estuviera pegando una calada intensa a un cigarro inexistente. No hizo preguntas ni hizo ningún comentario que delatara que había reconocido su voz. Quedó con ella en cuarenta y cinco minutos indicándole un lugar preciso: Leah tenía que esperar sentada en un banco en el cruce entre una calle arbolada y una avenida que daba al estadio “Parque de los Príncipes”

Ella conocía de sobra al comisario César Pillet. Era muy posible que hubiera planeado alguna forma de comprobar que, efectivamente, era ella y no un impostor, y evitar cualquier truco. Eso era un indicio de que sabía que se enfrentaba a algo extraño capaz de colarse en su escondite, o en su mente, con la cara de un muerto.

Cuando Leah llegó allí y se sentó en ese banco acudió, caminando por la calle arbolada y oscura, solitaria a esas horas de la noche el otro protegido de César que también había sido su subalterno, el ahora reconocido inspector Albin Govier.

Primero se quedó mirándola un momento y se encendió un cigarro, no sin antes ofrecerle otro a ella. Tenía mirada despierta y aguda, más ahora, iluminada por el mechero. Parecía que habían pasado mil años desde que se lo había presentado César como alguien en quien podía confiar, al poco de llegar a París.

-César me ha pedido que le pregunte qué comieron la última vez que cenó con él, su hija, y su mujer.

La mujer de César, Rosa, había muerto de cáncer un par de años atrás y antes de ser ingresada por última vez le había cocinado para Leah su plato favorito. Sólo después de fallecer Rosa Leah entendió que esa cena había sido una forma de despedirse de ella.

Habia llegado al parque y aunque estaba oscuro poco podia temer. Mis nervios estaban enfocados en que le diria, como reaccionaria, si se molestaria. Las manos me temblaban en un con intranquilidad las apoye sobre mis rodillas y espere. 

Finalmente una sombra se formo por el camino y un hombre se acerco con paso firme. Era el, estaba segura! 

Me vi desmentida cuando el hombre se acerco y me levante del banco.

- Tu? Pero....

Era, obvio. Cesar desconfiaba y tal vez me habia reconocido, si era asi, el sabia que ya estaba viva o lo sospechaba y si es asi el sabia, o ambos sabian mucho mas de lo que se suponian saber. 

- Albin Govier!

Y escuche su pregunta con cautela, para luego responder calmadamente indicandole con lujos de detalles la agradable cena. La Señora Pillet era una cocinera formidable y despues de ayudarla a recoger fui a la sala con Cesar, el a fumar y yo por cognac de reserva que el tenia escondido para momentos especiales. Corinne ya se habia acostado, era mas niña entonces y tenia clases. 

- Esa noche le conte sobre la muerte de mi padre en Niza... y Cesar comento sus planes previendo la muerta de su esposa ya que no parecia poder recuperar su salud.

No le daria mas detalles, despues de todo Albin no tenia porque saberlo. 

- Albin, el sabe que estoy viva? Tenia que verle, saber que paso contigo y contarle a el lo que me paso! Estan juntos? El esta bien? Corine?

Por un momento dude de que las cosas podrian estar mas complicadas que de costumbre, si es que era posible. Tenia tantas preguntas, tantas incertidumbres....

La mirada de Albin se hacía más penetrante a cada palabra de Leah y cuando ella hubo acabado, él se relajó, pegando una honda calada y sentándose en el banco, junto a ella.

-No corre peligro, pero anoche le sacaron cuatro balas del cuerpo.

Llamó por teléfono explicando lo que ella había contestado. Antes de colgar afirmó tajantemente que estaba despierto y que estaba seguro de que estaba frente a Leah y no era una trampa. Luego se guardó el teléfono en su gabardina y siguió explicándose:

-A César le han extirpado el bazo y le han reparado una perforación en el intestino. La tercera bala le atravesó limpiamente un hombro y la última le astilló el fémur, causando mucho daño en los tejidos de su pierna derecha, pero parece que se lo han podido reparar y volverá a andar, aunque quizá necesite la ayuda de un bastón.

El propio Albin también parecía herido: tenía un brazo fijo, que apenas movía.

-Estamos juntos y anoche nos enfrentamos a ellos por primera vez. Vivimos una pesadilla. Pero creo que no es nada comparado con la que has vivido tú. Esta mañana traté de hacer averiguaciones en el Hospital de Laboisière. Por los policías de la Nacional que ha emplazado el CSB en Cuidados Intensivos sé que protegen a un paciente que está al borde de la muerte...

Incluso hablé con un testigo de tu desaparición... la doctora Clementine Ouvrard, pero no soltó prenda... Ahora empiezo a entender cuánto tenía que callar.

Se levantó indicando a Leah con un gesto de la cabeza que se ponían en marcha.

-Vamos, César está deseando verte.

Caminando bajo los árboles, cuyas ramas iluminaban esporádicamente alguna que otra farola, el inspector Gobier fue contando cosas y contestando a las preguntas que había formulado Leah, atento a su reacción.

-Ellos pueden hacerte soñar despierto. César temía que, aprovechándose de su debilidad, le hubieran dormido por teléfono y vine a comprobar que eras tú y no alguien haciéndose pasar por ti.

Sabrá que estás viva cuando nos vea entrar conmigo. De la hija de César. Ella está bien, en Niza. Al menos que yo sepa.

Escuche a Albin con gran sorpresa pero me controle para dejarle hablar.

Estaba sosprendida pero feliz de que se hubiese salvado, al menos de momento porque se notaba que estaba grave con tantas heridas. 

- La doctora, claro, es buena persona, me alegro que este bien.

Sigue escuchando con detalle.

- Al parecer saben ustedes mucho mas de lo que yo pensaba. Pero, como supieron lo que me paso??? Y como....

Asi las preguntas se agolparon pero no nos detuvimos a por mas.

- Sabes que el CSB me mando a averiguar sobre anoche, asumo que ustedes estuvieron en Montesouri y viste todo lo que paso, hubo muchos muertos... quien fue el culpable? Sabes podemos ayudarte, mi compañero y yo estamos decididos a acabar con esos durmientes.

Pero primero era ver a Cesar asi que lo apremie para que me fuesemos al hospital. Pareceria mucha coincidencia de que fuese el mismo hospital en donde estaba Jane. Lo averiguaria pronto.

Estaban en la puerta de una discreta clínica privada* que casi parecía un hotel de lujo. Todavía no habían entrado cuando Albin apagó meticulosamente la colilla contra una boca de incendios, como si no quisiera perderse cómo el ascua perdía su energía hasta convertirse en ceniza.

-No sabemos lo que te ocurrió. Tu cadáver no está en tu tumba y sospechábamos que algo inexplicable te habría pasado, se que hubo una intervención por un equipo de asalto, pero han borrado el historial del asalto y por ahora no tenía más testigos de tu desaparición que la doctora-sonrió.- Ahora nos lo puedes contar tú misma.

El CSB parece una tapadera privilegiada desde la que infiltrarse con los privilegios de la policía pero… desde otra perspectiva…

Una vez se aseguró que la colilla estaba bien apagada, la tiró en una papelera.

-Encontramos algo importante en el Parque de Montsouris, eso te lo contará más adelante César. De alguna manera, como si tuvieran algún tipo de alarma, supieron que estábamos allí, y aparecieron a sangre y fuego. Pero aunque tuvimos que matar a unos cuantos, de todos los cadáveres, sólo el que abatimos en el lago era un asesino que trabajaba para ellos. El resto eran… víctimas... lo que llamamos sonámublos…. Personas a las que los soñadores poseen mientras duermen y dirigen como marionetas… Por eso tenemos que ser muy cuidadosos. A priori casi cualquiera puede ser uno de ellos. Podrás hacer todas las preguntas que quieras. Nosotros también tenemos unas cuantas. Pero más adelante, en la habitación del hospital.

Esta clínica era muy diferente al Hospital el que Leah había quizá muerto hace unos días y del que Daniel, debería, a estas horas, estar sacando a la niña a la que él llamaba siempre Jane.

Un hombre que parecía casi un indigente con bata de médico -tenía una barba descuidada, ojeras y mirada directa y cansada- tras informar que el comisario Pillet estaba consciente y pedirles que le dejaran descansar cuanto antes les abrió la puerta de su habitación.

El cuarto en el que se recuperaba el protector de Leah parecía una suite de un hotel moderno. No le faltaba ni el detalle de unas flores en un jarrón de cerámica negro y blanco. César estaba incorporado en su cama con la ayuda de unos almohadones, mirando hacia la puerta cuando ellos entraron.

En su mano sostenía serenamente su Beretta reglamentaria.

Por un segundo hizo su gesto tan característico, como si fumara sin fumar, como si inhalara unos pensamientos y expulsara otros, mirándola. Una sonrisa se dibujó en su rostro y desamartilló la pistola.

César, entero como siempre. A pesar de esas blusas ridículas que ponen a los recién operados en las clínicas. Guardó el arma, escondiéndola debajo de uno de los almohadones y tendió ese brazo -el unico que podía mover- hacia Leah.

Apenas vi a Cesar sobre la cama me quede paralizada mirandolo. Era el, lo unico que me quedaba en forma de familia y habia estado al borde de la muerte. Como yo? No importaba en este momento. Esta vivo y era todo lo que necesitaba saber.

Mis ojos se llenaron de lagrimas cuando salte a su lado del lado del brazo que no estaba vendado y lo abrace como antes, como una niña a su padre, como si no hubiese mañana.

Al separarme me seque las lagrimas y respire profundo sin separarme mucho de el.

- Somos duros de caer eh!

Y le sonrei dandole un golpecito para que le doliera. 

Luego me relaje completamente, estaba entre amigos  aunque el hospital tenia otras apariencias, aunque nada era convencional, aunque nuestras vidas peligrasen a cada segundo, por un momento fue feliz, por un momento me senti viva de nuevo.

No sabia de cuanto tiempo disponiamos asi que simplemente me solte a hablar sin detenerme pero sin separarme de el. 

- Estas bien, te cuidan bien, estas comiendo bien.....

Y verificaba sus vendajes, heridas y demas.

- Asi que sabes que mori, verdad..... vaya por donde empiezo....

Y como si fuera un cuento de hadas resumi algunas experiencias. 

- Todo comenzo con ese extraño caso de las mujeres que mataron en una casa en....

Luego de comentar lo sucedido despues de despedirnos en la ciudad, y comenzar a investigar la muerta de las dos mujeres para encontrar un cuarto secreto en donde tuve mi primera impresion de esa criatura tan repulsiva. Mis temores mas profundos y mis miedos a flor de piel. Mi historia continuo hasta llegar al hospital y enfrentarla para terminar en ese extraño pozo de otra dimension.

- Alli consegui a la niña, aunque aun parecia increible y desperte en la morgue....

El terror del frio y la soledad acompañado con el rigor mortis y la putrefaccion eran agobiantes y no profundize en detalles que me hacian recordar todo de nuevo.

- Al final me llevaron con Ofelia quien resulto ser un Vampiro....

Antes las miradas de los dos hombres, sabia que era todo descabellado pero ya me habia hablado Govier de los soñadores, asumia que ya sabian de las otras criaturas y si no lo sabian no deberian extrañarse. Estaba segura que aun habia mucho por ver para mi tambien.

- Luego la danza con los lobos donde fuimos Daniel y yo despues de salir de la casa de Fox.... Cuyo cuerpo en ese cuarto solo despues de tantos años nos llevo con Ariene quien sabe de los lobos y.....

Asi termine mi historia llegando a nuestra oficina y los detalles de la Directora que termino identificada como Chaman.

- Y ahora estoy loca y esquizofrenica, pero feliz de verte amigo mio! 

Y volvi a abrazarle.

No tenia ni idea de que ibamos a hacer para salir con vida, yo solo queria quedarme a su lado por esos momentos y que duraran hasta... siempre.

Pero no seria asi y ahora debia escuchar su parte de la historia para poder tomar nuevas desiciones este nuevo mundo que nos tocaba descubrir y si era posible.... destruir.

Albin estaba dispuesto a contar su parte, pero César habló primero.

-Nunca habría imaginado que te encontraría con vida. Hablé con tu compañero, Mallutz, en tu entierro y me hizo entender que habían cosas… oscuras… detrás de tu muerte. Así que vine aquí fingiendo unas vacaciones…

Pero eso no es toda la verdad, Leah. Conocí a Nella de joven, me tanteó y… yo ya sabía algo. Desde siempre sospecho de que existen ese tipo de cosas de las que hablas… era como si los viera por el rabillo del ojo, pero nunca me atreví a mirarles de frente y continué mi carrera, obstinado en mantener la cordura, agarrándome a la racionalidad de lo que todos pueden ver y decir sin parecer locos.

Cuando te conoció Rosa me dijo que eras alguien especial, supe que eras alguien capaz de mirar a la cara a todas esas cosas a las que yo había desviado la mirada y cuando Albin me dijo que Nella Gavaldá estaba montando una tapadera decidí exhibirte con un historial que dejaba entrever tu especial intuición y fuerza, una joven ideal para el CSB, te llevé hasta ellos con idea de averiguar qué demonios se traían entre manos.

Nunca sospeché que fueran enemigos ni que fueran a hacerte daño. Pero sí que tenían un pie puesto en otro mundo desconocido para mí… Tenía que meterte a ciegas porque si mi hipótesis era cierta, era muy posible que pudieran saber tus intenciones por métodos poco convencionales. Por eso te llevé al juicio. Sabía que cuando te viera Nella, te elegiría.

Siento haberte infiltrado a ciegas, Leah. Creí que sería algo así como una academia de policía psíquica o sobrenatural. Pero no pensé que tu vida corriera peligro.

Perdóname. Te he fallado.

SMS de Daniel.
En el Hospital. Charlando con el Doctor Seyrig.
Besos.

Mis lagrimas salieron de mis ojos sin control alguno pero feliz de estar alli con el.

- Viejo tonto, no me has fallado, no seas tonto....

Y me acoste en su pecho abrazandolo aunque mi peso fuese incomodo para el.

- Te hubiese odiado mas si no me hubieses escogido y en nadie mas confio como para algo asi. Si voy al infierno iria ciega, desnuda y sin pensarlo contigo.

Las lagrimas mojaron su ropa pero no me importo. A lo lejos escuche que el movil recibia un mensaje pero estaba ocupada sientiendome segura acurrucada en su pecho. 

Me levante y lo mire cara a cara a pocos centimetros. 

- Ahora si podremos darles una patada por el culo a esas criaturas de mierda y mandarlas al infierno para que no hagan mas daño.

Me seque las lagrimas convencida de que juntos podriamos acabar con ellas.

- Confias Nella? Tenemos un plan? Sabes algo mas?

Luego les comente sobre nuestra prioridad de salvar a la niña de los tatuajes llevandola con los lobos fuera del alcance de lo manipuladores de sueños.

- Hay algo que no entiendo. Cual es la relacion del devorador de almas con estos durmientes? No parecen estar relacionados.

Al parecer era algo inesparado para ambos bandos y en mi caso que estaba unida a esa criatura podria ser la ventaja que necesitabamos aunque no sabia como y de que manera podria ser util estas medio muerta, pero si iba a comer entrañas de algun vivo estaba segura que los comeria a ellos.

- Conoces a Ophelia? La vampiro? Y la describi un poco mas con detalle.

Cuando finalmente saque el movil mire el mensaje de Daniel. Dude antes de responder aunque ya no tenia mas lagrimas en mi cara.

SMS: No

Borre el mensaje y lo pense mejor respirando hondo. Eran demasiadas emociones, era demasiado.... todo. 

SMS: Copiado.

Volvi a borrar el mensaje. Era muy seco, muy frio.

SMS: Bien. Besos.

Maldicion, y volvi a borrar el mensaje con una mueca. No sabia si contarle lo que sabia. Al final lo haria, pero no en este momento. El tenia su mision, salvar a la niña y yo....

SMS: Con Albin Govier y el Comisario César Pillet. Todo bien. ♥

Eso debia funcionar por ahora. No queria preocuparle mas hasta tener todo la informacion y saber que hacer.

El comisario Pillet sonrió divertido cuando Leah nombró a un vampiro y se encogió de hombros dando a entender que ya no le extrañaba nada.

Luego tomó la mano de la policía y le miró a los ojos con un gesto grave pero sereno y seguro.  

-Creo que podemos confiar en Nella, pero sólo puedo confiar ciegamente en vosotros dos. Albin, Leah, confiad el uno en el otro… -algo le dolía y tardó un par de segundos en tomar resuello- Dentro de poco habrá más muertos. Si yo soy uno de ellos y tú me sobrevives… Leah... prométeme que cuidarás de Corine. Sólo tú…

Albin dio un paso atrás, dispuesto a dejarles hablar en privado y esperar otro momento mejor para seguir con su parte de la historia pero antes de que él saliera otro irrumpió en la habitación de la clínica sin llamar, interrumpiendo a César.

El que entró era un hombre de aspecto hosco y formal. Vestía como un cargo intermedio de una multinacional y aunque su forma de irrumpir en la escena era un signo de urgencia interrogó al comisario y a Albin con la mirada y no abrió la boca hasta que César le afirmó con un gesto de la cabeza que Leah estaba con ellos. Sólo entonces habló rápido y claro.

-Necesitamos un helicóptero. Están atacando al señor Bergstrøm, apenas le quedan quince o veinte minutos antes de que lo capturen o le eliminen.

Apenas hubo terminado de hablar, Albin sacó el móvil y ordenó a su interlocutor con tono expeditivo

-Es ahora, trae el helicóptero al estadio de “Parque de los Príncipes”... ¡ya!