Partida Rol por web

  Ignorando un poco al resto Jake se lanzó de lleno a la búsqueda de todo lo que pudiera ser necesario para el viaje y de paso ver si podía dar con algún tesoro, por pequeño que fuera, que hubieran olvidado allí. De inmediato llegó a los soportes de armas, estaban bien dispuestos por toda la sala y al parecer también eran los más abundantes, no le extrañaría nada que gran parte del surtido provinera de los pobres diablos que perdían sus vidas en la arena. Lo cierto era que fuera cual fuese su origen había obras de buena calidad, quizás no excelentes, pero gran parte de ellas eran de buena manufactura, hachas y espadas, lanzas y escudos, pero de entre todas ellas los primeros en ser concienzudamente examinados fueron los arcos. Allí pudo dar con un trío de arcos compuestos, trato de probarlos todos bajo la atenta mirada de Aldar que parecía algo sorprendido, tras probar cada uno de ellos tomó el que más se ajustaba a su fuerza del brazo y siguió buscando el resto de materiales que pudieran serle útiles.

  Aunque ya tenía suficiente equipo de viaje ahora se le brindaba la oportunidad de renovarlo o tomar aquello que pudiera faltarle. Capas y abrigos de pieles para el abrigo, sacos de dormir, yescas y pedernales, farolillos de aceite e inclusos sacos, estuches y cajas de madera para poder almacenarlo todo.

Mis ojos recorren los detalles del lugar como el halcón observa en busca de presas. No estoy en mi elemento, pero lo que veo no me es ajeno. Material de peor y mejor calidad, una buena oportunidad de reponer lo perdido y prepararme adecuadamente para lo que nos espera.

No en vano tengo la impresión de que esta misión dista mucho de ser sencilla...

Pronto el brillo de una espada reclama mi atención. Tomo entre mis manos la hoja y la empuñadura, degustando su bella factura elfica, con cierta añoranza. El pueblo de los elfos entraña una belleza que caló hondo en mi corazón hace mucho tiempo, una huella que no se ha podido borrar.

Tras guardar la espada en su vaina y situarla a mi espalda, localizo varios carcajs de flechas. Cargo uno al hombro y llevo otros dos colgando de la mano, acercándolos a la mesa junto al plano. Completo el equipo con una manta y un abrigo de pieles, yesca y pedernal, un par de farolillos de aceite y un estuche para guardar los planos bien protegidos. Descarto un saco de dormir, pues no me gusta descansar embutido. Resta libertad de movimiento en caso de imprevistos. Todo ello lo preparo junto a un saco de buen tamaño en el que transportarlo.

A ver que tenemos aquí...

Me detengo a inspeccionar junto a Jake esos interesantes arcos compuestos tan modernos. Tomo uno y tenso la cuerda un par de veces, comprobando la comodidad de su agarre y la tensión de la cuerda. Una sonrisa es todo lo que cabe añadir, satisfecho por la adquisición.

Jake encontró varias cosas que podrían serles de utilidad. Puso las ropas de abrigo, las mantas y la mochila con todo lo demás encima de una mesa.

Intercambió sus armas por las que allí encontró y puso varios arcos de buena factura para que sus nuevos compañeros pudieran elegir entre ellos. Agarró uno pero la cuerda era demasido tensa para él. El segundo se acopló perfectamente a su mano y apenas sin esfuerzo consiguió tensar la cuerda del arco. Ése sería el suyo.

Esto se lo dejamos aquí, sr Nimble, para que lo dispongan para llevarlo en las monturas. Nosotros tenemos que ir a reclutar a alguien más para que venga con nosotros, al parecer algo más de músculo que compita con el enano a ver cuantos enemigos caen bajo su filo. No nos vendrían mal algunas pociones de curación y de protección, y quizás un par de invisibilidad. Si pudiera abastecernos de este material sería asegurarnos un poco más el éxito de esta misión.

Jake le guiñó un ojo a Aldar para que se diera cuenta que solo trataba de picar al barbudo. Llevaba bastante rato callado, al igual que el otro pequeño.

¿Quizás se estaban pensando abandonar esta aventura nada más comenzar?

  En cuanto entraron al almacén la embriaguez se disipó como por arte de magia. La sangre enana se mostró en todo su ser cuando fue no solo capaz de filtrar la ingente cantidad de alcohol que Balakar había tragado, apenas media hora atrás, si no también empujando al pequeño guerrero a sumergirse de lleno en un minucioso examen de todas las armas allí presentes.

  Pronto arcos y demás armas a distancia fueron descartadas junto con las espadas para centrarse en las verdaderas armas del enano, el martillo y el hacha. Mientras Aldar y Jake preparaban el equipo para la misión Balakar se alzó triunfante con su brillante trofeo, una imponente hacha enana. Recorriendo cada centímetro de las hojas de acero ignoró al resto de sus compañeros hasta que sintió que alguien lo mentaba... De inmediato dirigió una mirada de soslayo al atrevido humano:

-¡Ja, ya me gustaría ver quien es ese misterioso camarada que nos acompañará para poder estar a la altura de competir conmigo...- Y terminando su frase mientras se giraba alzando su hacha. -y esta pequeña!-

  Tanto Jake como Aldar pudieron ser testigos del orgullo del enano cuando Balakar hizo su anuncio levantando aquella gran hacha por encima de su cabeza sin mayor esfuerzo ni mostrando señal alguna de la embriaguez que aparentemente le aquejaba hasta apenas hacía unos minutos. Tras aquella pequeña fanfarronada Jake observó que al igual que hiciera él Aldar también había preparado otro montón de útiles para el viaje, por su cuenta había tomado diversos tipos de estuches junto con un par de lamparas, ropas de abrigo otro de los arcos compuestos y la que seguramente sería la mejor de las espadas allí perdidas.

  Por otro lado Avlin había prestado menos atención a la supervivencia y, cual ratón de biblioteca, había llenado un estuche de pergaminos y un par de libros y aprovechado para cambiar su bastón por uno nuevo de mejor aspecto.

  Fuera como fuese, salvo que alguien dijera lo contrario, el grupo ya tenía lo necesario para realizar el trayecto, solo faltaban los víveres y el adelanto prometido.

  Antes de que tuvieran que repetir su nombre el enigmático monje regresó con una pequeña bolsa de la que asomaban tres grandes rollos de papel y un saco que tintineaba con el sonido del dinero.

  -Bien, me alegra ver que hayan sabido arreglárselas tan bien en mi breve ausencia. Señor Aldar, aquí tiene los mapas de las distintas regiones que pidió, por otra parte aquí se encuentra el anticipo prometido que completa el pago por su anterior trabajo para el Maestro. En cuanto a los víveres les serán entregados mañana mismo junto con los caballos. Si no tienen nada más que decir siéntanse libres de aprovechar lo que resta de día y no se preocupe señor Jake, veré que puedo hacer con ese asunto también.-

Jake asintió complacido. Estaba seguro de estar dando los pasos adecuados para llevar a cabo la misión. Ahora sólo quedaba ir a buscar al otro componente del grupo que debería acompañarles.

Vayamos a la posada a dejar vuestras cosas y a tomar algo. Cuando anochezca me acercaré a buscar al último componente del grupo y así tratar de tenerlo todo preparado para partir en cuanto despunte el alba.

Después miró al sr Nimble.

Querido sr Nimble, recuerde que la chica vendrá con nosotros, para que lo tenga en cuenta para en lo que la montura se refiere.

Jake sonrió ampliamente, sabía cual era el destino que le deparaba a la chica antes de quitársela al supuesto monge de las garras.

Cuando el monje, o lo que sea este tipo en realidad, me hace entrega de los mapas, los extiendo uno sobre otro en la mesa comprobando su exactitud y calidad. Entonces los enrollo cuidadosamente y los introduzco en el estuche que he buscado para tal efecto, cerrándolo con cuidado y asegurando su estanqueidad. La gente suele creer que lo más importante en una expedición es la cantidad de armas, pero yo ya he dirigido suficientes para reconocer lo vital que es tener buenos mapas y en las mejores condiciones.

Dejo el estuche con los mapas junto con el resto del material, quedandome tan sólo con las armas, la espada y el arco con uno de los carcajs, y por supuesto la bolsa del dinero. Eso es lo único que vale en una ciudad. El dinero y la capacidad para defenderlo.

Mientras me ajusto el equipo, O'Sullivan propone acudir a la taberna, descansar y comer algo, ya que no es hasta la noche cuando se podrá acudir al reclutamiento de ese último miembro de la expedición. Asiento, conforme, cuando expone el momento de partir. Y es que al alba es siempre la mejor opción, por motivos más que evidentes. Sin embargo, enarco una ceja, curioso e intrigado, cuando habla de "la chica", con tan amplia sonrisa.

¿La chica? -Pregunto con interés, tratando de sonsacar información sobre ello. No es que menosprecie en modo alguno la capacidad de una mujer, he podido comprobar que hay muy diestras guerreras en este mundo, pero me ha parecido detectar algo extraño en la voz de O'Sullivan...

Con un movimiento de cabeza Jake señaló a Asdra. 

Sí, no pienso dejarla aquí... dijo mirando al sr Nimble, estamos empezando a conocernos.

  Asdra sonrió complacida por el comentario de Jake mientras por su parte Nimble hizo su mejor esfuerzo por mostrarse indiferente, solo O'Sullivan era consciente de que había dado con el arma adecuada para "buscar las cosquillas" a aquella repugnante criatura. Con aquella breve interacción entre los protagonistas de la trama Aldar ya pareció comprender de que iba aquello, o si no por lo menos pudo empezar a formarse una idea.

 El gnomo y el enano finalmente se juntaron a los tres humanos dejando en el montón los objetos que ellos también habían considerado válidos para la misión y que no deseaban llevar encima en aquel momento, ahora Balakar llevaba dos hachas enanas colgadas a la espalda mientras Avlin se limitó a lucir su nuevo bastón tras depositar libros junto a las mantas de Aldar, el pequeño mago se había mostrado extrañamente silencioso durante todo aquel tiempo.

 Tras una breve despedida en la que se aseguraron de aclarar los últimos detalles el grupo de los cinco dejo atrás el almacén y ascendió por las escaleras que habían tomado inicialmente para llegar a aquellos subterráneos.

  La Mánticora Roja seguía en el mismo lugar que la habían dejado solo que ahora estaba desierta salvo por la tabernera Nelly que esperaba. Por la poca claridad que entraba ya por la ventana pudieron deducir que ya estaba entrada la tarde dejando al grupo con unas horas de descanso antes de que tuvieran que acudir a su "cita nocturna".

  Cuando entraron en la sala principal vieron a la tabernera limpiando una de las jarras que muy probablemente hubiera servido en el duelo de los enanos. Nelly observo entretenida al variopinto quinteto.

  -Supongo que los señores y señorita ya habrán terminado de arreglar sus asuntos ¿Puedo serviros algo?- En medio del ofrecimiento pareció recordar algo y paso a centrar su atención en Balakar. -Casi se me olvidaba, Thorgrum dejó esto para el enano junto con un mensaje "Dado que la confrontación terminó en tablas creo que lo mejor es que cada uno recupere su parte hasta que se ofrezca la oportunidad de un desempate, pero que al menos esto haya servido para forjar una amistad entre los clanes Khudum y Balkson".- Terminado de decir aquello dejo una pequeña bolsa de cuero roída con unas pocas monedas de plata en su interior que Balakar se apresuró en recoger tras unas breves palabras de agradecimiento y hablar sobre el honor entre los clanes enanos.

 Entre los licores y todos esos arreglos por la aventura a las ruinas parecía atontado. Sin embargo no perdió el detalle de que Heinrich o Nimble tenian ese gran almacen con tantas cosas de diversos valores acumulados.

 Sin embargo al escuchar la mujer vio el mensaje y lo dejado. Rie "Jejeje, Esos si que eran buenos camaradas de mesa eh?" y se guarda todo en su mochila; cual escribano o tesorero.

El gnomo sonríe a la tabernera "uhm, deme algunos panecillos! algun vino especial? jejeje!".  Un gesto de duda se hace clara en su rostro y hablando bajito le dice al grupo  "que dicen a todo lo que vimos alla abajo? no es demasiado tesoro junto?"

Para mí algo ligero y rápido, querida. Quedan muchos preparativos que terminar. 

Jake señaló una mesa para que pudieran sentarse y comer algo. Cuando terminó y los útimos rayos del sol se desvanecieron, el sonriente Jake se levantó y se dispuso asalir a buscar al último componente del grupo.

¿Alguien se viene a buscar a nuestro último componente?

Antes de salir miró a la tabernera... Nelly, preciosa, no tardamos en volver

La respuesta de O'Sullivan acerca de la chica fue concisa, justa más que suficiente, pero dejaba entrever algún tipo de juego con el monje. Algo que se ne escapaba pero que tampoco parece de mi incumbencia. Dudo mucho que afecte a la misión, de modo que decido no involucrarme.

Comemos algo con calma, no demasiado, tan sólo lo suficiente, y O'Sullivan formula una pregunta, en mi caso, innecesaria.

Ya conoces mi respuesta... -Sonrío poniéndome en pie.

  El grupo se había acomodado para aprovechar el tiempo libre del que disponían en reponer fuerzas y poder conocerse algo mejor entre ellos. Durante el transcurso de la comida el Sol prosiguió imperturbable su recorrido hasta casi ponerse, momento en el que Jake aprovechó para recordar que aún quedaba alguien para completar el equipo con quien debían reunirse, a lo que Aldar recordó que seguía sin intención de retirarse. Las respuestas de Asdra y Balakar fueron silenciosas pero bien claras cuando ambos hicieron muestra de apoyo a Jake preparándose para levantarse y seguirlos.

  Mientras esperaban por la respuesta del gnomo Asdra trató de romper el silencio que había mantenido con sus compañeros desde casi el momento en el que se habían reencontrado, quizás lo que iba a decir fuera demasiado obvio pero sintió que nunca estaba de más advertirles.

  -Si vamos a ir todos permitidme advertiros de que los pozos no son el lugar más recomendable de Saduj precisamente. Me imagino que todos sabréis la clase de cuidados que hay que tener en estos lugares pero igualmente quería avisaros.  Ya he estado varias veces allí debido a que Longbert gustaba de apostar allí casi todo lo que ganaba y nunca faltan patanes dispuestos a crear un malentendido como excusa para iniciar una pelea o rateros que intenten hacerse ricos rajando las bolsas de los incautos. En cuanto al resto los pozos son todo lo que prometen, luchas entre gladiadores en las que los asistentes tratan de hacer oro adivinando cual ganara...- Dejó terminar la frase en suspenso para observar la reacción de Jake y esperar por si alguien más deseaba decir algo antes de la partida que ya parecía inminente.

  El pequeño mago pensativo pero oportunista mira al tal Jake y casi saltando del asiento al suelo dice "Bueno... voy a dar un paseito a buscar a la mujersita jejeje! Que me dejen los panecillos ahí..."

Agarró sus cositas y se dirigió hacia afuera, acompañando de manera directa e indirecta a Jake. "que emocionante! No hay nada mas interesante que ver actividades vespertinas, jeje!"

  Llegar a la posada no le llevó mucho tiempo, podría ser la primera vez que estaba en aquella ciudad pero nada comparado a los densos bosques nocturnos repletos de peligros que se había encontrado en el pasado. Con la capucha de la capa bien calada nadie se atrevió a acercarsele evitando miradas indiscretas mientras se fundía con la noche.

  La única sorpresa que le sobrevino llegó justo cuando iba a alcanzar la entrada, pues de inmediato pudo sentir el sonido de varias pisadas que se aproximaban en aquella dirección. De manera casi intuitiva paso a buscar refugió en las sombras. Por suerte no tardó mucho en saber que aquello era inútil, unas bravuconadas muy familiares sumado al hecho de que los integrantes del grupo fuesen cinco le mostraron que por aquellos recién llegados no tendría que preocuparse.