Partida Rol por web

El laberinto del bufón

IV - Mucho más que un secreto

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13/11/2017, 13:59
Freya

Mi alegría se vio turbada al ver el semblante de mi amado, quien nos preguntaba con seriedad por aquellas dudas sobre el camino cuando nos dio alcance. Avlin en seguida se dispueso a explicárselo, pero antes de ello quise dirigirme a Aldar.

- Lo era, pero te necesitamos. – respondí ante su apreciación de si aquello no era una conversación privada, levantando su mentón ligeramente para darle un breve pero amoroso beso en los labios. – Era sobre "lo que tú ya sabes”. – añadí al abandonar estos.

El gnomo le explicó entonces lo que requeríamos de él, quedándome mirando a Aldar con expectación. Confiaba en sus cualidades para poder hacer aquello posible, tanto en las relacionadas con sus capacidades de exploración, como a su natural ingenio.

- ¿Se te ocurre algo? – añadí finalmente, mirándole esperanzada.

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13/11/2017, 14:49
Aldar

Avlin me pidió que me acercase para hablar, confirmando Freya el tema de que se trataba. El gnomo compartió sus dudas acerca de cómo proceder, dado que necesitaba tiempo para dedicar al escrutinio del medallón sin tocarlo, y buscaban una excusa para una tarea tan complicada de ocultar.

¿Y de quién hay que ocultarlo, exactamente? -Dije, mirando fijamente a Freya, sintiendo que estábamos cometiendo un error con todo aquello- Somos cinco, y ya estamos tres al tanto de todo ésto. ¿De quién no te fías, de Balakar, de Zafira, o de ninguno de los dos? -La pregunta era retórica, no esperaba que me respondiera, sólo que pensara en ello. Por eso mismo no aguardé antes de responder a Avlin- El tiempo no será un problema, tenemos de sobra. Se tardan unas cuatro horas en llegar a Argentea, algo más de una milla antes nos desviaremos y trazaremos un recorrido radial a su alrededor. Serán unas horas más, pero nos va a sobrar tiempo antes del ocaso. -Expliqué, cruzándome de brazos- Para lo que proponéis sería necesario separarnos, no podrías explicar que te pasas horas delante de ellos mirando a Freya a lo que cuelga entre sus pechos... -Añadí soltando un bufido irónico, agachando la mirada, pensativo- Una vez alcanzado el punto desde el que avanzar hacia Argentea, podemos buscar una excusa para "reconocer el terreno", como decís, pero es mucho tiempo el que necesitáis. Balakar acostumbra a ser práctico y hacerse cargo de los asuntos de campamento, podemos dejarle al cuidado del equipo y las monturas, y pedirle a Zafira que permanezca con él vigilando, gracias a su conexión con la naturaleza. Así, vosotros dos podríais marcharos a reconocer lo que haya alrededor, con la excusa de asegurarnos de que no nos encontraremos sorpresas ajenas a lo que hay en Argentea. Pero hará falta una excusa para que no sea yo quien explore, ni quien vigile. -Me rasqué la barbilla, haciendo resonar los pelillos en mi piel como si fuese lija de un carpintero en plena faena- Claro, ¿por qué no? Yo me apostaré para vigilar las defensas de la ciudad y anotaré cada cuanto tiempo hacen guardia esos bandidos. Esa información nos será útil cuando tengamos que afrontar el acceso.

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15/11/2017, 13:34
Freya

No me esperaba aquella apreciación por parte de Aldar, haciéndome reflexionar sobre si de verdad era necesario ocultar aquello a los demás, pero pronto lo tuve claro. Guardé silencio hasta que terminó de hablar, escuchando cómo veía la situación. El tiempo no le parecía un problema, pero sí la forma en que podría llevarse a cabo esa identificación, dejando claro que sería necesario separarnos.

Apreté los dientes, pues aquello no me hacía mucha gracia, aunque igualmente tendríamos que terminar separándonos en algún momento. La idea de Aldar pasaba porque intercambiáramos funciones de algún modo, dedicándonos nosotros a reconocer el terreno. Realmente podía hacerlo mientras Avlin se dedicaba a lo del talismán, pero condicionar nuestros planes a aquello no estaba bien.

- ¿No modifica demasiado nuestros planes? – pregunté preocupada. – No quiero que esto ponga en peligro la misión, que nos ponga en peligro a nosotros… - dije desviando la mirada. – Tampoco es tan importante. – agaché la cabeza, resoplando, antes de volver a mirarles. – Si os parece un buen plan adelante, pero lo primero es llegar a Argéntea con la mayor seguridad posible. – expuse con firmeza, antes de mirar a mi amado. – No me fío de ninguno de los dos respecto a guardar un secreto. – dije con convicción. – Balakar ha demostrado ser un bocazas, y las prioridades de Zafira se alejan demasiado de las mías. – expliqué, recordando hechos pasados. - Prefiero renunciar al estudio del talismán que contárselo a ellos dos. - Tenía la la impresión de que no saldría nada bueno de ello. - Hagamos lo que sea mejor para nuestro cometido principal.

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15/11/2017, 22:43
Avlin Tuercegris

- Bueno- interrumpió Avlin- quizá todavía nos quede otra opción... con algo más de tiempo claro está.

El gnomo echó un vistazo a lo lejos y observó que Balakar y Zafira parecían seguir concentrados en lo suyo sin hacerse demasiadas preguntas, al menos aparentemente.

- Si podemos esperar a nuestra próxima parada- argumentó- será necesario hacer guardias, como siempre. Yo podría montar guardia con Freya. Podríamos argumentar las guardias por parejas por estar en una región de mayor peligro, lo cual será absolutamente cierto. No tendrás tu respuesta antes de llegar a Argentea- dijo mirando a la mujer- pero si has podido esperar hasta ahora...

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16/11/2017, 15:05
Aldar

Como suponía, el plan estaba demasiado cogido por los pelos como para que a Freya fuera a gustarle. A mí tampoco me parecía lo mejor, sólo lo mejor que se me ocurría con las condiciones que imponía. Dejó claros sus motivos para no confiar a los demás su secreto, que se reducían a que no confiaba en Zafira. El problema del enano era que podía llegar a ser muy bocazas, y entonces la druida se enteraría igualmente.

Suspiré, sabedor de que ninguna solución cumpliría los requisitos que se ponían sobre la mesa.

Hasta que el propio gnomo planteó la solución ideal: dejarlo para más tarde, cuando solucionásemos el asunto de Argéntea, durante las guardias. Asentí a Avlin y busqué una respuesta de Freya a tal opción, que me parecía la correcta.

A mí me parece bien. Demasiado sensato para ser idea de Alvin. -Bromeé, dedicando al gnomo una sonrisa de medio lado- ¿Estamos de acuerdo? ¿Nos ponemos en marcha?

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16/11/2017, 15:57
Freya

Lo que decía Avlin no era exactamente así, pero tampoco quise pronunciarme al respecto. No había esperado hasta aquel momento, sino que no fue hasta entonces que supe de lo que el gnomo era capaz; además, no había sido hasta hace poco que habíamos vivido una situación muy peligrosa, lo que me hizo pensar que quizás la ocasión de tener que usar aquel talismán no estuviera tan lejana. Aunque esperaba no tener que hacerlo.

A Aldar le pareció bien la propuesta de mi compañero, buscando el consenso de todos para poder partir de una vez.

- Que así sea. Pongámonos en marcha. – dije pensativa, poniendo rumbo hacia el lugar donde se encontraba el resto.

Puede que en el fondo no sea tan malo esperar, quizás sea más sencillo mientras menos sepa de esa cosa.

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16/11/2017, 20:47
Región de Eltsembar

Cuando los tres compañeros regresaron a donde Balakar y Zafira esperaban estos últimos ya se hallaban sobre sus caballos esperando para ponerse en marcha. La charla de los primeros no había durado mucho, sólo el tiempo necesario para que el enano y la druida terminasen de asegurar todas las provisiones a sus respectivas monturas y sacasen los caballos hasta la senda que les conduciría al norte.

Los rayos sol de la mañana irrumpieron con fuerza a través de las altas copas de los árboles, asegurándoles que al menos contarían con buen tiempo durante gran parte del camino. Los pájaros despertaban en las ramas que les habían dado cobijo durante la noche y comenzaban a llenar el bosquecillo con sus trinos.

Abandonaron la arboleda al poco de haber recorrido una milla, aunque antes ya habían comenzado a notar cómo los leñocasos comenzaban a distanciarse entre sí y el monte bajo ganaba terreno bajo ellos. Ya para entonces tuvieron claro que las predicciones del explorador eran acertadas: entre los rectos troncos distinguieron las vastas llanuras de las que había hablado su compañero, salpicadas de suaves colinas donde los pastos se movían al ritmo impuesto por la brisa matinal. Aquí y allá, repartidos de manera dispersa, existían tupidos arbustos de hojas apretadas y duras llamadas Coraza de Tortuga, por su gran parecido con éstas a excepción de su tamaño, el cual no se elevaba más allá de media vara. Aquella sería toda la presencia vegetal que saldría a su paso durante las siguientes cuatro horas, momento en el cual el explorador les dio el alto.

Mucho antes de alcanzar aquel punto la Vieja Senda había desaparecido por completo de la vista. Sólo la pericia de Zafira y Aldar les hizo posible llegar hasta allí sin desviarse lo más mínimo de la ruta prevista. El mapa que portaba su compañero desde que salieron de Saduj ni siquiera llegó a abandonar su estuche, ambos los habían guiado valiéndose más del sentido del oído que del de la vista. Sólo la imperceptible diferencia en el sonido de los cascos de las monturas al golpear el suelo les permitía saber si lo que había debajo de la tierra, algunas veces a más de un palmo, era empedrado original de la antigua carretera real.

A mano derecha, como una mancha difusa en el horizonte, los compañeros distinguieron la antigua villa de Argéntea. Se hallaba a más de una milla, por lo que distinguir no sólo personas, sino casas, era algo imposible en ambos sentidos, incluso hallándose ésta en lo más alto de una elevación de terreno.

Aldar decidió separarse más aún y continuar hacia el norte, siguiendo, ahora sí, una ruta escorada hacia la derecha que les llevaría en algún momento hasta el norte de Argéntea. El terreno no había cambiado en absoluto, pero sí que se toparon en más de una ocasión con los restos de paredes de piedra, que no eran otra cosa que el recuerdo de que allí había florecido una próspera comunidad agrícola y comercial. Se trataba de las lindes entre campos y viñas que los antiguos campesinos habían levantado para separar sus propiedades de sus respectivos vecinos. La mayoría se encontraban tan derruidas que quedaban ocultas por los pastos que las rodeaban, sin embargo, aún era común toparse con algunos tramos que seguían en pie y continuaban durante una decena de yardas hasta desaparecer de nuevo.

Frisaba el mediodía cuando el explorador consideró oportuno detenerse de nuevo, detrás de media pared de piedra superviviente de lo que en su día había sido un molino. Desde allí, debido a las caprichosas ondulaciones del terreno circundante, no podía verse Argéntea, por quedar ésta oculta detrás de la loma que se elevaba ante ellos. No obstante, bastaba caminar cincuenta pasos para asomarse a ésta y distinguir en el horizonte las ruinas de la villa, todavía a más de una milla de distancia.

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19/11/2017, 19:17
Aldar

El camino, si bien terminó siendo relativamente sencillo de seguir y sin grandes dificultades derivadas del terreno, terminó por confirmar todos mis temores. Al margen de aquellas Corazas de Tortuga, no había vegetación ni orografía tras la que esconderse en las proximidades de Argentea. Mientras avanzabamos a paso tranquilo, observé aquellos arbustos planteándome incluso su idoneidad como ocultación. Cortar un seto completo y emplearlo como "disfraz" para poder acercarnos e investigar.  No obstante, no le veía necesario dado nuestro interés en acercarnos ya al ocaso, así que dejé que aquella idea se diluyera y me concentré en llevarnos al punto de acercamiento más adecuado. 

Finalmente pudimos detenernos, al parapeto de una porción de pared superviviente de un viejo molino. No encontrábamos al resguardo también de la colina que nos separaba de la llanura por la que se alcanzaría la villa, y era un lugar idóneo para descansar.

Podemos comer aquí. -Indiqué a los demás, descendiendo del caballo- Nada de fuego, y no sería mala idea descansar un rato por la tarde, echarnos una pequeña siesta, aunque igualmente alguien deberá estar de guardia. La noche será larga. -Sugerí, echando la vista al cielo. No parecía que la climatología estuviera obrando en nuestra contra, pero era aún pronto para asegurarlo- Deberíamos dejar las monturas aquí esta noche, y recorrer la distancia que nos separa de ese campamento a pie, comenzando cuando el sol alcance... -Cerré un ojo y me pasé la lengua por los labios, calculando mientras extendía mi brazo señalando con el índice un punto del cielo sobre el horizonte opuesto a la villa- ...ese punto. Aproximadamente.

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19/11/2017, 21:46
Balakar

El alba nos sorprendió a caballo, recogido el campamento y borradas lo mejor posible toda huella de nuestro paso por aquel lugar. Abandonamos la linde del bosque con el coro matutino de los pajaros cantores que saludaban al astro rey y, quizas, nos agradecian haber librado a la arboleda de la presencia de las arpias o de su maligna influencia.

Un agradable calorcillo me embargó y susurré entre dientes una tonadilla de viaje...

Frente a nosotros se abria un terreno ondulado por las colinas, con la brisa matinal meciendo suavemente la hierba, mis barbas y la melena de fuego de Freya.

Fruncí el ceño.

Eramos visibles desde varias millas a la redonda, sin refugio alguno. La única ventaja era que podriamos ver acercarse a cualquiera con antelación suficiente como para prepararnos.

Salpicaban las llanuras unos arbustos que semejaban unos caparazones de buen tamaño, que durante un rato parecieron atraer la atención de Aldar, quien finalmente desechó lo que fuera que pasaba por su cabeza. Solo la pericia rastreadora del hombre de los bosques y la conexión que tenia la druida con el entorno parecian mantenernos en el buen camino.

Aquel oceano de hierba, casi llano bajo el cielo azul hacia tiempo que me habia desorientado, acostumbrado como estaba a moverme en el subsuelo, bajo rocas y montañas, más que en campo abierto.

Tan pronto alcanzamos a ver, a atisbar apenas, la villa de Argentea, Aldar hizo girar a su montura, rodeando el pueblo de los bandidos. Nuestra ruta nos llevó a orillar lo que parecian restos de granjas y de campos de cultivo, siguiendo las lindes de piedra abandonadas a su suerte.

Con el sol casi en su cenit, Aldar dió el alto, cosa que agradecí silenciosamente, deseando como estaba que mis botas volviesen a pisar tierra firme. Descabalgué y retiré la impedimenta de mi pobre caballo, al que palmeé el cuello con cariño.

El lugar elegido para acampar era, ó más bien, fue, un molino que habia sido abandonado tiempo atras. Permitia ocultarnos de miradas indescretas, pero lo suficientemente cerca de la villa como para que tuviesemos que ser prudentes y cuidadosos.

El explorador se ocupó de su montura, mientras nos daba buenos consejos sobre como proceder hasta el momento de atacar. Sus palabras eran sencillas y sabias, asi que asentí gravemente. Procuré a mi caballo forraje y agua antes de reunirme con mis compañeros.

- ¿Comer algo? Mágnifica idea.- Sonreí mientras me sentaba para dar cuenta de mis raciones de viaje.- Podemos hablar de como vamos a proceder... Entrar a ciegas en Argentea es un suicidio...

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19/11/2017, 22:37
Avlin Tuercegris

Avlin pasó la mañana en un agradable silencio, sobre todo para el resto de sus compañeros. El pequeño mago inició el camino repasando su libro de conjuros mientras su apacible montura seguía mecánicamente al resto de la manada.

Cuando alcanzaron la zona de la campiña y las pequeñas lomas salpicaron el paisaje a derecha e izquierda, Avlin rebuscó en su mochila hasta dar con lo que estaba buscando, el pequeño estuche en el que guardaba la tinta, los papiros y el cáñamo. Alguno de sus acompañantes le miró con incredulidad, pensando que el pequeño gnomo estaba loco si creía que podía escribir con el bamboleo de su montura pero, ni corto ni perezoso, se puso a la tarea con sorprendente agilidad, trazando pequeños caminos que atravesaban bosques y dibujando los serpenteantes terrenos que les habían llevado hasta aquel punto.

En el lugar en el que habían peleado con las arpías, Avlin dibujó una pequeña calavera con alas y, un poco más adelante, las formas cuadradas de La Hidra Sonriente que tan bien les había protegido de los rigores de la noche.

Terminó su obra con una enorme sonrisa en el rostros y empezó a garabatear pequeñas notas a un lado y a otro. "Encuentro con las arpías" decía una "Hidra Sonriente" decía otra y así, uno por uno, los distintos hitos del camino que habían ido encontrando. Más tarde tendría tiempo para dar un poco de enjundia a su pequeña obra.

Llegaron finalmente a un punto en el que Aldar dio el alto e inspeccionó los alrededores. Parecía aquel el punto en el que esperarían la caída de la noche y todavía era bien temprano.

- Tal vez Zafira y yo podríamos tratar de dar con algunos animales de la zona que pudieran informarnos acerca de la situación en Argentea- sugirió- por mucho que nos abriguemos en la seguridad de la noche, no sabemos con exactitud qué nos vamos a encontrar ahí dentro.

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20/11/2017, 02:33
Zafira 'Ithildin

La planicie también es un ecosistema

Balakar, -dijo cuando vio el cielo azul extendiéndose todo alrededor- ¿esto es lo que llama tu pueblo, “la Última Caverna”?, refiriéndose a la bóveda que estaba directamente arriba de ellos y hasta donde les alcanzaba la vista. 

Admiró con el gnomo y el enano las hermosas vistas mientras los guiaba.   A la vez iba adivinando el clima que les esperaría para la noche y madrugada, el más importante para la infiltración que tenían que hacer, o el asalto si perdían el elemento sorpresa.  Esta vez tendría más suerte, las nubes ya se habían movido a lo largo del día y era fácil adivinar sus siguientes movimientos, con el viento que trae la tierra al enfriarse.  Pero aun le parecía elusivo el tiempo. 

Al llegar al sitio guarecido que sería su campamento, la druida se puso de nuevo a buscar remedios curativos, plantas que le sirvieran para sanar más rápidamente heridas o al menos prevenir que se agravaran mientras lo hacían.  La diversidad de naturaleza era fuente de diversidad de soluciones y las buscó, raíz, baya, semilla, fibra, todo serviría.  Se puso manos a la obra para machacar, exprimir, sacar todo compuesto útil de lo encontrado, lo mismo hizo con cienpiés, araña y otros pequeños animales, cuyos venenos bien usados ayudarían a sanar lo dañado.

Luego, se puso a hacer un recuento de lo que sabia de la planicie, de sus peligros, naturales y faericos.  Queria poder advertirles a todos de cuales serian los principales riesgos de estar ahi.

Al final de sus tareas se sumó al grupo, para platicar estrategia.

Quizá Avlin lo más útil sería buscar animalillos en la muralla que nos mostraran algún hueco grande para pasar.  Mejor esperemos.

Si no hay neblina natural, yo podría invocar una, para cubrir nuestra entrada de miradas adelantadas, una vez sabiendo donde.  Puedo pedirle a Tzotz para que nos ubique donde están los guardias, al fin que ya está del todo bien recuperado

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tomaria 20 o 10 para la tirada de supervivencia de identificar peligros naturales o de hadas en la zona.

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20/11/2017, 09:25
Avlin Tuercegris

- Vaya- se sorprendió el gnomo asintiendo a la druida- eres toda una caja de sorpresas.

Notas de juego

Pequeño post para indicar que Avlin está de acuerdo con la propuesta de la druida de esperar al asalto.

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21/11/2017, 12:09
Freya

El inicio del viaje resultó incluso agradable, pudiendo disfrutar de los rayos del sol que enérgicos se asomaban entre la arboleda, así como de los primeros cantos de los pájaros. Pero aquello no duró más que una milla aproximadamente, encontrándonos después con el paisaje que Aldar ya nos había descrito.

La arboleda dio paso a las llanuras, salpicadas de colinas, las cuales pudimos observar durante unas cuatro horas. Aquella parte del viaje me resultó tediosa, antojándoseme aún más larga. Por suerte terminamos divisando Argéntea, aunque tan lejana que apenas era una mancha en el horizonte. Encontrarnos más cerca me insufló ánimo, y el último tramo me resultó mucho más llevadero, además de entretenido; y es que los restos de ruinas que se encontraban prácticamente ocultos entre el pasto me permitían ocuparme en algo.

Era medio día cuando nos detuvimos junto a las ruinas de lo que debía ser un viejo molino. Desde aquel lugar no podíamos ver Argéntea, pero Aldar había estimado que con unos cuantos pasos esta podría ya verse, y que en aquella dirección accederíamos al norte de la villa. Al bajar de su caballo nos dio algunas indicaciones sobre cómo nos convendría proceder, así como del momento en que debía producirse aquella aproximación a Argéntea.

El enano aceptó de buen grado la sugerencia de comer algo, no tardando en ponerse a ello, para después proponer que fuéramos hablando del modo en que entraríamos en el lugar. Avlin y Zafira recogieron en seguida ese guante, comenzando a debatir sobre el tema, mientras yo me afané en atar al caballo en uno de los salientes que antaño había formado parte de aquel molino.

Sin más miramiento, cogí algunas de las raíces encontradas el día anterior y me senté en una roca, mascando una de estas con rostro de desagrado; donde estuviera un buen pedazo de carne…

- El plan os lo dejo a vosotros. – terminé por decir. – La discreción no es mi fuerte. Ni a nivel teórico, ni a nivel práctico. – dije antes de morder otra de aquellas raíces, masticándola varias veces antes de continuar. – Tened en cuenta que no soy fácil de esconder. – apunté con media sonrisa, antes de terminar escupiendo lo que tenía en la boca. – Por Obad Hai… No sé como la druida puede vivir de esto... -murmuré.

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23/11/2017, 08:00
Aldar

La idea de tratar nuestros próximos pasos mientras almorzábamos me parecía lo más correcto, aunque no tenía del todo claro que realmente pudiéramos planificar nada. Era poco lo que sabíamos sobre aquello que nos aguardaba en la villa, y menos aún lo que creía era posible averiguar antes de adentrarnos en territorio urbano, o más bien ruinoso. 

Ambas opciones seguían sin ser mi elemento predilecto.

Tampoco estaba seguro de qué pretendían averiguar nuestros practicantes de artes mágicas, a través de los animales. ¿Qué datos podía facilitar un animal? No sabían contar, dudaba que se molestas en en identificar una dirección geográfica, y su identificación de las personas podía basarse en valores irreconocibles para nosotros. En cualquier caso, eran ellos los expertos. Yo, sencillamente, tenía tendencia a confiar en lo que conocía. Era un tipo práctico: lo que había probado en diversas ocasiones con éxito me inspiraba confianza; lo que no... todo lo contrario.

¿Plan? No tenemos mucho para trazar un plan. -Opiné mientras tomaba asiento, cruzando las piernas con la espalda apoyada en el muro de aquel molino- Lo que sí tenemos es ésto. -Cogí un puñado de frutos secos en mi mano izquierda, para ir abriendo apetito, mientras en la derecha sostenía un pequeño palo e iba trazando marcas en la tierra removida- Dos objetivos, dos edificios. La casa del gobernador y la prisión, ambas a unos cien pasos, en la parte noreste de la ciudad. Relativamente cerca de nuestro punto de acceso más cercano. -Tracé un círculo, y soltando el palo coloqué dos buenas piedras representando los edificios dentro de él, mientras mascaba aquellos frutos secos- Deberían ser fáciles de identificar, los mejor conservados. La bruja y el jefe de los bandidos estarán en la casa del gobernador, y por lógica me inclino a pensar que los rehenes estarán en la cárcel. Hablamos, si las cuentas y la memoria no me fallan, de dieciséis enemigos repartidos entre ambos lugares, quince sin contar al enfermo que dudo oponga resistencia. Y dos perros. Y teóricamente no hacen rondas por la noche... -Me detuve un instante, pensativo, dejando incluso de masticar incluso- También está el asunto de "eso" que temen, lo que ronda la ciudad por las noches...

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23/11/2017, 17:05
Balakar

Apoyé la espalda contra el muro, respirando profundamente. Habia dejado sin respuesta la pregunta de Zafira, en referencia a como llamaba mi pueblo al cielo despejado sobre las montañas. Por la noche le explicaría que era lo que los enanos considerabamos que era  "La Última Caverna", como tan poéticamente habia indicado la druida.

Mientras llegaba esa hora, me afané en dar cuenta de mi almuerzo, aliviado por el hecho de que Zafira y Avlin parecían haber comprendido lo que queria que hicieran. No era lo mejor que teniamos, pero habria que conformarse.

El comentario de Freya me hizó sonreir al recordar su temeraria escalada y su enfrentamiento en solitario con aquella bestezuela alada.

- Pero se te dá bien entrar en combate, muchacha. Saber donde colocarnos para ser útiles es lo que debemos discutir ahora. Una vez trabados con esos tipos, casi todas las concusiones a las que lleguemos aqui, casi todos los planes, dejaran de servir.

Por otro lado, Aldar empezó a trazar algo parecido a un mapa de situación, demostrando que debajo de esa capa de prágmatismo habia un buen montón de estrategia... O de instinto. Escuché, masticando en silencio, el resumen de lo que sabiamos y de lo que se suponía que ibamos a enfrentar.

- Con un poco de suerte, vuestros animalillos podrán confirmar los extremos predichos por Aldar. - Mesé mis barbas, mientras pensaba en alguna forma de expresar lo que me rondaba por la cabeza. Renuncié con un chasqueo de lengua y me decidí a abordar el tema que habia causado tanta impresión en el hombre de los bosques.- Mientras tanto, ¿que puede ser eso que asustó tanto al Don Juan aquel y a su apestoso compañero? ¿Alguna idea? No parecen ser esos osobuhos que temiamos encontrar... ¿Fantasmas? Sea lo que sea, según esos dos, actuaban de noche, sin dejar huellas de su paso...

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26/11/2017, 22:47
Avlin Tuercegris

- Sea lo que sea- pensó Avlin- siempre que no nos moleste a nosotros, podríamos usarlo a nuestro favor.

El pequeño mago hizo unos gestos teatrales con las manos mientras sonreía travieso para dar a entender que sus ilusiones podían crear auténtico pánico entre los bandidos. Hizo entonces uno de aquellos cambios de actitud que parecían darle una doble personalidad. El dicharachero hombrecillo se puso serio mientras cogía otro palo para indicar su plan de acción.

- Contamos con el factor sorpresa- continuó- si conseguimos colarnos sin llamar la atención, mi plan sería tratar de crear confusión en el campamento para después ir directamente a por sus líderes. Descabezada la serpiente los demás no opondrán resistencia. Nos superan en tres a uno así que un enfrentamiento directo es una locura, creo que en eso estamos todos de acuerdo. Yo puedo tratar de confundirlos y separarlos mientras les disparamos desde varios puntos o atrayéndolos por grupos a donde un ataque rápido pueda dejarlos fuera de combate antes de que den la alarma, eso podría hacerles pensar que nuestro número es mucho mayor. En cuanto a los rehenes- se encogió de hombros- creo que estarán más seguros entre rejas hasta que acabemos con todo esto. Yo los dejaría para el final. 

Avlin sonrió de oreja a oreja, recuperando su jovialidad habitual.

- Parece fácil, ¿no?

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04/12/2017, 19:33
Zafira 'Ithildin

¿El plano de Argentea muestra una muralla, o está todo abierto?   

En todo caso, de no haber muralla, encontrar un pasadizo para entrar sin ser vistos por los guardias exteriores al sitio de la bruja sería una gran ventaja para seguir el plan de Avlin, que me parece muy bueno: derrotar a la amenaza mayor primero haría que los guardias otros prefirieran huir que enfrentarnos.  Para encontrar ese forma de entrar, los animales pueden ayudar, aunque no son indispensables. 

Luego se le quedó viendo a la vegetación.  Pensándolo bien, las corazas de tortuga nos podrían proporcionar un buen camuflaje.  Al menos para ocultar esos brillos de armadura y melena en lo que nos acercamos.  Se dispuso a tomar algunas de sus ramas para hacerles a cada uno un aditamento para que fueran aun menos perceptibles a la distancia, pero que les permitiera moverse a buen paso.  Obviamente, pensó en los peligros naturales y faéricos de acercarse a los arbustos antes.  Era una druida precavida. 

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10/12/2017, 23:54
Villa de Argentea

La caída de la noche llegó de forma lenta y paulatina, absorbiendo con sus alargados brazos repletos de sombras toda la llanura que se extendía al este de Argentea. En consonancia con lo expuesto, las horas que los compañeros invirtieron en descansar tras la pared medio derruida del molino parecían haberse desmarcado por completo del ciclo regular que marcaba el tiempo, dando la sensación a haber pasado innumerables días. Y es que con tan reducido espacio por el que moverse y con tan poco que ver en el mismo, uno tendía a aburrirse con facilidad.

La atmosfera reinante no contribuyó en absoluto a aligerar la larga espera, pues era pesada y plomiza, en sintonía con los rayos de sol que castigaban sin descanso las cabezas de aventureros y monturas por igual. Sólo cuando comenzó a distinguirse la negra mancha que avanzaba por los campos en dirección a la villa en ruinas, una brisa tímida pero fría empezó a levantarse. No traía olor a tierra mojada, ni siquiera era lo suficientemente viva como para arrastrar a las pocas nubes que se apelmazaban al norte; sería una noche fría, sin nubes y con una luna cansada, apenas sin brillo, lo que en cierta medida favorecía a los incursores.

El sol estaba a punto de alcanzar el punto indicado por Aldar, lo que hizo que el campamento cobrase la actividad y los ojos comenzasen a llenarse de aquel brillo que anunciaba la inquietud por lo que estaba por llegar.

Avlin y Zafira, después de interrogar como buenamente habían podido a algunos topillos y a un grajo que merodeaban por las inmediaciones, lo único que obtuvieron en claro es que aquella zona era frecuentada por lo que pensaron podía tratarse de alguna clase de cánido. Si estos eran lobos, zorros, coyotes o los propios perros de los bandidos que habitaban Argentea era algo que un grajo, y menos aún un topo, podía matizar. Lo cierto es que ninguno de ellos, ni siquiera Aldar, localizó pisadas de animales o extrañas criaturas por las inmediaciones, lo que ayudaba a relajarse en cierta medida. Aun así, como desconocían qué era lo que asustaba tanto a los hombres de Saem-Dolan, lo mejor era no confiarse por si se trataba de algún ente sobrenatural.

Notas de juego

Como habéis tenido tiempo de sobra mientras aguardabais hasta el momento preciso para moveros por los alrededores del molino, todos habéis tenido la oportunidad de ascender hasta lo más alto de la loma que os da cobertura y observar desde detrás de los matojos la estructura de Argentea desde lo lejos.

Desde la parte noche no se distingue ninguna muralla que delimite la ciudad en ruinas. Si esta hubiese existido en su día, los restos que queden de ella no deben tener más altura que la de los pequeños muretes que separaban los huertos de los agricultores.

Sí que se distinguen casas de más de un piso con parte de la estructura de sus tejados en pie, probablemente cerca del centro de la villa. La lejanía ayuda a que esos tejados se muestren más enteros de lo que a buen seguro están, pero es un buen indicativo de que no todo lo que queda dentro son cimientos y casas derruidas por completo, aunque uno pudiese pensar que es así por estar las primeras casas que se levantan al norte de la villa completamente derruidas.

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11/12/2017, 17:55
Aldar

El tiempo necesario hasta que el sol alcanzase el punto indicado pasó lentamente, volviendo el ambiente sinceramente pesado a medida que nuestra conversación y tiempos de descanso avanzaban. El gnomo había propuesto alguna idea muy interesante, al menos en mi opinión, y es que el temor que se había aposentado entre aquellos bandidos podía jugar en nuestro favor si Avlin hacía uso de su magia ilusoria con habilidad. Zafira, en cambio, tenía la facultad de desconcertarme cada vez que abría la boca. Primero hizo mención a un plano de la villa que nunca había obrado en nuestro poder, dado que sólo teníamos mapas del territorio en los que Argentea era un punto destacado, sin detalle de su interior alguno. Después de eso, mencionó unas guardias exteriores que nuestros prisioneros del Pateacaminos habían declarado inexistentes por la noche.

En cualquier caso, y consciente de que incluso si la villa tuviera una muralla estaría en similar estado deplorable y derruido que el resto de construcciones que habíamos visto, yo seguía convencido de que planear nada desde aquella distancia no serviría de nada en absoluto. Hasta que no alcanzásemos la villa y reconociéramos el terreno, ninguna estrategia sería realmente viable.

Bien, avancemos despacio y con todo el silencio posible. -Indiqué a mis compañeros, encabezando la marcha- Si en algún momento vemos luz alguna, nos detenemos y agachamos hasta que desaparezca, ¿de acuerdo? En principio, se supone que nadie hace guardias por las noches, pero lo comento por si acaso.

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11/12/2017, 18:48
Avlin Tuercegris

Avlin no había desaprovechado el tiempo. Las primeras horas de espera transcurrieron estudiando el terreno y tratando de obtener algo de información de los pequeños animalillos que circulaban por la zona. Avlin todavía no era muy ducho en las artes naturales así que la habilidad de Zafira le vino como anillo al dedo en aquellos momentos.

No disponían de mucha información acerca de la ciudad así que tendrían que improvisar sobre la marcha y tendrían que confiar en la suerte, algo que no acababa de convencer demasiado al hombrecillo.

Tras las primeras ideas en busca de un plan algo sólido, Avlin se retiró a repasar a conciencia su libro de hechizos y a dibujar como pudo el perfil que divisaban de Argentea desde su posición para sus notas sobre el viaje.

Empezaba ya a caer la tarde y a oscurecer cuando Aldar les llamó para ponerse en marcha.