Partida Rol por web

El mundo se ha ido a la mierda...o quizás tan solo por fin se ha revelado tal y como siempre ha sido. Sea como sea, Topeka, la capital de Kansas, se ha convertido en un lugar de pesadilla donde los muertos, devoran a los vivos.

Mary ha perdido la cuenta de los días que lleva perdida en Topeka. Tras el ataque inicial, se ha visto obligada a huir, ocultarse y sobrevivir como ha podido. Los horrores que se ha visto a contemplar, sin duda la han marcado para siempre. El virus que parece contagiarse por la sangre o la saliva, está diezmando la población a una velocidad alarmante. Aquellos atacados por los muertos, no tardan en morir tras sufrir una fuerte fiebre. Algunos mueren casi de inmediato, otros tardan minutos o incluso horas, pero al final todos acaban muriendo. Aunque eso no es lo peor, pues poco después de su último aliento, se alzan de nuevo sin un solo atisbo de humanidad en sus corazones y unas ansias asesinas sin límites.

Mary ha sido testigo de cómo los muertos han sido disparados, golpeados e incluso, mutilados...pero inagotables y ajenos al dolor, seguían avanzando. Lo único que parece detenerlos es destrozándolos por completo o destrozando sus cabezas.

Por suerte, desde que comenzó todo, Mary no ha tenido que luchar por su vida. Gracias a su instinto y sobretodo, a su inteligencia ha sabido evitar los mayores focos de problemas, permaneciendo oculta o trazando rutas alternativas.

Tras saltar la valla que rodea el Forbes Landing RV Park, se alegra de comprobar que apenas hay muertos rondando por las calles. El lugar está destinado al estacionamiento de caravanas y autocaravanas, por lo que deduce que allí seguro que encuentra cosas geniales que podrá usar en su viaje hacia, bueno, hacia donde sea que se dirige.

Un hombre, obeso, que pesará más de ciento cincuenta kilos, deambula por allí tambaleándose de un lado a otro buscando algo o más bien, a alguien a quién llevarse a la boca. Uno de sus brazos ha sido completamente mutilado, como si se hubiesen alimentado de él, lo cual le otorga un inquietante aspecto.

Cerca de donde se encuentra esa cosa hambrienta de carne humana, hay una autocaravana increíblemente grande que parece disponer de todas las comodidades propias de una casa de lujo. El único problema es que colarse en ella, puede atraer atención no deseada.

Por esa misma zona ve que hay al menos dos caravanas abiertas también. Volcada en el suelo, hay una parrilla y totalmente podrida y llena de moscas, lo que en otro tiempo fue la carne que iban a usar para una barbacoa. Mary también ve una bicicleta rosa, en el suelo de unos de los jardines, un balón manchado con sangre reseca y una mesa de camping volcada con un montón de cubiertos, vasos y servilletas esparcidos por el suelo.

Parece que los dueños de aquellas tres casas móviles, se disponían a disfrutar de un agradable día de barbacoa cuando el virus cayó sobre ellos. Ahora tan solo queda el recuerdo lejano de que en ese preciso lugar, hubo tiempo donde todo fue felicidad y alegría. Pero ahora...ahora tan solo queda muerte y desolación.

El lugar dispone por supuesto de más caravanas y autocaravanas, pero parecen cerradas. Quizás si invierte algo de tiempo en registrar el lugar de con alguna que esté sin la llave echada. Aunque también puede tratar de forzar alguna y colarse dentro. Sea como sea, la verdad es que lleva una dura jornada y no la vendría recuperar fuerzas, quizás allí pueda encontrar un refugio seguro para quedarse uno o dos días.

La petición se Sophie toma por sorpresa a Hawkins, aunque tras evaluarlo brevemente, asiente y sonríe. Están pidiendo a un condecorado capitán de los Delta Force que cumpla una misión extraoficial para ellos, llevando a las instalaciones a varios infectados. Así que comprende que el capitán desee mantener a salvo a la mujer con la que parece mantener algún tipo de conexión.

-No hay ningún problema, la sala de control es el lugar más seguro del edificio. Desde allí se controlan todos los accesos, por lo que si las cosas, por algún azar del destino se descontrolan, podremos mantener a todos a salvo. Ummm respecto a su ofrecimiento de ayudarnos, disponemos de personal ocupado en todas las áreas. ¿Cuál es su especialización?

Mientras caminan por los pasillos en dirección a la sala de control, el doctor recibe un aviso a su busca. Por lo que alzando un dedo solicita a Sophie que aguarde un instante, antes de acercarse hasta uno de los teléfonos que hay situados en los pasillos y que sirven tan solo para la comunicación interna.

-Disculpe señorita, ummmm aún no sé su nombre. Pero acabo de hablar con el capitán Wright y me ha pedido que la prestemos una de las armas de las que disponemos aquí. No es algo que haríamos en circunstancias normales, pero dada la situación que vivimos me parece razonable que cualquiera con competencia para manejar un arma, esté armado.

La sala de control está protegida por una puerta blindada de máxima seguridad. Para abrirla es necesario una tarjeta de acceso e introducir un código. Aunque en lugar de ello, el doctor simplemente llama a la puerta y aguarda hasta que un hombre de unos cuarenta años que aún se mantiene en forma, salvo por una barriga un pelín abultada, les abre.

Vestido con un uniforme y una gorra de azul oscuro, el hombre los recibe mientras sostiene una jarra de café. El jefe de seguridad va armado con una pistola y dos cargadores adicionales. Sophie tiene la sensación de que es un exmilitar, aunque no puede asegurarlo.

-Mike, esta señorita va permanecer contigo aquí durante algún tiempo. Es nuestra invitada así que cuida de ella. ¡Ah! hazla entrega de un arma también, que firme el registro para que quede constancia.

Aquello no le gusta ni un pelo al jefe de seguridad, pero se limita a asentir con la cabeza. Discutir con el doctor Hawkins es como tratar de detener un tsunami con las manos. Así que simplemente se resigna y se sirve una taza de café.

La sala de control es bastante amplia, todo está limpio y en perfecto estado. Sentado sobre los monitores, hay una mujer de afroamericana vestida también con un uniforme. Mayor que el jefe de seguridad, la mujer mantiene un comportamiento totalmente profesional revisando las cámaras.

El siempre encantador y sonriente doctor, invita a Sophie a sentarse. Aunque Sophie empieza a sospechar de que tanta amabilidad y sonrisas pueden ocultar algo. No sería la primera vez que se ha cruzado con un depredador oculto tras la piel de una oveja.

-La dejaré aquí para que se familiarice con nuestras instalaciones y en una hora más o menos, volveré para buscarla. Quizás disfrute viendo alguna de nuestras últimas creaciones.

Mike, tras ofrecerla un café, avanza hasta el armero situado en la sala de control y tras usar una tarjeta y una clave numérica, abre la pesada puerta blindada y pasa al interior. Poco después sale trayendo consigo un cinturón, con una funda y una pistola.

-Necesito que indique sus datos aquí y firme aquí. Le entregaré una beretta m9 A1 con un cargador adicional ¿Le parece bien?

Los rasgos fríos y aristocráticos de Angela se relajan al ver por fin el rostro de su nieto. Incluso se permite una sonrisa al escuchar el comentario ingenioso de Larry.

-La muerte siempre ha sido una dama caprichosa a la que he espantado a escobazos. Me alegra ver por fin, que estás sano y salvo. Cuando descubrí que el instituto había sido bombardeado perdí toda esperanza.

Sin duda hay mucho que contar, pero los canales del ejército no son los adecuados. Además no disponen del tiempo suficiente como para desperdiciarlo con palabras carentes de sentido.

-Disponía de mi propio equipo de seguridad, pero fueron incapaces de encontrarte. Thomas en cambio, decidió quedarse allí para ir en busca de su esposa. Ese maldito muchacho mal criado...Hay mujeres que superan en posición, contactos y belleza a esa...buscona. Pero en cambio, con tal de fastidiarnos decidió desposarse con ella.

El enfado de Angela tan solo se ve mermado por el dolor que siente al no saber qué ha sido de Thomas. Al verse atrapada toda su vida en un matrimonio sin amor, no comprende el sacrificio de Thomas. Ella de haber estado en su lugar, no habría dudado, habría huido para salvar la vida, después de todo siempre podía volver a casarse...pero no volver a tener otra vida. Pese a todo, la incertidumbre la está matando ¿Seguirá vivo? Su corazón así lo desea, pero su mente racional la dice otra cosa.

-He movido algunos hilos para que el ejército te evacue de la ciudad, antes de que el general bombardee Topeka. Por lo que no creo que sobrevivan más que un puñado de esas bestias. He enviado también un equipo de extracción al Paradise para buscar a Thomas, aunque dada la situación...

No dice más, no es necesario. Larry estuvo presente en el Paradise cuando todo se fue al infierno. El ejército tuvo incluso que retirarse cuando lograron rescatarlo a él, el número de infectados era tal, que no había forma de limpiar el edificio. El enviar ahora otra unidad dudan que sirva de algo. Seguramente el lugar haya sido abandonado por los infectados, pero las posibilidades de encontrar a Thomas con vida, son ínfimas.

-Te contare todo una vez te reúnas conmigo, ahora se un buen chico y permanece junto con Jensen. No es la persona más simpática del mundo, pero sabe como mantenerte con vida.

Aceptó las provisiones que les entregó Naomi, sintiéndose algo tonto al no pensar a futuro. Había mil cosas que podrían salir mal y quedarse atrapado en algún lugar seria el menor de sus problemas si no tenían agua o comida. Aunque era difícil hacer que muchas personas se pusieran de acuerdo sobre un plan a ejecutar, oírlos a todos era la mejor forma de llevar a buen puerto cualquier idea.

Cuando ingresaba en algún edificio en llamas, nunca se preocupó por ser discreto. Quizás sí cuidadoso, poner sus piernas de tal manera que distribuyera su peso y buscar zonas afectadas estructuralmente. Esa poca pericia sobre sus movimientos le estaba pasando factura, pues una infectada, a la que intentó no ver directamente a la cara, apareció atraída por sus pasos. Acabar con ellos era más fácil si no se pensaba mucho, dejar la mente libre para algo más que no sea dar un golpe certero era una invitación a darle una historia a cada infectado. ¿Tendría familia? ¿Cómo se infectó? ¿Habrá temido de la misma manera que todos ellos? Uno no quiere eso en su mente cuando dudar un segundo provocaba una muerte dolorosa y rápida, desencadenando luego un deambular eterno.

Aferró el hacha con fuerza, intentando que el golpe fuera preciso y silencioso. Darle a una cabeza en movimiento era mucho más difícil de lo que la mayoría piensa, sobre todo al tener una solo oportunidad. Contuvo la respiración mientras el arma describía un borrón en el aire, esperando tener buena puntería y no haber jodido la única oportunidad de salvar a todos allí.

¿Cuánto va durar esto? Ya estaba casada de deambular por la ciudad, harta  de estar sola. Por más que lo pensaba no podía creer lo que estaba pasando. ¿Un virus? ¿De dónde mierda había salido ese virus? ¿Dónde estaban los científicos? Seguro que tocándose las marices, seguros en sus laboratorios, protegidos por el ejército y comiendo pizza. Echaba de menos comer caliente y sobre todos las pizzas.

Salté la valla del aparcamiento de caravanas, el panorama no era mucho mejor de lo que me había encontrado hasta ahora, podía ver algunas caravanas destrozadas y otras en buen estado, en un mundo ideal encontraría las llaves de una de ellas y podría entrar y conducir hasta un lugar seguro, pero no, ni llaves ni mundo ideal, todavía vivo porque me mantuve a las afueras de Topeka  zona menos poblada y con menos muertos caminando buscando a quien devorar.

—Mierda!!—es la tercera caravana que no puedo abrir. Estaba tardando más de lo acostumbrados en encontrar un lugar donde refugiarme…un caminante estaba cerca lo podía oír, arrastraba los pies, ese sonido me ponía nerviosa, crucé la calle  para alejarme de él y vi  una ventana abierta en una de las caravanas, solo unos centímetros pero suficiente para intentar abrirla. La más pequeña tenía que ser, la ventana más pequeña, resoplé… metí  los dedos por el pequeño hueco y le di un tirón fuerte y decidido hacía fuera, esperaba que los seguros se vencieran sin romper. --Clack -- y la ventana se abrió, un segundo tardé en entrar, tropecé con algo y caí al suelo, rápidamente me puse de pie y miré por todos lados, estaba vacía e intacta, parece que hoy tengo suerte, cerré y aseguré la ventana y la puerta y me desplomé en el suelo, agotada y casi dormida seguía pensando en cómo escapar de esta situación, sabía que cerca se encontraba una base militar; podía ir hasta allí o podía buscar las llaves de este trasto, pero lo que en realidad quería era dormir, dormir….

Aferrando con fuerza la lenta y pesada hacha, Thomas se prepara para hacer frente a la elección más difícil de su vida. Durante toda su carrera, ha arriesgado su propia vida con el único fin de proteger y salvar a otros. El hacha que durante años ha sido su fiel compañera, ayudándolo a abrirse paso a través de los escenarios más difíciles imaginables, ahora se alza una vez más pero con un propósito con el que Thomas jamás habría pensado.

Sabe que la mujer que avanza hacia él ya no existe, que se trata tan solo de su cuerpo reanimado que se mueve tan solo por el impulso de matar. Pero eso no hace más fácil hacer la tarea de eliminar. Sintiendo como un sudor frío se desliza por su espalda, alza su arma dispuesto a asestar el golpe definitivo que envíe a aquel monstruo al descanso eterno.

Los ojos vidriosos, los dientes rotos y la sangre en los labios será algo que Thomas tarde en olvidar. Aún sabe que no tiene opción, muchas vidas dependen ahora de su acción por lo que aguantando el aliento, descarga un poderoso golpe contra la cabeza de la anciana.

Resulta difícil decir qué resulta más perturbador, si el sonido que se produce cuando el frío metal se abre paso a través del hueso partiendo el cráneo en dos o el estallido de sangre que se produce salpicando todo por doquier. Sea como sea, al peso del arma no tarda en sumarse el del cuerpo de la anciana, que se precipita hacia el suelo casi al mismo tiempo de ser golpeada.

Con un firme, pero fuerte tirón, Thomas recupera su arma y contempla el cuerpo de la anciana. En otro momento de su vida se habría sentido horrorizado por la sangre que ahora mancha sus manos y por el horrible acto que acaba de cometer. Pero ahora sabe que su acción no solo ha sido misericordiosa para con la anciana, sino que también ha hecho lo correcto para seguir con vida.

Para cuando llega al coche, DK ya está dentro y no duda en encender el vehículo en cuanto Thomas abre la puerta. Sin perder ni un instante, salen a toda velocidad del parking. Al menos tan rápido como aquel coche de tamaño llavero puede alcanzar.

-Somos como Bruce Willis y Arnold schwarzenegger en la escena del aeropuerto de los The Expendables. Claro que yo sería más como Arnold.

La capacidad de maniobra del coche y su pequeño tamaño, juega a favor de ellos, por lo que no tardan en llegar hasta el lugar de la armería. De hecho era un camino corto y fácil de recorrer incluso a pie, pero siempre viene bien tener un transporte por si las cosas se complican.

-¡Ey! ¿Has visto eso?

Ya frente a la armería, DK señala hacia el camping de caravanas. Una figura encapuchada y ataviada con una pequeña mochila, acaba de saltar la valla, deslizándose hacia el interior del recinto. No logran verlo bien, pero por los ropajes dirían que se trata de un adolescente. El muchacho se ha deslizado hacia un lugar desde donde tan solo ve a uno de los infectados, pero en una de las zonas del camping, hay al menos media docena más deambulando por el interior del recinto.

-Carne fresca para los muertos. Bueno, vamos a lo importante la armería parece cerrada a cal y canto. Podríamos tratar de estampar el coche contra la puerta, aunque este huevo quizás se parta antes de derribar las puertas. Otra opción es que des buen uso a ese bate tuyo.

Tras deambular entre las caravanas, por fin da con una en la que puede refugiarse, al menos durante algún tiempo. Pero hay algo que la inquieta desde que ha llegado allí y es una extraña sensación de ser observada. Está segura que de haber sido vista por una de esas cosas hambrientas de carne humana, ya estaría aporreando la puerta para tratar de llegar hasta ella. Así que debe de tratarse de algo diferente, aunque tal vez sencillamente, el cansancio hace mella en ella y lo único que necesita es descansar.

La caravana parece haber sido abandonada de forma precipitada, todo está revuelto, pero tras un rápido vistazo parece que se han dejado suficientes cosas atrás como para poder conseguir algo de equipo. Pero eso será algo que hará más tarde, pues retirando la ropa que hay sobre la cama, se deja caer sobre ella dispuesta a sumirse en un sueño reparador.

La cama no es especialmente cómoda, pero teniendo en cuenta que lleva unos días durmiendo en escondites bastante incómodos, se siente en la gloria. Como es de esperar, el sueño no tarda en extender sus garras sobre ella arrastrándola rápidamente hacia un mundo onírico plagado de confusas imágenes.

Recuerdos, temores y esperanzas se funden en un amalgama de imágenes que no logra recordar al despertar, pero que la hace sentirse inquieta y confusa cuando al poco tiempo de dormirse, se despierta sobresaltada. Al principio no está segura de si sigue soñando o no, pero según la confusión se desvanece, escucha el sonido de varios potentes motores avanzar por la carretera, incluso cree escuchar el sonido de un arma disparándose, aunque puede que sea simplemente el petardeo de un tubo de escape.

Apartando la cortina que cubre una de las ventanas, ve como dos camiones del ejército avanzan no demasiado deprisa por la carretera. Parecen estar buscando algo...o a alguien.

-No pienses- se dijo mientras arrancaba el arma atrapada entre la carne y oía el sonido húmedo que provocó ese movimiento. La sacudió una vez, hacia un costado, sabiendo que había algo atorado en el hacha. Esa pequeña mancha imaginaria en su pecho se extendió unos milímetros, como si fuera un derrame de petróleo contaminándolo-. No pienses…- se limpió algo que corría por su mejilla, sin saber si era sangre o una lagrima.

Intentó ir medio agachado hasta el vehículo, entrando a duras penas en él. DK ya lo había encendido y parecía emocionado por alguna razón. Había visto a algunas personas con caras eufóricas mientras descargaban golpes en la cabeza de algún infectado, como si fuera lo mejor que les hubiera ocurrido en la vida, como si ahora fueran libres de mostrar su verdadero rostro. Jamás podría compartir ese sentimiento o siquiera entenderlo. No era tan ingenuo para pensar que todos eran buenos, pero creía que “algo” bueno, siempre tenían. Solo que había que encontrarlo.

-Nunca me gustaron las películas de acción- confesó con una sonrisa mientras vigilaba los alrededores. No vio más infectados durante el camino y cuando al fin llegaron a la armería, sintió un gran alivio de no encontrarse ninguna otra sorpresa desagradable-. Hay electricidad, seguramente tiene alarma- aunque cortaran la electricidad, solo provocaría que la alarma se activara durante un buen rato hasta que esta agotara su carga-. No tengo forma de desconectar algo así, mi conocimiento es nulo con todo lo que sea mecánico o eléctrico. Solo puedo saber con qué apagarlo si se prenden fuego. Asegurémonos que no haya alarma antes de intentar entrar.

DK le indicó algo y tardó unos segundos en ubicar a la pequeña figura que se movía a lo lejos. Thomas se preguntó cómo habría sobrevivido solo siendo tan joven. Su primer impulso fue intentar ayudarle, pues veía que se acercaba a una zona atestada de infectados. Pero las palabras de su compañero le hicieron detenerse, pues sabía que “podría perderlo” si no buscaba la forma de parecer más frio.

-Si le ven, correrá. Si le atrapan gritará… eso atraería la atención de los que están de aquel lado- dijo señalando con la cabeza la zona de la armería-. Hazle señales de luces, quizás eso le haga ir de forma más cuidadosa y nos ahorre un gran problema.

Cuando se aseguró que no hubiera ningún infectado por allí, bajó del vehículo sintiendo el peso del hacha en sus manos. ¿Estaba más pesada de lo normal? No, era su propia conciencia la que le provocaba esa sensación. Incluso el hedor a sangre que emanaba de ella le recordaba a cada instante en lo que se había convertido su vida. Solo tenia que verificar si la alarma funcionara, evitar que ese desconocido se diera de bruces contra una pequeña horda, evitar que DK abandonara el grupo, saquear una armería, proveerse de un vehículo grande y salvar a todos. Era mucha presión para alguien como él, pero se había impuesto esa meta y lo intentaría.

Toda aquella amabilidad y cortesía parecían ser algo forzadas, pero Sophie no sabía si se trataba de que ocultaban algo, como había pasado en el instituto o en cambio era únicamente por el hecho de tener que devolver el favor al capitán teniendo a una desconocida merodeando por su sala de control. Fuere como fuere, la cuestión es que estaba de nuevo dentro de las filas de aquellos que controlaban la instalaciones. En este caso había sido gracias a los favores devueltos a Matt y no por merito propio, eso sí.

Por otro lado pensaba en el hecho de que ahora era los ojos y los oídos del capitán dentro de las instalaciones y más concretamente en la sala de control. No es que eso fuese a desvelar todos y cada uno de los secretos que pudiera ocultar, pero al menos le servía para estar atenta a todo frente a panel de cámaras de vigilancia.

- Soy psicóloga. Pienso que podía aportar algo que quizá en esta sala no tengan. Alguien que sea capaz de leer el lenguaje corporal puede ser clave para neutralizar posibles amenazas con tan sólo observar una de estas pantallas y seguir los movimientos de alguien sospechoso. Aunque quizá sirva para algo más que ustedes precisen con mayor urgencia.

- Muy bien Dr. Hawkins. Le agradezco que me abra las puertas de su cada de esta manera. Procuraré que mi presencia aquí sea para el bien de todos.

Finalmente saluda al jefe de seguridad y a la mujer que junto a él, trabaja para mantener este lugar bajo un protocolo de seguridad muy exhaustivo.

 - Sí. - le responde mientras firma el registro de la armería. - Espero no tener que volver a disparar un arma. Pero si es inevitable.... descuide se lo básico para empuñarla y disparar, pero ¿hay algo que deba saber de este arma en particular? - dice mientras sopesa el peso de la misma en su mano.

Después de esta conversación vuelve a la sala de las pantallas donde intenta observar todo lo que pueden llegar a monitorizar y también algún comportamiento anómalo en las dos personas que la acompañan en esa labor.

¿Qué estaba pasando? Me encontré sentada al borde de una cama que no conocía, con el corazón palpitando a toda velocidad,  intentado  llenar los pulmones con todo el oxígeno que podía haber en el aire viciado de la caravana y con una sensación que para mi gusto era  ya demasiado  familiar,  miedo…

Mis oídos me llevaron a  la realidad  ¿qué era eso? Miré por la ventana—El ejercito!!—Empecé a dar vueltas por el pequeño espacio libre que quedaba  en aquel lugar sin saber qué hacer. Sólo pude sentarme en el suelo bajo la ventana, mi espalda tocaba la pared y notaba el frio que trasmita del exterior. Empecé a temblar no sé si por miedo o por frío, pero  esto hizo que me encogiera  y perdiera cualquier atisbo de valentía. Necesitaba un segundo para poner mis ideas en orden y tranquilizarme.

El  ruido de lo que parecían motores se estaba acercando sabía que tenía poco tiempo para decidir qué hacer. Algo en mi interior me hizo dar un brinco; tenía que salir de allí  lo antes posible. De un salto me lancé a los cajones de la cocina; buscaba algo que  me fuera útil, algo para defenderme de los muertos y de los vivos. No  encontraba nada, no podía ser, se lo habían llevado todo. Dispuesta a salir de la caravana, tomé  un abrigo del suelo y una caja bajo la mesa de la cocina me llamó la atención; una caja de madera con unas pocas herramientas y un cuchillo de campo o de caza con una funda que ponía  Bark River,  respiré  aliviada, lo escondí entre las ropas y me dirigí a la puerta.

Sabía que por lo menos un infectado andaba por allí y también sabía que no tenía tiempo, si no andaba rápida los camiones pasarían sin verme y volvería  a estar sola en esta maldita ciudad. Abrí la puerta al tiempo que pasaba uno de los camiones agité el abrigo y levanté los brazos para llamar la atención de los militares, miré  a  mi alrededor en busca de algún caminante y  empecé a correr con la esperanza de que no me confundieran con un infectado….

Dar las luces es una buena idea, pero para cuando quieren actuar, el muchacho se ha desvanecido en el interior del camping. Aún así activan las luces aguardando algún resultado, pero nada. Parece ser que no logra verlas, quizás debido a que es de día y que se encuentra en una de las calles desde las que ya no tiene visibilidad del coche.

-¿No te has parado a pensar que si ahora las cosas se complican y nos tenemos que pirar por patas, no hay sitio para él en el coche? Mira, socio, está bien que quieras ayudar a la gente, pero usa la cabeza tío. Primero pon tu culo blanco a salvo y después, ya veremos si puedes ayudar a otros. ¿De qué cojones te sirve morir por ayudar a un desconocido? ¿Tan mierda es tu vida que crees que mereces morir más que otros? Hazme caso, tío, los héroes son los que escriben la historia...no los que se lanzan al peligro sin pensar. Vamos a por las putas armas, seremos gansta de verdad.

DK tiene las cosas claras, jugarse el pellejo por gente que ni conoce no va con él, sobretodo cuando esa persona puede traicionarlo. No, si alguien va a salir con vida de aquel infierno, sin duda será él.

-La electricidad hace días que dejó de funcionar en la ciudad, pero ese tipo de alarmas tienen baterías internas de larga duración. No es que vaya a venir la poli, pero tienes razón, si reventamos la puerta puede que la alarma comience a sonar y que esto se llene de mierdecillas caníbales. Aunque con un poco de suerte, las baterías se habrán agotado o yo que sé. Puesto como que tú tienes el hacha, puedes ir a abrir la puerta y si la alarma comienza a sonar, yo puedo tratar de alejar a los putos muertos con el coche mientras saqueas la armería y luego pasar a recogerte.

Mientras DK habla, Thomas cree escuchar algo en la lejanía, por lo que agudizando el oído trata de concentrarse en ello. Bajando finalmente del coche para comprobar que realmente no está equivocado, ve como dos camiones del ejército avanzan por la carretera a un ritmo más bien lento. Parecen estar buscando algo o a alguien. En aquel momento, Thomas escucha un grito que proviene del interior del camping. Por puro instinto, se aleja unos metros del coche para tener una mayor visibilidad y es entonces cuando ve fuera de una de las caravanas, al muchacho que había trepado las vallas, alzar los brazos y agitar un abrigo en dirección a los a los militares. Un tanto alejado del muchacho, una mujer sale también del interior de una de las caravanas gritando y pidiendo auxilio con gran desesperación

Los vehículos aminoran la velocidad, pero no son los únicos que se percatan de lo que está sucediendo en el interior del camping, pues el grupo de infectados que Thomas está viendo, no tardan en echarse a correr siguiendo el sonido de los gritos.

-¡Al suelo! ¡No te puedes fiar de los militares, ellos siempre son los malos en todas las putas pelis!

Dk se agacha dentro del coche, para evitar ser visto, no parece fiarse en absoluto del ejército y prefiere pasar desapercibido.

¿Sabes esos momentos en los que crees que todo va a solucionarse por fin y que de pronto todo termina por irse por el retrete? Pues Mary no tarda en pasar por aquella desagradable sensación, pues a pocos metros de donde ella se encuentra, otra de las caravanas se abre. Una mujer de unos cuarenta años, despeinada y con la caray la ropa cubierta de suciedad, grita tan alto como puede, a la vez que alza los brazos haciendo señales al ejército.

Su voz se ve rota por el llanto que trata de contener. La desesperación que Mary ve en los ojos de la mujer la indican que no es una superviviente. Es alguien que simplemente ha logrado esquivar a la muerte ocultándose en el interior de una caravana durante seguramente, varios días, puede que incluso más de una semana. Pero ahora, su desesperación por huir de aquella pesadilla, la hacen cometer el más terrible de los errores.

Sus gritos están atrayendo atención poco deseada y el sonido de gruñidos no tarda en extender por el ambiente. Uno tras otro, al menos cuatro infectados aparecen al final del camino y como si estuviesen poseídos por el mismísimo demonio, avanzan dispuestos a darse un banquete con ellas.

Mary puede ver también que fuera del camping, hay un hombre que sostiene entre sus manos un hacha. En un primer momento teme que se trate de un infectado con la capacidad de raciocinio suficiente como para usar un arma, pero no, sin duda se trata de otro superviviente (aunque mejor armado que ella)

La mujer que grita pidiendo auxilio, se deja caer al suelo de rodillas, mientras estalla entre lágrimas al ver que los infectados avanzan hacia ella. Paralizada por el miedo y la desesperación, su voz termina por romperse incapaz de seguir gritando o pidiendo auxilio. Tan solo sabe que la muerte la reclama y que las fuerzas la han abandonado. Los camiones militares se terminan deteniendo, pero para cuando quieran actuar, Mary sabe que será tarde.

Un infectado está casi encima de la mujer, los otros se encuentran algo más atrás, pero sabe que si no hace algo por aquella mujer, simplemente...morirá.

El jefe de seguridad no parece compartir la idea de Sophie, el que una psicóloga crea que puede hacer el trabajo mejor que él le molesta enormemente. Si para algo están preparados sus hombres y mujeres, es precisamente para actuar con sangre fría en situaciones complicadas y sobretodo, adelantarse ante posibles amenazas. Aún así, el doctor Hawkins ha dejado clara su postura, por lo que no tiene más remedio que pasar por el aro.

-Claro...¿Por qué no?    -¿Sarcasmo? Sí, sin duda Sophie lo detecta a kilómetros.    -Selena le enseñará el funcionamiento de los monitores, tan  solo procure que el arma no se le dispare. No se imagina el papeleo que tendría que rellena en caso de suceder un accidente.   -Tomando su propia arma, la indica cómo quitar el seguro, sacar el cargador y tirar de la corredera. Lo hace forma muy profesional y aunque tan solo lo hace una única vez, es más que suficiente como para que Sophie se quede con todo los pasos.    -Si tiene alguna duda, pregunte a Selena, es una de nuestras mejoras tiradoras. Ahora si me disculpa, debo de realizar una ronda y comprobar que todo esté bien. Las dejo para que se familiarice con los sistemas.

El arma que ahora porta Sophie es mucho más ligera que la del capitán, por no decir que su cargador es también de mayor capacidad. Así que en cierto modo, el arma es más adecuada para ella pues sacrifica potencia a cambio de mayor movilidad y una mayor cantidad de proyectiles.

Tras aquella pequeña clase, se despide dejando a solas a Sophie con Selena. La mujer la dedica una sonrisa y desplazándose a un lado con las ruedas de la silla para hacerla sitio, la invita a tomar asiento a su lado.

-No te lo tomes como algo personal, Mike está muy chapado a la antigua. Cree que solo los hombres deberían de ir a la guerra y que las mujeres nos podemos romper con facilidad. Hasta que no lo aplasté en la galería de tiro, no empezó a tomarme en serio, pero una vez te ganas su respeto es un tío bastante decente.

Extendiendo la mano, se presenta ante Sophie. Aunque en un principio se la veía como una mujer muy estricta y distante, centrada por completo en su trabajo, parece ser alguien muy amigable.

-Soy Selena y llevo trabajando en el equipo de Mike unos cinco o seis años. ¿Sabes qué, cariño? Es bueno tener aquí a otra mujer, tanta testosterona por aquí empezaba a ser insoportable. ¿Así que psicóloga eh? Yo era policía, pero tras ser herida en acto de servicio y ser madre soltera, me di cuenta de que no podía seguir así. Si algo me pasaba, mi hija se quedaría sola, así que me metí en la seguridad privada. Está mejor pagado y no corro riesgo alguno, algo que mi hija me agradece cada día.

Junto a uno de los monitores, Sophie puede ver una fotografía de una niña de unos ocho o nueve años abrazando a Selena. Supone que será una forma de recordar a su hija y en cierto modo, un símbolo de buena suerte para Selena.

-Bueno, cariño ¿Has usado alguna vez un sistema como este? En realidad es bastante intuitivo y fácil. Cada monitor está destinado para una cámara y va marcado el número de cámara al que pertenece. Desde este  panel de control, podemos activar o desactivar la cámara que queramos. Las cámaras se pueden mover, disponen de visión nocturna y un zoom que nos permite ver con gran detalle.

No esperaba que le entendiera, era difícil de explicar, pero la reacción de moverse y meterse en peligro para salvar a otro estaba tan arraigada en él que lo consideraba una cualidad integrada a su ADN. Algo que venía de sus padres y abuelos. El recuerdo de ese cruel sueño le hizo arrugar la boca, frustrado. No sabía quién era esa persona a lo lejos, pero no les había prestado la menor atención, algo normal teniendo en cuenta la distancia y que estaría más ocupado registrando los alrededores. A veces, no se podía salvar a todos.

-Muy bien, romperé la puerta y roguemos que no suene la alarma- le dedicó una última mirada a ese tipo, al cual recordaría un buen tiempo, como a todos los que no pudo salvar, los cuales se acumulaban con alarmante rapidez-. ¿Escuchas eso?...

Con sumo cuidado, percibió el movimiento a lo lejos. Militares. Tenía una cierta relación con ellos, al menos mientras las cosas apenas comenzaban, pues llevó a varios sobrevivientes hacia los centros seguros controlados por ellos… Solo que ahora no estaba tan seguro sobre las lealtades de esos hombres. Conforme la epidemia se extendía, sus métodos se volvieron más radicales y egoístas, primando la supervivencia antes que la seguridad. Incluso DK parecía ser discreto, por lo que le imitó, pero no les perdió de vista. Aunque la visión de esa pequeña horda corriendo hacia los sobrevivientes le encogió el corazón, esperaba que la presencia militar les salvara la vida. Notó que estaba conteniendo el aliento y la mandíbula le dolía al apretar con fuerza sus dientes.

-Por favor, ayúdenlos- repetía en su interior, como si con su voluntad lograría una realidad cada vez mas extendida.

La sonrisa de mi abuela, un bien muy preciado y poco frecuente para la gente común, es un tesoro para mí, un bálsamo para mi alma. Saber que no estoy completamente sólo me ayuda a recuperar la compostura en estos instantes tan díficiles para nosotros.

-La muerte siempre ha sido una dama caprichosa a la que he espantado a escobazos. Me alegra ver por fin, que estás sano y salvo. Cuando descubrí que el instituto había sido bombardeado perdí toda esperanza.

No toda abuela, no toda, sino no habrias contactado con el ejército... me alegra de que lo hicieras.

-Disponía de mi propio equipo de seguridad, pero fueron incapaces de encontrarte. Thomas en cambio, decidió quedarse allí para ir en busca de su esposa. Ese maldito muchacho mal criado...Hay mujeres que superan en posición, contactos y belleza a esa...buscona. Pero en cambio, con tal de fastidiarnos decidió desposarse con ella.

-He movido algunos hilos para que el ejército te evacue de la ciudad, antes de que el general bombardee Topeka. Por lo que no creo que sobrevivan más que un puñado de esas bestias. He enviado también un equipo de extracción al Paradise para buscar a Thomas, aunque dada la situación...

Sé que mi hermano hizo eso por amor, pero al igual que mi abuela, yo opinaba que habían mujeres mejores. Sin embargo, si fue su decisión, nos toca respetarla, y dar la bienvenida a su esposa en la familia. Aunque me duele y creo que Angela lo ha captado al verme, que mi hermano no me buscara antes a mi.

-Abuela, sabes que pienso lo mismo que tu, pero ha elegido su felicidad y ahora su mujer ya es de la familia, y nunca podemos abandonar a la familia, es lo que nos distingue del resto, más que el dinero o el poder. -digo con el orgullo familiar saltándo por mis venas, y sé que en el fondo ella lo entiende, aunque no le guste que la esposa de mi hermana sea la elegida, sin embargo gentilmente, para no hacerla pensar en la llaga, cambio el tema- yo también intenté volver al hotel para buscaros y... pensé que de alguna manera salvaros si estabais atrapados... pero si has enviado un equipo seguramente si queda alguién...

...no termino la frase, pero es evidente como acaba: "...tendrá más esperanzas que si voy yo sólo".

-Te contare todo una vez te reúnas conmigo, ahora se un buen chico y permanece junto con Jensen. No es la persona más simpática del mundo, pero sabe como mantenerte con vida.

 -De acuerdo abuela, te haré caso. De la familia, aparte de mi, eres la única que tiene la inteligencia adecuada para la carga que supone ser un Miller. -extrañas palabras, pero la abuela y yo siempre nos hemos entendido muy bien- Aunque hay una cosa, abuela, hay unas personas que me han ayudado y aún pueden ayudarme, que están aqui atrapadas conmigo. Un par de reporteros que están ayudandome con un proyecto para crear una red social para salvar personas. Pensé que podria sernos de utilidad para oir noticias de nuestra familia, por no hablar de la imagen y el dinero que obtendremos por el prestigio, cuando esto acabe... -le dejo el cebo, pero si mi abuela no me falla, el cebo lo habrá olido incluso antes de cocinarlo, sonrío como si ya supiera que ella sabe- aparte de eso, hay dos civiles y un soldado que me ayudaron durante el instituto a salvar la vida... ¿Crees que podrías ayudarme a que entren en la lista blanca? Ya sabes, los Miller no dejamos deudas pendientes.

Espero que pueda hacer el esfuerzo, se los debemos, y bastante mal me siento por los que van a morir, pero tampoco puedo salvar a todos... y si no puede... no me quedará más remedio que darlos por perdidos, no quiero morir por una causa sin probabilidad de victoria. Aunque algo me dice que no dormiré tranquilo...

Larry comprende el valor de los lazos familiares, al menos parte de ellos. Pero ya es hora de que comprenda lo que realmente significa ser un Miller. Desde que nacen, hasta que la muerte les alcanza, todo se reduce únicamente a una gran partida de ajedrez donde los familiares son tan solo peones con dos posibles destinos. El primero y más humilde, es el de ser "sacrificados" en pos de una mejor posición en el gran tablero que es el mundo. El segundo y desde luego mucho más atractivo, es el destino de transformarse en una hermosa pieza con la que ganar fuerza y poder en el tablero de juego.

Thomas se ha convertido simplemente en un peón sin valor alguno, uno que bien valdría ser olvidado. Pero quizás debido a la edad, el corazón de Angela se ha ablandado y la idea de perder a su nieto, provoca que su alma derrame lágrimas que nunca creyó que tuviese en su interior.

Pese a su forma de ver el mundo y los sentimientos enfrentados que arden en su interior, prefiere centrarse en lo que está en sus manos, dejando el incierto futuro de Thomas en manos de los hombres que ha enviado a por él.

-Debes ver este asunto de la única manera razonable, Larry. El ejército ha recibido orden de retirarse, pero en su inmensa mayoría, desconocen lo que se avecina sobre Topeka. De hacerse publica esa información, el caos se extendería con rapidez. Los campamentos establecidos por el ejército tenían un doble objetivo, el primero y más obvio, era el de ayudar a los civiles y tratar de detener a los infectados. Pero como dentro de poco podrás comprobar por ti mismo, el general es un hombre con una brillante mente estratégica.

Angela parece conocer bien al general y estar al tanto de toda la situación. Algo que ahora está compartiendo con Larry y que espera, sea capaz de usar con gran discreción.

-Los campamentos estaban diseñados para atraer a su vez a los infectados y reunirlos en lugares con amplios espacios abiertos. De esa forma si el ejército no lograba contenerlos, los borrarían del mapa con un ataque aéreo con napalm. Como comprenderás, muchos campamentos aún siguen abarrotados de civiles y sus muertes aunque trágicas, servirán para contener la amenaza de esta epidemia. Pero si por alguna razón se extendiese el rumor de lo que va a suceder, el pánico recorrería las filas de los civiles y no tardarían en echarse a las calles tratando de huir. Lo cual sin duda, haría que los muertos los persiguiesen disminuyendo así la táctica del general y evitando acabar con todos ellos de un solo golpe.

En realidad todo aquello no le extraña lo más mínimo a Larry, en cierto modo es parecido a lo que los militares trataron de hacer con ellos en el instituto. Cientos de personas morirán en las próximas horas sin saber que la muerte no les llegará por el virus, sino por el fuego purificador del ejército. Una muerte terrible, aunque si son afortunados, será rápida e indolora.

-He enviado un helicóptero a tu posición, llegará en dos horas. Dispone de hueco para cuatro pasajeros, así que podrás llevarte contigo a tres de tus amigos. Aunque deberás de ser cauteloso a la hora de compartir la información con ellos.

 --Corre, corre, corre--me voy repetido como si fuera un mantra. Oigo gritos ¿Qué hace esa mujer? Mierda, puta casualidad!!, abro los ojos como platos al escuchar los gruñidos de los infectados, los está atrayendo con sus gritos!!. No puedo hacer lo mismo que ella; no puedo gritar para decirle que se calle, que corra, que vaya donde los militares; los atraería a mi posición, y mi vida vale más que la suya. Giro hacia ella y agito lo brazos para que me vea, con gestos le digo que corra pero se tira al suelo, no lo entiendo… se ha rendido…

Aprovecho su debilidad para escapar, tengo unos minutos hasta que decidan venir a por mí. Mientras corro pienso que no soy su hija, ni su amiga, que mierda no la conozco!!, un atisbo de remordimiento aparece en mí, pero lo expulso de mis pensamientos, no es tiempo para tener escrúpulos, es tiempo de sobrevivir y de alegrarte si al final del día sigues con vida aunque hallas visto sucumbir a unos cuantos.

Corro tan rápido como puedo tengo que saltar la valla, miro atrás y veo como uno de los caminante se dirige hacia  mí, no sé si podré alcanzar un lugar seguro; paso entre dos caravanas, sin parar mi carrera tiro unas sillas y una mesa que todavía queda en pie con la esperanza de entorpecerlo y ganar unos segundos. Tan solo me queda unos metros para llegar a la valla, detrás está la carretera y sé que tendré una oportunidad si consigo saltarla.

Veo acercarse el muro, respiro. Uno, dos, tres pasos más y un salto, lo  percibo  todo como a cámara lenta. Caigo al suelo exhausta. Miro atrás y veo como mi perseguidor se golpea una y otra vez contra la valla, tengo poco tiempo hasta que consiga saltarla. Respiro, miro a un lado y a otro, distingo el camión del ejército y a un individuo con un hacha, --corre, corre, corre --tengo que llegar al camión…

Sophie no quiso entrar en el juego del responsable del jefe de seguridad. Mike era un hombre chapado a la antigua como bien bien diría Selena instantes más tarde. Había captado rápidamente que era un hueso duro de roer y si había entrado por recomendación de un tercero ajeno a su criterio y a demás se traba a de una mujer, no lo tendría fácil para ganarse su confianza. Pero a parecer, debían aceptarse mutuamente. Él debía seguir ordenes de su superior, el Dr. Hawkins. Y Sophie debía hacer ese esfuerzo por Matt, a cambio el capitán dejaría de insistir en meterla en el primer transporte de evacuación.

Pensando precisamente en eso, cayó en la cuenta de que Violeta y Rosalin si querrían aprovechar esa oportunidad para reunirse lo más pronto posible con los suyos...

Con el arma en la mano, simplemente tuvo un par de palabras con Mike. - Entiendo que esta situación pueda resultar incomoda cuanto menos, pero sepa que para ambos. A mi tampoco me resulta sencillo, yo no pedí este puesto. Intentemos mantener una relación de cordialidad profesional, nada más.

Dicho esto, no sabía como se tomaría sus palabras. El hombre se marchó para atender otro asunto y Sophie lo agradeció. Pensó que tal vez pensaría sus palabras y regresaría con una actitud un poco más comprensiva. Esa tensión se relajó rápidamente con la sonrisa que desde el otro lado de la mesa de control le mostraba Selena.

Parecía una mujer agradable, pero no imaginaba hasta que punto. La veterana la trataba casi con cariño, se notaba que era madre pues cada palabra de su boca despedía dulzura y comprensión.

- Encantada de conocerte Selena. Quien diría que tu y Mike trabajáis en el mismo equipo, sois el día y la noche. Me alegra que tengas un respiro, luego dicen que las complicadas somos nosotras, en fin. - respondió a a su frase sobre su saturación de testosterona. 

- Conozco a muchos policías - dijo poniéndose un poco más seria. - Se que tenéis un código de lealtad y servicio a la comunidad grabado a fuego en vuestro interior. Haber dejado el cuerpo tiene que haber sido duro para ti, estoy segura que no fue una decisión fácil. Pero también estoy convencida, pese a no ser madre ni policía, que por el bienestar y la felicidad de una hija una hace lo que sea. - terminó intentando transmitir una mirada serena y comprensiva. - Por cierto ¿Cómo se llama tu pequeña? ¿Está aquí en One World contigo? No se que edad tendrá, pero conozco a un muchacho increíble llamado Zack, seguro que se aburre entre tanto adulto y busque un amigo con quien jugar.  - pregunta para relajar la conversación.

-  Parece ser que tenéis un equipo con la tecnología más avanzada. - dice cambiando un poco el tema y centrándose en la parte que a partir de ahora iba a ser su función principal. - Hay alguna zona restringida donde no haya cámaras o estas pasen por otro control de mayor nivel de seguridad? - dice mientras con la mirada busca en los paneles o en alguna de las paredes un plano de las instalaciones donde poder ubicarse. Pues pese al tópico de que las mujeres no tienen orientación, Sophie si tenía ciertas nociones para saber entender un plano. 

Un desgarrador grito de miedo, dolor y angustia proveniente de la mujer paralizada por el pánico, encoje el corazón de los presentes, cuando los infectados caen sobre ella y comienza a devorarla viva. Thomas asqueado por lo que sus ojos captan, aparta la mirada impotente. ¿Podría haber hecho algo para salvarla? Sabe que lo más probable es que no, pero aún así...

Mary, quién estaba mucho más cerca de la mujer, opta por lo que haría la gran mayoría...escapar. Arrojándose a una carrera, en la que el sonido de su propio corazón, retumba en su cabeza, trata de huir de una de las figuras que la persiguen. Se trata de una mujer descalza, de cabello rubio teñido y que rondaría los cuarenta. Su cuerpo, semidesnudo, muestra marcas de dientes en un brazo y abdomen a la vez que secas manchas de sangre la cubren casi en su totalidad.

La infectada se lanzar en busca de Mary de forma implacable, pero por suerte para Mary, ella es más rápida y logra llegar hasta la valla y saltar, no muy lejos de la posición en la que se encuentra Thomas. Aunque para cuando llega hasta allí, Mary ha dejado de verlo, pues Thomas ha decidido ocultarse tras un contenedor y pasar así desapercibido.

Los gritos agónicos de la mujer se ven de pronto silenciados por el sonido de un disparo. Los soldados, tras ver lo que sucede, han bajado de los camiones aunque no a tiempo para salvar a la mujer. Así que al menos, la han ahorrado el seguir sufriendo una muerte horrible.

Uno de los soldados, una mujer para ser más exactos con emblemas de los Delta Force, apunta con su arma a Mary. Aunque tras un rápido vistazo y comprobar que no es una infectada, baja el arma y la hace señas para que se acerque hasta ella. Cuatro soldados más, todos miembros de los delta force, avanzan con sus armas hacia el parking de caravanas. Uno de ellos, indica algo por la emisora de radio, mientras que el más grande de todos ellos, quien roza el metro noventa, comienza a golpear la valla para atraer a los infectados.

Ni Thomas ni Mary saben qué es lo que pretenden, pero parece ser que no quieren acabar con los infectados, sino que se traen otro asunto entre manos. Mientras tanto, la mujer que está junto a Mary, la evalúa rápidamente comprobando que no está herida.

-Ya estás a salvo, soy la sargento Rodriguez, de los delta force. ¿Hay alguien más ahí dentro? De ser así ¿Cual es su estado? ¿Necesita evacuación o pueden moverse por sí mismos?

Uno de los soldados revisa los alrededores y permanece en guardia vigilando. Mientras que otro, regresa a los camiones para regresar con una pesada bolsa...

Pese a que Sophie siente que Mike no la quiere allí, al menos sus palabras parecen haber logrado que sienta cierto respeto hacia ella. De su trabajo, ahora más que nunca, dependen muchas vidas y miles de millones en material de investigación. Su humor desde que ha comenzado toda aquella epidemia no ha sido el mejor del mundo, pero sin duda ha empeorado desde que han abierto los laboratorios para todo el mundo. El desconectar gran parte de los sistemas de seguridad y dejar muchos de los accesos sin control, le parece un tremendo error. Si eso ahora se le une el hecho de meter en la sala de seguridad a una mujer que no conoce y a la que además tiene que armar, Sophie se puede imaginar el humor de perros que Mike puede llegar a tener.

El carácter alegre y optimista de Selena es un gran contrapunto para el humor agrio de Mike. Por supuesto Selena sabe todo lo que está pasando, pero ella cree que si las personas se unen y dan lo mejor de sí mismas, no hay nada que no puedan lograr. Además cree firmemente que One World logrará dar con alguna solución, pues ella mejor que nadie, sabe lo duro que allí están trabajando para solucionar la epidemia.

-Mike tiene una mente...cerrada, aunque ni se te ocurra decir que esas palabras han salido de mis labios.    -Termina diciendo con una risa cómplice con Sophie.    -Perteneció a las fuerzas especiales, así que es el tipo de persona que quieres tener a tu lado cuando las cosas se ponen feas. Pero no tiene ni idea de leer a las personas, a mí en cambio, eso siempre se me dio bastante bien. Quizás por eso fui tan buena policía. Pero tampoco es justo que se lo tengamos en cuenta, está sometido a muchísima presión desde que todo esto comenzó. Muchas vidas dependen de sus decisiones y el docto Hawkins no es precisamente de los que se deja aconsejar en temas de seguridad, en realidad nos pone las cosas bastante difíciles. Aunque comprendo su punto de vista, él cree que debemos de ayudar y proteger cuantas vidas podamos, mientras que Mike cree que todo tiene un límite y que de seguir así, pondremos a todos en peligro. Son dos puntos de vista muy diferentes, aunque ambos quieren ayudar.

Poniéndose en pie, se dirige hacia la mesa que contiene la cafetera, para ponerse un café y ofrecer otro a Sophie. Cuando regresa a su asiento, lo hace también trayendo unas pastas, las cuales también ofrece a Sophie.

-Tal y como hablas de los policías, casi parecemos robots programados.   -Añade divertida.   -Bueno, la verdad es que no es un trabajo para todo el mundo. La paga no es especialmente buena y muchas veces te llevas mucho de lo que ves en las calles a tu casa. Aunque cuando logras sacar de las calles a un criminal o logras salvar una vida, te das cuenta de lo bien que sienta realizar ese trabajo. Aunque según pasan los años, las prioridades van cambiando, cuando eres una jovencita ese subidón de hacer bien tu trabajo es cuanto necesitas, pero cuando ya llegas a una edad y tienes hijos, las cosas empiezan a cambiar. No me arrepiento de haber sido policía, ni de haberlo dejado, ambas decisiones formaron parte de momentos muy importantes en mi vida. Aunque supongo que tienes razón, no es fácil dejar atrás esa vida, así que supongo que por eso me metí en seguridad privada. El doble de dinero, la mitad de problemas.

Aunque en un primer momento Selena puede parecer una mujer muy seria y callada debido a su aire profesional, Sophie puede ver que en realidad es una mujer que disfruta con el arte de la conversación. También parece una mujer con las cosas muy claras y que haría lo que fuese por su hija.

-Esa pequeña demonio se llama Zoey y hace un mes que acaba de cumplir los diez. Está aquí, sí, cuando todo empezó el doctor Hawkins nos dio permiso para traer aquí a nuestras familias. La pobre se aburre un poco, así que quizás por eso se ha recorrido el edificio entero y lo conoce mejor que nadie. ¿Donde dices que está ese amigo tuyo? La vendrá bien relacionarse con otros niños, los pocos que han pasado por aquí, estaban demasiado traumatizados como para alejarse de sus padres más de dos metros. Aunque quién los puede culpar...pobrecillos, todo lo que han debido de pasar y ver...

Con el sistema de cámaras es fácil localizar a Zach y gracias al sistema de comunicaciones interno de los laboratorios, pueden ponerse en contacto con Zoey para que vaya a buscar a Zach. La pequeña es muy parecida a su madre, una niña encantadora que no conoce el significado de la palabra timidez. Selena promete presentársela más tarde a Sophie, cuando por fin salgan de la zona de cámaras.

-El sistema de cámaras nos permite tener vigilado todos los accesos, así como los pasillos. Pero no hay cámaras situadas en el interior de los laboratorios por motivos de seguridad. Aunque sí se pueden ver las puertas que dan acceso a los propios laboratorios. Luego hay una zona restringida, una cámara sellada que suelen usar si trabajan con componentes peligrosos. Allí también hay una cámara con productos peligrosos, varias cepas de diversos virus, que usan para desarrollar nuevos fármacos. Hasta hace un par de días era una zona en la que no había nadie trabajando, pero el doctor Hawkins y una nueva doctora, pasan mucho tiempo ahí dentro.

Sophie no encuentra un plano del edificio, al menos uno físico. Pero sí logra encontrar uno en uno de los monitores, con diversos puntos verdes y rojos, que sirven para indicar si los accesos están abiertos o cerrados.