Partida Rol por web

El Liceo: Escuela de Superhéroes

Capítulo 7: Perdidos

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06/10/2018, 01:25
Diana Castelló

Tras todo lo que les acababan de decir, la chica no se inmutó, seguía sosteniendo la mano de Marina y atendiendo a lo que sus compañeros tenían que decir. Escuchando las palabras de Daniel la chica sonrió de soslayo y se volvió a sus compañeros para hablar.

- ¿Entonces que deberíamos hacer? .- Preguntó en general -. ¿Irnos y dejar el Liceo y arriesgarnos a que, si no quiere algo de las instalaciones salga a buscar a quienes esté buscando y destruya todo lo que hay a su paso? Sinceramente no creo que abandonar el instituto sea lo más conveniente o lógico .- En aquel momento miró a la puerta por la que había salido Aitor -. No creo que huir sea la solución, pero si los directivos lo piensan así, no habrá otro remedio.

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07/10/2018, 22:25
Moussa Dakar

La información sobre Omnis resulta de lo más interesante, aunque habría agradecido que se la proporcionasen mucho antes. De esa forma quizás le habrían ahorrado a Oráculo todo el horror por el que se ha visto obligada a pasar.

-Vaya marrón...  -Indica en voz baja, con su clásica pose de ceño fruncido y brazos cruzados. Tener a Omnis en la escuela es lo último que quiere, después de todo, las defensas del lugar han resultado ser de lo más inútiles.   -Yo soy de los que creen que si duermes sobre una bomba, antes o después, volarás por los aires. Omnis es demasiado peligroso como para simplemente encerrarlo, además, dejarlo en la escuela no es buena idea. Si se hace de dominio público su presencia aquí, muchos alumnos se largarán, por otro lado, si se guarda en secreto y después pasa algo...

No hace falta terminar la frase, si Omnis escapa y empieza a matar a los alumnos, será el fin del Liceo. Poco importará que logren encerrarlo de nuevo, en el momento en el que tome una sola vida, el Liceo estará acabado. Claro que trasladar a Omnis tampoco parece una buena idea, pues está seguro de que alguien tratará de usar antes o después su poder y entonces, lo desatarán una vez más sobre el mundo.

-Quizás lo mejor sea llevarlo a una realidad de la que no pueda volver y no pueda causar daño a nadie. No sé...pero lo que sí sé, es que necesitamos estar preparado por si algún día se libera o regresa y en ese punto, Sara tiene razón. Para descubrir los límites de su poder o cómo funcionan, debemos de averiguar sus orígenes, investigar quienes fueron sus verdaderos padres. De mientras y para ayudador a conocer el alcance de su poder, deberíamos de pedir a los dioses de Heliopolis que nos describan cómo lograron derrotarlo en combate. Quizás eso nos de una idea de cómo podemos mermar sus fuerzas o incluso, derrotarlo en caso de que se escape.

De un salto, se pone en pie tras ver cómo Aitor sale por la puerta visiblemente afectado por la decisión que ha tomado...o que le han obligado a tomar.

-Omnis posee algún tipo de punto débil, de no ser así, no habrían logrado vencerlo y no habría pactado con megamind para asaltar la escuela. Pero lo que más me preocupa ahora mismo, es que Sextus parecía ser su aliado y es probable que Omnis tenga más. Deberíamos de investigar también el pasado de Sextus y ver donde se cruzó su camino con el de Omnis, quizás el hombre felino conoció a los padres del muchacho o algo así, no sé...

Un brillante portal azul se forma tras Moussa, un claro símbolo de que al menos por su parte, da por finalizada la reunión. Ya ha marcado cuales deberían de ser lo siguientes puntos, al menos según su opinión, que deberían de seguir. Aunque llegados ya aquel punto, tampoco resulta algo realmente importante, sus compañeros saben lo que hacer y esta seguro de que darán con la mejor opción.

-Voy a hablar con el cabezón de Aitor...Quiero saber que diablos le pasa por la cabeza.

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07/10/2018, 22:47
Moussa Dakar

La mente del genio vasco funciona cientos de veces más rápida que la de Moussa, pero ni tan siquiera eso es suficiente como para que el ahora ex-genio del grupo 4, pueda escapar de alguien capaz de doblar el espacio.

El suave sonido de succión que provocan sus portales es lo primero que alertan Aitor de su presencia, seguido claro, del brillante resplandor de su portal. Apareciendo casi al final del pasillo, Moussa lo aguarda con los brazos cruzados. Claro que aparta  la mirada y finge que se rasca un ojo cuando ve llorar a su compañero de cuarto. Una mala forma de disimular de que realmente le ha visto desprender lágrimas de dolor.

-¡Ey! Ya sé que te he gruñido algunas veces y que no he sido el mejor compañero de cuarto. Yo mismo he estado muy alterado últimamente, pero creo que tenemos que hablar. Secuestro express en marcha...

Un nuevo portal los devora a ambos trasladándolos a uno de los lugares favoritos de Moussa. Se encuentran en los tejados del Liceo, más concretamente, sobre la torre. Un lugar que les permite no solo gozar de gran tranquilidad, lejos de ojos curiosos y de la estrecha vigilancia de las palomas. Desde allí, se puede ver la cancha de baloncesto, lugar donde varios alumnos de segundo disputan un partido, realizando toda clase de acrobacias y trucos gracias a sus poderes. Pero la vista que sin duda más agrada a Moussa, es la del bosque que en su primer día, atravesaron hasta la piedra de los nombres.

-Sé que te sería más fácil hablar con cualquier otro y eso, pero el Aitor que conozco jamás abandonaría el Liceo y mucho menos, dejaría a Marina...no al menos, sin tener un buen motivo. Sé que te gustaría ser un robot sin alma y eso, esto...lo digo como cumplido eh, no te enfades...pero en el fondo eres como yo. Ya sabes, finjo que no me importan la gente, que odio a Diana y esas mierdas, pero haría lo que fuese por cualquiera de vosotros. ¡Hasta estoy estudiando medicina por Iván! Eh...bueno, con toda esta chapa, lo que quiero decir que si hay algo mal, puedes confiar en mí, pues haré lo que esté en mi mano para ayudarte.

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07/10/2018, 23:30
Narrador

Cámara Privada de Isis

Un leve gesto de la diosa fue suficiente para hacer enmudecer a Daniel.

- Sé que estás ansioso por aprender, Daniel - dijo Isis, comprensiva -. Pero todo debe llegar a su debido tiempo. Ahora mismo, lo más conveniente para ti es que estés alejado de este mundo. Es el deseo de Anpu, y el mío propio, que crezcas y vivas en la Tierra, por el momento.

A pesar de la ausencia de gestos faciales, Daniel captó en el discurso de Isis cierta pena.

- Ahora mismo puede que te sientas perdido, incompleto - explicó la Diosa Madre mientras observaba desde lo alto -. Pero tú no estás a medio camino entre lo humano y lo divino, Daniel.

Entonces, de forma repentina, la figura de Isis comenzó a envolverse en un aura multicolor. Una especie de arena iridiscente la rodeó por completo, danzando a su alrededor mientras su silueta comenzaba a menguar.

Aquel extraño espectáculo luminoso cegó parcialmente a Daniel, hasta que la figura de Isis se redujo hasta el metro ochenta.

La Gran Diosa Madre, que hasta entonces se había mostrado como una colosal mujer de trece metros y rostro enmascarado, se mostraba ahora ante él como una mujer de apariencia humana. Su tez oscura y cabello negro no la hacían diferente a cualquier mujer de Heliópolis. Pero era innegable que poseía una belleza extraterrena.

- Tú eres un Ennead, igual que Anpu, igual que yo. Con el tiempo, tu poder crecerá y de igual manera tu forma física deberá acomodarse a este nuevo poder.

Isis, con una sonrisa cargada de ternura, dio un paso hacia Daniel y acercó una mano a su mejilla. El contacto fue suave y delicado. También sorprendentemente cálido.

- Hasta entonces, la Tierra será un lugar más seguro para ti.  

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07/10/2018, 23:30
Narrador

Zaragoza, casa de César

Cuando Moussa hizo aquella última pregunta, se hizo el silencio. Sabía que el telefonillo seguía descolgado, pues se escuchaba una leve estática a través del interfono. Quizá la mujer al otro lado seguía procesando lo que acababa de escuchar.

- ¿César? - preguntó entonces la mujer, compungida.

César salió entonces del extraño trance en el que había entrado tras oír la voz. Puso una mano sobre el hombro de Moussa y carraspeó.

- Soy yo, mamá - confesó, con voz titubeante.

De nuevo, silencio.

- Pasad, por favor - invitó finalmente la mujer.

Un molesto pitido y un chasquido metálico les indicó que podían abrir la puerta. Tras abrirla, oyeron el característico sonido del telefonillo colgándose.

Con la mandíbula firmemente cerrada y las palmas sudorosas, César entró. Había perdido su actitud habitual, llena de seguridad. Moussa le siguió, dejando que la puerta se cerrase a sus espaldas.

Se encontraron en un pequeño jardín. Un camino de baldosas los llevaba frente a un porche en el que se encontraba la puerta principal. El césped estaba salpicado por pequeños y llamativos gnomos de jardín, que les sonreían en variopintas posiciones. A la izquierda, un rosal de rosas amarillas crecía vigorosamente. Parecía excelentemente cuidado.

En el porche había una mesa de madera envejecida, y un par de sillas dispuestas a lado y lado.

César anduvo por el camino de baldosas sin detenerse a observar el lugar. Su mirada estaba fija en el frente, en la puerta principal.

Una vez llegaron hasta ella, alguien la abrió desde el interior. Una mujer de unos cuarenta y tantos, de cabello castaño recogido en un moño bajo. Parecía apagada, desprovista de alegría. Los observaba desde detrás de la puerta entreabierta, como un cervatillo asustado.

- E-estás cambiado, César.

- Mamá…

La mujer respiró profundamente, serenándose. Sus ojos pasaron de César a Moussa, y sus labios esbozaron una débil sonrisa.

- Y este es tu amigo… Bienvenido.

Tras asentir para sí misma, la mujer abrió del todo la puerta.

- Adelante.

Una vez estuvieron dentro, un incómodo silencio los invadió. Ni César ni su madre se atrevieron a pronunciar palabra alguna. Ella los llevó hasta una pequeña sala de estar. Los invitó a sentarse en un sofá y se excusó.

- Voy a traer algo de comer y de beber - dijo mientras desaparecía por la puerta del salón.

Al cabo de un par de minutos, la mujer volvió con una bandeja de plástico de motivos florales. Traía una jarra de zumo de naranja y dos vasos, así como unas galletas.

- Perdonad que no sea mucho, no esperábamos visita - se disculpó, sin dirigirles directamente la mirada.

La madre de César dejó la bandeja sobre una mesa de café frente al sofá, y se acercó una silla de la mesa del comedor para sentarse cara a cara con ellos.

- Entonces… ¿él es tu compañero? - le preguntó a César -. Venís de esa escuela especial, ¿no?

Por cómo hablaba, la mujer parecía bastante incómoda con aquella situación. César también lo estaba, y parecía haberse retirado de nuevo a su trance silencioso.

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07/10/2018, 23:31
Señor Richmond

Despacho de Richmond

Cuando Aitor abandonó la situación, el Director Richmond y Bosch se miraron, pero no hicieron intento alguno por retenerlo. El teletransporte de Moussa, sin embargo, hizo que el propio Bosch se llevase la mano al rostro.

El Director se dedicó a responder a las cuestiones que le habían planteado el resto de estudiantes.

- Investigamos a sus padres cuando se convirtió en un enemigo del Liceo, pero ni siquiera Hécate pudo sacar nada en claro. Hasta el momento, lo único que podemos afirmar es que no sabemos de dónde proviene su poder.

>También somos conscientes del peligro que supone tener retenido a Omnis aquí. Mientras contactamos con las autoridades, Hécate y E.S.T.H.E.R. están trabajando en garantizar la seguridad de la escuela - aseguró Richmond, sin perder la compostura -. La Nueva Generación también ha sido destinada a la custodia de la prisión.

- Aunque puede que eso no sea suficiente para los padres - añadió Bosch mientras paseaba por el despacho, deteniéndose frente a la ventana que daba al jardín lateral de la escuela, donde los estudiantes pasaban el rato durante el recreo -. Por mucho que estemos atentos, tener a Omnis bajo nuestros pies es un peligro para los estudiantes.

- ¿Qué sugieres? - le preguntó Richmond, dejando a los estudiantes en un segundo plano por un momento.

- Quizá sería conveniente interrumpir las clases. Durante una semana quizá. Tener a los estudiantes lejos mientras acabamos de resolver este asunto y trasladamos a Omnis a una instalación de SHIELD.

Richmond se llevó una mano a la barbilla, pensativo. Pareció considerar la idea de Bosch, al menos al principio.

- Son muchos estudiantes que enviaríamos a casa repentinamente en medio del curso. Y algunos de ellos no tienen lugar al que ir.

El director negó con la cabeza.

- No - dijo mientras se levantaba -. Los estudiantes se quedarán en el Liceo. Pero sí que interrumpiremos las clases. Hasta que resolvamos este asunto, todo el profesorado se dedicará a las labores de seguridad. Si me disculpáis, voy a hacer unas llamadas. A ver si podemos solucionar esto cuanto antes… Respecto a la investigación sobre Omnis, aprovecharemos el contacto con nuestros nuevos aliados para aprender más. Según Hécate, uno de los Ennead hizo averiguaciones sobre Omnis, y parece dispuesto a compartir la información.

> Si Omnis vuelve a atacar… estaremos preparados. Pero haremos todo lo que esté en nuestra mano para mantenerlo encerrado. Comunicaremos a los padres esta complicada situación y… - Richmond suspiró - os haremos saber todas las noticias sobre este asunto.

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07/10/2018, 23:32
Narrador

Tras la reunión

Mantenerlos informados. Eso era lo que había prometido Richmond. Ahora, los miembros del Grupo 4 - los que no habían huido o desparecido durante la reunión - se encontraban en el pasillo, entre los despachos de los profesores.

Con la repentina interrupción de las clases, no estaba muy claro lo que debían hacer a continuación. Quizá era momento de descansar finalmente.

Notas de juego

Es el momento de ir cerrando el capítulo. Podéis conversar entre vosotros un poco más, pero la idea es ir terminando con vuestras impresiones de la reunión y/o lo que hacéis a continuación. 

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07/10/2018, 23:34
Narrador

Azotea del Liceo

El repentino "secuestro" de Moussa los había llevado a él y a Aitor a la azotea del Liceo, sobre una de las torres. Desde aquella altura, el viento era abundante pero agradable. Ante ellos se mostraba una vista privilegiada del valle oculto que acogía la escuela entre las montañas, así como de la vida en el exterior de la escuela.

Notas de juego

La idea es ir cerrando el capítulo a partir de aquí, aunque si tenéis una conversación más o menos larga os daré tiempo para terminar! :) 

Si Aitor no tiene ganas de hablar con Moussa lo podemos dejar con un plantón.

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08/10/2018, 13:31
Moussa Dakar
Sólo para el director

Vaya situación...¿Cómo diablos iba a unir una familia, cuando él apenas tenía recuerdos de la suya propia? Además su especialidad es que todos se enfaden con él, no unir a las personas. ¿cuando hay un supervillano al que golpear cuando se le necesita? Después de todo, eso sería más sencillo que afrontar aquella situación. 

-Bonita casa...    -Dice por decir, aunque claro, rápidamente se da cuenta de que es nueva...ya que la anterior la quemó César. Mal inicio de conversación. Así que trata de cambiar rápidamente el tema de conversación aunque no se le ocurre nada, solo se queda mirando a César y a su madre, fijándose en lo mucho que ambos se parecen. 

-Esto...gracias por la invitación...¡Oh! ¡Galletas!   -Llevándose un par de galletas a la boca, las mastica lleno de felicidad. El viaje hasta allí le ha abierto el apetito, tendría que haber desayunado más antes de venir.   -Sí, venimos del Liceo. Acabamos de teleportarnos hasta aquí.   -Asintiendo con la cabeza, se da cuenta de lo raro que eso puede sonar, así que procede a explicarse.   -Ese es mi poder, puedo abrir portales que conectan dos puntos. Por el momento solo puedo alcanzar unos cien kilómetros o así por salto, pero puedo encadenar unos cuantos y llegar donde sea. ¡Ey! Si algún día quieren irse de vacaciones puedo llevarlos. Se ahorrarán el precio del viaje y tiempo.

Una tercera, cuarta y quinta galleta son engullidas por Moussa antes de tomar un buen sorbo del zumo.

-¡Qué bueno! En el Liceo también tomamos zumo natural, recién exprimido.    

Aquello no está funcionando, César y su madre parecen dos estatuas humanas que solo guardan silencio. De hecho cree que puede haberla asustado al confesar sobre sus poderes.

-Supongo que podemos dar miedo...a nosotros también nos asustaban nuestros poderes al principio. Pero hemos aprendido a dominarlos y somos de los mejores del primer curso, incluso diría que pocos de segundos logran superarnos...Sé lo que pasó con César...sé que te asustaste, pero te aseguro que nadie lo pasó peor que César. Cuando un día te despiertas y eres diferente, es algo aterrador. Sobretodo cuando sin querer, haces daño a los que quieres.

Colocándose entre ambos, Moussa alterna la mirada entre madre e hijo. No tiene ni idea de cómo puede ayudarles, así que recurre a lo único que conoce, sus propios sentimientos.

-Yo no conocía a mis verdaderos padres, creo que murieron tratando de llegar a este país. Mi madre adoptiva murió en un accidente de coche y desde entonces, he estado solo. Yo no puedo volver a abrazar a mi madre, ni volver a escuchar su voz cantándome o contándome un cuento, tampoco puedo acudir a ella cuando me haga una herida para que me la cure. Pero vosotros tenéis aún todos esos momentos y mucho más. ¿Recuerda lo que sintió al coger en brazos a César la primera vez? ¿Recuerda cuando lo llevaba al cole o le hacía la merienda? ¿Recuerda cuando correteaba por casa? César tuvo un problema, algo que provocó que todos os asustaseis, pero en el fondo, él es tu hijo...el niño que trajiste al mundo y que has cuidado desde que era un bebé. ¿De verdad vas a perder a tu hijo, vas a olvidar todos esos buenos momentos que habéis pasado juntos por lo que pasó?     -Girándose ahora a César, alza un dedo acusador.   -Y tú...¿A qué esperas a abrazar a tu madre? Si yo pudiese volver a abrazar a mi madre, nada ni nadie me detendría. No seáis idiotas y cabezones, no dejéis que un mal recuerdo os impida ver lo realmente importante que es la familia.

Los propios ojos de Moussa comienzan a llenarse de lágrimas, las cuales se limpia con el puño de su camiseta. Realmente le duele que teniendo aquella oportunidad, ambos la desaprovechen sin atreverse a dar un paso adelante.

-¡La familia lo es todo, maldita sea!

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09/10/2018, 01:43
Daniel D´aeth

Así que así estaban las cosas: permanecerían en el Liceo, pero no habría clases que pudieran distraer a los profesores a fin de que todas las medidas de seguridad estuvieran al máximo de rendimiento. A Daniel le pareció una medida bastante práctica: si todos los alumnos eran trasladados podrían atraer atención indeseada, y precisamente eso era lo que menos le interesaba al colegio ahora mismo. Por no hablar que había alumnos que no tenían residencia cercana, como Moussa o él mismo.

Bueno... ─el inglés se rascó el mentón ─la noticia de Aitor me ha pillado tan de improviso como a vosotros... no sé si querréis ir a despedirle debidamente...

Marina se había marchado también, y César no había acudido a la reunión. Eso, sumado al salto de Moussa, dejaba al grupo 4 en un numero ridículo para hacer lo que tenía en mente. Por su parte, si montaban una fiesta de despedida no acudiría. Imaginaba que el vasco necesitaba su ración de protagonismo antes de cerrar el capítulo del Liceo.

Van a ser unos días extraños, no sé si tenéis pensado hacer algo en particular. Pero a mí me gustaría conoceros más a fondo, vuestras habilidades y esas cosas. El viaje a Heliópolis me ha dejado claro que hay... lagunas respecto a de qué sois capaces, y si ─cuando─ volvemos a combatir por nuestras vidas... ¿qué os parece?

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09/10/2018, 11:34
Aitor Zumalacárregui

No era suficiente pasar lo que había pasado, no, ahora tenía que pasar el mal trago de confesar también ante nada menos que Moussa... Terrible compañero de cuarto, bocazas, con mala actitud general, y el que les hacía correr tras él en sus aventuras porque su concepto de calma o reflexión brillaba por su ausencia. Y sin embargo no pudo sino dedicarle una amarga sonrisa. Moussa había sido casi desde el principio "transparente", visceralmente fiel al grupo y extremadamente voluntarioso, además de gozar de inventiva y "pensamiento lateral" fuera de lo común, cosa que les había sacado de más de un aprieto. Era, además, de los compañeros del Grupo 4 que más le habían ayudado a Aitor a encontrar su lado humano (aunque sólo fuera por su increíble capacidad de resultar irritante).

Aitor aguantó estoicamente el secuestro de Atajo y su discurso casi sin pestañear. Al acabar ya no lloraba pero en sus mejillas había un rastro fácil de reconocer.

─Ojalá fuera un robot sin alma ahora mismo, Moussa ─comenzó─, pero no es el caso. Este último episodio me ha acabado de abrir los ojos: es la SEGUNDA vez ─remarcó─ que acabo perdido en otra dimensión y, haciendo uso del lenguaje popular, "no hay dos sin tres". No tengo nada claro que pudiera conseguir volver una tercera vez. Casi muero, Moussa. Esta vez me salvásteis, y salvaste a Rita, pero no siempre vamos a tener tanta suerte. Tengo grandes planes para mi futuro, para el de la humanidad. Puedo lograr cosas para todos que pocos otros podrían en el campo de la robótica, los exoesqueletos, la informática... Incluso me he planteado entrar en el mundo de la política o servir como asesor de gobiernos que necesiten una ayuda... pero todo eso es incompatible con el mundo superheroico, con el Liceo. No tengo miedo a morir, stricto sensu, no te confundas, tengo miedo de echar a perder el potencial del que dispongo, de que se extinga la posibilidad de un futuro más brillante (o menos oscuro, al menos). Hagamos un trato: vosotros mantened a salvo el mundo y yo intentaré que merezca la pena salvarlo, ¿de acuerdo?

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09/10/2018, 15:44
Moussa Dakar

Ante las palabras de Aitor, Moussa guarda silencio durante largo tiempo. Él mismo ha pensado en abandonar el Liceo una vez logre terminar su aparato de curación. Además para que negarlo, el trabajo en equipo no es lo suyo y se pasa más tiempo enfadado con sus compañeros, que divirtiéndose con ellos.

Pero a diferencia de él, Aitor tiene grandes planes. En el fondo le entiende, él tampoco ha querido ser nunca un héroe, después de todo si estaban en el Liceo era para aprender y controlar sus poderes, algo que Aitor ha logrado con creces. Con tiempo e información, duda que existan muchos enemigos a los que no pueda derrotar, pero tiene razón...el Liceo es un lugar peligroso.

-Si el mundo depende de que yo lo salve, vamos jodidos.   -Dice finalmente mostrando una sonrisa sin fuerzas.   -Siempre se te ha dado mejor que a nosotros eso de pensar a largo plazo, supongo que está bien eso de desarrollar tecnología que ayude a la gente y que te dediques a la política. Yo nunca he entendido mucho de eso, siempre he creído que los políticos eran todos unos ladrones, pero quizás logres cambiar todo eso.

¿Por qué diablos le duele tanto que se vaya Aitor? Siempre se ha quejado de que se pasase todo el tiempo en la habitación estudiando, pero ahora que se va, se da cuenta de lo solo que se va quedar. Es un pensamiento un tanto egoísta, pero también se pregunta qué será del grupo sin él. Su ingenio y sus poderes les han salvado en más de una ocasión, ahora tendrán que aprender a sobrevivir sin el.

-Supongo que estarás muy ocupado a partir de ahora, pero ven a visitarnos de vez en cuando. Además, será mejor que lo hagas tú...ya sabes, dudo que quieras que vaya a visitarte...le he cogido el gustillo a eso de apretar botones en los laboratorios...o lo mismo podría agenciarme de alguno de tus inventos, ya sabes, solo sería algo temporal pero...

Con su clásica sonrisa picara, vuelve la mirada hacia Aitor durante unos instantes. No dice nada respecto a Marina, pues todo parece indica que Aitor piensa cortar todo lazo con el Liceo, lo cual no será sencillo para él, pues sabe cuanto la quiere. Pero ahora que sabe que no hay otros motivos ocultos que lo obliguen a abandonar el Liceo, no puede nada más que desearle suerte.

-No se me dan bien las despedidas, pero creo que tendrías que tener unas palabras con el resto. No será fácil, pero no sé...ellos te aprecian mucho y les dolerá verte marchar sin más, al menos deberían de saber tus motivos. Además si vas a ser el próximo presidente del país, te vendrá bien seguir teniendo trato con los que serán, algunos de los mayores héroes del mundo ¿No crees?

Decirle que él también le echará de menos no es algo que le salga, aunque supone que el haberlo secuestrado tiene que contar algo ¿No?

-Oye...¿Alguna vez has hecho paracaidismo e sin paracaídas?

Demasiada tristeza y demasiada seriedad para una única conversación, así que decide cambiar un poco las cosas. No sabe si eso animará a Aitor, con César funcionó...pero dada la situación, no pierde nada por probar.

-Es casi como volar, pero con un subidón de adrenalina...¿Quieres probar?

Mostrando su sonrisa más pícara, Moussa se arroja desde lo alto de la torre, cuando su cuerpo está a escasa distancia de convertirse en hamburguesa, un gran portal azul se forma ante él y lo engulle. Reapareciendo a más de cien metros de altura, Moussa cae a velocidad terminal gritando por el subidon. En cierto modo, es como arrojarse en a una piscina desde un trampolín de cien metros de altura, salvo que en lugar de darse un chapuzón, vuelve a reaparecer por el segundo portal volviendo así a caer en picado.

-¡vaaaaaaaaaaamooooooooosssssss es divertiiiiiiiiiiidoooooooooooooooooooooooooo!

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09/10/2018, 16:36
Sara Carrión

Si algo estaba claro era que la captura de Omnis había sacudido por completo el Liceo. Ahora se hablaba de cortar las clases durante una semana lo que todavía no sabía si sería positivo o negativo para ella. Iba a tener que pasar esos días convenciendo a los abuelos, tratando de que la dejaran permanecer en el lugar para seguir formándose, para detener de algún modo la maldición que tenía que cargar. En parte, creía que el abuelo iba a preferirlo de esa forma. Para él haber tenido que mantener a las dos chicas había sido algo angustioso sobre todo por ser ellas mujeres, en el fondo prefería estar sólo, acompañado únicamente por su esposa, que tener familia. Era posible que estuviera diciendo ahora mismo de dejar a Sara que se apartara de ellos, como ya dijo sobre Alicia. La abuela no hizo nada la primera vez y la joven alicantina ahora pensaba que no cometería el mismo error.

Estigia no dijo nada sobre si las clases tenían que seguir o no, era algo que parecía decidido por Richmond. Así que luego tan sólo salió de la sala para quedarse junto al resto. En cuanto salieron, Daniel optó por hablar de entrenamientos, lo que sorprendió un poco a la joven por lo competitivo que parecía ser.

- Podemos organizar algunos entrenamientos estos días.

Cayó en la cuenta de que Daniel no les conocía lo bastante porque era el que menos tiempo llevaba allí, y no dejaba de ser curioso que fuera a ser el líder, pero todo indicaba que el británico tenía buena madera para eso.

- Cuanto más practiquemos mejor. Ya verás que yo me suelo dedicar a aprisionar enemigos salvo que sean menos que nosotros, entonces les puedo atacar.

Explicó la que había sido su forma de combatir hasta ahora, que no tenía más misterio que ese.

Justo después, Sara observó a Marina, sin saber si ella iba a tener ánimos para ese tipo de asuntos. La iban a tener que animar un poco.

En ese momento apareció Alberto por el pasillo, caminando con paso rápido. En cuanto se cruzaron las miradas ambos fueron al encuentro del otro, fusionándose en un abrazo. Estando un poco apartados, se dedicaron a cuchichear mientras se mantenían unidos, intercalando suaves palabras con besos. Sara casi había olvidado el aura de paz que rodeaba al chico y ahora al estar en contacto con él las preocupaciones se disiparon casi del todo. Alicia también estaba allí cerca, por lo que Sara volvía a tenerlos a los dos cerca y eso la tranquilizó.

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09/10/2018, 23:57
Diana Castelló

Al final en la reunión todo había salido como la metamorfa había previsto. No tendrían que salir de las instalaciones - salvo que hubiera problema de causa mayor - y se suspenderían las clases, lo cual no era del todo negativo... se merecían un buen descanso.

Hubo un momento en que algo le pasó por la cabeza ¿Qué pasaría con la competición? ¿Qué iba a pasar con los juegos heróicos?

- Bah, minucias .- Pensó para si misma.

No era momento de preocuparse por ello, ya tendrían tiempo de destacar en unos juegos heróicos más adelante... o incluso el año siguiente. No había prisa, ya habían demostrado su valía varias veces.

En el momento en que pusieron un pie fuera del despacho del Director, sus compañeros comenzaron a hablar acerca de hacer un entrenamiento para que Daniel conociera más afondo el grupo, y quizá era conveniente si el chico iba a tomar el puesto de Aitor como Líder del Grupo 4. En realidad, en el momento de la elección del líder, la metamorfa había pensado en postularse, pero no habría tenido nada que hacer contra las dotes de análisis y estrategia de Aitor, y ahora, en aquella ocasión lo que le faltaban eran ganas. Lo menos que quería era tener que aguantar y lidiar contra las insubordinaciones (por muy mal que sonara aquello) así que prefirió hacerse a un lado.

- Por mi genial, solo avisadme del día y la hora a la que queréis hacerlo, y reservaremos la sala del peligro para un entrenamiento especial .- Por un momento la chica se acordó del ultimo entrenamiento en la sala del peligro, y pensó en echarse atrás, pero dudaba de que fuera a sentirse más inútil que aquella vez.

Esperó un tiempo prudencial a que sus compañeros dijeran algo y cuando no quedara nadie por pronunciarse se dirigió a ellos.

- Bueno, voy a buscar a mi madre y contarle las nuevas... y a descansar .- Dijo tras un ligero suspiro -. Creo que nos merecemos un buen descanso. ¡Nanit!, ¡Nos vemos pasado mañana! .- Bromeó mientras se iba por el pasillo con una enorme y preciosa sonrisa en los labios.

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10/10/2018, 23:16
Narrador

Casa de César, Zaragoza

Cuando Moussa habló desde su propia experiencia, la mujer comenzó a removerse en su asiento. Miraba intermitentemente a Moussa y a su hijo, y sus ojos no tardaron en anegarse de lágrimas. Sollozando, la mujer se llevó primero las manos a la boca, y luego se levantó mientras extendía los brazos hacia su hijo.

César hizo lo propio. Lejos de gritar o enfadarse, como bien podría haber hecho su yo de principio de curso, se levantó y se lanzó a los brazos de su madre.

Ambos lloraban y, aunque no dijeron nada al principio, César no tardó en soltarse. Todo lo que sentía, lo que había mantenido embotellado en su interior durante aquellos meses, salió sin más.

- Lo siento mamá, lo siento mucho. Yo - sollozó -. Yo no quería… Yo no quería quemar la casa. Estaba enfadado porque no entendía lo que me pasaba, ni lo controlaba.

Al mismo tiempo, atropellando las palabras de su propio hijo, la mujer también hablaba.

- No te preocupes, no te preocupes. Ya pasó, yo también lo siento… Tenía miedo y te envíe a ese lugar. Tendría que haberme quedado contigo.

Y así comenzaron los dos a hablar, uno encima del otro, repitiendo el mismo tipo de expresiones hasta que comprendieron definitivamente las intenciones del otro.

Luego quedaron en silencio y, aún fundidos en un abrazo, César fijó sus ojos bicolores en Moussa. Extendió un brazo, invitándole a unirse a ellos.

La madre de César le sonrió sinceramente, aún con lágrimas en los ojos.

Al fin y al cabo, había sido fácil. Tan solo había hecho falta un empujón. El de un hermano muy cabezón.

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11/10/2018, 02:32
Daniel D´aeth

 

Cámara Privada de Isis

El inglés ─ el Ennead ─ había entrado con toda la seguridad del mundo, pensándose uno más de aquel mundo y que cuando regresara a la Tierra podría afrontar su nueva vida con una perspectiva distinta. Sin embargo, cada palabra de Isis lo sumergía más y más en un pozo de decepción.

Lo más conveniente es que te alejes de este mundo. La Tierra será un lugar más seguro para ti. Las palabras de la Diosa Madre golpearon su pecho como un mazazo. Cuando él pensaba que le abrirían la puerta a visitar Heliópolis cuando quisiera y aprender de su legado, le dejó claro que no sólo no podría regresar, sino que no era seguro que lo hiciera. ¿Seguro? ¿Peligroso? ─Pero... no entiendo. ¿Qué puede ser peligroso para mí en este lugar? ¡Sois dioses! ¿Es porque he sugerido salir al desierto? ¡Eso puede esperar, de veras!

La delicadeza de Isis, tan semejante al trato que le profesaba su madre, dulce y firme al mismo tiempo, le había hecho bajar la guardia. Ahora afloraba un Daniel adolescente que estaba a pocos pasos de una pataleta.

Por muy Ennead que sea... parece que para todos sigo siendo un niño ─dijo al fin, resignado. Su padre le trataba como un niño, los profesores le trataban como a un niño. Cuando llegó a Heliópolis y le reconocieron como un miembro de su raza, pensaba que había encontrado su lugar, pero nuevamente se repetía la misma historia.

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12/10/2018, 10:02
Rudy Vergara

Era como encerrar a Voldemort en el sótano de Hogwarts, pero me valía. Al fin y al cabo no había lugar más seguro que Hogwarts. Quiero decir... Que el Liceo. ESTHER y Hécate eran dos de las mentes más brillantes del planeta, seguramente harían algo guay.

 

-Hummm. -dije mirando a Daniel con una ceja alzada.- Creo que alguien es muy fan de los entrenamientos, eh. Jeje.

Otra cosa no, pero con Daniel uno se ejercitaba sí o sí. Primero los entrenamientos en las clases, luego los entrenamientos de los Juegos Super Heroicos y luego las veces que saliamos por la noche al bosque. Y la verdad es que había mejorado bastante en combate desde que conocí al inglés.

-Sí, claro. Podemos ir haciendo estos días. Pero tendríamos que reservar la Sala del Peligro con antelación. Que los del Grupo 2 siempre la acaparan.

Saqué el móvil de mi madre del bolsillo. Como el mío se había roto, parecía que al final me quedaría con ese. Tenía una funda rosa con brillantitos, que estuve apunto de quitar. Pero oye, no quería romper otro móvil.

-Esto... -dije mirando los mensajes. De repente me puse un poco nervioso. Me sonrojé y comencé a balbucear.- Yo... vo-voy a bucear, quiero decir, buscar a Silvano. A Martí. Sí, a Silvano. Ese es su... bueno, e-e-eso.

Me alejé por el pasillo y cuando fui a pasar la esquina, me giré.

-Estaré ahí para la despedida.

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12/10/2018, 21:03
Narrador

Tres días después, Sala del Peligro

Habían pasado apenas tres días desde que el Director Richmond decretó la interrupción de las clases para solucionar el “problema” que la escuela guardaba en sus entrañas. Durante aquellos días los estudiantes eran libres de ir a donde quisieran dentro del recinto del Liceo, aunque todos los estudiantes que iban más allá de los jardines, hacia el bosque, eran acompañados por las Palomas de E.S.T.H.E.R.

Algunos pasaron simplemente el rato, charlando con los compañeros o jugando en el recreo y salas comunes. Otros aprovecharon para adelantar deberes y trabajos pendientes. El Grupo 4, en cambio, decidió reunirse para entrenar.

Tras comunicar sus intenciones a Gata Lunar, la mentora del grupo, la pequeña alienígena se encargó de reservar la Sala del Peligro en un horario bastante cómodo.

Todos menos Aitor, que rechazó la oferta, se reunieron a las 11:00 frente a la puerta blindada. Allí les esperaba Gata Lunar, sonriente, junto al panel de acceso a la sala. Desde el ataque a la escuela a principio de curso, la seguridad de la sala había sido reforzada.

Gata Lunar posó su manita sobre el panel, que escaneó sus huellas y pidió una contraseña y código de la reserva. Tras teclear lo necesario en una pantalla táctil, la gran puerta hizo numerosos ruidos y chasquidos, como si cientos de engranajes y cerrojos estuviesen moviéndose en su interior. Luego se abrió con un deslizamiento silencioso hacia la derecha.

El vacío interior de la Sala del Peligro se fue iluminando paulatinamente, a medida que grandes focos blancos se iban encendiendo la gran bóveda sobre la sala. La inconfundible voz de E.S.T.H.E.R. los recibió a medida que se adentraban en su interior.

“Bienvenidos a la Sala del Peligro. Por favor, elegid escenario y número y tipo de enemigos.”

La voz provenía de todas partes al mismo tiempo, y reverberaba en la bóveda de forma imponente. Su tono, sin embargo, era servicial.

A sus espaldas, la puerta se deslizó silenciosamente hacia su posición inicial, cerrando la Sala del Peligro. Numerosos chasquidos metálicos resonaron en la puerta, a medida que todos los cerrojos afianzaban de nuevo la puerta en su sitio.

- Bien, aquí estamos. Sois libres de escoger los escenarios y enemigos que queráis. ¿Queréis hacer ejercicios individuales o en grupos? - preguntó Gata Lunar.

Notas de juego

Tenéis completa libertad de acción para crear escenarios y apalizar enemigos, mostrando vuestras habilidades. 

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12/10/2018, 21:17
Esther

Tres días después, Taller personal de E.S.T.H.E.R.

Aunque había dejado clara su intención de marcharse, Aitor todavía tuvo que quedarse unos pocos días en el Liceo, mientras ponía en orden todos los trámites administrativos y se aseguraba de que recogía todo su trabajo y equipaje.

Sin embargo, una de las razones por las que había permanecido en el Liceo, y quizá esta era de peso para él, era que E.S.T.H.E.R. lo había convocado a una reunión en su taller personal.

La profesora de tecnología había estado increíblemente ocupada desde el regreso del Grupo 4, coordinando todos los sistemas de la escuela para mantener seguros a los estudiantes, y a Omnis apresado en las entrañas de la base subterránea. A pesar de todo el trabajo que tenía por delante, había querido reunirse con Aitor antes de su marcha. Tenía algo importante que decirle, o eso había dejado implícito en el mensaje que le envió.

Ahora, Aitor se encontraba frente a la puerta del taller personal de E.S.T.H.E.R., solo. Sus compañeros, incluida Marina, se encontrarían a aquella hora en la Sala del Peligro, con Salara. La habían reservado para entrenar, e incluso lo habían invitado. El genio, sin embargo, había preferido abstenerse de la actividad. Y ahora le venía bien, pues tenía aquella reunión.

La puerta del taller, que era más bien una compuerta metálica increíblemente pulida, se deslizó suavemente hacia un lado, permitiendo al genio entrar en su interior.

El taller de la profesora era una maravilla de la tecnología moderna. El equipamiento que poseía bien podría valer más que el resto de la escuela, si descontaba la Sala del Peligro. Era un espacio amplio y ordenado. Los colores pálidos y metálicos harmonizaban con los suaves sonidos de las máquinas, creando un ambiente de lo más relajante.

La profesora estaba de pie, de espaldas a él. Observaba unos esquemas en una gran pantalla holográfica. Parecía estar trabajando en una especie de torreta de artillería.

Cuando Aitor se encontró en el centro del taller, E.S.T.H.E.R. se dio la vuelta. La pantalla holográfica se desvaneció en el aire, y la compuerta se cerró suavemente, dándoles intimidad.

- Hola, Aitor - dijo con su expresiva y fluida voz robótica -. Me alegro de que hayas podido venir finalmente. Me apena tu marcha, y quería hablar contigo una última vez antes de que te fueses.

La profesora anduvo por el taller, situándose frente a Aitor. Aunque su rostro era inexpresivo, Aitor tenía la sensación de que el robot estaba sonriendo.

- Dime, ¿qué planeas hacer cuando te marches? ¿Tienes algún proyecto en mente?

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12/10/2018, 21:33
Narrador

Cámara Privada de Isis

El grito de Daniel hizo que la diosa retirase la mano de su rostro, como sobresaltada. La llevó hasta su pecho, mientras sus cejas se arqueaban ligeramente y sus labios se torcían.

La ausencia de la máscara permitió a Daniel captar muy fácilmente las emociones de Isis. Sorpresa, convertida en decepción, y luego algo de tristeza.

Isis abrió la boca para hablar, pero antes de emitir sonido alguno cerró los labios de nuevo. Sus ojos se desviaron hacia el suelo, y luego volvieron a Daniel. Adoptó una postura más neutra y relajada, pero su rostro seguía triste. Parecía que había pensado mejor lo que iba a responder.

- Entiendo que te puedas sentir menospreciado - dijo finalmente, de forma comedida -. Pero necesito que entiendas que Anpu y yo tan solo deseamos lo mejor para ti.

La diosa desvió la mirada hacia la gran ventana, hacia la ciudad.

- Ahora mismo Heliópolis no es el mejor lugar para ti. Sé que ansías estar aquí y conocer más, pero… Cada día que pasas aquí nos arriesgamos a que él regrese. Imagino que sabes de quién hablo, ¿verdad? - preguntó mientras volvía a mirarlo.

Ahora el rostro de Isis era una máscara de absoluta seriedad.