Partida Rol por web

El Ocaso de los Magos

Gran Torreón - Pasillos

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21/11/2019, 13:32
Narrador

Los pasillos de Gran Torreón estaban hechos exclusivamente de piedra, exceptuando puertas y ventanas, claro. Aunque el techo y algunas ventanas contaba con detalles exquisitos que harían recordar a las más grandes catedrales y exuberantes palacios, contrastaban enormemente con el suelo, hecho con bloques de piedra ahora desgastados cuyos colores y tamaños variaban sin patrón o eje de simetría alguno. Las secciones en las que no habían ventanas —que no eran pocas exactamente— estaban iluminadas por multitudes de antorchas que daban gran luminosidad a las salas a pesar de la ausencia de luz natural. De cuando en cuando una brisa de aire frío recorría los pasillos, que se mantenían sólo un poco más calientes que el exterior en esta época del año.

Aunque los corredores principales eran rectos, amplios y largos, aquello no era la norma; decenas de ramificaciones, escaleras simples, en caracol y en L anchas y estrechas yacían tras cientos de puertas, algunas cerradas y otras abiertas, haciendo a Gran Torreón un verdadero laberinto para los recién llegados que se aventurasen a explorarlo, y algunas partes poco frecuentadas representaban un reto incluso para quienes llevaban años viviendo allí.

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21/11/2019, 13:52
Auxibia

Auxibia guió a Morgause por un largo pasillo con amplios ventanales, y el eco de sus pisadas resonó. Dos hombres con un manto idéntico al de Morgause y Eliza pero de color morado caminaban en dirección contraria a la aprendiz y su sirvienta, quien les sonrió e inclinó levemente la cabeza en señal de saludo. Uno de los hombres le devolvió el saludo mientras que el otro se limitó a observar a la aprendiz con curiosidad hasta que esta había desaparecido de su rango de visión. Siguieron caminando, doblaron por un pasillo a la derecha, después a la izquierda, y después a la derecha nuevamente. Auxibia abrió una puerta tras la cual unas escaleras en forma de caracol las invitaron a subir sus escalones. Ya habiendo subido un par de metros, caminaron un poco más por un pasillo lleno de ventanales de vidrio pintado que no dejaba ver al exterior y Auxibia le señaló un gran banco de madera que había en frente a una puerta.

Tocó la puerta y después de unos segundos de espera la puerta se abrió.

Que entren cuando estén todos —dijo calmadamente la voz de un hombre proveniente del interior de la habitación.

Entendido, Lord Lorlen —replicó Auxibia, cerrando la puerta y agachando nuevamente la cabeza en forma de saludo, o quizás de reverencia. Se paró junto a la puerta y le dedicó a Morgause esa extraña sonrisa tan propia de ella—. Toma asiento, Morgause, dice que los atenderá en cuanto los otros aprendices hayan llegado aquí, son... —Auxibia llevó su mirada hacia el techo, parecía ser que tenía costumbre de hacerlo cada vez que pensaba o intentaba recordar algo— seis, si no mal recuerdo. Tenía entendido que están inconscientes —explicó, frunciendo el ceño—, como tú hasta hace un rato pero —dijo encongiéndose de hombros— si él dice que vendrán...

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22/11/2019, 02:51
Morgause

La aprendiz se detuvo en sus pasos, luego de escuchar la corrección por parte de Auxibia. Parecía que se había equivocado respecto a la posición de poder del supuesto administrador. Algo normal, teniendo en cuenta que ella desconocía en gran parte la pirámide de poder de aquel sitio, entre otras cosas. Por esa razón, optó por sólo asentir, demostrando que había comprendido lo que le había dicho. - Ah... - Se expresó con tranquilidad, dedicándole una mirada a la anciana, a medida que continuaba escuchando lo que ésta tenía para decir al respecto. El hecho de escuchar que hacía meses que no veía al director del Gran Torreón, fue algo que ciertamente sorprendió a la joven, la cual inclinó la cabeza hacia un costado, preguntándose por el motivo de semejante desaparición. ¿Acaso estaba de viaje o algo similar? - No me sorprendería que alguno de los magos le haya matado para tomar su lugar. - Se expresó la emperatriz en un tono que denotaba cierta picardía, como si aquella idea fuera algo que la complaciera en demasía. - El administrador. No me extraña. Espero que no haya desperdiciado el cuerpo del director. ¡No hay límites para el poder! ¡Sólo los ignorantes se limitan! - Exclamó el mago oscuro en la mente de la joven, forzándola a taparse los oídos, a pesar del hecho de que la voz retumbaba en el interior de su cabeza. Por su parte, ella no estaba segura de que aquella suposición fuera correcta. Era probable que el director estuviera ocupado con algo, alguna investigación en particular, cualquier cosa que un mago poderoso pudiera hacer en su tiempo libre. Aunque bueno, ella no sabía mucho sobre los magos, excepto por los rumores que había oído, y las historias que había logrado conocer con el tiempo. Era una completa ignorante en esa clase de cosas.

- Bueno... espero que a él le gusten las piedras. - Expresó de manera simple a la anciana, a medida que comenzaba caminar, sin demostrar mucho interés sobre dicho individuo, luego de que sacara su propia conclusión respecto al administrador y lo que sea que le pudiera suceder al director. Al menos ahora sabía que el primero no era el verdadero líder de aquel sitio. Habría sido vergonzoso equivocarse de esa forma. De cualquier modo, la atención de la joven no tardó mucho en concentrarse por completo en el pasillo por el cual caminaban, notando con rapidez lo laberíntico de aquel sitio. La sirvienta había tenido razón, no habría sido muy difícil para Morgause el perderse en semejante lugar con tantas ramificaciones. Sería mejor que estuviera acompañada por alguien, si es que no quería perderse en el futuro, aunque tampoco era como si aquello la preocupara demasiado. Después de todo, la joven amaba las aventuras, junto con la posibilidad de explorar un sitio completamente desconocido para ella. - Me pregunto si tendrán muchas cosas para robar... - Dijo la campesina, Nalyr, deseosa por encontrar algún candelabro de oro o plata, o cualquier otra cosa que pudiera ser de valor para ella. Aquellas palabras hicieron que la aprendiz pusiera los ojos en blanco, si bien no podía negar que la idea de encontrar hermosas piedras brillantes era... más que atractiva para ella. - No comprendo por qué estás tan obsesionada con esas cosas, mi querida pequeña. - Se expresó la emperatriz, incrédula, a pesar del hecho de que conocía lo suficiente a la joven. Comprendía muy bien que era el brillo de las piedras lo que fascinaba tanto a la chica, si bien aún le costaba comprender la razón de semejante fascinación. - Me gustan. Son bonitas. Y... parecen tener vida. - Se explicó la muchacha entre susurros.

La atención de Morgause se desvió por un instante hacia las dos personas que había encontrado en el camino, mientras seguía a la sirvienta, si bien no tardó mucho en desviar su mirada hacia el frente, sin darles mucha importancia, excepto por el color de sus ropajes. No parecían ser profesores, no cuando el color de Eliza era el rojo. ¿Alumnos avanzados? Era posible. De cualquier modo, cuando llegaron a cierto lugar, la aprendiz tan sólo asintió ante la indicación por parte de Auxibia, la cual le señaló un gran banco de madera. Aún así, eso no evitó que se mostrara intrigada en el momento en el que la anciana tocó la puerta, antes de que pudiera escucharse la voz de un hombre. No se demoró demasiado en tomar asiento como le había indicado la sirvienta. - ¿Qué representa el color morado? - Le preguntó con naturalidad, a medida que centraba su mirada en la anciana. - ¡La osadía! Hacernos esperar junto a un montón de plebeyos... Recuérdame por qué estamos aquí. - Dijo la emperatriz, Frederika, con cierto cansancio en su voz. Odiaba que juntaran a su pequeña con un par de campesinos ignorantes. - Debemos de ser pacientes si deseamos que mi pequeña alcance el poder que merece. Me importan poco tus lamentos. Lo único que importa es el conocimiento. - Aseguró Elric con frialdad, dejando en claro que estaba cansado de los comentarios de Frederika. - No peleen. Podemos esperar. - Susurró de manera tranquila, a pesar del hecho de que la sirvienta se encontrara cerca de ella, para luego desviar su atención a Auxibia. - Está bien. No tengo problema en esperar. No deberían tardar demasiado, ¿verdad? ¿Qué se supone que nos dirá el administrador? - Preguntó con cierta curiosidad, si bien suponía que dejaría en claro las reglas de aquel sitio, o algo similar.

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23/11/2019, 18:11
Auxibia

Auxibia le había respondido sobre qué era lo que representaba el color morado luego de haber dado ya unos pasos por delante de los dos magos de vestimenta morada.

Los alquimistas llevan ese color —le había respondido con una sonrisa la anciana—, se encargan de... ¿hacer pociones? —A pesar de los años que Auxibia llevaba en aquel lugar, nunca había servido a un alquimista, y aunque era posible que hubiese escuchado en más de una ocasión a qué se dedicaban aquellos magos, lo cierto era que no lo recordaba—. Seguro te lo expliquen más adelante —dijo restándole importancia al asunto e intentando ocultar el hecho de que desde hacía ya un par de meses su memoria le había estado comenzando a fallar.


La sirvienta de Morgause sonrió y su mirada se congeló en el rostro de la chica, pensante.

No lo sé, pero supongo que no —dijo en respuesta a si tardarían mucho, frunciendo un poco el ceño con intención de hacer que la chica a quien debía servir estuviese tranquila—, la coordinación de los magos es impecable —aseguró con una pequeña sonrisa—. No sé qué les dirá el administrador, Morgause —confesó apretando los labios y llevándolos hacia un lado—, no me han dicho nada.

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28/11/2019, 11:37
Morgause

Ante la falta de conocimiento, por parte de Auxibia, respecto a si el resto de los aprendices tardarían mucho en llegar o no, la joven simplemente asintió en silencio, sabiendo que no había mucho que pudiera hacer sobre aquella falta de una respuesta precisa a su pregunta. En realidad, tenía que admitir que le molestaba esperar, y que habría preferido escuchar lo que el administrador tenía para decir, para luego hacer lo que quisiera hacer, o aprender algo de magia en aquel maravilloso lugar. Sin embargo, el hecho de tener que esperar, era algo que la frustraba en demasía, si bien no deseaba demostrar su frustración, no frente a la sirvienta que era tan amable con ella. - Entiendo. Bueno, supongo que tendremos que esperar... - Dijo de manera simple, conteniendo la necesidad de suspirar o de simplemente marcharse de allí para hacer... algo. Odiaba esperar. Era algo demasiado aburrido para ella, y nunca había sido muy buena para las reglas, no cuando a ella le gustaba tanto hacer lo que quería. - Mi pequeña no debería de esperar hasta que ese patético mago se disponga a hablarle. ¿Quién se piensa que es? Deberían de azotarle la espalda unas veinte veces por la osadía. - La emperatriz no dudó en expresarse con cierto veneno en su voz, furiosa al ver cómo hacían esperar a Morgause. Además, era obvio que a Frederika tampoco le agradaba que la hicieran esperar, en especial si se tenía en cuenta su posición social. Nunca nadie había sido tan osado. - El momento de la verdad llegará en el futuro. Cuando nuestra querida Morgause alcance su verdadero potencial... ¡Aplasta a los desagradables insectos! - Exclamó el mago con furia absoluta, dejando en claro que tampoco estaba a gusto con aquella actitud hacia la chica.

- La verdad es que es molesto esperar a ese viejo... Podríamos estar robando algunas cosas en todo este tiempo. - Aseguró la campesina, no pudiendo evitar bostezar, producto del aburrimiento, lo que provocó que Morgause también bostezara. - Ya es difícil esperar y los tres tienen que empeorarlo quejándose... - Murmuró de mal humor, denotando su descontento ante el hecho de que las voces no pararan de quejarse sobre la espera. Estaba considerando seriamente la idea de levantarse de su asiento para divertirse un poco al explorar aquel enorme lugar. De seguro aquello sería más divertido que simplemente quedarse sentada. ¿Por qué tardaban tanto? No tardó mucho en pensar en la mención de los alquimistas, considerando que aquello sería un tema interesante para distraerse un poco. ¿Eso quería decir que el color marrón servía para identificar a los magos ajenos a la alquimia o simplemente a los aprendices? ¿Cuántas "ramas" de la magia había y cuáles eran los colores correspondientes a cada "rama"? - Has dicho que el morado es de los alquimistas... ¿qué otros colores hay? Quiero decir... ¿qué otros grupos hay de magos? - Preguntó con cierto interés en aquel tema, esperando que aquello sirviera para eliminar un poco el aburrimiento que sentía ante el hecho de tener que esperar hasta que llegara el resto. Las voces podían ser un poco insoportables cuando eran víctimas de la impaciencia, y no había duda de que a ella tampoco le gustaba mucho el tener que esperar. Si no fuera porque no quería ser un poco ruda con la anciana, no habría dudado en levantarse y olvidarse del administrador, para luego ir a buscar a Eliza y pedirle que le enseñara algo de magia. Cualquier cosa sería más divertida que simplemente quedarse allí esperando. - ¿Por qué tardan tanto en despertar? ¿Hay algún motivo para la diferencia de tiempo en despertar? - Realizó otras dos preguntas, deseando saber si había algo malo en que algunos tardaran más que otros.

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28/11/2019, 22:55
Penélope

Mhm —asintió Penélope ante tu suposición de que el director era el "jefe" del lugar—, el director es el jefaso —dijo sonriendo un poco mientras recorrían un largo pasillo con amplios ventanales, y el eco de sus pisadas resonaba en las paredes de piedra— pero desde hace meses no lo veo... El segundo al mando es quien quiere hablarte —dijo levantando un dedo—, Lord Lorlen, el administrador... sería una especie de subdirector —dijo mientras, buscando cómo explicarlo, entrecerraba los ojos y levantaba un poco las cejas—. Según sé, es quien ha estado dirigiendo Gran Torreón desde la desaparición del director, pero tampoco estoy segura —dijo llevando los labios hacia un lado y mirándote mientras caminaba a tu lado—; después de todo, si le hubiese en verdad sucedido algo y se diese un cambio de director lo habrían anunciado... creo.

Siguieron caminando, doblaron por un pasillo a la derecha, después a la izquierda, y después a la derecha nuevamente. Penélope abrió una puerta tras la cual unas escaleras en forma de caracol los invitaron a subir sus escalones. Ya habiendo subido un par de metros, caminaron un poco más por un pasillo lleno de ventanales de vidrio pintado que no dejaba ver al exterior. Al final del pasillo yacía sentada en un gran banco una chica pelirroja con una túnica idéntica a la tuya y, parada al lado de una puerta, una anciana con la que estaba conversando.

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28/11/2019, 23:24
Auxibia

La anciana sonrió un poco al mismo tiempo que entrecerraba los ojos, y esperó un par de segundos antes de responder, durante los cuales había lentamente levantado el dedo que luego movería mientras hablase.

Hay rojos, azules, verdes... Hm... —Auxibia entrecerró aún más los ojos y levanto las cejas en una clara señal de inseguridad sobre lo que estaba por decir— Negros, morados, marrones, blancos... Creo que también los hay grises y... ¿Rojos? ¿Dije rojos? Bueno —dijo riendo un poco— hay rojos, y también morados, magentas, verdes y...

Habían pasado ya unos minutos desde que había comenzado el conteo y Morgause estaba segura que había repetido por lo menos tres veces cada color, lo cual era bastante teniendo en cuenta que había mencionado una buena cantidad de colores que no sabía que existían, o al menos no sabía que tenían nombre propio... o quizás realmente no existían. En todo caso, antes de que pudiese terminar con aquel divague del que parecía no ser consciente para pasar a responder la otra pregunta de la joven aprendiz, el eco de los pasos de dos personas se hizo presente en el largo pasillo.

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28/11/2019, 23:53
Narrador

Buenos días —dijo la chica que acompañaba a Senca, quien al igual que Morgause vestía aquella túnica marrón. La sirvienta le dedicó una pequeña reverencia a Morgause y a la anciana—, ¿Lord Lorlen está ocupado? —preguntó dirigiéndose a esta última con cierta intriga.

Auxibia, la anciana, respondió también con una reverencia acompañada de una sonrisa.

Bueno días... —dudó por unos instantes— Penélope —dijo finalmente—. No lo sé, pero me ha dicho que entren cuando estén los siete —explicó mirando a Senca—, así que supongo que hay que esperar a que llegue el resto.

Entiendo —respondió la chica, llevando su mirada hacia Senca—. Entonces no me queda nada por hacer aquí —dijo mirando a Senca y haciendo nuevamente una reverencia, esta vez también dirigida a él—. Si me disculpan...

Dicho esto, la chica se dio la vuelta y se fue por donde vino.

Toma asiento —invitó la anciana a Senca amablemente, señalando con la mano el amplio banco en el que estaba sentada la otra aprendiz.

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29/11/2019, 02:22
Morgause

La joven aprendiz abrió los ojos de par en par, sorprendida ante semejante cantidad de colores. Aquello debía de significar que había varias categorías entre los magos, no sólo unas tres o cuatro. El rojo debía de corresponde a los profesores, teniendo en cuenta que Eliza vestía una capucha roja. Aunque, también era posible que aquel color se debiera a lo que enseñaba, como ya había mencionado Eliza en su momento. Sea lo que fuera, si bien la anciana había mencionado la gran variedad de calores, incluso llegando a repetir alguno de ellos, no se detuvo a explicarle a qué correspondía cada color, lo que ciertamente confundió en gran medida a Morgause, dejándola con aún con más preguntas que hacer al respecto. - ¿No podemos cambiarla por algo mejor? No puedo creer que nos hayan dejado este... vejestorio para que nos sirva. Es un insulto a nuestra grandeza. - La emperatriz no dudó en expresar su descontento, luego de que Auxibia no hubiera explicado lo que Morgause había deseado saber. También parecía bastante molesta porque la anciana no había parado de repetir alguno de los colores que ya había mencionado anteriormente. Estaba tan molesta que Morgause podía escuchar los suspiros en su mente por parte de Frederika. - Pobre. Necesita una buen estofado de gallina. Segura que eso la hará feliz y la ayudará a recordarlo todo. - Aseguró la campesina, Nalyr, sin compartir la opinión de la emperatriz, a la cual ciertamente detestaba en su mayoría, incluso si nunca entraba en conflicto con ella, en lo posible. - En serio... no es tan mala. Deberías darle una oportunidad... - Susurró la aprendiz, en respuesta al comentario de Frederika, a pesar de que sabía que aquello no la haría cambiar de opinión.

De cualquier manera, no tardó mucho en mover ambas manos para intentar que la anciana se detuviera, si bien no fue ella quien la interrumpió, sino la presencia de unos extraños que se acercaban hacia ellas en la distancia. Por sus ropajes, la joven supuso que debía de tratarse de dos aprendices, ya que compartían el mismo color marrón. Sin embargo, por la forma en la chica le habló al otro sujeto, no parecía que fuera a quedarse allí con ellos. - Buenas tardes. - Respondió al saludo de la muchacha, a pesar de que aún era de día. ¿Por qué? Sólo porque le había parecido gracioso seguir dicho saludo en cadena con cada saludo del día. No tardó mucho en mirar al otro desconocido, esperando que este dijera "buenas noches", como era debido. - No mires a los fracasos, mi pequeña. Te contagiaran la mediocridad. ¡Sacrifica a los mediocres para así alcanzar la grandeza de tu poder! ¡Carne, sangre y vida! - Exclamó el mago oscuro en regocijo, no olvidándose de educar a la joven como era requerido de él. Si bien, la atención de Morgause se concentró por completo en la joven llamada Penélope, la cual no se demoró mucho en marcharse, a pesar de que había pensado que era una aprendiz como ella y el otro chico. ¿Se había equivocado? - Juro que si esa chica es la sirvienta de ese campesino... ¡Rodarán cabezas! ¡La osadía! ¿Dónde está mi caballero o guardiana? ¡Cualquier cosa menos este vejestorio! - La emperatriz se expresó con absoluta indignación, haciendo que Morgause pusiera los ojos en blanco. - ¿Quién era ella? ¿Una sirvienta como tú? Por cierto... ¿puedo coleccionar todas las túnicas y hacer que hablen? Ah y... no has dicho qué es cada color. - Aclaró con tranquilidad, para luego dedicarle un leve asentimiento al extraño, a modo de saludo, no demorándose demasiado en volver a mirar a la anciana.

Notas de juego

Ignoren lo de la túnica marrón xP Pensé que era la sirvienta la que vestía la túnica xD

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30/11/2019, 04:10
Calíope

Calíope guió a Misha por un largo pasillo con amplios ventanales en el que se podía escuchar el eco de sus pisadas resonando. Después de haber caminado unos cuantos metros, doblaron por un pasillo a la derecha, después a la izquierda, y después a la derecha nuevamente. Calíope abrió una puerta tras la cual unas escaleras en forma de caracol los invitaron a subir sus escalones. Ya habiendo subido un par de metros y después de cruzarse con una chica que por su ropa sería posiblemente parte del personal de Gran Torreón, caminaron un poco más por un pasillo lleno de ventanales de vidrio pintado que no dejaba ver al exterior. Al final del pasillo, enfrente a una puerta, se podían ver tres figuras, dos de ellas vistiendo la misma túnica marrón que vestía Misha.

Vay...ve con ellos —le dijo Calíope a Misha, deteniéndose a una distancia prudencial de aquellos tres y observando a la anciana que estaba con los dos aprendices, también una sirvienta, con más detenimiento—, seguramente estén esperando a que el administrador les haga pasar —dijo mientras le hacía una reverencia y se daba vuelta para irse por donde había venido sin más explicaciones.

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01/12/2019, 11:17
Senca Temno

Caminé por los pasillos al lado de Penélope, más fuerte a cada paso, más firme y por tanto, más rápido. Aunque la escuchaba como el que escucha la voz de alguien que sabe, me di cuenta que a los que llaman sirvientes no les dan toda la información del lugar.

Cambiar de director, ¿acaso es que pasa algo raro en el torreón?, La verdad es que no me importaba que es lo que pasaba entre todas aquellas personas con nombres extraños que suponía significaban un rango en la jerarquía de la torre. Sonreí haciendo nota mental de todos aquellos conceptos, o lo que creía haber entendido de todos ellos.

El Director manda, el Administrador también, pero menos, los sirvientes están abajo y los profesores, ¿dónde están los profesores en esta espiral de nombres?, Lady Eliza parecía tener gran cantidad de información, y el permiso para hablar sobre ello y dar órdenes, aunque aún no tenía claro hasta que punto. No es que fuera una información importante, pero en según que lugares que había visitado, había observado que se hablaba a la gente con un respeto diferente según que rango tuvieran, y no quería desentonar.

Al llegar al fín del pasillo, una mujer con la misma túnica que yo estaba parada frente a una anciana, Más gente, esta chica debe de ser una de las que vino a la puerta como yo. No la recordaba en la puerta, no estaba entre el grupo que moría de frío y se moría de hambre, debía tener sus propias capacidades. Aunque hablaba extraño, se susurraba a sí misma, ¿Reza en voz alta? No parecía ser eso, sabía que había distintas religiones, pero nunca me pareció bien rezar, los Dioses tienen sus caminos indiferentes de que tú creas hablar con ellos o no.

Buenos días, Dije quitandome la capucha de la túnica a modo de presentación, dejando un pelo largo y trenzado a la vista. Mi nombre es Senca, Dije dirigiendome a la Anciana y la mujer que la acompañaba, esperando a que quedara en silencio para la presentación, no quería interrumpir su conversación, aunque fuera con ella misma.

Me despedí amáblemente de Penélope, Espero verte pronto, has sido de gran ayuda. La comenté como despedida, al fin y al cabo era la persona menos seria de todas las que había conocido, y tener momentos relajados es importante para la mente, más estando en un sitio extraño y desconocido. Me acerqué a la chica con curiosidad, señalando su túnica.

Parece que has venido como aprendiz, como yo, ¿también te hicieron una prueba al entrar en aquella casa cerca del torreón?, Pregunté con curiosidad, tenía intriga de si todas las pruebas eran iguales o no. Tenía más dudas, la mujer había dicho que el tal administrador esperaba a 7, pero en la entrada había muchisimas personas, ¿acaso solo 7 habían pasado la prueba?, pertenecía a un grupo de 7 personas sobre todos aquellos, eso me hacía parecer especial, en cierta medida.

 

 

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02/12/2019, 02:21
Morgause

Ante el saludo del joven, la aprendiz elevó la mirada hacia el techo del lugar en el que se encontraba. - Buenas tardes. - Expresó nuevamente como le había dicho a la sirvienta, a pesar de que aún era de día. Aún así, a pesar de que había saludado al chico, había evitado mirarle, ya que no se había olvidado de las palabras del mago oscuro, el cual le había advertido de no mirar a los supuestos "fracasos", incluso si no sabía muy bien a qué se refería. No quería que le contagiaran nada. - Bien hecho. Tú sólo escucha a los profesores... hasta que puedas apropiarte de todo el conocimiento que poseen. - Aconsejó el mago, complacido por el hecho de que la joven escuchara sus advertencias. - ¡Bah! No escuches al anciano amargado. ¿Es que no lo has visto? Me encantaría encerrar a ese joven en mis aposentos... - Comentó la emperatriz con cierta lascivia, lo que hizo que Morgause volviera a poner los ojos en blanco, sabiendo muy bien a qué se refería en ese momento. No era la primera vez que Frederika hacía esa clase de comentarios... ya fuera si se trataba de hombres o mujeres. Su apetito no parecía tener fin. - ¿Anciano? ¡Ignorante! ¡Soy Elric! ¡Elric! ¡Señor de la vida y la muerte! ¡No eres más que un insecto frente a mí! - Exclamó el mago oscuro, ciertamente de mal humor ante la forma en la que la emperatriz había hablado de él. - Sólo eres un campesino con sueños de grandeza. - Afirmó la mujer, antes de iniciar una discusión con el mago, haciendo que Morgause se llevara las manos a la cabeza, como si intentara silenciarles. - Basta... No peleen. Mejor busquemos unas piedras... - Se expresó con cierto fastidio, intentando mediar en la situación. Las voces no tardaron mucho en responder con un largo silencio, dejando en claro que no deseaban molestar a la joven. - Y gallinas. O robemos algunas cosas. - Agregó la campesina, antes de que la aprendiz riera levemente ante la idea. - Está bien. Piedras y gallinas. - Corrigió de buen humor ante la idea.

Tras esa conversación con las voces en su cabeza, volvió a centrar su atención en el joven, a pesar del hecho de que Senca le había hecho la pregunta hacía ya un buen rato. Era como si, justo en ese momento, las palabras del muchacho habían llegado a ser comprendidas por ella. Por un instante, tan sólo se limitó a pensar la respuesta, antes de asentir de manera tranquila, aún sin llegar a mirarle directamente. - ¿Prueba? ¿Era una prueba? - Preguntó un poco sorprendida, no estando segura de que aquello hubiera sido una prueba. Era más como si la hubieran obligado a elegir, algo que ciertamente no le había gustado en lo más mínimo. Odiaba elegir entre sus amistades. No era bueno, y generaba peleas innecesarias. Ni siquiera había imaginado que aquel bloque había estado relacionado con Frederika. Tan sólo lo había elegido porque era bonito y brillante. De cualquier manera, no se demoró demasiado en levantar uno de sus brazos, mientras que con el otro simulaba tener algo afilado, antes de pasarlo por la mano del brazo levantado, como si estuviera cortándose la mano. - Sangre. Tuve que elegir. Odio elegir. Mis amigos se entristecen. No me gusta que estén tristes. - Se explicó con cierto fastidio en su voz, afirmando su descontento respecto a lo que había tenido que hacer. Por lo demás, la "prueba" no había sido demasiado complicada para ella, por lo que realmente no le había parecido una prueba en sí. - Yo gané. Como era de esperar. - Afirmó la emperatriz, de buen humor ante lo que había ocurrido. El mago oscuro no se demoró en gruñir de ira. - Ganaste con trampa y engañando a nuestra pequeña. - Aseguró en un tono venenoso, furioso por el resultado. - Yo no hice trampa. No es mi culpa que fuera así. ¡No me llames tramposa, maldito vejestorio! - Frederika parecía de mal humor ante aquella acusación, si bien la aprendiz negó con la cabeza con rapidez. - Basta. Nada de peleas. - Pidió con firmeza en su voz, antes de que las voces se callaran. - Sólo tuve que elegir. Luego desperté y vi a Auxibia. - Volvió a dedicarle la palabra al joven, para luego mirar a su sirvienta. - Ah y... la profesora. Eliza. - Los ojos de la joven parecieron brillar ante la mención de la profesora de la capucha roja, incluso si no tenía idea si podría aprender algo de ella.

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03/12/2019, 08:18
Auxibia

Buenos días, Dije quitandome la capucha de la túnica a modo de presentación, dejando un pelo largo y trenzado a la vista. Mi nombre es Senca

Buenos días Senca —respondió amablemente—, mi nombre es Auxibia, soy la sirvienta personal de Morgause —explicó llevando su mirada hacia la chica de cabellos rojizos.

¿Quién era ella? ¿Una sirvienta como tú? Por cierto... ¿puedo coleccionar todas las túnicas y hacer que hablen? Ah y... no has dicho qué es cada color.

Sí, su nombre es... —lo había olvidado de nuevo— ¡Penélopus! ¿Penélopus? —repitió con inseguridad y llevando su mirada hacia Senca buscando una confirmación por parte del chico— —dijo restándole importancia y frunciendo un poco el ceño— se llama Penélopis, y es una sirvienta como yo —comentó con cierto orgullo—. No sé si puedes coleccionar las túnicas, y los colores, los colores... —la anciana llevó la mirada al techo— Sé que hay guerreros y... sanadores. —Torció el gesto— Pero no recuerdo más —confesó.

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03/12/2019, 08:21
Arlette

Ya vestido con aquella túnica y habiendo terminado de desayunar, saliste del dormitorio. Fuera, recostada contra la pared a unos pasos de la puerta, te esperaba Arlette. Te miró en una mezcla de suspicacia y desidia.

¿Qué le dijiste? —preguntó llevando su mirada hacia un lado, previendo malas noticias.

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03/12/2019, 18:38
Senca Temno

Miré con intriga a la mujer, que se susurraba a sí misma, o eso pude intuir mirando a mi alrededor y viendo que solo estabamos la chica pelirroja, la señora mayor y la espalda de Penélope. ¿Con quién hablará?. Pensaba mientras esperaba pacientemente a que acabara, esto era un lugar mágico y quizá hubiera alguien que yo no podía ver, al igual que pude intuir el aura de Lady Eliza.

No se si habrá gallinas por aquí, esos pájaros no suelen estar libres, Sonreí ante el último susurro de la chica pelirroja.

Puse mi mano en la barbilla, En verdad, no se si era una prueba, yo también tuve que elegir, aunque en mi caso fue una decisión fácil, supongo. Bajé la cabeza, no me arrepentía de la decisión, aunque tampoco era algo agradable de hacer. Al menos seguía siendo el mismo de siempre, uno más o uno menos no parecía cambiar mi verdadera mentalidad.

Aunque hay decisiones dificiles, en mi caso, siempre elijo lo justo, no se si te servirá de algo, pero aunque alguien se enfade, siempre podrás pensar que es lo justo, y que por eso lo elegiste. Sonreí, posiblemente ella tuviera su propia forma de verlo, aunque era una chica intrigante.

Yo también vi a Lady Eliza, Aunque a mi me asignaron a Penélope, ¿vienes de lejos?, tu pelo es extraño. Pregunté con curiosidad, había visto personas pelirrojas, aunque no abundaban.

Tras preguntar a la chica, la señora habló, Provocandome algo parecido a la ternura, en mi aldea no había muchos alimentos, ni disponíamos de aquellas comodidades de las ciudades de hoy en día, poca gente llegaba a vieja, Es Penélope, o eso me dijo, Reí a mi propia broma. Lo segundo que dijo si que me causó más intriga, Así que los colores significan una posición, ¿cuando los otorgan?¿qué sería yo?, No había pensado en las túnicas hasta que la chica pelirroja habló de ellas, aunque era verdad lo de los colores, había más distintivos. Sería bastante útil en una batalla, acercarte a los guerreros para atacar, a los sanadores para curarse, ¿qué más habrá?

Oh, Auxibia, yo también tengo una pregunta, usted, em, ¿Es decisión suya ser sirviente?¿no preferiría caminar libre?. Pregunté a la mujer, aunque seguramente ni se acordara de por qué era sirvienta, era algo que me resultaba realmente curioso, cuidar a los demás por esos dinares brillantes para conseguir cosas.

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04/12/2019, 02:00
Morgause

- ¿Sirvienta? Más como el vejestorio sin utilidad de mi pequeña... Que broma. - La emperatriz no dudó en expresarse, molesta ante la presentación de Auxibia hacia Senca, no agradándole demasiado la idea de aceptar a alguien así como la sirvienta de su querida Morgause. - No seas tan mala... Es como una dulce abuela. Una que toda piedra quisiera tener... - Susurró la joven, en respuesta a las palabras de Frederika, reprochándole el hecho de que fuera tan cruel hacia la pobre anciana. - Mm... creo que la llamaste Penélope, Auxibia. Aunque Penélopis suena bonito. Como una piedra. - Afirmó en un tono amable a la sirvienta, sin molestarle por el hecho de que se hubiera olvidado del nombre de la otra joven. Para ella, los nombres no tenían mucha importancia, e incluso, más de una vez cuando no recordaba algún nombre en particular, solía apodar a las otras personas como ella lo creía apropiado. Por suerte, de momento, se acordaba de los nombres de las personas que había conocido hasta ahora... aunque eso no quería decir que fuera a recordarlos durante los días venideros, a menos que pasaran mucho tiempo cerca de ella. De cualquier manera, escuchó con atención los pocos detalles que la anciana parecía recordar respecto a los colores de las túnicas, algo que no sorprendió demasiado a la aprendiz. Ya se había acostumbrado a la falta de memoria por parte de Auxibia. No era como si ella deseara conocimiento de ella. Ni tampoco de sus servicios, si bien no sería tan cruel como para decirle que no la necesitaba, en especial cuando había sido de gran ayuda al guiarla hasta el despacho del administrador.

- Bueno, no importa. Luego le preguntaré a Eliza... Al menos ahora sé que hay guerreros y sanadores. - Eso explicaba las clases de sanación de la profesora de la capucha roja. - ¡Pfft! Que idiota. Dice que las gallinas son pájaros. ¡Si no pueden volar! - Exclamó la campesina en su mente, antes de comenzar a reírse por la supuesta ignorancia de Senca, a pesar de que era ella la ignorante. Tras la risa de Nalyr, se pudo escuchar el suspiro de desesperación por parte de Frederika, la cual parecía haberse quedado sin palabras. - Cuando pensaba que no podías ser más ignorante... - Masculló la emperatriz, considerando que no serviría de mucho aclarar aquella confusión. - Nalyr dice que podemos robarlas. - La aprendiz no dudó en explicarle al muchacho, antes de quitarle importancia al tema en cuestión. A ella le gustaban más las piedras brillantes. Sea lo que fuera, no tardó mucho en encogerse de hombros ante la explicación del otro aprendiz respecto a que había tenido que hacer una elección. La "prueba" en sí no había sido de importancia para ella, sólo estaba enojada porque se había visto forzada a elegir entre sus amigos, y ella odiaba que la forzaran a hacer algo que no quería. Había pensado derramar la sangre sobre todos los cuencos pero... aquella voz había hecho trampa. De seguro estaba celosa de sus amigos y quería que se peleara con ellos. Aún así, ladeó la cabeza hacia un costado, no comprendiendo muy bien la forma de pensar del chico. Decía cosas muy raras. - ¿Qué es "justo"? - Preguntó con cierta curiosidad, no sabiendo muy bien qué pensar de todo aquello. - La forma de pensar de los ilusos, mi pequeña. De los mediocres. No le escuches. Él no quiere que brilles como una de tus hermosas piedras. ¡Aplasta la mediocridad! ¡Rechaza la debilidad! - Exclamó el mago oscuro con absoluta pasión en sus palabras.

Morgause tan sólo asintió, no tardando mucho en levantar la mirada por primera vez, mirando al muchacho antes de entrecerrar sus ojos. - Yo voy a brillar. - Aseguró con confianza, antes de volver a bajar la mirada. No obstante, no tardó mucho en considerar lo último que el chico había preguntado respecto a su lugar de procedencia. Nuevamente, ladeó la cabeza, no sabiendo muy bien qué importancia tenía de dónde venía ella. Nunca le habían preguntado algo así. - Bosque Dría. - Dijo de manera simple, principalmente porque aquello no era algo que le pareciera demasiado divertido. - Ahora pensará que vienes de las profundidades de ese maldito bosque, querida... - Le reprochó la emperatriz, lo que hizo que Morgause negara con la cabeza con rapidez, como si no deseara eso. - Una aldea en Bosque Dría. Descanso de Dría. - Se corrigió al instante, para luego observar su propia túnica con cierta curiosidad, como si se hubiera olvidado del tema de conversación anterior, si bien no tardó mucho en volver a abrir la boca, dispuesta a decir algo más, aunque sin levantar la mirada. - Mi pelo no es extraño... eso creo. No conozco a mis padres. Ellos... me dejaron allí, con otros niños. - Explicó su situación, evitando decir que la habían abandonado. No le gustaba esa palabra. Era como si no les importara, y ella estaba segura que les importaba. - Olvídate de ellos. Nos tienes a nosotros, mi pequeña. No necesitas nada más. - Aseguró el mago oscuro en un tono dulce, como un abuelo le habría hablado a su nieta que estaba a punto de sollozar. - A Auxibia parece gustarle, aunque le dije que podía descansar si quería. - Aclaró a la pregunta del muchacho respecto al servicio de la anciana.

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04/12/2019, 10:42
Kai
Sólo para el director

Había dormido en una cama mullida, suave y calentita; dentro de una habitación muy acogedora, bajo techo y más tiempo del que podía imaginar jamás. Había tomado uno de los banquetes más deliciosos de toda mi vida. Tenía ropa nueva, una túnica... pero nueva. Todo era espectacular y cada cosa que veía me sorprendía más, incluso un simple pasillo. Se podría decir que estaba viviendo un sueño.

Volviendo en mi, vi a Arlette a un lado apoyada en la pared un poco preocupada, lo que me hizo algo de gracia, ya que más o menos me lo esperaba.

-¿Ahora si quieres hablar conmigo? -contesté a su pregunta con otra, junto a una pequeña sonrisa jocosa-. Puedes estar tranquila, le he dicho la verdad... -respondí bien esta vez- Solo estábamos hablando amistosamente, ¿no es así?

 

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04/12/2019, 18:16
Narrador

Al fondo del pasillo por el cual ambos habían llegado pudieron ver a un chico de túnica marrón y a quien llegado este punto asumían sería su sirvienta. La chica dio media vuelta y se fue antes de llegar hasta el pequeño grupo que esperaba al administrador, mientras que el aprendiz caminó hasta ustedes.

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04/12/2019, 18:19
Misha de Schwarzfels

El chico hizo todo lo posible por memorizar la ruta mientras el eco de sus pasos se perdía entre galerías, ramales y accesos. Si aquel lugar iba a ser su nuevo hogar debería poder recorrerlo sin perderse. Era un lugar bello y lujososo como nunca había visto. Esperaba que alguien le ayudase a volver, porque el lugar era enorme y no estaba seguro de haber memorizado todo correctamente.

Misha se acerco al trío, no sin antes agradecer a Caliope su guía con una sonrisa antes de que esta se marchase por donde había venido.

-Buenos días. Soy Misha.- dedicó una pequeña inclinación al grupo. -¿Están esperando también para reunirse con el administrador?- Estudió a aquellas personas. Si eran novatos como él, debería haberlos visto en la explanada los días anteriores a la prueba.

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05/12/2019, 15:58
Senca Temno

Oh, es un lugar bonito, pasé por allí para llegar al Torreón, Quizá hasta nos hayamos visto, quien sabe, Respondí, había visitado tantos lugares que era dificil saber todos, pero aquel bosque era bonito, aunque solo pasara buscando el río hasta el Torreón. Los bosques están bien, permitían esconderme y poder dormir, posiblemente por eso me acordaba de ese sitio.

Quien será Nalyr, Pensaba mientras imaginaba donde podía haber gallinas, suponía que en la cocina, o en las afueras del edificio, Aunque no había visto ni una ni la otra.

Lo justo, Pensé mirando al aire, Es cuando alguien recibe algo parecido a lo que da, por ejemplo, En mi elección, había un hombre que decía que había asesinado a una mujer, por lo que decidí que debía morir, eso es lo justo. Aunque cada uno tiene su propia justicia, Para ellas es justo trabajar cuidandonos, y recibir dinares brillantes para obtener cosas, supongo que es complicado, pero debes buscar qué es la justicia para tí. Sonreí.

La conversación se cortó por la llegada de un tercer aprendiz, Buenos días soy Senca, Dije al chico presentandome formalmente, Así es, antes han dicho que somos 7 los que entraremos.

Miró a la chica pelirroja, esperando a que Se presentara, No me había dicho su nombre, o sus nombres, o los nombres de los espíritus que la acompañaban. Quería ver como se llamaba y que tipo de palabras usaba para presentarse.

El chico parecía observador, eso me gustaba, la gente que observa está atenta, y eso permite desenvolverte mejor, Y a ti Misha, también te hicieron elegir algo para ser Aprendiz?, Pregunté mientras veía como su sirviente se iba, Creo que La señora de la chica pelirroja se ha olvidado que también puede irse. Pensé riendo en silencio.