Partida Rol por web

El secreto de la Isla de los Manantiales

2. - Las ruinas de los elfos

Cargando editor
07/01/2022, 14:42
Keytus Raincaller

Keytus alzó una mano para llamar la atención de aquel elfo, e indicó con un gesto de la cabeza a Chuck que él sí estaba comprendiendo lo que aquel ser les estaba diciendo. Bueno, más o menos.

Entonces empezó a hablar en élfico, lentamente. Si ese elfo era una imagen del pasado había tenido que pasar demasiado tiempo para que el idioma hubiera evolucionado hasta el que conocía Keytus. Eso quería decir que, realmente, sí había pasado mucho mucho tiempo desde que los elfos habitaran realmente ese lugar.

- Disculpe a mi amigo. - Dijo al elfo que había conjurado el sirviente invisible. Conjurado o controlado desde donde fuera, puesto que Keytus no se había parado a revisar si había sirvientes invisibles de antes, claro. - No está acostumbrado a toda esta elegancia y sí, esperamos ansiosos el concierto. Una pregunta, si no es molestia... Estamos buscando a otro amigo nuestro. ¿Ha visto por aquí a un humano con sombrero? - Preguntó antes de pasar a describirle un poco más la perilla y el aspecto en general de Lefebre. Quizá el elfo pudiera indicarles por dónde se había marchado su compañero.

Aunque en ese instante le vino a la mente una idea muy perturbadora. Miró a Chuck y le habló en idioma enano:

- Oye... si podemos entrar en contacto físico con las cosas de aquí... - Giró la cabeza mirando en dirección a todos los elfos, en busca de alguna fémina. - ¿No crees que Lefebre se habrá intentado dar al libertinaje? - Preguntó. Fijo que estaba intentando copular con cada hembra con que se hubiera cruzado.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Oleeee, la tirada!

Cargando editor
08/01/2022, 10:15
Patrice Lefebre

El futuro capitán del Lauretta estaba excitado. Ver a aquellas elfas chupando como si no hubiera un mañana, provocó en él una reacción evidente y es que la sangre que se repartía por su cuerpo, se concentró en una zona muy concreta de su anatomía. 

Sólo la aparición de sus dos torpes compañeros le disuadió de meter la mano por debajo de su pantalón y hacer lo que un hombre tenía que hacer. Desde su escondite lo hubiera tenido fácil, pero ahora que sus compañeros habían empezado a hacer el pardillo, lo iba a dejar para más adelante. 

Patrice decidió seguir oculto y observante. La reacción de los elfos tras el desastre que el enano acababa de organizar, no tardó en llegar. Eso quería decir que si les veían, pero que simplemente su presencia allí no parecía importarles lo más mínimo. Era como si el hecho de que un humano y un enano armados y sucios como ratas, no fuera algo que les resultara extraño a los elfos. Algo sin duda muy extraño. 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Percepción para escuchar lo que hablan Chuck y el elfo 8 con un 1 natural en el dado...

Cargando editor
10/01/2022, 01:45
Chuck Masticarrocas

Pasó algo que hacía bastante que no se veía en los Reinos. Que Chuck Masticarrocas se quedara sin habla. Al menos por unos segundos, mientras veía como aquella comida de tiquismiquis y la bandeja rodaban por el suelo. Se había hecho a la idea de que serían como fantasmas y que por eso veían a los elfos borrosos, pero parecía que aquello era real; o al menos lo parecía con un enorme grado de realismo.

Grmblfhghhh... No me extraña que estos finolis de voz aflautada se extinguieran, la verdad. Pena de bebida derramada, eso sí. - Comentó en Enano. Luego permaneció en silencio mientras Raincaller bregaba con el pisaverde.

- Meh, ese se mearía encima antes de saber qué hacer. Seguro que está en el piso de arriba. Siempre y cuando ese portal no se active al azar y no le haya mandado a otro sitio, claro. Mierda de magias de orejas puntiagudas, no saben ni cómo hacer un buen portal, grmblfhghhh... - El Enano hizo gestos a Raincaller de que debían subir, y con cierto apremio.

Cargando editor
11/01/2022, 11:44
Elfo

Keytus se dio cuenta, tras una inspección y con mucha suerte, que se encontraba en el balneario que habían explorado el día anterior. No es que fuera otro balneario, era el mismo, y en ese momento se encontraban en un espacio dimensional que les estaba mostrando una escena del pasado. Ellos estaban físicamente en el lugar del presente, pero el tiempo y el espacio de ese plano era distinto. No había visto nunca nada parecido, aunque sí recordaba haber leído que hechiceros extremadamente poderosos podían hacerlo. Si estos elfos eran magos excelentes estaba por ver, pero su conocimiento de la magia superaba con creces cualquier cosa. 

La cuestión era que, a pesar de que era una escena del pasado, podía interactuar con la ilusión como si estuviera físicamente allí. Era real. Todo eso había ocurrido. ¿Y si era un viaje al pasado? No lo podia saber. Al mirar en derredor, lo único que no vio, fueron las estatuas de elfas marinas, aunque sí que veía adornos eróticos por todas partes.

-Pues, lo lamento mucho, no hemos visto a ese pintoresco personaje por ningún sitio -dijo el elfo con una sonrisa-. Pero sería digno de ver. El concierto empezará en breve, siempre es un placer asistir a un recital de Meltalia y sus Cincuenta Visiones. ¿Cuál es su canción favorita?

Cargando editor
11/01/2022, 11:54
Narrador

Hablaban en élfico, por lo que Lefebre no entendió ni media palabra de lo que se dijo. Los ánimos en la sala estaban bastante caldeados, los elfos fumaban en pipas o con largos cigarros, o bebían té. Todo tenía un anarajado muy particulpar, sin embargo, al futuro capitán no le llegaba el aroma de nada. También se dio cuenta de que los únicos que bebían o fumaban naranja eran los elfos dorados. Las elfas azuladas no comían ni bebían y los de rojo, tampoco. Ninguno de ellos participaba en los escarceos de los elfos dorados.

Siguió mirando la escena. Las elfas de color azul comenzaron a subir al primer piso, los elfos dorados seguían fumando y los de rojo se fueron retirando hacia zonas más privadas.

Cargando editor
11/01/2022, 11:59
Ylsa

Ylsa y Marianne estuvieron esperando un rato y caminaron por el balenario distraídas mientras lo abandonaban. La sunita aprovechó para coger a Marianne de la mano, pero antes de salir del balneario, se acercó a una de los muchos pilones que decoraban los muros de las instalaciones. De debajo de uno, envuelto en musgo, sacó una estatuilla de porcelana.

-Uy, mira qué cosa más rara.

Le mostró la figura, una estatuílla como las que habían visto de los elfos con motivos marinos, solo que en esta ocasión la figura era un Arva tatuado.

Cargando editor
11/01/2022, 17:53
Marianne Stevens

Marianne miró por encima del hombro de Ylsa, con desinterés.

¿Y por qué te parece raro? —le preguntó—. Tenemos indicios para pensar que los hombres lagarto llevan mucho tiempo viviendo en esta isla. Y los elfos debieron levantar sus murallas por algo. Parece lógico que lo hicieran contra unos primitivos Arva que carecieran de armas de asedio.

Marianne se detuvo para pensar lo que acababa de decir.

Claro que si tenían una magia como para provocarte un orgasmo de pura erudición tampoco es que fueran a necesitar demasiado un muro de piedra. Es más, hubiera sido lógico que esclavizaran a los Arva, ¿no?

»Claro que lo que hemos visto representado no eran exactamente elfos sino esos elfos marinos. El caso es... ¿qué quieres decir?

Cargando editor
11/01/2022, 23:24
Patrice Lefebre

Parecía que podían interactuar con aquellos extraños elfos. Con lo cual, se encontraban en el mismo plano y además, no eran una mera evocación del pasado. Aquellos orejas picudas tenían consciencia de su entorno y podían verles, sin embargo, mientras no les molestasen, no parecían interesarse en ellos. Lo cual evidentemente era muy extraño. 

Lefebre salió de su escondite y caminó de forma sigilosa hasta el lugar donde se encontraban Chuck y Keytus. Se colocó entre medias de ambos a su espalda y pasó un brazo por encima de cada hombro de sus dos compañeros de compañía. 

Muy extraño, ¿no creéis? - Les dijo sin más. - Y por lo que veo, no entienden una palabra más allá que las de su retorcido idioma... - Chasqueó la lengua. - ¿Alguna idea de cómo volver? - Les preguntó.

Cargando editor
12/01/2022, 01:18
Chuck Masticarrocas

Chuck dio un respingo cuando sintió la mano en su hombro, pero había algo que había delatado al hombre: su inequívoco olor corporal. Sólo eso le salvo de recibir un topetazo en plena nariz, si bien el sobresalto no se lo quitó nadie al Enano.

- ¡Por las barbas de Dumathoin! ¿Llevas todo este rato ahí escondido, especie de crustáceo camaleónico? Y nosotros rompiéndonos la cabeza para encontrarte, maldito... grmblfhghhh... - Se sacudió la mano de Patrice de un empellón mientras juraba en la oscura lengua de los Enanos. Ni siquiera Keytus conocía esas palabras propias del dialecto de su clan.

- Bueno, aquí está. Al final no se estaba beneficiando a una de estas casquivanas elfas despúes de todo. Y hablando de eso, nuestras mujeres prefirieron no seguirte, aunque si sé que eres de estos sustos igual yo tampoco lo hubiera hecho... grmblfhghhh. El caso, podemos buscar cómo volver, - se dirigió a Keytus ahora - o les puedes contar a estos afeminados lechuguinos que se van a extinguir en un tiempo. - No tenía claro cuánto, claro. - En todo caso aquí pintamos poco. Si entramos por un portal, podría haber otro en la parte de arriba. O quizás al volver a subir la escalera el portal siga ahí. Maldita sea la magia de los elfos. Por cierto, ¿qué parlotea el pisaverde este, Raincaller? -

- Tiradas (1)
Cargando editor
12/01/2022, 09:56
Keytus Raincaller

- ¡Oh, aquí estaba nuestro amigo! - Dijo Keytus al elfo sin tener que fingir sorpresa por la aparición de Lefebre. - Disculpe - añadió al elfo - disfrute del recital. - Y mientras decía eso se apartó hacia Lefebre y Chuck y trató de alejar a ambos un poco de aquellos elfos. Solo por si pudieran entenderles.

Escuchó tanto a Lefebre como a Chuck. - Chuck tiene razón - le dijo a Lefebre mientras señalaba al enano - si no vas con más cuidado podíamos haberte atacado cualquiera de los dos. - Un topetazo como decía Chuck era algo suave. Estaban en territorio hostil.

- La prioridad es encontrar cómo salir. Dudo que me hagan caso o sirva de algo advertirles de su extinción. Más si no sabemos cómo ocurrió exactamente. - Comentó el duskblade. - Hablan una derivación del élfico, o más bien al revés. Parece élfico antiguo. - Explicó. - Pero para que un idioma varíe tanto como ha variado éste tienen que pasar muchos miles de años... y para un elfo quizá hasta más tiempo. No sé cómo de antigua es esta época pero es muy lejana. - Y eso preocupaba aun más a Keytus.

- Estamos en el mismo lugar que estábamos antes de cruzar el portal, pero esto es una especie de espacio dimensional que nos muestra una escena del pasado. Podemos interactuar a pequeña escala pero dudo que podamos modificar el devenir de los grandes acontecimientos. - Explicó. Miró alrededor. - Quizá sea mejor que esperemos un poco y veamos qué ocurre. Va a haber un recital ahora, y si averiguamos por qué se extinguieron o qué pasó, quizá nos de una pista de cómo volver, o incluso de a dónde conducir nuestra investigación cuando regresemos. - Sugirió.

- ¿Qué os parece? ¿Esperamos un poco a que comience el recital para ver quién es esa tal Meltalia y de qué van las cincuenta visiones? - Preguntó.

Cargando editor
12/01/2022, 10:29
Patrice Lefebre

- Soy bastante ágil esquivando puñetazos y tortazos. - Dijo sonriente. - Las mujeres suelen reaccionar así cuando les acaricio la espalda. Tengl experiencia.- Soltó una risotada. 

Aquellos dos parecían tener muy claro que estaban ante una escena del pasado. Lefebre también lo había valorado, pero no tenía porqué ser así. Podía ser que eso fuera el presente en otro plano de existencia paralelo y que el portal les hubiera conducido directamente allí. 

¿Por qué tenéis tan claro que estamos en el pasado? - Preguntó. - Creo que veo más factible viajar en el espacio a otro plano, que en el tiempo. - Argumentó. - He intentado volver por allí por donde viene, pero no es posible. Creo que el portal es solo de ida. Debe haber otro de vuelta, espero... - Y de nos era así, lo único que le disgustaría sería no haber intentado con la sirena pelirroja, aunque claro está, aquella era labor compleja. Por lo demás, el panorama de liberación sexual élfica que allí se presentaba, no le parecía un mal retiro.

 

Cargando editor
12/01/2022, 11:52
Keytus Raincaller

- Todos los indicios que veo por aquí apuntan a que estamos en el mismo balneario que exploramos ayer. - Explicó Keytus a Lefebre en respuesta a por qué creía que estaban en el pasado. - No es otro balneario, es el mismo pero parece que en este momento nos encontramos en un espacio dimensional que nos muestra una escena del pasado. Estamos físicamente en el lugar del presente, pero el tiempo y espacio de este plano son distintos. No he visto nunca nada similar, pero sí he leído que los hechiceros extremadamente poderosos pueden hacerlo, y los antiguos elfos gozaban de un conocimiento de la magia superior a cualquier cosa que yo conozca. - Explicó.

Pero claro, ésa era su opinión en base a sus conocimientos arcanos, que podían ser insuficientes en esos momentos pues trataban con algo completamente desconocido para él.

- Lo más raro de todo es que, pese a ser una escena del pasado, Chuck ha demostrado que podemos interactuar con la ilusión como si estuviera físicamente aquí. Es real... Todo esto ha ocurrido. ¿Quizá hemos viajado realmente al pasado? No lo sé con seguridad. - Comentó. Estaban jodidos a menos que encontraran alguna pista más para salir de allí, fuera lo que fuera eso.

Sonrió. - Marianne no quiso venir porque no sabía si se podría regresar... Pero bueno, mejor estar aquí juntos que allí esperando a ver si alguno regresa, ¿no? - Comentó encogiéndose de hombros. Después de todo, eran un equipo, ¿no?

Cargando editor
12/01/2022, 16:04
Chuck Masticarrocas

Chuch miró de reojo a Keytus mientras al fin se ponían en movimiento.

- Si hubiera sabido que aquí hay comida, bebida y una orgía continua creo que hubiera cruzado el portal más rápido que sus bragas, si es que las usa. Menuda es la moza... grmblfhghhh. -

Abrió camino, mientras agarraba alguna vianda de aspecto animal y algo fuerte que echarse al coleto. Si no salían de esta al menos quería probar un caldo de los Elfos, que probablemente sabría a orín de mono, pero bueno, mejor eso que nada.

Cargando editor
13/01/2022, 08:56
Patrice Lefebre

- Si... Aquí no se está mal. - Le respondió a sus inesperados amigos. - Al menos uno se recrea vista. Puede incluso que si permanecemos aquí el tiempo suficiente, nos dejen hasta participar. - Sonrió de forma lasciva. - Subiremos entonces al primer piso, pero esperemos a que hagan eso que dices que tienen que hacer. A ver si así, nos enteramos de algo...

Cargando editor
14/01/2022, 18:26
Narrador

Los exploradores decidieron subir al primer piso, por algo debían empezar, como ver si podían regresar por donde habían venido. Subieron las escaleras, pero no volvieron al balneario del que habían salido, sino que seguían en aquel lugar mágico y decadente al que habían ido a caer.

Los elfos dorados reían, fumaban, bebían y comenzaban a subir las escaleras para dirigirse al auditorio. Este se encontraba al final de un largo pasillo decorado con vidrieras y tapices, al final del mismo una gran cortina ocultaba la entrada a un espléndido auditorio de proporciones épicas. Cuando Lefebre, Chuck y Keytus entraron en él, enseguida empezaron a dudar acerca de la capacidad del auditorio, porque a todas luces era inmenso, mucho más grande de lo que era el balneario. Seguramente ocupaba todo el primer piso, a juzgar por lo que ellos habían explorado de la planta inferior.

Cientos de butacas forradas de tercipelo azul estaban distribuidas en filas, apuntando hacia un escenario en su parte central. En los muros laterales se alzaban pequeños balcones donde los más privilegiados podían observar la función y la decoración era predominantemente marina: grandes siernas, nereidas, y todo tipo de ninfas del océano estaban representadas en gigantescas estatuas, cariátides y mosaicos. El ambiente estaba animado, tenso, chispeante. Se respiraba expectación y emoción, una orquesta estaba situada en el foso del escenario y terminaba de afinar los indstrumentos. Delicadas sedas colgaban de lo alto del escenario, de un azul océano profundo, que recordaba a las profundas simas abisales del océano, un lugar que ninguno de los aventureros había visto jamás, porque ellos siempre habían navegado por la superficie. Las maravillas del mar estaban solo reservadas para los peces y para todas las criaturas mágicas que podían respirar bajo el agua. Algo en sus corazones se quebró al ser conscientes de la ironía.

Los elfos ocuparon las butacas. Eran cientos y cientos de elfos dorados. Los palcos fueron ocupados por los elfos que Lefebre había visto ataviados de rojo y con el cráneo afeitado. De las elfas vestidas de azul no vio ni rastro, al menos entre el público asistente. Una voz mágica habló en élfico, retumbando por todo el auditorio para anunciar que el concierto iba a dar comienzo. Keytus tradujo para sus compañeros un larguísimo discurso sobre Meltalia y sus Cincuenta Visiones, donde elogiaba sus canciones, su aportación a la música, a la belleza y al arte, y comentaba que esta era la primera vez que la famosa nereida daba un concierto en la Isla de la Luz. El arcano ya estaba empezando a cansarse de traducir tanto elogio cuando por fin, las luces se apagaron y las sedas azules se retiraron para mostrar el escenario.

Estaba decorado con motivos marinos. Diversas plataformas plateadas se sostenían en lo alto de frondosos corales hechos de, Lefebre se dio cuenta, diamante tallado. Auténticas perlas salpicaban el decorado como la espuma del mar. Esferas de agua y corrientes marinas movidas por el influjo de la magia iban de acá para allá y se creaban burbujas. La música comenzó a sonar y unas fabulosas bailarinas surgieron de los campos mágicos de agua. Sus pieles eran azuladas, sus cabellos se movían como si estuviesen bajo el agua y vestían de forma muy específica, cada una a su manera, pero con un estilo similar: tacones, ropa ajustada de cuero, ceñidas camisetas y variopintos accesorios. Lefebre las reconoció como las elfas de azul que había visto en la fiesta. Chuck, porque había tasado las estatuas, las reconoció como las figuras de las estatuillas que habían estado recogiendo durante su incursión al balneario.

La música se hizo más y más fuerte, las luces brillaban de forma intermitente y todo daba vueltas. Hasta cincuenta bailarinas salieron al escenario a bailar sincronizadas con movimientos sensuales y chispeantes. La música era pegadiza, con un ritmo totalmente desconcido para ellos, seguramente tenía que ser de otro plano, del mundo marino, ninguno había escuchado nada parecido. Antes de darse cuenta, estaban tarareando la letra cuando la cantante principal surgió del centro del escenario de una cascada de agua y comenzó a cantar, una letra con un ritmo que parecía disonante, para después unirse al resto de las bailarinas y cantar todas al unísono una melodía sexy.

Meltalia y las Cincuenta Visiones eran un auténtico grupo de música que adoraba bailar, cantar e impresionar a su entregado público.

Notas de juego

Sí, estáis asistiendo a un concierto de K-POP. Con esto no quiero decir que sea de época moderna, no es que haya coches o trenes como en el vídeo, es solo la estética y la música.

Cargando editor
15/01/2022, 00:25
Keytus Raincaller

- Meltalia la cantante, y las cincuenta bailarinas... las Visiones. - Comentó Keytus resaltando lo evidente mientras continuaba observando el espectáculo. La verdad era que tanto la música, como la manera de bailar de la cantante y las bailarinas, resultaba hipnótica.

- Vale, no tengo ni idea de si algo de todo esto tuvo que ver con su extinción, ni el motivo por el que estamos viendo esto. - Añadió el duskblade. - Pero no creo que nos ayude a salir. Tenemos que buscar otra manera. - Había sido su idea quedarse un poco y ver de qué iba el concierto, y no se arrepentía de ello. Pero en ese momento, simplemente pensaba que no había sido productivo. No al menos para el objetivo de salir, aunque sí hubiera enriquecido sus conocimientos sobre la cultura de aquellos elfos, y hubiera dado un poco más de contexto a la existencia y las formas de las estatuillas que habían encontrado antes de cruzar el umbral.

- Vámonos mientras están todos enfrascados en el concierto. Busquemos otro portal para regresar. - Sugirió mientras buscaba con la mirada alguna salida a aquel enorme auditorio para tratar de registrar otras áreas no exploradas. Habían cruzado un enorme pasillo y una cortina para llegar al auditorio. En caso de que no hubiera más salidas regresarían por allí y examinarían el pasillo que, seguramente, se encontraría vacío en esos momentos.

Cargando editor
15/01/2022, 05:32
Patrice Lefebre

- Espera...  - Patrice agarró a Keytus de la hombrera de su armadura. - ¿Qué prisa tienes? - Le preguntó. - Si hay salida de regreso a nuestro, plano o hilo temporal, lo que sea... - Miró con una sonrisa pícara al caballero. - ...la seguirá habiendo una vez haya concluido esta representación. - Afirmó muy seguro de sus palabras. - No tenemos prisa, creo. Podemos disfrutar del espectáculo.

Patrice realmente estaba disfrutando de aquella experiencia. Nunca había asistido a un concierto como aquel. El ritmo endiablado de las letras y la sinfonía era como... ¿eléctrico? y realmente deseaba quedarse para seguir disfrutando de aquello. Keytus y Chuck eran gente pragmática y que se empeñaban en ir al mello de la cuestión, pero por una vez se podían permitir gozar del su propio tiempo y disfrutar un poco del espectáculo. Al menos eso era lo que Lefebre pensaba hacer.

- No entiendo una sola palabra de lo que dicen, pero eso no es impedimento para disfrutar del sonido y como no, también de las vistas. - Soltó una carcajada. 

Cargando editor
15/01/2022, 13:43
Chuck Masticarrocas

Al principio Chuck pensaba que el ver el espectáculo sería una pérdida de tiempo, pero luego cuando todo la puesta en escena desembocó en el concierto que daban las mujeres elfas, se sorprendió a sí mismo llevando el ritmo con el pie mientras escuchaba con una sonrisa que afortunadamente ocultaba su barba.

No lo había hecho porque únicamente cantaba en el fragor de la batalla, pero el Enano sabía algo sobre canto* y estas escuchimizadas elfas sabían lo que se hacían, la verdad. Cuando Keytus habló, sacudió la cabeza como quien sale de un trance y carraspeó un poco. - Ajj, ajj, umm, errr... En este caso estoy con el señor Sombrero, pero tú también tienes razón, Raincaller. Deberíamos salir de aquí más pronto que tarde. Sin embargo para una cosa que sí saben hacer estos orejas picudas, me gustaría disfrutar unos minutos de la melodía. -

El Enano echó mano a su mochila, y tras rebuscar un poco sacó una de las estatuillas que habían encontrado, la cual observó con el brazo extendido, mientras la comparaba con las Elfas cantarinas del escenario. - Pues sí que eran estas mozas, que me aspen. Al menos llevan ropa, lo cual es raro en estos tipos, grmblfhghhh... - Luego echó un vistazo alrededor, en busca de algo para echarse al bolsillo. Quería comprobar si cogía algo y se lo llevaba, seguiría con él al regresar. Si es que alguna vez regresaban.

Notas de juego

*Sí, Chuck tiene rango en Interpretar (Canto), es un requisito de su Clase de Prestigo (futura :), lo único que sólo canta cuando entra en Furia, cosa que no ha hecho aún, jaja.

Cargando editor
18/01/2022, 11:10
Narrador

Decidieron quedarse para ver al menos una parte del concierto, ya que estaban. Pronto se olvidaron de Ylsa y de Marianne, aquellas elfas o sirenas o ninfas o lo que fuesen, eran hipnóticas y su música, algo realmente maravilloso. Antes de terminar la primera canción, que era bastante larga, los aventureros escucharon otra canción que desde hacía rato estaba sonando, pero que no habían percibido hasta ahora.

Los elfos estaban cantando también. Todos los elfos sentados en las butacas entonaban una melodía similar a la de Meltalia, o al menos Chuck fue el único en darse cuenta, ya que Keytus y Lefebre no tenían mucho conocimiento sobre música. Keytus entendía palabras sueltas, ya que era élfico, pero fue el Enano quién percibió que Meltalia estaba cantando su canción y los elfos estaban cantando la misma melodía, pero con la letra al revés. Unos minutos después de percibir este detalle, Keytus tuvo la sensación de que la canción era en realidad un conjuro. Lefebre, simplemente, estaba deleitándose con las nereidas desnudas y exhuberantes que se remojaban en el escenario en esferas de aguas termales mientras cantaban exquisitas melodías.

La música se convirtió en un pandemonium en cuestión de segundos. Una de las nereidas fue absorbida, su figura en el escenario se difuminó como una pintura sobre la que hubiesen echado agua y se transformó en una espiral de agua azulada que chocó contra uno de los tapices que decoraban el auditorio. Al instante, la nareida quedó plasmada en el tapiz, voluptuosa, desnuda y exótica. Los elfos continuaron cantando y Meltalia detuvo un instante su melodía al darse cuenta de lo ocurrido, pero continuó con la canción, entonando aún más fuerte que los elfos, intentando cantar por encima de ellos. Una a una, las nereidas fueron estallando en espirales de colores para ser después arrojadas a los tapices y pinturas que decoraban el salón.

Una de las burbujas de agua del escenario estalló y se volcó sobre las primeras filas de butacas de los elfos. El agua estaba a tan alta temperatura que un grupo de elfos comenzaron a hervirse, sus pieles a despegarse de la carne, se llenaron de ampollas. Eso no impidió que el resto de elfos siguiera cantando y ahora sí, Keytus entendió que estaban lanzando un conjuro. Igual que Meltalia. 

El escenario estalló, el agua comenzó a brotar en chorros hirvientes dirigidos hacia los elfos. Alzaron escudos protectores mientras seguían cantando la melodía al revés y Meltalia convocaba, sin dejar de cantar en ningún momento, elementales de agua para romper las protecciones. Las Cincuenta Visiones intentaron huír, pero eran inmediatamente atrapadas por ese hechizo que las convertía en agua para después plasmarlas en un tapiz, en un cuadro o en una estatua. Todo comenzó a llenarse de agua caliente, como la marea que sube cuando un barco se hunde, y el suelo temblaba mientras la magia se apoderaba del auditorio. Los gritos de las elfas acuáticas cuando eran atrapadas restallaban con gran estruendo y la canción de los elfos, de miles de elfos, ganaba en volumen mientras Meltalia se dejaba la voz para protegerse mediante encantamientos. Los estallidos de magia salpicaron a los aventureros, igual que el agua hirviente, cascotes de auditorio que reventaban con los rayos mágicos, o tortazos que los gigantescos elementales de agua soltaban a los elfos. Incluso les cayó encima un elfo arrojado desde la primera fila. Sin embargo, nada de eso les hizo ningún daño.

Finalmente, Meltalia fue escindida en dos mitades y su esencia absorbida por dos estatuas que había sobre el escenario, que la represetaban a ella completamente desnuda y maravillosamente pletórica en pleno éxtasis. La magia cesó entonces, los elfos dejaron de cantar y todo el auditorio se vino abajo, transformándose en agua, cayendo como una cascada hasta que todo quedó convertido en un charco. Entonces se volvió a formar, la realidad dibujándose como una pintura a gran velocidad.

Los aventureros estaban en el auditorio, en el mismo lugar, y el escenario estaba otra vez cubierto por cortinas. La orquestaba estaba en su foso, probando los instrumentos, y algún que otro elfo estaba colocando flores y asegurando los adornos.

Cargando editor
19/01/2022, 15:12
Keytus Raincaller

Keytus parpadeó confuso. Afianzó los pies en el suelo y miró alrededor.

- Hemos visto lo que ocurrió con esas elfas... el origen de todo. - Comentó, aunque debía ser obvio para sus compañeros. Las estatuas, los tapices... todo. ¿Por qué los elfos se habían vuelto contra la cantante y las bailarinas era algo que todavía no alcanzaba a comprender. - Y parece que además esto es una especie de bucle temporal. - Añadió comprobando que de nuevo parecía como si estuvieran al principio... antes de que comenzara el concierto.

- Memorizad todos los detalles, todo lo que podáis. - Pidió a sus dos compañeros. - Hay que encontrar la manera de salir de aquí. - Empezó a revisar con la mirada todos los alrededores sin saber muy bien por dónde empezar. 

- Busquemos a Meltalia. Quizá si la encontramos antes de que suba al escenario podamos detener todo esto y se rompa el bucle y el hechizo. - Sugirió a Chuck y Lefebre.