Senn y Gario vuelven anonadados (Al menos Senn xD)
Hemos encontrado gran cantidad de dinero en las maletas de Stein, así como informes del ejérito italiano, MUCHOS informes, planes para el futuro y rutas secretas de suministro, además habia un cajón enorme que lleva su nombre con numerosas obras de arte, de gran calidad y valor. Algunas eran propiedad del Vaticano... ¿que demonios estara pasando? Creo que debemos interrogar a Berger... ¿han podido atarle?
Francesco sorprendido contesta al alemán.
Le.. le.. le hemos atado con una cuerda de tender... Pero esta consciente. ¿Ninguno de ustedes estaba al corriente de ese cargamento? ¿Eso quiere decir que el capitán era verdaderamente un traidor?
Eso es lo que vamos a averiguar- me acerco hasta donde esta Berguer le obligo a mirarme y le digo- ¿que sabes sobre los planes del capitan Sten? Tras esto le golpeo en la cara con la culata de la Luger- ¡habla!
¡Estás muerto puto espaguetti!
Escupe algo de sangre al suelo mientras mira los cdáveres que se amontonan en el suelo...
La señora Kassel se levanta y se sirve otro vaso de whiskey.
Mi marido está vivo, pero no sé en qué estado...
¡Tu marido es un puto agente ruso!-grita Berger-El capitán lo sabía, pero no quién de los viajeros eran de fiar. Por eso preparamos un plan, para desviar el tren hacia Bertesgarden y no a Berlín. En cierto modo, íbamos a desobedecer las órdenes, pero todo por el bien del Reich.
Teniente Senn, señor. ¡Los enemigos son ellos! Kassel es un comunista, Gario es otro del mismo estilo, un puto izquierdista y el señor Alexandro un vendido, no me extrañaría que estuviera con ellos. La zorra también se habrá vendido y la señora Lorena, bueno...ella tal vez sea la única italiana inocente, es fiel a la causa.
Bertesgarden es la "ciudad del nacionalsocialismo" Hay que ser miembro del partido para vivir ahí.
Eso es absurdo... ¿Por qué entonces decidirían meter en un tren conducido por comunistas tantos tesoros del reich? ¡Podían haber elegido cualquier otro tren! ¡Incluso fletar uno propio para ustedes!
Senn mira serio a Gario mientras niega con la cabeza. No le golpee mas, le necesitamos vivo.
Los dolores de la pierna vuelven mientras se acerca al "inofensivo" Berger.
¿Asi que agente ruso? ¿como lo sabia? ¿y porque no confio en nosotros, sus agentes y compatriotas el Capitan Stein? ¡No tenia motivo para desconfiar de nosotros! ¡Ninguno! ¿Que te prometió? ¿eh? ¿la mitad de lo que habia ahi dentro? No se Berger,no se si fiarme o no de tus palabras.
No me crea sino me quiere, la Histora me dará la razón. Además aunque no me crea debe saber dos cosas:
Piensa un momento una cosa.
En efecto, en el arcón hay oro, pertenece al Reich, una "voluntaria" contribución vaticana a la causa, así como algunos cuadros, el David llamaba mucho la atención, pero los cuadros son más móviles.
No quiere que estemos armados. Eso tiene fácil solución.
Francesco avanza hasta Senn y le devuelve la Lugger que él le dio.
Yo no la quiero para nada.
Sinceramente, todo esto me parece de locos. ¿Roban los tesoros del vaticano y los llevan a su país en un tren que saben que está siendo guiado por el enemigo para así poder desviarlo de su destino inicial, que era llevárselo al Fuhrer? Han perdido el norte.
- Espere- me dirijo a Senn- Démela a mi el arma.
Me acerco a Berger, con el arma en la mano:
- Vale, espias, contraespias, y usted el único que sabe manejar el tren. Yo no sé mucho sobre armas, ni tampoco sobre trenes, asi que me gustaría hacer una pregunta, sr. Berger, a usted y a todos los presentes.- Cargo el arma y apunto a los pies del alemán -¿Necesita los dos pies para dirijir el tren? Porque creo que aunque nos haga falta vivo, no nos hace falta entero. Llegaremos a Berlín, de una manera o de otra. Usted decide.
Senn observa la escena atonito mientras trata de articular palabra.
Yo... yo no sabia nada de esas contraordenes... ¡nada! Yo solo debia llevar mis papeles a Berlin. ¡Solo eso! ¡nada mas! Sofia... tenga cuidado, ninguno somos sanitarios aqui y no seria buena idea que muriese desangrado.
Sinceramente. si piensan dejar a este hombre conducir el tren, antes de eso pido que me dejen a mi apearme. Está enagenado contra todos nosotros, es obvio. Y su vida le importa un carajo. Como buen soldado antes hará descarrilar el tren que llevarnos a buen puerto.
¿Dónde se supone que estamos?
Yo voy a llevar esa carga a Bertesgarden y sólo la muerte me lo impedirá, o muero aquí o frente a un pelotón de fusilamiento, elijo no ser deshonrado.
Berger se dirige a Senn.
Ir hasta Berlín ya no es seguro, son dos días más de recorrido, y mire-señala con la cabeza los cadáveres-lo que ha ocurrido en uno, hay que ir a la ciudad alemana más próxima, y aunque no sea la más próxima Bertesgarden está apenas a dos horas y media de aquí, ni siquiera hace falta parar a repostar...
Estáis a 76 Km de la frontera alemana
Mensaje sólo para el director:
¿Sería muy difícil abandonar Alemania hacia Suiza o incluso América desde Bertesgarden?
PD: Aún queda alguna sorpresita en este tren XD. Estoy intentando mantener oculto el hecho de que voy armado, porque voy a intentar dar un "golpe". El tren va cargado de oro y yo quiero retirarme a un lugar seguro alejándome de esta guerra. Un poco de oro no me vendría nada mal para este retiro, y si es sólo un poco, nadie lo notará al llegar a Alemania...
Bertesgarden puede ser bueno o malo, ahí viven muchos líderes nazis, pueden recibirte de brazos abiertos por ser un fabricante suyo, o pueden saber que vendes armas defectuosas...es a tu elección. Tus actividades siguen encubiertas pero no pasarán mucho tiempo hasta que alguien lo sepa.
Para cruzar la frontera alemana hay que pasar un puente sobre un pequeño río, ese río es un trifinio entre Suiza, Alemania e Italia (en esta época), si tú "apareces" en el país apropiado serás intocable...
- Aquí estaremos todos para asegurarnos de que le pongan frente a un pelotón de fusilamiento. - Hablo aún exaltada.
Sin embargo, tanta historia de espias, de repente empieza a formar una idea desagradable en mi cabeza. Bajo la pistola, apartando la cara, y le entrego el arma a Senn. Me giro hacia Romina, con una fea sospecha:
- Señora Lorena... ¿por qué ha tomado usted este tren? Quiero decir... ¿Por qué iba usted a Berlín?
Atiendo a la conversación, la guerra ha llegado hasta este simple viaje...¡maldita guera! La joven se dirige a mí.
¿Yo?¿Y a usted que le...? ¡Oh, entiendo! Buscan más culpables. Pues se equivoca. Soy una mujer de buena cuna, amiga personal de Göering, también he visto a Himmler, aunque no le conozco en persona, así que piense a quien va a acusar.
Mi marido es alguien importante y respetable, se asegurará de que sus palabras, si osa decirlas, sean castigadas.
Me cruzo de brazos enfadada, o lo intento, pues el brazo roto me lo impide y me duele.
- No... no se confunda...
Me siento, aturdida, pensando todavía si es posible la idea que me está dando vueltas a la cabeza.
- Casi que pondría la mano en el fuego... ¿Fue idea de su marido que viajara a Berlín? ¿Viaja sin saber muy bien por qué?- la voz se me quiebra al final de la pregunta. Cruzo mis ojos de italiana ardiente, con su aristocrática mirada, pensando por qué estamos las dos aquí.
Senn coge el arma y se la guarda. Por dios... esto es mas dificil de lo que parece.
Mientras las mujeres hablan se acerca a la señora Kassel.
Perdone, ¿podria devolverme mi maletin? Gracias... tengo algo que hacer.
¿De que se trata Senn? Eso que debe hacer, digo...
Pregunta Francesco interesado.