Cada mañana multitud de gente se reúne alrededor de este edificio de ladrillo, o bien atraída por el agradable olor del pan recién horneado o para comprar las provisiones diarias. El propio gremio es poco más que una enorme serie de seis cocinas, aunque una es de uso exclusivo para el mastre gremial, que todos los días experimenta con nuevas recetas. El gremio de panaderos suele convocar a sus miembros, dueños de las diversas panaderías y pastelerías de la villa, para echar una mano en la confección del pan y la repostería con ocasión de festivales o grandes fiestas. En esas fechas, las seis cocinas trabajan a destajo.
camino tranquilamente, tratando de escuchar lo que alli se habla y sobre todo atento al nombre que busco, Mires.
Mires es el líder, es fácil dar con él
Disculpe - pregunto a uno de los trabajadores - No quisiera entretenerle en su trabajo, pero me gustaría hablar con Mires, me han dicho que es la cabeza visible de este gremio, además de un hombre de gran talento. ¿Podriais indicarme donde puedo encontrarle?
Aquí, dijo uno de los gnomos levantando la mano. Dígame, en qué puedo ayudarle.
Buenos dias, señor, me gustaria saber si necesita un aprendiz o alguien para trabajar aqui, estoy buscando trabajo y me dijeron que vos erais un autentico maestro y que si queria trabajar con el mejor, era a vos a quien tenia que buscar
¡Oh muchas gracias por el cumplido! Pero la verdad que no, no necesito ayudantes pues me va muy bien como lo estoy haciendo hasta ahora. Parece que mi fama me precede, ¿verdad? Así que gracias por su oferta, pero lamento que haya tenido que venir hasta aquí para nada. ¿Querría comprar algún bollo o algo de pan?
No, lo siento - digo un poco apesadumbrado - apenas tengo lo suficiente como para dormir otra noche en la posada a menos que encuentre algo en lo que trabajar
- Vaya, pues lo siento mucho entonces que se haya dado el paseo para nada. La verdad que tengo personal suficiente, no necesito a nadie más. Muchas gracias.
volvere a la posada, a la plaza del pueblo y en general a dar paseos para ver si encuentro alguna oferta de trabajo
Pues ya te he dicho que debes concretar un lugar donde dirigirte. Elige zona y te abro escena allí.
pues al ayuntamiento, zona 40 y si no veo nada(por agilizar) voy hacia el cuartel, no me he fijado en el numero
Cada mañana multitud de gente se reúne alrededor de este edificio de ladrillo, o bien atraída por el agradable olor del pan recién horneado o para comprar las provisiones diarias. El propio gremio es poco más que una enorme serie de seis cocinas, aunque una es de uso exclusivo para el mastre gremial, que todos los días experimenta con nuevas recetas. El gremio de panaderos suele convocar a sus miembros, dueños de las diversas panaderías y pastelerías de la villa, para echar una mano en la confección del pan y la repostería con ocasión de festivales o grandes fiestas. En esas fechas, las seis cocinas trabajan a destajo.
El sol se dirigía hacia el final de su jornada y la temperatura había empezado a bajar. Pronto sería hora de encontrar una posada barata y cómoda donde dormir, pero antes de dar por acabado el día, el bufón tenía algo de investigación que hacer.
Si el rumor que había oído era cierto, el jefe del gremio de panaderos estaba usando sus bollos para manipular a la gente del consejo de la ciudad. Enzo no podía imaginarse qué magia o pócima estaría usando para ello, pero estaba claro que el consejo le recompensaría con creces si detenía a ese panadero ambicioso. Porque a nadie le gusta ser manipulado. Y a los poderosos, menos aún.
Cuando llegó a la calle donde se concentraba dicho gremio, el bufón se dedicó a curiosear por la zona, preguntando a la gente que pasaba por allí y, en general, buscando información sobre el tal Mires. Presentarse ante su sospechoso sin saber nada de él era una locura incluso para alguien como Enzo. Así que cuanta más información pudiera reunir, mejor.
El bufón fue acercándose a diversas personas, haciendo un chiste, un gesto gracioso o un sencillo comentario divertido antes de lanzar su pregunta. Porque basándose en su amplia experiencia como artista, la gente solía mostrarse más habladora cuando se les hacía reír. Y es que, por alguna razón, la tendencia natural de las personas era considerar a los individuos graciosos como totalmente inofensivos. O al menos había necios así a patadas por los pueblos y ciudades que había visitado. Ojalá esta no fuera diferente.
Tirada oculta
Motivo: Conocimiento de bardo.
Tirada: 1d20
Resultado: 5(+3)=8
Tirada oculta
Motivo: Interpretar (comedia).
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+8)=14
Tiro conocimiento de bardo para averiguar todo lo que pueda sobre Mires. Sumo +2 por la INT de Enzo y +1 por el nivel 1.
Y como especifico que empleo chistes y gracias para acercarme a la gente, te dejo una tirada de interpretar (comedia) por si acaso la necesito.
En la calle hacía tanto frío que nadie se paraba a escuchar los chistes de Enzo, incluso algunas personas, más que pararse se marchaban corriendo. Las dotes interpretativas del bufón no habían salido tan bien como él esperaba, por lo que resultó un fracaso el averiguar algo sobre Mires.
¿Qué diantres pasaba en aquella ciudad? Persona a la que se acercaba con talante amistoso, persona que le ignoraba y se largaba. Si no fuera porque el aire frío empezaba a afectarle a él también, estaba por catalogar a toda la gente de Tormentos Cristalinos como unos sosos sin sentido del humor alguno.
La verdad, pensándolo con lógica (la que podía emplear, claro está) con el día tan próximo a terminar poca investigación podría hacer en mitad de la calle. La gente se estaría apresurando en regresar a sus hogares para preparar la cena y luego irse a dormir. Tendría que levantarse temprano al día siguiente si quería tener una oportunidad de averiguar algo en condiciones.
Sin embargo, terminar el día así le sabía a poco, así que, con paso decidido, Enzo se encaminó al local de Mires para ver si aún seguía abierto. Y en caso de estarlo, realizaría una pequeña investigación del lugar. Y si le quedaban bollos a la venta y se lo podía permitir, igual compraba uno. A ver qué tenían de especial.
Si el local de Mires está abierto, quiero lanzar detectar magia para ver si veo algún rastro mágico por allí.
El local aún estaba abierto, y efectivamente tenía bastante rastros de auras mágicas, pero estaba todo bastante lleno, así que se podría decir que en aquel Gremio de Panaderos recurrían a la magia, pero al estar en el ambiente, tampoco había nada que resultase especialmente sospechoso.
En cuanto a los bollos, estaba a punto de cerrar el local, y ya no les quedaba prácticamente de nada. Tan solo un par de barras de pan.
Por primera vez en todo el día, Enzo frunció el ceño. ¿Es que no le iba a salir nada a derechas? Ni información, ni pistas, ni bollos. Claro, que pensándolo un poco fríamente, era una panadería de lo que hablábamos. Evidentemente no iba a tener el mismo horario que una taberna o un prostíbulo.
El bufón suspiró aceptando la derrota. Iba a tener que regresar al día siguiente, bien temprano por la mañana si quería obtener las pistas que hoy no había podido conseguir. Y eso suponiendo que la gente estuviera más habladora y que el jefe del gremio de panaderos tuviera sus misteriosos bollos a la venta. Con un poco de mala suerte, volvería a quedarse de vacío otra vez. No, no podía permitirlo, necesitaba un plan para ganarse la confianza de Mires y así poder averiguar todo lo posible sobre la magia que se rumoreaba que estaba usando. Y por suerte, una pequeña idea empezaba a fraguarse en su cabeza.
Sonriendo, el bufón se acercó a la puerta del establecimiento y golpeó ligeramente con los nudillos en el dintel para atraer la atención del panadero.
-Disculpadme buen señor. ¿Sois vos por casualidad el jefe de este gremio de panaderos? ¿Tenéis unos minutos para poder dedicarme? Tengo un pequeño negocio que proponeros.
Mires escuchó la llamada de Enzo, así que salió a atenderle. Buenas tardes, si soy yo saludó, ¿en qué puedo ayudarle?
El bufón sonrió y se acercó hacia Mires para saludarle en condiciones, estrechándole la mano con fuerza.
-¡Encantado de conoceros mi buen señor! Permitid que me presente: soy Vincenzo Biancarella, pero podéis llamarme Enzo. Veréis, he llegado hace poco a la ciudad y estoy buscando algo de trabajo. Tras pasar todo el día recorriendo las calles, intentando que alguien me diera una oportunidad de ganarme un sueldo, decidí tomarme un respiro y venir a comprar algo de comer. Y heme aquí, que veo vuestra tienda y pienso, ¡a lo mejor mis habilidades son bien recibidas en esta panadería!
Enzo hizo una reverencia bastante exagerada, dejando que los flecos, cuentas y plumas de su atuendo se movieran libremente.
-Porque veréis, mi buen señor, yo soy un artista. Llamo la atención, entretengo a la gente, les alegro el día. ¿Qué por qué habría de interesaros todo esto? Bueno… Ser vistoso hará que más clientes se acerquen. Entretenerles hará que el hambre empiece a asaltarles. Y todo el mundo sabe que la gente de buen humor gasta mucho más dinero.
Se irguió orgulloso y su sonrisa se ensanchó un poco.
-Por eso os propongo un pequeño trato. Contratadme. Usadme de propaganda para vuestros establecimientos. A cambio sólo pido unas cuantas monedas para poder vivir, nada de lo que os duela desprenderos. ¡Y antes de que me digáis nada, pensad detenidamente!
Enzo señaló la escasa mercancía que quedaba aún por vender.
-Con un buen reclamo, eso no estaría ahí sino en casa de un cliente.