Partida Rol por web

Milkahá se baño, cepillo su cabello y se alistó para un nuevo día, sentía frío y hambre, así que se fue al comedor de la posada, Lictea ya estaba ahi, así que la saludo -buen día pastora de lobos- luego pidió el desayuno cortesmente a la camarera Avy salió de su canasta y también pedía de comer, dando de vueltas por los hombros y brazos de la hechizera.

Al final Lomenar desistió de despertar a Kranjstar, ya bajaría más tarde.

Bajó a desayunar como si no hubiera pasado nada la noche anterior, arreglada y limpia como era habitual en ella. Al acercarse al comedor se encontró con Milhaká y Lictea, que habían bajado antes que ella. Les saludó con una sonrisa mientras pedía el desayuno.

- Parece que a los hombres se les han pegado las sábanas... Pues hoy había que madrugar para ir al mercado, no se a qué hora tienen abiertos los puestos.

En ese momento llegaba Arvak, solo los dioses sabían de dónde, que, aunque movía ligeramente el rabo, parecía resentido por haber sido abandonado la noche anterior.

El clérigo sintió el frío de la mañana luego de que Lomenar se alejara de él, sin embargo, aún necesitaba reponerse un poco, la noche había sido mas agitada dentro de la habitación, que afuera con la tormenta. Su compañera intentó despertarle, pero este solo atinó a entre abrir los ojos y mirarla con cierto escepticismo, como si estuviese terminando de asimilar lo que pasó la noche anterior. -Necesitaré un par de minutos- seguramente la frase ya había sido usada antes, lo que le dio al clérigo cierta gracia, así que terminó por sonreír. Lomenar, terminó por desistir de hacer que el clérigo se pusiera en píe. Al irse, el clérigo abrió los ojos mirando al techo y puso sus manos detrás de la cabeza. -Vaya...- solo atinó a decir aquello, mientras hizo un ejercicio de reflexión, no sabía si lo hecho había sido correcto, no era de los que llevara voto de castidad, pero era de los que esperaba establecerse primero, antes de empezar una relación. En estas tierras alejadas de la suya, aquello no era posible. No tenía nada que ofrecer aún. Finalmente se levantó de cama y comenzó a orar a Obad-Hai -Guía mis pasos en estas tierras y protegenos de sus peligros. Brindame de tus fuerzas para luchar en tu nombre.- pidió finalmente a su dios, para que renovara su magia y reforzar su espíritu. Después de asearse, bajó y saludó a sus compañeros, no tenía muy claro como actuar con Lomenar, así que solo la miró y pareció que quería decir algo , pero terminó por callar y sonreír, para ponerse luego a su lado. -Buenos días. Necesitamos comer algo. Ya tienes algo disponible?- dijo en dirección a la tabernera. Aún sin decirle nada a Lomenar, se sentó en una silla contigua a ella y luego dirigió su voz a Lictea -En verdad piensas estar todo el día así?- olía peor que lo que lucía y eso ya era bastante.

Lomenar se tranquilizó al ver bajar a Kanjstar y pedir el desayuno. Estaba preocupada por no verle aparecer, aunque lo achacaba al "ejercicio" nocturno. Ella se había criado al aire libre, en un bosque y estaba en buena forma física, aunque había podido comprobar que también Kanjstar estaba en buena forma...

...no siguió pensando y simplemente dedicó una amplia sonrisa como saludo a su compañero.

Aire apareció en el salón frotándose los ojos por el cansancio, mientras su sapo Aristóteles dormitaba en su cabeza. Éste no tardó en despertarse, ya que un par de moscas rondaban la sala y las pudo cazar de un lengüetazo. Su desayuno estaba servido.

Volvió al lugar dónde había estado la noche anterior, en la barra, esperando ver a la camarera

¡Buenos días! saludó a todos los presentes en la habitación ¿Qué tenemos para desayunar? preguntó cuando vio aparecer a la camarera. Mientras la respondía, Aire se quedó pensando. ¿Qué haría ese día? Necesitaba seguir ganando dinero para poder mantenerse en esa ciudad mientras, al mismo tiempo, se hacía fuerte.

- Todo el día así, ¿cómo?- Preguntó  al clérigo sin comprender.- Después de desayunar al mercado tenemos que ir.- Al ver que Reknar no bajaba le entro la risa floja.- Lomenar, le he dejado seco y roto, ñek, ñek. No creo que pueda caminar mucho hoy.

Para cuando desperté la druida ya no estaba en la habitación. - Que prisas, joder. Me vestí deprisa y atusé un poco el cabello y la barba. Había que ver lo juguetona que había estado la jodida Lictea con mi barba. Y con otras partes también.

Como pude bajé las escaleras hasta la estancia que hacía de comedor con una mano en los riñones. – Joder. – Murmuré al dar el paso en el último escalón y me acerqué a la mesa. Por lo visto debía ser el último en llegar.

Eché una mirada general y comprobé varias caras de satisfacción. Di una palmada de aprobación y me senté. – Veo que la noche ha sido fructífera. – Dije soltando una carcajada.

Después del comentario de Lictea, Lomenar no pudo evitar observar al recién llegado con una ligera sonrisa. Realmente parecía que su amiga le había dado un buen repaso.

Buenos días a todos. Dijo en cuanto vio como se iban despertando todos sus huéspedes. Espero que hayáis podido descansar y que hayáis disfrutado de nuestras habitaciones. 

El desayuno estaba incluido en el precio de la habitación, es cierto que no os saciará el hambre de todo el día, pero al menos apagará el rugido actual de vuestras tripas. Les dedicó una amplia sonrisa y pronto empezó a preparar té y café en función de la demanda. Después sacó un pequeño puré de color rojizo que tenía muy buena pinta y sacó varios panes que parecían recién traídos del Gremio de Panaderos.

¡Que lo disfrutéis! Dijo mientras terminaba de preparar el local, pues parecía que acabara de abrir.

- Nada corre tanta prisa como para desperdiciar un desayuno que ya está incluido en el precio de la habitación.- Lictea seguía comiendo cuando Reknar apareció y le guiñó un ojo. Con otra mano comprobó que tenía su bolsita de dinero repleta aún.- Hombre, siéntate aquí y come un poco. Tienes que reponer fuerzas y luego ir al mercado.

¡Muchas gracias! dijo Aire como respuesta al desayuno que le ponían sobre la mesa. No tardó en devorarlo, tenía mucha hambre, aunque ella no había tenido actividades nocturnas como los demás de esa sala.

Oye Kailee preguntó a la tabernera en cuanto vio que tenía unos segundos libres. He oído que tenías información sobre la Aldea del Loto y algo que está pasando allí. ¿Me puedes contar más? Creo que necesito moverme y hacer algo

Lomenar estaba realmente contenta. La noche había superado sus expectativas y estaba desayunando tranquilamente, con la bolsa de dinero llena y rodeada de sus amigos. ¿Qué podía empañar un día así?

De pronto escuchó el comentario aparentemente inocente de la chica que la noche anterior se había ofrecido a ayudar en la posada y palideció. Su semblante cambió inmediatamente.

La aldea del loto le traía muy malos recuerdos... Martell, su compañero druida... ¿qué fue de él? ¿consiguió regresar? Se sentía muy unida al mismo ya que eran como dos almas gemelas, pero nunca salió de aquel bosque. Nunca supo qué pasó, pero su corazón le decía que había muerto. Irónico, un druida muerto en un bosque por animales.

Pero las dudas que tenía acerca de Martell no las tenía con la pobre Issa. Lomenar palidecía a ojos vista al recordar ver a su compañera despedaza por una manada de lobos. No tuvo opción. Lomenar intentó comunicarse con los animales pero éstos no respondían a sus intentos... Lylipurr y ella consiguieron huir dejando atrás a su amiga muerta mientras los lobos la devoraban.

- Muchacha, ven, siéntate aquí con nosotros. - Lomenar le hizo un hueco a Aire. La muchacha parecía una joven inocente y Lomenar no podía permitir que se metiera en algo que estaba muy por encima de sus posibilidades.

En cuanto Aire tomó asiento en el hueco que Lomenar le había dejado, informó a la muchacha de su experiencia.

- Hace unos días estuve en la Aldea del Loto. Nos llamaron porque la aldea estaba rodeada de animales salvajes especialmente agresivos. En aquel momento estaba con un compañero druida como yo - Lomenar no pudo evitar una mirada a Karjstar. Hablar de otro compañero justo después de lo de anoche no era lo más propio, esperaba que comprendiera lo importante de prevenir a la muchacha. - y un tres compañeras.

- Hazte a la idea de lo que significa que en un grupo dos druidas vayan a enfrentarse a un grupo de animales salvajes. Teníamos plena confianza en solucionar rápidamente el tema, quizás fue eso lo que mató a todos mis compañeros. - realmente no sabía si Raellia seguía viva o no, pero no le importaba ya que no era relevante para la historia.

- Nos contaron que hay un señor en el castillo del bosque que tiene hechizados a los animales que asolan la aldea. Fue demasiado poderoso, aunque nunca llegamos ni a acercarnos al castillo pudimos comprobar su completo dominio de los animales. Nos atacó a través de una manada de lobos y no pudimos hacer nada. Lilypurr y yo escapamos de milagro mientras nuestra otra compañera era destrozada literalmente por la manada, luego la pobre Lilypurr murió ahogada, pero esa es otra historia.

- Si piensas ir a la Aldea del Loto, busca primero un buen grupo de aventureros con cierta experiencia. Prometí volver después de que me ayudaran a regresar a Tormentos Cristalinos. Saluda a Lis y Belle de mi parte y diles que no les olvido.

- Pero no vayas sola o con un grupo pequeño, no tendrás opción.

Recordar a sus compañeros muertos había empañado el rostro de la druida y dejó de desayunar mientras se perdía en sus pensamientos.

- Vayamos cuanto antes al mercado, necesito aire fresco.

kranj* recibió el desayuno con mucho agrado. Era un alivio no tener que gastar mas por él. Empezó a comer mientras terminaba de cruzar algunas palabras con Lictea y escuchaba su respuesta con una evasiva de falta de tiempo. -Si no se aseas ahora, dudo que lo haga después.- pensó mientras la miraba con los ojos entre cerrados, como replica a su descomplicada respuesta. Cuando llegó Reknar, todos pudieron comprobar que la pastora de lobos le había exigido mucho mas a allá de la cuenta.

El clérigo empezó a comer y todo parecía estar perfecto. Estar al lado de Lomenar se le iba haciendo mas fácil de llevar. Kranj no sabía bien como actuar con ella después de lo de anoche, pero tal vez solo debía seguir siendo él y estar para ella de la forma en que ella lo necesitara. 

La chica de nombre Aire, empezó a hablar con la dueña de la posada y el tema sobre una aldea tocó a Lomenar de sobre manera. Escuchó la historia de su compañera y puso una mano sobre la de ella cuando su voz se quebró al recordar a sus compañeros caídos. -Cuando terminemos esto. Iré contigo si lo deseas.- respondió cuando ella recalcó su compromiso de regresar a la aldea.

Milkahá desayuno y siguió al grupo

Lomenar agradeció la muestra de cariño de Kranjstar, pero no dijo nada.

Kailee sacó un segundo para contestar a Aire:

Tengo esta carta que nos envió Lis, la suma sacerdotisa de la Aldea del Loto:

No sé cuánto ofrecerán por la recompensa, supongo que tendréis que ir allí y preguntar por ella. Y tampoco sé a cuánta gente pide, supongo que a la necesaria para poder ayudarles. Concluyó encogiéndose de hombros mientras le mantenía la mirada.

Pero ten cuidado, ya han sido numerosos los grupos que han ido allí para resolver la misión  y no les he vuelto a ver desde entonces, solo a ella, dijo mirando a Lomenar. Quizá ella pueda explicarte qué fue lo que pasó. Y así lo hizo. Kailee dejó de hacer todo lo que estaba haciendo para escuchar la historia de la druida. No sabía lo que había pasado y se lamentaba oirlo. Después recordó el brazo que ella había perdido también en una aventura. Los viajes no siempre salían como tenían que salir.

Aire se quedó conmovida por las palabras que Lomenar le dirigía. Desde luego, ella buscaba algo más sencillo, algo que no acabase con ella y Aristóteles destrozados entre las fauces de un lobo. Y más siendo ella sola que, por poderosa que fuera, su magia tenía un límite.

Oh, gracias por la carta dijo, recogiéndola y dándole un vistazo Pero tendré que buscar a gente que quiera acompañarme. Por lo que me dices tú, y lo que me ha dicho Lomenar, tiene que ser un grupo muy numeroso, y no se dónde puedo encontrarlos, y menos sin saber la cantidad que nos van a dar de recompensa Aire se mordió el labio de abajo, sin saber muy bien qué hacer. ¿Sabes de algún grupo que haya dicho que está interesado? preguntó a la camarera.

Ayer a mediodía partió un grupo hacia allá, les avisé de que no eran muchos y de que el resto de grupos que habían viajado hasta allí no habían regresado. Desconozco el estado en el que se encontraran, pero por aquí no han vuelto en todo el día. Pero no sé más Concluyó encogiéndose de hombros mientras continuaba limpiando algunos de los platos que habían dejado otros huéspedes.

Un intrincado letrero, tallado para representar un velero en llamas, pende sobre la entrada de esta taberna y posada. Media docena de pequeños lagartos cuelgan sobre el letrero. Los lagartos han aprendido que las diminutas "llamas continuas" que parecen quemar el velamen del barco atraen a las mejores polillas. Los lugareños creen que los lagartos dan buena suerte , y a menudo les arrojan insectos o trozos de carne cuando entran al local.

El Bote del lagarto es un establecimiento bastante limpio y acogedor, popular entre los visitantes y la clase media de Tormentos Cristalinos. La decoración a base de lagartos se extiende por toda la taberna, con estos seres tallados en la barra y las paredes o pintados en platos y mesas.

La taberna sirve un amplio abanico de bebidas alcohólicas (incluida la cerveza Rana azul) y todo tipo de panes y mariscos.

La propietaria de la taberna es una elfa cuya mano izquierda perdió hace años.

Un varano al que todo el mundo llama Lengua Pegajosa actúa como portero y mascota de la taberna.

El clérigo entra a la posado esperando encontrar al pobre hombre al que Lictea le hizo perder la noche. -Pero a donde ha ido este tipo?- de inmediato se dirigió a donde estaba Kailee y le preguntó por Reknar -Disculpa, Kailee. Nuestro compañero se ha ido o sigue acá? Quedamos en ir al mercado, a primera hora, ha bajado a desayunar con nosotros, pero nos perdió el paso, al parecer.-