Partida Rol por web

Jadeando, detengo mis vanos esfuerzos por mover la estatua. Apoyando mi espalda y dejandome caer intento recuperar el aliento. ¡¿Qué es lo que sucede aquí?!... M-Me gustaría saber... ¡¿Por... Por qué.. debemos dejar que... esta presencia maligna... afecte a la naturaleza?! Seco el sudor que escurría por mi cara con mi antebrazo y una vez recuperado del ajetreo me vuelvo a poner en pie. Muerde-Hueso seguía inquieto y asustado así que decidí tomarlo para confortarlo. Amigo, tranquilo...

Miro a mi alrededor inspeccionando el parque e intento saber un poco mas de éste tratando de comprender lo que esta pasando.

¡¿Presencia maligna?! ¡Estás loco! Dijo mientras se ponía a gritar el mediano. ¡Esa estatua es hermosa y grandiosa! ¡Atrae los poderes de la diosa de las ranas y por eso todos ellos la adoran! ¡Es maravillosa y un enano como tú no es capaz de comprender semejante creación!

¡Lárgate y no molestes! ¡O todos los anfibios y animales de este parque se volverán contra ti! ¿A qué sí, a qué sí? Formuló la última pregunta a alguien imaginario que estaba a su lado.

Éste mediano esta totalmente loco, debo tratar de convencerlo para ayudar a las pobres criaturas. Me acerco a Ferrin y le apoyo una mano en el hombro, pongo mi mejor cara y hablo con él. De acuerdo, no haré nada... Peeero... ¿Con quién hablas? Disculpa pero no puedo ver a tu compañero o compañera. Tendré que ingeniarmelas para que éste mediano me ayude. A lo mejor podrías presentarme con él o ella para que pueda iluminarme en lo que a éste asunto se refiere. 

Ferrin ve como tratas de acercarse y él se aleja aún más. ¡Oh! ¡Deja de atacarme! ¡En serio! ¡Lárguese lárguese! Y entonces saca al sapo que lleva consigo, y se lo muestra. ¡Hablo con él! ¿Con quién iba a hablar si no? Dice mientras clava su mirada en un punto imaginario a un metro a tu derecha. ¡Déjanos en paz! ¡Las ranas van a atacarte si no lo haces! ¡Fuera, fuera! Y en ese momento el sapisto hizo un fuerte "Croac" como si él también te estuviese echando de allí.
 

Abetos y pinos cubren este extenso parque, con algunos sauces que crecen cerca de su cenagoso centro. El suelo de esta zona siempre ha sido algo fangoso, lo que dificulta la construcción de estructuras permanentes. Como resultado, un clérigo de Obad-Hai compró el terreno a precio de ganga y los druidas de su dios han cuidado la zona desde entonces. 

El parque de la Rana obtiene su nombre del gran número de batracios que viven en él; en algunas noches, sus sonidos pueden escucharse incluso desde el otro lado de la ciudad. Mucha gente atribuye la extensa población de ranas a la proximidad del parque a las zonas pantanosas del norte. Estatuas de ranas decoran todo el parque, pero la mayoría de visitantes encuentran el lugar demasiado cenagoso.

Actualmente la mayoría de las ranas ocupan una extraña estatua que está en la esquina del parque, no muy lejos de la capilla. La figura parece un extraño cruce entre un batracio y una extraña mujer.

Karna se dirige a indigar a la capilla, el lugar le parece bonito, las ranas eran bonitas, y quizás se pudieran comer si hacía falta, y de todos modos no tenía nada que hacer hasta el atardecer entonces ganaría diez monedas de oro sino tenía que luchar con ninguna mujer y con eso podría comer y dormir, pero faltaba mucho hasta entonces y quizás pudiera hacer algo mientras tanto. Karna entró a la capilla buscando a si había alguien en ella.

Abetos y pinos cubren este extenso parque, con algunos sauces que crecen cerca de su cenagoso centro. El suelo de esta zona siempre ha sido algo fangoso, lo que dificulta la construcción de estructuras permanentes. Como resultado, un clérigo de Obad-Hai compró el terreno a precio de ganga y los druidas de su dios han cuidado la zona desde entonces. 

El parque de la Rana obtiene su nombre del gran número de batracios que viven en él; en algunas noches, sus sonidos pueden escucharse incluso desde el otro lado de la ciudad. Mucha gente atribuye la extensa población de ranas a la proximidad del parque a las zonas pantanosas del norte. Estatuas de ranas decoran todo el parque, pero la mayoría de visitantes encuentran el lugar demasiado cenagoso.

Actualmente la mayoría de las ranas ocupan una extraña estatua que está en la esquina del parque, no muy lejos de la capilla. La figura parece un extraño cruce entre un batracio y una extraña mujer.

Tras el viaje con tormenta incluida Miss D llego a un lugar que rápidamente la lleno de paz , un parque extenso comenzaba a sus pies, le habían comentado que los druidas habían cuidado la zona pero nunca imagino que estuviera tan cuidada frondosa y con aquel aura de paz.

mirara donde mirara se veían estatuas de ranas pero en una esquina en una estatua se concentran mas que en cualquier lugar, me acerque lentamente con el sonido tan peculiar de las ranas, cuanto mas me acerba mejor veía la estatua pero no conseguía saber exactamente que era, comencé a rodear la figura en busca de alguna inscripción.

Da la sensación como que las ranas no están ahí por voluntad propia, como si aquella estatua las atrajera de una forma siniestra. Es decir, que las ranas se ven atraídas por la figura. Aunque a simple vista la figura no parece distinta a las demás, y las ranas parecen todas iguales. No son todas iguales, pero se diferencian en lo mismo que el resto de seres de la misma especie.

me centre en las ranas ya que no conseguia nada de la estatua y comencé a pensar si sabia algo mas acerca de las especies de las ranas y de donde podría sacar información sobre ellas.

aquellas ranas tenian algo que necesitaba saber que era.

Pasas mucho tiempo observándolas, analizando su comportamiento y lo que hacen. Y al final caes en que es absurdo seguir mirándolas. Sabes que algo las perturba pero es imposible que averigües el qué tan solo mirando.

Quizá si investigases un poco más por toda la ciudad... quizá alguien te pudiera ayudar...

algo se me escapa de las manos pero que? pensó mientras se sentaba en una de las rocas que tenia cerca

el agotamiento y el hambre mantenían a missD aturdida pero su tripa se encargo de traerla de nuevo a la realidad y al levantarse para salir del parque recordó que cerca de allí había una taberna, quizá allí encontrara alguien que le apeteciera recorrer la ciudad con ella.

Abetos y pinos cubren este extenso parque, con algunos sauces que crecen cerca de su cenagoso centro. El suelo de esta zona siempre ha sido algo fangoso, lo que dificulta la construcción de estructuras permanentes. Como resultado, un clérigo de Obad-Hai compró el terreno a precio de ganga y los druidas de su dios han cuidado la zona desde entonces. 

El parque de la Rana obtiene su nombre del gran número de batracios que viven en él; en algunas noches, sus sonidos pueden escucharse incluso desde el otro lado de la ciudad. Mucha gente atribuye la extensa población de ranas a la proximidad del parque a las zonas pantanosas del norte. Estatuas de ranas decoran todo el parque, pero la mayoría de visitantes encuentran el lugar demasiado cenagoso.

Actualmente la mayoría de las ranas ocupan una extraña estatua que está en la esquina del parque, no muy lejos de la capilla. La figura parece un extraño cruce entre un batracio y una extraña mujer.

- Bueno señores, ya hemos llegado al parque. Creo que uno debería quedar vigilando de que no aparezca el sacerdote mientras miro la estatua, soy el más dificil de ver, y, no lo quieran los dioses, hay una puerta puedo abrirla.- comentó en voz baja mirando a ambos lados del parque, buscando al sacerdote, y acercándose a la estatua, rascándose la barbilla, y con disimulo, buscando algún tipo de apertura, cerradura o resquición que indicara que había allí una puerta o entrada.

Escuchar también por si le oigo hablar o andar.

Yo vigilaré en lo que mi sentido me lo permita, observar en la oscuridad no es lo mío, pero ayudare a Sanya si ella lo hace. Sin mucha iluminación el explorador era poco efectivo. Ahora a esperar que el sr. Tinkle encontrase esa puerta y volviera.

Al final no hubo tiempo para pesquisas y todos se encontraron ya en el Parque de la Rana. El gnomo se ofreció a buscar la entrada secreta. No le pareció mal, aunque dudaba que tuviera tan buena vista con las obras en piedra como ella. Por no hablar del tema del sigilo. En cualquier caso, ellos dos eran los únicos que podían ver en la oscuridad, así que la cosa estaba entre ellos.

-Eche usted un ojo primero, Sr.Winterworth. Si no tiene suerte probaré yo y usted vigila.

Habíamos llegado al parque de la rana sin ningún problema. Ahora empezaba lo más delicado. Primero debíamos hallar la entrada y después colarnos sin ser vistos. El señor Tinkle y Sanya parecían los más indicados en la labor de localizar dicha puerta, así que seguí el ejemplo de Heian. 

- Yo también ayudaré en la vigilancia. Cuatro ojos ven más que dos, o eso dicen.

Al final llegamos al parque sin contratiempos y eso está muy bien, pues tenemos un ratito para poder buscar la puerta. El gnomo se ofrece a buscarla, comparto la idea de que sean los que ven en la oscuridad los que la busquen, porque si tenemos que fiarnos de nuestros ojos no vamos a acabar bien parados. No voy a quedarme parado mientras el resto hace su trabajo.
-Yo también me mantendré alerta. Suerte encontrando esa puerta.

Cuantos más ojos, más facilidades para detectar algo. Era una regla básica para cualquier vigilante, por eso se aumentaban siempre las guardias cuando había problemas, por lo que si dejábamos al gnomo buscar la entrada mientras el resto controlábamos a los sacerdotes, no íbamos a perdernos nada.