Partida Rol por web

Ramase observaba divertido al grupo de cuatro fantásticos con el que había regresado la mujer del norte. Llamaban tanto la atención que, si lo piratas no se daban cuenta de sus intenciones, es que eran realmente descerebrados esos orcos. Entre ellos seguramente estaría el maridito de la rubia, que supuso sería el alto y fornido humano con pinta de extranjero.

¡Oh, si yo fuera así...ya les habría dado un paliza a esos malvados piratas...!

- Cof, cof.- Pero era decrépito y delgaducho. Prueba de ello era la niña que lo acompañaba, casi como un cayado en el que apoyarse. Si el grupo seguía dudando serían los orcos los que tomaran la iniciativa. Era llamativo que ningún barco estuviera atracado a su vera. No tenían pinta de dialogar mucho.- Es indignante esta situación, ¿dónde esta la guardia cuando se la necesita? Si las cosas se precipitaran como sucedió antes...- Dijo echando la vista hacia abajo, hacia la dulce niñita. Si la guardia no hacía sus funciones, como cuando le intentaban atracar en medio de la calle, la gente se tomaba la justicia por su mano. Secuestros, asesinatos, todo alrededor de ese barco pirata...y allí estaban atracados como si nada. Ramase no se preocupaba por los posibles rehenes. Por él como si el barco se hundía presa de las purificadoras llamas, cayese quien cayese.

-Insisto en que son más de los que parece, -digo cuando escucho al resto tan dispuesto para atacar directamente.
Echo un vistazo al hombre y a la niña, siguen cuchicheando y no me convence demasiado su presencia en ese lugar.

Llamamos demasiado la atención allí plantados.

-Creo que deberíamos hablar primero con ellos, tal vez podamos enterarnos de algo más o descubrir sus intenciones

No dejo de mirar por el camino que hemos venido, solo su barco en ese lugar podría facilitar una emboscada y tal vez los otros no sean más que un señuelo.

¡Mejor! ¡Así os pillaré en retirada y debilitados!

Pensé rabiso al escuchar al encapuchado.

Angelica continua sirviendo de apoyo al anciano. Lleva mucho rato callada, más del que puede aguantar, así que finalmente se pone a hablar con los cuatro guerreros que se han juntado frente al barco.

-¿Vais a atacarles verdad? ¿Vais a matar a esos indeseables piratas? Hablar con ellos no vale de nada, Sir Barristan (¡que en paz descanse!) y yo ya lo intentamos y acabaron asesinando vilmente a mi valiente caballero. Encima tienen secuestrado a un clérigo, ¡un clérigo! indeseables...

¿Por eso había muerto aquel humano? Menuda sandez, con los piratas se puede negociar, simplemente paga lo que piden y consigues lo que buscas. Funciona siempre igual.

O eso pensaba, aunque también existía la posibilidad de que luego exigieran más... Era cuestión de tentar a la suerte.

Crreo que la cosa está clarra, si las autorridades no hacen nada en su contrra, no harrán nada a su favorr, atacamos dirrectamente o seguimos esperrando?

- Calculo que deben ser una docena... - Corroboró las palabras de Mai Cor, y a pesar de ello, él parecía seguro de poder con aquella manada de orcos piratas. - Si colaborais con nosotros, podremos con los orcos. Redhawk tiene razón, si no han actuado contra ellos tampoco lo harán por ellos. Deberíamos atacarles ahora que no lo esperan. Yo eliminaría a los que vemos con armas a distancia y después asaltariamos el barco. -

-Vamos entonces. Ya hemos perdido demasiado tiempo. Aqui estamos expuestos. - se limito a decir Zynna, sin mutar aquella invariable expresion, ni siquiera al escuchar a la pequeña, volviendo a hablar de aquel clerigo al que habian mencionado con antelacion.

Y, cruzada de brazos, espero a que el resto se decidiera, dispuesta a enfrentarse a aquellos indeseables cuanto antes.

Me sorprenden las palabras de la chica -¿Cómo, ya les habéis atacado?¿cuántos son?¿cómo ocurrió?-estamos demasiado cerca de ellos, ahí parados si, tal vez deberíamos atacar, pero si es algo que ya ha pasado sin duda alguna entraña más riesgos de lo que parece.

-Tal vez necesitemos más ayuda, pero si estáis dispuestos a actuar ya-digo echando mano a mi arco.

Se que es una locura, pero he venido hasta ese lugar con ellos y si quieren intentarlo les apoyaré ya que probablemente sea lo más correcto aunque no lo más conveniente, lo cual me mantiene alerta.

Al final se decidían a actuar, así que debía estar atento en busca de mi oportunidad.

Ramase no dejaba de observar a los desconocidos, escuchando lo que decían. ¿De verdad iban a atacar? Recitó unos salmos y un aurale cubrió como si fuera un manto.

Angelica sonríe al ver que el grupo se decide a atacar. Ella se queda en la retaguardia, sujetando a Ramase mientras camina y dejando que los valientes guerreros vayan en primera línea.
 

¿Alguien prropone una distrracción o simplemente querréis aborrdarrles? La parrte más imporrtante serría ganarr la pasarrela. Redhawk aporta un poco de luz a la posible estrategia, porque de momento mucho ruido, pero nadie se moja.