Partida Rol por web

Sería algo que me gustaría que lo hablásemos en privado. No delante de toda esta gente. Vente cuando haya anochedido y podremos mantener una charla más tranquila los dos. Y cambiando de tema le volvió a decir: ¿Qué no te animas a otro traguito? Jajajaja.

¿Un trabajito?. ¿a que se referirá?. Era curiosa, quería saberlo todo, no lograba quedarme con dudas aun cuando quisiera. Puse mi mano en la barbilla mientras observaba como el bardo y el tendero hablaban entre ellos. 

Estaré esperando a que esto se desocupe entonces. Dije pausadamente, como sin apuros aun cuando quería saber ya a que se refería.

Mire al bardo de nuevo. Me preguntabas sobre, ¿Porque me dio por hablar contigo?. Pues... creo que eso no tiene la respuesta que esperas. Mire hacia otro lado, no soportaba de a mucho cuando la gente andaba borracha, su olor producía un poco de estragos en mi estomago; se lo atribuía a haber vivido en la clase alta. 

Simplemente me diste curiosidad, te me pareciste en algo; los dos estamos acá tratando de llevar nuestras vidas y bueno, parece que ni para ti ni para mi ha sido fácil.

Solo era eso. Nada de contratos, ni de buscar a un músico ni a alguien que me anime, solo me llamaste la atención. Observo la taberna. Ya no estaba tan poblada, pero aun faltaban algunos por salir.

¿como te haces llamar bardo?. 

- Muy bien mi buen tendero... mientras tanto sirveme otro elixir de los que posees! Despues de hablar con el tendero vuelvela mirada hacia el personaje incognito que le hablaba hacia un rato - Que raro este tipo, me sigue, no me quiere para trabajo, ni por mi música, y además tiene la cabeza tapada... me mantendré alerta de cualquier cosa... piensa.

- Me llamo Dimdel, Dimdel Trababirras para servirle... y tu eres?...

mis labios rojos arrolladores sonrieron alegres ante la presentación del bardo. 

Lentamente comienzo a bajar la capucha para dejar al descubierto ese rostro tallado tal vez por los ángeles. Mi mirada se centro en él, aun cuando sabía que alguna que otra mirada se fijaría en tan excelsa vista. 

Mi nombre es Issa. Encantada en conocerte Dimdel. Y, ¿como es que un bardo como tu no anda recibiendo elogios de la realeza o contando hazañas de grandes aventuras en plazas arrebozadas de personas?. Era una pregunta irónica, muy parecida a mi aun cuando era dulce.

no quiero llamar mas la atención, no es necesario mostrar mas mi rostro. Vuelvo a colocarme la capucha mientras lo miro fijamente.

- Demonios como tan estúpido, o más bien ebrio, no me había percatado que era una mujer... piensa el bardo mientras mira anonadado a tan bella dama.

- Ehm... yooo... no he tenido mucha suerte en lo referente a encontrar mi verdadero público, solo me ha tocado gente con muy poco aservo músical... bueno... ehmm... y cambiando el tema, que hace una mujer tan bella por estos lados? , no muy amenudo se ve gente bella por acá hehehe... le menciona el bardo rascandose la cabeza y tratando de decir algo coherente...

- Por lo que veo, no pareces de clase baja... Que haces acá?

Parecía que allí los parroquianos no se iban ni con agua caliente, y cuando Dimdel volvió a pedir otro trago más y mencionó esas palabras "elixir de los que posees" todos los que estaban allí sentados se empezaron a reir a carcajada limpia. El parroquiano mirándolo de arriba a abajo dijo: Perdona, cómo has dicho? ¿De verdad quieres volver a tomar mi increible vino?

- Haha! porsupuesto buen hombre, después de varios de los tragos que me he tomado siento aquel brebaje como extraido de las más finas frutas fermentadas... - O alomejor con el tiempo mi paladar a ido acostumbrandose a las monedas que poseo en mis bolsillos jeje...

Miro a el bardo suspicazmente. No estarás coqueteando conmigo, es lo que hacen todos, alcance a pensar que eras diferente. Digo algo irónico mientras miro hacia atrás para ver si estaba vacío.

¿esta gente no se cansa?. Necesito que se desocupe la taberna.

respondiendo ante otra pregunta de Dimdel. Para nada, si fuera de la clase alta no estaría en la calle, buscando dinero y sin nadie a quien acudir. Creo que estaría, en el caso de que fue adinerada, en alguna casa, llenando mi estomago con suculentos banquetes, escuchando alguna canción de un mal músico y tal vez, diciendo alguna que otra palabra ofensiva sobre él, su música y algunos sirvientes de mi supuesta casa. sonrió un poco. Sería una niña caprichosa.

Pero no. La vida no es fácil, bueno, para algunos como nosotros. Si sabes de algún trabajo, te lo agradecería.

- Demonios! Otra copa hombre que parece que mi copa tenía un agujero!!... ehm... coqueteando? no pienses esas cosas niña, no coqueteo... soy un enano, bardo y para nada atractivo creeme que nisiquiera una mujer ciega sorda y mude se fijaría en un servidor pobre y borracho como yo hahaha!... Por otro lado recalco lo de pobre... no poseo trabajo y ningún cobre en el bolsillo!... le menciona a Neissa agitando su copa vacia de lado a lado...

El tabernero se acerca a vosotros y pone dos copas, os sirve un vino de una jarra con un erizo dentro aplastado. Los parroquianos en ese instante se callan y parece que os están observando con mucha atención. Alguno que otro suelta una risotada rompiendo el silencio pero notáis como todos ellos contienen el aliento.

- hey tabernero que diablos es esto!?... esta bien que encuentre bueno tu vino de clazones sudados... pero de ahí a tomarme esto?... creo no estar lo suficientemente ebrio para hacerlo... que crees que somos, tus bufones? Explaya enojado Dimdel tras percatarse del trago que se les estaba sirviendo junto con la espectación de la gente...

Se acerca al tabernero y le dice en voz baja. - Que pretendes? Y que es lo que nos quieres decir cuando se vaya esta gente?... creo que nos estas tomando el pelo...

Dimdel se altera un poco ante el trago que nos ofrece el tabernero. Por esa nimiedad no iba a perder la cordura ni me iba a sobresaltar con un gesto formal tome el trago y se lo devolví.

-Perdone, pero es que yo no tomo. Gracias. acerco la copa a las manos del reacio elfo que atendía para que tal vez le ofreciera el trago a cualquier otro visitante.

-Esperaré a que termine y la taberna se cierre. Aguarde en mi puesto, en silencio y mirando a todas las personas que en este momento nos observaban como viendo un espectáculo.

debe ser un brebaje muy muy fuerte. Pobre del que lo tome. No veo porque el bardo se altera tanto por una simple copa.

Dimdel se mantiene mirando ante la reacción tranquila y apasiguada de Neissa... - Mmmm... se nota mi bruta actitud. Uff... que hora es?... muero de sueño, pero me mantendré para ver que es lo que quiere el tabernero...

- Disculpad, dijo Ankus acercándose a todos los que quedaban aún en la sala tengo que cerrar ya para mañana poder ir al mercado y estar fresco. Necesito descansar algo y tenéis que marcharos.

Cuando el tipo se acercó a vosotros os susurró, por qué no buscáis una posada dónde dejar vuestras cosas y luego nos reunimos aquí y hablamos cuando nadie nos escuche?

Dimdel asintió con la cabeza... y miró a Neissa esperando su respuesta...

mire a Dimdel y asentí también con la cabeza. Parece que el enano dejo la pataleta para sentar que esto es algo serio. Que cabeza-dura. Se parece en algo a mi. Una risita silenciosa se dibujo en mi rostro.

me puse de pie y salí de la taberna esperando que Dimdel también lo hiciera. 

Cuando veo al enano salir. ¿Sabes de alguna posada, señor Tragabirras?. porque la verdad yo no tengo ni la mas mínima idea de una.

comienzo a observar algún lugareño. Era de noche pero con suerte note a uno. Disculpe señor. ¿Sabe de alguna posada cercana, no muy costosa?.

Saliendo, y ante la pregunta de Issa, Dimdel responde: - Caminando derecho por la calle hacia el norte, en la esquina hay una posada llamada "La Pezuña en la Boca!", pero jamás he ido... Cuando salgo borracho duermo en cualquier lado jejeje!...

- Muy cercana aquí tenéis la Posada de la Pezuña en la Boca, aunque la lleva un enano no muy agradable, pero a no mucha distancia podéis optar por ir al Bote del Lagarto. Un poco más lejos tenéis la Cabra de Mimbre que está a la entrada de la ciudad, o si disponéis de un alto capital podréis ir al Cuervo de Plata, una posada para la alta sociedad.

Pezuña en la boca y volver a encontrarme con toda esa gente.

Mire duditativa a Dimdel. No creo que sea recomendable ir a esa taberna. Preferiría ir a cualquier otra, si es que no te molesta.

Preferiría ir al bote del lagarto. Solo es para pasar la noche.

- Por mi ningún problema estimada, pero, porqué no quieres ir para esa posada?, alguna mala experiencia?. pregunta Dimdel con un tono interrogante.