Partida Rol por web

-Creo que tienes razón, aunque podriamos darles una lección por su burla. eso nos pondria a su nivel. No me gusta nada ese orejas punteagudas...

Levantémonos...mi paciencia empieza a agotarse con esas risas...no me gusta que se burlen de mí...

Me levanto, cojo mi sombrero, me giro hacia la barra, haciendo una reverencia digo:-Señores, buenas noches y gracias por su horrible bazofia.- le guiño el ojo al camarero.

Diciendo esto, piso sobre el talón, y giro en dirección hacia la puerta.

-Esto puede ser divertido.-Pienso poniendo la mano en el pomo de mi espada.

Sin decir nada, me levanto y me acerco a la puerta esperando que el comentario de mi acompañante pase desapercibido.

Cuando salís de la taberna notáis como os lanzan cosas, restos de comida e incluso alguna jarra. El abucheo es generalizado y patalean en el suelo para hacer ruido. Los gritos de "cobardes" y "aburridos" llegan hasta vuestros oídos. Se estaban riendo de vosotros, pero no esperaban que reaccionarais así ante las bromas.

Es duro, pero lo mejor ahora es marcharse de allí y casi mejor no volver...

La pezuña en la boca dijo Urgul.

Lancé una última mirada a los borrachos de aquel sitio, les maldije y de mis labios salieron estas últimas palabras en un tono bajo:

Volveremos, no os preocupéis...y cuando volvamos no nos echaréis de menos la próxima vez...

De la boca de Urgul salieron unas palabrejas sin sentido...

¿La pezuña en la boca?, ¿qué es eso?, ¿una posada?...¡¡¿y a qué estamos esperando?!!, vayamos hacia allí - les dije.

-Vayamos pues.-Digo tratando de no hacer caso de los insultos que vienen de la taberna.-Pero volveremos.-Pienso mientras empiezo a andar.

-¿Alguien sabe dónde queda?-Pregunto antes de continuar el camino.

Por lo visto Stede sí, así que vayamos con él pues.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.

Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Cuando entráis los peregrinos del Erizo Borracho no pueden disimular una sonrisa y se ríen entre ellos.

Observo el letrero, nunca he visto una imagen mas rara. ¿Quien iba a querer beber de un vaso de vino con una cosa llena de pinchos?.

Dentro, miro a mi alrededor mientras los parroquianos se sonríen y murmuran. Ciertamente no me llevo muy buena impresión y me doy cuenta de lo poco que se sobre la gente del sur y sobre las grandes ciudades.

- ¿Por que se ríen? -pregunto en voz baja a Gerion.

Sin hacer demasiado caso a las miradas y a las risas de los parroquianos me dirijo hacia el mostrador, donde se encuentra el posadero.

-No lo se - le contesto a Eylune - No deben estar acostumbrados a los extranjeros.

-Saludos, buen elfo - me dirijo al posadero - Somos dos viajeros que acabamos de llegar a la ciudad, nos gustaría que nos alquilara dos habitaciones limpias para pasar la noche, y un buen plato de comida caliente.

Mientras hablo con el me fijo en la posada, si hay alguien que pueda representar algun tipo de peligro, algo que no me de buena espina, si somos causa de burla entre los parroquianos.

El tabernero se acerca a vosotros y os dice, Discupad, pero aquí no tenemos habitaciones, esto es solo una taberna, lo siento. Para la comida aún es pronto, tengo todo en el horno, aquí solo servimos, de momento, copas del vino de la casa.. Entonces os pone una copa a cada uno y os sirve un vino que sale de una garrafa en cuyo interior hay flotando un erizo de mar aplastado. Son 4 piezas de cobre cada uno

Pongo 8 piezas de cobre sobre el mostrador y tomo el vaso de vino que me ofrece el tabernero, lo olisqueo ligeramente y luego doy un largo trago.

-Esta bien, pero un tabernero como usted debe saber muchas cosas interesantes para un par de extranjeros como nosotros - digo mirando al elfo fijamente - Tambien nos gustaria que nos recomendara un lugar donde se pueda pasar la noche, que sea limpio aunque no excesivamente caro.

Dejo el vaso sobre el mostrador y echo un ligero vistazo al resto de parroquianos aquí reunidos.

-He notado que nuestra llegada ha despertado el interés de muchos de los aqui presentes - vuelvo a mirar a mi interlocutor y con expresión seria le pregunto - ¿podría indicarme el motivo? 

Con un encogimiento de hombros sigo a Gerion mientras habla con el posadero y nos sirve vino de la garrafa en cuyo interior se encuentra esa cosa con pinchos del dibujo del letrero.

Olisqueo el vino y doy un trago, acostumbrada al vino caliente y especiado aquello me parece una pócima fría y de gusto raro, tiene un extraño sabor … como a mar.

Hago ademán de ir a pagar pero Gerion se me ha adelantado.

-Yo pagaré la cena.

Dejo el vaso sobre la mesa, he decidido que no beberé más de ese extraño brebaje.

Que raros son los extranjeros a veces.

En cuanto Eylune se lleva la extraña bebida a la boca y da un trago comienza a vomitar. Se empieza a sentir mareada y todos los parroquianos de la taberna empiezan a reírse a carcajadas. 

Ankus, mira a la joven y le sonríe tras ver su estado. Después se gira a Gerion, toma las 8 piezas de cobre y le dice: - Por esto mismo, esta es la pequeña broma que se gasta aquí a los forasteros. Los últimos que pasaron por aquí se lo tomaron muy a pecho, pero oye, si conseguís beber otro trago de esto sin vomitar, tenéis barra libre todo el día.

Instantes después un hombre vestido con unos extraños ropajes cuelga un cartel en una de las paredes de la taberna, hace un gesto con la mano a Ankus a modo de saludo y se marcha de allí a toda prisa. 

- Disculpa, ¿de qué me estabas hablando?

Observo como Eylune se arquea y vomita bajo la barra, durante un instante mi mano aferra la empuñadura de mi arma fuertemente, pensando que se trata de algun tipo de envenenamiento, al escuchar la chanza de los parroquianos y la explicación del posadero me relajo un poco pero apenas muestro un atisbo de sonrisa.

-¿Estas bien mujer? -digo mirando a Eylune y el suelo encharcado - Traele algo de agua que se limpie esa porqueria de la boca - vuelvo a girar la atención hacia el elfo.

-Veo que os sentís satisfechos con esta clase de bromas - aparto el vaso que me sirvió alejandolo de mi - No esta bien burlarse de nadie,  y mucho menos de unos extranjeros que solo buscan un plato de comida caliente y algun lugar donde descansar después de un largo viaje. - mi mirada es dura como el hielo.

-Espero que ahora me respondas donde puedo encontrar un lugar donde descansar, estoy harto de chanzas - miro al hombre que acaba de colgar el cartel en la pared, lo miro con algo de curiosidad antes de volver mirar al elfo graciosillo.

Una furia fría me invade, en mi pueblo nadie se habría atrevido a tratarme así. Es más, le habrían cortado las manos a quien se hubiese atrevido a hacer algo tan irrespetuoso.

Pero ahora no estoy en mi tribu, estoy mucho más lejos, y ahora me siento más lejos aun.

Paso el mal trago y olvido emprenderla a hachazos con todos, primero por una cuestión práctica ya que son muchos, y segundo porque, las consecuencias podrían ser desastrosas para alguien nuevo en la ciudad, no esta bien tomarse la justicia por tu mano cuando estas fuera de tu país.

-Desde luego tratando así a los nuevos clientes no me extraña que tu taberna esté tan vacía. -alguna gente del sur no parece demasiado inteligente.

Le indico con un gesto a Gerion que estoy bien.

-No me fío de que lo que me den sea siquiera agua.

Este edificio destartalado y de aspecto insalubre alberga una taberna muy famosa, que atiende en su mayor parte a pescadores y mercaderes de paso. A pesar de su apariencia deslustradas, la taberna es una de las más prósperas de la villa.
Un enorme letrero sobre la barra muestra un erizo de mar flotando en un gran vaso de vino, mientras un hombre feliz bebe de él.

Un elfo hosco y rudo dirige la taberna con orgullo.

Cuando entráis los peregrinos del Erizo Borracho están riéndose a carcajadas, una mujer sentada en la barra con muy mal aspecto está cerca a un charco de vómito. A su lado hay un hombre que está hablando con el tabernero.

En una de las paredes hay un cartel colgado.

- Pues depende del dinero que tengáis. Si teneis dinero suficiente, la mejor opción es El Cuervo de Plata. Pero si no disponéis de mucho oro, podéis pasaros por el Bote del Lagarto, pero vuestra última opción siempre debe ser La Pezuña en la Boca. Ese estúpido de Blahg es muy descortés, no tiene sentido del humor y además maltrata a sus clientes. Cuanto menos vayais por ahí, mucho mejor.

Cuando el hombre termina la frase veis entrar a una extraña pareja, una mujer gnoma y un enorme semiorco.