Partida Rol por web

El posadero se dirigió al hombre con cara de muy pocos amigos y un poco asqueado por haber llamado tanto la atención en el lugar. Le da dos tazas rancias de grog y una plasta apestosa de espinas y pescado. Y sin ser excesivamnete maleducado, le saluda y le dice:
Buenos días, toma, el grog y el lenguado macerado. Son una pieza de plata cada uno. Dudo que puedas encontrar nada más barato en toda la ciudad. Dice dirigiéndose con cara de desprecio al joven.

¿Qué he hecho ahora? Pensó, pues le costaba entender porqué el posadero ponía esa cara al dirigirse a él, si aún no había hecho nada malo, al contrario, desde luego la anciana tenía razón, el lugar muy agradable no era, pero que le iba a hacer, ya estaba allí e irse sin más no estaba entre las opciones, de hacerlo seguro que el posadero tomaría medidas, y el primer día no quería líos aún.

Miró con una cara de asco que no intentó disimular el plato que tenía delante, muy buena pinta no tenía, pero ya lo había pedido y total, que eran dos piezas de plata, si parecía que le sobraban, cosa que tenía bien claro que no era verdad. –Aquí tienes amable posadero– sacó de su pequeña bolsa las monedas de plata y se las dio con una sarcástica sonrisa, un amargado no le iba a lograr que dejara de ser amable.

Cogió el plato con una mano y las dos tazas en la otra, se aceró a una de las mesas libres y antes de sentarse levantó una de las jarras. –¿Alguien quiere? Invito yo– dijo mirando a los presentes, ya no le importaba llamar la atención, lo había hecho nada más entrar.

La mitad de esta taberna roñosa se alza sobre palafitos sobre las aguas del puerto, mientras que la otra mitad se asienta en tierra firme. Un cartel sobre la batiente puerta principal muestra un hombre con bigote, macerando un gran lenguado con un mazo de madera.

Su interior apesta a grog rancio, pescado y sudor, aunque a los parroquianos habituales no parece importarles mucho.

Una desvencijada barra atraviesa la zona sur y varios agujeros abiertos en el suelo junto a la pared oriental dan al mar. Los clientes pescan desde esos agujeros o se alivian por ellos, según sea su necesidad. El nombre de la taberna proviene de su especialidad, el lenguado hecho pasta frito con mantequilla y grog en grandes tortas.

Ned tomó las monedas que le tendió Duncan, y después miró a los recién llegados. Nadie parecía responder a la pregunta de Duncan, no estaba nadie interesado en comer todavía. Al menos no de momento.

–¿Nadie?– preguntó una última vez mientras dejaba la copa de grog en la mesa dándose por vencido y pensando en lo rara que era la gente de la posada, pocas veces alguien rechazaba algo que era gratis, los clientes de este lugar deben estar sobrados de dinero, pensó irónico y terminó sentándose frente a su plato nada apetecible.

Saboreó el lenguado, no estaba tan mal, peores cosas había probado sin duda, así que siguió comiendo sin perder de vista a los recién llegados, quizás fuera uno de ellos el que le serviría de utilidad, aunque no tenía mucha esperanza y tampoco iba a acercarse a ellos, prefería seguir sin hacer nada y acabarse su comida tranquilamente, cuando lo hiciera ya se pondría en marcha.

Al llegar frente a la taberna Markas se detuvo por un momento mientras observaba la entrada del lugar, una estructura mixta combinación mitad de palafitos con parte de la misma anclada en tierra, la edificación de madera estaba decrepita y descuidada, las tablas de madera que la conformaban en algunos lugares estaban despegadas y bastante desgastadas en su totalidad, el letrero colgante de la entrada rechinaba al compás del viento que junto con el crujir de la madera y el golpear de las olas tocaban la canción de una historia vieja y desgastada, cuya letra eran las risas y carcajadas, los gritos de borrachos y el murmurar de las personas en el interior de la cantina, que mantenían con vida el lugar a pesar de su apariencia, al entrar en su interior el ambiente quedo matizado de un hedor a licor azucarado pasado, mezclado con salitre y orín, la barra parcialmente estropeada parecía mantenerse a duras penas en una sola pieza, sin embargo los clientes del lugar se notaban felices y contentos mientras bebían, comían, pescaban y orinaban por lo huecos en el piso que reposaba sobre los palafitos.

Un hombre fornido, moreno de tupida cabellera desgarbada, que estaba sentado en una mesa grito - ¿Nadie? - Markas lo observo por unos instantes y continuo hacia la barra, entonces dirigiéndose al que del otro lado estaba, comento.

Buen día tabernero, sirva por favor un par de cervezas para mi y mi compañero - dijo señalando a Rudolphus -, he venido por aquí ya que he escuchado que en estos lados hay ofertas de trabajo, una amiga la enana pelirroja llamada Sanya se adelantado, aunque no la veo entre los presentes, le agradecería si me brindara información tanto del trabajo como del paradero de nuestra amiga.

Luego dirigiéndose al hombre que estaba sentado, le pregunto - buen día señor al entrar he notado que preguntaba a los presentes "¿Nadie?", si su oferta es de trabajo estamos quizás interesados, ¿a que se refería con esa pregunta?.

Con parsimonia continuó comiéndose su lenguado, después de cada bocado aprovechaba y le daba un sorbo al grog, siempre que bebía acababa poniendo unas caras un tanto extrañas, no estaba acostumbrado a esa bebida y no terminaba de acostumbrarse aún debido a que el sabor no le gustaba demasiado, pero no tenía otra cosa a mano y no quería pedirle nada más al posadero, seguro que de hacerlo terminaba echándole sin motivo, Dan prefería no tentar a la suerte todavía.

Le costó darse cuenta de que uno de los recién llegados se dirigía a él, pues ya pensaba que la gente prefería ignorarle en esta "adorable" taberna. Terminó de masticar el pescado que tenía en la boca, tragó, bebió un poco más de grog, puso otra cara extraña y entonces sonrío mirando a aquel que le había hablado. 

–Siento decepcionarte, pero no, no tengo ninguna oferta de trabajo, si eso es justo lo que estoy buscando yo aquí– se explicó Dan. –Lo que estaba ofreciendo es esta taza de grog– la señaló. –Si la quieres es toda tuya, yo tengo bastante con una– con una de sus manos movió la taza que estaba ofreciendo hacía uno de los asientos vacíos de la mesa en la que estaba, si aceptaba su ofrecimiento podrían conversar tranquilamente, justo lo que él quería.

Si, la enana pelirroja estuvo aquí no hace mucho tiempo. Se fue hacia Gruta Carmesí, al este de la ciudad. Se fue con un numeroso y problemático grupo de aventureros. No sé si llegaréis a tiempo, pues se han ido hace rato y habían quedado. Sé cuál era el punto de la reunión en concreto, pero desconozco si seguirán o no allí. Y quizá no le interese darse un paseo absurdo para nada...

La respuesta del encargado del lugar no se hizo esperar, sin embargo no era muy alentadora, quizás tenia razón y seria una perdida de tiempo seguir el rastro a la enana. Entonces volteo hacia la mesa y exhalando el aire de sus pulmones completamente, como desanimado tomo la copa de grog que le ofrecía aquel extraño y se sento en la mesa a pensar mientras bebia de la copa. También había la posibilidad de que aquel hombre simplemente no quisiera que fuéramos a ayudar a Sanya.

Entonces le dijo al tabernero - gracias por la información amigo, he de suponer que ya no hay mas oportunidad de trabajo en este lugar ¿cierto?

Gracias amigo por el trago, no escuche su nombre, - dijo dirigiendose al hombre sentado en la mesa -  mi nombre es Markas Glalrond mucho gusto, creo que he llegado tarde para lo del trabajo, Sonya se ha marchado ya y parece que tiene un grupo de aventureros ya formado, Sanya me dijo que hay algunos trabajo buenos en la ciudad pero son peligrosos y la idea era esa misma, formar un grupo y cazar las recompensas, mi amigo aquí es sanador y yo Soy especialista en vigilancia, mantenimiento de dispositivos de seguridad y gestión de recursos humanoides. ¿Tu sabes algo de algún trabajo o tienes pistas de donde encontrar uno?

Rudolphus que opinas seguimos el rastro de la enana a ver si conseguimos ese trabajo o buscamos otra cosa, quizás alguien aquí sepa de algún trabajo, si formamos un buen grupo podemos optar por trabajos mejores y ademas tendremos mas esperanzas de sobrevivir en esta ciudad.

Rudolphus había estado muy callado desde que llegamos quizás estaba algo preocupado por algo que el desconocía.

Ned tan solo asintió a las palabras de Markas. Efectivamente, cualquier oportunidad de encontrar algo de trabajo hoy, ya había sido agotada, al menos en aquel lugar.

Mostró otra de sus sonrisas al ver como aquel con el que estaba hablando aceptaba su ofrecimiento y se sentaba junto a él, ya tenía compañía, había conseguido lo que quería, pues para eso estaba en el lenguado macerado, ahora solo faltaba que el hombre le fuera útil y le ayudara a descubrir más cosas sobre Tormentos.

–Dan, Dan Faulier– se presentó con su nombre entero, aún podía hacerlo no tenía motivos para ocultarlo todavía ya que no le había dado tiempo a hacer nada de lo que tenía pensado. Quiso preguntar en alguna ocasión quién era esa tal Sonya de la que estaba escuchando hablar, no lo hizo, prefería seguir escuchando y no se arrepintió de su decisión, Markas y el otro humano silencioso llamado Rudolphus estaban formando un grupo para cazar recompensas, no era para lo que había llegado Dan a la ciudad, pero por algún sitio tenía que empezar, y esta oportunidad le pareció magnífica.

–Conozco un trabajo y creo que los tres juntos podremos cumplirlo– si, se acababa de autoinvitar al grupo que tenían formado. –Veréis, hay un tal señor Cantohelado que está buscando a alguien que le ayude a rescatar a su hija de manos de su madrastra, madrastra que resulta ser una bruja o algo así– acabó de exponer su trabajo y le dio un sorbo a la taza de Grog. –No tenía pensado aceptar ese trabajo pues solo contra una bruja tengo poco que hacer y no me apetece acabar convertido en sapo o algo así, ahora que somos tres podemos ir a salvar a la hija y llevarnos la recompensa, ¿que os parece? ¿Vamos?– realmente Dan no sabía si aquellos dos eran de fiar o no, pero se estaba quedando sin dinero más rápido de lo que le gustaría y tenía que aprovechar oportunidades como estas.

Markas escucho al hombre hablar, mientras bebía de su copa, de pronto escupiendo el licor que aun estaba en su boca grito.

¿BRUJA, HAS DICHO? - recordando los resultados de los recientes acontecimientos mezclados con asuntos de magia, aclarando su garganta continuo hablando - yo prefiero no meterme en asuntos con gente de la magia a menos que tenga de mi lado un mago o conocedor de estas artes, la magia puede llegar a ser muy peligrosa.

Tu quieres formar un grupo con nosotros, ¿pero no tenemos idea de que puedes hacer tu?, ¿como te has enterado de este trabajo?, ¿tienes ya un plan trazado?.

De ser de otra manera en el mismo momento en el que Markas escupía la bebida Dan le hubiera recriminado los pocos modales del hombre, se habría cabreado o alguna cosa parecida, pero no, lo que hizo fue reírse ante esa situación que a él le pareció bastante cómica. –Con tu primera reacción ya me había quedado claro que no ibas a ir a por la bruja– dijo aún riéndose levemente.

–Eso quiero– añadió ya serio, bueno, todo lo serio que podía ser Dan, que no era mucho. –¿Qué puedo hacer yo?– repitió con una enigmática sonrisa. –Buena pregunta– hizo una breve pausa en la cual se llevó un par de dedos a su barbilla. –Se me da bien la gente, enterarme de muchas cosas, las cerraduras, pasar desapercibido, y esto– bajó su mano derecha lo suficiente para que la mesa ocultara lo que iba a subir a continuación, una honda, que puso en la mesa junto a su ya acabada comida.

Cuando acabó de enumerar todo lo que mejor se le daba hacer y de enseñar su arma se dispuso a contestar las otras dos preguntas. –Plan ninguno la verdad, me gusta improvisar, y me he enterado de eso hablando con la gente, si sabes escuchar te dicen cosas útiles, por desgracia solo he conseguido que me digan eso esta vez– se encogió de hombros, pues tampoco le importaba mucho, ya saldría un plan mejor. –¿Entonces puedo ir con vosotros?– no esperó mucho para formular la pregunta, quería y tenía ganas de conocer la respuesta de lo que acababa de preguntar.

La mitad de esta taberna roñosa se alza sobre palafitos sobre las aguas del puerto, mientras que la otra mitad se asienta en tierra firme. Un cartel sobre la batiente puerta principal muestra un hombre con bigote, macerando un gran lenguado con un mazo de madera.

Su interior apesta a grog rancio, pescado y sudor, aunque a los parroquianos habituales no parece importarles mucho.

Una desvencijada barra atraviesa la zona sur y varios agujeros abiertos en el suelo junto a la pared oriental dan al mar. Los clientes pescan desde esos agujeros o se alivian por ellos, según sea su necesidad. El nombre de la taberna proviene de su especialidad, el lenguado hecho pasta frito con mantequilla y grog en grandes tortas.

No me cabía la menor duda, aquel lugar era una pocilga, pero barato. No podía esperar más de momento. Miré en derredor tratando de hacerme una idea del tipo de parroquianos que aquí se congregaban, sobretodo para determinar si debía cuidarme de dejar despreocupada mi espalda.
Caminé hacia la barra y esperé a que se me acercara el camarero.
-Busco algo barato para comer y trabajo. -Miro hacia los pescadores. -Pero no aquel tipo de trabajo.
Mi indumentaria podía hablar por si sola, pero era mejor esperar a ver qué tenía que decir el camarero.

Markas continuo escuchando a Dan Faulier quien respondía sus preguntas, Rudolphus permanecía absorto y silencioso, el pícaro estaba dudoso de que hacer.

Justo cuando Markas se decidía a pronunciar palabra entro al lugar un hombre, quien luego de observar la parte interna del local y sus moradores, fue directo a la barra, pidiendo al tabernero comida y trabajo.

Entonces riendo a carcajadas Markas camino hacia la barra quedando justo al lado de aquel hombre y diciendo, JA JA JA JA JA por lo visto si hay algo que sobra en Tormentos Cristalinos son aventureros buscando trabajo - volteando hacia el tabernero continuo diciendo - yo también quiero algo de comer y beber para mi, no se si Rudolphus también quiera comer, habrá que ver que dice el.

Alejándose de la barra hacia la mesa donde Dan se encontraba sentado tomo asiento, termino su copa de un solo trago y le dijo - deja que coma y beba algo, ya veremos sobre ese trabajo que dices y esa bruja.

El posadero se dirigió al hombre que acababa de entrar con cara de muy pocos amigos y un poco asqueado le dijo: Lo primero de todo, buenos días. Dijo con muy malos humos. Es de muy mala educación no saludar al llegar a un sitio y venir exigiendo sin tan siquiera presentarse. Le da dos tazas rancias de grog y una plasta apestosa de espinas y pescado. Toma, el grog y el lenguado macerado. Son una pieza de plata cada uno. Dudo que puedas encontrar nada más barato en toda la ciudad. Dice dirigiéndose con cara de desprecio al joven. Luego miró al que se había acercado hasta él, y le preguntó ¿tú también quieres otra ración?

Después hizo una pausa y habló de nuevo a Irathor.

En cuanto al trabajo, me temo que llegas tarde, ya te lo han quitado.

Para el impaciente Dan la espera a la que le estaba sometiendo Markas se le hacía eterna, no decía nada, y encima se ponía a reírse a carcajadas al escuchar lo que dijo el recién llegado que tampoco había pasado desapercibido para él. Mientras el otro reía Dan se encogió de hombros y sonreía, al menos Markas tenía cierto sentido del humor, y eso era importante si iba a ir con él, la gente demasiado seria siempre terminaba por cansarle más pronto que tarde.

Le pilló con cierta sorpresa la respuesta final del hombre con el que llevaba un rato hablando, para Dan eso era un si, así que no podía quejarse. –Está bien, esperaremos un rato y después a ponerse en marcha– confirmó con unas ganas que le costaba contener. Para mantenerse entretenido se giró disimuladamente hacia el mayor grupo de parroquianos que había en la taberna con la intención de poner la oreja.