La fiera corrupia no pudo con aquel trato falto de deferencia y de miedo hacia su dracónica presencia, estaba lívida de rabia y las palabras de Huesos sólo sirvieron para ser la gota que colmó el vaso de su -ya de por sí bastante reducida- templanza, llevándola a lanzarse desde la bolsa hacia las botas del paladín. ¡Sufriría la sulfúrica acidez de su bilis!
Sin embargo, al igual que le pasó en el templo de Acantilado Verde cuando se lanzó a atacar a la sacerdotisa Listra, sus alas todavía subdesarrolladas no fueron capaces de aguantar su peso cuando Cólera dio el brinco y, en lugar de planear con la gracia de un halcón, se estrelló contra el suelo cual defenestrado por balcón.
- Grjlll... Garg... - logró gorgorear pese a que su hocico se había llevado el golpe de frente y sus cuartos traseros, arrastrados con el restro del cuerpo, ahora aplastaban su cabeza y doblaban su cuello de manera antinatural.
Motivo: Piruetas para caer con estilo y entrar en el espacio de Cástor
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 5(+3)=8 (Fracaso) [5]
Motivo: Piruetas para caer con estilo y entrar en el espacio de Cástor
Resultado: 5(+3)=8 (Fracaso) Cástor tiene derecho a un ataque de oportunidad.
Cólera se deja llevar (al Bote del Lagarto), humillada.
Trató de disimular la risa cuando cólera se estrelló en el suelo. La pobre aún no controlaba las ala. Bien, la humillación le serviría de lección. No necesitaba decirle más. Dejó que se volviera a meter en su zurrón si es que era eso lo que deseaba.
Al bote del lagarto.
Cástor alzó una ceja ante las palabras de Huesos, pues no ayudaban precisamente a encauzar a la bestezuela... De hecho, saboteaban ese esfuerzo, ¿quizás a posta? Probable, aunque el clérigo nunca tendría la seguridad respecto a ello. Y, aunque no era totalmente cierto que no hubieran podido hablar desde que la encontraron, lo habían hecho demasiado poco, y ese era un error que iba a tener que solucionar.
Y más viendo al dragón "volar" para estamparse a sus pies, lo que le llevó a un suspiro de resignación.
-Esto es a lo que te lleva tanta furia y malas intenciones, Cólera. A golpearte con el suelo. Y eso no va a cambiar, nunca cambiará. Por mucho que crezcas, por muy grande que te hagas, al final siempre pasará lo mismo-replicó Cástor con convicción.
-Por lo demás, la señorita tiene razón, deberíamos marcharnos.
A la posada.
Néstor respondió a Filos: Los pergaminos cuestan 25 piezas de oro cada uno y el lanzamiento de ese tipo de conjuros 10. Después se acercó a Lucrecia y le tendió la poción de curar heridas leves que había solicitado. *
* Apúntate la poti y quítate las po.