Partida Rol por web

En ese momento sintió un poco de envídia sana por los maravillosos lugares que habrá visto Zila, aunque no duró mucho. Se contentaba con pensar que algún día sería él quien lo vería con sus propios ojos. Quería descubrir mundo y viajar aunque para eso sabía que hacía falta tener experiencia y la bolsa llena de tintineantes monedas.

Al poco apareció un hombre que se presentó ante ellos, y Zila fue la primera en hablar. Después Kenshi realizó una reverencia aprovechandola para apoyar la mano sobre la empuñadura del estoque, la cual no apartó tras terminar la reverencia. - Como mi compañera dice, hemos oido que buscaba gente y nosotros buscamos poder hacer algo de provecho. Para ambas partes, claro está. -

Vio que su compañera no parecía querer preguntar por la faena, así que decidió hacerlo él mismo. - Por lo que han dicho esta mañana en las calles de la ciudad tiene dos trabajos disponibles. -

¿Dos trabajos disponibles? Preguntó Ankus a Kenshi sin comprender muy bien a qué se refería. Después miró a Lyra, la suma sacerdotisa de Pelor, la dio un beso en la mejilla. Gracias, Lyra. Nos vemos esta noche. El hombre del sombrero, que se parecía muchísimo al de la dríada bailarina parecían comportarse de forma diferentes, pues sus gestos no eran los mismos ni mucho menos. Pero lo cierto es que efectivamente físicamente eran prácticamente idénticos.

Sí, mi taberna ha quedado hecha un asco desde que ese desgraciado de Blagh me la quemó. Dijo algo entre susurros pues no quería que los clérigos le escuchasen. Lo mejor que podemos hacer es hablarlo en mi taberna, está todo hecho un desastre, pero allí nadie podrá oírnos. ¿Me acompañáis?

A Zila le pareció una buena idea lo de hablar en su taberna, por varios motivos:

Porque así sabría de una vez cuál era la taberna de Ankus. No podía ser la misma en la que había estado, porque la que había visto estaba algo peor que hecha un desastre y poca privacidad parecía que pudiese dar para hablar

Porque así podrían ponerse a trabajar cuanto antes. Era necesario conseguir dinero cuanto antes si querían poder cenar y no dormir al raso.

Y también porque ciertamente prefería hablar sin otros oídos alrededor. A saber qué cosas se contarían, y lo que menos deseaba era que alguien pudiese levantarles el trabajo, y el dinero en consecuencia.

Siguió a Ankus por las calles bastante silenciosa. Pensando si acaso fuesen gemelos, o si habían caído en un juego retorcido del encantador dueño de la Dríada. No parecían el mismo, pero eran idénticos a la vez.

Y ambos con sus propias tabernas

No dejaba de ser curioso.

Miró también al elfo, con un brillo cómplice en los ojos.

Buen olfato señor de los bosques

Al final igual iban a formar buen equipo y todo.

Ambos siguieron a Ankus por las calles en dirección a su taberna. Todavia hacía algo de fresca pero el sol empezaba a iluminar con fuerza las calles y la gente ya andaba por ellas. Panaderos, carniceros y demás gremios hacian que las principales zonas de comercio de la ciudad cobrasen vida.

Kenshi se dio cuenta de la mirada que le lanzó su compañera, respondiendo con un guiño y una sonrisa. Se acercó a Zila y le pasó un brazo por los hombros. - Veo que estas pensativa desde que ha aparecido este hombre, como si intentases resolver un enigma - Dijo con un susurro para que Ankus lo escuchase. Despues retiró la mano y siguió andando con su mano apoyada en la guarda de la estoque.

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Tal vez, la primera vez qué Otwin llegó a Tormentos Cristalinos se sorprendió mucho al ver la imponente catedral del Dios de la luz Pelor, pero ahora no sintió ni el mas mínimo asombro por este edificio qué de cerca, se lo ve vencido por por el tiempo.

 Cecano a las inmediaciones, escuchó los alaridos de los enfermos qué clamaban por atención desde la dirección del hospital, lastimeros aullidos qué haria qué cualquiera sintiera pena por ellos.

Pero el enorme sujeto no sintió ni el más minimo resquicio de humanidad por esas pobres almas, es más, por un momento creyó qué podia purgar a esa gente y liberarla de su sufrimiento, pero cómo podria hacerlo, es arriesgarse a ser el enemigo publico número uno de toda la ciudad.

De nuevo, su mente volvió al tema por el qué llegó en primer lugar a esa ubicación, se acercó a uno de los sacerdotes con un paso decidido.

- Perdonar, yo buscar a Ankus-

El tiempo qué pasó con su compañeros anteriores, pudo aprender algunos modales, aun qué habló con su marcado tono extranjero tan tosco.

Ankus acaba de salir. Le contestaron. Un hombre y una mujer preguntaron por él y se marcharon. Aunque no sabemos dónde se fueron. Concluyó encogiéndose de hombros y dedicándose a sus labores.

Tuvo qué arrugar las cejas en un ceño fruncido, molesto por la respuesta del trabajador, sin embargo, antes de haber hecho algo imprudente, cómo cortarle la cabeza sin más, dedicó un momento a calmar su intención asesina.

-¿Saber cómo eran? El hombre y la mujer-

Preguntó con un tono brusco, propio de su naturaleza, esperando una respuesta de esos cobardes amantes de la paz.

Sí. Era un elfo y una humana el primero era esbelto y de constitución atlética. Tenías los rasgos dignos de un elfo. Los ojos verdes y una melena rubia con reflejos dorados y blancos. Ella también era atlética, pero tenía el pelo negro, liso y brillante y los ojos de un color azul verdoso.

El bárbaro estaba perdiendo su tiempo con este idiota, el trabajo lo estaban haciendo otros y lo qué menos queria era cooperar con alguien más por la recompensa, se giró para marcharse, soltando un pequeño gruñido de molestia.

La cosa no terminó ahi, sin el para poder ir al Acantilado Verde, comprendió qué el viaje a esta catedral de idiotas no valió la pena, soltando una maldición se marchó al siguiente lugar, la "Pezuña en la boca" era el siguiente destino, esperando qué el trabajo sea tenga una recompensa suculenta

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Con paso decidido Yaotl se dirige hacia el edificio principal. Si quería localizar a la suma sacerdotisa la propia catedral sería probablemente el mejor sitio por donde empezar. El sauriano se detiene a pocos pasos de la fachada y observa a su alrededor. De todos los edificios de la ciudad este era quizá el más imponente. A la altura quizá de los gigantescos zigurats que su gente alzaba en mitad de las junglas de Atl-Antica.

Quizá por respeto hacia lo divino o quizá por evitar perderse entre sus arcadas, el guerrero espera pacientemente a que alguien se cruce en su camino. A aquellas horas de la mañana era muy posible que los sacerdotes y fieles visitaran la explanada.

Lyra sonrió al recién llegado y estuvo muy dispuesta para ayudarle. Buenos días, saludó con educación. Soy Lyra Ivessa, suma saceredotisa de la Catedral de Pelor. ¿En qué puedo ayudarte?

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Al llegar a la catedral, Enzo no perdió el tiempo entreteniéndose en contemplar la arquitectura del lugar. En su lugar el bufón fue derecho hacia la primera persona que vio con pintas de sacerdote.

 -Disculpadme, amable señor, estoy buscando a Ankus. ¿Tendríais la bondad de indicarme dónde puedo encontrarle?

A ver si la fortuna volvía a sonreírle y podía ganar algo de dinero de una buena vez sin jugarse demasiado el pellejo. Que los bufones también tenían que comer.

Buenas tardes. Pues aún no ha llegado. Supongo que vendrá por la noche e imagino que lo encontrarás en su taberna, el erizo borracho. Aconsejó el clérigo.

El Viejo Dios que Ríe se estaba burlando de él. ¿En serio? ¡Pero si había estado allí hacía nada!

 -Gracias por la información, ha sido usted muy amable.

Se sentía tan cansado, ¡tan agotado! Pero bueno, por un viaje más no se moriría. ¿Verdad?

Esta impresionante catedral se alza sobre los edificios colindantes, y quizás sea la estructura más alta de todo Tormentos Cristalinos. Desde luego, es uno de sus rasgos más impresionantes. Los muros de piedra blanca de la catedral se elevan casi 100' sobre el nivel del suelo, y la gran cúpula de metal rojo y naranja que remata su estructura cuadrada añade otros 50' más a su altura. El radiante símbolo dorado de Pelor adorna los muros del templo, proclamando su fe con orgullo y sin sombra de duda. Pero a pesar de su grandiosa apariencia, el edificio parece un tanto abandonado e incluso algo sucio.

La propia catedral es básicamente un gran espacio abierto interior, que consiste en un púlpito central rodeado de numerosos bancos. Sus grandiosos ventanales mantienen el interior bien iluminado durante el día y, por la noche, un enorme símbolo sagrado de Pelor suspendido de la cúpula irradia varias llamas continuas. Con la oscuridad, el resplandor de este símbolo brilla como un faro a través de la cúpula de metal, convirtiéndola en un punto de referencia de noche igual que de día.

Se asienta en un complejo amurallado que también actúa como hospital de la ciudad. Varias residencias de enfermos se alinean en el muro oriental; los ciudadanos enfermos o heridos convalecen aquí bajo el cuidado de los sacerdotes de la iglesia. Hasta hace poco, estos cuidados se cobraban a precios muy razonables, pero la mala racha que atraviesa a iglesia ha obligado a los sacerdotes a subir sus tarifas.

Andrey no disponía de dinero suficiente para pasar la noche en la posada, no quería ser una carga para los suyos ni acrecentar su deuda para con ellos por eso se marcho de allí. Al llegar a la catedral buscó el pequeño refectorio donde había dejado a su hermana y conocido a Lyra Ivessa, la suma sacerdotisa, tan solo quería agradecerle los cuidado a su hermana e interesarse por su estado. Si la suma sacerdotisa se lo permitía pondría sus poderes de curación al servicio del templo tanto hoy como mañana al amanecer a cambio de una cena frugal y algún lugar donde dormir, ni que fuera el establo. Había estado en lugares peores, el muchacho con forma de hombre no se amilanaba con facilidad.

Lyra rechazó la oferta de Andrey, hoy andaban bien de lanzamientos de conjuros pues nadie había venido en búsqueda de curación. Lo lamentamos, pero no puedes quedarte aquí. Dijo Lyra con cara trista. Este lugar es peligroso para alguien que esté sano pues puedes contagiarte de cualquiera de las enfermedades que hay entre nuestros enfermos. Además, estaría feo que cobijásemos a alguien aquí cuando muchas posadas ofrecen alojamiento a los aventureros por precios bastante aceptables. Dijo Lyra despidiéndose del muchacho tras haberle explicado que su hermana se encontraba mejor,  pero que aún necesitaba muchísimo cuidado.