Partida Rol por web

Filos sacó los viales de su bolsillo. 

Estoy con vosotros. Si tenemos que volver a luchar, quizás no lo contemos. Mejor arriesgarse al bosque de noche que jugárnosla de nuevo aquí dentro.

Luego miró los viales, se encogió de hombros y dijo:

Supongo que no tenemos nada que perder -dijo.

Y se tragó el primer vial.

- Ztoi viem, Kazzztor -gorgoreó el dragón mientras apoyaba la planta de la pata arrastrada y meneaba sus cuartos traseros hasta sentir que podía moverse bien- kon zueño taré mejor.

Mostró entonces sus dientes, de nuevo su orgullo afianzándose sobre su pequeño ser, y caminó despacio pero sin dejar que le cojease ninguna pata hasta llegar al zurrón de Huesos.

- Kabé kon eyoz -dijo a su papá adoptivo parafraseándole antes de caer roque por completo hecho un ovillo.

- Dinos cualquier cosa que sientas, sea buena o mala.- Le dijo con curiosidad a Filos mientras esperaba a ver los efectos de la poción. Dejó que la cría de dragón se acomodara en su zurrón y durmiera si quisiese. Se lo había ganado. Castor y él, paradojicamente, eran los dos que mejor habían aguantado. Aún así el cansancio hacía mella en ellos.

- Pues si no ponéis inconveniente marchémonos. Antes cortemos las orejas de los trasgos para demostrar a los de la villa que estuvimos aquí y combatimos con valor. Después arramplemos con todo lo que sea útil o podamos vender.

Los aventureros se pusieron a rebuscar entre los trasgos y los grandes trasgos y a parte de unos viales vacíos encontraron una gran cantidad de armas. Repartirlas o no ya sería cosa de ellos.

Mientras tanto Filos se dedicaba a limpiar la sangre y el resto de cadáveres que habían dejado por allí.

-Éste me ha hecho sentir mucho más fuerte de lo normal pero sigo sangrando como antes. Me vendrá bien para cargar con todo eso -dijo señalando al equipo. Veamos el segundo.

El Filo del ocaso probó un poco del segundo, a ver qué le provocaba.

Zzzzz... *gorgorgorgor* Zzzzz...

Cólera se revolvió un par de veces dentro del saco de Huesos, tardando en encontrar la postura más cómoda debido a las molestias que le generaban las heridas sufridas, pero no perdiendo el sueño ni el descanso. El primero en su corta vida más allá del cascarón.

Cástor registró a los trasgos con cierto cansancio, no pudiendo reprimir un bostezo mientras revisaba todo aquello. Cada vez tenía más claro que volver al pueblo era una buena idea, y una cama en condiciones en una habitación segura cada vez sonaba mejor en su cabeza...

-Yo no necesito nada ahora mismo, aunque ayudaré a cargar lo que queráis.

Ramase ayudó a repartir el botín entre Filos, Castor y él mismo y viendo que todos estaban decididos a partir, se preparó para ello.

- Cuando queráis. Aprovechemos la luz del día, cuando los trasgos están menos activos, para poner algo de distancia. Cerremos esta puerta a ver si con suerte tardan en saber qué ha pasado.- La confusión que debían tener era grandes después de duro golpe que el grupo de aventureros les habían dado. Era gracioso ver al hombre de aspecto anciano bajar la voz preocupado porque la criatura de su zurrón pudiera seguir durmiendo.

Filos probó un poco del segundo vial, esta vez se sintió un poco mejor como si sus heridas le doliesen menos.

Filos se bebió el segundo vial hasta el fondo. Aquello si que tenía efectos curativos y el guerrero iba a necesitar estar lo mejor posible para sobrevivir al bosque.

Ramase observaba a Filos beber otro de los viales con una mezcla de satisfacción y suspicacia. Pro un lado estaba contento de que su contenido hiciera sentir mejor al guerrero arcano, pues si vida ahora mismo dependía dela suya también. Por el otro, no podía evitar pensar que se estaba bebiendo parte del tesoro del grupo.

- Mejor, ¿no? Se te nota.- Siguiendo las instrucciones de Filos, el viejo Huesos recogió los dos escudos  de lso trasgos y lso cargó como pudo. Estaba cansado y sólo quería salir de allí cuanto antes.- Aprovechemos las horas de luz para poner distancia con los supervivientes que puedan haber quedado.

Ante el ruido por el chocar de armaduras y escudos Cólera entrabrió los ojos para asomarse al mundo con profundo fastidio en el rostro. El ver a todo el mundo ocupado recogiendo tesoros para llevárselos le dio qué pensar por un momento, llegando a la conclusión que si ayudaba se llevarían más y los trasgos restantes se quedarían con menos - aquella idea le ilusionó pues rabiar y hacer daño a aquellos fuera de su jauría le hacía feliz.

- ¿Kadgo kon argo, Huezoz? -preguntó alzando el hocico hacia arriba, adormilado pero con las energías para contribuír a la causa- ¿Zííí o zueño?

Cástor asintió con gesto cansado a las indicaciones de Filos, para pasar a cargar su parte de aquel botín de los trasgos, que se unía a lo encontrado en el compartimento secreto de aquel templo. Sin embargo, cuando el pequeño dragón se ofreció a ayudar, el hombre negó con la cabeza.

-Deberías descansar. Estás muy herido. 

Con las palabras de Cástor bastó para que la fierecilla bostezase rizando la lengua y enroscándose sobre sí misma para caer en profundo sueño al instante.

Zzzzz... *gorgorgorgor* Zzzzz...

Todos estaban muy cansados como para andar cargando o arrastrando el botín. Además arrastrar con todo ese material haría un ruido terrorífico y llamaría la atención de los trasgos que aún no supieran que estaban allí. La mejor opción fue la de esconder algunas cosas por la sala donde se encontraban y confiar en que los trasgos no las encontrasen. Aunque esconder algo en la casa de alguien nunca había sido un buena opción.

En cualquier caso, Filos se bebió el resto de uno de los viales y se sintió muchísimo mejor. Observó el tercero de ellos para ver si se lo bebía o no, pero observó por su consistencia que no era un líquido que invitase a ser probado, tenía más la pinta de ser algún tipo de aceite o algo similar.

Finalmente salieron de la cueva sin llamar más la atención de ningún enemigo extra y por fin llegaron al pueblo donde les habían reclutado.

Sin perder más tiempo, los tres aventureros y su compañero salieron camino de la morada de los trasgos. Cuando alcanzaron el lugar de la entrada recordaron que la primera vez había vigilantes y aunque ayer los derrotaron nadie les decía que no hubieran puesto nuevos. ¿Se adentrarían sin darle más importancia confiando en que les derrotarían, o preferirían elegir otra forma de entrar?

Filos le pidió a su familiar que sobrevolara la entrara y  le transmitiera si veía a alguien en la entrada.

-Vuela, Tantor! Busca guardias!