Partida Rol por web

-Buenas tardes, señora Marcas-respondió Cástor, estirándose un poco. Menos mal que habían logrado llegar al pueblo, pues otra emboscada mientras dormían y probablemente estuvieran criando malvas en la guarida de esos trasgos. Sin embargo, la salida de Filos no le pareció adecuada.

-Haya paz, amigos míos. No deben quedar muchos enemigos de este apacible pueblo, señora Marcas. Pero es cierto que sería mejor adentrarse de vuelta en esa guarida con la bendición de Pélor a nuestro favor. Cuantas más horas de luz, más fácil será terminar el trabajo sin sobresaltos. Por mi parte, sí, no hay problema en prepararnos mejor. 

Marcas miró con cara de pocos amigos a Filos, por un momento sintió la sensación de que estaba tratando de engañarle. Aún así, no dijo nada, pues sus compañeros parecían no apoyar las palabras de él e insinuaban que tenían que volver a la cueva para terminar de limpiar. Respiró hondo, les trajo algo de desayuno y sonrió indicándoles que le parecía bien la idea que tenían.

Cuando todos terminaron de comer se dirigieron hacia el Emporio de Sten Buenavendedora directos a vender el botín que habían traído.

¡Buenas tardes! Dijo la mediana al verles. ¿Me alegro de volver a veros en qué puedo ayudaros?

Huesos caminó junto a los demás hasta el negocio de la insufrible gnoma. Sentía inquieto en su zurrón a la cría de dragón. Podía curarla , pero prefería esperar. Sentía cierto sentimiento paternal hacia la aún pequeña lagartija. No quería malcriarla. Era mejor que supiera lo que era el dolor y el sufrimiento, para que valorara las cosas.

Una vez frente a la gnoma hizo de tripas corazón para parecer lo más amable posible.

- Hemos traído botín de la guarida de los trasgos con el que nos gustaría hacer negocio.

Voces nuevas, aquello le resultaba interesante a la cría de dragón. Se revolvió inquieta y apoyó en las patas traseras para asomar el hocico fuera del zurrón. Olisqueando para captar nuevos aromas, pegando oído para quedarse con las palabras nuevas y relamiéndose, pues todo aquello que no era parte de la manada podía ser devorado.

- Ñam, ñam, ñammm... Trazgosss...

Filos dejó que fuera Huesos el que hablara, consciente de poca simpatía entre la gnomo y él mismo. Se les limitó a exponer la mercancía 

-Buenas tardes-respondió el sacerdote con una leve sonrisa al saludo de la vendedora. Huesos ya había expuesto la situación, ratificada por un asentimiento de Cástor que también mostró la parte del botín que cargaba él. Esperaba que no hubieran cargado con todo aquello para nada, la verdad, pues volver heridos y cansados desde la guarida arrastrando tanto equipo había sido agotador. 

Buenas tardes, dijo la gnoma de nuevo. Por favor, dejadme todo lo que queráis vender encima de aquella mesa del fondo. Mientras los aventureros hacían lo indicado, la gnoma sacó una especie de anteojo que servía para echar un vistazo más de cerca a todo el material que habían traído. Tomó una pluma y un papiro y empezó a apuntar determinadas notas. Cuando concluyó hizo la suma de todo y sonrió.

Estas armas parecen de buena calidad, ¿verdad? Preguntó de forma retórica con voz de demasiado aguda para ellos que acababan de despertarse. Os puedo ofrecer por todo esto 400 po. O si queréis material de mi tienda, os podría ofrecer hasta 500 po si os lo gastáis ahora mismo.

-Déjanos unos segundos para que lo hablemos -dijo de manera autoritaria, como todo lo que decía Filos.

Cástor esperó pacientemente mientras la gnoma examinaba aquel botín. Cuando finalmente reveló lo que estaba dispuesta a ofrecerles, sonrió levemente. No estaba nada mal, con ese dinero podrían vivir una temporada bastante interesante. De todos modos, dado que parecía que Filos quería pensárselo, se retiró con él.

-Yo creo que esas monedas pueden venirnos muy bien-dijo simplemente en un aparte con sus compañeros. 

A Cólera todo aquello se le hacía muy confuso, aquella criatura no tenía una voz cargada de fuerza como la de sus compañeros, ¿por qué no le arrebataban todo lo que tenía y se cobraban su vida con el filo de sus armas? Parecía una especie de intercambio, lo cual le agobió sobremanera, ¿Por que darle cosas? Yo no quiero dar nada pensó para sí misma la fiera.

Sin embargo nadie estaba metiendo la mano en su saco para quitarle los pellejos de alimañas cazadas, huesos mordisqueados, piedrecitas y dientes de trasgo que había atesorado por ahora, así que encontró cierta paz en aquella noción y descansó mientras la manada parlamentaba.

- Por mí está bien así.- Intervino Huesos una vez se alejaron de la gnoma. La verdad es que, aunque habían arriesgado sus propias existencias, no estaba pro la labor de regatear algo que había sustraido de forma tan fácil. Ya había disfrutado quitándole la vida a esos Trasgos y ofreciendo su sangre a Nerull, con eso le bastaba. Si conseguía sacar algo de dinero para vivir mejor pues perfecto.

De acuerdo entonces, aceptamos las 400 monedas.

Filos meditó unos segundos sobre qué hacer con su parte, unas 133 po. Entonces se fijó en Cólera.

-Y que hay del dragón? Nos pagarían una fortuna por él 

Qué inoportuno momento eligió Cólera para descansar, aquella siesta nacida del comfort en su lecho de hediondos restos y porquerías.

Zzzzz... *gorgorgorgor* Zzzzz...

-No estaría bien vender a un ser vivo, Filos. Quizás valga una fortuna, pero la esclavitud no es algo que pueda aprobar. Además, es apenas una cría, y por algún motivo parece haber decidido que somos su familia. Puede que podamos convertirlo en algo mejor de lo que sería por si solo-replicó Cástor, ceñudo. 

Filos se encogió de hombros. Sabía cuál sería la contestación de Cástor antes de que abriera la boca pero ellos eran tres y aún tenía esperanzas de escuchar otra cosa de "Huesos".

-Entiendo tu postura, Cástor pero todos los días se comercia con animales y no pasa nada. Vacas, cerdos, cabras... todos cambian de mano sin la más mínima vacilación. Veamos qué piensa huesos, que es el que está más apegado a la pequeña bestia... Tengo curiosidad - dijo, acariciándose el mentón mientras sus ojos de rapaz se clavaban en el esquelético hombrecillo.

- ¿Vender a Cólera?- Negó con la cabeza.- También nos darían un buen dinero por tu búho y no lo vendes. Esta cría de dragón puede que sea una de mis últimas alegrías, cof, cof.- De pronto Huesos parecía mucho más viejo y encorvado.- Le he cogido cierto..."cariño", sí, podría decirse así.- Ramase podía convertir a Cólera en algo mucho mejor de lo que era, claro que sí. Tenía que alimentarlo, hacerlo grande y alimentar también el odio que la cría de dragón destilaba por cada una de sus escamas.- Además está hecho un trapo y aquí dudo que esta gnoma sepa apreciarlo. No está la miel hech apara la boca de un cerdo.

Filos levantó las manos en gesto de rendición.

-De acuerdo, entonces. La bestia se queda con nosotros. ¿Qué hacemos ahora? ¿Quereis ir a ver a la sanadora o volvemos al cubil de los trasgos?